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Al tercer día de su partida, al salir de clases Akane se dirigió al mercado acompañada de Ranma. Saotome no había tenido corazón para decirle que P-Chan se fugó con alguna novia imaginaria y ahora estaban ahí, llamando a un ingrato gusano que se encontraba luchando con osos pardos en las montañas.
Una anciana se condolió de Akane y le comentó que si su cerdito se había perdido, probablemente estuviera en el local de Akari. Una joven criadora de cerdos que de tanto en tanto pasaba a venderlos en su localidad. Con el alma en un hilo, Akane corrió donde la mencionada chica y le rogó que no vendiera a P-Chan.
—¡Tranquilízate, por favor! Los cerdos que comercio son para compañía y no para consumo. Aunque ahora que lo mencionas, no he tenido ninguno nuevo estos días. —lo último que comentó, Akane ni lo escuchó. Buscaba entre los cerditos del corral a su adorado P-Chan. Ranma ya se imaginaba el drama de camino a casa.
Volverían a peinar las calles y avenidas principales en busca de algún cerdito eviscerado en el piso, pero entonces, la desesperación de su prometida la llevó a cometer un error. Un error humano aunque no diría que no era por esos detalles que en secreto amaba a Akane.
Había un solo cerdito bastante apartado de los demás, se hacía un ovillo y lloriqueaba sin parar, Akari le comentó a Ranma que al ser el más pequeño de la camada los demás lo torturaban. Akane se convenció de que ese pequeñín era el suyo y Saotome buscó todo el dinero suelto en sus bolsillos. No era demasiado pero a la criadora le bastó con ver el profundo amor que le profesaba.
—Se llama…
—Shh…—Ranma le colocó un dedo sobre los labios a Akari y esta se sonrojó hasta las orejas.
—P-Chan, su nombre es P-Chan —repitió Akane con diminutas lágrimas en los ojos.
—¿Perdiste tu pañoleta, verdad? Ves, por eso te dije que tuvieras cuidado si pensabas salir de la casa.
—cui, cui, cui…
—Ya, no te quitaré la vista de encima jamás. —Ranma le agradeció a la criadora, Akari sonrió enternecida y los miró partir en silencio.
De vuelta en su hogar, Happosai se reunió con ellos, era el único de su entorno conocedor de la situación. En sus años jóvenes e irreverentes, él también se les enfrentó. El Clan Tsukiori llegó a ser conocido como el jardín carmesí y esto era así porque las mujeres de su linaje eran las que mandaban. Aquellas doncellas asesinas encarnaban las flores sangrientas de donde provenía el nombre de su actual cabeza de familia.
—¿Entonces a usted, también le enviaron una cereza? —preguntó Akane a lo que el anciano negó con el rostro.
—Trataba de probarme a mi mismo así que se me hizo sencillo retar a su líder para impresionar a mi terroncito. Pensé que todo lo que se decía de ellas era fábula y poema, que serían el sexo débil pues en toda mi vida, sólo una mujer me había derrotado y yo debía ser el mejor artista marcial si quería pretender su mano. El clan, no solo me humilló delante de todo el pueblo sino que anuló toda posibilidad de acercarme a Cologne.
—¿¡QUÉ!? —gritaron Ranma y Akane a una sola voz y Happosai asintió.
—¿De qué se sorprenden tanto si ya sabían que nos conocemos de años? Cologne era una preciosidad idéntica a Shampoo aunque supongo, que debería agradecer que jamás se entrelazaran nuestros caminos. Con una nieta así, me habría vuelto requeté loco.
En fin, regresando a lo que les decía. ¡Tu única opción es retirarte Ranma! Debes borrarte del mapa, fingir tu muerte y comenzar una nueva vida quizás en la Antártida.
—¡Jamás! ¡Yo nunca huyo de una batalla!
—Pero esto no es precisamente una batalla. Nunca supe de un hombre que recibiera su fruto y viviera para contarlo. Las flores ensangrentadas son las que deciden cómo y con quién perpetuar.
—Me sigue sorprendiendo que a usted lo desairaran. —comentó Akane ya que el maestro era toda una eminencia en materia y el jardín carmesí parecía ambicionar guerreros sumamente poderosos.
—Al menospreciarlas cometí la peor de las afrentas y como mencioné, amenazaron con asesinar a todas las personas que me fueran queridas.
—¿A poco sí eran muchas? —preguntó Ranma enarcando una ceja.
—¿¡Qué tú estás tonto o qué!? ¡¿En serio crees que Cologne se iría sólo por recibir una estúpida flor?! En su momento, ellas también combatieron y les diré que las Cornelianas Japonesas son las responsables de que las Amazonas Chinas hayan reducido tanto sus filas. En retribución y penitencia por la grandeza de mi error, alguien tan patético como yo, jamás habría de enlazarse en matrimonio o tener descendencia.
—Me parece increíble que se quedara soltero sólo por eso. —desestimó Ranma.
—¡Esto que les estoy diciendo sucedió en tiempos de la antigua era! Cuando los asesinos a sueldo pasaban desapercibidos y los Samurai afilaban sus espadas en cada esquina.
Una vez establecido el nuevo orden, las flores ensangrentadas ocultaron sus espinas, pero siguieron floreciendo de acuerdo a los requerimientos del actual régimen. Yo también cambié de rictus, decidí usar mis habilidades para la protección y salvación, desarrollé un nuevo estilo de combate que no demandaba vidas ni empleaba armas asesinas y ese mis queridos niños, es el mismo que sus padres aprendieron.
—Trucos de feria, bombas de humo y pantimedias. —puntualizó Ranma nada impresionado con la declaración. Akane asintió, pero ella enfatizó la parte de que, en ninguno de sus combates habían lastimado a alguien.
—Tal vez, si te marcharas voluntariamente con Cornelia, si aceptaras sus términos y condiciones.
—¡Jamás! ¡No voy a ser usado de esa manera! ¡Tampoco pienso ser amenazado, humillado y condenado!
—Eso dices ahora muchacho, ¿Pero te has puesto a pensar en las consecuencias de tus actos? —preguntó Happosai mirándolo a los ojos con fijeza. Ranma pasó saliva por la seca garganta, pensó en lo sucedido a sus prometidas, en lo rápido que se fueron y los tres días de aparente paz que llevaba con Akane.
El anciano bebió del té verde que le preparó Kasumi y no tardaron mucho en escuchar los gritos ensordecedores de Soun.
—¡Explícame qué significa esto, hija!
—¡Es que ni yo misma lo sé! —gritó Nabiki francamente aterrorizada y tanto Ranma como Akane se apuraron a salir de la habitación en que conversaban.
En el recibidor, Kuno Tatewaki en compañía de un montón de ninjas, decían estar ahí para llevarse a la futura economista y administradora de empresas.
—Como ya le dije Señor Tendo, mi única intención es la de contratar a Nabiki para que me ayude con unos asuntos de gran importancia.
—¿¡Qué clase de asuntos son esos!? ¿¡Y por qué no puede hacerlo desde aquí!? ¡Nabiki no puede desaparecer justo antes de terminar el ciclo escolar! ¡Esto es muy inapropiado de tu parte, Kuno! En especial porque no hace mucho pretendías a la menor de mis hijas y ahora estás aquí para llevarte a la de en medio.
—No la estoy buscando para lo que usted está sugiriendo y como hijo del Director, le aseguro que no habrá ningún problema con su documentación. De hecho, me comprometo a pagar lo justo para cubrir su pase Universitario.
—¡¿Insinúas que su padre no puede enviarla a la Escuela donde quiere estudiar?!
—Insinúo que la necesito en Osaka para que mi frustrado padre, no derroche la fortuna familiar en los siguientes tres días. ¿Qué dices? —Kuno dirigió esta pregunta a una atónita Nabiki.
Kasumi respondió por todos, dijo que si se trataba de trabajo honesto y si le garantizaban la seguridad de su hermana menor, podía ir a ganar experiencia en el mundo empresarial.
—Se las devolveré íntegra tan pronto se solucione ese molesto asunto. —prometió Kuno dedicándoles una marcada reverencia.
—¡Bien! —aulló Soun golpeando la pared más cercana con el puño cerrado. —¡Pero Nabiki se cotiza alto, tendrás que pagarle el triple. No, el quíntuple de lo que pagas a una empleada habitual!
—Lo haré. —Kuno sonrió como el galán de telenovela que tanto encolerizaba a media escuela. Kasumi tomó a Nabiki de la mano diestra y la llevó escaleras arriba para ayudarla a preparar sus maletas. A consideración de Ranma, Akane y Happosai, esto parecía el rapto de una novia.
No era una petición de mano como tal, pero resultaba evidente que al descendiente de tan distinguido abolengo, le apuraba sacarla de ahí. Soun comenzó a maldecir y lloriquear porque no estaba listo para separarse de ninguna de sus hijas, Genma trató de tranquilizarlo, quizás fuera buena idea tomar algo de sake junto al estanque y recordar sus años preciados. Cuando Kasumi llamó a Akane para que ayudara con las maletas, Kuno habló sin tapujos con Ranma.
—No sé en que diablos estés involucrado Saotome, pero mi padre me pidió que te mostrara esto. —Kuno extrajo del interior de sus ropas una flor roja, idéntica a la que les mostró Shampoo en el apartamento de Ukyo. Happosai silbó por lo alto. Ranma tensó todos los músculos de su cuerpo.
—Lo estuvimos meditando en los pasados días. Se supone que con nuestra salida de la ciudad, estaba garantizada nuestra seguridad, pero ahora tengo la convicción de que la amenaza a mi familia se extiende a la más ambiciosa, petulante e indiferente mujer de esta casa.
—Kuno…—Ranma no sabía qué decir porque no tenía idea de los sentimientos que guardaba, ni tampoco podía creer que el jardín carmesí se atreviera a tanto.
—Yo no quería que las cosas se dieran así. Tenía todo un plan a corto, mediano y largo plazo. Ahora Nabiki creerá que soy un desquiciado.
—Eso ya lo creía desde antes, muchacho. —comentó Happosai y Kuno casi se va de espaldas. —Estás haciendo lo correcto y cuando Nabiki descubra los motivos, esos planes se darán solos.
—Mas les vale. Kodachi te envía sus saludos Ranma, su recuperación está avanzando bien, pero no es como si te interesara.
—Me interesa. —respondió escueto, aunque no lo refería en ningún sentido romántico.
—Si es así, apresúrate en sacar a las demás víctimas potenciales de aquí.
—De eso no tienes por qué angustiarte, grandulón. —afirmó Happosai y Kuno le creyó. Mantuvieron las apariencias hasta el momento en que las chicas descendieron cargadas de maletas. Kuno le ordenó a sus hombres que se hicieran cargo de eso y a Soun, volvió a prometerle que la devolvería ilesa.
Nabiki intentó mantenerse calmada, pero tan pronto subieron en la camioneta que parecía el vehículo último modelo, súper blindado e imposible de rastrear de la mafia japonesa, estalló en reclamos.
—¡Dime qué significa todo esto, Kuno! ¡Tú no eres así y el simple hecho de que permanezcas callado me está asustando! —el rayo azul de la escuela Furinkan permaneció en silencio, la postura perfecta, los ojos cerrados como si estuviera durmiendo, cuando lo único cierto es que había perdido el conocimiento.
Nabiki prestó atención a lo pálido de su piel y lo tranquilo de su semblante, al querer sostener su mano, notó un río de sangre corriendo por la punta de sus dedos hasta desaparecer en los pies. Se tragó el grito de horror porque Sasuke ya estaba lloriqueando a su diestra, diciendo que por esta razón, él quería pasar por ella.
La mente fría y analítica de Nabiki era capaz de reaccionar rápidamente en esta clase de situación, ordenó a los ninjas que le trajeran un equipo de primeros auxilios. Los hombres titubearon dos milésimas de segundo porque aquella mujer no era su jefa, pero el tono inflexible en su voz los instó a moverse de inmediato. No era lo más ortodoxo y a decir verdad, ella no podía recordar un momento de sus vidas en que estuvieran así, pero se tomó la libertad de arrebatar la parte superior de sus prendas para localizar el origen de la herida y lo encontró. Era una cortada alargada sobre el antebrazo, seguramente perteneciente al filo de una espada y tenía cortes similares pero que no sangraban a lo largo del tonificado torso.
Mientras hacía a un lado las vendas viejas y ensangrentadas para curarlo con un cuidado que sólo podría comparar a las atenciones que Kasumi solía tener con Akane en el dojo, le exigió a Sasuke una explicación de lo que estaba pasando y el guardián de la familia Kuno, se lo confesó todo.
El jardín carmesí los siguió hasta Osaka, exigían la vida de Kodachi para desestabilizar emocionalmente a Ranma, pero su heredero argumentó que si querían romperlo esa estrategia jamás les iba a funcionar. A Saotome no le interesaba en lo más mínimo su hermana. Las asesinas sugirieron que entonces, cortarían esas insufribles flores de raíz y ahí fue cuando Tatewaki pensó en ella.
Nabiki sudó frío, sus nombres los eligió su madre porque pertenecían a las flores que más le gustaban, las que crecían en su jardín aún después de su muerte, las que todas cuidaban, pero Kasumi era la más bondadosa o la única que conseguía hacer que cada año los botones de Akane, Nabiki y Kasumi se abrieran en flor. Lágrimas transparentes calentaron sus mejillas y un terror desconocido congeló las puntas de sus dedos. Sabía que Akane estaría bien junto a Ranma, ¿Pero Kasumi? ¡La pobre ni siquiera se atrevía a aceptar la mano del Doctor Tofu! ¡Jamás se permitió salir de su hogar porque aquel era su lugar!
El temple de acero conque nació se iba a resquebrajar en este instante, ordenaría que detuvieran la camioneta porque ella no escaparía mientras un montón de psicópatas condenaban a su familia a una horrorosa muerte, pero afortunadamente, Kuno encontró su voz para decir que Happosai cuidaría de ellos.
—Tú y yo no estaríamos aquí, si ese viejo mañoso no me hubiera garantizado que tu padre y hermana estarán bien.
—Kuno…—Nabiki lo miró a los ojos arrobada e impresionada y él desvió la mirada a su improvisada curación.
—Disculpa que te diga esto, pero eres una enfermera terrible. Con esas vendas tan flojas me desangraré en un instante.
—¡Trataba de no lastimarte! —Nabiki desprendió la mascada que llevaba al cuello y con ella lo ató tan fuerte que seguramente, ahora le cortaría la circulación. Kuno chilló y se retorció como un cerdo en el matadero, Sasuke y los demás ninjas convinieron que su señor, al fin había encontrado quien lo mantuviera bajo control.
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N/A: Información que Cura: Lo de las Tendo me lo saqué de la manga porque sus nombres no pertenecen propiamente a flores (con excepción del de Akane) pero funciona bien para la historia y siendo así, a Kasumi la relacioné con las flores de viento llamadas anémonas coronarias. Para Nabiki me gustaron las flores dobles o bien, aquellas que tienen muchos pétalos como los crisantemos .
Respecto a las Cornelianas Japonesas, sí existen pero no son flores en sí. Se trata de una planta de hojas verdes cuyo fruto son las cerezas rojas. Si quisieran alguna referencia visual para las flores rojas que incluyo en el fic, podrían irse por el membrillero japonés que también da frutos rojos, pero son más como manzanas pequeñas.
