El guion de "Juego de Gemelas" (Remake de 1998), pertenece a David Swift.
05: Gemelas y el plan.
Ambas adolescentes se miraron a los ojos. Los ojos de Hallie, fueron los primeros en humedecerse.
Pero Annie no era de piedra, también comenzó a derramar lágrimas, se lanzaron la una, contra la otra abrazándose con fuerza.
―Annie, ¿Cómo es mamá? ―preguntó Hallie, habían salido de la casa y se habían subido al techo, para mirar las estrellas.
―Diseña vestidos de moda. Todo lo hacemos juntas, somos... muy unidas, ¿sabes? ―dijo Annie, quería saber sobre su padre.
―Papá tiene un viñedo, vende sus uvas a algunas compañías que fabrican vino, o él mismo hace vino y lo vende. ―Resumió Hallie.
― ¿Sabes algo interesante? ―dijo Annie. ―Ninguno de ellos dos, volvió a casarse.
―Quizás... ―Hallie se deprimió.
― ¿Qué? ―preguntó Annie.
Hallie suspiró y se sentó en la cama, a pesar de la oscuridad miró la foto que pegaron, en la pared. ―Quizás, como su matrimonio no funcionó... y bueno: quizás por eso, nunca más se casaron, y quizás porque haríamos preguntas, ¿no crees?
―Es posible ―dijo Annie. Ambas suspiraron, y una loca idea, pasó por la mente de la londinense. ―Hallie, ¿quieres conocer a mamá?
― ¿Sí, seguro? ―dijo Hallie emocionada, deseaba conocer a su madre, y entonces algo se le ocurrió. ―Espera, ¿Cuál es tu plan?
―Tú quieres conocer a mamá, y yo a papá. ―Dijo Annie. ―Cambiemos de lugar. Tu irás a Londres, con mamá y yo iré a California, con Papá.
Hallie miró a su gemela, como si tuviera dos cabezas. ―Estás loca ―ambas lanzaron una risilla. ― ¡PERO ME SUMO A LA IDEA! ―Entonces, la parte racional de Hallie, la golpeó.
―Espera un segundo, Parker ―Annie sonrió, como el gato de Cheshire, mientras escuchaba a Hallie. ―Somos completamente diferentes, de los pies a la cabeza.
― ¿Y, cual es el problema? ―preguntó Annie, quien ya tenía el plan, completamente creado en su cabeza. ―Tú me enseñarás a actuar como tú. Y yo a ti, como yo.
Hallie se recogió el cabello, con una mano. Su gemela estaba loca, pero quizás ella podría... ―Si quieres saber en qué diferimos, yo tengo clase y tu no.
―La realidad es hermana: que, si cambiamos de lugar, tarde o temprano nos descubrirán ―dijo Annie.
El lado James, de Hallie despertó, permitiéndole completar la idea de Annie. ―Tendrán que cambiarnos, y tendrán que verse.
―Entonces, vamos a obligarlos a conversar, les haremos ver que fuimos nosotras, quienes acabaron lastimadas sentimentalmente, con su divorcio. ―Dijo Annie. ― ¿Puedes actuar, como si estuvieras devastada emocionalmente?
Hallie fingió llorar. Lo fingió tan bien, que Annie se preocupó por un momento. ―Considéralo: hecho.
A la mañana siguiente, el desayuno y las clases para Ser-Como-Annie, comenzaron. ―Y estos, son los abuelos ―en la fotografía, se veía a dos tiernos ancianos, se notaba que Jonathan James, en su juventud fue un soldado, a causa de las medallas en la fotografía.
― ¿Y cómo lo llamas? ―preguntó Hallie.
Annie no pudo evitar una ligera risilla. ―Abuelo.
―Vaya, ¿Cómo no se me ocurrió? ―Se preguntó divertida.
Annie presentó otra fotografía. ―Martin, nuestro mayordomo y mi mejor amigo.
― ¿Tenemos mayordomo? ―preguntó Hallie sorprendida y haciendo reír a Annie.
―Algo importante ―dijo Annie dándole, algunos toques a la foto de Martin. ―Tengo un saludo secreto con él. Vamos a tener que practicar. ―Hallie asintió.
El saludo secreto de Martin y Annie.
Clases sobre sus hogares.
Chelsie.
Mamá y Papá...
Descubrir más, sobre ellas.
Y claro: para hacerse pasar la una por la otra, Hallie tendría que cortarse el cabello, al mismo estilo que Annie. Las tijeras pusieron a Hallie algo nerviosa, y el hecho de que su gemela fuera a cortarle el cabello.
Pero cuando el proceso terminó, eran literalmente idénticas.
―Esto da miedo. ―Dijo Hallie, mirándose al espejo. Annie se paró a su lado, verdaderamente eran idénticas.
―Lamento, que el campamento no sea más largo. Podría habérmelo dejado crecer ―Dijo Annie, pasándose una mano por el cabello.
Hallie negó con la cabeza y sonrío. ―Tranquila.
Entonces, una mueca de preocupación, apareció en el rostro de Annie. ―Oh, por Dios.
― ¿Que? ―preguntó Hallie nerviosa.
―Yo tengo las orejas horadadas ―Dijo señalando sus orejas.
Los ojos de Hallie, se abrieron con temor. ―A no. No. No. Y no, olvídalo.
―Pues el plan fracasa. ― Dijo Annie, dándole una mirada de disculpa a su gemela, que la miraba con el ceño fruncido. ―Porque me perforé las orejas, justo antes de venir al campamento, y es imposible que vuelva a casa sin hoyos, ¿no crees?
Hallie hizo una mueca de resignación.
Unos cuantos minutos después, tenía un cubo de hielo contra su lóbulo, mientras Annie había sumergido una aguja en alcohol, y ahora la estaba calentando, gracias a una candela.
― ¿Estás segura, de lo que estás haciendo? ―preguntó Hallie asustada.
―Relájate, yo perforé las orejas de todas mis amigas, y te aseguro que no dolerá ―dijo Annie, dándole una sonrisa de confianza, para luego besar su frente. ― ¿La manzana? ―Hallie la señaló y la agarró. ―A la cuenta de tres, te quitarás el hielo. Una, dos... tres ―Annie colocó la manzana, debajo del lóbulo de la oreja de Hallie, y perforó, haciéndola gritar.
A lo cual ella también gritó.
El campamento, llegó a su fin.
Y el plan de las gemelas Parker-James, daba inicio.
