Hola, ¿cómo están? Espero que se estén cuidando mucho, les traigo este nuevo capítulo, espero sea de su agrado, muchas gracias por leer y comentar, les agradezco mucho, me hacen feliz y alientan a seguir escribiendo.
Advertencia: lemmon o un poco de lemmon. Si no te gusta esa clase de contenido no leas.
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Capítulo Cinco.
Itachi había tenido algunas novias, las había querido pero no tanto como a Sakura Haruno, ella fue y siempre ha sido diferente, era más que un simple "querer", era amor; uno tan fresco como el aire de verano. Sus ojos se llenaban de un brillo que lo hacía notar el amor tan profundo hacia Sakura.
Cuando la conoció le pareció la chica más hermosa que había visto. Encantadora, divertida, era independiente, no dependía de los demás. Ella era lo contrario a él, hija única del matrimonio Haruno, como única primogénita había crecido siendo protegida y mimada, llena de las atenciones de sus padres y educada de la mejor manera posible. En cambio él, sus padres habían tenido muchos problemas... Mikoto Uchiha había cometido la peor traición a un esposo, habían problemas, que sus ojos como infante, tuvieron que ver.
Peleas, gritos y reclamos.
Había un estigma sobre él y Sasuke, en especial en Sasuke y que su padre Fugaku no podía evitar odiar. Sasuke traía recuerdos insuperables a Fugaku, recuerdos que le sabían amargos, su madre había sido infiel a Fugaku con el hermano mayor de éste, como consecuencia se había creado una serie de dudas de quien era el padre real de Sasuke. Itachi amaba a su hermano y lo protegió para que su vida no fuera marcada por los errores de los adultos.
Y en cuanto a él, los traumas de la infidelidad de su madre, los reclamos de su padre y el ser testigo de todo aquello, lo hizo ver, jurar y perjurar que nunca le sucedería aquello, que su futura esposa no le sería infiel. La amaría y daría todo por ella y porque nunca pensara en cometer el peor de los pecados. Al ser testigo de aquello que había entre sus padres, Itachi quedó con un especie de trauma que tenía que ver con el tema de ser infiel.
Él no podría tolerar tal acto.
El casarse con Sakura había sido lo mejor para él. Ella le era leal y, para sus ojos, perfecta. Además, la amaba tanto que tenía confianza en ella y creía ciegamente que ella nunca lo traicionaría. Y sobre Sasuke, su hermano menor, su único hermano pequeño, aunque tenía el mote de oveja negra, lo amaba y confiaba plenamente en él, tenía la creencia de que él no haría lo mismo que sucedió con su padre y hermano.
Pero cuando la confianza está por romperse, cuando se avecina una tormenta a tu vida y un gran dolor, te hace perder la cabeza y romper en mil pedazos.
Itachi tenía un extraño presentimiento y le preocupaba.
— Todo estará bien...— Murmuró Itachi, miró el reloj de su escritorio, faltaba poco para regresar a casa, los demás trabajadores estaban terminando también lo más pronto posible, ya querían regresar a casa. Sonrió, también esperaba ir a casa pronto.
Con pensamientos positivos, se dispuso a terminar sus trabajos, todo estaría bien...
O eso quería creer ciegamente.
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Había llegado a casa, el aroma a comida lo recibió, supuso que Sakura estaba preparando la cena, sonrió, sintiendo que el calor de su hogar lo recibía.
— He regresado, Sakura.— Dijo, más no recibió el típico y alegre "que bueno, cariño" de ella. Y de nuevo esa sensación de una especie de tormenta entrar a su vida lo recorrió, caminó hacia la cocina, donde él y ella compartían y se alimentaban juntos, donde se dedicaban sonrisas de buen día y algunas veces tenían un poco de intimidad. La vio de espaldas, con el mandil puesto y la mirada un tanto perdida.
—Sakura...— Habló de nuevo.
Ella reaccionó con un pequeño salto de sorpresa.
— Lo siento, no te escuché llegar.— Respondió. Su voz era entre molesta y decaída.- Estoy preparando la cena.-
— Ya veo.— Le sonrió y se acercó a ella, pero Sakura lo evitó, fingiendo que debía picar verduras.
— Lo siento, estoy ocupada.— Murmuró débilmente, parecía como la voz de una niña que iba a ser castigada. Y por supuesto que lo sería, aquella vocecita en su cabeza de ella dijo, haciendo que Sakura se pusiera cada vez más retraída con su esposo.
Itachi se rascó detrás de su cabeza, no sabía qué hacer y no se le ocurría nada para terminar con esta brecha entre él y su esposa. Cuando estuvo preparado todo para la cena, Sakura sirvió a cada uno de los dos su ración de comida, era algo simple y ligero. Comían en silencio, contrario a todas las veces que ellos dos desayunaban, almorzaban y cenaban, siempre había tema de conversación y alguna que otra insinuación. Era algo totalmente diferente y extraño.
Estaba acostumbrado a verla sonreír, le dedicaba miradas de felicidad y amor, pero ahora parecía una mujer diferente, le daba sonrisas un poco forzadas y las sentía carentes de ese amor tan profético que le daba a él. Se había vuelto distante de él, como si pensara en algo que la molestara e Itachi no podía evitar pensar si él hizo algo mal.
No, no había hecho nada, él era el inocente y pobre e ingenuo hombre, que creía ciegamente en su mujer. No sabía cuanto le dolería la fe ciega que tenía sobre ella.
Una vez terminada la cena, Sakura se dispuso a lavar los platos que habían utilizado. El silencio entre los dos seguía presente, hasta que Sakura habló, por fin.
— Sasuke vino...— Comenzó.— Habló conmigo, le dijiste que hay ciertos problemas...—
— ¿Te has... enojado porque le hablé de eso a Sasuke?— Preguntó, sintiendo que eso era lo que le molestaba a Sakura.
— No, yo...— Su cuerpo empezó a temblar, recordando las palabras y secretos que tenía. Le dolía el corazón, sabía que ella no era una blanca paloma, que había jugado sucio y que ahora tenía nuevos pensamientos y sentimientos por alguien más. Itachi no se merecía tal acto. — ... Lo siento.— Logró decir. No tenía el valor suficiente para hablar con la verdad. — Lo siento, lo siento...—
Él la miró, estaba sollozando. Se acercó a ella, tomándola de los brazos sin entender porqué pedía perdón. La abrazó, en un abrazo lleno de su amor, tratando de hacer que ella se sintiera mejor, no sabía que sucedía con su esposa, pero verla llorar le hizo saber que era algo fuerte y serio.
— No sé qué te sucede, Sakura, amor...— La besó en su rostro.— Pero podremos salir de esto, cariño. No llores.—
Comenzó a repartir besos por su sien, sus mejillas, la besó en los labios, de una manera calmante, sintiendo la calidez de su boca. Aquellos besos reconfortantes se volvieron candentes con cada segundo. La excitación les recorrió el cuerpo a ambos. La tomó de la cintura, pegando su cuerpo al de ella, quería sentirla como hace mucho que no lo hacía, tenerla en sus brazos como si no quisiera dejarla escapar, besarla, alabarla y ser uno con ella.
Ignorando que aquello, aquél momento lleno de amor y sensualidad, podría ser perjudicial.
Ella llevó sus piernas a la cintura de él, besándolo y sintiendo la dureza de él. Itachi caminó con ella, sin despegarse ni un momento, a su habitación, la luz de la luna se filtraba por su ventana, la recostó en su cama, viendo como la luz natural iluminaba a Sakura, no podía más, necesitaba tenerla, hacerle el amor. Comenzó a besarla de nuevo, bajando por su cuello, Sakura no pudo evitar los gemidos que le provocaban las sensaciones.
Llevando sus manos a su camisa, comenzó a quitarla, quería ver aquél cuerpo de ese hombre sobre ella, sentirlo y saborearlo. Él la ayudó, dejando ver su musculatura.
— ¿Te gusta, Sakura?— Susurró cerca de su oreja, dando una lamida.
Ella lo escuchó y no pudo evitar pensar en...
— ¿Quieres que te haga mía, preciosa?— Volvió a susurrar. Llevó una de sus manos a un seno de la mujer que tenía cautiva debajo de él, sintiendo que su pezón se ponía duro.
— Si... Quiero...— Respondió, dejándose llevar.
La ropa comenzaba a desaparecer de ellos, Itachi estaba completamente excitado y lleno de deseo por poseerla. Quitando lentamente el sostén, reveló sus pechos, aquellos montes coronados con unos exquisitos pezones, le hicieron agua la boca... quería lamerlos, saborearlos como si fueran el manjar más exquisito de la tierra. Y lo hizo, los besó y lamió como si de verdad fueran un dulce único y perfecto.
Las bragas de Sakura estaban cada vez más húmedas con su excitación y cada vez que sentía el sexo del hombre que tenía sobre ella, se sentía desfallecer, lo tomó entre sus manos, cuando él llevó sus manos a sus bragas y las quitó de ella, para dejarla desnuda. Lo acarició, sintiendo el largo y la dureza de su hombría. Estaba tan perdida en la lujuria de su cuerpo que quería sentirlo a él, que era poseída de una manera exquisita e inimaginable.
— ¿Qué esperas? Tómame, hazme tuya como solo tú sabes...— Sus ojos brillaron cuando habló.—Te amo, mi...—
— Yo también.— Respondió Itachi, robándole el aliento y los besos, decidido a entrar en su caliente y febril cuerpo, deseoso de él.
La noche estaba empezando, solo la luna sería testigo de aquella entrega.
Entrega que podría traer estragos sobre ellos.
Quizá...
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Pensé en hacer este capítulo así, tengo ya planeado el siguiente capítulo, espero les siga gustando, estoy tratando de hacer lo mejor para que este fanfic sea de su total agrado y hacerlo un poco cercano a la realidad, no sé si me explico en esto jaja.
Gracias por sus comentarios. Se los agradezco c:
Nota: Algo super extraño sucedió, se había publicado el capítulo Uno, pero en versión Auleras. Disculpen mi metida de pata.
