Acusación

¡WAAAAHHHHH! ¡BUUUAAA!

El llanto de Rin sonó fuerte como un enorme gong en toda el ala este, las doncellas que habían estado chismeando saltaron del susto y dejaron caer las preciosas telas de seda en el césped, primero miraron horrorizadas las telas, y estaban dispuestas a apalear a aquel que las había asustado, no se podía describir la expresión de sus rostros al ver que la gemebunda era nada más y nada menos que Rin, por una parte querían ordenarle que parara de sollozar, pero también les vino a la memoria la reiterada amenaza que había dejado lord Sesshomaru sobre hacer llorar a esa mocosa. Ambas corrieron a tratar de callarla, pero no había manera, estaba completamente inconsolable.

- O-oye… ¡para de llorar! ¡Nos meterás en problemas! – intento tomarla del hombro una de las criadas

- ¡si el amo te escucha pensara que te hicimos daño! – chillo otra que agitaba las manos sin saber qué hacer.

- ¡Waaaahhhh! ¡Me van a comer! ¡El amo va a ordenar que hagan estofado a Rin! ¡Waaaahhhh! ¡Waaaaaahhhhh! – siguió llorando Rin mientras las lágrimas de sus mejillas aumentaban de gotas a una completa cascada.

- G -guarda silencio… - se angustio aún más la criada nerviosa.

- ¡VAN A COCINAR A RIN PORQUE ES GORDITA Y DELICIOSA! ¡BUUAAAAA! – el volumen de la voz de Rin se elevó a tal grado que incluso las paredes se estremecieron.

- ¡ya cállate niña! ¡Como el amo Sesshomaru te escuche nos va a despellejar vivas! – la tomo fuertemente la otra criada, ya que su compañera estaba al punto del ataque de pánico.

- ¿Qué está pasando aquí? – la nueva voz dejo a las sirvientas heladas como un carámbano.

- Amo Sesshomaru – ambas murmuraron al tiempo que le hacían una reverencia profunda.

Él las miro implacablemente, las veía temblar aun cuando intentaban evitarlo y permanecer tranquilas; luego miro hacia su protegida, aun si sus ensordecedores berridos el hedor salino de sus lágrimas bastaba para que su instinto protector y su ego le exigieran venganza con aquel que se hubiese atrevido a herir a su propiedad. Al sentir el aura asesina de su señor aumentar a pasos agigantados una de las criadas trago duro, si no hacían nada esa mocosa se podría inventar cualquier mentira para perjudicarlas, o incluso podría tomar represalias del acoso del que había sido víctima, tenían que hacer algo así que decidió usar su vena valiente.

- Mi señor, vera, la moco… digo, la pequeña señorita tropezó y al parecer se torció un tobillo, por lo que estábamos intentando auxiliarla… - el monologo de la criada se cortó en seco con una sola mirada de Sesshomaru la cual le prometía la muerte más horrible si dejaba escapar cualquier otro sonido.

- Rin – llamo a su protegida pero esta solo se sorbía la nariz y dejaba escapar sollozos cansados, debido a la falta de aliento.

- ¿Qué te han hecho estas dos? – pregunto directamente.

- Sniff… sniff… volvió a sollozar la pequeña.

- Puedes hablar sin miedo, cualquier cosa que te hayan hecho se las devolveré multiplicada con mil y luego las torturare hasta la muerte – las dos criadas respingaron hasta el techo del susto por las palabras y ya estaban poniéndose de rodillas para confesar y suplicar misericordia cuando…

- Ellas… sniff… n-nada… sniff… - se volvió a sorber la nariz la cachorra humana mientras se tallaba los ojitos.

- ¿nada? – repitió Sesshomaru mirando a las criadas, las cuales se veían perplejas.

- pero alguien te ha hecho llorar ¿no es verdad? – pregunto entre cerrando los ojos.

- Si… sniff - Rin asintió a la pregunta.

- ¿Quién? – volvió a insistir el daiyokai, enumerando los métodos de tortura que usaría para castigar al transgresor.

- Tú… - Rin le señalo directamente sin dejar de sollozar, fue un gesto tan irrespetuoso y único que incluso las dos criadas levantaron la cabeza sorprendidas.

- ¿Yo? – repitió Sesshomaru sin poderse creer la situación.

- ¿Por qué… sniff-sniff… no se lo dijo a Rin… sniff… antes? – pregunto Rin con sus ojitos castaños llenándose nuevamente de gruesas lágrimas.

- ¿Decirte qué? – pregunto Sesshomaru francamente pasmado, nunca había entendido muy bien a Rin, pero ahora le parecía totalmente sin sentido sus palabras.

¡BBBUUUAAAAAAA! ¡WAAAAAHHHH! ¡BBBUUUAAA!

Rin se soltó a llorar tan rápido y tan fuerte que ni las criadas, ni Sesshomaru, atinaron a detenerla cuando salió corriendo a esconderse. Sesshomaru se quedó viendo el lugar donde había desaparecido su protegida con los ojos entrecerrados. ¿Qué era lo que no le había dio a Rin que la tenía tan extraña? De pronto un extraño nudo en su estómago le hizo respingar ¿será que ya se había enterado de su plan? ¿Por eso se había puesto así? Aquello era un problema, pero a la vez había otro asunto aun mayor ¿Cómo se había enterado Rin de esto? Había sido sumamente cuidadoso preparando los detalles en el más absoluto secreto, no podría haberlo escuchado por casualidad…Frunció el ceño profundamente, si había algo que odiaba era que interfirieran con sus planes. Ignorando a las dos sirvientas se diario a cazar a la sucia rata que había hurgado en sus cosas.

Continuara…