¡Un golpe de amor!
- El sabor del rechazo -
Era el destino, ¿no es así? No iba a funcionar de todas formas. Daba gracias al cielo que al menos su hermano no se había enterado de su patético… intento de confesión. Aunque eran amigos, ¿Childe diría algo? Es más, ¿si quiera estaba segura de que había sido rechazada? Se sentía de esa forma, sabe que Childe es un chico listo.
Pero y si…
Aunque tratara de darse esperanzas a sí misma, en realidad Lumine ya sabia que era un caso perdido. Le daba vueltas al asunto en sus pensamientos mientras bebía un batido dulce con extra de crema batida y caramelo líquido. Odiaba admitirlo, pero se sentía perdida y ahora mismo se estaba encontrando con la comida dulce. ¡Y ni siquiera había pasado un día! Era un desastre, un completo desastre. ¡Fue rechazada! Porque venga, ya, tenía que admitírselo.
Fuiste rechazada, Lumine. Necesitas aceptarlo y avanzar.
No era como que le faltaran declaraciones, pero por primera vez en sus 21 años se enamora de un chico y sus sentimientos no son correspondidos. Daba pena, ¿no? Un historial tan triste en el romance. Por más femenina que tratara de ser, una no podía cambiar fácilmente sus pensamientos, ni su forma de ser. Saldría en cualquier momento, y ahora mismo… ¡Se sentía tan molesta! Ni siquiera le dio una oportunidad, ¡una pequeña habría bastado! Es una buena chica, se le da bien cocinar, podría cuidar de cualquier persona. Trabaja duro, ¡se esfuerza mucho! Hacía buenos chistes y era dulce, o al menos eso decían sus amigas.
"Eres un pequeño monstruo amarillo, ¡baja ya esa almohada!"
La boba voz de su gemelo vino a su cabeza, Lumine negó un par de veces para sacarlo de sus pensamientos y frunció todavía más sus cejas. Xiangling, a su lado, lo notó. Se preguntaba, ¿qué tenia a su amiga tan molesta? Ella también tenia un batido entre sus manos, pero ni siquiera llevaba la mitad mientras que Lumine parecía algo obsesionada en succionar por la pajilla y ya casi lo terminaba.
— Entooonces… —Si Lumine no iba a decirle nada, ella hablaría. La chica deja su batido de chocolate sobre la pequeña mesa y la mira con sus bonitos ojos dorados, tan grandes y expresivos. — El chico de anoche, ¿es el mismo que sale en las fotos de Aether en Inst*gram? —Preguntó, sonriendo un poquitín. — ¿Y el mismo al que derrotó ese día en la competencia?
¡No me hables de él!
— Sí, el mismo. —Contestó de mala gana. Comenzó a mordisquear la pajilla sin darse cuenta, todavía con su mala cara.
— ¡Oh! —Xiangling junta sus manos frente a su cuerpo, sorprendida y maravillada con la noticia. — ¡Genial! Mi papá dijo que dejó mucha propina anoche, ¡parece agradable!
Childe es un buen chico…
¡Agh, no, otra vez esos pensamientos dulces! De inmediato cambió su gesto y sorbió con más velocidad de su malteada hasta que, ¡ya no había más! Lumine frunce las cejas y se pone de pie. Arrugó el bote plástico en su mano sin mucho esfuerzo y con esa fuerza característica suya, lo lanzó hasta un bote a unos metros de ellas. El vaso de plástico arrugado entró sin problema en un tiro perfecto, y Xiangling aplaudió sorprendida.
— ¡Impresionante, tu mejor lanzamiento hasta ahora!
Lumine sonríe, pero con esas cejas fruncidas todavía lucía molesta.
— ¿¡Verdad!?
Esa noche, Lumine fue particularmente agresiva con Aether cuando comenzaron a entrenar. Normalmente, ella se limitaba a esquivar sus golpes y a resaltarle lo que debía seguir mejorando, pero hoy ella estaba atacando de vuelta para sorpresa de Aether. ¡Pero mejor así! También debía practicar esquivar los golpes.
Lo malo, es que ella era demasiado buena. ¿Cuántas veces terminó exactamente contra la colchoneta? No estaba seguro, pero se sentía lo suficientemente humillado como para sentarse y suspirar, abatido.
— Por más que trato, no consigo derribarte…
Lumine, quien seguía de pie, le dedica una mirada agresiva y junta sus puños frente a ella.
— ¡Tonterías, lo haces muy bien! ¡De nuevo!
Me siento como tu saco de boxeo…
Lumine lo ayudó a ponerse de pie. Tomaron distancias y posiciones, Lumine completamente ofensiva y Aether estaba listo para volver a ser usado como un saco de boxeo. Sorpresivamente, no fue tan humillante esta vez. Pudo esquivar decentemente antes de que una llave de Lumine lo dejara de nuevo sobre la colchoneta, con su brazo apretando fuertemente su cuello y su cabeza.
— ¡Ugh!
— ¡Dos! ¡Tres! ¡Fuera!
Lumine se apartó en ese instante y volvió a prepararse. Aether se tomó unos momentos para acompasar su respiración y entonces volvió a ponerse de pie. No era tonto, sabía que algo estaba molestando a su gemela. Pero no podía saber con exactitud qué. ¡Las mujeres eran muy complicadas!
Para Lumine, todo apenas había pasado en un pestañeo. Su corazón y su mente estaban exaltados, esta sensación tan molesta la estaba atormentando. ¡Pero para Aether, todo pasó demasiado lento! Ya, casi siempre perdía cuando entrenaba con Lumine, ¡pero nunca se humillaba tanto! ¿Significaba que su propia hermana se contenía con él? ¡Era el colmo! Aether se limpia el sudor con un pañuelo mientras mira a su hermana beber agua de su botella de siempre. Podía ver cuán cansada estaba ella también, y lo irritado de su gesto. Pero había algo, su instinto de gemelo le advertía que su hermana tenía un problema grande en ella.
¿Cómo exactamente podría llegar hasta Lumine, si ella estaba tan agresiva? Ni siquiera le dijo qué hizo mal hoy, tan solo lo tiró una y diez veces más en menos de un respiro.
Aether se sobresalta cuando la fiera mirada miel de Lumine se posa sobre él. La rubia se limpia con algo de brusquedad una gota de agua que bajaba hasta su mentón y luego se cruza de brazos. Esa imagen linda y frágil que tanto se esforzaba en dar no era su verdadero yo, pero ésta sí lo era. Fiera, fuerte y determinada. Pero esos ojos expresaban algo más que a Aether le estaba costando descifrar. No solo era ira, era…
— ¿Qué pasó, Lumine?
Fue una pregunta directa. Lumine se mordió el labio inferior y tembló por unos segundos. Lo estuvo guardando todo el tiempo, pero podía sentir la preocupación de su gemelo y su impotencia por verla así. Ella misma se sentía lo bastante mal. Lumine apretó los puños y luego dejó caer la botella de agua, lanzándose a los brazos de su hermano. Aether la atrapó al instante, sujetándola en un abrazo apretado cuando Lumine lo abrazó de la misma manera. Se escondió en su cuello y la escuchó hablar, con una voz líquida y lagrimosa;
— Fui rechazada.
Había pasado por toda clase de humores hoy. Se sintió triste, se sintió colérica, y ahora… se sentía impotente y pequeña, triste otra vez. No podía odiar a Childe por eso, incluso en su forma de rechazarla fue bastante gentil y cuidadoso. Era ella la que no… no puede superarlo. ¿Cuándo empezó a gustarle? Al inicio, se mantenía algo ajena al nuevo amigo de su hermano, pero mientras más convivían en su casa y más le permitían acercarse… Santo cielo, Childe era una persona difícil de odiar. Tenía una personalidad encantadora, siempre era fácil entablar una conversación con él. Era un hombre familiar y carismático, atento y tenía una actitud activa bastante refrescante y atractiva para alguien como ella. Fue inevitable. No amor a primera vista, pero aunque le cueste admitir tal vez fue algo superficial al final.
— Me rechazaron, A-Aether… —repitió en un susurro lastimero.
"…hemos hablado muy poco aunque tenemos casi un año de conocernos…"
Maldición, tenía razón. No era de extrañar que no le gustara, o que ni siquiera le pareciera atractiva como para no darle una oportunidad. Las manos de Lumine se aferraron al uniforme de Aether en la espalda, su toque era tan tosco y necesitado, mientras las manos de su hermano eran tan suaves y gentiles al palmear amorosamente su espalda. Le besó la frente un par de veces antes de sacarla de su escondite y sujetarle el rostro. Sus pulgares borraron las últimas lágrimas de sus ojos y Lumine hipó otra vez, nerviosa. Sus ojos se encontraron.
Aether tenía dudas, y muchas. ¿Quién había sido el desgraciado que había rechazado a su hermanita? Haciendo una lista mental entre todos los amigos que tenían en común, solamente Razor y Bennet parecían sospechosos. Sobre todo, ese chico de largo cabello plateado, siempre supo que iba tras su hermana. Desgracia-
— ¿Hice algo mal? —Preguntó, recargando su rostro sobre una de las manos de Aether. Sus ojos se mostraban lastimeros e inseguros, temblaba mientras sujetaba la muñeca de Aether con sus dos manos. — ¿No soy interesante? ¿No soy agradable, no soy… bonita?
— Eres bonita. —Afirmó Aether al instante, sujetándola por sus hombros. — ¡Eres muy bonita, la chica más bonita de todo Japón!
Santo cielo qué raro fue decirlo.
Qué raro fue escucharlo.
Los dos se miraron fijamente antes de reír, suavemente. Pensaron lo mismo, no lo dijeron pero lo sabían.
Escuchar a su hermana reír era mejor que escucharla llorar, no estaba muy feliz de escuchar a su linda hermanita llorar por un patán obviamente ciego. Se sonrieron y compartieron otro abrazo, aunque esta vez más flojo. Pero también mas cálido. Lumine recarga su frente en el hombro de Aether y cierra sus ojos, su corazón estaba encontrando algo de paz por fin.
— No importa lo que otros piensen de ti, tonta. Eres linda, inteligente y una chica interesante. Aunque seas un gruñón y violento monstruo amarillo a veces.
Lumine levantó una pierna y pisó con fuerza uno de los pies de Aether, logrando que el rubio se encorve y se queje en voz alta, riéndose segundos después.
— ¡A eso me refiero!
Lumine volvió a sonreír, y aunque sus ojos aún se veían tristes y su corazón pesaba con el amargo sabor de la decepción, se sentía agradecida de tener a su hermano ahora. Se acercó de nuevo a su hermano y le dedicó un último y cursi abrazo, que nuevamente Aether correspondió.
— Gracias, Aether… —Susurro, sonriendo débilmente contra el pecho de su hermano. Pero el pisotón que le dio… — ¿Te duele mucho?
— No siento el pie. —Contestó, alzando ambas cejas y dejando caer sus párpados.
Lumine se apartó al instante del abrazo, exaltada.
— ¡T-Te llevaré a la enfermería ahora mismo! ¡Yo te cargo!
Ya estaba pasando sus manos tras la espalda y rodillas de Aether para levantarlo sin esfuerzo alguno. El pie que había pisado quedaba en el aire así. Aether de inmediato se sujetó del cuello de su hermana y comenzó a reírse sin poder evitarlo, una risa escandalosa y feliz.
— ¡Hahaha, solo estaba bromeando, tonta!
La sonrisa de Aether era brillante y hermosa. Pese a que se sintió tentada a dejarlo caer, Lumine le sonríe de vuelta.
Los siguientes días fueron un poco extraños. Childe por supuesto que seguía yendo a recoger a Aether, y extendía constantemente invitaciones hacia ambos, pero Lumine le dirigía frías miradas o le volteaba el rostro y rechazaba ir con ellos. Parecía que el poco progreso que había conseguido se fue por la borda desde aquella tarde…
Algunas cosas habían cambiado para bien, como que ahora Lumine se divertía cada vez que Aether miraba a Razor con ganas de lanzársele a la yugular y el peliplateado se ponía nervioso porque, en realidad, Aether le agradaba mucho. Si tan solo supiera quién la rechazó en realidad…
Sí era extraño verlo, y su corazón aún se aceleraba si pensaba en él, pero… Seguramente esto era lo mejor. Cuando Lumine pudo aceptarlo encontró un poco más de paz. Childe era el amigo de su hermano, uno de los más cercanos. Y no era una mala persona, solo… Brutalmente honesto, tal vez. Y no era una mala cualidad, al menos la rechazó con consideración.
Y, no va a negarlo, también se sentía bien verlo un poco cabizbajo y nervioso cada vez que ella lo ignoraba en casa. Era una pequeña venganza, ¡ella lloró! Así que era justo, y remarcó esa última palabra una y otra vez sobre la hoja de su diario. ¿Diario? Tal vez sonaba muy infantil, pero realmente tener uno de estos ayudaba a mantener la cabeza fría cuando había simplemente muchas cosas sucediendo en tan poco tiempo. No tenia mucho de haberlo comenzado, un par de semanas. Así es, el tiempo podía pasar volando…
Oh, recientemente también salía a correr más seguido, por las mañanas. Justo después de que esos dos se iban, ella salía a correr exactamente al lado contrario. Servía para despejar su mente por las mañanas, aunque aún prefería ir al gimnasio por las noches.
Justo ahora escribía en su diario cuando la puerta principal se abrió. Lumine sujeta la pluma entre sus dientes y dirige su vista hacia allí. Era su hermano, llegó de la salida con Childe de la tarde. Lucía cansado, se estiró y se quitó la chaqueta para dejarla descuidadamente en el suelo.
— ¡Hey! —Gritó Lumine. — ¡Recoge eso!
— ¡Ay, Lumine! —Aether se sobresaltó de una forma tan cómica que consiguió una carcajada de la rubia, quien se incorporó para dejar de estar recostada y pasó a estar sentada. Tenia su diario ahora cerrado sobre su regazo. Aether se lleva una mano al pecho y suspira. — Caray, pensé que ya estarías dormida.
— ¡Nop! Estaba escribiendo.
— Mhh… —Aether se inclina para tomar su chaqueta del suelo, la llevará a su cuarto cuando suba. — ¿No te aburres aquí sola?
— Estoy bien, no estuve sola toda la noche. Hablé con Xiangling en videollamada hace rato. —Responde, hincándose sobre sus rodillas y recargando sus brazos sobre el respaldo del sofá. Lucía una linda sonrisa en sus labios. — ¿Te divertiste?
— Sí, no pensé que Childe fuera tan bueno en el Karting. —Lucía ciertamente sorprendido. Se gira a cerrar la puerta y comienza a quitarse los zapatos para entrar, directo hacia la cocina que va. — ¿Por qué no quisiste ir? Te habrías divertido.
Aprovechó la ausencia de su hermano en la sala para hacer una mueca, pero cuando escucha los pasos de su hermano acercarse pone un rostro más neutral. Lumine recarga su mentón entre sus manos y pone una mirada de cachorro.
— No me siento con ganas de salir.
— ¿Aún? Lumine, ya pasó medio mes desde que te rechazaron. No puedes encerrarte por eso… —Regaña con voz suave, acercándose al sofá para posar una de sus manos sobre sus cabellos rubios para desordenarlos un poco en un gesto cariñoso. — Necesitas volver al mundo y solo, no sé, ¿seguir siendo tú? Eventualmente atraerás a alguien a quien le gustes tú. Y lo digo en serio. Que le gustes tú. Tú. —Repitió y enfatizó esa palabra, presionando la frente de Lumine con su dedo índice hasta que la chica se queja y cierra sus ojos. — La tú de verdad, no la chica excesivamente femenina y débil que tratas de ser. En serio, es genial que seas tan fuerte y hábil. Yo no sentiría vergüenza si fuera tú.
— Pero tú eres un hombre. —Contestó ella, sobándose un poco la frente.
Aether enarca una de sus cejas.
— ¿Y eso qué?
Se quedó con ganas de decirle esto desde hace un tiempo ya, pero siempre trata de darle a Lumine la privacidad que se merecía. Pero si la afectaba de esta forma, tal vez era forma de intervenir. La amaba, era por eso que lo hacía.
— Las chicas deportistas son igualmente admirables, ¿y qué si eres un poco más fuerte que las demás chicas? Es hermoso. Y recuerdo las sonrisas que tenías cada vez que ganabas alguna competencia. ¿Sonrisas así? Ya no he vuelto a ver en esta cara tan torpe y gorda. —Sus manos apretaron las mejillas de Lumine, estirándolas un poco cuando dijo eso último. Lumine chilló y se apartó al instante, sujetándose ambas mejillas rojas con fuerza. Puso un puchero que consiguen una sonrisa de Aether. — Yo creo que es increíble. Tú eres increíble, Lumine.
Lumine curvea sus cejas y baja un poco su rostro, parecía agobiada de pronto. — Pero tú eres mi hermano, estás obligado a amarme sea lo que sea. Incluso si soy una especie de… hombre extraño.
Sonó muy desilusionada. Aether suspira y niega con la cabeza.
— No estoy obligado a amarte porque seas mi hermana. Lo hago porque eres genial, admirable y una buena persona. Y porque haces los mejores postres.
Lumine ríe en voz bajita cuando Aether usa ese tono agudo, el mismo con el que le hablarías a un niño. A veces, él era demasiado tierno. Por su risa el mismo Aether ríe también. Tal vez Lumine aún no pueda entenderlo, pero en algún momento se dará cuenta de que en realidad no necesita que alguien la ame primero para que ella se ame tal y como es.
Aún si barre el suelo con él una y mil veces más, Aether siempre amaría a esa Lumine que ella tanto se esforzaba en esconder en público.
— La cagaste.
— Uuugh…
Como siempre, Xiao era directo y honesto. Eran cualidades que Childe compartía con él, pero en este momento sentía que estaba en su contra. El ruso abraza fuerte una almohada contra su rostro y da un par de vueltas sobre la cama, el más joven lo sigue con la mirada con una mueca extraña.
— Sí, lo hiciste. Y grande. ¿Cómo se te ocurre rechazarla? Debiste al menos dejarla hablar.
— Ya sabía lo que iba a decir… —Murmura Childe, quedándose recostado sobre su espalda. Se quita la almohada de la cara y suspira largamente. — He visto esa cara antes. —Childe cierra sus ojos, era evidente en su gesto cuán desgraciado se sentía en este momento. Habían sido dos semanas terribles por ese lado. — Solo que nunca pensé que se me declararía en serio. Traté de ser suave, y aún así me trata así…
Xiao tuerce los labios. En ese lado no está muy de acuerdo. Childe abre sus ojos y le dirige una mirada ante la falta de respuesta. Entonces Xiao decide hablarlo.
— Por lo que contaste, más bien parece que estabas ansioso por cortarle toda esperanza. —Explica, y al ver su rostro desilusionado inmediatamente agrega; — Lo cual no está mal si no es lo que quieres, pero pudiste tener mejor tacto.
— ¿Tú crees?
— Tal vez debas… Umh…
Xiao estaba buscando las palabras adecuadas, y mientras hacia eso Childe se sienta sobre la cama y deja la almohada en su regazo. El mismo ruso estaba realmente atento a lo que el peliverde tuviera que decir. Era algo que no te esperarías, pero Xiao era realmente bueno con los consejos. Tal vez aprendió algunas cosas de Zhongli.
— Oh. Podrías disculparte por ella, pero aclararle después que no te sientes listo para una relación y que no fue tu intención lastimarla.
Eso, normalmente sonaba a una excusa pero esta vez era completamente verdad. Childe no se sentía listo para empezar algo romántico con nadie. Ni siquiera podía liberarse de una loca exnovia, ¿cómo lidiaría con eso si tuviera a otra chica a su lado? Seguramente sería peor. Estaba en una situación muy jodida.
— Pero no le escribas un mensaje. Este es el tipo de cosas que debes decírselo a alguien de frente. El contacto visual es muy importante, sabrá que estás siendo sincero y cuan importante es para ti conservar su amistad. —Xiao señaló un punto bastante importante, en realidad. Al menos Childe le encontraba sentido.
— En realidad, Xiao tiene mucha razón. —La voz de Zhongli se unió a la conversación. El castaño estaba sentado frente al escritorio con su laptop encendida, tenia puestos sus lentes de lectura y se preguntaba por qué tenían esta conversación en su recámara precisamente.
Zhongli gira un poco su silla para verlo y se quita los lentes en un gesto que le quitaría el aliento a cualquier chica. Incluso pasó una de sus piernas sobre la otra, recargando su pie sobre su rodilla.
— Si lo hiciste mal, y en serio quieres recuperar un poco de la relación que tenían sin involucrarse románticamente, lo mejor sería irte a disculpar y ver si a Lumine le interesa ser tu amiga en serio. —Su voz sonaba un poco severa. — Suena a que la lastimaste. —Y claro que no la conoce en persona, pero lastimar a una mujer nunca estaría bien. — Pero si ella no quiere, vas a tener qué respetarlo. Son tus consecuencias, Childe.
Xiao asiente ante las palabras de su padre. Estaba completamente de acuerdo. Pero las palabras de Zhongli solamente le dieron un enorme peso de remordimiento e inseguridad, claro que tenían razón pero… ¿Y si Lumine en serio ya no quería ser su amigo? ¿Y si la lastimó tanto?
— ¿Debe ser en persona, persona…? —Preguntó, curveando sus cejas.
— Por supuesto. —Zhongli enarcó una ceja. ¿Acaso no fue claro?
— Duh. —Xiao sonríe de forma burlona.
— Pero tal vez esté equivocado. —Jáh, la verdad está seguro de que no. Zhongli sonríe largamente y entrecierra sus ojos. — Conversar con ustedes dos es más divertido que hablar con cadáveres.
Tanto Childe como Xiao hicieron un gesto extraño y voltearon a ver a Zhongli. Aquí viene su parte favorita.
— Aunque a veces dicen cosas muy interesantes.
Ambos jóvenes levantaron sus cejas y se inclinaron hacia atrás al instante. La mano de Childe fue hasta uno de los hombros de Xiao para sujetarlo fuertemente, y Xiao a su vez le sujetó del brazo. Zhongli estalló en una carcajada.
Su habitación había quedado hermosa tras todo el esfuerzo que su hermano, Childe y la propia Lumine le habían puesto. La pintura era perfecta, las repisas y también el minisplit también habían sido instalados adecuadamente por su hermano. Fue la misma Lumine quien armó un par de muebles, como por ejemplo la estantería, el escritorio, el tocador y una cajonera que dejó frente a la cama, pegada al mueble. Habían trabajado juntos, y ahora las palabras de Aether le hacían eco en la memoria.
Es cierto, se divertía mucho con Childe y con su hermano. Salir con ellos era divertido, pasar tiempo con ambos era tan agradable. ¿Por qué tuvo qué enamorarse? Sentía como si lo arruinara todo, pero no era una decisión que le correspondiera a ella. O al menos eso cree, realmente esta había sido la primera vez que se enamoró de alguien.
Y ni siquiera podía decírselo a su hermano porque no quería estropear la relación de amistad entre ellos. En realidad, ni siquiera había pensado en confesarse en primer lugar por lo mismo. Aether tenía muchos amigos, pero estaba segura de que su amistad con Childe era muy importante para él. Childe fue empalagoso desde el inicio y lo buscaba mucho, y gracias a eso se encontraron no solo como amigos, sino como amistosos rivales. Era difícil imaginarse ahora a su hermano sin Childe a su lado.
Vaya, casi lo arruino por completo…
Aunque si se arruinó algo, pero al menos no con Aether. Lumine se sienta en la cama y se abraza a sí misma, suspirando. Estaba excluyéndose ella misma, y eso no estaba bien. Childe aún era amable y ella lo ignoraba, ¿estaba siendo injusta? Injusto fue una palabra que remarcó en su diario casi cinco veces, pero tal vez… eso también la incluye a ella. El ruso en serio se esforzaba por tener una amistad con ella también, y tal vez no solo por su hermano sino porque a él le agrada Lumine.
Ser lastimado jamás te dará el derecho de lastimar a otros. Y ella lo estaba haciendo por no entender que Childe no quería una pareja. Aunque al menos le hubiera gustado decírselo todo, pese a que iba a rechazarla de todas formas. ¿Estaría todavía a tiempo para solucionarlo? Al menos debía intentarlo, ¿no? Lumine tantea la cama en busca de su celular y busca la aplicación de chat. Se queda leyendo por un largo rato el contacto de Childe hasta que decide comenzar a escribir.
Para su sorpresa, en ese mismo momento Childe estuvo en línea y escribió junto a ella. Lumine al instante borró lo poco que llevaba de su mensaje y esperó.
Pero Childe también dejó de escribir. Esperó, y esperó… y entonces por fin Childe volvió a escribir, lo sabía por el ícono con tres puntos. Finalmente un primer mensaje llegó, en serio un primer mensaje. Ni siquiera habían hablado antes.
Childe (23:56); ¿Despierta tan tarde?
Oh, así que probaba con la técnica de comenzar casual. Lumine entrecierra sus ojos y responde velozmente.
Lumine (23:56); Sí, terminé de hacer unos apuntes hace unos minutos. Me preparaba para dormir ^-^ ¿Tú que haces despierto tan tarde?
Childe (23:57); Ah, tengo asuntos por resolver que no pueden esperar más. ¿Puedes salir de tu casa?
Qué extraña petición. Lumine frunció un poco sus cejas.
Lumine (23:58); ¿Por qué?
Childe escribió unos segundos, y luego dejó de hacerlo. Al final, una sola foto llegó al chat. Era su ventana vista desde afuera. Lumine se exaltó y rápidamente gateó sobre la cama hasta llegar a la ventana, corriendo la cortina para asomarse. ¡No puede ser! Era él, en serio era Childe. Recargado en su auto, con su celular en la mano derecha y la otra dentro del bolsillo de su pantalón. Su corazón se aceleró, y ni bien hacen contacto visual Lumine corre la ventana de nuevo para cubrirse.
Gritó internamente, y se obligó a controlarse primero.
Lumine (23:59); ¿Qué haces aquí? :o Mi hermano está dormido.
Childe (23:59); Te busco a ti. Por favor sal.
Lumine (00:00); Está bien.
¡No estaba en condiciones de ser vista ahora! Tenía una muy cursi pijama de gatitos, una blusa de tirantes y ni siquiera tenía un bra ahora. ¿Quién los usa de noche? Lumine se apresuró a buscar en su armario algún suéter grueso y se lo puso de inmediato. Sale de su cuarto y, tan silenciosa como puede, baja las escaleras. Se pone unas pantuflas en la entrada y abre la puerta, con su corazón a mil. No esperaba esta oportunidad, ¡pero no puede desaprovecharla! Se disculparía y entonces…
Lumine abre la puerta muy lentamente y se asoma tímidamente al exterior. En ese momento Childe dirige su vista de la ventana de Lumine hacia la entrada, y le sonríe al verla. Al contrario que ella, él lucía tan pulcro y perfecto. Como siempre…
Se muerde los labios y avanza, tan tímida que se abrazaba a sí misma e iba algo encorvada. Cuando llegó frente a él, esperó un poco. La brisa nocturna acariciaba el cabello de ambos, pero para ella solamente Childe podía verse así de bien. Incluso olía su colonia, tan cara y cautivadora. Lumine suspiró sin darse cuenta.
— Yo-
Hablaron al mismo tiempo. Ambos cierran la boca al instante y se miran fijamente por unos segundos. Luego Childe ríe, una risa tan suave y agradable que Lumine sonríe suavemente sin darse cuenta. Eso fue torpe, pero muy lindo. Lumine recoge uno de los mechones rubios de su cabello y lo acomoda tras su oreja, ese gesto tan tímido y femenino atrapó la mirada de Childe.
— Lumine, quería hablar…
— ¿Sobre lo que pasó?
— Mh. —Childe asiente, tenia una incómoda sensación en su estómago. Era culpa, sin duda alguna. — No actuaré como que no pasó, pero me di cuenta de que… no hice las cosas bien.
— Yo tampoco las hice bien, Childe. —Dijo Lumine, alzando su bonito rostro. — Sabías que iba a confesarme, ¿verdad? Por eso dijiste eso.
Childe asiente otra vez con la cabeza, lucía abochornado al saberse descubierto.
— Sí, y no estuvo bien. Debí escucharte y explicarte que… en realidad, no estoy listo para una relación.
Xiao tenía razón.
Maldición, sí suena como una excusa.
Lumine frunce un poco sus cejas.
¿Es una excusa?
Pensaron algo muy parecido, en realidad. Pero fuera una excusa o no, ella no tiene absolutamente ningún derecho de imponer sus sentimientos sobre otros. Y debía apreciar que Childe se interesaba lo suficiente como para venir hoy a intentar arreglarlo. Como lo pensó, sí dolía un poco, pero al mismo tiempo… era conmovedor. Lumine inclina un poco el rostro y sonríe suavemente.
— Lo siento, Childe. Yo no actué muy bien.
— ¡Lo entiendo! —Dice él rápidamente, visiblemente exaltado. — Te lastimé, así que me lo merez-
— No. —Lumine levantó su mirada en ese momento, atrapó a Childe en la profundidad de sus ojos amielados. No, en serio, el pelirrojo calló al instante sin poder apartar su mirada de ella. — No me justifiques, no estuvo bien. Y no voy a decirte algo como "esperaré por ti" porque no lo haré. — Sonaba segura de sí misma. — En realidad, creo que es mejor así. Mi hermano y tú son muy buenos amigos, y no quiero que eso cambie.
— Yo tampoco quiero eso. —Admitió, y se sentía bien decirlo en voz alta. ¿Era malo, era egoísta? Su amistad con Aether, para él valía mucho. — Aether me importa. Pero tú también. Lo dije en serio, no tengo ninguna amiga aquí. Y tú me agradas. Pero entenderé si no quieres que insista por ser tu amigo, en serio. Y si me lo dices ahora, te juro que pararé. No haré nada que te incomode otra vez.
Lucía tan nervioso y sincero, tocó el corazón de Lumine con su actitud nuevamente. Pero esta vez, se encargaría de no equivocarse. La sonrisa que Lumine le dio en ese momento le dio esperanza.
— Yo también quiero ser tu amiga.
Eso era lo que Childe esperaba escuchar, y cuando lo hizo sonrió de una forma tan sincera y emotiva que el corazón de Lumine saltó de alegría en su pecho por poder ver algo tan hermoso.
— Eso es lo que más deseaba escuchar. —Admitió, y se cubrió medio rostro por una creciente vergüenza que estaba comenzando a sentir. No podía evitarlo, se había sentido igualmente presionado y nervioso por haber cometido un error con alguien importante. ¿Importante? ¡Claro que para él Lumine era importante! Ni siquiera con ese gesto podía esconder su rostro aliviado y feliz. Era muy sincero.
Lumine levanta una de sus manos y le sujeta la misma mano con la que se escondía. Pese al fresco de la noche, la mano de Lumine se sentía cálida. La miró de nuevo.
— Gracias por venir a aclararlo, Childe. Eres un buen chico. Lamento causar estas molestias.
Era una disculpa sincera. Childe atrapa la mano de Lumine con la suya en un apretón gentil.
— Para nada. —Suspiró él, curveando un poco sus cejas. — Tendré cuidado de no causar malentendidos en el futuro.
En realidad, no hubo ninguno. Lumine se enamoró, y lo hizo sinceramente por él. Por la persona que era Childe. Pero no quiso decírselo. Lumine retira su mano con calma y vuelve a abrazarse. Pese a que su corazón dolía, su mente ahora estaba clara y relajada. Pero su sonrisa escondía algo de tristeza. Para ser su primer amor… Siempre decían que era doloroso, y tuvieron razón para su caso.
— Gracias por escucharme, Lumine.
— Gracias por venir hasta aquí para arreglarlo.
Mh, eso mostraba cuánto le importaba realmente. Y eso era suficiente para saber que valía la pena trabajar en una amistad.
— A ti por estar dispuesta a escuchar.
Es cierto, pudo haber seguido en su papel de resentimiento y dolor y simplemente ignorarlo. Pero no quería eso, no quiere ser una persona así. Lumine niega suavemente con al cabeza.
— No es nada, en realidad quería hablar contigo. Te me adelantaste.
La sonrisa de Childe se alarga un poco más.
— ¿Se puede decir que te gané?
Ese tono no le era desconocido. Era le mismo tono con el que retaba a su hermano. La sonrisa de Lumine también se alargó y vuelve a levantar el rostro para mostrarle un gesto más confianzudo.
— Puedes retar a mi hermano todo lo que quieras. Pero no me retes a mí. No sabes en lo que te metes, Childe.
Childe alza ambas cejas. Eso era interesante, era la primera vez que veía un rostro así en ella. Realmente se parecía a su hermano.
— Oh…
