Capítulo V: Lena

Era ella.

Era Lena Luthor.

Maguie estuvo a nada de desmayarse, Vasquez cayó de rodillas por la impresión.

- ¿Está viva? – preguntó apenas en un susurro.

Él le tomó el pulso – sí, aunque apenas, está haciendo demasiado frío esta noche, está helada – Maguie asintió ante la respuesta, llamando primero a su esposa para que se presente junto a Kara en la escena.

- Amor

- Hey baby, ¿estás bien, te escucho rara? Dylan está durmiendo – respondió ella desde la cocina del departamento de Kara dónde actualmente se encontraba, Kara quién estaba sentada en el sofá junto a su esposo, volteó a mirarle con preocupación al escuchar ella todo tan nítido.

- Es Lena – apenas lo dijo y Kara al escucharlo se puso de pie, para después desmayarse, ella viendo todo negro y con los gritos de su esposo en el aire que pedía por ella.

- Dame tu locación, ahora – ordenó Jhon cogiendo el celular de Alex – voy por ella y nos vemos en la DEO – le dijo a Mike para que se lo dijera a Kara, él asintió, ya que, aunque Lena no era su favorita para nada y él la culpaba de causarle gran dolor a Kara con su desaparición, tampoco le deseaba mal, en realidad, percibía su aparición como muy buena noticia, sólo porque aquello le permitiría cerrar las heridas y malos ratos a su esposa.

Jhon cogió a Alex y salió con ella rumbo a la DEO, para dejarle ahí que se prepare junto a Eliza que ya estaba ahí, para cuando él trajera a Lena, todo estuviese dispuesto para ayudarle.

- ¿Alex no vino? – preguntó Maguie al verle llegar sólo.

- No – negando con la cabeza - ella está en la DEO y Kara se ha desmayado.

- No es para menos – acotó ella – no entiendo nada, parece estar dormida, como congelada en el tiempo.

Y así parecía, el tiempo no había pasado para ella, ella estaba exactamente igual al día que desapareció, ni más, ni menos.

Jhon la cogió entre sus brazos cargándole delicadamente, cayéndose de ella sus tacones, él despegó hacia la DEO.

- Detective, lo atrapamos – sonó su auricular, ella apenas asintió.

El agente viendo que Maguie trataba de entender la situación, le ayudó a reincorporarse – vamos con ella detective – le dijo dando por sentado que Maguie no iba a dejar pasar esto así sin más, ella asintió.

- Amor, bebé, tranquila amor – pidió Mike acariciando al carita de su esposa, ayudándole a sentarse sobre la alfombra y de apoyar su espalda en el sofá.

- ¿Qué, qué? – preguntó ella mirándole como si fuese un sueño.

- No lo es, la han encontrado viva, no sé más – acotó.

- Tengo que verla, tengo que ir – susurró demorándose un poco al ponerse de pie, aun estando mareada, Mike le ayudó.

- No puedo ir contigo, no puedo dejarlos solos – soltó él con respecto a los niños en la casa – ve, estaremos bien – le pidió y Kara no necesitó que se lo digan dos veces, ella despegó hacia el cielo, aún sin su traje de superhéroe, el llegar a Lena su principal deseo, más que su propia identidad en ese momento.

Ni bien llegó Jhon con Lena, Eliza y Alex ya estaba preparadas en enfermería, todo el personal no autorizado estaba relevado de esa área.

- Y una mierda que no me vas a dejar pasar ¡ - gritó Lilian ingresando por las puertas con varios francotiradores apuntándole la nuca – mi hija está ahí mismo¡

- Retírense – ordenó Jhon a los agentes – ni siquiera voy a preguntarle cómo supo dónde estaba la DEO o Lena.

- Tengo mis formas – replicó ella rápidamente queriendo ir con su hija, Jhon la detuvo un segundo y sólo algunos.

- La acabo de traer, no sabemos nada…

- No tienes que prepararme, es mi hija, al igual como si yo la hubiese parido – soltó ingresando a la sala, llorando ni bien verla inconsciente.

En la sala estaban Eliza, Alex y Lilian, tres doctoras ahí mismo, Kara se les unió después, Jhon ni pudo avisarle de nada.

- Alien pasa – pidió Lilian y Kara se acercó a su lado, derramando lágrimas también ni bien verla.

- ¿Está bien? – preguntó con voz entrecortada.

- Recién lo vamos a averiguar hermana, debes tener paciencia – le pidió y Kara asintió tocando la manito de su Lee, la cual estaba helada.

Ante las cuatro mujeres, yacía Lena recostada en la camilla de enfermería.

Alex y Eliza empezaron las evaluaciones generales, Lena parecía una bella durmiente, exactamente igual al día que desapareció, ni un día de más parecía tener, mucho menos una década más.

Lena estaba congelada en el tiempo, como si no hubiese pasado el tiempo.

No tenía heridas, ni raspones en ningún centímetro de su piel, no había señales de abuso o ataduras, ningún tipo de ellas, marcas de esposas, nada, nada de eso existía, más si estaba helada, propio de la temperatura de la noche, Alex le puso una manta térmica para alcanzar su temperatura ideal y que no presente hipotermia.

Ella parecía dormida tan pacíficamente.

Lilian no dejaba de caminar como un león enjaulado, Kara tenía cogida su manito besándola, oliendo su loción.

- ¿Cómo es posible esto? – preguntó lo que todas querían preguntar.

¿Dónde estuvo una década Lena, para presentarse en el mismo estado en el que desapreció?

Justo cuando Alex le iba a tomar una muestra de sangre empezando por las pruebas invasivas, Lena abrió sus ojos, Kara pudo notar había una bruma en sus ojos, estos parecían azulados, con una película lechosa, lo cual era muy raro, ya que ella tenía los ojos verdes como esmeraldas con motas de color miel y marrón.

Y mucho más les descolocó su reacción.

Lena empezó a gritar con todo su ser, arrebatando con mucha violencia su brazo, se cayó de su camilla y se quiso ocultar debajo de ella como si fuera una bolita muy chiquitita, encogiéndose, con sus brazos cubriendo sus orejas y oídos.

Eso descolocó a todas, y cuando Eliza quiso cogerla, tanto fue su susto, su nivel de miedo, que ella se desmayó.

- Lee, Lee ¡ - gritó Kara

- Hija ¡ - gritó Lilian

- Déjala Alex – pidió Eliza al ver que Alex intentaba levantarle – Kara levántale amor – le pidió y ella lo hizo – en la camilla – y ella lo hizo. Alex aprovechó entonces de tomarle una muestra de sangre.

- Ella estaba aterrada – objetó Lilian muy preocupada.

- Sus ojos, algo pasa – soltó Kara asustada.

- Por hoy hemos terminado – sentenció Eliza y todos le miraron expectantes, no sabían absolutamente nada – así como está aterrada, no va a decirnos nada hoy, dejemos que descanse y que mejor se me ocurre sea en un ambiente que ella conozca, su departamento…

- Con Kara – añadió Lilian y Kara le miró confundida – ella te asocia como su hogar, si me viese a su lado pensaría que la secuestré y si se despierta nuevamente en la DEO, se va a aterrar pensando que es un experimento, no sabemos lo que sabe o dónde ha estado.

Kara miró a su madre sintiéndose tan confusa, tan pequeñita – hija, lo mejor es que despierte a tu lado, dependiendo de ella y como despierte mañana, seguiremos, hemos esperado 10 años por ella, podemos esperar unas horas más.

Lilian asintió enojada, ella no quería separarse de su Lena – más vale que la puedas cuidar hoy bien extraterrestre – le dijo antes de irse, ese era su forma de pedirle que cuide a su niña.

Kara asintió con lágrimas derramadas.

- Está bien Kar, ya hermanita – dijo Alex limpiando con ambas de sus manos la carita de ella, Maguie veía desde el fondo el desenlace, recién llegando – iré por nuestros niños, no te preocupes – le dijo abrazándole y junto a Jhon, Kara tomó a su Lena en sus brazos y voló hacia su departamento.

Éste estaba exactamente igual que hace una década, exactamente igual, Lilian había tenido el recaudo de cuidarlo tal cual, con exquisito detalle. Incluso el vaso medio lleno con agua sobre la mesada, se cambiaba dos veces por día durante todo este tiempo.

Jhon abrió los ventanales del balcón para que pasen ambas y mientras Kara le recostaba sobre su cama, él revisó cada centímetro de su departamento para mantenerlo seguro.

- Es tarde, supongo que nos veremos mañana, por favor cuídala bien.

- La cuidaré con mi vida - juró solemnemente Kara, Jhon asintió añadiendo un equipo de la DEO vigila la entrada, asumo que Lilian por su parte también, por lo que ambas podrán descansar con toda seguridad – dijo antes de salir.

Kara vió recostada a su Lee en su muy cómoda y enorme cama.

Ella le miró por unos segundos sintiendo tanta felicidad en su pecho que le abrumaba, ella quería llorar, a la par que no dejaba de agradecer a Rao por encontrarla.

Todo un misterio acerca de dónde había estado y que es eso que le pasó en los ojos que estaban todos brumosos, con una capa azulada en ellos.

Kara se sentó a su lado, mientras ella estaba recostada, Kara sin saber si se recostaba en la cama o en el sofá de la sala, preguntándose mil cosas acerca de si se despertaba, ¿ella estaría alterada? O ¿dormiría toda la noche? Miles de preguntas más, que se resolvieron al Lena despertar y casi inmediatamente cubrirse los ojos y gemir aparentemente por la luz encendida, Kara apagó el interruptor rápidamente.

- Lena, Lee, estás en tu departamento, tranquila cariño – susurró Kara con ambas manos en sus brazos, ella se sacudió un poco con temor – Lee por favor, soy yo, soy yo – repitió varias veces como mantra – soy yo mi Lee, soy tu Kara.

- ¿Kara? – preguntó ella con voz ronca apenas en un susurro, bajando sus brazos y tratando de ubicar su cara según el tono de su voz - ¿Kara?

- ¿No puedes verme? – preguntó temerosa y Lena le respondió rompiendo a llorar y con ella llorando, Kara también lo hizo abrazándole fuerte, ambas cobijándose en el abrazo de la otra.

- Kara, Kara – susurraba con mucha emotividad Lena tanteando con ambas manos su carita para ver si era ella y cuanto había cambiado, ambas sollozando y sorbiendo la nariz, Lena empezó a besarle el rostro y Kara igual, besos salados por el sabor de las lágrimas.

De eso a que Lena buscara su boca y fuera a por un beso, Kara lo permitió, ambas con el corazón expuesto en un cúmulo de emociones y sensaciones, tan intensas que no podían contenerse en su pecho.

Lena le besó apasionadamente hasta que ambas se separaron por la intensa necesidad de respirar, ambas con las frentes pegadas, respirando intensamente.

Kara miró los ojitos de su Lee, aquellos que eran fríos y sin vida, nada que ver como era su Lee.

- Kar, te necesito – susurró apenas tentando con una mano su cintura, sobre su traje de Supergirl.

¿Y ella?

Ella también necesitaba sentirla, sentir que su Lena no se había ido, sentirla lo más cerca de su corazón, por más que ella estaba casada.

Lo suyo para con Lena, su anhelo en ese momento pudo más, su amor a ella, su necesidad de sentirla más cerca.

Kara se quitó su anillo dejándolo en su mesita de noche, creyendo que Lena no lo oiría, más ella tenía muy desarrollado el sentido auditivo, al casi estar atrofiada su vista durante su estadía en dónde estuvo.

La pasión y amor en el aire.

Kara se desvistió rápidamente y con Lena lo hizo igual al ella pedírselo.

Kara le recostó en la cama y le hizo el amor por primera vez, con un brazo abrazando su cintura y con la otra en su intimidad.

- No me sueltes, no me dejes caer – pedía Lena con una mano cogiendo el cabello de Kara.

- Jamás te voy a soltar de nuevo mi Lee – le susurró entrelazando la mano que tenía en su cintura con la de ella, abrazándole cuando ella llegó intensamente arqueando su espalda y susurrando su nombre.

Kara soltó una exhalación tan profunda, sin saber que lo estaba conteniendo, ella se arrastró hacia la cabecera de la cama, siempre manteniendo contacto con su Lee, ella con un brazo rodeó su cintura y la haló hacia ella, buscando contenerla, protegerla, mantenerla junto a ella.

- Lee – susurró esta vez con una sonrisa pequeñita, una de adoración, ella colocando un mechón de cabello detrás de su oreja con mucha delicadeza.

- Otro – pidió adorablemente ella manteniendo los ojos cerrados y jugando con su nariz al rozar la de Kara en un muy adorable beso esquimal, ella guiándose por los sonidos.

¿Y quién era Kara para negárselo?

En ese momento, ella era incapaz de negarle nada, por lo que recorriendo con las uñas su espalda causando algo muy parecido a un muy suave ronroneo fue por su segundo orgasmo, Lena tenía la misma intención, tanteando con su mano la intimidad de Kar, quién jadeó ante el toque, eso causó una sonrisa traviesa en Lena, la primera desde todo.

Ambas con lágrimas derramadas, empezaron a moverse con el vaivén de sus dedos y caderas.

Ambas vinieron juntas, susurrando el nombre de la otra a centímetro de sus bocas.

Después de ello, Kara le recostó sobre ella y empezó a acariciar su espalda hacia arriba y abajo, con la otra mano le acariciaba su carita, con Lena recostada sobre su pecho, ella jugando con su mano con el pezón de Kara.

Ambas muy rojitas – oh oh – susurró Lena dándose cuenta de lo que había ocurrido entre ambas, con lo que después se puso a llorar, ya que había pasado a su pensar, tiempo infinito sin ella.

Kara también se puso a llorar, si todo parecía un sueño, el haber recuperado a su Lee después de creerle muerta.

Ambas lloraron, al inicio talvez por la tristeza infinita, pero luego, de felicidad, de amor, al haberse encontrado.

Y con Lena aferrándose a ella como si fuera una tabla sobre el infinito mar, Kara habló – Lee, sé que tenemos que hablar y yo escucharte mucho – Lena asintió – pero ahora no es necesario, ahora puedes descansar, siendo ya de madrugada.

- No quiero, te vas a ir – pidió ella sollozando.

- No me voy, a ningún lado, acabo de encontrarte, no pienso soltarte Lee, verás que cuando despiertes, sigo aquí, sólo que talvez con más ropa – añadió causando risitas en su Lee.

- ¿Promételo? – pidió ella seria.

- Lo prometo – acordó Kara.

Lena igual no quiso dormirse, quiso aguantar todo lo que pudo, pero estaba tan agotada.

- Vamos mi ángel, vamos cariño duérmete mi princesa – susurró.

Y Lena siguió adorablemente intentando no dormirse, y cuando Kara empezó a cantarle, ahí se fue el sueño de Lena, ella había añorado poder escucharle desde siempre y ahora que la tenía a centímetros de ella, por más agotada que estuviera, ella se aferró al tono de su voz.

Y Kara se aferró a ella.