― Sigo sin poder leerte apropiadamente ―la voz de Jeanne sonó calmada mientras que veía a su maestro que se encontraba sentado frente a ella.

― ¿No es eso algo bueno? ―la pregunta de Naruto hizo que Jeanne alzase una ceja. ― Porque yo sí puedo leerte perfectamente, eres demasiado expresiva ―al momento de decir eso Jeanne entrecerró los ojos y vio a su maestro.

― Sinceramente siempre me pregunto porque nunca te asesiné cuando pude ―dando un suspiro cuando dio esa exclamación, Jeanne llevó una mano a su frente y se frotó la sien. ― No, de hecho, siento que algo me falta a cada momento en el cual estoy intentando cumplir mi objetivo ―Jeanne suspiró ante eso.

― Supongo que esa es una declaración de que no quieres dañarme ―la voz del rubio fue feliz como siempre.

Jeanne ya se estaba cansando de eso.

― No, cuando pueda te asesinare, por cierto ¿No son esos cuchillos que usaste hace rato? ―Jeanne caminó hasta el rubio frente a ella.

Moviendo su mano para tomar aquel cuchillo extraño, Jeanne alzó uno frente a su cara y examinó la pieza de metal.

Había varias marcas de hendiduras en el arma.

― Se lo que piensas, pero, no importa que haga, el acero negro no puede ser un noble phantasm ―Naruto comentó aquello con un suspiro.

Jeanne entendió a lo que se refería, pero de igual manera, tenía bastante curiosidad.

― ¿Cómo lograste reaccionar a tiempo? Archer era todo, menos débil, quizá yo fuera mucho más rápida que él, pero, sus movimientos eran demasiado extrañas ―Jeanne se sentó en la mesa frente a Naruto y estiró los brazos.

― Lo sé, quizá fue un simple cruce, pero, no voy a ganarle en una pelea de armas, de hecho, no dudo de tu fuerza y velocidad, pero hay algo raro cuando lo ataqué ―Naruto miró a Jeanne que bajaba los brazos y dejarlos a los lados.

― No contestaste mi pregunta, pero sí, te movías bien, pero Archer lo hacía mejor ¿Viste sus estadísticas? ―Naruto negó con la cabeza a la pregunta de Jeanne.

― No podía, y eso me enoja, mis ojos son especiales, por lo cual, que exista algo así…como sea, supongo que no es un espíritu heroico por nada, pero de igual manera, no lo reconozco ―Naruto se reclinó en su silla y pensó.

Jeanne vio a su maestro con los ojos cerrados e intentando concentrarse.

A los ojos de Jeanne…

Se veía lindo hasta cierto punto.

No, lindo no sería la palabra correcta, apuesto…

Asqueroso…

― Es difícil concentrarse cuando alguien te mira tan fieramente ¿Te enamoraste de mi princesa? ―una sonrisa apareció en el rostro de Naruto. Jeanne se puso roja y se bajó de la mesa.

― Ya quisiera zorro estúpido, eres realmente un maldito a veces, y una cosa ¡Deja de llamarme así! ―Jeanne se cruzó de brazos y caminó hasta uno de los sillones en la sala.

― Pensé que te gustaba, estabas sonriendo la última vez ―Jeanne llevó sus manos a su rostro y busco algo.

Luego entendió.

El rubio solo la engaño.

La risa estruendosa de Naruto hizo que Jeanne se enojara.

Siempre buscaba burlarse de ella.

― Eres desagradable ―Jeanne quiso decir algo más, pero no pudo.

Vergüenza.

― Lo siento, pero eres demasiado tierna para tu propio bien ―la risa de Naruto hizo que un ligero tartamudeo saliese de Jeanne intentando procesar aquellas palabras, y al mismo instante en que intentaba insultar al rubio.

Naruto solo pudo ver la reacción de su servant.

Era demasiado linda.

Incluso si actuase como un mojigato, eso solo añadía parte del encanto.

― ¿Cómo se encuentra? ―una voz preocupada hizo que la persona a la cual fue dirigida diera un suspiro.

― Nada bien, es como si sus circuitos y alrededor de lo que sería su corazón estuvieran cerrados a tal punto en el que puede que no los vuelva a poder usar ―la voz cansada vio como el rostro de la persona la cual preguntó se deformó en una mirada preocupada.

― Thosaka, ella ¿Va a estar bien? ―Rin miró al joven frente suyo y se puso de pie dejando a la joven que había estado cuidado.

La maestra de Berserker, estaba acostada en uno de los futones de la casa de Shirou.

El mismo Shirou estaba parado frente a Rin a espera de lo que le pasaría a la joven.

― No lo sé, en términos humanos, ella estará bien, pero es parte homúnculo, creo, no lo sé, sus circuitos están cerrados, y no tengo la menor idea como liberarlo, necesitamos al falso maestro ―Rin terminó viendo a Shirou a los ojos.

― ¿Era eso…? ―la pregunta de Shirou fue dado mientras que apretaba el puño en frustración.

― No puedo decir con certeza que fue, pero es alquimia a lo que puedo deducir, Archer tiene sus dudas, pero también cree que es parte de esa rama, pero parece más alquimia oriental ―Rin terminó.

Girando para ver a la joven de albina una vez más, Rin dio un suspiro y camino hasta la salida de la habitación.

Shirou miró una última vez a la que se auto proclamó su hermana.

No se sentía correcto.

Saliendo de la habitación y cerrando la puerta se giró y vio a Thosaka que estaba esperando que saliese.

― Tengo unas dudas, y Archer notó algo, si vamos a estar en alianza, es mejor tratarlo cuanto antes, y, sobre todo, llama a saber ―Rin habló para caminar hasta la sala de la casa.

Shirou solo podía sentirse inútil una vez más.

Tan cerca de poder salvar a alguien.

Pero a la vez de una manera casi imposible.

Shirou solo caminó hasta la sala donde pudo ver a Rin y Saber esperándolo.

Pero no había señales de Archer

― ¿Dónde está él? ―la pregunta de Shirou fue recibida con Archer materializándose a su lado.

Archer apareció con el ceño fruncido y los ojos entrecerrados.

― ¿No te estas apurando demasiado? ―Archer preguntó con burla a Shirou.

El joven solo pudo suspirar para sentarse y esperar lo que Archer tenía que informar.

― Dijiste que descubriste algo, Archer ¿Qué? ―la pregunta hizo que el hombre diera un suspiro.

Rin preguntó con bastante curiosidad, mucho más de la que usualmente solía exhibir.

― Supongo que ya tenías tu teoría, pero hay un octavo servant ―Rin alzó las cejas con curiosidad.

― El falso maestro era uno, lo sé, pero no pensé que sería un extra…pero esto…no tiene sentido ―Rin comentó poco a poco mientras que intentaba calcular las palabras de Archer.

De hecho, Rin tenía esa suposición, pero a la vez la descartó casi al instante, por el hecho de que no había registros de algo así.

― Pero no creo que algo como esto sea lo que quieras informar ¿Me equivoco? ―Rin preguntó al fina, ganándose una sonrisa de Archer.

― Lo que quiero decir, es que entre "Tu maestro" y la "Servant" creo que tu maestro es el servant ―la respuesta de Archer hizo que Rin parpadease.

Parpadease, una, dos, tres veces en el intervalo de un par de segundos.

Fue casi al décimo segundo en que recién sacó un "Eh" de su boca para mirar a Archer como si estuviera bromeando.

― ¿No estas jugando verdad? ―la pregunta de Rin fue ahora con una voz temblorosa.

― Me gustaría, pero bueno, eso fue lo que sentí ―Archer hizo una pequeña reverencia con la cabeza antes de desaparecer.

Rin se reía por la información dada.

Debía ser un chiste.

― ¿Por qué estamos aquí? ―la pregunta de Jeanne fue de curiosidad.

No había tono extra en su voz, era bastante relajada en parte.

― Porque alguien le encanta comer todo lo que encuentra ¿No tienes miedo de tener un par de rollitos? ―la risa de Naruto solo se ganó un ligero punta pie de Jeanne.

Y un tono rojo se asomó de las mejillas de Jeanne.

No era culpa de la mujer.

Al menos eso era lo que Jeane se repetía.

No era su culpa.

Solo que la comida se veía bien y no entendía si lo que sentía era el concepto de "Hambre"

― No lo digas como si fuera un animal, en todo caso, tú lo serías ―Jeanne respondió, pero a diferencia de lo que esperó.

No se ganó ningún signo de molestia, no solo una breve risa de Naruto para luego que el rubio tomase algo de los estantes.

Ambos estaban haciendo las compras.

Jeanne más viendo como el rubio compraba las cosas que otra cosa.

En parte, le fue entretenido a Jeanne, como servant, que ella sabía que era los conceptos del mundo moderno, pero el verlo y experimentarlo.

Fue realmente una nueva experiencia.

Que ella estaba disfrutando.

No había iglesia y señales ahora.

No había hordas de enemigos, no había nada que le dijese que hacer.

Solo…

Vivir la vida.

― ¿Puede tomar el papel de ese pasillo? ―la pregunta de Naruto hizo parpadear a Jeanne.

Asintiendo con la cabeza, caminó hasta el extremo señalado.

Vio el papel que el rubio solía tener en casa.

Casa.

Fue complicado el término.

¿Pudo tener un lugar al cual llamar casa antes?

Compañeros, bastidores, compañas.

Nada de eso ahora importaba.

La humanidad actual era realmente…

Jeanne parpadeó ante el intento de agarrar el papel.

Intento que se vio frustrado por su altura.

No, la humanidad debía ser exterminada.

Dándose vuelta al escuchar una risa.

Pudo ver como el rubio estaba riéndose mientras que tenía un teléfono.

Ah…

Jeanne entendió.

El hijo de puta lo hizo apropósito para filmarla y reírse de ella.

― Tu… ―El rubio caminó ignorando el reclamo venidero de parte de Jeanne y se puso detrás de la albina y tomó el papel.

― Lo siento, es que no pude evitarlo, es que viéndote como te vestiste hoy, no pude evitarlo, eres demasiado adorable ―Jeanne se enojó al momento de escuchar esas palabras, pero no dijo nada.

El cumplido le gustó en parte.

En vez lo que sería las botas que normalmente usaba, solo tenía unos tenis bajos, unas medias que se escondían entre los pantalones largos apretados, jeans de color negro y un suéter de cuello de tortuga de color blanco.

La apariencia era demasiado moderna para un servant.

Y Naruto le gustó, en parte se veía adorable y otra parte se veía como si fuera totalmente ajena a la situación actual.

Una mirada que pasó de diversión a la calma, y de la calma a una mirada que indicaba nostalgia llegó a Naruto.

Jeanne alzó una ceja, esa no parecía la misma mirada que había dado el rubio hace unos minutos.

La burla y diversión se fueron al momento en que cerró los ojos una vez más y sacó una risa seca.

― ¿Qué pasa? ―fue uno de esos momentos raros en los que el rubio mostraba más emoción que la del simple bromista o alguien que parecía tranquila.

Naruto parpadeó unos instantes, viendo el rostro de Jeanne.

En vez de ver los ojos dorados de la mujer vio sobre ellos ojos claros casi blancos.

― ¿Naruto? ―Naruto volvió a la realidad al momento de ser llamado.

Una mano se extendió del rubio y llegó hasta la cabeza de Jeanne.

Acariciando el cabello.

Naruto bajó la cabeza y cerró los ojos.

Y se dejó apoyar en Jeanne unos instantes.

La mujer no dijo nada.

Solo se quedó estática a espera de lo que el rubio quería.

Fue raro, para ambos.

Uno llegó a una realización.

Otro pensó en lo que debía seguir.

Ambos por una causa.

Obtener lo que deseaban.

Por más gran pecado que fuese aquello.

Jeanne no había dicho nada en todo el transcurso de las compras.

Solo veía como el rubio terminaba de recolectar las cosas y pagaba con lentitud.

Parecía algo fuera del estado de ánimo actual.

― ¿Sucede algo? ―la curiosidad de Jeanne llegó cuando vio como el hombre parecía recuperarse de su estado nostálgico.

― Solo tengo algunas cosas en mi cabeza ―la sonrisa del rubio fue falsa.

Y Jeanne no tuvo problemas para decir eso.

Un suspiro fue dado por Jeanne antes de darle un ligero empujón al hombro del rubio.

― Solo porque ahora estamos en calma, no significa que estamos fuera de la guerra ―Jeanne le comentó al rubio.

Naruto bajó la cabeza y dio un suspiro antes de recuperarse.

― Lo sé, tengo algunas cosas en mi cabeza, sabes, el verte actuar tan linda, me trajo algunos recuerdos ―la sonrisa del rubio hizo que Jeanne suspirara de molestia.

Pero tenía algo de alivio de verlo volver a su yo actual.

― Por cada día que pasa, pienso más las cosas ―Jeanne llevó ambas manos a su nuca y caminó al lado del rubio. ― ¿Dios fue el culpable o fue los humanos? ―la pregunta de Jeanne confundió a Naruto.

― No lo sé, supongo que fue la naturaleza humana ―la voz del rubio hizo que Jeanne lo mirara.

Seguía con un tono algo deprimido.

Pero eso no significaba que no iba a seguir.

― Error ―Jeanne comentó haciendo que Naruto parpadease.

― Dios no tiene nada que ver con las acciones que tomaron los humanos al quemarte ¿Entonces por qué? ―Naruto preguntó haciendo que Jeanne suspirara.

― No estoy diciendo que fue culpa de Dios tampoco ―ahora la confusión plasmada en el rostro de Naruto hizo que Jeanne se divierta.

Era divertido ver al hombre confundido.

― ¿Entonces? ―la pregunta solo hizo que Jeanne bajara las manos y se acercaba al rubio.

Tomando una de las bolsas que cargaba el rubio.

Jeanne se adelantó un poco.

Giró sobre uno de sus pies y se puso frente al rubio.

Llevando la bolsa que tomó junto con las manos a la espalda.

Jeanne sonrió.

Una sonrisa que fue vista fue a contraste del atardecer que estaba detrás de la mujer.

La sonrisa que Jeanne dio.

Fue una sincera.

― A la única que debí culpar de todo, debió ser a mí misma ―Naruto abrió los ojos ante las palabras de Jeanne.

Raro.

Todo lo contrario de lo que la mujer había dicho hasta hace poco.

De hecho.

Tampoco había escuchado a la mujer murmurar nada sobre Gilles.

Avanzó.

Jeanne comprendió su error.

― Pero fueron los humanos los que te quemaron, fue Dios quien te puso esa carga, fueron ambos los que te hicieron quién eres ahora ―Naruto habló viendo sin entender a Jeanne.

Jeanne solo se rio y se dio la vuelta para seguir caminando.

― Quizá, pero ¿Importa ahora? ―Jeanne continuó mientras que dejaba a un Naruto estático en el camino.

Naruto alzó su mano derecha y vio las vendas.

¿Era así al final?

― Me sorprende como cambiaste tanto en una noche ―las palabras de Naruto hicieron que Jeanne resoplara con burla.

― No fue una noche, ya tenía estos pensamientos surcando por mi cabeza por bastante tiempo, es solo… ―Jeanne respiró profundo antes de suspirar. ― No tenía mucha noción de lo que pesaba, supongo que vivir como un humano de en este lugar…es divertido ―alzando los hombros y dejándolos caer, como si le restara importancia.

Jeanne sonrió un poco y siguió el camino.

Naruto solo pudo ver a la mujer de pelo ceniza caminar con tranquilidad.

No parecía que estaba en una guerra.

No, de hecho.

Era como si la mujer estuviera dejando todo lo que demostró hace unos instantes de lado.

Aquello era bastante…

Lamentable.

Una mirada muerta fue dada de parte del rubio, Jeanne seguía caminando con tranquilidad y no vio como el rubio dejó pasar una cara plana.

Ojos que parecían juzgar.

Y no comprendían que veían.

― ¿Logró ponerse estable? ―la pregunta de Shirou fue dada a un hombre de pelo castaño oscuro que estaba parado frente a él.

Con una expresión tranquila el hombre contestó.

― De hecho, debo decir que no estoy acostumbrado a tratar a alguien tan alterado, no sé que le pasó, pero parece como si la mayor parte de las alteraciones fueran fritas y se convirtieron en coágulos, no comprendo muy bien cómo sobre llevará esto, pero parece que la mayor parte de los circuitos se cerraron o pasaron a conectarse con venas y nervios, es curioso, abominable, pero curioso ―el hombre comentó mientras que cerraba los ojos y miraba al joven frente suyo.

― Basta de tus divagaciones Kirei ―Rin habló mientras que se levantaba de unos de asientos de la iglesia, iglesia la cual estaban para poder recibir un tratamiento más decente para Illya.

No se veía nada bien en el momento en que dejó el bosque.

Al menos ahora se le vía más estable.

― Mis disculpas, pero como puedes ver, tendré que hacer algunas otras operaciones para poder sacar el material restante, parece ser que la alteración de años fue llevada a la nada en instantes, es bastante pesado, he de decir ―Kirei comentó con una simple sonrisa.

Nada bueno pasaba con una sonrisa de Kirei.

Lo primero que alter sintió cuando abrió los ojos fue cansancio.

Cansancio que dejó de lado al momento en que se levantó de la cama y se estiró.

Jeanne se sentía rara por esto.

Pero lo ignoró.

No era importante.

Caminando lentamente hasta llegar a la cocina, Jeanne abrió la heladera.

No dudo en tomar la botella de leche y empezar a beberla directamente.

― Deberías servirte en un vaso ―Jeanne saltó, abrió sus ojos y dejó que la leche se le cayera encima por eso.

Haciendo que la mujer se quede empapada.

Alzando una mano y el bote de leche.

La mujer entrecerró los ojos ante su master que lo miraba con curiosidad.

― ¿Realmente tienes ganas de morir hoy? ―la pregunta de Jeanne fue recibida con una sonrisa de lado del rubio.

― Puede ser, nunca se sabe cuando uno puede terminar muriendo, es por eso que siempre hay que vivir como si no existiera otro día ―la respuesta de Naruto solo hizo que Jeanne suspirara.

― No importa, no sé porque duermo, pero no me quejo, es bastante cómodo, además, tendría más miedo por los otros servant o masters que te buscaran, eres bastante monstruoso ―Jeanne suspiró mientras que estiraba la parte baja de la camisa que tenía puesta.

Quedando solo en ropa interior.

Naruto alzó una ceja ante la acción de Jeanne.

― ¿No hay gritos o algo así? ―Naruto preguntó apoyando una mano en la mesa que tenia en frente, para luego dejar reposar su cabeza.

― ¿Con todo lo que me acosaste y perseguiste? ―Jeanne preguntó.

― Eso suena mal, y lo sabes ―Jeanne rodó los ojos ante las palabras de Naruto.

Caminando hasta el baño, Jeanne tomó la toalla que había estado usando anteriormente.

Secándose se puso la toalla sobre los hombros y volvió a la cocina.

― Pareces demasiado relajado ―Jeanne interrogó al ver lo despreocupado que estaba Naruto.

― Rider murió esta tarde ―la voz del rubio fue calmada mientras que Jeanne iba a contestar.

Pero solo pudo abrir la boca con sorpresa.

No esperó aquello.

― Entonces, Berserker y Rider fuera, por lo que entendí, Assassin y Caster no van a ser un problema, entonces solo nos deja Lancer ―Jeanne comentó caminando hasta la mesa y tomando las tostadas que el rubio tenía en frente.

Jeanne ignoró un "Eh" de parte de Naruto por el hecho de que le quitó la comida.

― ¡Eres un servant! ―Naruto se levantó y miró a Jeanne.

― ¿Y? ―la pregunta de forma en que le restaba tal importancia, hizo que el rubio diera una cara de indignación.

― Más pareces una vividora, maldita sea, te llevas todo, ni siquiera te puedo dar el titulo de esposa o ama de casa, porque solo te quedas disfrutando o durmiendo ―Naruto comentó mientras que señalaba a Jeanne.

― ¿Eres un idiota? Soy tu seguro de vida, en vez de quejarte de eso, deberías agradecerme ―Jeanne le dio otro mordisco a la tostada antes de que el rubio se levantase y estirará la mano para poder tomarla.

Jeanne frunció el ceño mientras que extendió su mano para mantener lejos al rubio.

No funcionó por la diferencia de tamaño.

― ¡Déjame idiota pervertido! ―dando ligeras patadas, Jeanne ya se estaba irritando.

― Tuvimos que ir de compras, pero te comiste todo en casi nada ¿Y no puedo comer ni siquiera unas tostadas? ―Naruto intentó tomar la tostada.

Jeanne puso su pie en el rostro del rubio empujándolo lejos mientras que alejaba su mano.

Jeanne iba a comer lo que sobraba, pero otro rubio apareció a espaldas de la mujer y tomó la tostada de golpe.

― ¿Qué? ―los ojos de Jeanne se agrandaron.

El rubio que estaba empujando estalló en humo.

― Oh…―Naruto susurró mientras que se daba cuenta.

Clonación.

Una técnica realmente avanzada.

― Eres algo a veces maestro ―Jeanne entrecerró los ojos.

Naruto no apartó la vista de Jeanne, solo se limitó a comer la tostada.

Todo eso sin que ninguno de los dos despegara la mirada del otro.

Dando un suspiro de frustración, Jeanne dejó caer su cabeza contra la mesa.

― ¿Por qué no pude tener un maestro normal? ―

― ¿No debería quejarme yo? Mi servant es una clase extra…―Jeanne rechistó la lengua para dar otro suspiro.

La puerta fue golpeada indicando que alguien estaba fuera.

― Son el maestro de saber y Archer, saber esta con ellos, pero el otro no ―Jeanne comentó mientras que se recostaba ahora en la silla.

Levantando las patas de esta.

― Ponte algo ―Naruto comentó viendo a la mujer.

― ¿Vas a abrir? No sé si eres estúpido o realmente idiota ―

― ¿No es en la segunda oración donde vendría un cumplido? ―Naruto sintió una vena saltar en su frente.

― ¿Es eso así? Quizá, pero te lo mereces ―Jeanne se puso de pie y tomó la camisa que el rubio había puesto para cambiarse.

― ¿Es en serio esto? Ponte tu armadura o algo ―Naruto se giró una vez más para ver a Jeanne.

― Ve a abrir la puerta ―Jeanne contestó haciendo una señal de desdén con la mano.

Dando un suspiro Naruto vio a la mujer.

Un servant.

Vestido con pantaloncillos cortos, medias largas negras que llegaban a los muslos, y los pantaloncillos no era visibles por la camisa naranja que se puso.

El mismo Naruto ahora solo estaba con una manga larga negro y unos pantalones grises holgados.

Si así iba a ser ella.

Que así sea.

Caminando hasta la entrada de la casa, abrió la puerta sin importancia.

Naruto pudo ver como al momento de abrir la puerta, Shirou tragó y Rin estaba quieta.

Lo más divertido fue ver que al igual que su servant, saber estaba con ropa moderna.

Curioso.

― Oh, pequeña Rin, a pasado…dos días ¿Tres? ¿Qué tal estas? ―Rin frunció el ceño ante eso.

― Que entren y cierra la maldita puerta idiota, o te voy a quemar vivo ―Rin parpadeó ante el grito de dentro de la casa.

Dando un suspiro, Naruto se hizo a un lado e indicó que entren.

Rin entró seguida de Shirou y Saber.

Los tres estaban tensos.

― No siento ningún campo puesto…―Rin comentó viendo al rubio.

― ¿Para que lo iba a usar? ―la pregunta de Naruto solo descolocó mentalmente a Rin.

Era raro.

Muy raro.

― Un magus competente lo usaría ―Rin argumentó.

Ahora la joven estaba molesta.

Una sonrisa creció en el rostro del profesor falso.

― Puede ser, pero, no veo el punto, no tengo nada aquí de valor ―Naruto alzó los hombros y los bajó, en signo de restarle importancia a eso.

― Igual alguna protección extra no…estaría…mal…―Rin se cortó lentamente al momento de ver a la servant acostada en uno de los sillones.

No dejaba una vista realmente buena de lo que pasó.

Saber miró a Jeanne, y luego vio a Shirou.

Como esperando algo.

― No quiero saber que hacen ustedes, pensar que usarían ese método…―Rin comentó mientras que giraba su rostro.

Jeanne alzó una ceja, pero no le importó.

― Dejando lo que hacemos la princesa y yo solo ―un cenicero voló a la cabeza de Naruto derribándolo al instante.

Los tres recién llegaron parpadearon en sorpresa y horror.

― ¿Sensei? ―Shirou preguntó viendo al hombre en el suelo.

― No te preocupes por el idiota, solo está fingiendo ―poniéndose de pie, caminó hasta donde estaba el rubio.

Y empezó a patearlo en el suelo.

Rin estaba sin comentarios.

Era obvio que el rubio no estaba sufriendo daño, y era obvio que el servant no estaba haciendo más de lo que debía.

― Esto es maltrato domiciliario ―Naruto reclamó.

― ¿Puedes morir? ―Jeanne preguntó haciendo que el rubio se callara.

Un par de patadas más.

Y Jeanne suspiró, casi como si estuviera renovada.

― Entonces ¿Para que vinieron aquí? Pequeños bastardos ―Jeanne sonrió viendo a Rin.

No hubo palabras en los primeros segundos.

― Queremos respuestas de tu maestro ―Shirou fue el que habló haciendo que Naruto alce la cabeza en signo de prestar atención.

Jeanne misma dejó de patear al rubio.

― ¿Respuestas de? No recuerdo haber hecho algo que haga que ustedes quieran algo como eso ―Naruto puso su codo como para apoyo de su brazo y dejó que su cabeza descanse en la palma de esta.

― Necesitamos saber que le hiciste a la maestra de Berserker ―Naruto escuchó a Rin hablar ahora.

― Oh, eso, la eliminé de manera sutil ―el rubio apartó la mirada y se giró en el suelo.

Jeanne suspiró cuando vio la actitud infantil del rubio.

Pero ahora era más un actuar plano.

― Sus circuitos colapsaron por completo, esta sometida a cirugía para remover las partes que van en formación de necrosis, por no decir la manipulación, debo suponer que eres de Atlas ―Rin entrecerró los ojos viendo al hombre acostado en el suelo.

― Quizá, pero no ¿O sí? No importa de igual manera, la alquimia es parecida, pero no a la vez, uso algo más en sintonía que solo la mente ―la respuesta de Naruto hizo que Rin pensase.

Pero era demasiado vago.

― Si ella sigue así morirá ―Shirou fue el que habló.

Había convicción en la voz del joven pelirrojo.

― No lo hará, de hecho, las cirugías no serán necesarias de igual manera, hago mi trabajo de manera de obtener las cosas estables, solo déjala descansar, conozco el cuerpo de los homúnculos mejor de lo que piensas ―la respuesta solo hizo rechistar a Rin.

― Entonces Atlas ―

Naruto rodó los ojos ante aquella mención.

No importaba de igual manera.

Iba a dejar que crean lo que quieran.

― Si eso es todo, les recomiendo que se retiren, con servant fuerte o no, es muy descuidado como entraron a territorio enemigo ―Naruto vio a Jeanne quien frunció el ceño.

― No, no es todo, pero, antes que nada ―Rin alzó los ojos y vio a Jeanne que estaba con los brazos cruzados.

Dando un suspiro Rin habló.

― Es solo curiosidad, pero, no entiendo algo, el verdadero maestro es esa mujer ¿Verdad? ―en todo el tiempo que el rubio estuvo quieto y restándole importancia a las cosas.

Fue cuando las que la joven mencionó que reaccionó.

Dos ojos brillantes de color oro con una rejilla horizontal se presentaron.

Hubo un fuerte ruido seguido de viento que llenó la habitación.

― ¿Qué? ―Saber tenía los ojos abiertos.

Había cambiado de inmediato a penas vio al rubio temblar.

La espada que tenía estaba atrapando el brazo extendido del rubio.

Excalibur, si bien en su estado oculto.

Estaba siendo forzada hacia abajo.

Bastante monstruosa la fuerza.

Lo raro.

La mano del rubio no estaba haciendo contacto con la espada, pero de igual manera estaba siendo forzada hacia abajo.

Rin solo pudo sentir el viento a su alrededor, no pudo ver el movimiento de ninguno.

De saber y Naruto.

Jeanne misma estaba con los ojos abiertos.

Ella misma sabía que estaba más débil que en un comienzo.

Pero esto era ridículo.

― Pensar que lo bloquearías…―una sonrisa nerviosa vino de Naruto mientras que una gota de sudor frio se derramó de la frente de este.

Saber era mucho más fuerte de lo que esperó.

― ¿Qué pasa con esa reacción? Parece como si todos aquí tuvieran clarividencia o algo así ―Naruto comentó mientras que presionaba más su mano hacia abajo.

Ambos.

Mano y espada temblado.

Los ojos de Naruto se abrieron al sentir como la espada tocó su manó y le cortó un poco la palma.

Saltando hacia atrás, el rubio tomó a Jeanne y retrocedió.

Lo que hace unos instantes fue una habitación intacta ahora solo era un cumulo de muebles rotos.

― ¿Acabas de tocarme? ―Naruto preguntó viendo su mano y la espada.

Saber tomó postura mientras que la apuntaba al rubio.

― Bastante descarado intentar matar a alguien por sorpresa ―Saber entrecerró los ojos.

― Jeanne…―el susurró de Naruto fue en vano.

Puesto que la mujer ya estaba en su armadura.

Con la espada en alto.

― Lo sé, pero, no te acerques, es obvio que tus trucos no funcionan en alguien así ―Jeanne comentó mientras que tomaba postura.

Rin alzó una ceja.

― ¿No tienes curiosidad? Te llama Jeanne, pero lo único que se me viene a la mente es Jeanne DˡArc, pero no te pareces en nada, es obvio que eres incluso mucho más humana que el rubio ―Jeanne alzó una ceja ante las palabras del magus castaño.

Ganó su atención.

― Explica…―Jeanne sintió la mirada de Naruto, una mirada de traición.

― Archer lo notó, al parecer el es bueno viendo más de la cuenta, dice que estás viva, en el sentido humano ¿No notaste algún descenso en tu fuerza? Si es que fuiste invocada claro está, pareces una reencarnación ―Rin expresó.

Mentalmente.

Archer le afirmó que estaba en posición de tiro por cualquier cosa.

Era obvio que no iban a entrar sin un plan.

Había gemas a lo largo de la casa y la calle.

Todo por si algún incidente como el actual llegaba.

― Es divertido lo que dices ―Jeanne sonrió con fiereza mientras que tomaba posición.

Ojos dorados miraron fijamente a Rin.

Jeanne siempre estuvo curiosa de su situación.

Pero.

Esto era otra historia.

Rin tragó al ver la reacción de Jeanne.

Fuera del conocimiento de los recién llegados.

Era como si las acciones de Jeanne se tornaran como las de un comienzo.

El odio aumentó.

Y Naruto lo notó al instante.

La ventaja que le daba la clase de Avenger estaba en camino a potencia.

Una mano se puso sobre el hombre de Jeanne.

No fue instantáneo, pero poco a poco.

El la expresión depredadora desapareció.

Cosa que no se notó por el tiempo tomado.

Rin se lamió los labios viendo a Jeanne.

― Sientes necesidades humanas ¿No? ―Rin entrecerró los ojos viendo a la mujer.

― De hecho ―Jeanne estuvo de acuerdo.

Demasiado humano.

― Sinceramente por muy divertido que suene tu teoría, fui convocada, y tengo una conexión maestro sirviente con este idiota, tengo todos mis atributos, es lindo escuchar eso, pero, no tiene sentido, ni siquiera tengo sellos de mando, el idiota sí ―Jeanne suspiró antes de pensar en cosas más complicadas.

Suspirando como si levantara una carga movió los hombros.

― Supongo que me llamaste débil ―Rin parpadeó ante el cambio repentino de la mujer.

Una bandera se materializó en la mano de la mujer.

Dejando una espada en una mano y la bandera en otra.

Mas que una hasta bandera, parecía una lanza.

― Creo que no me están tomando suficientemente enserio ―la sonrisa de Jeanne creció mientras que agitaba la espada.

Saber tomó a Rin de inmediato.

El fuego estalló en el lugar.

― ¡Mi casa! ―la voz indignada de Naruto fue audible.

― Cállate, sé que tienes oro guardado, con eso te compras la puta ciudad ―la forma en la que Jeanne habló hizo que el rubio alzara las manos en signo de rendición.

Pero igual se pudo ver la sorpresa pintada en el rostro de todos.

Un vocabulario bastante profano, a decir verdad.

Naruto vio como Jeanne y Saber saltaban entre la ciudad, corriendo y persiguiéndose alejándose de donde estaban.

Bueno, no era como si el área donde vivía el rubio fuera muy poblada de igual manera.

Naruto se quedó quieto viendo como ambas mujeres desaparecían.

Silbó mientras que cambiaba su vista hacia los dos maestros que quedaron solos.

― Bueno, supongo que es un dos versus uno, pero penosamente siguen en desventaja ―la sonrisa del rubio creció al ver a Rin dar un paso atrás.

El chico Emiya dio un paso adelante con una espada de madera.

Las líneas llenaron el arma mientras que este exudaba una energía rara.

― Veo, entonces eres de combate cuerpo a cuerpo ―Naruto movió hacia un lado su cuello haciendo que truene.

El no iba a ir en serio con los niños.

Quizá por instinto quería silenciar a Rin en aquel momento.

Pero se agradecía que no lo hubiera hecho.

Sin querer, Naruto se mordió el labio.

Realmente estaba pensando de la manera incorrecta.

Dando un suspiro de cansancio se remangó la manga larga que estaba portando.

― Supongo que debemos comenzar ¿No? ―tomando postura.

Naruto piso fuerte.

No iba a ir más allá de su estado base actual.

Además.

Había unos cuantos ojos molestos alrededor.

― Bueno ―Naruto alzó una mano e indicó que vinieran

Rin alzó su mano y apuntó al rubio.

― ¿Empezamos? ―

No sé qué decir.

A parte de que Jalter es mi religión, "Prayge"

Sé que tarde mucho.

Pero como dije en otras historias.

Se me encimó miles de cosas, la universidad me llenó cosas, y mi única motivación es leer comentarios, y luego olvidarme lo que escribí para poder leerlo, bien narcisista, pero tengo ciertos gustos. Y leer que este Jalter en una historia sin que sea un harem masivo es una preferencia.

Y bueno, ahora tengo algo de libertad.

Así que e estado escribiendo en estas dos semanas algo como…no sé ¿30k de palabras? Creo que un par de miles más y ya se suma a una novela corta.

El próximo capitulo va a ser después de mi otra historia.

¿Qué es una guerra del santo grial? La estoy subiendo cada fin de semana ¿Por qué? Porque era un One-shot y no estoy argumentando cada detalle como aquí.

Como la protagonista, Kane Himuro, como sea, espero que les guste el capítulo.

Posiblemente si no tengo problemas actualice el miércoles que viene también.

Ah, ahora tengo que trabajar en Y seguimos viviendo, y luego en otras dos historias más, pero no Y seguimos viviendo es la única que me preocupa, por el hecho de que son 12k por capitulo.

Toma varios días terminar de escribir.

por cierto, disfruten de los buenos momentos.

Bueno, espero que disfruten esto y los veo en la siguiente actualización.