Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Isane veía con extrañeza a su capitana, ella llevaba toda la mañana cantando la misma melodía mientras se hallaba regando flores.
Isane estuvo durante toda la noche buscando a Unohana, no era habitual que a aquellas horas la capitana estuviera fuera de la cuarta división y se preocupó, pero tuvo una leve idea de dónde estaba pero prefirió mantenerse en silencio.
Sin embargo, sentía curiosidad por saber qué es lo que tenía su capitana con el hombre que fueron a buscar ayer en un distrito Rukongai, Son Goku.
-Unohana-taichō... estuve muy preocupada por usted, ya que no se presentó en los cuarteles de la cuarta división -habló Isane con voz suave.
Unohana dejó de tararear por unos instantes y posó sus ojos oscuros en la figura de su teniente.
-Tuve que arreglar un asunto del pasado y me tomó toda la noche -habló Unohana eufemísticamente con una bella sonrisa.
-Oh... ya veo... -Isane asintió habiendo comprendido lo que quiso decir su capitana, incluso si no lo había dicho explícitamente le había quedado claro lo que quiso decir ella.
Unohana estaba en un mar de felicidad en estos momentos, no podía pedirle más a la vida porque lo tenía todo y con eso era suficiente para ella.
Ayer tuvo una de las mejores noches de su vida y daría lo que fuera por que todos los días de su vida fueran así, mas ella tenía el presentimiento de que su felicidad no duraría mucho tiempo.
Alejó esos pensamientos de su mente y siguió tarareando baja lo mirada de su teniente Isane.
Dentro de unas horas sería la reunión de la asociación de mujeres Shinigami, en el Gotei 13 sólo habían dos mujeres que ocupaban el puesto de capitanas pero habían tenientes y oficiales.
Entre ellas estaban Rangiku Matsumoto teniente del escuadrón diez, Mayuri Kurotsuchi la teniente del escuadrón doce o Kiyone Kotetsu oficial del escuadrón trece y hermana menor de Isane.
"Buenos días capitana Unohana"
Unohana abrió sus ojos al oír aquella voz, no se dio la vuelta al instante pero lo hizo por respeto.
-Buenos días capitán Aizen... ¿Qué le trae por aquí, la cuarta división...? -quiso saber Unohana intentando sonar lo más amable posible, ella no sabía porqué aquel sujeto le daba mala espina.
Los lentes de Aizen brillaron por unos instantes acompañados de una suave sonrisa en el rostro del hombre, quien alzó su mirada al cielo.
-Tengo entendido que... usted conoce a Goku-dono mejor que nadie en el Seireitei, si no es mucha molestia, ¿podría hablarme sobre él? Me gustaría saber más sobre el futuro capitán del escuadrón trece y mi compañero -habló Aizen con una sonrisa mientras ajustaba sus lentes.
-Lo lamento capitán Aizen... pero todo lo concerniente a Goku-dono se dijo ayer en la reunión y no hay ninguna otra información que pueda ofrecerle -respondió Unohana de manera suave, era mejor ser precavida con Aizen.
Lo único que sabía Aizen hasta ahora es que Goku fue miembro original del Gotei 13 y alumno del capitán comandante Shigekuni Yamamoto.
No tenía ninguna idea clara sobre su poder pero teniendo en cuenta que era de los Shinigami más antiguos de la sociedad de almas su poder tenía que ser alto como para no tomárselo en broma.
-No se preocupe capitana Unohana, de todas formas sólo ha pasado un día y el tiempo es un río que no desemboca -añadió Aizen sonriendo.
Unohana asintió ante aquellas palabras y vio cómo Aizen daba media vuelta y caminaba de regreso hacia el cuartel de la quinta división.
Isane intercambió una mirada con su capitana, ella también tenía un mal presentimiento sobre Aizen pero se resignó a pesar que eran tonterías suyas, aunque en el fondo no estaba tan errada...
Horas después.
"¡LLEGO TARDE!"
Un grito resonó por uno de los pasillos de la academia Shinigami, todos vieron extrañados al ver correr a una muchacha vestida con un uniforme rojiblanco mientras que corría.
"Renji ésta me las pagarás"- se dijo Rukia apretando sus puños mientras corría hacia su aula de clase, ya estaba llegando muy tarde.
Rukia había ingresado en la clase para estudiantes normal debido a que en el examen de acceso a la academia Shinōreijutsuin obtuvo un puntaje medio en la calidad de su Reiryōku.
No le importaba aquello, había logrado su objetivo que era empezar su camino como Shinigami, con eso podría aspirar a una vida diferente a la que tuvo en el Rukongai.
Renji y ella se criaron en uno de los distritos más pobres del Rukongai, el distrito 78, donde tener un plato de comida era una bendición que casi nadie tenía, por eso eran común los robos y atracos.
Rukia mismo tuvo que aprender a delinquir para sobrevivir. Renji, los demás y ella robaban en varios mercados con tal de tener algo que llevarse a la boca, por más mínimo que fuera.
Hasta que un día aquel sujeto apareció, Rukia todavía recordaba las palabras que oyó aquel día.
"No es justo que una niña como tú esté viviendo en estas condiciones... no es justo que miles de personas sufran diariamente, lo único que puedo hacer por estas personas es ayudarlas aunque no sea suficiente para subsanar toda esta situación"
Desde ahi vinieron los días felices para ella y para los de su grupo, no había semana en que no comiesen y todo gracias a aquel sujeto quien les daba alimentos y también a los del distrito 78.
Claro hubieron días en que no tuvieron nada que comer y se vieron obligados a robar nuevamente, por eso Rukia se marcó el objetivo de convertirse en Shinigami y Renji hizo lo mismo que ella
"Son Goku..."- Rukia recordó el nombre del hombre que ayudó a su distrito durante un buen tiempo, nunca pensó que volvería a verle y menos en el Seireitei, todo aquello le intrigaba bastante.
"¡Hey hey espera!"
Rukia detuvo su carrera creando una capa de humo con su frenado, se giró para ver quién le llamaba y vio a un muchacho alto y rubio.
-Humm... tu debes ser Iduru Kira, ¿verdad? El amigo del idiota Renji -habló Rukia con algo de rabia al pronunciar el nombre de su amigo.
-S-si y tú debes ser Rukia, ¿verdad? -preguntó Iduru con una sonrisa nerviosa al sentir cierta hostilidad en las palabras de Rukia, quien asintió.
Iduru estaba en la clase de Renji, la clase avanzada. Renji sintió algo de envidia por el talento de Iduru pero éste le ofreció su amistad tras notar el resentimiento de Renji hacia él.
-Voy con algo de prisa estoy llegando tarde a clase... -Rukia estaba a punto de marcharse pero Iduru hizo un sonido para que ella se detuviera.
-Han suspendido las clases por hoy debido al nombramiento de un nuevo capitán en el Gotei 13, Onabara-sensei y los demás profesores van a asistir al acto -habló Iduru y Rukia abrió sus ojos.
Rukia bajó sus hombros con derrota y soltó un suspiro, se sentía tonta al haber corrido y gastado su aire por nada, Renji se las iba a pagar caro.
Sin embargo le entraba la curiosidad por saber sobre el evento, así que sin previo aviso dio la vuelta y reanudó la carrera sin tener rumbo.
-¡Oye espera! -exclamó Iduru al ser dejado atrás por Rukia, Renji tenía razón al decir que ella era muy enérgica pero no se esperó que fuera así.
Tiempo después.
Rukia se detuvo en medio de un campo donde se hallaba un escenario improvisado, cientos de personas estaban presentes para la ocasión.
Iduru se detuvo a su vez y se apoyó sobre sus rodillas soltando varios jadeos, le entrañaba que Rukia apenas mostrara signos de cansancio.
"¿Rukia?"
Cuando Rukia oyó aquella voz no perdió ni un solo segundo y corrió hacia la persona que le había llamado y le estrelló un fuerte puñetazo en la boca antes de empujarle hacia el suelo.
-¡Esto es por dejarme atrás antes Renji! -exclamó Rukia mientras soplaba su puño y veía con enojo al pelirrojo, quien se sobó la mejilla con dolor.
-¡¿Acaso estás loca Rukia?! ¿Cómo se te ocurre golpearme así de la nada? -gritó Renji arremetiendo contra la pelinegra, quien no se quedó atrás ante aquella muestra de enojo.
-¡¿Cómo se te ocurre a ti dejarme atrás mientras íbamos a clase eh idiota?! -increpó a su vez Rukia mirando con enfado al muchacho pelirrojo.
Iduru retrocedió un paso ante aquella escena, se había asegurado de no tener discusiones con ninguno de los dos en un futuro cercano.
"Oigan bajen un poco la voz"
Todos abrieron sus ojos y alzaron la cabeza hacia el origen de aquella voz, vieron a un hombre pelinegro recostado en la rama de un árbol.
El hombre bajó de un salto y les mostró su mejor sonrisa haciendo que el cuerpo de Renji temblara.
-Estaba descansando un rato ahí arriba pero sus voces me despertaron -habló el pelinegro mientras que se masajeaba el cuello.
-¿T-tú qué haces aquí? -preguntó Rukia señalando a aquel hombre de forma cómica y Renji le codeó el costado mientras que hacía una reverencia.
-¡Go-Goku-sama es un honor tenerle aquí! -exclamó Renji haciendo una reverencia y Rukia parpadeó, ¿acaso Goku sería el nuevo capitán?
-Oh vamos, no me gustan las formalidades puedes llamarme Goku simplemente -habló el pelinegro con una sonrisa en su rostro.
-¿Go-Goku vas a ser el nuevo capitán del escuadrón trece? -preguntó Rukia algo incrédula y el mencionado asintió enseñando el pulgar.
-Así es, supongo que ya es hora de que me presente en el escenario así que nos veremos más tarde chicos -se despidió Goku alzando la mano y caminando hacia el escenario.
-Ciertamente... es un hombre bastante peculiar -habló Iduru ya que en el tiempo que llevaba ya en el Seireitei no había visto a un capitán como aquel aunque tampoco había visto a demasiados.
-Al menos no es como esos nobles pretenciosos -espetó Renji ya que varios nobles de su clase le miraban y trataban con bastante desprecio.
Rukia se mantuvo callada mientras que estaba sumida en sus pensamientos, tenía una que otra pregunta que hacerle al nuevo capitán del Gotei.
Con Goku.
Goku estaba frente a una gran multitud que estaba formada por miembros del escuadrón trece y otros escuadrones y divisiones Shinigami.
Mentiría si decía que no estaba bastante nervioso, no había preparado ningún discurso a pesar de la insistencia de Unohana, esto no era lo suyo, realmente no sabía que hacer ahora.
Tomaría posesión del cargo como capitán de la decimotercera división del Gotei 13, ya había aprovechado en conocer a algunos de sus futuros subordinados como su teniente Kaien Shiba.
-¿Capitán ocurre algo? -preguntó Kaien quien estaba al laso de quien sería su futuro capitán.
Era un hombre de gran estatura negra, de cabello azabache y recortado que vestía el habitual traje Shihakushō negro de los segadores de almas.
Kaien Shiba había sido el teniente de Ukitake, a quien respetó como a ningún otro. Varias veces su capitán le habló de su mejor amigo Son Goku y realmente tenía altas expectativas sobre él.
-Estoy nervioso, desearía que tu hermana Kukaku me diera una buena parada en el trasero -mencionó Goku con una sonrisa al recordar el temperamento de su amiga Kukaku Shiba.
-¡¿Acaso usted conoce a mi hermana?! -preguntó Kaien casi gritando ante semejante sorpresa.
-Claro, la conocí hace bastantes años además ella me dijo que tenía un hermano en el Seireitei y supe que eras tú cuando te vi -respondió Goku sonriendo ya que Kaien se parecía a Kukaku.
Kaien asintió ensimismado, vaya sorpresas aguardaba este hombre y eso que se acababan de conocer, sentía que se llevaría más sorpresas.
Goku dio un paso al frente y todos los presentes, al comprender aquella acción, guardaron silencio para que el Shinigami pudiese hablar de una vez.
"Vamos Son... tú puedes"- se dijo Goku, se había enfrentado a varias cosas peores que un discurso pero aun así no podía evitar sentirse nervioso.
-Ukitake Jushirō fue una gran persona y mi mejor amigo, no hay día en que no me arrepienta de no haber estado con él en sus últimos momentos de vida -habló Goku comenzando el discurso.
Shunsui bajó su sombrero mientras estaba en la rama de un árbol, él también echaba de menos a Ukitake pero tendrían que salir adelante.
-Aprendí de él que toda situación, por más difícil que fuera, podía tener una solución si nos esforzábamos en hallarla y eso es algo que siempre he tenido presente -profirió el hombre-
Muchos Shinigami grabaron aquellas palabras en sus mentes, pues estaban llenas de sabiduría.
-Hoy no sólo estamos aquí en ocasión de mi nombramiento como nuevo capitán, sino para honrar a alguien que siempre lo dio todo por los demás, alguien que actuó con lealtad y justicia... esto es en memoria de Ukitake Jushirō -habló Goku y los aplausos no tardaron en sonar.
Ukitake había sido una figura muy destacable en el Seireitei y muy querida por todos, de ahí que los aplausos se demoraran varios minutos.
-Nunca sería capaz de sustituir todo lo que Ukitake representaba para ustedes, pero sin embargo, me esforzaré para estar a la altura de este cargo, prometo que el sudor de Ukitake no se habrá derramado en vano y seguiré con su labor como capitán de este escuadrón, muchas gracias a todos y que tengan un buen día -pronunció Goku ultimando su discurso con una gran sonrisa.
"¡¡OOOHHH!!"
Varios vítores sonaron al término de aquellas palabras además de los cientos de aplausos que probablemente resonaban por todo el Seireitei.
-Ha sido un gran discurso capitán, mis felicitaciones -habló Kaien ya que realmente estaba impresionado por las palabras de Goku.
-Bueno las palabras vinieron a mi mente y sólo las dije -añadió Goku con una sonrisa nerviosa y Kaien sudó ante aquello- Kaien, necesito que reúnas a los oficiales en el cuartel dentro de... quince minutos -agregó Goku con seriedad-
-Hai taichō -asintió Kaien dando media vuelta, lo más difícil sería reunir a Kiyone y Sentarou pues ellos estarían discutiendo como siempre- ¿Miyako me ayudas con esto? -preguntó él-
Una mujer de cabello negro recogido en una trenza se hizo presente detrás de Kaien, era su esposa Miyako oficial del escuadrón trece.
-Claro Kaien -habló Miyako con una sonrisa, estaba intrigada por conocer a su nuevo capitán.
Mientras tanto Goku estaba caminando hacia el cuartel de la decimotercera división, suspiró ya que se había quitando un gran peso de encima.
"Ha sido un gran discurso"
Goku se giró al oír aquellas palabras y se topó con un hombre de cabello castaño y lentes que portaba el uniforme distintivo de un capitán.
-Hummm, eras Aizen, ¿verdad? -preguntó Goku ya que sinceramente era malo para los nombres.
-Así es, un gusto conocerle personalmente Son Goku -Aizen le extendió la mano al hombre-
Goku con una sonrisa correspondió el gesto, cuando su mano entró en contacto con la de Aizen tuvo una sensación que no le gustó para nada pero negó, quizás habia sido un error.
-Espero que nos llevemos bien, ya que de ahora en adelante seremos compañeros -añadió Aizen con una sonrisa mientras entrecerraba sus ojos.
Goku no respondió al instante, vio cómo Aizen cruzaba a su lado y se detenía unos instantes.
-También espero lo mismo -contestó el pelinegro esbozando una sonrisa y Aizen asintió sonriendo.
Fin del capítulo
