Chapter 05: Está mal que un Shota conozca a su elfo predestinado?


Un mar de dorados trigos cubría un vasto prado, meciéndose suavemente ante la brisa de la fresca mañana, caminando calmadamente sobre un camino de tierra una hermosa mujer atraía las miradas de los habitantes de un pequeño pueblo de granjeros.

De cabellos rosa semi enroscados que llegaban hasta la mitad de su espalda, sus ojos esmeraldas brillaban y resaltaban en su hermoso rostro de muñeca, de piel pálida y casi perfecta, un generoso busto de seguramente copa D que se agitaba suavemente con cada uno de sus pasos. La mujer no tenía nada que envidiarle a cierta diosa de la belleza pues ciertamente era hermosa. Una delgada pero muy visible sonrisa se posó en sus carnosos labios ante el desfile de pensamientos que surcaban su mente.

-¿me pregunto cómo estará Bell-kun? Hmm maldito Zeus, mira que enviarme a mí a buscar ingredientes para las medicinas de Bell-kun cuando él es quien debería encargarse de eso-

Mascullo disgustada la mujer por el tiempo que perdió estando lejos de su lindo niño.

-pero no importa, todo por el bien de Bell-kun-

La peli rosa abrazo afectuosamente una mochila que colgaba de su brazo izquierdo.

-además la recompensa hace que todo valga la pena-

Rio torpemente imaginándose al peliblanco estirando sonrientemente sus manos queriendo ser cargado por ella, con esa imagen en mente apresuro sus pasos ansiosa por ser "recompensada"

Mas su caminar se detuvo de golpe, el saco que tan afectuosamente llevaba entre su pecho cayó al piso, a menos de cincuenta metros logro divisar la que debía ser su morada, si es que así podía llamarse, ahora no era más que escombros humeantes y carbonizados; por lo general el que su casa estuviera hecha ruinas no sería nada nuevo, Alfia constantemente la hacía volar junto con Zeus cuando el dios Griego intentaba enseñarle sus pervertidos e inútiles consejos a Bell para conseguir un harem y demás estupideces que ella no iba a permitir que su niño aprendiera.

Pero esto estaba por completo fuera de lugar, algo muy malo, o muy estúpido, tuvo que haber hecho Zeus para que Alfia dejara en tal estado su casa.

Cautelosamente avanzo hasta lo que quedaba de la vivienda, nada más que un par de paredes y pilares, no había ni techo, la peli rosa parpadeo en incógnita al ver un muñeco con un enorme parecido al dios griego colgado del cuello a uno de los pocos pilares que quedaban en pie.

-di….di…di..dis…disc…..disculpe pe..-

Una aterrada voz llego a los oídos de la peli rosa quien volteo a donde se supone debería estar la puerta de entrada, que parecía haber sido derribada por un iracundo animal, hay se encontraba un aterrado y tembloroso hombre cuya apariencia indicaba que debía estar entre sus cincuenta años.

La mujer lo reconoció como uno de los "camaradas" de fiesta de Zeus.

-he…He…..He…Her….her…Hera-sama-

-¿si?-

Pregunto ella con un extraño sentimiento de molestia surgiendo en su pecho, en respuesta el hombre le extendió un papel.

-Ze…Ze..Zeu…Zeus-sama….me….me…me pi…pi…pidió que….-

Antes de que el hombre pudiera terminar de decir, Hera se acercó a él arrebatándole el papel de sus manos.

-kyaaah-

Y apenas llego a manos de Hera, el hombre salió corriendo, gritando sin pudor alguno, inteligente de su parte, pues seguramente nadie querría estar cerca de la diosa griega para cuando leyera en el papel:

"me voy y me llevo a Bel

Con cariños, tu amado esposo.

Besito, Zeus"

En respuesta el papel termino desgarrado en manos de la peli rosa, y una mirada que haría que el mismo dragón negro de un solo ojo saliera volando aterrado, se posó en la cara de la mujer.

-ese miserable…-

Mascullo entre rabia y odio, todas dirigidas a Zeus.

-como se atreve-

Una imagen de su lindo niño se cruzó por su cabeza, y el imaginar que estaba solo con el dios pervertido no hacía más que hervirle la sangre.

-te maldigo cada vez que respires desgraciado, será mejor que no le hallas llenado de basura la mente de Bell-kun-

Pisoteando y pataleando fuertemente la diosa salió de la casa en ruinas con una, no, dos misiones en mente, recuperar a su lindo niño y devolver a Zeus al cielo.


-brrrr-

Un escalofríos recorrió la espalda del tan afamado rey del olimpo, y abrazándose a si mismo lo supo, finalmente Hera se había enterado de que "huyo con Bell" no quiso dejarle muchos detalles en su nota, Hera a fin de cuentas es una mujer muy inteligente que lo conocía bien, si extendía la carta con detalles probablemente se daría cuenta de que quería hacer creer que Bell estaba con él, cosa que no era cierto.

-¿pasa algo Zeus? No me digas que un poco de frio es mucho para ti-

Su acompañante le dijo divertido, en otras circunstancias Zeus abría reído y protestado alardeando alguna cosa de su grandeza como dios y hombría, pero precisamente en ese momento no tenía ganas de bromear, por los pelos logro perder de rastro a Alfia, pero seguramente en cuestión de un par de días como mucho volvería a dar con su paradero, y ahora Hera también estaba detrás de él.

-(que miserable se ha vuelto mi existencia)-

Se dijo así mismo.

-oye que es esa cara larga, ¿no te alegra beber con tu viejo amigo?-

Volvió a preguntarle la persona a su lado, en su desespero por huir Zeus fue a un lugar donde pensaba que estaría a salvo al menos por unos días, la región de Siberia, un lugar frio y helado donde perduraba el invierno eterno, lugar donde se encontraba la "Nueva Asgard" regida y gobernada por Odín uno de sus más viejos y confiables amigos.

Zeus miro a su tuerto amigo con algo de cansancio, ambos se encontraban en el salón principal del castillo del dios nórdico sosteniendo un cuerno de cerveza.

-han sido días difíciles-

Le comento Zeus.

-son solo días, y días así son inevitables-

Le comento el barbudo dios nórdico.

-jejej supongo que tienes razón, espero no te moleste de que me oculte aquí por unos días-

-para nada viejo amigo, siéntete como en casa-

-eso no será un problema-

Ambos brindaron contentos y bebieron hasta el fondo de su cuerno de cerveza.

-sea quien sea que esta tras de ti estarás protegido en mis tierras, nadie te tocara mientras yo esté aquí-

-gracias Odín….sabía que ponía confiar en ti-

Con ojos llorosos Zeus puso su mano en el hombro de Odín quien lo miro con cierta diversión.

-por supuesto que si querido amigo….y bien ¿Quién te persigue?-

-Hera y Alfia-

No paso ni siquiera un minuto cuando Odín tomo a Zeus del cuello de la camisa y lo arrastro fuera de su palacio.

-¡lárgate de mis tierras ser desdichado!-

Y dándole una patada en el trasero Odín saco a Zeus de su castillo y rápidamente cerró sus puertas.

-¡¿QUÉ?! ¡ábreme desgraciado! Te lo ruego, ten piedad-

Suplico el antiguo rey del olimpo.

"atención a todos los habitantes del Nuevo Asgard, el dios Zeus se ha clasificado como un residente ilegal de la ciudad, de verlo expúlsenlo inmediatamente, el uso de fuerza está permitido, en caso de tener alguna pista o evidencia de su paradero notifíquenlo inmediatamente a las autoridades, serán recompensado como es debido, todo aliado del mencionado personaje será tachado como traidor y será inmediatamente ejecutado. Dicha orden fue dictada por Odín-sama, gracias de antemano por su colaboración"

Zeus no hizo más que palidecer al escuchar el anuncio seguramente narrado por quien el creía su amigo y una de las pocas personas en que podía confiar, bueno, ya no.

-(Bell….será mejor que me demuestres que esta no fue la más estúpida idea que he tenido)-

Mas sus pensamientos fueron interrumpidos por una creciente horda de personas que se acercaban a su posición.

-(me corrijo, no tienes que probarme nada, esto definitivamente fue lo peor que pude haber hecho en mis años de existencia)-


Ajenos a todo el martirio que estaba viviendo el dios griego, Bell estaba más que cómodamente sentado en las piernas de Eina escuchando atentamente sus lecciones, su asesora le había hecho prometer el día anterior de que debía ir con ella antes de ir a la mazmorra para otra de sus lecciones, y hay estaba.

-y…y si vas por…este camino…po….podrás salir más rápido del…del piso cinco-

Le explico Eina señalando el mapa que había en la mesa, extrañamente hoy más de un aventurero fue por instrucciones con los asesores, y más de un cuarto privado estaba siendo ocupado por asesores con varios aventureros, muchos tomaron sin ningún permiso sillas y asientos de otras salas no queriendo estar de pie, lo que dejo a Eina y Bell en esa situación.

Solo había una silla en el cuarto, Eina le dijo a Bel que la tomara mientras ella le explicaba ciertas cosas, pero a fin de cuentas Bell era un caballero y no la iba a dejar parada, Eina no sabía cómo fue que llegaron a la conclusión de que compartieran la silla, pero no fue tan mala idea después de todo; así podía explicarle de una mejor forma al niño y este estaría más cerca de ella para escuchar bien todas sus instrucciones.

Salvo que Eina no podía concentrarse completamente, quería abrazar al niño, más aun cuando el alzaba su mirada en su dirección con una mirada de incógnita, señalando de que no había entendido del todo bien lo que quiso decir.

Era lindo, era muy lindo pensó la semi elfo.

-¿y este camino que es Eina-chan?-

Pregunto el curioso señalando el lugar en el mapa.

-ese es un pasillo alterno, pero no te recomiendo ir por ahí….al final terminaras dando muchas vueltas innecesarias…..mejor ve por aquí-

Ella, intentado retomar su profesionalismo, le corrigió indicándole una mejor ruta.

-ooh, entiendo, Arigatou Eina-chan-

Pero todos sus esfuerzos fueron en vano cuando Bell la miro con una suave sonrisa entreabierta para sonrojo de la elfo, quien volteo un poco apenada.

-(kaaah parezco una pervertida sonrojándome por la sonrisa de un niño)-

Se reprochó así misma Eina.

-por cierto Eina-chan….¿hay alguna guía o libro donde estén registradas las habilidades que han tenido los aventureros?-

Eina miro extrañada por la pregunta del niño.

-pues….no he visto nada parecido en los libros del gremio, existen copias de las falnas de algunos aventureros fallecidos donde se muestran sus habilidades, pero eso es información un tanto clasificada, ¿a qué viene la pregunta Bell-kun?-

Le comento ella.

-solo quería saber el funcionamiento de una de mis habilidades, no me queda claro cómo usarla-

-¿de qué habilidad se trata?-

-mmmm ¿tienes la copia de mi falna que te di?-

-si, dame un minuto…iré a buscarla-

Cargándolo ligeramente Eina aparto al niño de sus piernas para ir en busca de la mencionada copia.

-aquí esta-

Regreso ella después de unos minutos con la copia de la falna del niño en sus manos, dejándola en la mesa le pregunto a Bell cual era la habilidad de la que quería información.

-¿Fuente de mana?-

-hai, aún no sé de qué va esa habilidad-

-bueno según la descripción debe de ser alguna habilidad de curación o soporte-

-eso lo entiendo, pero ¡wuoh!…-

Bell estaba por comentar su duda, pero callo al ser cargado por Eina quien lo dejo en sus piernas, Bell la miro unos segundos con algo de duda para la vergüenza de la semi elfo.

-¡e...es para poder seguir con la clase!-

Se defendió rápidamente ella apenada de que pensara de que era una pervertida.

-bu…bueno, como decía…en si no sé cómo activarla o hacer uso de ella, por eso quería saber si había algún libro o registro que me ayudara a descifrar su funcionamiento-

-no creo que eso te sirva mucho Bell-kun, a fin de cuenta, salvo por unas pocas, las habilidades son únicas para cada persona, muy extrañas veces se da el caso de que una misma habilidad se repite en dos o más personas, ya que las habilidades son algo que surgen de la personalidad y ambiciones de cada quien-

-entonces…¿las habilidades son únicas en cada persona?-

-correcto, pero como dije no siempre es así, existen habilidades muy comunes como resistencia anormal o carácter mágico que aventureros suelen obtener tras subir de nivel-

-entiendo Eina-chan-

-aun así, buscare en los registros por si hay algo que pueda servirte-

-¡eso sería fantástico!-

El niño se dejó caer en el pecho de la Elfo y alzando su vista la miro con una sonrisa.

-Arigatou Eina-chan, ¡eres increíble!-

La mencionada se sonrojo levemente por el alago del niño sintiéndose extrañamente complacida de recibir sus elogios.


-adiós Eina-chan volveré antes del final del día-

Despidiéndose de la semi elfo con un saludo Bell camino por las calles de Orario con destino fijo al calabozo, con su equipamiento listo y con nuevo conocimiento adquirido estaba listo para incursionarse nuevamente en los pisos superiores, ignorante de que el mundo tenia uno, o varios encuentros predestinado para él en el calabozo.


El húmedo y desagradable sonido de la carne cortándose y la sangre esparciéndose fue perfectamente audible en el piso cinco de la mazmorra.

-iii…iiiiiiaaahhh!-

Seguido de un aterrado grito de miedo y unos temerosos pasos que iban en una carrera, unos dorados ojos miraron con algo de confusión la huida de la persona que había salvado de ser asesinado por un minotauro, un aventurero novato que para nada importa en esta historia.

Hace no más de unos minutos la familia Loki incursionaba en el piso 15, venían de regreso de una fallida expedición, y por si su fracasado intento de llegar a pisos más profundos no hubiesen sido suficientes, una horda de minotauros escapo de ellos a los pisos superiores.

Su familia rápidamente actuó tomando caminos diferentes en busca de los monstruos quienes intentaban huir de su inminente destino, Aiz siendo la segunda más rápida después de Bete tomo la delantera junto con el hombre lobo segando la vida de más de la mitad de minotauros que habían escapado.

Pero estaba agotada física y mentalmente, las pociones de salud y mana no hicieron más que menguar levemente el gran estrés que su cuerpo había sufrido tras una lucha con un extraño monstruo planta en el piso 51, por lo que aun siendo una nivel 5 no pudo evitar quedar manchada con abundante sangre de los minotauros que había asesinado; no tenía problemas con eso, a ver, no es que le gustara estar cubierta de sangre, pero mejor estarlo de la sangre de monstruos a que de la de ella.

Rugidos llegaron a sus oídos, y preparando su espada se impulsó con todo lo que sus piernas daban en busca del monstruo prófugo.

En su trayecto había llegado al piso 5, donde se suponía solo había novatos y a plena hora pico del día cientos de ellos deben estar en la mazmorra ignorantes de la calamidad que se aproxima hacia ellos.

Cortando y degollando sin piedad la carne de los monstruos que se cruzaban en su camino continúo avanzando como una berserker furiosa, temerosa de que alguien saliera herido, o peor aún, muerto, por el error de su familia, ni se molestó en intentar evadir la sangre que brotaba del cuerpo de los monstruos, lo que resulto en una aún más sangrienta Aiz.

Detuvo su marcha un segundo, intentando percibir, aunque sea un leve sonido que delatara la posición de algún otro minotauro, trotando levemente continuo su búsqueda con sus sentidos a punta.

Mas sin embargo no pudo evitar quedar petrificada por lo que vio ante ella, una imagen de sí misma en su niñez fue proyectada en sus ojos, extrañamente, en cuestión de instantes esa imagen fue borrada y reemplazada por la de un pequeño niño de blancos cabellos, el infante mataba y segaba la vida de goblins y kobold con ayuda de arco y flechas con bastante efectividad, Aiz no pudo evitar pensar.

Pero tan concentrado estaba en su labor que ni noto como al final de ese pasillo uno de los prófugos toros se asomaba en por una esquina.


-¡esto no puede ser…!-

Exclamo con…miedo una diosa de la belleza en la cima de Orario, Freya había estado observando a Bell desde el comienzo del día.

-¡HELLUM!-

Desde que el niño salió de la iglesia abandonada, su….peculiar clase con al semi elfo, su incursión a la mazmorra y ahora, el como un minotauro estaba por segar su vida.

-¡si Freya-sama! ¡qué sucede!-

Entrando a la habitación una alterada Hellum acudió al llamado de su diosa.

-llama a Ottar ¡ahora mismo!-

Parándose de su trono Freya pidió, no, ordeno a su dependiente.

-iré inmediatamente a Folksvang a llamarlo-

-¡eso no servirá lo necesito ahora!-

-pero….mi señora no…-

-¡¿Quién está aquí en babel?!-

Interrumpiendo a Hellum Freya interrogo.

-se encuentran los hermanos Guliber, Ognir, Allen y….-

-¡llama a Allen! ¡dile que es un asunto urgente y que lo quiero aquí ahora mismo!-

-¡hai!-

En cuestión de instantes Hellum salió a cumplir la orden de su diosa, Freya se mordió la uña del pulgar de forma ansiosa observando como el niño tan centrado estaba en unos Goblins y Kobold que no noto la amenaza mayor que estaba acercándose lentamente y sorprendentemente muy sigilosa.

El corazón de la diosa latía a mil por hora al imaginarse el posible escenario que estaba por desarrollarse, pero el azote de una puerta llamo se atención.

-¡QUE SUCEDE FREYA-SAMA!-

Tan pronto como Allen escucho que Freya lo estaba llamando con urgencia, el hombre gato corrió con todo lo que sus piernas le permitieron hasta su habitación.

-¡ese niño!-

Freya señalo el espejo que mostraba a Bell.

-está en el piso 5, ve inmediatamente y encuéntralo, un minotauro esta por matarlo, quiero que lo salves y una vez su vida no corra peligro no lo dejes hasta que llegue sano y salvo a su casa-

Ordeno rápidamente la diosa de cabellos plateados, pero mirando la expresión un tanto dudosa de su dependiente sabía que tenía que darse a entender de una forma más clara.

-Allen, si algo le llega a pasar a ese niño no te atrevas a volver, considérate expulsado de la familia-

Advirtió Freya, cada pelo en el cuerpo del hombre gato se erizo, temeroso de tan "horrible" destino que era el ser separado de su diosa.

-vete-

Por lo que sin siquiera despedirse corrió con una velocidad que podría ser digna de un aventurero de nivel 7 a cumplir con el encargo de su diosa. Freya miro con preocupación nuevamente el espejo, Allen era rápido, el más rápido de Orario.

¿pero sería lo suficientemente rápido?

Tristemente ella sabía la respuesta, por lo que rogo en silencio de que alguien pudiera llegar antes al rescate del niño.


Bell avanzaba con cautela por los pasillos de la mazmorra, hasta ahora no había tenido ningún problema combatiendo a los monstruos que se generaban en los pisos superiores, y siguiendo la ruta que Eina le había enseñado no tardó en llegar hasta el piso 5.

El infante miraba de izquierda a derecha siempre con una flecha tensada en su arco, hasta el momento no había requerido el uso de su magia, con su arco y la ayuda de su daga le habían bastado, mientras caminaba no pudo evitar pensar que el aumento de nivel del día anterior ayudo enormemente, ya no tenía tanta dificultad para manejar a los goblins y Kobold.

Y como si los hubiera invocado, cuatro de los mencionados monstruos surgieron de las paredes al detectar a una "débil" victima la cual acabar.

Con su arco listo y su flecha tensada solo basto con apuntar a ellos y soltar la flecha para que comenzara el combate, siempre manteniendo distancia Bell apuntaba y perforaba ojos y garganta de los mencionados monstruos quienes saltaban de un lado a otro intentado atrapar al muy escurridizo peli blanco.

Mas Bell miro impresionado como de un momento a otro el goblin que salto hacia el termino partido a la mitad en pleno salto, un rugido llego a sus oídos seguido de una leve ráfaga de aire que le hizo perder el equilibrio y cayendo al piso posteriormente.

Reincorporándose lo más rápido que pudo soltó su arco y tomo el cetro en su espalda listo para convocar su magia, pero un miedo latente surgió en su corazón ante la vista que frente a él se mostraba, una sangrienta banshee de cabellos dorados quien sostenía una espada igualmente teñida en rojo sangre, a Bell en ese momento no se le ocurrió nada más aterrador que eso.

Los serios y terroríficos ojos de la mujer se posaron en él y en sus labios se delinearon la sonrisa más retorcida que el niño había visto en su vida.


Aiz forzó una sonrisa en su rostro, el mirar al niño le hizo recordar a sus primeros días en el calabozo, no, le hizo recordar a ella cuando todavía seguía siendo una inocente niña que lloraba con suma facilidad en los brazos de su madre.

Tan sumida estaba en sus recuerdos que no había notado que en lugar de calmar al niño con su sonrisa lo estaba asustando, más de lo que ya estaba, pensando que dicho miedo era producto de estar en la mazmorra quiso acariciar su cabeza, quería calmarlo igual que su madre lo hacía con ella.

-n…n..no po…por…favor-

Aiz miro confundida y retrocedió un poco al mirar como el niño se había dejado caer al piso temblando como un pequeño ratoncito.

-¿estás bien?-

Pregunto algo preocupada de que el niño allá sido lastimado por el monstruo que estuvo a punto de matarle sin que este ni siquiera se diera cuenta.

-a…a…¡aléjate!-

Bell tomo su cetro y lo apunto al frente con algo de temor, su abuelo le había contado en varias ocasiones sobre las Banshee, espíritus femeninos malignos quienes perseguían a los hombres en la mazmorra para lanzarles sus maldiciones y traerles desgracias.

Por otro lado, Aiz sintió una patada en el estómago al ver como el niño se puso a la defensiva y se arrastraba en dirección contraria a la de ella.

-tranquilo, no a voy a hacerte…-

-¡hmmm!-

Aiz se inclinó para poder quedar a su altura, en respuesta Bell soltó su cetro y se cubrió con sus manos perdiendo la oportunidad de ver a una llorosa y temblorosa Aiz que extendía su mano hacia el como queriendo alcanzarle.

-¡Aiz!-

Mas el llamado de una voz conocida hizo que la rubia princesa dejara de prestarle atención al niño, pasando a ver a una elfo de cabellos esmeraldas que corría levemente en su dirección luciendo algo agitada.

-dime, ¿acabaste con todos los minotauros que estaban en el piso?-

Interrogo la elfo pasando a caminar más detenidamente acercándose a la rubia princesa, pero el suave y a la vez fuerte agarre de unos cortos brazos en su cintura detuvieron su avance.

Bell miro levemente por encima de su hombro como una hermosa mujer de cabellos esmeralda caminaba con algo de prisa hacia él y la aterradora Banshee.

Los ojos del niño brillaron, nunca en su vida había visto a una mujer tan hermosa, si es que excluimos a las diosas que recientemente habían entrado en su vida.

Ignorante de las puntiagudas orejas que delataban su raza, Bell la confundió con algún espíritu de la mazmorra, esos nobles y buenos espíritus que ayudaban a los héroes cuando se les presentaban alguna dificultad; miro nuevamente a la Banshee frente a él y haciendo una comparación mental sobre cuál de los caminos era una mejor ruta.

Su infantil y asustado cerebro no tuvo mucho en que pensar, y poniéndose de pie corrió en dirección hacia la hermosa "espíritu" aferrándose a su cintura como un niño que corría a esconderse bajo las faldas de su madre.

Riveria miro un tanto confundida la acción del niño, más aún la reacción de Aiz quien hizo un gesto como si la hubiese atravesado con una lanza.

¿Qué hacia un niño en la mazmorra?

Fue el primer pensamiento que le llego, su aguda mente ya estaba armando y pensando un escenario donde un niño un tanto ignorante con sueños de ser aventurero se adentraba a la mazmorra creyéndose capaz de enfrentar sus peligros, y haciendo valer su título de "Mamá de la Familia Loki" ya estaba maquinando un buen sermón y reproche que iba a decirle al niño.

-po..por favor….ayúdeme~

Subiendo su cabeza, Bell hizo que el corazón de Riveria se detuviera, dándole una llorosa y suplicante expresión pidió ser salvado de la "tenebrosa" y sangrienta Banshee que estaba a sus espaldas.

-A..Aiz…puedes dejar de asustarlo-

Y como si Riveria hubiese sido encantada o algo parecido miro de forma un tanto de reproche a la rubia princesa, la elfo procedió a enterrar su bastón en el piso para dejar su mano libre y poder así acariciar suavemente la cabeza d Bell queriendo calmarlo mientras reposaba la otra en su espalda, Aiz estuvo a punto de llorar ante el comentario de su figura materna.

-perdón por ser tan aterradora-

Dijo en voz baja la "banshee" con un aura depresiva rodeándola.

-iré a buscar más minotauros-

Y como una zombi camino de forma lenta con una decaída expresión y esa aura depresiva siguiéndola, Aiz desapareció ante la vista de Riveria.

-¿estas bien pequeño?-

Pregunto la princesa elfo agachándose a su altura, Bell en respuesta se separó un poco de ella para poder ver a su salvadora.

-mu…¡muchas gracias! Si…estoy bien gracias a usted, una vez más, muchas gracias-

Expreso honestamente su agradecimiento haciendo una muy exagerada inclinación.

-no te preocupes por eso, ahora…-

La voz de Riveria se tornó un poco más seria, y tomando ambos hombros del niño le dijo con dureza.

-¿Por qué estás en la mazmorra? Un lugar como este no es lugar para un niño como tú-

La mirada seria y palpable de la elfo, contrario a lo que muchos pensarían, hizo sonrojar al infante, y no era para menos, tener a quien es probablemente la elfo más hermosa de todas tan cerca era algo que pondría nervioso a cualquiera.

-so...soy un…aventurero señorita-

Dijo avergonzado el niño bajando un poco la cabeza en un gesto que Riveria solo pudo describir como tierno.

-(tsk ¡porque no pude llegar antes que Aiz!)-

Se dijo para sí misma la elfo, muy opuesto a lo que su calmada y neutral rostro expresaba Riveria, en sus adentros, intentaba mantenerse bajo control, pero el niño frente a ella se lo hacía muy difícil, ya que despertaba en ella un sentimiento que ella creía mantenía perfectamente bajo control o que estaba muerto, amor, mucho amor por los niños pequeños.

Si, Riveria, la pura y casta princesa elfo, a quien todos tachaban de ser una doncella recta era una mujer con altas tendencias y gusto por los niños, e hay la razón del porque sigue virgen.

-escucha pequeño, probablemente tu cabeza este llena de sueños y metas que quieras alcanzar, pero aun eres muy joven para intentar cumplirlas, la mazmorra es un lugar muy duro y atemorizante, por lo que tengo la obligación de decirte y hacerte entender que aún no estás preparado para incursionarte en este mundo de los aventureros-

-eso lo se…-

Riveria parpadeo un tanto confundida por la respuesta del niño, esperaba que este saltara a contradecirla inmediatamente.

-aun soy muy joven, muchas personas mayores y más fuertes que yo se han adentrado en la mazmorra y nunca han vuelto, mi asesora me lo repite varias veces, pero como usted dice, tengo un sueño y metas que cumplir y yo….-

Una expresión triste y melancólica adorno la cara del niño.

-probablemente no tenga tiempo de cumplirlas-

Riveria sintió una punzada en su pecho al ver tan afligida expresión; Bell no era tonto, el más que nadie estaba claro de cuál era su condición, y lo que muy probablemente pasaría en un futuro si esta empeora…

-así que muchas gracias de todas maneras señorita elfo-san, pero no pienso desistir en mi decisión de ser aventurero-

Agradeció gentilmente con una sonrisa, no porque su condición fuera delicada iba a detenerse.

-Riveria, Riveria Ljos Alf-

-¡la nueve infiernos!-

Riveria parpadeo y rio algo divertida por el entusiasmo con que Bell pronuncio su título.

-así es pequeño, la nueve infiernos-

-¡es genial! ¡se mucho sobre usted! Es considerada la maga más poderosa del mundo y es la única que ha conseguido dominar tantas técnicas y además ¡además…-

Bell paro de golpe notando que se estaba comportando como un fanático muy acosador, por lo que miro algo apenado a la elfo quien soltó una ligera risa.

-así es pequeño, esa soy yo-

-gomen, es que como mago he escuchado mucho de usted y me entusiasmaba mucho conocerla-

-(yo….estaría mal aprovecharse de que no hay nadie en la mazmorra para….¡NO! que estás pensando Riveria, ¡cálmate!, ya habías superado esa etapa tuya no vuelvas a recaer)-

Se reprochó mentalmente la elfo ante las ideas que estuvieron a punto de surgir en su cerebro.

-eres un pequeño mago entonces, ¿dime, que nivel eres?-

-apenas soy nivel 1, no tengo mucho que me inicie como aventurero Ljos-san-

-Riveria está bien pequeño-

-¿esta bien con esto señorita Ljos-san?...¿que la llame por sui nombre?-

-por supuesto, pero si a cambio me dices tu nombre y me dejas llamarte por el-

-¡oh! lo siento mucho, aun no me he presentado, mi nombre es Bell Cranel-

-bien Bell-kun ¿Por qué no te acompaño hasta la salida?-

Le ofreció estirando su cuerpo, parándose recta nuevamente y tomando su bastón, la elfo le ofreció la mano al niño.

-e…esta bien señorita Riveria, a partir de aquí puedo volver solo-

-(me…¡me llamo por mi nombre sin ningún honorario! No…no estaba preparada para eso)-

Pensó para sí misma la princesa elfo cuyas orejas estaban ligeramente rojas en las puntas.

-tonterías, puede haber más minotauros por los pasillos, por lo que como una de las responsables de este incidente es mi deber asegurarme de que salgas de la mazmorra a salvo-

Bell miro un instante a la expresión decidida de Riveria, pensando que la única decisión que tenía era dejar que la elfo la acompañase tomo su mano y le dio una suave sonrisa.

-estoy a su cuidado señorita Riveria-

La elfo le devolvió la sonrisa y apretó ligeramente la mano del niño.

-(ahora…¿Dónde habrá un lugar donde nadie pueda encontrarnos?...¡la salida más rápida quise decir! Si ¡la salida!)-

Bell miro un tanto extrañado como Riveria sacudía su cabeza de izquierda a derecha de manera frenética, ignorante de los para nada santos pensamientos de la persona a quien le sujetaba la mano Bell continuo caminando con Riveria hasta la salida.

-bueno supongo que aquí nos despedimos-

Ya pasado un rato, infante y elfo se encontraban saliendo de la mazmorra aun tomados de manos.

-una vez más muchas gracias señorita Riveria-

Soltando su mano Bell se posiciono frente a la elfo inclinándose ante ella.

-descuida, solo una cosa más, no te veo acompañado de nadie más ¿eres un aventurero solitario?-

-así es señorita-

-en ese caso, como veo que estas tan decidido a continuar el camino que escogiste permíteme despejar un poco tu camino, ¿te gustaría que te instruyera y te diera algunos consejos?-

Pregunto amablemente la princesa elfo.

-en…¿en serio?-

-por supuesto, vi la fuerza y voluntad que hay en tus ojos, pocas personas tienen esa determinación, no vas a retractarte por más que intente convencerte de lo contario, pero no puedo quedarme de brazos cruzados sabiendo que estas solo y por tu cuenta en este duro mundo de aventureros, permíteme instruirte mis conocimientos, permíteme ayudarte, permíteme ser parte de tu historia-

Bell miro con admiración y escucho atentamente las palabras de Riveria quien con una mano tocaba su pecho y la otra se la extendía, ofreciéndole su ayuda, para un niño como Bell, pensar que una de las personas que admira, quería entrenarlo, que quiere ayudarlo, porque quiere que cumpla su sueño, y que cree en él, es algo invaluable.

Un….hormigueo desconocido completamente para él picaba en su espalda, en su falna, su estado brillaba ligeramente con una luz blanquecina producto de una habilidad, necesaria para que alcanzara su sueño, estaba "evolucionando" y "despertando", ofreciéndole al niño toda su capacidad gracias a la intensidad de los sentimientos del niño.

Ignorando completamente la mano de la elfo camino a abrazar a la elfo aferrándose a su cintura.

-gra…gracias señorita Riveria, de verdad le agradezco que confié en mi-

Presionando su cara contra la elfo, enmascaro un poco el llanto de su voz conmovido por las palabras de Riveria.

-(¡perfecto! Una excusa para mantenerme cerca de él….¡para ayudarlo a avanzar obviamente!)-

Pensó para sí misma la princesa elfica delatando sus para nada santas intenciones.

-escucha, como ejecutivo de la familia Loki tengo poco tiempo disponible, pero puedo atenderte d de la mañana ¿se te hace complicado a esas horas?-

-¡para nada señorita Riveria!-

-bien en ese caso puedes ir a buscarme a la casa de mi familia-

Riveria tomo una de las pulseras de plata con adornos de lirios grabado y se lo dio a Bell.

-ten esto, muéstraselo a los guardias de la entrada y diles que vienes de mi parte para que te dejen pasar-

Bell miro con curiosidad el objeto una vez que llego a su mano, era bonito.

-bueno ya tengo que irme Bell-kun, nos vemos mañana-

Dándole la espalda Riveria se despidió con una mano de Bell adentrándose una vez más a la mazmorra.

-adiós señorita Riveria ¡la amo!-

Infantil e inocente tan cuál era su apariencia, Bell se despidió de la elfo agitando su mano y gritando con total entusiasmo y despreocupación lo último, ignorante de lo poderosas que podían ser esas palabras, y llamando de paso ligeramente la atención de las personas que aun circulaban a su alrededor.

Riveria por otro lado, oculta dentro de sus hombros, tenía una sonrojada y nerviosa expresión, no queriendo de que las personas notaran su estado camino con más deprisa intentando evitar mirar de frente a las personas que iban en dirección contraria.


Bell, con una sonrisa de oreja a oreja, corría, casi saltaba propiamente como un conejo lo haría, en dirección al gremio, tenía que informarle a Eina de que había logrado salir otro día más sin ningún problema de la mazmorra, más aún si el incidente que la dijo Riveria de los minotauros era cierto, no quería preocupar a su asesora.

Divisando el mencionado edificio a la distancia Bell corrió entrando por sus puertas, y el lugar que había permanecido imperturbable desde que Bell había llegado a Orario estaba hecho un caos, muchos aventureros estaban empujándose unos contra otros queriendo llegar al mostrador para expresar su descontento con el ocurrido incidente.

Bell miro de izquierda a derecha un tanto nervioso por todo el caos, el solo quería encontrar a su asesora, pero el túmulo de personas no le dejaban ni siquiera ver el mostrador.

-po…por favor guarden la calma…es…estamos haciendo lo que podemos así que po…por favor…..¿podría prestarme atención?-

Bell observo como una de las empleadas del gremio, una chica de cabello rosa, estaba en el pasillo intentando controlar a la gran multitud, cosa que no hacía muy bien ya que nadie le prestaba atención.

-anno…etto…disculpe-

Aun así, Bell se acercó hasta ella jalando levemente su chaleco para llamar su atención, Misha volteo un tanto cansada y desanimada por la falta de atención hacia su persona, pero no se encontró con nadie.

-a…aquí abajo-

Dijo un tanto divertido Bell notando como Misha buscaba a alguien de su altura, la peli rosa chica bajo la mirada para ver como Bell se rascaba nerviosamente la mejilla.

-aaaw que lindo eres pequeño, ¿estás perdido? ¿buscas a tus padres?-

Ignorando las armas que el peliblanco cargaba en su espalda Misha lo confundió con un niño perdido.

-no...no estoy perdido señorita, estoy buscando a mi asesora Eina-ch…Eina-san-

Le dijo Bell recordando el cómo Eina le había dicho que solo podía llamarla con el sufijo "chan" cuando estuvieran en privado.

Por otro lado Misha miro con detenimiento al niño, y viendo que en su espalda cargaba un cetro, arco y carcaj, aparte de la daga que estaba en su cintura y por último el que estuviera preguntando por Eina empezó a formar una teoría en su mente.

-¡tu eres el nuevo aventurero de Eina!-

Exclamo un tanto sorprendida la empleada del gremio para recibir un asentimiento un tanto nervioso del niño.

-(con razón Eina a estado de muy buen humor…aun en esta situación)-

Misha recordó la radiante sonrisa de la semi elfo quien atendía de manera alegre a todas las personas que iban con ella.

-lo siento pequeño pero Eina está un poco muy ocupada calmando a todos esos aventureros, pero….si quieres puedo ser yo tu nueva asesora, dicen que soy muy buena en eso de asesorar-

Le dijo al peliblanco inflando su pecho con orgullo.

-(no sé porque pero siento que está mintiendo)-

Pensó el infante.

-se lo agradezco, pero estoy más que contento con mi asesora-

Bell parpadeo al notar el puchero….¿o cara enojada? que estaba haciendo Misha.

-¡yo soy mejor que Eina, estarás mejor bajo mi cuidado ven conmigo!-

E inclinándose para abrazarlo del cuello Misha le explico, más bien le lloro, las razones del porque debería escogerla como su asesora.

-lo…lo…lo sien….siento…pero….Eina-shan es mi…¡asesora!-

Dijo con un tanto de dificultad Bell empujando la cara de Misha intentando separarla de él.

-¡pero porque eee!-

Lloro Misha ante la idea de que Eina tenía a tan adorable niño abajo su cuidado.

-Misha deja de jugar y ayúdanos por aquí ¡tenemos problemas!-

Pero el llamado de un semi humano provoco que Misha inflara las mejillas en molestia.

-¡para que me necesitan! ¡nadie me hace caso!-

-en administración necesitan gente, ¡ve ahora!-

-¡waaaah!-

Lloro la chica soltando al niño de mala gana encaminándose a la administración, pero, no sin antes de que Bell la tomara de la muñeca.

-di…disculpe, sé que están muy ocupados, pero…podría avisarle a Eina-san que estoy bien y que no tuve ningún problema en la mazmorra-

-tranquilo, yo le digo a Eeeina que estas bien-

Hablo en un tono claramente…celoso.

-arigatou-

Ya más tranquilo sabiendo de que Eina seria informada de su situación Bell salió del gremio, podría cambiar sus piedras mágicas, pero, no creía que pudiera hacerlo en esa situación con tanta gente aglomerada en cada taquilla, por lo que opto por marcharse.

Ahora que lo recordaba había algo que tenía pensado hacer, era muy temprano, aparte de que con el incidente de los minotauros las calles estaban muy animadas, tendría que ir a ver a su diosa para hacerle saber que estaba bien también, pero antes de verla tenía otra parada.

-disculpe…-

Encaminándose nuevamente a la plaza que estaba no muy lejos de la torre Babel, Bell se acercó a un carrito que vendía varios collares y demás joyerías de fantasía.

-si di…kyu-

La persona encargada del puesto, una mujer irónicamente, se agacho y se acercó quizás un poco demasiado al niño al notarlo.

-dime lindo ¿en qué puedo ayudarte?-

Un tanto….saturado por la cercanía que la mujer tenía con él, Bell se alejó un poco.

-e…estoy buscando unas trenzas ¿tendrá disponible?-

-¿eres niña?-

Pregunto la para nada sorprendida mujer, si le dijera que era niña no lo vería para nada extraño con esa carita de muñeca del peliblanco.

-¡no es para mi!...es un regalo-

Le respondió retrayendo un poco la mirada.

-oooh un pequeño casanova, entiendo, bueno lindo aquí hay mucho de donde escoger-

Bell paso la vista por todas las piezas que la mujer tenía a disposición.

-¡quiero esas!-

Dijo con algo de entusiasmo al notar un par de trenzas con campanillas y adornos de flores blancas con azules, igual que los ojos de su diosa.

-veo que tienes buen gusto….tu amada estará muy feliz por el regalo-

-¡a…a…a…amada!-

La cara de Bell se prendió ante lo último mencionado por la mujer quien rio divertida por la pena grabada en el rostro del niño.

-y por ser cliente primerizo y porque te encuentro adorable te hare una oferta especial-

La mujer tomo las trenzas dobles además de una extra.

-por el mismo precio de 500 varis te incluiré este broche de campana para el cabello-

Bell miro el broche que era exactamente igual a las trenzas dobles que quería para su diosa, salvo que era únicamente la campanilla sin la flor.

-así tú y tu amada podrán tener algo igual-

-¡ve las llevo!-

Contento con su compra, Bell camino alegremente abrazando el regalo para su diosa envuelto en papel de regalo.

-¡Kami-sama!-

Llamo él llegando al fin al puesto de Hestia.

-¡Bell-kun!-

Y como era de esperarse Hestia salto del puesto de Jaggamarukun y camino hasta Bell abrazándolo en uno de sus afectuosos abrazos.

-menos mal que estas bien, escuche lo que paso en la mazmorra, estaba tan preocupada-

Suspiro grandemente aliviada Hestia de que su niño estuviera bien, Bell sonrió y abraso con una mano a su diosa.

-puede estar tranquila Kami-sama yo nunca la abandonare-

Bell le prometió aun sabiendo el peso de esa promesa, lo dijo con una seguridad que le trajo alivio y paz al corazón de Hestia, separándose de él Hestia deposito un tierno beso en su frente.

-estoy feliz de escuchar eso-

Tomando distancia de él Hestia noto al fin lo que el niño intentaba ocultar en su pecho.

-¿Qué traes hay Bell-kun?-

-lo sabrás cuando llegues a casa-

Le sonrió el niño ocultando más el regalo.

-bueno, viniendo de ti sé que la espera merecerá toda la pena-

-no tengo mucho que hacer ahora kami-sama, ¿quiere que la acompañe?-

-no, está bien, puedes ir a casa, yo estaré llegando en la noche-

-¿segura?-

-¡segurísima! puedes irte-

-de acuerdo Kami-sama, la estaré esperando en casa-

Hestia ladeo la cabeza mostrándole la mejilla al niño quien no dudó ni un segundo en darle un beso a su diosa antes de irse.

-tsk pero que asco me da ese niño y su patética diosa-

Pero a la distancia, lo suficientemente oculto y alejado como para que Bell siquiera pudiera darse cuenta un hombre gato lo seguía.

-te hubieras muerto en la mazmorra mocoso, no sé porque Freya-sama me envió a salvar tu miserable vida de ese minotauro, pero sí de mi hubiese sido la decisión abrías muerto-

Mascullo con claro desagrado mientras continuaba siguiendo al infante quien se dirigía a la que era su morada, salvar al niño y asegurarse de que llegara sano y salvo a su hogar fueron las palabras de su diosa, y aunque le desagradara o molestara no podía fallar un encargo a su diosa.


-¿me había mandado a llamar Freya-sama?-

Y en lo alto de la imponente edificación que era Babel, la diosa de la belleza continuaba observando al niño quien ignoraba completamente de que estaba siento observado y aparte seguido.

-no, está bien Ottar, ya le encargué a Allen que se hiciera cargo-

-mis más sinceras disculpas por no estar presente para cuando me necesitaba Freya-sama-

-descuida Ottar, no puedes estar siempre esperando mis órdenes, tú también tienes tus obligaciones, además…..-

Freya miro con una…dulce sonrisa al niño.

-el está a salvo, y la familia Loki debe estar agradecida por ello-

-¿piensa enviar una declaración de guerra a la familia Loki?-

-afortunadamente su error no afecto a…al niño de Hestia, asique por ahora no, pero tendré este pequeño incidente siempre presente-

La dulce expresión de Freya había desaparecido y una completamente, seria adorno sus fracciones.

-aunque, de igual manera tendré que hablar con Loki, no me gusta para como el…..alma de su princesa elfo reacciono ante el niño de Hestia-

Tomando un sorbo de su vino recordó los distintos cambios que sufrió el alma de la mencionada elfo en su corta interacción con el pequeño peliblanco, menos aun pudo ignorar el hecho de como la preciosa alma del niño reacciono ante ella, Freya conocía muy bien ese sentimiento, de vista al menos, y no le gustaba para nada que el niño desarrollara esos sentimientos por esa princesa.

-(pero es cierto que el niño necesita ayuda, quizás Hedin pueda ayudarlo, y mucho mejor que esa princesita)-

Pensó en sus adentros la diosa.


Ya en una hora más avanzada del día, Bell terminaba de limpiar el ya no tan desordenado sótano que tenían por casa, aun había muchos muebles y objetos en muy mal estado que no podía reparar o cambiar, por lo que aún era visible cierto desorden dentro del sótano.

Bell dejo caer su cuerpo en el mueble que estaba postrado en el centro del sótano.

-me pregunto dónde estará Fia-chan, empiezo a extrañarla-

Se dijo para sí mismo, en su solitario tiempo en la "casa" de la familia Hestia se le fue imposible no recordar a su amada tía y preguntarse que estaría haciendo en ese momento.

Ladeando un poco la cabeza su vista llego a parar en la poca ropa perfectamente doblada y acomodada en la deteriorada mesa frente al sofá, parpadeo al ver un…trozo de tela acolchada salir de entre sus dobladas ropas.

-¡Oh cierto!-

Exclamo contento el niño, y empezando a desdoblar uno de sus abrigos noto como en él estaba envuelto un peluche, que irónicamente era una Alfia miniatura, Bell sonrió con la boca entre abierta, con todos los eventos que le habían ocurrido había olvidado que también empaco el peluche (Fi-chan) que su tía a había hecho para él, para que….siempre estuvieran juntos aun si ella salía de viaje.

-¡ya estoy en casa Bell-kun!-

Pero el llamado de su diosa lo había hecho volver a la realidad, dejando el peluche envuelto en su abrigo corrió a recibir a Hestia, y que mejor manera de hacerlo con uno de sus ya típicos afectuosos abrazos.

-bienvenida Kami-sama-

-estoy en casa Bell-kun~

Frotando su mejilla contra su cabello Hestia se dejó "amar" por su niño.

-¿cómo estuvo tu día Bell-kun?-

-muy aburrido, ¡pero eso no importa Kami-sama! estuve esperándola todo el día para entregarle esto-

Corriendo de los brazos de Hestia, busco en el borde de la cama el regalo que había comprado para su diosa.

-¿Qué es esto?-

Un tanto conmocionada Hestia tomo la pequeña caja.

-yo….es mi forma de….de demostrarle que…..que la quiero mucho Kami-sama-

Jugo con sus dedos el niño.

-no tenías que molestarte Bell-kun con tu compañía es más que….-

Intento decir Hestia pero los lloros ojos de Bell y sus labios temblorosos le impidieron continuar.

-no….no lo quiere….Kami-sama-

-no no no no no no, no quise decir eso Bell-kun, solo intentaba decir que no tienes que comprarme regalos y gastar dinero en mi…-

Ella le tomo de la mejilla.

-tu compañía es el mejor regalo que puedes darme-

Sonriéndole tiernamente le saco un sonrojo a Bell.

-a…aun así…po…por favor ábralo-

Insistió el empujando la caja hacia su diosa.

-de acuerdo-

Desatando el cordón que los ataba Hestia abrió la pequeña caja.

-noté que sus trenzas estaban algo gastadas y pensé en comprarle unas-

Hestia miro con luces en los ojos las campanillas acompañadas con las flores blancas.

-son magníficas Bell-kun, me encantan-

Dijo Hestia, para acto seguido darla espalda a Bell.

-¿podrías ponérmelas?-

-¡por supuesto!-

Animado, Bell llamo a Hestia a que se sentara en el sofá, y así ambos, diosa y dependiente compartieron otro lindo momento en lo que Bell amarraba con delicadeza las coletas de Hestia con las nuevas trensas.

-¿Cómo me veo Bell-kun?-

-¡muy linda Kami-sama!-

-jejeje ahora siempre iras conmigo a todas partes Bell-kun-

Exclamo alegremente Hestia tocando las campanillas haciendo referencia a Bell (campana).

-y no solo eso, mira Kami-sama-

Sacando de su bolsillo Bell le mostro la campanilla única que vino incluida con el par de trenzas.

-también me vendieron esto, hacen juego con sus trenzas, ¿podrías ponérmela? Así ambos estaríamos a juego!-

Pidió Bell con claro entusiasmo.

-(es para niñas)-

Dijo Hestia con una sonrisa nerviosa tomando el broche de campanilla para el cabello, pero al ver esa sonrisa y alegría de parte del niño como podría decirle que no, por lo que termino amarrando la pinza a sus blancos hilos.

-por cierto Bell-kun, espero no te moleste pero…hoy preferiría pasar de ir a ducharnos, no….tengo ganas de ir hoy a Babel, ¿te molesta?-

Pidió Hestia no queriendo estar cerca de Freya, al menos no por ese dia.

-para nada Kami-sama, podemos ir mañana o el día que usted prefiera-

-en ese caso…-

Hestia cargo al niño entre sus brazos y lo llevo a la cama.

-cuéntame como estuvo tu día-

-bueno para empezar…¡oh espera!-

Soltando su agarre, Bell salió de la cama y fue a la mesa a por "Fi-chan" el muñeco con forma de su tan querida tía.

-¿Qué….que es eso Bell-kun?-

Pregunto Hestia un tanto nerviosa al ver el peluche en las manos de Bell.

-es Fi-chan, Fia-chan lo hizo para mí-

Bell abrazo afectuosamente al peluche ante la mirada un tanto nerviosa de Hestia quien se sintió extrañamente observada e intimidada por los ojos vi color del mencionado muñeco, pero ¿Cómo decírselo a su niño cuando lo abrazaba tan cariñosamente?

-(las noches serán mucho más largas a partir de ahora)-

Pensó la diosa de coletas.


Omake.

Hestia estaba temblando y sollozando en una esquina del sótano de su iglesia; complemente aterrada y asustada por lo que tenía en frente.

No sabía cómo ni porque, pero el espectro maligno de cabellos plateados que la atormentaba en todas sus noches desde que Bell se convirtió en su hijo, había hecho acto de aparición una vez más.

Pero no era ella en quien estaba concentrada entra vez, sino en su pequeño y muy dormido niño.

El "espectro" había arrojado a Hestia fuera de la cama que compartía con Bell haciendo uso de sus "espectrales poderes" y la había enviado e inmovilizado en una esquina para después darle la espalda y concentrarse en su niño.

Hestia intentaba con todas sus fuerzas liberarse del control del espectro y hacer reaccionar su cuerpo, temía por su niño, que este pudiera despertar y ver tan aterrador ser frente a él, quería, ¡no! Debía ayudarlo, pero el "espectro" la tenía a su merced.

Aunque….

Contraria a la imagen terrorífica que Hestia se hacía en su cabeza, el tan afamado "espectro" no podía verse más que feliz y contenta, con una cara casi angelical que no reflejaba indicios de maldad, al ver cómo Bell dormía plácidamente con "Fi-chan" abrazado afectuosamente y rosándola con su mejilla la "espectro" se sujetaba de las mejillas más que contenta ante la vista.


Un saludo, nos leemos nuevamente, casi un mes que no actualizo ¡pero tengo una excusa! ¡Estaba terminando el capítulo 6 de voluntad humana! Que estoy más que feliz de haberlo publicado (que maravillosa forma de hacer publicidad de mis fic)

Bueno pacemos a comentar el capítulo:

Al fin un personaje polémico en ese fic, Hera, ha hecho acto de presencia, Zeus rogara haber muerto con sus hijos bajo el dragón negro, de seguir así el dios griego tendrá que buscar protección con el mismo dragón aunque…no creo que eso le sirva de mucho, me imagino al dragón negro también pateando el culo de Zeus y encerrándose en una cueva.

¡por cierto! Seguir dándole merito a: ZGMF-X13A Providence. Usuario de esta maravillosa plataforma y gran escritor cuyos aportes a este fic y mi persona en general son magistrales, sigo repitiendo, sin él esta historia seguiría siendo una idea con muchas fallas en mi cabeza.

Y respondiendo una pregunta de Alan Gonzalez Portillo, pues no amigo, la verdad no tengo pensado ningún time skip o salto en el tiempo (que vendría siendo lo mismo) en esta historia para presentar a un Bell mayor/adulto/adolescente, al finalizar esta historia, en un epilogo si lo tenía pensado, pero falta MUCHO para eso, y tranquilo, tu pregunta no es para nada estúpida.

Y respondiendo otra pregunta, esta vez de Shen1412 - Anteriormente Enigma95 ¿Dónde está Zald? Pues…yo también me lo pregunto la verdad, al principio no pensé en él pero la verdad es que la decisión de Alfia influiría en la de Zald también ahora que lo pienso como se mostró en el What if de Alfia (maravillosa historia por cierto, que para quien no sepa de ella es una versión alterna de Danmachi del "qué hubiera pasado si Alfia hubiera buscado a Bell" o "que hubiera pasado si Alfia iba por Bell" una magnifica historia escrita propiamente por el autor de Danmachi, asique podría considerarse que es canon, se las recomiendo, tristemente la historia no está traducida al español y tampoco al inglés que yo sepa, esta únicamente escrita en el idioma nativo del autor, pero vale la pena traducirla).

Ya volviendo a ¿Dónde está Zald? Pues….hagamos que está vivo, de momento no tiene un papel en esta historia, pero lo tendrá en un futuro.

Saben cuándo me enteré de los Spoiler del volumen 17 de Danmachi el que salió apenas unos días, me dije a mi mismo "madre mía que hice yo con la Freya de este fic"

La Freya del canon abofetearía y patearía hasta la muerte a la Freya de esta historia, pero bueno fue el papel que elegí para ella me gusta y pienso mantenerlo hasta el final de esta historia (o hasta que se invente la máquina del tiempo y pueda contarle a mi yo del pasado que pasa en el volumen 17 y de paso ir a pedir al autor de Danamchi con mi confiable palo con clavo que será mejor que le dé un buen final a la familia Astrea, uno donde todas vivan)

Bueno a centrándonos un poco ¿que les pareció la aparición de uno de los personas más importantes de este fic, Fi-chan? (el peluche de Alfia) créanme cuando les digo, que por ese peluche se van a desatar guerras, en el sentido más literal de la palabra, hay lo dejo.

Y si, aquí Riveria es una pervertida con altas tendencias Shotas, y por supuesto la Waffle de Bell, digamos que Riveria suplanto a Aiz en este fic, porque seamos sinceros ¿Quién quiere una piedra con la besto y sabrosa elfo? Yo no (Riveria Besto Waffle 100% real no fake 3)

Ahora con el Learis Freese activado en su máxima potencia, una Waffle a la que alcanzar y una maestra más que sabrosa, ya Bell tiene los requisitos para empezar a volverse fuerte.

Por cierto, mencionar que en mi imgur ya debe estar publicada la imagen de Hera (no hay que registrarse para verla, link de mi perfil en la descripción de mi perfil fanfiction y es para que tenga una idea clara de cómo es ella ya que yo soy ¡malísimo! describiendo personajes)

Y también quiero aclarar una cosa, puede que lo parezca por la forma en la que lo estoy relatando, pero Bell únicamente ama a Alfia como su tía y nada más, no hay amor de un hombre a una mujer ningún tipo de deseo, su amor es puro e inocente…..muy contrario al que Alfia siente, creo que aquí más de uno ya se hace la idea de que Alfia también quiere echarle la mano al conejito.

Bueno me estoy extendiendo mucho, creo que ya abarque todas las cosas importantes, por lo que para despedirme anunciar que, quizás ya la mayoría este enterados por….cierto evento que ocurrió el día de hoy y prefiero dejar en el olvido, pero me inicie en el mundo de los fanfics narrados de YouTube, apreciaría bastante que me apoyaran en este nuevo proyecto si no les representa una molestia y está a su alcance, pueden buscarme en YouTube como *Albionir Fanfics* mi primer (y único video de momento) es *Bell Cranel: Voluntad Humana* les agradezco de antemano su apoyo.

Y nada más que decir me despido, hasta un próximo cap.