Tras ese efímero pero intenso abrazo, que me hubiese gustado que perdurase durante muchos segundos, muchos minutos, muchas horas... Aquel abrazo: su calidez, su sentimiento, su dulzura, todo lo que conllevaba el hecho que me arropase con fuerza, todas esas sensaciones, todo ello que me hubiese gustado que ojalá fuese eterno; tras aquel abrazo, simplemente procedimos a desayunar.
Después de desayunar, partimos como si nada hubiese sucedido, hasta la lejana ciudad de Ehrmich. Un largo camino de más de una hora nos esperaba, pero realmente, sabía que una hora a su lado sería como un abrir y cerrar de ojos. Tanto si hablábamos, como si nos quedamos en silencio. Junto a él, el tiempo pasaba veloz y todo era armónico. Mi cuerpo y mi mente bailaban silenciosamente cuando estaba junto a él, haciendo que mi tiempo resultase increíblemente entretenido.
—¿Llevas todo lo que necesitas? —pregunté preocupado mientras cerraba con llave la puerta.
—Sí. Carnet identificativo, mis documentos de la escuela... —dejó de buscar en su mochila bruscamente—. Bueno supongo que lo llevo todo. —sonó bastante despreocupado.
Los primeros minutos caminando a su lado eran silenciosos, ninguno de los dos hablaba pero supongo que nuestra mente estaba llena de barullo: de preguntas y de temas de los que hablar y por alguna razón preferíamos continuar con este falso silencio.
Ir a la ciudad me ponía nervioso, no porque no me lo fuese a pasar bien con él, sino porque tenía miedo de que encontrase un sitio donde vivir… quería ofrecerle mi casa pero no sabía cómo hacerlo sin que sonase muy dependiente y ansioso.
—¿Dónde te quedarás a dormir? —¡Se lo pregunté! Finalmente se lo dije…
—Bueno, allí vive una amiga mía, se llama Mikasa. Me iba a quedar allí a vivir hasta acabar los estudios.
Mi cabeza se llenó de pensamientos: "¿Una chica? ¿Será su novia? No, no, es imposible que sea su novia, no habría hecho tales cosas conmigo si eso fuera cierto. Pero si él es de Shiganshina y ella es de aquí y él nunca ha estado aquí… ¡Son amigos de la infancia! Dios mío, realmente si que tiene una persona de confianza, una amiga de verdad, incluso tal vez más que eso… Seguramente ella es muy importante para él, tal vez aún no sería su pareja pero definitivamente pronto lo serían y por eso decidió tratarme así, de esta manera… ¡Para poder aprovechar su poca libertad hasta empezar una relación! No, no, Eren no parece ese tipo de persona… pero seguro son muy cercanos, algo en mí me grita que lo son."
—¿Qué pasa? Estás muy pensativo. —Eren me echó de mi cabeza y me hizo entrar de nuevo en esta extraña realidad.
—N-nada. —mentí.
—¿Seguro? Parece que estés pensando en algo negativo. No sé si sabes como te ves pero tienes el ceño muy fruncido y estás todo el rato mirando hacia abajo, ¿tienes algo que te inquiete? —dijo Eren con una sincera mirada de preocupación. Leyendo totalmente mis gestos.
—De verdad, no es nada. —volví a mentir.
—Bueno confiaré en ti. Si es lo que tú dices será cierto. Has demostrado ser muy sincero todo este tiempo, así que no tengo nada de qué preocuparme.
Mi cabeza se sumió en la culpa. Me sentía fatal. Le había engañado. No quería que pensara nada raro de mí y ahora me sentía todavía peor que si le hubiese dicho la verdad. Tal vez tendría que haber sido sincero… y lo peor de todo es que todavía no sé como decirle si quiere quedarse en mi casa por un tiempo. A lo mejor tendría que alejarme un poco pero siento que si me alejo lo perderé. Nunca había sido tan obsesivo con algo y menos con alguien… no sé qué me pasa, no entiendo porque pienso estas cosas. Dios mío, que idiota que soy.
—Armin, ¿quieres acompañarme a la ciudad? Francamente creo que te pasa algo, tal vez te estás poniendo malo o algo.
—¡¿Ehhhh?! No, estoy bien, de verdad, te lo aseguro, te lo juro. — mi tercera vez mintiendo.
Cada vez que abría mi ruin boca acababa por decir una patraña, sentía una culpabilidad muy grande y sin embargo era incapaz de decirle "¿quisieras quedarte en mi casa?". Tan simple pero tan extremadamente complicado de preguntar.
—Bien… Pues deja de mirar al suelo y mira al frente. Se te va a caer la cara en la tierra de tanto mirarla. —soltó unas carcajadas.
—¡Qué dices! —Le contesté riendo y justo tropecé con un guijarro. —¡Aix!
—¿Estás bien? Casi te caes. Por dios, andas muy distraído. A ver si te voy a tener que llevar en brazos… —dijo un poco desanimado pero enseguida sus facciones empezaron a cambiar por completo. Sus labios empezaron a inclinarse ligeramente hacia arriba—. Aunque eso no estaría tan mal...
—¡Claro que no me tienes que llevar! —Me quejé a pesar de estar un poco avergonzado y feliz por el último comentario que salió de sus burlones labios—. Todo este rato estaba pensando en unos trabajos que tengo para la semana siguiente, ya está. —Si yo fuese Pinocchio, mi nariz habría llegado ya a Ehrmich.
—Ah… Era eso. Bueno aún tienes una semana por delante, seguro te salen bien. —dijo Eren con una cara de completa satisfacción.
—Sí. Seguro que sí. —reí falsamente.
El silencio volvió a predominar nuestro camino, aunque a decir verdad ahora mismo lo prefería. No quería que Eren continuara preguntándome cosas y sonsacándome información. De hecho, no quería seguir mintiendo. A pesar de la tranquilidad que emanaba todo nuestro alrededor yo para nada estaba sereno. Sentía una bola en mi pecho. Un dolor que jamás había sentido y ya no sabía si era por la cantidad de trolas que le había dicho o por el hecho de saber de esa tal "Mikasa".
Había pasado casi una hora. Cada vez estábamos más cerca de la ciudad, podíamos ver los enormes edificios que se levantaban hacia el cielo desde el sendero en el cual nos encontrábamos, mientras poco a poco el suelo dejaba de ser de grava y su pavimento cambiaba por el de unos ladrillos grisáceos que rompían con el verde de los prados. Yo seguía sin saber qué era lo que Eren quería hacer al llegar a la ciudad así que decidí preguntarle.
—Eren, ¿qué es lo que quieres hacer primero? —pregunté curioso.
—Bueno… No sé, quisiera ir a la universidad esa… y luego me gustaría encontrar el hogar de Mikasa… ¿Tú quieres hacer algo en particular?
—No, nada, me parece bien eso.
No conocía a esa tal Mikasa y a pesar de eso, solo me sentía mal: una ligera presión que empezaba en mi estomago y rápidamente ascendía hasta mi cuello. Cuando me daba cuenta estaba atemorizado. Ni siquiera la conocía, ni siquiera sabía la relación que tenían los dos, pero me ponía realmente enfermo al saber de esa situación. Si lo pensaba en frío me daba cuenta de que no tenía porque preocuparme, de hecho, no me preocupaba, no me afectaba para nada. Mi vida continuaría como lo hacía siempre. Eren solo era una persona pasajera, tan solo estaría en este corto capítulo de mi historia, tan solo habíamos estado en contacto durante un día, era imposible de que esta relación llegase a algo y aún más sabiendo que éramos dos chicos. No tenía sentido sentirse mal por ello...
Todo eso lo sabía de sobras, realmente lo sabía pero no quería aceptarlo, dolía mucho admitirlo. Todos estos preciosos sentimientos que surgían cuando Eren aparecía por mi mente, todos esos maravillosos sentimientos… no quería que desaparecieran nunca, quería anclarme a ellos. Deseaba que este corto capítulo llegase a ser muchos más extenso, deseaba con todo corazón que fuese exageradamente largo, hasta poder formar todo un libro sobre él, hasta que Eren estuviese en toda la historia que me quedaba por descubrir.
Y así, como siempre, sumido en mis pensamientos, llegué a Ehrmich junto a Eren. Sin haber dialogado más, sin siquiera haberle dicho nada más.
—¡Dios, Ehrmich es enorme! Nunca había visto edificios tan altos. — dijo Eren muy asombrado. Nunca había visto a nadie emocionarse tanto por ver unos simples y monótonos edificios pero verle así de feliz me alegraba.
—¿No? Aquí hay un montón, está plagado de ellos. —dije aportando información vacía, para así poder hablar y romper el hielo que yo mismo había creado.
—¡Me muero de ganas de ir a la universidad! ¡Vamos vamos! —Dijo Eren emocionado con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.
—Bueno, por suerte la universidad no está muy lejos de aquí. Sígueme de cerca y no te pierdas. —dije asumiendo de que se distraería con cualquier cosa en este lugar lleno de entretenimiento.
Emrich estaba dotada, por su mayoría, de edificios de cuatro a seis plantas y por ello la luz del sol no lograba iluminar del todo la espaciosa ciudad. La sombra se veía muy oscura, casi fúnebre, y eso hacía que las partes de las calles donde golpeaba la luz tuviesen unos brillos cegadores e intensos. Todos esos bloques estaban hechos de hormigón y encima estaban cubiertos por tejas de pizarra negras como el azabache.
A cualquiera esta ciudad le haría sentir pequeño, pero al ver la felicidad que irradiaba Eren podía notar como a él le hacía sentir grande, seguro debía de estar pensando «todo esto existe. ¡Qué increíble!». A parte de eso, la mayoría de sus calles, avenidas y plazoletas, tenían paraditas de lo más animadas y coloridas donde ofrecían comida, vendían ropas y otros tipos de objetos y artilugios variados, que comprendían desde joyas de gran rareza hasta la más mísera falsificación. Además estaba repleta de plazas donde celebraban pequeñas fiestas de vez en cuando y ofrecían diferentes tipos de espectáculos que daban un ambiente de lo más fiestero y alegre. Todo lleno de música y canciones que te acogían para que continuaras disfrutando de los encantos que Emrich podía ofrecerte.
En fin, era la ciudad perfecta para todos aquellos a los que les gustase el ocio, no obstante, para mí tan solo era una simple ciudad en la que me podría divertir siempre que quisiera, aunque si me dieran a elegir, preferiría leer un libro tranquilamente en mi casa o explorar los bosques y encontrar sitios nuevos en los que poder estar muchas horas sin hacer nada, simplemente disfrutando del inmenso cielo, de los los cómodos prados y de las dulces melodías que entonaba el viento.
En cuanto a Eren, no podía llegar a saber con exactitud qué es lo que escogería: si la vida bulliciosa de la ciudad o la serenidad del campo.
¿Qué os a parecido? La verdad es que me a costado mucho escribir este capítulo... Describir espacios no se me da muy bien... Si me comentáis lo que os parece mal o que queda feo me ayudaríais mucho, porque me siento un poco insegura sobre mi forma de escribir y bueno, espero que os este gustando.
¡Espero que hayáis disfrutado de este capítulo!
Muchas gracias por leerlo.
