Los personajes no me pertenecen, solo los uso para mi esparcimiento y diversión, son propiedad intelectual de su creadora. Por el contrario la historia si es mía.


Fragmento del Capítulo 5

Lita llego a su casa abatida, casi sin ganas de nada. Se tiro en su sillón donde se quedo en posición fetal mirando una vieja fotografía de ella con un hombre de cabello negro. Tan metida estaba en su drama personal que no noto que su telefono estaba sonando. Tras unos minutos contesto el teléfono donde una telefonista le pidió que aguarde en línea que iba a ser trasferida.

- Hola. ¿Hablo con la Oficial Kino?

- Si, ¿Quien es? – Cuestiona sin animo.

- Un gusto, soy la Doctora Sánchez del Hospital Psiquiátrico de Tokio y quisiera hablar con usted con respecto a una paciente que esta hace tiempo internada a…

- ¿Hotaru… digo la señorita Tomoe dijo algo? – Interrumpió a la doctora.

- Justamente de eso quisiera hablar. Ha despertado una faceta muy violenta, pero a la vez parece que quiere decir algo. Me gustaría poder hablar con usted en persona y ver si ella nos puede decir algo al respecto de lo que le paso. ¿Cuándo podría venir?

- Si le parece hoy… es… mi día de descanso, en una hora podría llegar allí. Si le parece.

- Ya comunico a la recepción que usted vendrá. Muchas gracias Oficial Kino.

- Gracias a usted doctora.

Lita cuelga el teléfono con aire renovado pese a su suspensión, pues si alguien podía decirle lo que paso en el Atentado al Colegio Mugen era la única testigo viva. Tomo su cartera y una de sus pistolas, pero la miro con detenimiento y la dejo en su lugar. Pese a salir sin su arma tomo la lapicera de transformación, pues estaba segura que sería más fácil de entrar con ella en el hospital Psiquiátrico.

- Parece que no será un mal día después de todo amor…

Le dice a la foto que estaba mirando no sin antes darse un beso en sus dedos para depositandolo en el rostro de la imagen.


CAPITULO 6

La Reunión

Lita tardo poco más de una hora en llegar a las afueras de Tokio, pues perdió una de las combinaciones de los trenes. Al llegar al nosocomio se identifico con una placa que tenía guardada en su casa, cosa que nadie sabía más que su jefa. Tras esperar unos minutos, mientras se registraba y dejaba su bolso y pertenencias en un casillero, la doctora Sánchez le explico lo sucedido caminando por los largos y pulcros pasillos. Al llegar a lo que parecía un área de visita la hizo pasar a una sala de especialmente preparada para pacientes como Hotaru. Aguardo un rato hasta que trajeron a Hotaru esta estaba en un estado calamitoso, pues hacia días que no comía y era alimentada por una sonda naso gástrica, su mirada estaba perdida y lo más notable era su cabello, la mitad largo hasta las rodillas y el otro hasta los hombros. Después de dejarlas a solas, pero vigiladas tras el vidrio, Lita fue la que comenzó.

- Hola Hotaru, quizás no me recuerdes, pero soy la Oficial Kino. – Hotaru hace un giro completo de su cabeza y su impávido rostro se torno sombrío.

- Así que la oficial Kino… – Comienza con la mirada perdida hacia el techo, pero con un movimiento violento se la queda mirándola con frialdad a los ojos. – Se ve que no llegaste a casarte con ese apuesto oficial… ¿Como era que se llamaba? ¿Steven?

- ¿Que sabes? – Cuestiona tratando de no mostrarse afectada.

- Era muy lindo no quise matarlo, lo quería como un juguete, al igual que mis brujas…

- ¿Tus brujas?

- Fue una pena que muriera en manos de esas mujeres, aunque de todas formas su destino era morir, aunque su sacrificio fue en vano…

- ¿A qué te refieres? – Cuestiona Lita conteniéndose lo más posible.

Hotaru rompe sus ataduras y camina con las manos a trabes de la mesa que las enfrentaba parándose frente a Lita a unos centímetros de su rostro sorprendiendo a la castaña que no sabía cómo reaccionar.

- Este mundo está condenado y esas mujeres solo prolongaron lo inevitable… quizás no sea yo, pero alguien más terminara lo que empecé y eventualmente nuestro amo regresara a reinar esta dimensión.

- ¡No te lo permitiré! – Responde poniéndose de pie.

- ¡Mátame por favor! Hazlo ahora que puedo controlarla. – Dice Hotaru como una adolescente asustada. – ¡Ya no lo soporto más! Tienes que ayudarme!

- ¿Dime Hotaru como lo hago? – Responde tomando la temblorosa mano de la joven.

Nuevamente Hotaru cambio de voz y esta vez su tomo era distinto, más adulto e incluso solemne.

- ¡LA BATALLA FINAL SE ACERCA! ¡EL MAL LLEGO DESDE LO PROFUNDO DEL ESPACIO Y SE ENFRENTARA A LA OZ DEL DESTINO! – Lita nota como una marca purpura como un cuatro invertido se marco en la frente de Hotaru mientras esta continuaba. - ¡LA MUERTE LLEGARA Y LIMPIARA ESTE MUNDO DEL PECADO!

Hotaru toma los brazos de Lita y la levanta unos centímetros del piso justo en el momento que los enfermeros entraban con una jeringa con calmantes y rápidamente sometieron a la joven la cual cayo rápidamente a los efectos de los psicofármacos. Levanto la vista por última vez mirando a Lita mientras balbuceaba

- Luna, agua, fuego, trueno, mar, tierra, muerte, tiempo… luna… agua… fuego… true… el cristal de… salvación… no futur…

Hotaru cayó mientras la doctora Sánchez sacaba a Lita a su oficina mientras le ponían un chaleco de fuerza a Hotaru y la llevaba a su habitación. Tras tomar un vaso de agua y calmarse un poco, la Doctora Sánchez le comento de su diagnostico de personalidades múltiples y trastorno por estrés postraumáticos con tendencia al suicidio y como estos comenzaron a manifestarse hacia unos días.

- Es un caso muy extraño de por sí. No sabemos qué es lo que le paso en realidad, antes o durante el incidente. – Dice la doctora tomando asiento.

- La investigación oficial se cerró oficialmente hace unos años. Pero yo la sigo investigando por mi cuenta. Y preferiría que siga así doctora.

- Lo sabía, fuimos notificados de eso, pero usted fue la única que mostro interés por ella. Al igual que una pareja que vino poco después que usted dejo de venir.

- ¿Una pareja?

- Si. No dijeron sus nombres reales, pero supe de él hace unas semanas.

- ¿Apareció?

- No sufrió un accidente de autos y está internado en el Hospital General de Tokio.

- ¿El corredor de autos? – Cuestiona sorprendida.

- Ese mismo.

- Lo investigare y cualquier cosa me llama a este número. – Dice entregándole una tarjeta. – y ante cualquier cambio no dude en llamar.

Tras despedirse de la médica, Lita salió con más preguntas que respuestas, pero sabía a dónde tenía que ir ahora.

El Regreso de las Sailors

En una de las habitaciones especiales del Hospital General de Tokio una pelea se estaba llevando a cabo.

- Me parece poco prudente que quieras irte ahora. Espera unos días más.

- Ya espere lo suficiente, tengo que salir de aquí e investigar lo sucedido. – Dice tratando de incorporarse en la cama.

- De eso me encargo yo. Esta noche tengo que ir al concierto en investigar a esos artistas. Dice la mujer con un elegante traje sastre.

- Por eso tengo que ir contigo Michiru. – Pide la mujer de pelo corto.

- Solo iré a ver, es mas prefiero que estés mejor para el próximo concierto que tengo que tocar con ellos. Ahí sí que necesitaría apoyo.

- ¿Mas apoyo quieres? – Dice tomándola de la mano y sentándola en la cama. – Yo te puedo apoyar todo lo que quieras

- No es el momento ni el lugar, además no traje ningún juguete conmigo. – Responde con picardía.

- ¿Desde cuándo necesito juguetes para hacerte pasar un buen momento? – Asegura desabotonando la fina camisa de seda de camisa de Michiru.

- Desde… – Toca su pecho haciendo que se retuerza del dolor. – que tienes algunas costillas rotas y la muñeca fracturada… así que cuando salgas… te dejare nuevamente hospitalizada… – Responde metiendo su mano debajo de las sabanas y pasando sus dedos por la entrepierna haciendo que la rubia se estremezca.

- Eres perversa…

- Pensé que eso te gustaba… – Mira la hora y la saca rápidamente. – Tengo que dar clases en una hora. Así que no te atrevas a abandonar este cuarto.

- Lo que digas sirena…

Haruka se quedo recostó y prendió la televisión para ver las noticias, le llamo la atención la noticia del atacante en el parque numero 10, pues pesar que las noticias no decían más que la versión oficial, había algo que no le cerraba. Pese a querer ver el resultado de la clasificación del Gran Premio de F1, no pudo ya que termino dormida antes de darse cuenta. No supo cuanto durmió, pero fue al menos unas horas cuando sintió la puerta de la habitación. Pensó que era una de las enfermeras pero grande fue su sorpresa al ver a una mujer de pelo castaño.

- Veo que las enfermeras vienen cada vez más bellas. – Comienza con galantería.

- No soy una enfermera señor Tenoe. Soy periodista y quería hacerle una nota. Soy Lita Kino. – Responde con cierta timidez actuada.

- No había escuchado de usted.

- Soy nueva y quiero impresionar a mis superiores en la redacción. – Explica rápidamente.

. Muy bien señorita Kino, pero mejor llámame Haruka. – Dice invitándola a sentarse a su lado.

- No me parece profesional. – Responde fingiendo inocencia.

- Tú no lo fuiste al entrar al hospital sin visita. – contesta palmeando con su mano la cama.

- Muy bien señ… Haruka. – Dice sentándose en la cama. – ¿Cómo empezó su carrera?

- Creo que todos ya saben eso… - Contesta aricando su rostro. – mejor cuéntame de ti.

- La que debería hacer las preguntas debería ser yo...

- Linda, créeme, esto es más divertido… – Interrumpe besándola sin recibir mucha resistencia.

Pese a no esperar eso Lita siguió en su papel, si bien no estaba muy de acuerdo con eso, había algo que no le molestaba del todo, incluso hasta lo comenzó a disfrutar. Haruka comenzó a pasar el brazo por la cintura y ella toco su pecho descubriendo algo que no esperaba. Tras un largo rato Lita se separa y se queda en shock mientras que Haruka mostraba una sonrisa triunfante.

- ¿Eres mujer? – Alcanza a decir recuperando el aire.

- ¿Acaso eso importa? – Responde con tranquilidad.

- Ciertamente no, pero le recomiendo que se retire. Tiene que descansar. – Dice Michiru quien tomo el bolso de la visitante que estaba en la silla de invitados.

- ¡Michiru! – Dice sorprendida Haruka mientras lita no sabía que decir.

- Ya me escucho quien quiera que sea. ¡Fuera! – Dijo de tal manera que hasta Haruka quería irse del lugar.

- Si lo siento…– Responde una muy avergonzada castaña tomando su bolso.

Cuando la puerta se cerró Michiru miro con cierta molestia a Haruka, o mejor dicho odio controlado.

- ¿Que acaso no te soy suficiente? – Comienza aguantando las ganas de golpearla.

- Vamos es solo diversión. Además no es periodista. – Explica con calma.

- ¿Cómo puedes saberlo? ¿Acaso se lo leíste en la lengua? – Responde con ironía.

- Si lo fuera sabría que soy mujer y lo mas importante ¿Porque tendría una periodista que llevar un arma en la cintura?

- Veo que sigue siendo bastante mano larga…

- Nunca te cuestione lo que hiciste con el Dr. Tomoe en su despacho. – Contesta con despecho.

- ¡Lo estaba investigando! ¡Nunca lo disfrute! - Se defiende sonrojada.

- ¡Yo creo que sí!

- ¡Este una idiota!

Michiru se fue molesta azotando la puerta, de tal manera que ni las enfermeras se atrevieron a reprenderla por el ruido. Haruka se quedo viendo la puerta y olio el perfume de rodas que había quedado impregnado en su pijama. – Ya voy a descubrir quién es esa chica… aunque tenga que acostarme con ella… – Pensó mientras se limpiaba los restos de labial de sus labios.

El Regreso de las Sailors

Horas más tarde y ya con el sol cayendo, Serena preparaba las cosas para recibir a las chicas, o al menos a la mayoría de ellas. Cuando la hora indicada llego la primera en llegar fue Ami. Siempre puntual como recordaba la rubia. Mientras esperaban al resto Ami se mantuvo en silencio, pues si algo no quería tocar era el tema de Darién, lo que la llevaba a la siguiente pregunta. ¿Eran celos? ¿Acaso no era más que un amante para ella? ¿Entonces qué era lo que le estaba pasando? Cuando Serena quiso indagar al respecto el timbre sonó haciendo que respire aliviada. Pero detrás de la puerta estaba una muy seria Rei que vestía su típica ropa de sacerdotisa, la cual se mostraba un poco más dura de lo que recodaban.

- Aun no sé lo que hago aquí… – Comienza dándole a Serena una bolsa con un tupper con comida. – Traje algo, porque si mal recuerdo, tu comida es horrible.

- ¡Oye! ¡Ya sé hacer un onigiri descante!

- Si claro… ¿Ami? ¿Eres tú? – Dice acervándose para abrazarla

En el abrazo Rei noto algo, algo que solo ella podía hacer, pero se guardo el comentario aunque tendría que hablar con Ami mas tarde. Mientras esto pasaba el timbre sonó nuevamente y era Lita, la cual trajo un par de pack de cerveza y otro tupper con cosas dulces.

- ¿Acaso nadie confía en mi cocina? – Pregunta Serena molesta.

- Hay cosas que nunca cambiaran… – Dice Luna apareciendo desde la escalera.

- Hablo la madre del año… – Responde molesta llevando las cosas a la cocina.

Pero antes que pudiera decir algo la gata negra una voz los saco de su fastidio, aunque trajo otro.

- ¡Chicas! ¡Qué alegría volver a verlas de nuevo! – Dice Artemis entrando por la ventana.

Todas saludaron al gato blando y a la gata negra, aunque nadie dijo lo que notaron, una gran tensión entre ellos. De esta manera comenzaron a hablar y a ponerse un poco al día. Desde la poca información con la que contaban tras el atentado al Colegio Mugen y lo poco que sabían acerca de ese enemigo hasta la extraña marca que mostró Hotaru en la frente. En un momento Serena se levanto a buscar otra cerveza, pues no quería arrancar con algo más fuerte frente a las chicas. Recordó que había un recital de los Star Ligth y decidió ponerlo suave de fondo. Cuando llego al cuarto las otras chicas se habían quedado en silencio escuchado la música atentamente.

- ¿Qué pasa? – Cuestiona viendo a las chicas.

- Es que… hay algo en esa música que… no lo sé…d – Comienza Rei.

- Son muy guapos, en especial Taiki. – Asegura Ami tomando un sorbo de cerveza.

- Aunque Seiya no se queda atrás. – Responde Serena.

- Pues el más pequeño es bueno en la cama, pero frió como un tempano. – Asegura una voz detrás de ellas.

Todas giraron y vieron a una escultural Mina Aino enfundada en un piloto beige con un sobrero y gafas de sol, las cuales se quito mostrándose como una diva.

- ¡TA- DA! – Agrega al verlas boquiabiertas.

La primera en ir a abrazarla fue Serena, aunque se separo rápidamente al notar que esta estaba algo incomoda con el contacto físico.

- Tan infantil como recordaba. – Dice al separarse de Serena.

- Y tu tan simpática como en tu entrevista con el Primer Ministro. – Responde Rei con poco tacto, la cual se había puesto de pie, pero decidió sentarse nuevamente.

- ¡Veo que sigues mi carrera! – Responde con orgullo.

- Solo quería ver a mi padre, no lo veía desde que quiso impedir mi boda. – Contesta sin darle importancia.

- ¿Te casaste? – Cuestiona Ami.

- Eso es algo de lo que no quiero hablar en este momento. – Responde por lo bajo.

- ¿Acaso no cumpliste las expectativas de tu marido? – Responde maliciosamente Mina.

- Si te interesa saber esta muerto como el resto de mi familia. Al igual que tu. – Finaliza Rei poniéndose de pie y saliendo de la habitación.

- Eso fue descarte Mina. – Responde Ami siguiéndola.

- ¿Como podía saber de su patética vida… por Kamisama no se qué hago aquí… – Dice la rubia con fastidio.

- Respondiste al llamado como todas. – Responde Artemis algo emocionado, pero decepcionado por su comportamiento.

- ¿No se supone que estas en vivo? – Cuestiona Lita mirando la hora.

- Es un falso vivo, lo grabamos en la tarde. – Explica la Diva.

- El que tengas la fama que soñaste no te da derecho a ser grosera. – Reprende Serena.

- Agradece que estoy aquí "pricesita". Tenía mejores cosa que hacer.

- Entonces vete, no queremos estar con alguien que se cree más que nosotros. – responde Lita apretando sus puños.

- Veo que sigues igual de agresiva.

- Pero al menos no necesito ninguna ayudita. – Responde tocándose la nariz haciendo que Mina se dé cuenta que tenía algo de polvo en esta.

- ¿Acaso me vas a delatar con la policía? - Contesta con soberbia.

- Prefiero atrapar un ladrón de verdad que una drogadicta barata. – Finaliza poniéndose de pie y tomando su bolso.

- Sal de mi casa Mina. O quien seas ahora. – Dice Serena con firmeza.

- ¿Acaso me estas echando? – Responde ofendida.

- O te vas por las buenas o te saco por la fuerza. – Sentencia don cara de pocos amigos.

-Veo que la princesita tiene garras… no se porque me moleste en venir. – Dice caminado hacia la puerta.

- Las puertas de mi casa están abiertas a la verdadera Mina, la que conocimos y queremos, no a esta copia ególatra que está aquí.

El Regreso de las Sailors

A unas cuadras de la casa de Serena, Ami alcanza a Rei la cual, a pesar de su notoria renguera caminaba más rápido de lo que debía.

- Oye Rei espera.

- No me molestes Ami. Quiero estar sola.

- Porque no esperas que te hará mal con esa pierna.

- ¿Tu que sabes? – Responde parándose en seco.

- Lo se porque fui yo la que amputo tu pierna. – Responde apenada.

- ¡Así que tengo que agradecerte este favor!

- Créeme que fue la única manera en aquel momento. – Recuerda Ami con un hilo de voz.

- Otro médico me dijo eso mismo, no entiendo porque no fuiste tú.

- Porque no tuve el valor ese día. Era mi primera semana en emergencia y lo siento fue mi error por no estar totalmente preparada para eso. – Responde con los ojos llorosos.

- No… hay nada que perdonar… lo que paso, paso y ya… mejor me voy a tomar un taxi, me duele la pierna sana. – Responde frotándose la pierna derecha.

- Mejor te acompaño.

- Puedo sola. – Responde amablemente.

- Necesito hablar con alguien acerca de algo y creo que eres la única que me puede dar una respuesta.

- ¿Es Darién no? – Pregunta lo que para ella era obvio.

- ¿Cómo…

- Llevas su perfume en la ropa. Ese idiota está atrapado en su pasado… – Responde con una media sonrisa.

- Pero es bueno en la cama. – Responde Ami sin pensar.

- Ni que lo digas Ami. – Esta se la quedo mirando sorprendida. – Mejor vamos al templo y charlamos mejor. Tengo una botella de sake de 20 años para esta ocasión.

- ¿Que le diremos a las demás?

- Que se queden con la falsa Diva. Además ya estamos bastantes grandecitas para dar explicaciones.

Dice Rei levantando su mano para llamar la atención del taxi que estaba pasando por la calle.

El Regreso de las Sailors

Serena se quedo sola en su casa, pues al ver que los gatos comenzaron a discutir entre ellos también los invito amablemente a que la dejaran sola. Tras levantar la mesa y atacar algunos de las cosas que trajo Lita, los cuales se dio cuenta que eran comprados, abrió una botella de Vodka, sirvió un vaso largo hasta el borde y le dio un generoso trago directo de la botella antes de cerrarla. Se quedo escuchando "Search for your love" con los ojos cerrados y su vaso en la mano como bailando sola bajo la tenue luz que se filtraba por la ventana del frente. Cuando termino el tema sintió que la estaban mirando y al abrir los ojos estaba Mina con cara de arrepentida.

- Si olvidaste algo tómalo y vete. – Dice Serena rápidamente.

- Serena, lo siento… esto no es fácil para mí.

- ¿Crees que para mí lo es? – Responde mostrándole el vaso.

- Lo de Irak no debió haber sido fácil. – Responde lo que era obvio para ella.

- ¿Tu que sabes?

- Cuando comencé mi programa quise hacer una sección de "Mujeres Extraordinarias" o algo así. Me llego a mis oídos tu historia, una de las pocas mujeres en las fuerzas de Auto Defensa que vio acción después de la Segunda Guerra Mundial fuera de Japón, así que después de que mi asistente se contacto con las autoridades del ejercito, nos dijeron que no sería posible y que te habían dado de baja.

- Una historia que no vale la pena… – Da un buen trago a su vaso y mira a Mina. – Es mejor dejar el pasado atrás.

- Gaste una fortuna en psicólogo para dejar el pasado atrás y ese saco de pulgas blando me dio otro pasado aun más lejano para torturarme. – Le quita el vaso y lo vacio de una sola vez. – ¿Tienes más?

- Tengo más alcohol en esta casa que cualquier bar.

- En ese caso… ¡Pongámonos al día! – Responde con esa alegría que recordaba Serena. – Y perdona por lo de hace un rato…

- No es a mí, díselo a las chicas. – Responde sacando un vaso y trayendo la botella

- ¿No estás molesta?

- Eras mi guardaespaldas amiga y confidente en la Luna, mi guardiana leal en la tierra y ahora serás mi compañera de borrachera. – Finaliza llenando los dos vasos.

Ambas se sientan en el sofá y chocan los vasos mientras el recital llegaba a su fin.

El Regreso de las Sailors

Lita estaba molesta con la actitud de Mina, tanto que cuando estaba llegando a su departamento sintió que alguien al seguía. Camino un poco más rápido hasta llegar a la esquina por lo que intento sorprender a su seguidor. Aguando detrás de un cartel publicitario metió du mano en la cintura, hasta que alguien le hablo asuntándola.

- No sé qué quieres pero aléjate de Haruka. – Comienza unan mujer de pelo aguamarina.

Lita se sorprendió tanto que por reflejo saco su arma y le apunto en la cabeza. Pese a no mostrarse intimidada avanzo unos pasos y afirmo su frente contra el arma.

- No entiendo que quiere una simple policía con nosotras, pero no te conviene meterte en muestro camino. – Amenaza la mujer.

- Pensaba hacerlo de otra manera. Pero mejor me dices que es lo que buscas con la niña que está internada y no te pasara nada. – Asegura Lita.

- ¿Con Hotaru Tomoe? Es algo que una simple persona no entendería. Así que… – espera a que Lita parpadee y mueve rápidamente su mano y quitándole el arma en un movimiento para apuntarle a la altura de la cintura sin dejar de mirarla a los ojos. – Si vas a apuntarle a alguien mejor que estés dispuesta a disparar. – Asegura sin mostrar el mas mínimo sentimiento en las palabras.

- ¿Quienes son?

- Mejor deja esto en nuestras manos y desaparece que será lo mejor para ti. – Camina unos pasos y gira nuevamente lanzándole el arma. – Y no vuelvas a acercarte a Haruka o la próxima vez no seré tan razonable.

Lita intento seguirla pero una ráfaga de viento la hizo distraerse haciendo que la pierda de vista a la vuelta de la calle.

El Regreso de las Sailors

En un lugar oscuro y olvidado una siniestra mujer se levantaba de su cama empapada de sudor. Pese a ser hermosa su rostro inspiraba miedo a aquel que se atrevía a mirarla de frente. Se puso lo que parecía un salto de cama dorado y trasparente que dejaba a la vista su exquisita figura. Con desprecio giro su vista a una joven que estaba en su misma cama desnuda y exhausta.

- ¡Ve y busca esa maldita semilla estelar y no me falles!

- No mi señora Galaxia, no pienso fallarle.

- Eso espero. – Responde acercándose y tomando fuertemente uno de sus pechos haciendo que la joven aguante una mueca de dolor. – Porque la próxima vez no la pasaras nada bien… desaparece de mis aposentos.

Sin esperar respuesta tomo sus cosas y la joven se escabullo como un gato en las sombras.

Continuara…


Bueno después de muchos meses logre sacar otro capitulo! Espero que les guste y cualquier duda/consulta/consejo y/o comentario estaré gustoso de responder!

AGRADECIMIENTO:

Kamisumi Shirohoshi: Ciertamente es lo mas extraño que se me ocurrió hacer mi Lady! Como veras aun Haruka no esta bien del todo, pero como dicen, "El zorro pierde el pelo pero no las mañas". En cuanto a Hotaru, será un personaje difícil de llevar, incluso para mi, pero ya veras! Si los pasados son tristes, pero jsutificados en un punto. Darien y Ami fue una de esas ideas por imágenes! Y me algra que te guste esta Serena! Ya tendras algo de ellos o ellas… Y si que puedo decir de Lita! Ella es la numero 1! Y si algo te sirve, pues tómelo con gusto y será un honor para mí! Desde ya muchas gracias mi Lady!

Tarma Jones: Muchas gracias por el comentario y la verdad que la idea de Luna fue de último momento! Pero me gusto ese personaje y quien sabe que es lo que hare! Y ciertamente si que nos leeremos!

Pato: REGRESE! (Inserte risa de neurótico o curqueto) Espero que te guste este nuevo capítulo!

Lector Anónimo: Espero que te guste y espero que te animes a dejar un comentario, como veras siempre los respondo!


Nuevamente gracias a todos y

Simplemente les digo, Nos leemos!