Hola a todos, espero que inicien muy bien la semana

Disclamer.- Todo pertenece a Sir Arthur Conan Doyle, a la BBC, a Moffat a Gattis y a un montón de personas de las cuales ninguna soy yo. Mía solo es la historia y escribo sin ánimo de lucro.

Para Violette Moore, porque ella lo pidió!


La Ecuación De Dirac

por

Adrel Black


VI

John y Sherlock se guían por el ruido de las personas hablando, el comedor es grande y recargado, una mesa larga con el director Barclay en una de las cabeceras y el padre Samuel en la otra. Un hombre con ropa pulcra y delantal blanco camina por entre las sillas sirviendo a los comensales. El teniente Bryant se sienta a la derecha de Barclay, hay siete personas a la mesa, Barclay se pone de pie para recibirles.

—Capitán Watson, padre William —la sonrisa de Barclay no titubea ni un segundo —permítanme presentarles al resto de nuestros compañeros. El Señor Daryl Taylor —un hombre de traje marrón, regordete y medio calvo saluda desde su asiento —es nuestro profesor de cultura general. Walter Davis —un hombre muy parecido al Señor Monopoly, saluda también —nuestro bibliotecario. Charles Smith —el hombre del delantal, agradable y de ojos ámbar hace una inclinación de cabeza y dice un "caballeros", es como un mayordomo de alguna película, —nuestro amable cocinero. Y por último este es Trésor White —un hombre de traje negro y camisa azul rey se pone de pie —nuestro profesor de negocios.

—Padre William —da la mano a Sherlock y luego se dirige a John —Capitán Watson.

Ambos hombres se sientan a la mesa acompañando a los demás, al terminar de servir, Charles Smith, el cocinero, ocupa el último lugar libre, entonces el Padre Samuel dice:

—Bendice Padre estos dones que vamos a recibir, bendice también nuestro colegio y nuestra Iglesia e ilumina el camino que debemos seguir, Amén.

—Amén —responden los demás y el sonido de cubiertos y platos rompen con el silencio anterior.

—Se tardaron —habla de pronto el Padre Samuel mirando a John y Sherlock —cuando los dejé en la iglesia, se tardaron.

—Es mi culpa —responde John al momento, Sherlock permanece en silencio, es extraño verlo, parece tímido, pero en sus ojos John sabe que está analizándolos a todos, su forma de comer, su forma de hablar. —Tiene una Iglesia hermosa, yo me distraje por un momento.

Hay un sonido que hace el Padre Samuel con la garganta, algo indefinido como de desconfianza, pero no dice nada más.

La comida es deliciosa, por decir lo menos, hay copas servidas con vino tinto y agua, luego de que todos terminan el entrante el cocinero se levanta y les sirve un corte de carne con una pequeña guarnición y al final un postre, un diminuto pastelillo de chocolate con nueces. John no puede creer que realmente haya personas que comen de esta forma todos los días. Él y Sherlock la mayoría del tiempo terminan comiendo comida comprada o sobras, siempre y cuando no hayan compartido el refrigerador con ninguna parte de algún cadáver, esto es como estar en un hotel cinco estrellas.

Las conversaciones son de lo más variopintas, hablan sobre chismes de la realeza británica

—Si la Iglesia le ha parecido interesante, Capitán Watson —dice White mirando a John —necesita ver con tranquilidad la escuela.

—Me dedicaré a ello después de la comida —responde John.

—Me encantaría también conocer la escuela, —dice Sherlock y es la primera vez que habla desde que se sentaron a la mesa, mira a White que a su vez parece disgustado por un segundo, luego, con mucha diplomacia, aclara:

—Entre más mejor.

Es así que, después de terminar de comer, los tres hombres Sherlock, John y White se dirigen hacia el segundo piso.

Las aulas son bastante grandes; hay varias, tienen aspecto recargado con páneles de madera en las paredes y cuadros referentes a la materia sobre la que se estudia en esa aula.

Cuadros sobre cultura pop en donde se enseña la cultura general, grandes rascacielos del centro de Londres en el aula donde se habla de negocios, cuadros bíblicos ahí donde se enseña teología y todos los grandes maestros de la filosofía, allá donde se estudia la Moral.

—¿Por qué parece haber tan pocos profesores? —pregunta John.

—Bueno —responde White, Sherlock camina un paso por detrás de ellos en silencio —el director y el Padre Samuel tienen sus propias clases.

Al final el recorrido termina en el techo del lugar, hay un paseo que corre por todo el perímetro cercado por una pequeña valla; arriba, solamente el cielo de color gris amenazante, abajo, el verde vibrante del pasto de fin de verano, conforme avanzan por el lugar van topándose con caballeros en armaduras y gárgolas que custodian las paredes, a John aquello le hace pensar en un castillo encantado.

—...y este es el centro de la pasarela —dice entonces White al llegar a una escultura en particular —San Miguel Arcángel, pisando la cabeza de Lucifer antes de mandarle hacia el infierno. Fue la última de las esculturas que se realizó en la casa.

John mira con atención, Sherlock por su parte, sigue caminando por detrás de ellos mirando por su cuenta aquí y allá.

—En la parte de la iglesia que da al bosque está representada esta misma imagen, aunque no es la misma escultura.

—No he visto la iglesia por fuera —aclara John —la lluvia no lo permitió.

Aunque la lluvia ha cedido, hay un viento frío levantándose desde el bosque, John puede ver a Sherlock como frota las palmas contra sus antebrazos a causa de ese frío.

—Tiene que ver la iglesia en el amanecer —le dice White —cuando el sol se levanta por detrás de las copas de los árboles se cuela justo por el vitral y llena el lugar de luces de colores, es hermoso.

—Lo imagino —responde John.

El móvil del hombre comienza a sonar, lo saca del interior de su saco y mira la pantalla.

—Discúlpeme Capitán, pero debo tomar esta llamada.

—No se preocupe.

White se aleja y John sigue mirando a lo lejos, esto aún parece una mala idea. Sherlock se acerca a su lado.

—¿Has visto algo importante?

—Todos parecen algo culpables, —dice Sherlock —sin duda están escondiendo algo, aunque aún no sé qué es. —El detective frunce el ceño y mira de nuevo el perímetro. —Además, —John lo mira, el viento le revuelve el cabello y el alzacuellos no hace sino contrastar aun más en la luz exterior, el blanco contra la piel desnuda de su cuello y el negro de su ropa —hay algo que no cuadra, el tamaño del lugar parece mucho más pequeño en el interior.

—Dices que hay algún cuarto secreto.

—Por el tamaño no lo creo, pienso más bien en pasillos.

—¿Pasillos escondidos tras las paredes?

—Si.

—Como pasadizos secretos.

—No necesariamente —dice Sherlock —las casas viejas algunas veces tenían pasillos por los que se movía la servidumbre. Esta es una casa vieja, puede ser que sea solo eso.

John asiente, mira con atención de nuevo la escultura, es de la misma piedra que el resto de la casa, pero tiene un increíble detalle en las alas, como si tuviera dibujadas en las piedras cada una de las plumas que las conforman, puede ver el detalle de la ropa, las arrugas de la tela, en la ropa tipo romana del arcángel, y bajo su pie descalzo la cabeza de Lucifer mientras la cola de serpiente con todas sus escamas y sus alas de murciélago se retuercen.

—Mira esto —dice Sherlock hay algo grabado en el torso de Lucifer.

John presta atención a lo que Sherlock le muestra, los dedos largos del detective pasan una y otra vez por los trazos tallados en la roca.

—¿Es una ecuación matemática? —pregunta el Capitán.

—Es la ecuación de Dirac.

—¿La qué?

—La ecuación de Dirac —John niega, sin idea de lo que Sherlock dice. —Es física cuántica.

—¿Por qué alguien grabaría una ecuación matemática aquí? —Sherlock se encoge de hombros —Parece que puede ser importante.

—No veo cómo, —responde Sherlock. —Debo ir a la iglesia, el Padre Samuel debe verme por ahí de vez en cuando.

—Si, llámame si necesitas algo.

Sherlock camina la pasarela hasta regresar al interior de la escuela, John por su parte, se queda mucho tiempo más ahí en el techo, mirando el lugar, puede ver un rato después como el detective camina por el piso enlodado en compañía del guardia de seguridad Bryant con rumbo a la Iglesia.

White acercándose al lugar desde el que John está mirando, observa también a los hombres caminando.

—Bryant parece… interesado en nuestro nuevo y joven Diácono.

—Si, pude notarlo —contesta John casi sin entonación, esperando aparentar que no le importa.

—No se le puede culpar —la risa baila en las palabras de White, —es lindo.

John sopesa lo que debe decir, al final se decanta por la verdad, es como se esconde una mentira, había dicho Sherlock, envuelta entre verdades.

—Sin duda lo es.

—Eso si te gustan los hombres con porte de niños mimados —aclara White, John se ríe sin saber muy bien hacia dónde va la conversación.

—Si tiene ese tipo ¿no? —responde y le asquea un tanto estar hablando de aquella forma de Sherlock. White asiente.

—¿Qué tipo es el que te va a ti, Capitán? —John mira a White e intenta sacar todo su encanto.

—Yo no diría que prefiero un tipo, —sonríe —me gusta probar de todo.

White le lanza una mirada de tiburón.

—Bueno yo si tengo un tipo —aclara el hombre del traje negro —me gustan los soldados…

—¿Bryant? —pregunta John como si no entendiera que la plática trata sobre él.

White suelta un bufido desdeñoso.

—Tiene unas ínfulas, cualquiera creería que peleó la Segunda Guerra Mundial solo y la ganó. —John ríe de nuevo. —No, me refiero a militares de verdad. —John trata de evitar los ojos azules de White. —Tal vez conozcas a alguno que puedas presentarme —el hombre sonríe, John asiente.

—Tal vez se me ocurra alguien.

—Tendremos una fiesta mañana por la noche, para darte la bienvenida, Capitán.

—¿Una fiesta?

—Ya sabes —responde White —los chicos se van de vacaciones, la escuela se queda sola… Somos un grupo de hombres adultos, alejados de las miradas indiscretas, una fiesta de vez en cuando nos viene bien.

—Sin duda —responde John, pensando que esa es una información que a Sherlock podría interesarle.


Hola Ariniet.- Oh!, también me imaginé a Sherlock y tampoco culpo a John, ya sabes así como se veía en Escándalo en Belgravia ;). Ya verás que llega a la habitación de Sherlock, lo prometo. Espero que lo sigas disfrutando.

Bueno espero que esta historia les esté pareciendo interesante, hagan sus apuestas ¿quién es el asesino?

Adrel Black