EL NOVIO DE MI HERMANA
CAPITULO 6
LOS FOREMAN
Luego de haber dormido plácidamente por varias horas, Makoto abrió los ojos y por la luz que se filtraba a través de la ventana se dio cuenta de que ya había amanecido. Tratando de no lastimar su pierna lesionada, se sentó como pudo en la cama y jaló la frazada para cubrir su cuerpo pues hacía frío. Tenía hambre y bien le habría gustado estar en su departamento, con su pierna sana e ir a prepararse unos hot cakes sabor pumpkin spice, pero dada la situación y encontrándose en el segundo piso de una casa ajena no le quedaba de otra que esperar a que Lizzie apareciera. También estaba la opción de marcarle a Andrew, pero no quería causarle molestias, y menos en domingo que es por excelencia el día de descanso, además de que el día anterior él no se había retirado temprano a dormir.
Recorrió con su mirada la recamara de su jefe y cuñado, a la cual la noche anterior no le había prestado atención y reparó de que aquella habitación era muy grande, mucho más que la sala de su departamento, y que además, Andrew tenía buen gusto. Las paredes estaban pintadas de color azul cobalto, frente a ella había una Smart TV que a ojo le calculó debía ser de aproximadamente sesenta pulgadas, un poco más a la izquierda había un librero con varios libros, la puerta que daba al baño; y al otro extremo de la habitación un amplio ventanal que se podía apreciar a través de las blancas cortinas por donde se filtraba la luz.
Habría deseado ir a husmear entre los libros de Andrew, pero dado que le era difícil ponerse de pie optó por tomar el comando de la smart Tv que se encontraba en la comoda a su derecha y la encendió. Estuvo un par de minutos cambiando los canales para buscar algo de su agrado, hasta que encontró un canal donde estaban trasmitiendo episodios repetidos de Cake Boss, un programa americano de un chef pastelero que hacía obras de arte con bizcochos y crema pastelera.
—¿Estás despierta? ¿Puedo pasar?— Escuchó la voz de Andrew del otro lado de la puerta.
Por alguna razón desconocida le alegró escucharlo, pero luego recordó que la noche anterior no se había desmaquillado, así que imaginaba como debía lucir su rostro de impresentable, y ni hablar de su cabello, debía ser un desparpajo pues la noche anterior lo había dejado suelto en vez de atarlo en una coleta como de costumbre.
—¿Makoto? ¿Estás bien?
Le extrañó que la llamara por su nombre en lugar de señorita Wellington o señorita Kino. ¿Desde cuando había tanta confianza?
—Sí.— Respondió al tiempo que empezaba a acomodarse su larga caballera con las manos.
-0-0-0-
Al entrar a la habitación, Andrew dejó el par de muletas recargadas en la pared. Ver el maquillaje corrido en el rostro de su cuñada y su largo cabello castaño desordenado le recordó el sueño de la noche anterior y le hizo pensar que justo así habría terminado ella si no hubiera sido un sueño; sin embargo, se esforzó por hacer a un lado aquellos sucios pensamientos, pues no quería que su cuerpo lo traicionara y se le notara lo que Makoto provocaba en él.
—¿Te divierte ver programas de cocina?— Preguntó para romper el hielo.
—Sí.— Respondió Makoto— Son entretenidos
—¿Y también sabes cocinar o sólo te gusta ver?— Preguntó Andrew, aunque ya sabía la respuesta, pues en más de una ocasión había stalkeado su perfil de facebook.
—También me gusta cocinar.— Respondió Makoto.— Sé hacer diversos tipos de platillos internacionales aunque lo que más me gusta es la repostería. En específico hacer pasteles.
—Supongo entonces que debes ser muy exigente con la comida- Dijo Andrew.— ¿Qué quieres desayunar?
—Lo que cocines está bien
—Lo único que sé cocinar son sándwiches fríos y sopa instantánea, pero no hay pan de caja ni nada que pueda simplemente meter al microondas. Sólo hay cosas crudas, como huevos, verduras, y unos yogurt sin azúcar bastante insípidos que les gusta tomar a Lizzie y a mamá
Makoto entendió entonces porque todos los días Andrew encargaba desayuno de los restaurantes de los alrededores de la editorial. "Aparte de infiel, inútil" pensó para sus adentros.
—Voy a encargar desayuno a domicilio para Lizzie y para mí ¿Qué te gustaría que te encargue?
—Lo que sea está bien
—¿No quieres algo en específico?
Por supuesto que quería algo en específico, pero tampoco iba a ponerse exigente.
—Sí. Lo que sea
Andrew no pensaba incomodarla insistiendo, pero de tanto stalkearla en facebook sabía que le gustaba tomar latte por las mañanas y desayunar panqueques de pumpkin spice. Tal vez no podría conseguirle exactamente lo que le gustaba, pero buscó en el menú de uno de sus restaurantes favoritos y a través de la aplicación ordenó panqueques para los tres, un latte de cacao para lizzie y dos de pumpkin spice para él y Makoto. Aquel no era su sabor favorito, pero de pronto se le había antojado.
—¿Y Lizzie?— Preguntó Makoto para romper el silencio
—Sigue dormida. Los fines de semana se levanta después del medio día.
—Por cierto. Encontré las muletas.— Dijo Andrew acercándose a la cama con ellas.— ¿Quieres intentar usarlas?
—Sí
Makoto se sentó en la orilla de la cama. Miró aquel par de muletas, aunque no tenía idea de como usarlas.
—Siempre que te vayas a poner de pie, vas a colocar ambas muletas del lado de tu pierna derecha porque esa es la que te lesionaste. Luego, con tu brazo derecho vas a tomar ambas por su empuñadura. Después, te vas a levantar apoyando tu otra mano en la cama y usando tu pierna izquierda para ponerte de pie.—Explicó Andrew— ¿Quedó claro?
—Sí. De hecho no parece complicado.— Respondió Makoto con honestidad, pues había entendido a la perfección las indicaciones y en realidad las creía innecesarias pues no le parecía que fuera algo que necesitara ser explicado.
Siguiendo las indicaciones logró ponerse de pie. No había sido difícil.
—¿Y ahora qué?— Le preguntó a Andrew
—Ahora vas a poner una muleta a cada lado de tu cuerpo antes de empezar a caminar. Y no te apoyes en la pierna lesionada o vas a tardar más en sanar.
Makoto trató de hacer lo que le indicaba Andrew, pero al momento de pasar una muleta al otro lado de su cuerpo sintió que perdía el equilibrio e instintivamente dejó caer una muleta y tiró de la camisa de Andrew.
—No puedo.— Respondió Makoto.
—¡Eit! Tranquila. Está bien.— Dijo Andrew tomándola de su estrecha cintura.
—No me sueltes.— Suplicó Makoto y por mero instinto soltó la otra muleta y se aferró a los hombros de él
—No te preocupes. No te voy a soltar.— Respondió Andrew atrayéndola a su cuerpo en un abrazo. ¿Se estaba aprovechando de la situación de vulnerabilidad de su cuñada? Sin duda, pero ella por el temor a perder el equilibrio no lo soltaba, y bueno, él se permitió disfrutar del olor de su perfume a flores, tocar su cuerpo a través de la ropa y la sensación de los redondeados senos de ella rozándolo.
—Espera un poco.— Dijo Makoto. Si bien al principio sí había perdido el equilibrio y por verdadero instinto se había apoyado del cuerpo de su cuñado para no caer, pronto había logrado encontrar el equilibrio, pero le había gustado sentir los brazos de él alrededor suyo, el contacto con su cuerpo, su olor. ¡Por los kamis! Hace un día estaba deprimida porque Sapphire se había comprometido con otra y ahora estaba buscando cualquier pretexto para tener contacto físico con su cuñado que no estaba muy lejos de tener la misma moral ligera que su ex novio. Sin duda se estaba volviendo loca.
—También pasé por esto. Te entiendo.— Susurró Andrew, haciendo que a ella se le erizara la piel de sólo escuchar su voz.
Aquel momento que estaba siendo agradable para ambos, de pronto fue interrumpido cuando escucharon la voz de Lizzie
—Buenos dí...— Ambos notaron la expresión de sorpresa en el rostro de la muchacha.— Oh, parece que interrumpo algo
Andrew la miró molesto por haber interrumpido aquel momento.
—Lizzie. ¿Acaso olvidaste que se debe tocar la puerta antes de entrar?— Le preguntó Andrew mientras ayudaba a Makoto a sentarse en la cama
—La puerta estaba abierta y yo venía a ver en que podía ayudar a Mako— Dijo Lizzie esbozando una sonrisa— Aunque ya veo que tú lo haces muy bien. Y por cierto. Acaba de llegar este pedido. Creo que se equivocaron con los lattes porque sólo mandaron uno de cacao, pero como soy tu hermana menor ese es mío.
—Sí. Quédatelo.— Le respondió Andrew mientras tomaba los lattes y los platos que eran para él y Makoto.
—Makoto. Hoy estaré a tu disposición para lo que necesites.— Dijo Lizzie— Pero tengo que hacer una llamada. ¿Te importa si vengo en un momento? De todas formas con Andrew estarás bien cuidada.
—Está bien Lizzie.
-0-0-0-
—¿Quieres desayunar primero y después seguimos practicando con las muletas?— Le preguntó Andrew
—Por favor.
Andrew caminó hacia el armario, lo abrió y sacó una mesa plegable y la colocó en la cama. Después entregó a Makoto la charola y el vaso desechable en el cual venía lo que había pedido para ella
Makoto abrió la charola desechable encontrándose con unos panqueques con arándanos, crema de fresa y sirope de arce; y para Andrew no pasó desapercibida la expresión de satisfacción en su rostro pese a que ella trataba de disimularlo.
—Gracias.
—No son de pumpkin spice pero el latte sí. Espero sea de tu agrado.
Makoto lo miró sorprendida.
—¿Cómo sabes que me gustan los panqueques de pumpkin spice?
Andrew cayó en cuenta de que se había delatado, así que dijo lo primero que se le ocurrió.
—Hace mucho me lo comentó Wanda
—Gracias. Me gusta mucho.— Respondió Makoto. En el poco tiempo que había vivido con su hermana no recordaba haberle hablado mucho de las cosas que le gustaban, y después de que la sacaran de casa de Arthur era poco el contacto que habían tenido porque ni siquiera se tenían agregadas en redes sociales; sin embargo pronto dejó de pensar en eso, pues le importaba muy poco lo que Wanda dijera o pensara de ella.
—¿No vas a comer?— Le preguntó Makoto
—Pues sí. Vengo en un momento entonces.— Dijo Andrew poniéndose de pie.
—Puedes quedarte conmigo...—Makoto se preguntó si lo que acababa de decir no se entendería como un "Por favor. Quédate", así que buscó como corregirlo —Es decir, no te estoy diciendo que te vayas... Después de todo es tu casa.
—Pues si mi presencia no te molesta me quedo a desayunar contigo y después seguirnos practicando.
Empezaron a desayunar en silencio, pero de pronto Makoto preguntó como había sido aquel accidente que lo obligó a usar muletas para tener de que hablar, y él empezó a contarle de un accidente de auto que había tenido hace seis años en el que se había lesionado una pierna.
—Por cierto. Muchas gracias por lo que hiciste por mi hermana.— Dijo Andrew.— Creo que no te lo había agradecido. Fuiste muy valiente al enfrentarte a un hombre, y por una desconocida.
—No es la primera vez que lo hago.— Respondió Makoto orgullosa.— Ya he golpeado a un par cuando han intentado acosarme a mí o a mis amigas.
Andrew supuso que siendo ella tan atractiva a más de un insistente en querer cambiarla de orientación sexual ya habría golpeado.
—¿Y dónde aprendiste a pelear?— Preguntó con curiosidad.— Uno no espera que una mujer se sepa defender, menos una tan...
Andrew se detuvo al darse cuenta de lo que había estado a punto de decir, pero se encontró con los ojos verdes de ella que parecían interrogarlo.
—¿Tan que?— Preguntó ella con curiosidad.
—Bueno. Me refiero a que no tienes apariencia de chica ruda. Creo que ningún hombre esperaría que puedas derribarlo de un golpe.
Makoto sonrió al recordar a quien le había enseñado.
—Me enseñó papá.— Dijo.— Nos enseñó a mi hermana y a mí.
Andrew la miró desconcertado. No estaba al tanto de que su suegro supiera artes marciales, y sabía que Wanda tampoco.
—¿Arthur Wellington? Vaya. Quien diría que el señor Wellington...
—No me refiero a él.— Lo interrumpió Makoto.— Me refiero al hombre que me adoptó como hija y me dio su apellido. Otou-san tenía un dojo donde daba clases de taekwondo. Él nos entrenó a mi hermana Naru y a mí.
Andrew sabía que la madre de Makoto había fallecido y que por eso ella había tenido que ir a Londres a vivir con Arthur. Supuso que tal vez al morir la mamá de ella su padrastro no se habría querido hacer cargo de una chica que en realidad no era su hija.
—No sabía que tienes otra hermana además de Wanda.— Dijo Andrew.— ¿Ella vive en Japón?
Si bien Makoto podía recordar con alegría los momentos felices que había vivido con su familia, no le gustaba hablar de como habían fallecido, y la conversación inevitablemente estaba tomando ese rumbo.
—Toda mi familia falleció, y preferiría no hablar de eso.
Para Andrew no pasó desapercibido que hablar de eso le afectaba, pues miró la tristeza reflejada en sus ojos verdes.
—Lo siento.— Dijo Andrew apenado.— No fue mi intención.
—Está bien. No lo sabías
Ambos se quedaron callados un momento, mirando que en TV daba inicio un programa de comida internacional en cuyo capítulo de ese día se enfocaban a hablar de comida japonesa.
Makoto se dio cuenta de que Andrew estaba mirando fascinado como la cocinera del programa preparaba los platillos típicos de su país natal
—¿Te gusta la comida japonesa?— Preguntó ella
—Me encanta.— Respondió Andrew.— Sobre todo los que tienen forma de pescado... ¿Taiyaki?
Andrew la vio sonreír por primera vez y le pareció que tenía la sonrisa más hermosa.
—Los taiyaki no son comida. Son un postre.— Corrigió ella
—Como sea. Esos son mis favoritos. Tengo mi dotación semanal en mi departamento.
—Pues sí me enseñas a caminar con muletas, te haré todos los taiyaki que quieras cuando me recupere.
—Bueno. Entonces ahora estoy más interesado en que aprendas.
Makoto añoraba Japón pese a que no había vuelto a poner un pie en el país del sol naciente desde que su padre biológico la sacará de ahí para llevársela a Londres, así que se emocionaba cuando hablaba de aquel país y su cultura y le prestaban atención sin hacer chistes de su acento o de su país; así que de pronto hasta le pareció entretenido charlar con Andrew, además de tocarlo "accidentalmente" con el pretexto de que la estaba enseñando a usar muletas.
-0-0-0-
Al caer la tarde, Makoto ya había logrado aprender a ponerse de pie y caminar con muletas, así que después de lograr su objetivo, Andrew la había dejado en compañía de Lizzie, con quien por cierto, había logrado llevarse bien y hasta le inspiraba ternura porque le recordaba a su difunta hermana Naru.
Charlando con Lizzie, se enteró de que Andrew había cumplido veintiocho años hace poco y que la pequeña hermana tenía diecisiete años. Lizzie era muy parlanchina así que supo también que los padres de los dos hermanos Foreman eran médicos de profesión y que si entre ambos había tanta diferencia de edad era porque Sophie Foreman había quedado embarazada sin planearlo siendo aún estudiante y que el segundo embarazo ya había sido planeado; así como también que el padre de ambos había fallecido hacía dos años de cáncer.
Después Lizzie le habló de lo mucho que le apasionaba el maquillaje artístico y ver anime, lo cual la llevó a hacerle preguntas sobre el tema a Makoto, quien le confesó que pese a ser mitad japonesa no solía mirar anime ni leer mangas, hasta que el tema las llevó a hablar de comida japonesa y de la utilidad de las artes marciales.
—... y por eso es muy importante que nunca aceptes bebidas de desconocidos y no se la dejes encargada a nadie. De igual manera, cuando me recupere de esta lesión te prometo que te enseñaré algunas técnicas de taekwondo por si...
La charla se vio interrumpida por una voz femenina
—¿Puedo pasar?
Makoto notó como Lizzie palidecía al mirar el rostro de aquella mujer madura de cabello rojizo y ojos verdes tan parecida a ella que acompañaba a Andrew, así que supuso era la matriarca de los Foreman.
—Claro.— Dijo Makoto tratando de ponerse de pie.
—Oh, No te esmeres, linda. Te vas a lastimar.— Dijo con amabilidad la mujer, quien después dirigió una mirada fulminante a Lizzie.— Ve a tu recamara. Tú y yo tenemos que hablar.
Andrew, que había entrado después de su madre las presentó
—Madre. Ella es Makoto Kino. Mi secretaria y la mujer que le ha salvado la vida a Elizabeth— Dijo Andrew.— Makoto. Ella es mi madre, Sophie Foreman.
—Que gusto tengo en conocerte, Makoto.— Dijo Sophie Foreman mientras se sentaba en la cama frente a Makoto.— No tengo palabras para agradecerte lo que has hecho por mi hija. Sino fuera por ti, quien sabe que sería hoy de mi Lizzie. No quiero ni pensarlo.
—El gusto es mío, señora Foreman. Espero no causar molestias.
—¿Pero de qué molestias hablas? Si no hubieras intervenido para salvar la vida de mi hija no estarías lesionada. Lo menos que podemos hacer por ti los Foreman es cuidar de ti mientras te recuperas. Ya me contó Andrew que de momento no tienes a nadie que cuide de ti, así que para nosotros será un placer que te quedes hasta tu recuperación, además soy médica así que cualquier cosa podré atenderte. Y por cierto, dejemos las formalidades. Llámame Sophie
—De acuerdo seño... Sophie
—Por cierto Andrew. ¿Podrías ayudar a Makoto a bajar al comedor?— Dijo Sophie dirigiéndose a su primogénito que había estado en silencio.— Ya va a ser hora de cenar y encargué comida, y supongo que la pobre Makoto debe de estar aburrida de estar encerrada aquí.
—Claro.— Respondió Andrew.
—Bueno. Ve ayudándola a bajar en lo que hablo con tu hermana.— Dijo la mujer que después dirigió una mirada a Makoto.— Por cierto. Encargué comida japonesa porque Andrew me dijo que tu alimentación se basa en comida típica de tu país que tú preparas. Espero sea de tu agrado.
Andrew no sabía donde meter la cara de vergüenza ante el imprudente comentario. ¿Era necesario que le hiciera saber a Makoto que desde que la recogió en el aeropuerto le estuvo hablando de ella en todo el trayecto a casa?
—¿Y tú como sabes que casi a diario cocino comida típica de mi país?— Le preguntó Makoto cuando la señora Foreman salió dejándolos solos.
Andrew titubeó buscando que responderle, pues no podía decirle "Me la paso stalkeandote en facebook y veo las fotos de lo que comes diario".
—Pues... es obvio ¿No?... Digo, si viviste tus primeros años de vida en Japón es lógico que eso comas... Además Rei me dijo que le has compartido de tu comida.
—Ya veo— Dijo Makoto sin darle mucha importancia—¿Bajamos?
-0-0-0-
Makoto tomó las muletas y se puso de pie. Después, acompañada de Andrew que caminaba al ritmo de ella llegaron al inicio de las escaleras.
—Bueno. Aprender a subir y bajar escaleras con muletas es otra cosa que no te he enseñado— Dijo Andrew— ¿Prefieres que yo te baje o...
—Quiero intentarlo para no depender de nadie—Lo interrumpió Makoto— Pero necesito tu ayuda.— Agregó tímidamente
—Como gustes, pero siempre puedes cambiar de opinión
Andrew la tomó de la cintura por si acaso perdía el equilibrio y eso le quitó a ella el miedo que tenía, y aunque lentamente, logró bajar las escaleras por si misma utilizando las muletas; sin darse cuenta de que desde la segunda planta los miraban Sophie y Elizabeth.
-0-0-0-
—Así que es hermana de Wanda.— Comentó Sophie a su hija, mientras ambas desde la segunda planta miraban como Andrew ayudaba a bajar las escaleras a Makoto
—No se parecen. ¿Verdad?— Dijo Lizzie
—Físicamente un poco. Tienen la misma altura, las dos tienen cabello castaño y ondulado y ojos verdes; aunque claro, Makoto tiene un ligero aire oriental.— Respondió Carol.— Pero en el carácter nada que ver. Esta chica es muy agradable y Wanda... bueno, Wanda es insoportable
—Bastante. El tonto de mi hermano que no se fijó en la hermana correcta
— Ni modo.— Respondió la señora Foreman.— Nada me gustaría más que Andrew no se casara con Wanda, pero bueno, es adulto y no puedo meterme. Él sabrá lo que hace.
Madre e hija se reunieron en el elegante comedor de estilo victoriano con Makoto y Andrew. La matriarca se sentó a la cabecera, su hija menor a su izquierda, Andrew a su derecha y Makoto a un lado de Andrew.
Durante la cena, Makoto y Lizzie que era una amante de la cultura japonesa comieron con palillos, Sophie con cubiertos y Andrew, bueno, él le pidió a Makoto le explicara como comer con los palillos, pero al final se rindió y terminó utilizando los cubiertos.
Después de cenar estuvieron mucho tiempo charlando, hasta que el reloj marcó las 11:00 p.m. y la señora Foreman les dio las buenas noches, lo mismo Lizzie que debía madrugar para ir a la escuela, y bueno, antes de irse Andrew ayudó a Makoto a subir las escaleras.
—Bueno. Yo me tengo que retirar a mi departamento.— Dijo Andrew una vez que dejara a Makoto en su recamara.
—¿Te irás?— Preguntó Makoto
—Pues sí. Acuérdate que te había dicho que ya no vivo aquí. Sólo vengo cuando mamá tiene que salir para estar al pendiente de Lizzie o por las tardes a visitarlas.
—Pasa buenas noches entonces. Y gracias por todo.— Dijo Makoto
—Cualquier cosa que necesites no dudes en marcarme a mi móvil. No importa la hora que sea.— Le dijo Andrew antes de salir de la habitación.
Aquí traigo un capítulo más de este fanfic.
Gracias a quienes pasan a leer, y ya saben, comentarios y tomatazos son bien recibidos.
Saludos.
