Gracias por su apoyo mis niñas lindas, la verdad estoy disfrutando de este reto porque realmente no sé qué es lo que me traerá la inspiración, puede ser algo corto, largo, divertido, dramático o romántico, hoy le tocó el turno a lo corto y al "medio lemon", aunque si soy sincera diré que este microrrelato me gustaría convertirlo en un fic más largo, por lo menos de unos 10 capítulos, pero quien sabe, para mientras cumplo con el reto.
Gracias Dollchu, Nena Taisho, candy01234, ArtemisaCor, AoiDandelion, p1lar1ka_131, LucyRgz y a Lady-Be-Good, realmente estoy llena de emoción que les haya gustado el relato anterior, la verdad fue tan lindo, tierno y emotivo que realmente podía sentir en mis dedos lo que iba escribiendo.
Por cierto, Nena Taisho, me perdí un poco, ¿sobre qué doctor hablas? Ya no sé ni en qué ando.
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Disclaimers
Todos los personajes le pertenecen a Rumiko Takahashi, pero la historia y la locura muy mía.
Solo publico en Fanfiction, Wattpad y en mi página de romancerotico . worpdress . com, si ven en otro lado la historia ¡denúncienlas! Y no subo nada en Facebook.
Estas historias no tienen relación entre sí y pueden ser de diferentes fandoms.
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La niñera del jefe
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Basado en la sugerencia de "Jefe de la Mafia"
Cuando apliqué hace 7 días para el trabajo de niñera, jamás me imaginé que terminaría atada de mis tobillos y antebrazos en el reposabrazos de una de las sillas del 2º hombre más poderoso de la Familia Taisho uno de los más temibles clanes de la era moderna de la mafia japonesa.
—Lord... Lord Sesshoumaru... —intento decir con voz quebrantada, no por el miedo que provoca el hombre que está parado frente, porque a pesar de que es una masa musculosa de metro noventa con músculos encima de los músculos y que pudiera quebrarle el cuello a cualquiera con sus enormes manos, lo que me tiene agitada es la desesperación de mi tan ansiado orgasmo, uno que me ha hecho evitar durante los últimos 15 minutos.
Estoy temblando de la ansiedad provocada por mi excitación, completamente sudada y empapada de cada parte de mi cuerpo deseando que me atraviese con la erección tan prominente que su pantalón intenta contener, porque solamente está desnudo de la cintura para arriba.
—Por... por favor...
—¿Qué es lo que deseas?
—Te... Te quiero a ti...
Se acerca introduciéndome uno de sus enormes dedos, la verdad cuando lo vi la primera vez hace 3 días atrás, no pude evitar pensar que, si tenía unas manos tan fuertes y grandes, ¿cómo sería de esa parte específica de su anatomía?
Ante la intrusión me hace gruñir cerrando mis ojos haciendo que la sensación se incremente, pero me toma de la boca abriéndomela y con ello hago lo mismo con mi vista.
—No los cierres, quiero que veas también mis expresiones de placer al momento en que te hago correr solo con mis dedos.
Acelera su movimiento, pero evita deliberadamente mi clítoris, mi sexo está caliente y húmedo y deseoso porque toque cada parte de esos 3 puntos que pudieran ser muy estimulantes, pero solo se enfoca y por alguna razón que no entiendo, resulta insuficiente, porque a pesar de que mi intimidad se contrae y aprisiona su dedo cuando lo mete no puedo llegar.
—Ah... Ah... —gimo sin pudor deshaciéndome literalmente en sus manos.
—¿Qué más deseas?
—A ti... deseo tu virilidad dentro de mí, Lord Sesshoumaru...
Cuando veo que finalmente y después de tanto logro convencerlo, alguien llama a la puerta y en esta ocasión es él quien gruñe de rabia.
—¿Qué?
—Todo está listo para la reunión, Amo.
—¿Cuánto tiempo?
—5 minutos Amo, solo lo están esperando a usted y al Jefe.
—Voy enseguida.
Cuando se han referido al "jefe" es la cabeza de la Familia Taisho, su padre, un hombre que ha estado en el poder desde hace muchísimos años, incluso desde que Sesshoumaru naciera y a pesar de su edad no piensa soltar todavía la dirección de familia y según lo que he escuchado de alguno que otro lengua suelta de la casa, no lo hará a no ser que lo manden a dormir con los peces.
Sesshoumaru se aleja acercándose a la puerta de los estantes la cual se abre al contacto de su mano cuando la posiciona. Es un armario de juguetitos sexuales, justo aquí en la oficina.
Saca un vibrador en forma de huevo con un control a distancia, rompe la bolsa que lo protege y le coloca las baterías y cierra la puerta.
—Estaré a pocos metros de ti y este vibrador tiene un alcance de 30 metros —intenta explicar algo que no logro comprender, porque al momento en que me lo enseña lo pasa por mi húmeda cavidad empapándolo y de paso encendiendo su vibración lo cual me hace gemir como posesa—. De vez en cuando lo activaré para que te recuerdes de mí.
—Dudo... mucho que pueda... olvidarme de ti...
—Es por si acaso.
Se acerca a su escritorio y saca una navaja con la cual va cortando las correas de mis tobillos y mano liberándome de mi prisión, no sin antes introducirme el pequeño huevo el cual me hace sentir una incomodidad extraña en mi interior.
—No quiero que hagas gemidos o caras extrañas con estés con Rin, si lo haces te reprenderé por la noche.
Al terminar de decir sale de la oficina, todos saben que no pueden entrar hasta que yo salga, de lo contrario, una promesa previa de "les cortaré los huevos y se los daré a los perros si alguien entra cuando yo no esté" la cumplirá en el acto preciso en que sepa que alguien me ha visto desnuda después de estar con él.
Me visto con piernas temblorosas y cuando termino me dirijo al cuarto de la pequeña Rin, su hija de 5 años. Generalmente siempre toma una siesta después de su almuerzo alrededor de las 2 y al despertar siempre desea jugar, salir de paseo a comer un helado y regresar a jugar, esa es su rutina de los fines de semana.
A pesar de que ha dicho que no me aleje, al final lo permite ya que su pequeña no puede vivir sin su preciado premio helado y todo lo que Rin desea, se lo concede.
Al término de la cena, cuando la pequeña le ha contado de todas nuestras aventuras y de cómo ha disfrutado jugar conmigo, le hace una pregunta:
—¿No has visto rara a Kagome?
—¿Rara? —pregunta dubitativa la pequeña como si estuviera resolviendo un problema matemático.
Lo vuelvo a ver con cara de enojo, ¿cómo se atreve a preguntarle algo así? Especialmente cuando justo después de regresar de nuestro helado mantuvo activo el aparatito lo que me pareció una eternidad.
—Kagome se reía mucho y hacía caras graciosas, lo que me hizo reír mucho también —asegura contenta y carcajeándose para saltar de la silla de un brinco y correr hasta donde estoy para darme un abrazo.
—Ya es hora de dormir Rin.
—Sí papá.
La pequeña da otro brinco acercándose a él que la toma entre tus brazos y luego me vuelve a ver.
—Tú también ve a dormir, también deberás de tomar tu biberón.
Eso me pone completamente roja y casi sin habla, Rin se pone a reír abrazando a su padre.
—Papá, Kagome está demasiado grande para eso.
—¿Lo crees? Creo que está en esa edad en donde no puede dejar el biberón.
—Eres malo papá.
Yo no puedo hacer nada excepto contener la respiración, aunque de reojo él me vuelve a ver, sé lo que tengo que hacer a continuación y a pesar de que me gustaría pasar por propio orgullo, la verdad es que no deseo hacerlo.
Me levanto de la mesa, voy a mi habitación y me pongo un negligé en color verde de encaje que él me ha comprado y me dirijo a su habitación, después de un par de minutos en donde él ha estado con su hija durante ese tiempo se acerca a mí dándome un suave beso en la boca.
—Te felicito, te has sabido comportar con Rin en la cena.
—Eres un malvado, ¿sabes lo sensible lo que ando? Sentía que podía morir en cualquier instante.
Me da un beso en la mejilla dirigiéndose luego a su armario.
—Pero si me he comportado bien con Rin... —empiezo mi oración de manera fuerte, pero a medida lo expreso siento que mis piernas empiezan a flaquear—... significa que ¿podría... obtener una recompensar?
Cuando él se voltea me enseña unas esposas y con un movimiento de sus dedos me indica que de la media vuelta para quedar a espaldas a él.
—¿Por qué? Me porté bien con Rin, tú mismo lo dijiste.
—Pero rompiste la norma de "no caras extrañas" cuando estuviste con ella.
Estoy a punto de decirle algo, pero solamente puedo abrir la boca y al instante la cierro para darme la vuelta y él me pone las esposas.
—¿Serás... gentil?
Me agarra del cuello estirándome y luego empieza a comerme la boca con fuerza y salvajismo, el solo hecho de tenerme tan aprisionada me acelera el corazón.
—¿Cuándo no lo he sido?
En eso tiene razón, sus métodos en la cama no son nada convencionales y la verdad los he disfrutado muchísimo.
—De rodillas.
Cuando me doy la media vuelta levanto mi cabeza y con gracia me voy agachando hasta quedar en la posición que me ha pedido. Me pasa una venda de color dorada restringiendo mi vista.
—Ahora mi pequeña niñera, será tiempo de que cuides al padre y espero que seas tan complaciente como las ocasiones anteriores.
Quiero decir algo, pero al instante en que abro la boca su miembro toma posesión de mi cavidad, él me guía el movimiento, uno suave y lento el cual disfruto y sobre todo degusto, su sexo es tan ancho que no puedo introducirlo por completo, pero lo que sí hago es saborear aquella punta que está vibrando de desesperación casi tanto como mi propio sexo.
A los pocos minutos me levanta tomando mi cintura y me da la media vuelta haciéndome apoyar a la orilla de su cama que es bastante alta dejando mi trasero a exposición de él. El negligé tiene una abertura en mi sexo, así que me abre de piernas y cuando menos lo siento empieza a comerme con desesperación y precisión.
Me mojo, me remuevo, gimo y disfruto, lo hace con cuidado, no es tan salvaje como la primera vez que me lo hizo, probablemente tenga en mente lo que he dicho que estoy sensible, Sesshoumaru puede ser rudo y salvaje y a simple vista pareciera no importarle nada, pero me ha demostrado en tan poco tiempo, que cuando él quiere y desea algo simplemente lo cuida como algo muy valioso y aunque hasta el momento no me lo ha dicho con palabras sus acciones sí me lo han demostrado.
Cuando estoy a punto de terminar se separa y me quita la venda, se sienta sobre una banca acolchonada que tiene a la base de la cama y me hace sentarme a horcajadas sobre él. Me voy metiendo su falo lentamente solo porque sus manos me impiden hacer lo contrario.
—Ten paciencia, no quiero lastimarte.
—Pero... lo quiero... todo... —me sincero como la golosa que nunca fui, pero que con él me he convertido en alguien diferente.
—Lo tendrás, pero todo a su tiempo.
Me toma mi boca y me empieza a besar, a chupar mi lengua y a degustar mis labios. Hago un par de movimientos circulares con mi cadera y él también se acopla a mi ritmo, ambos estamos disfrutando, lo sé porque los gruñidos que me como me lo indican.
Después de algunos minutos, ambos nos corremos.
Me quita las esposas y luego me toma en sus brazos para llevarme en ellos hasta su enorme y cómoda cama, en donde por primera vez nos abrazamos.
—Duerme —me ordena.
—Pero... Sesshoumaru...
—Solo hazlo.
Me envuelve con su enorme cuerpo y me siento como una hormiga ante él, pero al final después de los últimos días lo único que hago es caer rendida.
Sé que las cosas no serán fáciles, pero de alguna manera intentaremos salir adelante en cada situación.
Kagome sabía a la perfección de quién se trataba él, pero había caído enamorada incluso desde la entrevista en que había tenido lugar 7 días atrás, trataba de luchar contra aquel sentimiento, pero todo era más fuerte que la razón.
Sin embargo, faltaba pocos días para que Sesshoumaru cayera rendido ante ella y en ese momento todo cambiaría en el futuro.
