CAPÍTULO 6: Potion d'eveil

-¡No!

Un grito irrumpió en el ala de las habitaciones de las chicas, despertó a algunas chicas pero no pudieron distinguir de dónde provenía. Decidieron dejarlo pasar, probablemente alguien se habría golpeado.

-¡Ya basta!

Otro grito y esta vez Susan Bones estaba muy segura del lugar de origen, la habitación junto a la suya. Aquella habitación que le pertenecía a solo una estudiante, Camille Beauvoir, ya que sobraba y esa chica se negaba a compartir una con las demás.

-¿Te encuentras bien? -preguntó a la puerta cerrada

-¿Quién habla?

-Soy Susan, Susan Bones -intentó abrir la puerta y entrar pero estaba con llave- duermo en la habitación de al lado

-¿Qué quieres?

-Solo saber si estás bien

-Sí, ahora vete

-Si necesitas algo llámanos

-Bien

Bones regresó un poco confundida a su habitación, al llegar sus compañeras estaban listas para escuchar lo que había pasado

-Creo que solo fue una pesadilla

-Espero que ahora pueda dormir mejor -dijo Sophia

-Podríamos llevar un chocolate caliente para que se relaje -propuso Hannah

-No creo que sea buena idea, sonaba un poco molesta

-Tonterías, ¿quién me acompaña a las cocinas?

Susan se acomodó nuevamente en su cama sabía que era caso perdido disuadir a Hannah de su idea del chocolate así que simplemente volvió a dormir.

Abbott convenció a Sophia para que la acompañe, sigilosamente abandonaron su sala común para dirigirse a las cocinas, siempre lo habían hecho así que no lo vieron como un gran riesgo.

-Listo, con esto se sentirá mucho mejor y dormirá como un oso

-Perfecto, volvamos porque yo ya quiero volver a dormir

Regresaron tratando de no hacer mucho ruido en las escaleras. Cuando estuvieron frente a su puerta escucharon pasos por lo que estaban muy seguras que seguía despierta y les abriría la puerta.

-Hola, somos Hannah y Sophia

-¿Quienes?

-Somos compañeras de habitación de Susan, la que vino hace poco -aclaró Wembley

-¿Qué quieren ustedes? Ya dije que estoy bien

-Sí pero…

-Solo váyanse

-Te trajimos chocolate para que puedas dormir mejor

-Está muy rico, ábrenos para que lo bebas

-No quiero chocolate, vuelvan a su habitación

-¿Qué hacen aquí afuera a estas horas? -la prefecta de Hufflepuff se hacía presente

-Le estamos ofreciendo esta taza con chocolate a la nueva -mostró Hannah la taza en alto

-¿Y por qué hacen tanta bulla? -la chica era un año menor pero sabía imponer autoridad

-Dice que no quiere -dijo Sophia con un bostezo

-Entonces ya no la molesten y regresen a la cama

-¿Y qué haremos con el chocolate? -protestó la rubia

-Se lo toman ustedes y listo

-Bueno, ya nos vamos

Ambas chicas dieron media vuelta y regresaron a sus camas, se tomaron el chocolate y durmieron plácidamente hasta la mañana.

Muy diferente a la situación de Camille, quien no volvió a pegar el ojo en toda la noche. Su rostro lo reflejaba muy claramente pero nada que el maquillaje no pudiera ocultar.

El desayuno como siempre fue un poco bullicioso, algunos estudiantes se acercaban a ella para hacerles conversación pero los evitaba a toda costa; hoy, menos que otros días. No estaba dispuesta a hablar con alguno de ellos.

La primera clase era Historia de la Magia, Minerva McGonagall quería que los alumnos retomaran esa clase para tenerlos en absoluto silencio por lo menos algunas horas.

-¿Señorita Beauvoir, podría decirme en qué año se desarrolló la Huelga de las Gárgolas?

Nadie respondió, hecho que sorprendió a toda la clase, Camille no se había perdido de las oportunidades que tuvo para demostrar que era mejor que Granger.

-Señorita Beauvoir, despierte ahora mismo -levantó la voz el profesor Binns

Se sobresaltó un poco y levantó la vista hacia su profesor.

-Pardon, ¿me hizo una pregunta?

-Sí, ¿sabe en qué año se desarrolló la Huelga de las Gárgolas?

-En 1911, Monsieur

-Correcto, pero tendré que quitarle tres puntos a sus casa por dormir en mi clase

Hermione Granger no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa, no tenía nada en contra de la chica pero no podía con su enorme ego y su insoportable complejo de superioridad.

Las clases de la mañana habían transcurrido con una normalidad olvidada, una en la que solo Granger levantaba la mano de primera para responder las preguntas de los profesores. Para ese momento todos se habían dado cuenta que a la perfecta Camille le pasaba algo, se quedó dormida en absolutamente todas las clases y para la hora del almuerzo apenas y toco lo que tenía en su plato.

Antes de empezar sus clases de la tarde decidió ir a la biblioteca para ponerse un poco al día de las clases que no logró prestar atención.

-Hey chicos, ¿ella no es…?

-Sí, es Beauvoir -respondió Draco incluso antes que Pansy terminara su pregunta

Camille nuevamente había caído rendida en la mesa con la cara apoyada en uno de sus brazos encima del libro que estaba leyendo, más a su derecha se encontraban pergaminos en los cuales había estado tomando apuntes y su bolso, al lado de su silla.

Los jóvenes se sentaron unas sillas más allá de la chica y se concentraron en realizar sus tareas de las primeras clases; pero Theo no podía concentrarse, cada tanto apartaba su vista del libro para echarle un vistazo a la chica durmiente. Draco lo atrapó varias veces y para disimular hacía movimientos de cuello para relajarse de la tensión que le proporcionaba hacer los deberes.

Una hora más tarde, mientras todos en la biblioteca estaban muy concentrados, un golpe seco llamó la atención de la mayoría, haciendo también que Camille despertara de un respingo, Malfoy miró fijamente a Nott.

-¿Ya fue suficiente no crees?

-¿De qué hablas? -se excusó

-¿Estás con nosotros o allá con ella? -preguntó Malfoy

-Draco, no montes una escena aquí, la señorita Pince nos echará a todos aquí -Pansy trató de aplacar la situación

-No se preocupen, yo me voy -dijo y se puso de pie guardando sus cosas- no traten de buscarme

Draco Malfoy salió de la biblioteca con algunas miradas sobre él, pero sobre todo las muy confundidas de sus amigos.

-¿Y a ese que le pasa? -inquirió Theo

-A veces creo que mientras pasa el tiempo se vuelve más loco -mencionó Zabini para retomar su lectura

-No hables así de él, tal vez… -Parkinson quería buscar alguna excusa pero no encontraba ninguna

-Ni lo intentes, ya déjalo -sugirió el moreno- mejor terminemos nuestros trabajos

Por los pasillos Draco caminaba sin rumbo, si sus amigos se habían sorprendido con su reacción él estaba mucho más confundido "¿Qué ha sido eso?" pensaba con cada paso.

Un pequeño bullicio hizo que sus pensamientos se detengan, en una banca se encontraba Camille Beauvoir, probablemente en sus vueltas por el colegio ella habría salido de la biblioteca, pero lo que más le llamó la atención al rubio platino fue la cantidad de estudiantes que la rodeaban. No entendía de lo que hablaban pero parecía que todos estaban ansiosos por tener la atención de la francesa.

La chica se veía mejor, sonreía y respondía amablemente algunas preguntas, era muy diferente a la chica que se durmió en todas las clases; pero esa intriga se resolvió al ver una pequeña botella salir por uno de sus bolsillos: Poción de Despertares.

Draco se quedó viendo la escena hasta que se dio cuenta que ya comenzaba su próxima clase, Camille también se percató de aquello y sin querer fueron casi a la par al aula asignada.

Ninguno notó la presencia del otro y si lo hicieron prefirieron ignorarse, no tenían la confianza suficiente como para conversar de sus vidas o sobre las clases.

-Más rápido chicos, llegaremos tarde -irrumpió Hermione en el camino

-Herms, cálmate estamos a la hora justa -la seguía Ronald

Harry por su parte venía mucho más lejos de ellos, no tenía ningún apuro por entrar a clases.

-Sangre sucia -dijeron en voz baja y al mismo tiempo Draco y Camille antes de entrar al aula detrás de Granger

Se miraron el uno al otro por la sorpresa pero no más, ni un comentario o una mueca cada uno se dirigió a su asiento y los demás empezaron a llegar también.