Aclaraciones: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, son todos de Rumiko Takahashi.

"Um, tengo ganas de…"

El premio mayor

Capítulo 6: El concierto

Tomó su chaqueta denim negra posándola sobre sus hombros, contemplando en el espejo su apariencia, llevaba el cabello suelto como siempre con algunos rulos rebeldes, un crop top negro semitransparente que dejaba ver su bralett a juego, se había puesto unos pantalones verde militar a la cintura, unos botines negros con un poco de plataforma y una cartera pequeña cruzada. Su maquillaje consistía en un delineado de gato y labial rojo. Sentía que se veía muy en un look grunge que le encantó, estaba conforme con su vestuario. Revisó una última vez que llevara la entrada, su carnet de identidad y dinero suficiente para gastar como se debía esa noche.

Estaba demasiado emocionada de poder ver a su banda favorita, estaba contenta de poder compartir esa experiencia con sus amigos, y quizás en algún rincón oscuro de su cabeza, también estaba emocionada porque InuYasha estaría ahí.

Cuando llegó a la plaza de flores vio la larga fila que estaba hecha para el recinto, suspiró por no haber elegido un horario más temprano para llegar, entre la multitud divisó a una chica que movía su brazo y la llamaba con una amplia sonrisa. Corrió hacia ella abrazándola emocionada.

-¡Sango! Que bueno que llegaste antes-Su amiga la abrazo chillando.

-En realidad él llegó antes-Señaló a InuYasha, quien estaba tras ella con un semblante desinteresado apoyado en la pared con sus brazos cruzados. Lucía una chaqueta de cuero negra, polera blanca y pantalones negro con zapatillas del mismo color, de algún modo esa apariencia en él le gustó. Su cabeza reprimió ese pensamiento.

-Hola-Saludó con un movimiento de cabeza, el asintió y siguió mirando la nada.

-No es muy hablador-Dijo Sango a su amiga, ella se encogió de hombros.

-¿Y Miroku?-Preguntó para desviar la atención y los latidos que de alguna forma se habían acelerado en su pecho.

-Me envió un mensaje recién que está llegando-Sonrió Sango- Ojala canten mi canción favorita.

-Genial, preparé mi voz hoy especialmente para poder corear todas las canciones-Kagome tarareo una melodía del grupo, Sango la siguió comenzando a reír estrepitosamente entre ellas por lo desafinadas que eran.

-No creo que todos aquí vengamos a escucharte a ti-Intervino InuYasha en un tono burlón con una semi sonrisa.

-Bah, tú no sabes de mis habilidades en el canto-Respondió Kagome con cara orgullosa, Sango se rio para sí al sentir una extraña tensión que le parecía de atracción entre esos dos.

-Hola hermosura-Miroku apareció detrás de Sango abrazándola, la joven lo empujó sonrojada.

-No te aproveches-Le golpeó juguetonamente el hombro y él solo sonrió coquetamente.

-Pero si somos novios-Dijo con voz fingidamente dolida, Sango roló los ojos.

-Kagome, tanto tiempo-El muchacho le dio unas palmaditas en la cabeza, InuYasha frunció las cejas y desvió la mirada algo molesto, de alguna manera sentía envidia no solo de con quienes estaba, si no todos a su alrededor, en grupos, parecían tan amigables y animados entre sí, disfrutaban de una tranquilidad que él no había experimentado en años en la zona de youkai. Una amarga sensación de injusticia y culpa por poder estar ahí lo invadió.

Contempló a Kagome, quien seguía hablando animadamente con sus amigos. Suspiró para sí, antes de este día había tenido sueños regulares con Kagome en la época de la escuela, aunque no recordaba demasiado de ellos cuando despertaba, de pronto se encontró a sí mismo muy entusiasmado por poder verla ese día. Cuando la divisó acercarse sintió su corazón apretarse levemente y nervios, mejor decidió concentrarse en mirar al frente para intentar regularse.

-Oye, hay que entrar-Kagome lo jaló de la manga de su chaqueta y él se sorprendió pero no intentó alejarse.

Cuando entraron al recinto, este no era muy grande, vio en una esquina un bar con personas consumiendo y luego hacia el otro extremo el escenario rectangular, los micrófonos estaban preparados y también los instrumentos musicales, los focos de colores rojos y amarillos se movían lentamente, había una pantalla al fondo del escenario para que las personas que estuvieran más atrás pudieran ver también bien a cada integrante.

-¿Quieren algo de beber antes que comience el show? Voy a ir a la barra por unos tragos- Dijo Miroku mientras sacaba su billetera.

-¡Queremos mojito!-Dijeron al unisono las amigas.

-Prepara tu espalda InuYasha, Kagome y Sango no tienen fondo cuando se trata de tomar, probablemente debamos cargarlas-Advirtió con tono divertido al chico, quien miró extrañado a Kagome, se le hacía raro imaginarla así.

-¡Oye! No seas mal hablado, que la última vez gané el juego por eso terminé tan mal-Kagome codeó a Miroku riendo, ella de pronto volteó hacia InuYasha-¿Vas a querer algo? Voy a invitarlos hoy a todos yo-Exclamó contenta, sintiéndose feliz de poder hacerlo sin pensar si se quedaría sin comer en la semana.

-Keh, una cerveza esta bien para mi-InuYasha iba a sacar dinero de su chaqueta pero la mano de Kagome lo bloqueó.

-Dije que yo invito a todos-Kagome abrió su cartera y sacó su billetera-Toma Miroku, que esos tragos lleguen bien.

-Gracias Kagome-Sango le agradeció aunque no le cuadraba estos gastos de dineros y el departamento, pero ella parecía tan relajada que decidió no preocuparse por eso, entonces observó cómo InuYasha miraba a su amiga de reojo con apreciación. Parece que ella no se equivocaba, ahí había una inminente atracción, quizás como terminaría la noche.

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Faltaban diez minutos para que iniciara el show, Sango y Kagome ya llevaban tres rondas de mojitos que se estaban comenzando a notar, bailaban entre ellas con la música de fondo que habían puesto para hacer más amena la espera, alrededor otros grupos también estaban en su mundo disfrutando de la música. InuYasha se sentía algo incómodo, sin saber bien que hacer, quizás si hubiera aceptando otra cerveza podría estar más ¿relajado?. Se cuestionó, luego decidió que no, no quería perder sus sentidos y lo cierto era que no estaba acostumbrado a consumir alcohol. Vio como Miroku le daba unas palmaditas a Sango cerca del trasero y a Sango voltearse para besarlo. Él corrió la cara para mirar a otro lado sintiéndose avergonzado. ¿Qué diablos les pasaba?... Pero entonces notó que más parejas a su alrededor se tocaban o daban besos.

-InuYasha, relájate-Escuchó decir a Kagome quien ahora estaba frente a él balanceándose suavemente con el ritmo de la música-¡Hay que bailar!-Él iba a intentar esquivar esa oferta cuando sonó la alarma que iniciaría el concierto, las luces se apagaron por unos segundos y entonces la pantalla se iluminó comenzando a mostrar fotos de cada integrante para presentarlos, él agradeció internamente su suerte de que la joven no lo hubiese obligado a bailar, ella ya había perdido su interés en él y ahora estaba gritando hacia el escenario emocionada. Él sonrió.

InuYasha no sabía cómo pasó pero entonces casi todo el mundo excepto él tenían un lightstick en su mano moviéndolo al ritmo de la canción, de dónde diablos lo sacaron, gruñó para sí. Kagome sacó de su cartera otro y se lo ofreció, él lo aceptó tímidamente.

-¿De dónde sacaron esto?-Preguntó acercándose a su oreja para que lo escuchara sobre la música.

-¿Qué?-Chilló aproximándose más.

-¿Qué de dónde sacaste esto?

-Ah, afuera lo vendían, cuando estabas mirando la nada los compré- Ella se encogió de hombros y siguió entusiasmada animando al grupo.

InuYasha al inicio tímidamente comenzó a mover su lightstick, observó el ambiente y se dijo a sí mismo que dejaría ir la culpa, al menos por una vez iba a disfrutar estar en ese lado del país como una persona normal…o un hanyou normal.

Terminaron de presentar las primeras seis canciones y se tomaron un momento los idol para interactuar con el público.

-Bien, nos alegra que nos hayan venido a ver, hoy día, como este show es solo para mayores de edad, pensamos en una dinámica distinta para hacer, me pregunto si hoy… ¿Habrán venido muchas parejas?-Preguntó el líder, Hokuto, al público, escuchando un estrepitoso si en la multitud y algunos no-Bueno, entonces pensamos que sería divertido tomar una idea del extranjero-Sonrió maliciosamente- Una KissCam.

Un gran "ehhhh" se escuchó en el público sumado a risas.

-Asi que, KissCam Starto!-Dijo y las luces se apagaron, en la gran pantalla del fondo se vio un corazón y al medio comenzó a verse al público, la cámara se movía eligiendo a alguna pareja para realizar el beso de la cámara.

-¿Qué significa esto?-Le preguntó InuYasha a Kagome, agachándose un poco a su altura, sin entender el juego que estaban tratando de hacer.

-Cuando la cámara se detenga en alguna pareja del público deben besarse-Le respondió ella muy tranquila, aplaudiendo al ritmo de los artistas mientras la cámara seguía aun sin parar.

InuYasha abrió sus ojos desmesuradamente, ¿Qué clase de juego era ese?. Entonces vio como la cámara se detenía en una pareja y todos empezaban a corear "beso, beso, beso", le pareció una estupidez y agradeció que la cámara no frenara en él, vio como la pareja, que en verdad ni siquiera sabía si realmente lo era se daban un breve beso.

-¡Muy bien! ¡Una vez más! Kiss cam ¡Starto!-Ánimo el líder al público y la cámara nuevamente empezó a elegir a su siguiente pareja.

Kagome estaba pensando que sería genial que salieran elegidos Miroku y Sango, y creyó que su deseo había sido escuchado cuando vio que la cámara los estaba apuntando a ellos, cuando esta se deslizó un poco más atrapándolos en el corazón a ella y a InuYasha.

Él tragó duro rogando a todos los cielos que la maldita cámara siguiera avanzando, pero no lo hacía y todos estaban comenzando a gritar "KissCam, KissCam".

Mierda.

Kagome agradeció sus tres mojitos ingeridos, porque de algún modo le hacían ser menos tímida, asique se giró a InuYasha, que parecía paralizado, le ayudaría, ella tomó su rostro entre sus manos y se acercó dándole un corto topón de labios. Sango y Miroku rieron ante la situación, en el que la joven había tomado completamente la iniciativa ante un pasmado hanyou.

Él sintió como todo su cuerpo se había tensando, había sido casi menos de dos segundos, pero suficientes para alterarlo completamente en su interior, y además frente a todos. La vio volver a su lugar muy tranquila aplaudiendo, una última vez la cámara buscó a una pareja.

-¿Qué fue eso?-Le demandó tocándole el hombro para obtener su atención.

-KissCam, KissCam… ¿El qué?-Ella consultó fingiendo despreocupación, cuando por dentro sentía su corazón nervioso.

-Lo de recién.

-Ah, InuYasha solo fue el juego-Le dijo encogiéndose de hombros y centrando toda su atención en la pantalla.

-Keh-Él se cruzó de brazos observando como la última pareja elegida por la cámara se daban un beso, para finalmente iniciar la segunda parte del show.

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El concierto había terminado, tras hora y media de show, había sido arrastrado al bar favorito de Kagome con sus amigos para seguir compartiendo unos tragos, la verdad Miroku se le estaba haciendo agradable, y sin darse cuenta había estado aceptando cada trago que Kagome pedía para todos.

Resultado, él ahora estaba bastante feliz, llevando de la mano a Kagome al paradero para trasladarla a su casa, porque ella iba el doble de feliz y perdida riendo sola. Se había separado de Miroku y Sango en la parada anterior. Ahora entendía lo que había dicho Miroku respecto a preparar la espalda, él había cargado a Sango en su espalda ya que su departamento quedaba cerca. La joven antes de despedirse le había dicho.

"Más te vale llevar sana y salva a Kagome a su casa o te haré sufrir lentamente" Antes de dormirse en la espalda de su novio.

-Ok, esta es la nueva dirección…-Revisó el mensaje de whatsapp que le había enviado Miroku del departamento actual de la joven, un pinchazo de culpa se asomó al recordar que se cambió de hogar porque él entró a su anterior residencia a robarle. De pronto acordarse de eso lo hizo sentir confundido.

Era cierto, él no estaba ahí para salir de fiesta, ir a concierto, hacer amigos o besarse con mujeres… él debía robar ese dinero y volver al territorio de youkai. Sintió como si la realidad lo hubiera golpeado abruptamente y un nudo en su garganta se hizo presente molestándolo.

-InuYasha, tú…-Kagome llamó su atención, él la miró para hacerle saber que la estaba escuchando, su pelo estaba algo desordenado, sus ojos ligeramente entrecerrados, balbuceó un poco antes de hablar-Tú sabías que tus ojos son muy lindos-Ella le apretó la mejilla inesperadamente y él se apartó.

-Basta de tonterías, quédate quieta-Lo cierto es que estaba ocupando lo último de cordura que le quedaba porque también estaba afectado por el alcohol, su estúpido comentario le había dado alegría-Aquí viene el taxi, no vayas a vomitar -Le dijo cuándo abría la puerta y la ayudaba a entrar.

El viaje por suerte fue tranquilo, ya que ella se durmió en su hombro, cuando llegaron, le pagó al chofer, despertó a Kagome moviéndola brusco, ella abrió los ojos asustada, InuYasha la ayudó esta vez a salir.

-Bien, ya te dejé en tu casa, me voy-Él se iba a girar pero ella lo agarró del brazo.

-No dejaré que te vayas-Quizás esas palabras fueron pronunciadas con más intensidad de la que ella esperaba-Digo, me has venido a dejar y es tarde, quédate, hay suficiente espacio-Exclamó en su tono de voz enredado por el alcohol, tomó de su mano mientras pasaba la tarjeta para entrar al edificio, él podía haberse zafado pero se dejó arrastras por la cálida mano hacia donde lo llevaba.

Subieron al ascensor en silencio, Kagome miraba su reflejo en el espejo y de pronto comenzó a reír sola.

-Me pregunto si cuando saliste con Sango un rato fuera del local fumaste algo más-Enarcó la ceja, se sintió algo mareado por la sensación del ascensor más el alcohol que se removía en su estómago, quizás el que iba a terminar vomitando era él.

-Es que mírame, estoy hecha un desastre ahora-Siguió riéndose de sí misma, las puertas del ascensor se abrieron y esta vez él tuvo que tomarle del brazo para sacarla de ahí porque seguía pegada al espejo.

InuYasha entró tras Kagome a su nuevo departamento contemplando lo amplio que era comparado al anterior, seguramente había invertido dinero del que había ganado en el premio para estar allí, eso quería decir que la suma de dinero ya no era la misma… Mierda.

¿Qué estoy haciendo aquí?

Se supone que debo robar ese maldito dinero y largarme.

Quizás debería aprovechar esta oportunidad y hacerlo… no es como si fuese a volver aquí después de tomarlo.

Él había estado tan sumido en sus pensamientos que no había prestado atención a que la joven ebria se estaba sacando la ropa a unos reducidos metros, cuando levantó la cabeza la vio solo con su lencería acercándose a él.

¿Queeee?

-Oye InuYasha, deberíamos tener sexo-Dijo Kagome en su lenguaje enredado, tomando su boca inesperadamente, él intentó apartarla pero ella estrechó sus brazos alrededor de su cuello sin permitirle moverse.

Esto no está bien…pensó confundido sintiendo la calidez de su cuerpo semidensudo contra su ropa. Su beso urgente que buscaba su lengua, cerró los ojos correspondiendo a los suaves labios tímidamente llevando sus manos a su cintura, su piel parecía estar ardiendo. Cuando finalmente sus lenguas hicieron contacto, una corriente eléctrica lo invadió, emergiendo el deseo en su interior, la apretó contra si disfrutando de esa sensación.

Caminaron torpemente hasta el sofá cayendo él al sillón arrastrando a Kagome, quien se comenzó a sobar contra él, sus pechos suaves sobre la tela, su mano subió acariciando la delgada espalda de la joven, escapándose un gemido de los femeninos labios. InuYasha abrió los ojos abruptamente, sintiendo que todo se iba de su control al empezar a palpitar su miembro deseando hundirse en ella.

Mierda. Esto no está bien.

Con esfuerzo logró apartarse sentándose a su lado, ella lo miró desconcertada.

-No Kagome, estas ebria… y yo, también pero menos que tú, mañana te arrepentirás…-Él se retiró la chaqueta de su cuerpo y se lo colocó encima.

Kagome iba a responderle algo pero de pronto todo a su alrededor comenzó a girar demasiado, su estómago dio vuelcos y la urgencia por vomitar le ganó. Corrió al baño a tiempo para poder expulsar todo lo que venía.

InuYasha la siguió, agachándose a su lado para sostenerle el cabello mientras ella seguía ahí, en el que al parecer sería por esa noche su nuevo lugar favorito de la casa.

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Podía escuchar a lo lejos los bocinazos de la ciudad, comenzó a ser consciente del dolor de cabeza que estaba llegando abruptamente, se llevó la mano a su frente apretando allí para intentar aminorar el malestar, abrió los ojos lentamente fijando su vista en el techo por largos segundos, entonces se percató de la respiración pesada que estaba a su lado, movió su cara y quedó paralizada. InuYasha estaba durmiendo a su lado plácidamente, sin su polera, entonces ella levantó las sabanas y se dio cuenta que estaba solo con su bralette y calzón.

¿Qué había pasado…? ¿Acaso ellos?... Escenas torpes de la noche vinieron a su cabeza, el dolor de cabeza aumentó, hasta que finalmente recordó que fue él quien la apartó. De alguna manera una calidez la inundó.

InuYasha movió sus parpados, hasta que abrió sus ojos, notando la atenta mirada de Kagome a escasos centímetros de él.

-Hola-Dijo ella con una sonrisa tímida.

Continuará…

Gracias por los comentarios en la historia, finalmente he tenido tiempo suficiente e inspiración para actualizar.

Espero estén bien de salud y cuidándose por la pandemia, y si pueden vacunarse, ¡háganlo! Yo estoy inoculada desde marzo.

¡Un abrazo!

Por cierto, Lighstick son esas luces que ocupan en los conciertos asiáticos para animar a sus idol/cantantes.

Me inspiré en el último concierto de Miyavi en Chile al que fui, que fue en la Blondie (un pub/disco de Santiago) para imaginar en mi mente la situación, había un bar para tomar alcohol mientras estabas en el concierto.

Claramente en un concierto real japonés de Idol eso no pasa eso ni la KissCam, jajaja