Jeje la espera valdrá la pena, lo prometo.
Disfrútenlo.
Capitulo 6
Mas encuentros
Atribúyanselo a la magia de los elevadores o al alcohol, de cualquier forma, cuando las puertas se cierran se pierde todo sentido de conservación, la vergüenza queda atrapada entre las puertas y la lujuria se escurre por las rejillas de ventilación.
Él se abalanzó hambriento sobre su boca, necesitaba dejar salir todo el estrés acumulado, quería olvidarse de todo por un momento, ya que el alcohol no parecía lograr ese efecto. La boca de la muchacha lo estaba logrando, sus manos, algo inexpertas lo atrajeron mas a ella. Él la alzó con ambas manos sosteniéndola firmemente por su culo y la pegó a la pared con fuerza.
Ella extendió la mano y él supo que debía estar marcando su piso.
Mejor... Pensó Draco, no tenía ganas de distraerse, no quería que saliera el inútil de Goyle o Crabbe a bajarle la libido, ni tampoco tenía ganas de darle un recorrido por su suite. Quería una cama ya o se lo haría ahí en ese elevador.
Supieron que llegaron al piso por el timbre del elevador. Salieron casi tropezando, ella lo guió por el pasillo tomándolo por el cuello mientras se mordía los labios.
Hermione abrió la puerta con un hechizo no verbal, olvidándose del muggle que besaba y mordía su cuello con desesperación. Por suerte, esas dos botellas que tenía encima no lo dejarían darse cuenta.
Draco ni siquiera se percató del piso en el que estaban, sí se preguntó como hizo para abrir la puerta tan rápido pero ella eliminó esa duda de su cabeza tan pronto como lo atrajo a su boca.
Él la alzó nuevamente y ella rodeó su cuerpo con sus piernas.
-¿A donde? - preguntó Draco con voz grave, sin dejar de verla. Iba follarsela con ese antifaz puesto.
Hermione tragó grueso, tratando de calmar su cabeza ¿Dónde quedaba su habitación?
-Al fondo a la izquierda. - dijo con nerviosismo no muy segura. Estaba cayendo en la cuenta de que iba a tener relaciones con un desconocido.
Draco llegó en menos de medio segundo, sin percatarse que estaba en una suite, idéntica a la suya. No había nada más a su alrededor. Solo la castaña que se retorcía entre sus brazos.
Una vez dentro, la dejó en el suelo y la pegó contra la puerta, cerrando el cerrojo tras ella. No sabía si había alguien mas ahí con ella y no pretendía averiguarlo, ni iba a darle la oportunidad a nadie de interrumpirlos.
Ella respiró con dificultad, comenzaba a ponerse nerviosa y él se dio cuenta.
Sin darle tiempo a arrepentirse, cerró el espacio entre ambos, junto sus labios en un beso mas intenso, su lengua arremetió contra su boca y ella lo dejó entrar. Sus manos vagaban por su cintura, luego se dio cuenta que él estaba buscando el cierre de esa cosa. Ella no pudo evitar soltar una risa y le dio la espalda, se echó el cabello hacia adelante y él pudo ver el cierre en la parte de su espalda. Lo bajó con una lentitud tortuosa, rozando con la yema de sus dedos la piel que poco a poco iba quedando expuesta. Luego deslizó los finos tirantes negros por sus hombros y besó cada espacio de piel, aspirando ese olor a vainilla y coco que su piel ardiente desprendía.
Ella tenia la piel delicada por el bronceado del sol, pero sus dedos y sus besos eran como un bálsamo para el dolor. Cuando terminó de bajarle el vestido, ella subió sus manos al antifaz para deshacer el nudo y quitárselo.
-Déjatelo. - susurró él sobre su oído, lamiéndole y besándole ese punto que no conocía era capaz de erizarle la piel. Dejó salir un gemido y él la giró con rapidez para tenerla de frente.
Se embelesó viéndola. Su ropa intima era toda negra y tal como lo imaginó, tenía un cuerpo deseable, quería besar cada espacio.
Ella subió sus manos al cuello de su camisa y comenzó a abrir los botones. Podía ver sus dedos temblando, pero no se detenían.
-¿Quién usa camisa en la playa? - preguntó ella con una sonrisa burlona, intentando aligerar el ambiente, él la veía con intensidad, como si no quisiera perderse ni un segundo. Esto la ponía más nerviosa.
-La clase y el estilo no se pierden así como así. - respondió fanfarrón con una sonrisa de medio lado.
-Agh, no puedo creer que estoy a punto de acostarme con un narcisista egocéntrico. Mañana en la mañana voy a odiarte. - dijo con un deje de diversión, comenzando a desabrochar sus pantalones.
-Mañana no estaré aquí. - soltó evaluando su respuesta, por algo se había dejado el antifaz, no quería tenerla detrás de él el resto de sus vacaciones. Ella levantó el rostro y se acercó con lentitud a su boca, rozó sus labios, provocándolo, dejándolo con ganas de más.
Ella no había querido decir eso y por más que ese chico parecía representar todo lo que ella odiaba en una persona, le encantaba las maravillas que le había hecho hasta ahora con tan solo su boca y sus manos. Quería terminar la noche bien, no iba a permitir que se fuera ahora, pero no iba a perder su orgullo por ello.
-Perfecto. - respondió altanera imitando su sonrisa.
Eso era todo lo que él necesitaba oír.
Se lanzó a por ella, mordió sus labios, los besó y los succionó con ímpetu. La alzó con facilidad y la colocó sobre la cama, se deshizo de sus pantalones ya desabrochados y se cernió sobre ella. Soltó su brasier mientras besaba y lamía su clavícula. Luego bajó a sus pechos y tomó cada uno con su boca, jugó con su lengua con la punta de sus pezones, primero uno, luego otro. Ella se retorcía bajo él, sosteniéndose con fuerza y sacando la sabana de la cama.
-Quiero escucharte, no te los tragues. - susurró sobre su pezón sensible, su aliento fresco le acarició placenteramente y comenzó a dejarse llevar. Gimiendo bajo sus manos, su boca y su lengua.
Una mano se deslizó entre sus piernas, haciendo a un lado sus braguitas y ella sintió que iba a desmayarse.
¿Desde cuando no la tocaban así?
No. Esa no era la pregunta.
¿Cuándo la habían tocado así?
Esa sí era la pregunta y la respuesta era obvia: nunca.
Pero no había espacio para Ron en sus pensamientos en ese momento. Estaba demasiado concentrada en no dejarse llevar, no quería darle la satisfacción tan rápido.
Él comenzó a reír sobre su vientre y subió rápidamente a encararla.
-¿Por qué te resistes? - preguntó con rudeza a centímetros de su rostro, olía a Whiskey de fuego, pero Hermione estaba muy excitada como para notar ese pequeño pero importante detalle. Orgullosa, le mantuvo la mirada con altanería y él solo quería borrarle esa expresión del rostro.
La penetró sin aviso. Ella soltó el sonido mas delicioso que había oído en mucho tiempo. Estaba perfecta para él, húmeda, caliente, resbaladiza.
Marcó su propio ritmo, cada vez mas profundo, todo lo que podía. Quería que gritara, quería hacerla perder la razón, él se había olvidado de todo lo que le molestaba y quería que ella hiciera lo mismo.
Nunca, el sexo con una extraña había sido tan personal para él.
Esta mujer representaba un reto y él quería llevarse el premio. La embistió con un ritmo constante, ella soltó las sabanas para sujetarse de sus hombros, clavando sus uñas en su piel. La fricción de sus cuerpos lo estaba haciendo perder el control, ella gemía mas y más fuerte. Estaba cerca.
Maldición, iban a oírla en todo el hotel.
Calló los sonidos de su boca con sus labios, recorrió su boca una vez más. Sabía a gloria, a tequila y a coco.
Se detuvo y ella iba a protestar. Pero él se levantó, se sentó y la atrajo hacia él, la hizo sentarse sobre su miembro ya adolorido y gimió a medida que lo tomaba.
-¡Oh mierda! - jadeó ella. Él hundió la cabeza en la curvatura de su cuello, dejando un camino de besos húmedos hasta llegar a su mandíbula y se detuvo cuando sus miradas estuvieron a la misma altura. Sus ojos brillaban como los de un gato en aquella oscuridad, quería arrancarle el antifaz, pero no quería echar a perder la magia del momento.
Él tomó su mandíbula con una mano y le inmovilizó el rostro.
-¿Crees que no sé lo que haces? Déjate llevar, maldita sea. - siseó sobre sus labios, no estaba molesto, más bien era como si disfrutara de aquel juego.
Ella sonrió con suficiencia y se liberó de su agarre. Se pegó a su cuerpo haciendo un movimiento sumamente sensual, torturándolo. Movió las caderas un poco hacia adelante, encontrándose más con él y sintiendo toda su longitud en su interior, estaba a punto de llegar, pero ella quería que él se esforzara.
-Dijiste que me iba a divertir. - dijo fingiendo inocencia. Él sonrió dejando ver su blanca dentadura.
-No puedo defraudarte entonces. - dijo tomando sus caderas entre sus manos y ayudándola a marcar un ritmo hacia arriba y abajo.
Y no la defraudó. La hizo llegar varias veces esa noche. Después de esa vez, lo hicieron dos veces más. Una en el suelo y otra en el balcón de su habitación. No tenían suficiente uno del otro, la fricción entre sus cuerpos era perfecta, armoniosa, como si estuvieran sincronizados. Sus labios se amoldaban a la perfección.
Ambos lograron lo que se propusieron. Él se olvidó de todo y ella se divirtió, como nunca en su vida.
Cuando la luz de la mañana entró a la habitación Draco maldijo, era muy temprano y quería seguir durmiendo, pero no estaba en su habitación. Recordó lo que había hecho la noche anterior y pensó que había sido el mejor sexo de su vida.
Le había dicho que se iría en la mañana, pero la verdad es que tenía más ganas de despertar a la chica que dormía a su lado y darle los buenos días como se debía. Después de todo, se lo había ganado.
Vio un antifaz colorido a los pies de la cama y se dio cuenta que todavía tenía el suyo puesto, se lo quitó y se estrujó los ojos con la mano.
Luego abrió los ojos y vio a la mujer que aun dormía a su lado.
Se quedo sin aliento.
No. No. No.
No podía ser.
Era Granger. Era Hermione Granger. No, no podía ser.
¿Cómo mierda pudo haber acabado en la cama con ella? ¡Estaba en el maldito Cancún!
¡¿Cuantas posibilidades habían de que eso sucediera?!
Esto no podía estar pasando.
La estudió mas detenidamente, sus ojos abiertos con horror. Su corazón parecía haberse detenido.
No podía ser ella.
El cabello castaño rizado estaba desperdigado sobre la almohada blanca impoluta. Nariz y rasgos finos. Pestañas largas y oscuras. Pecas adornando ligeramente su rostro. Estaba mas bronceada de lo normal, pero estaba seguro.
Sí, era ella.
Esto no podía estar pasándole a él.
Maldición.
Su rostro estaba relajado y dormía profundamente.
¡Claro que va a dormir profundamente, me la follé de mil y un maneras diferentes ayer!
Me follé a Hermione Granger.
Malditos antifaces, maldita hora loca de mierda.
¡¿De quien fue esa maldita idea?!
Merlín, me va a matar. Cuando se despierte y vea que estuvo conmigo me matará.
Ahora entendía como se abrió la puerta tan rápido.
Se levantó con cuidado y sin dejar de verla, como si fuera una bomba a punto de explotar. Murmuró un hechizo simple que no requería varita y recogió su ropa, se vistió como pudo.
Merlín, ella es la que debería estar escabulléndose.
Esto era una mierda.
Salió de su habitación y la realidad le golpeó. Ella podía estar ahí con Potter o...
Salió corriendo, literalmente.
No fue sino hasta que estuvo en el pasillo que se dio cuenta que estaba reteniendo la respiración.
-Merlín ¿Qué hice? - murmuró caminando de un lado a otro como un león enjaulado.
Fue entonces que se dio cuenta de que estaba en su piso. Ella se estaba quedando en la suite de al lado. Malditas casualidades. Maldito Tito que no le avisó.
Bueno ahora que lo pensaba, él si le avisó, pero nunca mencionó a Granger, ¿Qué había dicho?
Una pelirroja llamada Ronnie, una rubia llamada Harrieta y la castaña...
Y justamente no recordó su nombre. Maldito viejo. Los nombres de la pelirroja y la rubia no le sonaban de nada pero se imaginaba que debían ser la chiflada Lunática y la Comadreja menor. Tito dijo que eran puras mujeres. Potter no debía estar ahí, ni el pobretón.
Maldición. Maldición.
Cruzó a toda prisa el pasillo hasta su suite. Entró y tiró la puerta con fuerza, no podía procesar nada. Necesitaba una poción para que la cabeza dejara de dolerle.
Se había follado a...
-¡Draco! ¿Dónde estabas? - gritó Blaise entrando a la habitación desde el balcón. El mismo balcón donde se hundió en ella y...
-Ayer desapareciste y no te vimos mas, aunque por tu pinta ya me imagino... - añadió socarrón con una gran sonrisa. El moreno ya estaba en traje de baño y se veía el bloqueador blanco en sus hombros.
-Cállate Blaise. - dijo de malhumor dirigiéndose al bar. Sacó una poción para la resaca y se la bebió de un tirón.
Theo bajó silbando molestosamente. También tenía puestos sus shorts playeros y una gorra. Estaba de un irritante buen humor. Draco lo fulminó con la mirada.
-Theo, ¿A que no adivinas quién esta en el hotel? - dijo Blaise ignorando el mal humor de Draco. Ya estaba acostumbrado.
Draco abrió los ojos con temor y Theo soltó una sonrisa autentica.
-Ya lo sé, ayer me tope con Luna Lovegood. Aunque ella no me reconoció. - dijo el castaño colocándose bloqueador en la cara.
-¿En serio? Yo me topé con Ginny Weasley en el bar, además ¡No creerás quien vino también con ellas Draco! - dijo dándole un ligero golpe al rubio en el hombro.
Draco estaba pálido.
-Hermione Granger - soltó Blaise.
-No me digas. - soltó con una risa amarga... La ironía en sus palabras no pasaron desapercibidas para los otros dos.
-¿Qué ya la viste? - preguntó Blaise.
-Y asumo que por tu mal humor ya se saludaron también. - añadió Theo achicando los ojos, evaluando la reacción extraña de su amigo.
-Y pelearon. - agregó Blaise.
-No exactamente. - dijo y se llevó una mano a la frente.
¿Cómo pudo follarse a Granger?
Theo abrió los ojos como platos y empezó a burlarse al sacar sus conclusiones. Blaise no entendía nada.
-¿Qué? ¿De qué te ríes Theo? ¡Explíquenme que pasa! - decía Blaise desesperado por entender mirando a sus dos amigos. Theo reía incontrolablemente y Draco estaba mortalmente serio.
-Cállate Theodore. - amenazó Draco. Pero el castaño no podía parar.
-¿Cómo diablos pasó? - preguntó escéptico.
A veces Draco lo odiaba, era tan sabelotodo como...
-¿Tengo que explicarlo? Pensé que habías perdido la virginidad con Bullstrode en quinto. - se burló Draco. Sabía que su amigo odiaba que le recordaran eso.
Theo lo miró con odio y Blaise tardó dos segundos mas en sumar dos mas dos. Abrió los ojos mucho y su boca formó una gran ''o''. Luego señaló a Draco como si fuera culpable de algo.
-¡¿Te la follaste?! ¡NO ME JODAS! - dijo cuando la mirada asesina de Draco se lo confirmó.
-¿PERO COMO? - añadió gritando.
Draco se rascó los ojos y se dejó caer en el sofá de cuero. No podía creer el lío en el que estaba metido.
-Voy a prohibir esos malditos antifaces. Ni ella sabía que era yo ni yo sabía que era ella. Estaba oscuro... no lo sé. - dijo con voz cansada. Hizo una nota mental de matar a esos dos luego, no podía dejar testigos.
-¿Y cómo fue? - preguntó Blaise pronunciando las palabras que Theo no se atrevió, que bueno que Blaise era mas curioso e impertinente que él.
-Aceptable. - siseó entre dientes, su rostro escondido entre sus manos. Blaise y Theo se miraron, en el idioma de Draco eso significaba: Malditamente bueno.
-¿Y que te dijo cuando se dio cuenta que eras tú? - preguntó Theo.
Draco no tenía ni la menor idea de por qué seguía hablando con ellos. Necesitaba un trago.
Se puso de pie y se fue a su habitación para tomar una ducha y largarse de ahí. No podía pensar con claridad con esos dos haciéndole preguntas y no pensaba decirles que huyó de la habitación de ella como un niño asustadizo.
Claro que al salir de su habitación ya bañado, perfumado y mas fresco; ellos seguían ahí parados esperando su respuesta.
-Ella nunca supo que era yo y espero que eso siga así, si se la encuentran no digan nada o los voy a matar, esta vez si los voy a matar ¿Entendieron?
Theo y Blaise se miraron y se aguantaron las ganas de reír. Draco pasó entre ellos dos y los empujó apropósito.
Justo antes de salir por la puerta escuchó a Theo murmurar.
-Eso quiere decir que escapó como una mujer apenas se despertó.
Blaise estalló en carcajadas.
Había revuelto tantas veces su taza de café que ya debía estar frío.
Ginny y Luna iban ya por el postre del desayuno, pero ella no podía probar bocado. Cuando despertó y se descubrió sola, una sensación amarga se instaló en su pecho.
Había pasado la mejor noche de su vida y ni siquiera sabía quien era el responsable de aquello.
Estaba bien, se decía a sí misma. Así es como funcionaban estas cosas, eran de una sola noche. Pero no podía evitar molestarse por ello, ¿Qué le costaba quedarse hasta que despertara y presentarse? Ella no iba a salir corriendo detrás de él. Pensó que así como ella, él la había pasado bien. Pero tal y como dijo la noche anterior, ¿Qué podía esperar de un narcisista egocéntrico?
-¿Vas a decirnos qué te pasa o tenemos que seguir fingiendo demencia? - Ginny la veía con una ceja alzada mientras bebía de su tercer vaso de zumo de mango.
Tenía que decirle que no tomara mucho de eso o se pasaría el resto del viaje en un baño.
Estudió la posibilidad de mentir pero ¿Qué caso tenía? Eran sus amigas, si había alguien con quien podía hablar sin sentirse juzgada eran ellas dos.
-Ayer yo... tuve una noche de... - no sabía como decirlo, ¿Por qué se sentía como una cualquiera? Sí tan solo supiera el nombre del chico no se sentiría tan mal...
-¿Noche de? - insistió Ginny.
-Meacostéconalguien. - dijo rápidamente con los ojos cerrados.
Silencio. Ni siquiera los cubiertos de Luna tintineando se escuchaban. Abrió los ojos y se encontró a Ginny y a Luna con los ojos y la boca muy abiertos.
-Yo me...
-Si, tranquila te oímos la primera vez. - dijo Ginny interrumpiéndola. No sabía si alegrarse o... simplemente no sabía como reaccionar, Hermione no era de esas amigas que te contaban esas cosas, ya que nunca le pasaba algo así. Desde que tenía uso de razón, Hermione había estado sola y luego con su hermano.
-¿Y bien? - preguntó nerviosa Hermione al no ver otra respuesta por parte de las chicas.
-¿Y bien qué? - preguntó Ginny.
-¿No van a decirme nada?
-¿Felicidades? - dijo Luna inocente. Ginny la vio y soltó una carcajada. Ambas comenzaron a reír y Hermione se contagió de su risa, eliminando por completo la tensión del momento.
-¡No me refiero a eso y lo saben! - añadió entre risas.
-Bueno es que tu eres la que debe hablar y darnos los detalles, como fue, con quien y esas cosas. - dijo Ginny aun sin poder creer que estaba hablando de esto con Hermione.
-Pues no lo sé, no sé quien era. Ayer estaba muy ebria. Hoy desperté y se había ido.
-Qué mal... -añadió Luna con tristeza.
-Bueno... Eso es normal pero ¿Qué tal? ¿Fue bueno al menos? - preguntó Ginny lamiendo la cuchara de su pudín. Mango y pudín no combinan Ginny. Pensó Hermione. Sacudió la cabeza y se concentró en la pregunta que la pelirroja le había hecho.
¿Que si fue bueno? Fue la mejor experiencia de su vida.
-Fue... mas que bueno. - confesó Hermione sintiendo como se ruborizaba.
Se hizo el silencio y las miradas que Ginny le lanzaba se volvieron insoportables.
-Creo que mejor voy a desayunar. - dijo incomoda. Ginny parecía buscar en su cuerpo algún chupón o mordisco y Hermione se levantó antes de que su amiga encontrara mas de uno.
Se acercó a la barra del buffete y tomó un plato, se dio la vuelta para ir hacia la parte de las frutas y chocó con alguien haciendo que este dejara caer el café en el piso.
-Lo siento mucho señor... - dijo pero al ver de quien se trataba no pudo ni siquiera terminar esa oración. En frente de ella estaba nada mas ni nada menos que: Draco Malfoy.
Habían pasado años desde la última vez que lo vio y ciertamente nunca consideró la opción de encontrárselo al otro lado del mundo, a pesar de estar en su hotel.
Él la veía con la misma sorpresa que ella pero luego su rostro cambió, su mandíbula se tensó y su mirada se oscureció.
El aire se volvió denso.
-Malfoy... - lo saludó cuando recobró el aliento. No sabía como debía tratarlo, habían pasado años, eran mas adultos y sinceramente esperaba que él no le saliera con una patada.
Él no podía responder. No podía quitar la mirada de su rostro. Esa era la mujer que se retorció bajo su cuerpo toda la noche, había recorrido cada parte de su piel con su boca, de esos labios salieron los gemidos mas deliciosos que había escuchado nunca. La había besado hasta quedarse sin aliento ¿Cómo se supone que iba a hablarle?
-Granger. - dijo con voz impersonal ¿A dónde rayos se había ido su voz?
A pesar de haber pasado tantos años, él no soportara ser civilizado con ella, era obvio. Seguía siendo un idiota. Fue lo que pensó Hermione.
Era incómodo. Estaba ahí de pie, sin decir ni una palabra y sin dejar de mirarla. Por un segundo se horrorizó al comparar la altura de Malfoy con el chico que estuvo ayer con ella, pero lo descartó rápidamente. Era... imposible.
-Lindo hotel. - dijo sin saber exactamente que hacía aun ahí parada con él.
Él no respondió, seguía viéndola como si verla ahí fuera un castigo del destino.
Hermione quería darle un puñetazo para que despertara de ese trance ¿Cómo podía ser tan grosero?
Rodó los ojos y le dio la espalda, se le había quitado el hambre. Se fue a la mesa donde estaban Ginny y Luna y las encontró sumidas en un papel que leían emocionadas.
-No van a creer a quien me acabo de encontrar. - dijo Hermione sintiendo como se le arruinaban las vacaciones.
-OH, casi lo olvido, ayer me encontré con Blaise Zabinni y me dijo que él y todos los Slytherins estaban aquí de vacaciones. Así que ¿A cual de todos te encontraste? - dijo Ginny con una falsa emoción. Hermione la fulminó con la mirada.
-¿Y nos vienes a advertir ahora? - preguntó la castaña en un tono peligroso.
-Bueno, Luna y tu se perdieron anoche, ¡Así que tuve que tomarme dos tragos gigantes azules yo sola! ¿Sabes lo que eso significa? Perdí la noción de todo, hasta se me congeló el cerebro, creí que iba a morir. - añadió Ginny con seriedad, como si eso lo justificara todo.
-A Draco Malfoy.
-Wow... entre todos los que te pudiste encontrar. - Soltó Ginny riendo con ironía.
-¿Quien más esta aquí? - preguntó Luna.
-Theodore Nott, Crabbe y Goyle.
-¡Oh eso lo explica! Ya decía yo que el chico de ayer se me hacia familiar, era Nott. Ahora estoy segura. - dijo Luna riendo, como si fuera algo muy muy divertido.
-¿Estuviste con Nott ayer? - preguntó Ginny escéptica.
-Sí, me tomé sus tragos por error, así que tuve que acompañarlo a buscar más, luego me invitó a bailar y bailamos hasta que la música se acabó. -añadió con voz soñadora la rubia.
-¿Y no se te ocurrió preguntarle su nombre en toda la noche? - preguntó Hermione. Ginny le alzó las cejas y ella se mordió la lengua, al menos Luna no se había acostado con él.
-No, la verdad no lo creí importante, él tampoco me preguntó el mío. - dijo encogiéndose de hombros.
Ginny iba a decir algo y Hermione la interrumpió rápidamente.
-¿Qué tienen ahí? - dijo señalando el papel en las manos de Ginny.
La pelirroja le lanzó una mirada de ''Esto no se queda así'' y lo extendió frente a sus ojos para que su amiga pudiera ver.
-El itinerario, Tito nos lo trajo justo cuando te levantaste.
-Excelente. - dijo Hermione leyéndolo con atención, necesitaba recordar que estaba de vacaciones y olvidarse de mas o menos todo lo ocurrido en las ultimas ocho horas.
-Parece que hoy toca Snorkeling y motos de agua. - dijo Ginny deletreando lentamente aquella palabra. Se le podía ver que estaba nerviosa y trataba de ocultarlo.
-Vamos Ginny, si fuera peligroso no dejarían que nadie lo hiciera. - dijo la castaña feliz de salir del hotel donde ahora tambien se encontraba su némesis.
-Si, será divertido. - dijo Luna tomando la mano de su amiga.
Ginny suspiró y luego de pensarlo bien por varios segundos asintió con la cabeza.
Se pusieron de pie emocionadas de comenzar oficialmente sus vacaciones y subieron a su habitación para prepararse.
Draco subió mas pálido que de costumbre a la habitación. No había logrado probar bocado y cuando se decidió por una taza de café para despertarse, tuvo que venir justamente ella a botárselo.
¿Es que era torpe y no veía nunca por donde iba? Si viera por donde caminaba nada de esto estuviera pasando, él nunca se la habría llevado a la cama, nunca la habría tocado y la vida seguiría su curso natural.
-Creo que te caería bien un poco de sol, pareces un fantasma. - se burló Theo cuando lo vio entrar a la suite.
-Si, dudo que haya alguien con ese color en el caribe. - secundó Blaise no pudiendo contenerse.
Draco se detuvo y los miró con odio.
-¿No se suponía que iba a disfrutar de mi Luna de Miel? Hasta ahora solo he tenido que escucharlos hablar estupideces.
-Y no olvides que te follaste a...
-Si, ya lo sé Blaise. - apuntó Draco molesto.
-Bueno, puedes quedarte aquí escuchando a Blaise hablar o nos podemos ir. Tenemos reservación con unas motos de agua. - dijo Theo colocándose una franela de agua y acomodándose la gorra.
-Al fin algo escucho algo sensato. Voy por mis cosas. - dijo Draco rodando los ojos. Se fue a su habitación para cambiarse, necesitaba salir de ese hotel, necesitaba montarse en esa moto y correr a toda velocidad.
Blaise miró a Theo en cuanto Draco cerró la puerta de su habitación.
-¿No le piensas recordar quienes irán también?
-No... él mismo accedió a que nos colocaran el mismo itinerario que a las chicas de al lado, no tengo por qué recordárselo. - dijo con una sonrisa inocente el castaño.
Blaise sonrió maliciosamente.
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N/A: Nos vemos el siguiente jueveessss!
PD: Draco está ... (Completen la frase ustedes jajaja)
