LA LUNA Y LAS ESTRELLAS
Por: Escarlata
Sailor Moon y Precure pertenecen a Toei, el plot es mío
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PARTE 6
─¿Todas listas para el ataque? ─preguntó White, mirando a todas sus compañeras. La noche de sueño les cayó bien, el cobijo de los Espíritus de la Naturaleza también les ayudó a descansar mejor y todas se veían más repuestas. A falta de las herramientas habituales, improvisó una pizarra con un metal viejo de la estructura del gimnasio, Mai usó un trozo de carbón para dibujar la ciudad marcar los distritos─. Volveremos a atacar de dos en dos, tengan cuidado, no sabemos cómo responderán las Senshi ésta vez ─tomó aire─. Éstas son las Torres que vamos a atacar ─anotó cinco en total. Ya tenían cuatro Núcleos, ésta vez planeaban conseguir cinco más, un golpe arriesgado pero necesario, tenían que hacer reaccionar a la Red de alguna manera pero sin que fuese peligroso ni activaran la explosión... Como quitar rocas del camino sin provocar el derrumbe completo.
─De acuerdo, nosotras tomaremos tomaremos la Torre A-02 del Distrito 15 ─dijo Rin y chocó su puño con Karen, ésta vez harían equipo en una zona comercial que abría hasta entrada la tarde.
─Urara y yo iremos al Distrito 5 ─y les tocaba la Torre D05, cercana a uno de los principales ríos que veían desde las montañas y alimentaban la ciudad. Nozomi le sonrió a su joven amiga y ésta asintió.
─Entonces Komachi y yo iremos por el Núcleo del Distrito 14 ─dijo Kurumi, y Komachi asintió en acuerdo. Su Torre, la B-01 estaba en una zona montañosa habitada sólo por guardabosques y personal que trabajaba en las zonas de acampada.
─Saki y yo iremos a ésta Torre, la C03 en el Distrito 3 ─Mai señaló una zona de arrozales. Al menos el arroz se seguía sembrando y cosechando a la antigua usanza, para éste se necesitaban condiciones más especiales y espacios mucho más amplios que los que podían ofrecer los invernaderos.
─Entonces a nosotras nos toca esa, ¿verdad? ─Nagisa señaló el último punto, que era cerca de las bombas de agua que llevaban el agua corriente a la ciudad, la Torre D05 en el Distrito 2.
Honoka sonrió. ─Ya todas tenemos nuestras zonas, comencemos el asalto de inmediato. Si esto no hace reaccionar a la Red, entonces la siguiente conseguiremos dos más ─aunque se les estaban acabando los lugares poco poblados.
─¿Y qué esperamos? ¡Andando, vamos, Mint! ─Rose se levantó primero y le sonrió con fiereza a su compañera.
─Andando, que hace un día hermoso para salir ─Mint respondió con una sonrisa y salió detrás de la guerrera de la Rosa Azul.
─Entre más pronto, mejor, vamos, Mai ─una feliz Bloom se llevó a Egret de la mano y ambas salieron prácticamente volando gracias al poder de los espíritus.
─No es justo, nosotras deberíamos poder volar también, me gustaban las alas de mariposa ─se quejó Lemonade de manera graciosa y salió corriendo junto con Dream.
─Es cierto, serían muy útiles ─y la Cure rosa igualmente se quejó, Urara y ella tenían gestos de gracioso cansancio.
─Andando, Rin, si Kurumi regresa primero no parará de presumirlo.
─Nosotras tampoco si llegamos primero que ella ─respondió Rouge con una risa e igualmente salió disparada a toda prisa al lado de Aqua.
Y aprovechando que no había nadie alrededor, Black se acercó a su compañera y besó sus labios dulce y brevemente. ─¿Ya casi, verdad?
─Ya casi, sólo un poco más, Nagisa. Y podremos volver a casa a vivir de verdad lo que ya vivimos aquí ─respondió Honoka con un gesto suave, con dulzura mientras le acomodaba el cabello a su novia.
─Aún no podemos casarnos en nuestro Japón ─se quejó Nagisa mientras la tomaba de la mano y ambas iniciaban una veloz carrera hacia su respectiva torre.
─Pero algún día, lo sé... Algún día.
Nadie quería admitir en voz alta que la primera vida que les regaló Tokio de Cristal fue una vida maravillosa, una vida que aún les pesaba y que de alguna manera les dolía haberla perdido. Las siguientes a partir de esa fueron menos profundas y ellas ya estaban conscientes de todo, pero la primera en especial fue tan profundo en sus corazones que no querían olvidar lo mucho o lo poco que recordaran.
No todavía.
Cinco pares de guerreras se apresuraron a las zonas en cuestión, previamente protegidas por el poder de los Espíritus. Incluso si el poder llegaba a debilitarse en el camino, al menos Saki y Mai seguían sin estar en el radar de las Senshi.
Mientras, en el Castillo, la Sala de Control se encendió y dio el ruidoso aviso indicando sobre ataques simultáneos que se sucedían en cinco torres a la vez. Rey, Reina, Princesa y Guardianas se apresuraron a la Sala alrededor de Mercury. Previamente se les había indicado a los guardias que, en caso de ataque, se pusieran a salvo, se alejaran de los atacantes y no dijeran ni media palabra de ello. Todos los guardias eran fieles, confiaban en que a nadie se le soltaría la lengua. No necesitaban pánico en la ciudad y tampoco preguntas que en realidad no podían responder.
─De nuevo el sistema no las detecto ─indicó Mercury tecleando más de un teclado, tanto físicos como holográficos.
─Parece que mejoraron su camuflaje ─murmuró Uranus, se cruzó de brazos. Ganas no le faltaban de ir a enfrentarlas, pero ésta vez el plan de su Reina era muy sensato.
─De nuevo es a zonas poco pobladas, o al menos donde menos ojos las ven, no sé porqué no quieren hacer escándalo y no sé si es algo que deberíamos agradecer o no ─dijo Venus con un suspiro. El sitio más escandaloso era en el centro comercial, pero estaba cerrado a esa hora.
Mercury dispuso a los drones a grabar, pero no tan cerca. Podían notar a las atacantes extrañadas de que nadie saliera a recibirlas. Serenity aprovechó la buena definición de las cámaras y los acercamientos para estudiar mejor sus rostros. Se notaban cansadas, se notaban apuradas y miraban constantemente a todos lados. Iban de dos en dos, una vigilaba mientras la otra se hacía camino dentro de la Torre.
─¿Alguna de esas chicas se les hace familiar? ─preguntó Neptune. Seguían atascadas con la teoría de que alguien del equipo civil de la construcción de las Torres era una de ellas.
─No, no en realidad, las miro y es como si las conociera y a su vez no las conociera ─dijo Saturn de repente... Y al darse cuenta de sus propias palabras, se tapó la boca, sorprendida─. Ah...
─¿Qué dijiste? ─preguntó Chibiusa, tomando una mano de Hotaru.
─De repente... De repente siento como si las conociera pero no las reconociera... Son... Ah... Todas esas caras las he visto antes...
Las palabras de Hotaru parecieron activar algo dentro de la cabeza de todas, un interruptor que también les despertó la misma sensación de la que Saturn hablaba. Era raro, era... Confuso.
─Ellas nos conocen de alguna manera, conocen las Torres, conocen la ciudad. Ya han estado aquí, eso es obvio ─comentó Mars, fue hasta ese momento que la sensación de algo borroso en sus cabezas al fin se hizo palpable.
─Si las conocemos pero no las recordamos, entonces algo se está metiendo con nuestra cabeza sin que nos demos cuenta ─murmuró Jupiter, sujetándose una sien.
─Preguntemos a Pluto apenas ellas se vayan ─dijo Endymion con un tono más firme y calmo a manera de regresar a las demás al presente. Lo logró y soltó un suspiro, de nuevo ponían atención a lo que sucedía en las pantallas.
Aqua vigilaba los alrededores y miraba a todos lados. La Torre estaba dentro del centro comercial, todos los negocios estaban cerrados. Rouge usó sus manos al rojo vivo para abrir un hueco más discreto en la base y poder entrar y salir e incluso cubrir el agujero con lo que pudieran.
─¿Nadie todavía? ─preguntó la Cure de fuego mientras jalaba el fuerte metal, ahora blando y al rojo vivo.
─No, nadie todavía, quizá estén preparando refuerzos o no tarden, mejor apresúrate, Rouge ─indicó Aqua mientras preparaba su arco de agua por si acaso. Podía ver algo moverse más lejos, eran los drones de vigilancia, al menos esos los debían inutilizar para no llevarlos hasta su escondite. Apuntó y disparó de inmediato. Le dio a uno, lo congeló y en la caída el dron se rompió, pero no tardó en percatarse que había más drones alrededor. No sabía qué planeaban pero no le gustó. Quizá pensaban rastrearlas hasta su escondite, sólo se le ocurría eso─. ¡Rouge, apresúrate!
─¡Ya voy, demonios! ─se quejó Rin ya desde dentro de la Torre y rápidamente se abrió paso y escaló por la estructura interna. Ésta vez la extracción fue más rápida y se reunió en menos de un minuto con su compañera. Vio a Aqua atenta y notó que era por los drones─. ¡Cht! ¿Los destruimos de una vez?
Aqua asintió. ─Temo que nos tengan en la mira y nos embosquen. No entiendo porqué nadie ha venido a atacarnos.
─Es raro ─murmuró Rouge─. Pero no quiero a nadie respirándome encima y menos con esas cosas ─la pelirroja sujetó bien la esfera con la zurda y con la diestra comenzó a concentrar su poder. A su alrededor aparecieron un par de docenas de esferas de fuego.
Karen hizo lo propio invocando tres flechas de agua en su arco. Asintió a Rin y ambas echaron a correr por la misma ventana por la que entraron, los drones se movieron hacia ellas para no perderles el rastro y las esferas de fuego se movieron como por voluntad propia impactando a los drones posibles. Karen tenía que detenerse constantemente para disparar, al menos hasta salir propiamente del centro comercial.
El resto de las Cures estaba en las mismas.
Dream fue la que hizo el agujero ésta vez mientras Lemonade vigilaba, pero no había señales de que alguien fuera a encararles, incluso los guardias se retiraron ni bien las vieron. No era como si ellas quisieran hacerle daño alguno a los guardias, los dejaron ir. Lo único que los ojos de la Cure de la Efervescencia podían ver eran los drones de vigilancia a la distancia, mismos a los que destruía con ayuda de sus largas cadenas cargadas de energía.
─Todavía no viene nadie a enfrentarnos ─avisó Urara asomando la cabeza por el hueco que hizo Nozomi sólo con sus manos. Nadie negaba que Cure Dream tenía una fuerza y una potencia de temer, Milky Rose era la más fuerte del equipo, pero incluso la guerrera de la Rosa Azul tenía respeto por los puños de su líder.
─¿Crees que vengan con refuerzos? ─porque la vez pasada las Senshi se presentaron en menos de un minuto. Lemonade permanecía alerta en todo momento y se deshacía de los drones a su alcance, no debía dejar a Dream sin protección por muy fuerte que fuera su líder ni por muy tranquilo que se viera el panorama. Y la prioridad eran los Núcleos.
Dream estuvo a punto de mencionar los fantástico que sería poder terminar con todo eso y hablar con las Senshi como era debido, ser amigas y las aliadas que podrían llegar a ser, pero si decía eso los sistemas podrían escucharla, cualquier palabra mal dicha podría disparar la explosión y la verdad todas estaban cansadas ya de juntar recuerdos que hacían líos en sus cabezas. La sentimental guerrera se tuvo que morder la lengua.
─¿Nadie aún?
─No, nadie. Sólo drones, pero algunos no se acercan tanto ─y alejarse no era opción.
O estaban demasiado alertas o sólo tenían los nervios de punta, la falta de respuesta en serio las tomó por sorpresa. Dream y Lemonade miraron hacia el puente pero no había nada ni nadie, sólo uno que otro transporte de carga que iba o venía de la ciudad sin saber lo que pasaba en la torre. Dream miró a Lemonade y asintió. Tenían que volver a su escondite pronto, no querían caer en ninguna trampa o emboscada de la nada, entre menos tuvieran que pelear contra las Senshi, mejor.
La situación se repitió con todos los equipos, pudieron destruir a los drones que les seguían y perder a los que estaban a más distancia. Y gracias a la protección de los Espíritus de la Naturaleza, apenas salieron de vista ya no pudieron ser localizadas por ningún radar ni detector.
Una hora después ya todas estaban de regreso en su escondite, cada pareja cargaba un Núcleo, tenían que sellarlos lo antes posible. Pudieron sentir de inmediato cómo se estaba acumulando la energía y eso era malo...
Y pronto lo comprendieron.
─Nos expondremos solas si reunimos más Núcleos de Plata ─dijo Aqua mientras desmantelaba las esferas con ayuda de White y Mint. Miró a Bloom, quien a su vez miraba hacia afuera y concentraba su energía junto con Egret para reforzar su camuflaje energético─. ¿Ya cayó alguna flor del Cerezo?
─Aún no, tenemos que conseguir más de éstas cosas si queremos una reacción ─dijo Saki sin voltear, estaba concentrada, su energía y la de Mai viajaba por sus manos y de ahí se esparcía hacia la naturaleza. Era la ventaja de su poder, se camuflaban a sí mismas sin tantos problemas.
─No sé si agradecer o no que nadie saliera a recibirnos ─comentó Mai luego de unos segundos de silencio. Todas estaban demasiado calladas, era normal considerando que el plan de acción de las Senshi era claro. Y ellas mismas tenían más opciones que seguir quitando esos pequeños puntos de poder a la red.
─¿Querías medir tus fuerzas con alguna de ellas? ─preguntó Saki con una sonrisa.
─Tal vez ─dijo con una risa pequeña que su pareja acompañó de buena gana─. Aunque ya nos expusimos a las cámaras de los drones y ahora saben que somos diez.
Mientras la pareja platicaba, unas comían las frutas que la naturaleza les daba gracias precisamente al par de tortolitas, las tres con la cabeza más asentada desarmaban y sellaban los Núcleos de Plata.
─¿Creen que sea sensato dispersar las esferas que ya tenemos? ─preguntó Honoka, barajando sus posibilidades.
─No sabemos cuánto más nos puedan cubrir los Espíritus, necesitamos las presencias de Saki y Mai para que la protección se mantenga estable ─comentó Komachi. Iban con la tercera esfera.
Y de pronto a Karen se le ocurrió algo, era tonto, pero sin duda podría funcionar. Miró al otro par. ─Sólo nos queda esconder las esferas donde no se les ocurriría buscarlas nunca ─dijo con una sonrisa que iba creciendo de a poco.
Komachi y Honoka sonrieron.
─¿Qué tienes en mente? ─preguntó la Cure de blanco.
─Puedo tratar de congelar los Núcleos y podemos esconderlos dentro de otras torres y...
Las rápidas mentes de White y Mint adivinaron el resto.
─La energía de los otros núcleos ayudará a pasar desapercibidos a los sellados ─continuó Komachi.
Honoka sonrió aún más. ─Y quizá podamos acelerar un corto circuito en el sistema y lograr la reacción que estamos buscando... Sí, eso tiene que ayudar, todas las torres están moduladas para reaccionar y esparcir la energía del Núcleo de manera uniforme. Todas tienen la misma carga de energía ─hizo memoria─. Las Torres tienen una potencia de 5, la Torre 00 del Castillo tiene una potencia de 10. Si de alguna manera podemos sobrecargar algunas de las Torres, entonces se producirá el error en la Red.
─¿Con las que tenemos serán suficientes? ─preguntó Aqua, no dejaba de trabajar. Miró a sus amigas, que ya estaban atentas a lo que estaban platicando─. Parece que podremos terminar esto pronto, tendremos más trabajo por hacer, amigas.
─De pronto me vuelvo a sentir como Enemigo Número Uno del Tokio de Cristal ─dijo Rose con una risa ruidosa─. No sonaba mal, pero eso de que la población nos mirara mal no era agradable.
─Ah, no me lo recuerdes ─murmuró Nagisa, recordaba esa parte con más claridad que otras.
─Ésta vez lo haremos de manera más discreta, no ruidosa como aquella vez ─Mint soltó una pequeña risa.
─¿Entonces sólo tenemos que poner esos Núcleos junto con otros en cualquier torre? ─preguntó Mai, curiosa.
─Es el plan, así que lo mejor será terminar de sellarlos y plantarlos en otros lados. ¿Les parece ésta noche? ─propuso Honoka.
─¿Lo dices porque hoy no tuvimos acción, verdad? ─preguntó Rin con una risa divertida─. No es mala idea, no hice nada de ejercicio hoy. Y sonará tonto, pero de verdad quería que nos atacaran ─siempre era un honor cruzar puños con una poderosa Sailor Senshi.
─Aún tenemos energías y entre más pronto terminemos con esto, mejor, en serio quiero ir a casa ─dijo Saki con gesto de cansancio─. Cada vez me cuesta más dormir.
─A todas, Saki, te comprendemos, por eso estamos tomando en cuenta todas nuestras opciones ─respondió Komachi con dulzura, hizo sonreír a la panadera.
─Entonces terminemos esto, comamos y descansemos un poco más. Saldremos al anochecer. Si el plan de las Senshi es dejarnos conseguir más núcleos y descubrirnos solas, entonces quizá no saldrán a enfrentarnos ─al menos eso quería pensar Karen, no tenían más opciones que confiar en esa teoría y seguir moviéndose. El tiempo les jugaba en contra y hacía mella en sus recuerdos. Sus cabezas no podrían resistir más saltos en el tiempo, ya no, ni siquiera las más centradas, todas tenían un límite.
─Ya escucharon a las genios, mejor comamos bien ─Nagisa devoró su manzana─. Quiero algo de carne, apesta no poder ir a la ciudad por algo cocinado ─se quejó.
─Yo quiero un enorme plato de curry ─murmuró Urara, comiendo moras y fresas salvajes.
─Lo comeremos volviendo a casa, comeremos tanto que nos enfermaremos ─dijo Nozomi con una risa─. También quiero chocolates, muchos chocolates.
Y siendo la comida un punto en común para las Cure, hablar de lo que comerían al volver a casa era de ayuda. Siempre era bueno tener sus prioridades en orden, y ellas querían volver a casa para comer con sus amigas, con su familia, en su mundo... Tenían que lograrlo, iban a lograrlo.
~ o ~
[Una lágrima de su descendiente fue lo último que vio antes de "dormir" y fue otra lágrima de la última de su estirpe lo que la "despertó" una vez más.
En las incontables generaciones que llevaba 'viviendo' junto a la sangre de su sangre, jamás había visto semejante desastre y, a su vez, a semejante corazón tan lleno de amor. La más pequeña de las Serenity reencarnó en ese mundo junto con todos los que perecieron en la batalla de la Luna contra la Negafuerza. Incluso podía sentir el difuso brillo de todos los habitantes del Milenio de Plata que reencarnaron en ese mundo. No que pudiera verlos, pero sabía que todos tenían unas vidas normales.
Lo que no tenía nada de normal, era que las reencarnaciones de la última generación de Princesa y Guerreras se las estuvieran viendo tan difícil. Las vio pelear, las vio sufrir, las vio llorar, y por todo lo que es sagrado, hasta las vio morir.
Y fue su pequeña Serenity, o Usagi, como la llamaban en ese mundo, la que se contectó con ella como nadie más y les devolvió la vida a sus guerreras caídas.
Y ahí se dio cuenta de lo que estaba pasando... Usagi Tsukino, su pequeña Serenity, estaba cambiando el rumbo de la dinastía de la Luna al comenzar con las reencarnaciones. Era normal, no había familias elegidas que cedieran por voluntad propia a sus mejores elementos, el sistema actual ya no podría sostener una tradición así.
Lo siguiente que le sorprendió, fue conocer a la siguiente Serenity incluso antes de que ésta naciera...
¿Qué otras sorpresas le tenían guardadas ésta Generación? Sintió emoción por primera vez en mucho tiempo de sólo imaginarlo.]
En el Palacio sentían satisfacción de saber que habían tomado a esas chicas por sorpresa al no presentarse. No pudieron seguir su rastro en determinado momento, se movían con velocidad y soltura como si conocieran la ciudad hasta su último rincón. Y por lo que estaban sintiendo a momentos, no les sorprendería que de verdad las conocieran.
Serenity soltó un hondo suspiro, se llevó ambas manos al rostro y miró las pantallas de la computadora maestra. La tensión a momentos hacía que se les olvidara que estaban dentro de la Nevera. Confiaba en que su plan funcionaría, que acumularan ese poder hasta eventualmente revelar su escondite y poder atraparlas y saber qué querían. Hablaban de tal manera que podía saber que no eran enemigos de los cuáles cuidarse las espaldas. Miró a sus amigas y a su esposo y sonrió.
─Rei, ¿puedes sentir algo? ─preguntó la Reina, había pasado ya un rato desde que desaparecieron de vista con los Núcleos en manos.
─No. Puede que aún no lleguen a su escondite o que todavía no sea poder suficiente para que la Luz ya no pueda esconderse en... Con… Cualquiera sea el método que están usando para cubrir sus rastros de energía ─respondió Mars, pensativa. Miró a sus amigas─. ¿Ustedes perciben algo?
─No hay ninguna anormalidad en la ciudad ni en los alrededores, ni siquiera alguna alteración en el Espacio ─dijo Mercury, su propio poder en cooperación con su computadora le ayudaban a detectar ese tipo de cambios en la estructura molecular del espacio-tiempo de su alrededor.
─No percibo señales de tormenta o de alguna tempestad cercana, los árboles tampoco me dicen nada ─informó Jupiter con los brazos cruzados.
─El viento sopla con normalidad, como en un día común y corriente ─Uranus había sentido el viento en calma durante su paseo, al igual que Makoto no percibía nada que indicara una pronta tormenta─. No son malvadas como bien dicen, pero a éste paso provocarán un problema en la Red.
─Mi Espejo tampoco me muestra señal alguna cuando trato de averiguar sobre ésta sensación de familiaridad con ellas. Reacciona pero no muestra nada, sólo una neblina ─y para confirmar, cerró los ojos, se concentró en lo que quería ver, por respuesta el Espejo mostró la niebla gris que no dejaba ver ni sentir nada.
─Sabremos todo cuando podamos capturarlas, puedo sentir que llevan prisa ─Venus, con su habilidad de empatía y detección podía percibir esos detalles que no saltaban a primera vista. Ella seguía siendo el mejor detector de mentiras del planeta entero─. No esperaremos mucho tiempo para saber de qué se trata todo éste asunto.
─Entonces… ¿El plan es el mismo, dejaremos que tomen las Esferas que quieran? ─preguntó Jupiter mirando a Usagi. Ésta asintió con firmeza─. De acuerdo, recordaré a los guardias que se alejen apenas las vean. Los equipos de mantenimiento ya deben estar en camino para arreglar la destrucción ─que ésta vez fue poca, afortunadamente. No sabía si agradecer o no ese detalle.
El Rey tomó el hombro de su esposa un momento antes de ir directo a la computadora. Con una seña educada pidió a Ami permiso de usarla y ésta claro que no le negó nada. Endymion tomó aire mientras las chicas a su alrededor le ponían atención.
─Aún tenemos que preguntarle a Setsuna si ella percibe algo en particular ─dijo el Rey y de inmediato contactó con Setsuna. Sólo con permiso real era que Setsuna podía abandonar la Sala del Tiempo en tiempos de emergencia. Literalmente. Mamoru sonrió con gentileza cuando la imagen de Setsuna apareció en el monitor más grande─. Pluto.
─Su Majestad ─la educada Senshi del Tiempo hizo una inclinación ante sus Reyes y Princesa y luego sonrió a sus amigas─. ¿En qué puedo servirles?
─Tenemos que ponerte al tanto del todo, pero lo mejor es que estés aquí con todos nosotros ─Mamoru se aclaró la garganta y habló con un tono más serio─. Solicitamos tu presencia en el Palacio, Sailor Pluto, Guardiana del Tiempo.
En respuesta, el Orbe de Granate brilló un instante. Setsuna se inclinó educadamente. ─A la Orden, Su Majestad.
Tener en persona a Setsuna sin importar las condiciones siempre era agradable. Hablar con ella por medio de los comunicadores no era lo mismo a tenerla en vivo y a todo color. No importaba lo avanzada que fuera la tecnología, no había computadora alguna que pudiera reemplazar el calor y la mirada de nadie. Y siendo el espacio de Sailor Pluto uno muy especial, no pasó ni un minuto para que llegara a la Nevera con todos sus seres queridos.
─Definitivamente esto no lo echo de menos ─fue lo primero que dijo apenas puso un pie dentro, se frotó los brazos─. Ami, deja de trabajar aquí, todos van a resfriarse.
─¡Setsuna, no digas eso! ─reclamó una sonrojada Ami.
Luego de eso sonaron risas. Hotaru y Setsuna de inmediato se lanzaron a abrazar a la recién llegada. Y sí, el grupo se movió a la sala de estar al lado para estar más cómodos. Rápidamente pusieron a Setsuna al corriente de todo lo que estaba sucediendo y lo que actualmente estaban haciendo para tratar de lidiar con tan peculiar oponente.
Setsuna se llevó una mano al mentón. ─¿Creen que sea alguien del futuro o del pasado? ─y a ver que todos asentían, cerró los ojos un momento, pensativa─. Mucho me temo que nadie ha pasado por mis territorios desde hace bastante tiempo. Es más, miren ─y les mostró la Llave del Tiempo que siempre cargaba consigo─. Nadie puede entrar ni salir con esto porque se perderían, pero tiene sentido que piensen eso si esas chicas parecen conocer la ciudad como la palma de su mano.
─Sin mencionar que saben del funcionamiento de las Torres ─agregó Ami con amargura.
─Entonces... Las pistas que tenemos a la mano es que ellas conocen todo en Tokio de Cristal, nosotras incluidas, y que una de esas chicas posiblemente sea el miembro perdido del equipo Civil del proyecto de las Torres, ¿verdad? ─la guardiana quería estar segura de no olvidar detalle alguno.
─Si no es alguien de fuera del Sistema Solar ─comentó Michiru. Imposible que alguien pasara por su zona sin ser detectados─, entonces es alguien que viene de otro momento del tiempo. Sólo así nos explicamos que ellas parezcan no pasar de los veinte años mientras las Torres ya tienen al menos diez años funcionando.
Setsuna negó con la cabeza. ─Me temo que nadie ha pasado por mi zona ─y a ojos de sus amigas más cercanas y de la atenta mirada de Minako, ella no estaba mintiendo en lo absoluto, mucho menos ocultando algo─. Pero cabe la posibilidad de que se trate de alguna anomalía, es decir, los de Black Moon pudieron ir al pasado siguiendo el rastro de la Pequeña Dama.
─¿Podrías investigar en tu zona si hay algún rastro? ─pidió Endymion. No quería sonar cansino, pero no estaba de más ninguna precaución.
─Yo me encargo, Su Majestad, si encuentro algo ─opero no pudo decir otra cosa, Serenity tomó su mano y sonrió─... Les haré saber de inmediato todo lo que encuentre. Mientras... Me siento feliz de estar con ustedes.
─Cuando terminemos con éste asunto, ven con nosotras a celebrar, Setsuna ─pidió no la respetada soberana, si no Usagi Tsukino.
─Cuenten conmigo. Terminemos con esto y vendré a pasar unos días al castillo, con su permiso, desde luego.
─Y lo tendrás, te lo aseguro.
La Guardiana del Tiempo asintió y sólo hubo unos segundos de silencio. No que quisieran, pero el tiempo les faltaba y pedir que Setsuna lo detuviera estaba de más. Todas soltaron un suspiro casi al unísono.
─Si no tenemos más por hacer, creo que podemos tomar un poco más de aire las que no tenemos mucho por hacer ─dijo Uranus con un suspiro de enfado. De verdad quería salir a combatirlas, pero sin ninguna pista ni manera de rastrearlas, era difícil saber hacia dónde correr… Y hablando de correr─. Necesito un poco de ejercicio, iré a dar una vuelta por la ciudad.
─Yo iré a nadar, lo necesito ─comentó Michiru y tomó a Ami por el hombro, jalándola consigo─. Y tú también, por cierto.
─¡Ah, Michiru, espera! ─la chica de agua no pudo oponer resistencia, se la llevaron y nadie hizo nada por ayudarla.
─Yo volveré a las Puertas del Tiempo, les informaré todo lo que encuentre.
─Nosotros debemos volver al trabajo ─se quejó la Reina, su esposo sólo sonrió─. Ah, comienzo a sentir hambre…
─Haré algo delicioso de comer, así que trabajen mucho y la comida les sabrá mejor ─la propuesta de Makoto fue bien recibida por Usagi, la Usagi más pequeña e incluso por Mamoru.
─Bien, andando, todos debemos trabajar ─Minako debía escoltar a sus Majestades en su trabajo─. Deberías descansar, Rei, sé cuando no duermes. ¿Estuviste meditando frente al fuego toda la noche? ─preguntó dulcemente, haciendo sonrojar a la sacerdotisa.
─¡Déjame en paz! ─una molesta Rei se fue y, sí, iba a descansar.
─¿Puedo ir con ustedes? ─preguntó Hotaru a Chibiusa y ésta asintió.
─Quizá sea aburrido, ¿no importa? ─la princesa estaba contenta de tener a su amiga cerca. Podían haber viajado bastante en meses pasados, pero por lo mismo de estar juntas todo ese tiempo le hizo extrañarla sin querer en los ratos que no estaban juntas. Le gustaba estar cerca de ella, sí.
─He estado contigo mientras hablas con mucha gente, puedo con eso ─añadió Hotaru e ignoró la juguetona mirada que Haruka le lanzó antes de irse a correr alrededor de la ciudad.
Todo mundo fue a hacer lo que le tocaba hacer. No había más por hacer que confiar en el plan de Usagi y esperar si Setsuna encontraba algo, tenía razón después de todo. La ciudad era grande, buscar a ciegas era una pérdida de tiempo y no podían descuidar la ciudad. Lograron estar en paz con esa idea y siguieron con su día.
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[El grupo de diez estaba reunido en un laboratorio anexo al castillo, un espacio recién hecho donde se llevaría a cabo un ambicioso proyecto que ayudaría a todo el planeta. Literalmente. Eran las mentes más brillantes y capaces de la Universidad de Tokio de Cristal, jóvenes entusiastas de la ciencia y la tecnología, llenos de ideas nuevas, aire fresco y energía que les ayudarían a lograr algo grande. Enorme.
Yukishiro Honoka estaba en ese grupo, Lady Mercury en persona revisó los trabajos de todos y los eligió personalmente. Ahora podrían conocerla a ella y al resto de las poderosas Senshi, ¡incluso a los Reyes! Todos estaban emocionados, algunos nerviosos, más de uno parecía estar a punto de desmayarse.
Honoka estaba contenta de estar ahí. Miró a sus futuros colegas, todos eran brillantes, al menos dos genios natos entre estos, se sentía honrada de haber sido elegida. Nagisa y todas sus amigas le felicitaron mucho por haber sido seleccionada para ese misterioso proyecto y le desearon suerte para ese día. Karen en especial admiraba los trabajos de investigación en medicina de Sailor Mercury, también era una doctora después de todo, justo lo que ella estaba a punto de ser. Le faltaba un año, la medicina era una carrera larga.
La puerta del laboratorio se abrió y el Rey Endymion, la Neo Reina Serenity, la Princesa Serenity y las ocho poderosas Senshi se presentaron en perfecta formación. En serio más de uno estuvo a punto de desmayarse. Honoka misma sintió que la piel se le ponía de gallina al ver a las Senshi de cerca, su presencia era sobrecogedora, imponente, los Reyes tenían una presencia aún más fuerte, y pese a ello, la dulce mirada de la Reina hizo que sus nervios se fueran como un suspiro.
─Bienvenidos sean al Castillo ─fue la bienvenida de parte de la Neo Reina Serenity─. Han sido elegidos por éste proyecto, Mercury les dará los pormenores ─dijo, sonando tan propia como le era posible. Y a decir verdad, explicar cosas técnicas estaba fuera de su rango y no quería quedar como tonta ante esos genios.
La Reina volvió a su sitio junto a su esposo para darle la batuta a Sailor Mercury, ésta se colocó frente a los elegidos. Su visor rápidamente confirmó los datos del registro de sus placas. Todo estaba en orden, no había ninguna alerta de sospecha.
─Como sabrán, el Cristal de Plata que controla Su Majestad es la fuente de longevidad y abundancia que permiten que Tokio de Cristal funcione de manera más eficiente ─explicó Mercury mientras se dirigía hacia una enorme pizarra blanca cubierta por una sábana, a un par de metros─. La ciudad y sus alrededores tienen ésta bendición pero ─no sabía si los jóvenes eran conscientes o no del siguiente dato─, la bendición del Cristal no es equitativa en todo el planeta de manera pasiva ─y no necesitaba agregar que era necesario que la Reina constantemente debía activar y engrandecer el poder del Cristal de Plata─. Las regiones al otro lado del planeta reciben una pequeña porción del poder y por tanto su abundancia no es proporcional al resto de las regiones ─y ya estaban recibiendo algunas quejas al respecto de parte de los líderes de dichas zonas. Usagi quería darle ese poder a todos, pero era complicado considerando el tamaño del planeta y las circunstancias actuales. No podía estar día y noche con el Cristal de Plata en manos repartiendo el poder, y ni así sería un reparto equitativo a menos que se moviera constantemente.
Neptune se acercó a la pizarra y jaló la tela, mostrando a los recién graduados una serie de esquemas, planos y fórmulas con el prototipo de una Torre con un centro que se marcaba como prioritario. ─Éstas son Las Torres de Cristal ─dijo Michiru con orgullo─. Es un primer esquema, se irá mejorando conforme ustedes trabajen en conjunto con nosotras. Su función es básicamente ayudar a expandir el poder de Cristal de Plata en todas las regiones del planeta. De ésta manera, la bendición y el poder será parejo en todos lados.
─Antes de continuar con el resto de la explicación ─fue el turno de Venus de intervenir, se acercó a los invitados y los encaró uno por uno.
Honoka sintió un escalofrío ante la penetrante mirada de la Senshi, se sintió como si le estuviera escudriñando hasta los huesos.
─Tienen que jurar, tienen que dar su palabra de que no dirán nada a nadie sobre lo que hagan aquí. Sobre lo que vean, sobre lo que hagan, sobre lo que trabajen. Ni una sola palabra ni a su más amada persona ─y era seria, no tenía su gesto juguetón de costumbre─. Ni a su sombra, ni en sueños, ni nada. Lo que trabajen aquí, se quedará aquí ─se colocó frente a ellos apenas los estudió a todos. No veía ningún mal corazón en ninguno de ellos, percibió miedo y nervios, pero nada que le diera una mala sensación.
─Tomaremos el juramento ahora mismo. Si alguno de ustedes no se siente capaz de estar en éste proyecto sin mantener la boca cerrada o presumir ante sus amigos, debe salir de aquí ahora mismo ─y sí, esa sí fue una amenaza de parte de Sailor Uranus.
Los recién graduados se miraron entre sí y luego al frente al ver que eran los Reyes quienes daban dos pasos al frente y estiraban sus manos hacia ellos. Ninguna de las Senshi dijo nada más. Claramente estaban esperando la mejor reacción de ellos, entre más natural, mejor. Se percibían los nervios, clara confusión y uno que otro seguía incrédulo.
Yukishiro Honoka fue la primera separarse de la línea y acercarse a los Soberanos con firmeza. Tomó las manos de ambos e inclinó la cabeza con marcada humildad. ─Juro que daré lo mejor de mí para éste proyecto, daré mi silencio también. Yo, Yukishiro Honoka, doy mi palabra en nombre de todo lo que amo, del amor que le tengo a éste mundo y por las personas que quiero, que trabajaré duro para que éste proyecto salga adelante. Cuenten conmigo.
Los soltó y volvió a su sitio, estaba temblando de la emoción. La reacción agradó a los Reyes y a las Senshi y pronto los demás imitaron a su compañera. Dieron sus juramentos y sus palabras. Apenas terminaron con el protocolo, venía la parte importante y central de dicho proyecto. La Neo Reina les mostró un pequeño cristal transparente con un brillo intenso, pero sólo lo mostró. ─Pase lo que pase, ninguno de ustedes debe tocar esto, ¿de acuerdo?
─Es un Núcleo de Plata, es un cristal tratado que contiene una minúscula porción del Cristal de Plata ─explicó Mercury─. A partir de ahora, su trabajo será ayudarnos a construir las Torres y cualquier dispositivo necesario que permita una correcta distribución de poder y un enlace estable entre la red de Torres. De ésta manera, todo el planeta y cada región de ésta, hasta la más lejana, recibirá la misma cantidad de energía que Tokio de Cristal.
Los universitarios sonrieron al escuchar eso. ¡Era un plan fantástico! La idea entusiasmó a todos los presentes y era obvio por qué no querían que los detalles salieran al aire. Nadie podía olvidar el ataque de Black Moon y cómo todo podía ponerse muy mal de un momento a otro.
─Comenzaremos a trabajar a partir del lunes, tendrán su paga justa y un horario que les parecerá muy adecuado ─dijo Venus─. Tampoco pensamos tenerlos aquí esclavizados y encadenados por el tobillo ─al fin rió e hizo reír a las jóvenes y brillantes mentes presentes─. Pero quienes quieran quedarse a dormir aquí o aún no tengan dónde establecerse ─eran universitarios después de todo─, son bienvenidos a vivir aquí hasta que se finalicen oficialmente los trabajos, se les darán dormitorios y todas las comodidades de una hogar normal.
Al menos la mitad de ellos estuvieron de acuerdo en quedarse a vivir ahí mientras trabajaban en el proyecto, aún no tenían un sitio fijo para vivir. Los otros vivían demasiado cerca con sus familias y/o parejas, Honoka estaba a punto de mudarse con Nagisa, tenía planes con ella y afortunadamente ninguno de sus planes chocaba con ese proyecto para el que fue reclutada. Lástima que no podía decirle nada a su novia, por suerte Honoka sabía mantener secretos y Nagisa respetaba sus silencios. Y sus queridas amigas también, para qué negarlo.
La junta sólo duró un rato más, el tiempo suficiente para que cada uno de los reclutados se presentara de manera formal, dijera cuál era su especialidad y firmara el contrato donde se especificaba de manera más concreta su responsabilidad para con el proyecto.
Para el atardecer ya todos los miembros del recién formado equipo salieron del castillo a ver a quienes les esperaban, en el caso de Honoka, Nagisa junto con el resto de sus amigas le esperaban en el apartamento de Karen. Todas se estaban quedando ahí mientras buscaban un nuevo sitio, en el caso de Nagisa y ella, ya las habían botado de los dormitorios de la universidad y sólo esperaban a que su nuevo apartamento estuviera listo, necesitaba un servicio de mantenimiento completo antes de que se los entregaran.
Vivir en un mundo donde todos tenían un techo seguro era maravilloso, eso pensó Honoka.
Tokio de Cristal era un sitio maravilloso. Todo el mundo lo iba a ser.
Pensaba en ello y que quizá podría pasar por pan para que todas comieran, cuando escuchó algo, como si alguien le llamara a lo lejos. Una voz suave, dulce, femenina, una voz que hizo eco en su cabeza y que le era familiar pero no supo dibujar en su cabeza a la dueña de dicha voz.
"No olviden de dónde vienen..."
Miró a varios lados. Personas iban a venían, todas en sus propios asuntos, hablaban para sus acompañantes solamente, nadie le ponía atención. Miró al cielo, a la cima de los edificios cercanos, en las ventanas también... Pero no, esa voz llegó directo a su cabeza y esas palabras la hicieron fruncir el ceño, confundida. Negó con la cabeza y siguió su camino, debía volver a casa con su novia y sus amigas, tenían que celebrar aunque no pudiera decirles nada del proyecto. Quería contarles que tenía trabajo asegurado para los próximos años.]
~ o ~
Chibiusa tomaba un pequeño descanso por consejo de sus padres. Podría ser mayor ya y tener palabra y opinión al respecto de varios temas, pero los Reyes seguían teniendo el mando en las manos. Ya llegaría su turno, por mientras, lo mejor era tomar un respiro, beber algo y regresar en un rato más.
No estaba sola, por cierto, Hotaru se encontraba a su lado. Estuvo a su lado todo ese tiempo junto con Venus, vigilando de cerca a sus Majestades. Para Saturn era fascinante esa habilidad de Venus de percibir si alguien les miraba, si tenía malas o buenas intenciones, si mentía o si ocultaba algo. Tenía un sexto sentido único.
─¿Mejor? ─preguntó Hotaru, también bebía un jugo de frutas. La princesa se terminó el suyo primero.
─Sí, mucho mejor. Siempre que hay mucha gente reunida se siente mucho calor, aunque sea en un sitio despejado ─comentó Chibiusa con una sonrisa. Durante sus viajes siempre fue así, cuando la gente la rodeaba para platicar con ella, el calor aumentaba. Pero la cantidad de personas que ella reunía era menor a la que sus padres debían recibir casi todos los días.
─Lo he sentido ─por suerte, su nueva condición como Sailor Saturn le ayudó a sopesar mejor las multitudes con una recuperada resistencia y fuerza─. Te acostumbrarás, lo sé.
─Sí, lo sé ─rió la princesa y tomó la mano de su compañera─. Gracias por acompañarme, debiste tomar un descanso o ir con Makoto a comer algo.
─No te preocupes por eso, Usagi ─sonrió─, me gusta estar contigo y acompañarte. Podemos comer juntas cuando sea la hora de comer ─enredó sus dedos con los de ella y sintió que la princesa presionaba dulcemente su mano. Sus mejillas se tiñeron de un ligero rubor. Lo sabía, no necesitaba verse a sí misma para saberlo.
─Gracias, Hotaru, te quiero mucho ─y ésta vez la princesa abrazó a la Senshi, fuerte, mientras fregaba su mejilla contra la de Saturn con excesivo cariño. Chibiusa estaba ruborizada por igual, le era imposible negar su cariño y amor por Hotaru.
─Hace calor, si me abrazas así nos vamos a acalorar más ─se quejó la Senshi con gracioso tono. Por una parte eso era cierto, y por el otro estaba demasiado apenada por todas esas palabras que su amiga le regalaba. No sabía si apropósito o no, pero sin duda le golpeaban.
─Oh, vamos, no seas gruñona, sólo es un abrazo ─y un beso en la mejilla, sí, besó su mejilla de dulce manera antes de seguir molestándola otro poco.
─¡Usagi, no hagas eso!
─¡No seas gruñona, Hotaru!
Le gustaba juguetear con Hotaru de esa manera. Su corazón siempre se aceleraba y su estómago experimentaba unas cosquillas que la hacían encogerse en sí misma de vez en cuando, no era desagradable. Conocía la sensación, desde luego, ya no era la niñita inmadura de antes de los ataques de Black Moon, era más madura gracias a los viajes, más atenta a los sentimientos de los demás como su madre, y bastante amorosa con quien le agradaba y con quien le gustaba.
También igual a su madre.
Lo suyo con Helios, el Guardián de Mundo de Ilusión, lamentablemente no llegó a ningún lado. ¿La Razón? Precisamente por sus deberes como el guardián entre las sombras del planeta, no debía abandonar el espacio que le tocó proteger. Él sin duda quiso a Chibiusa, pero para no causarle conflicto entre sus prioridades y su misión, la princesa decidió que lo mejor era dejar todo como estaba. Un paso muy maduro de su parte, todos lo decían.
Sí, le lloró, lo sufrió y Hotaru estuvo a su lado para confortarla en esas largas horas donde el silencio exterior le llenaba la cabeza de agradables recuerdos con el Guardián.
Rememorar eso hizo que sintiera aún más calor y sentimiento por la Senshi entre sus brazos. Volvió a besar su mejilla.
─Te quiero, Hotaru ─y se recargó en ella de cariñosa manera.
La letal Senshi quedó totalmente desarmada por culpa de esas palabras. Podía sentir el sentido de sus palabras, podía percibir su cariño y bien sabía que no estaba bromeando, al contrario. Le era imposible no sentirse sobrepasada y con el corazón latiendo como loco. Tomó aire de manera profunda.
─También te quiero ─respondió con un murmuro. La única respuesta de Chibiusa fue abrazarse más fuerte de ella. Hotaru apretó los ojos. Debía ser directa y valiente como le dijo su familia. Además no era como si debiera lidiar con la duda de si la princesa sentía algo por ella o no, era algo que ya sabía─. De verdad te quiero, mi princesa...
─Lo sé, puedo sentirlo. Siempre estaremos juntas, ¿verdad?
─Siempre ─respondió la Senshi con un murmuro. En alguna ocasión se preguntó si estaría mal que ella, como futura heredera de Tokio de Cristal, estuviera con una de sus Senshi guardianas... Y la duda se fue así como llegó, su propia madre amaba a su padre, sí, pero también amaba a cada una de sus más cercanas amigas, sus propias Senshi, y ellas le correspondían de igual manera.
Había amor para todos, vaya. De todos modos pensaba consultar después a sus padres sobre ese tema, por mientras así estaba bien, disfrutaba de estar con Hotaru.
~ o ~
Era de noche en Tokio de Cristal, las Pretty Cure estaban listas para su siguiente plan. El darse cuenta, de alguna manera, del movimiento que paneaban en el Castillo al dejarlas llevarse las esferas, les animó a ir un paso adelante con ese nuevo plan. Ésta vez aprovecharían las sombras, serían discretas siguiendo las instrucciones de White sobre dónde colocar los Núcleos dentro de las Torrees que funcionaban correctamente.
Aún así, era imposible para las chicas no darse cuenta que su amiga se sentía culpable por usar sus conocimientos sobre las Torres para atacarlas y averiar la Red.
─Honoka ─la voz de Nagisa ayudó a Honoka a salir de su silencio. Notó callada a su novia y sabía porqué. Iban camino a la Torre que les tocó para hacer lo que les tocaba hacer─. Aún piensas en eso, ¿verdad?
─Sí, a decir verdad sí ─se movían entre las sombras ayudadas por los Espíritus, en especial por los de la Luna gracias a Saki, para hacerles pasar tan invisibles a su paso como les fuera posible. Bloom les contó que ahí los Espíritus Lunares eran más fuertes porque la sangre de la Neo Reina Serenity nació en la Luna precisamente. La amable Neo Reina que le dio la mano cuando terminaron la última Torre. Suspiró─. Es complicado luchar contra éste sentimiento de...
─¿Traición? ─completó Black por ella, conocía a su chica. Honoka era honorable, alguien que mantenía su palabra. Incluso si fue en una vida que sucedió y no sucedió, incluso si las Senshi en ese "tiempo" no la recordaban ni la conocían, Honoka siempre cumplía su palabra.
─Exacto ─bajaron el paso al llegar a una calle un poco más concurrida. La ciudad siempre estaba activa, personas pasaban por las calles de día y de noche, una de esas ventajas de tener más vitalidad gracias al Cristal de Plata y las Torres. Lamentablemente, ellas sabían la consecuencia en esa tecnología cuyo principal propósito era ayudar a esa misma gente─. Sé que sucedió y no sucedió, pero fui la primera en dar mi palabra y guardar hasta de mi sombra los secretos de las Torres.
─Lo hiciste en el tiempo que te correspondió, Honoka, ahora es distinto ─Black trataba de ser la razonable ésta vez, le tocaba serlo cuando era Honoka la que necesitaba un piso firme para seguir el camino─. Y lo estás haciendo por el bien de ésta ciudad que nos dio tanto ─la Cure de negro suspiró─. Tal vez en nuestro mundo no podremos tener lo que conseguimos en éste, pero en pago por lo que nos dio, debemos hacer esto, ¿de acuerdo?
Honoka sonrió al recordar aquello. ─Pudimos casarnos ─la emotiva plática no era razón para aflojar el paso, al contrario. En veloz carrera subieron el alto muro de un edificio. Bajo la luz de la Luna, ambas saltaban de techo en techo, invisibles para los sistemas de seguridad, invisibles a los ojos de los ciudadanos que paseaban en las calles.
─Tuvimos una casa hermosa ─Nagisa sonrió con cierta amargura.
─Tuvimos una familia ─agregó Honoka y casi se arrepintió de decirlo. Luego de esa vida que igualmente terminó en la Luz devorando ese mundo y el propio, hicieron un callado acuerdo de no mencionar eso.
Black sabía que Honoka tenía el espíritu débil en ese momento, por eso mencionó a esa familia que hicieron entre ambas. Y no fueron las únicas. Saki y Mai se hicieron de una familia de su propia sangre gracias a la tecnología de Tokio de Cristal. Sus amigas hicieron familias y una vida hermosa, pacífica, libre como no la hubieran podido lograr en su propio mundo.
─Lo sé, aún puedo soñarla... A nuestra niña ─un súbito nudo en la garganta casi hizo perder el equilibrio a Black. Se detuvo en la orilla de un edificio y miró abajo, las calles, las personas, ellas en alguna ocasión caminaron esas mismas calles con esas mismas personas. Sólo atinó a reír para combatir su propia tristeza─. White, mira ─la tomó de la mano e hizo que mirara lo mismo que ella─. Esas personas tienen sus propias familias y las nuestras nos esperan en casa ─pudo sonreír, aunque su sonrisa se notaba rota, quebrada─. Terminemos esto por esas familias y por esas niñas y esos niños que corren, míralos.
White comprendió las palabras de Black y asintió. ─Por nuestras familias que nos esperan ─sonrió─. Tal vez no podamos tener en casa lo que tuvimos aquí, pero...
─Estamos juntas, Honoka, lo estaremos siempre. Y obtendremos todo lo que podamos en nuestro propio mundo con nuestras propias manos ─buscó sus labios en dulce beso y la animó a seguir su camino.
Por otro lado, Rouge y Dream ya estaban dentro de la Torre en turno colocando el Núcleo de Plata envuelto en una protección improvisada que Honoka les ayudó a preparar. Justo debajo del otro Núcleo, exactamente a cuatro metros de distancia, ni un centímetro más ni uno menos. Y les parecía casi cómico que White recordara con precisión milimétrica cada detalle de esas torres, incluso si ella estuvo en su construcción en su más larga (y tercera) incursión en Tokio de Cristal, hacía "bastante tiempo" de eso, por decirlo de alguna manera.
─¿Ya son los cuatro metros? ─preguntó Dream mientras Rouge medía, tenían que colocar una base que hicieron con lo que encontraron. Por suerte tenían mucha chatarra a la mano en su escondite.
─Sí, justo los cuatro, ésta es la marca que ella nos dijo ─entre ambas comenzaron a asegurar la base─. Por cierto, estabas inquieta durante tu siesta en la tarde. ¿No soñaste nada malo?
─No, nada malo en realidad ─Dream suspiró y miró a su amiga de la infancia con sus ojos llenos de amor─. Soñé contigo...
─Oh, eso ─Rin sabía de qué hablaba. Suspiró también. No dejaban de trabajar, por cierto, pero los recuerdos de "esa vez" le asaltaron la cabeza a la pelirroja─. Entonces no soñaste tan mal ─rió─. Yo también nos sueño a veces.
─Eso... Eso fue lindo ─y se mordió un poco la lengua para no decir los detalles de su sueño, cuando hacía eso siempre terminaba triste porque eso pasó y no pasó─. Saber que siempre vamos a amarnos sin importar las circunstancias ni los modos es lindo ─que durante esa larga estadía en Tokio de Cristal terminara saliendo con Rin sonaba bastante loco, pero con el paso del tiempo todo tuvo sentido.
─Tú sabes que te amo y siempre he pensado que eres linda ─comentó Rouge. Terminaron de fijar la base y cuidadosamente colocaron la esfera con el Núcleo de Plata.
─Y sabes que también te amo ─respondió Dream─. No puedo recordar todos los detalles de esos tiempos, salvo que fue lindo estar contigo y seguir contigo aún después de... Bueno...
Lo suyo, una relación romántica temporal en esa larga incursión no funcionó y no por falta de química. En algún momento los besos se sintieron de más, estar juntas siempre fue cómodo, pero no pasó demasiado para que ambas supieran que eso no era lo que estaban buscando. Siguieron juntas, claro. Pese a no tener sus recuerdos "normales" por ese entonces (por tanto no había ningún Coco en sus vidas) y pensar en serio que eran ciudadanas de Tokio de Cristal, de alguna manera el corazón de Nozomi sabía lo que sentía por Rin.
─Lo sé. Yo tampoco recuerdo los detalles completos, a veces se mezclan con los otros viajes y no puedo distinguirlos, pero... Sí sé que siempre estaremos juntas.
─Y regresaremos juntas a casa, tenlo por seguro ─la Cure de fuego suspiró─. Necesitaremos terapia luego de esto, en serio.
Nozomi se echó a reír al ver el gesto de cansancio de Rin, era más cómico que serio en ese momento. Besó su mejilla a manera de confortarla un poco, Rin sonrió.
─Vayamos juntas a terapia, quizá nos hagan descuento de dos al precio de uno ─y sonrió con aires de éxito cuando Rin soltó una carcajada─. Hey, es una buena idea.
─No creo que nos hagan descuento por eso, pero sí, necesitaremos tratar esto juntas o en serio nos volveremos locas ─terminaron lo que estaban haciendo ahí y rápidamente salieron de la Torre para sellar el agujero por donde entraron. Entre menos pistas dejaran, mejor. De todas las esferas que tenían, decidieron plantar cinco en otras torres, una esfera por pareja, sólo eso, así tendrían un par por si las necesitaban y no tendrían tanta Luz acumulada en su escondite.
De inmediato tomaron su camino al bosque. Debían volver rápido antes de que la protección espiritual se debilitara y algo o alguien las notara.
─Oye, Rin ─le llamó sin detener el paso.
─¿Qué pasa, Nozomi?
─¿Puedo besarte? Quiero hacerlo al menos una vez sin que lo olvide después ─hizo la propuesta con una sonrisa y un ligero rubor en las mejillas que se podía a pesar de su veloz carrera.
Las mejillas de Rouge se pusieron tan rojas que hacía honor a su propio nombre. Y aceptó, se lo dio a saber con un movimiento de cabeza. ─Pero esperemos a llegar al escondite, ¿de acuerdo? En serio no quiero que una de las Senshi nos salte encima en un momento así de... Vulnerable.
─¡De acuerdo! ─dijo Dream felizmente. Al menos en su propia realidad quería sentir esos labios que recordaba cálidos en sus memorias que sucedieron y a la vez no─. No te molesta la idea, ¿verdad?
─No, para nada. Sabes que te amo, Nozomi ─sonrió─. Darte mi primer beso real no es mala idea.
Para Nozomi no era el primero pero no tenía porqué entrar en detalles. Su amiga de toda la vida sabía eso.
Por su lado, Bloom y Egret ya iban de regreso de dejar la esfera que les tocó. Lamentaban no poder quitarse la transformación y andar tranquilamente por esas calles que conocían demasiado bien. Tenían que ir por detrás de edificios, por debajo de puentes y las orillas de caminos solitarios, lo que fuera por pasar desapercibidas considerando sus coloridos uniformes. En cierta manera agradecían no haber tenido encuentros aún con las Senshi, eventualmente volverían a toparlas y esperaban que eso sucediera cuando tuvieran que enfrentar juntas a cualquiera fuera la forma que tomara la Luz, cuando sucediera el corto circuito que Honoka calculó y que todas esperaban impacientemente.
Ésta vez debían ser más meticulosas, más discretas y no provocar un caos general como las veces anteriores.
─¿Sabes? Me gustaría poder pasear por Tokio de Cristal una vez más ─comentó Bloom─. De verdad y sin que deba ser con uno de estos viajes en el tiempo.
─Lo haremos cuando podamos cumplir con nuestra misión. Podremos regresar como Lady Pluto nos dijo y lo haremos en paz ─respondió Egret con una sonrisa─. Un paseo suena bien, sólo uno antes de volver a nuestro mundo ─porque básicamente no pertenecían ahí, eran sus queridas Michiru y Kaoru, junto con Hikari, quienes les permitían estar ahí sin que su estabilidad y estructura molecular se viera en peligro. Eran universos paralelos después de todo, pero con sus propias leyes como se los explicaron más de una vez.
─Ojalá en nuestro mundo se pudiera hacer lo que sueño que hicimos aquí ─las memorias de Bloom eran difusas, estaban mezcladas pero recordaba muy bien a dos niñas en sus brazos. Esas podía recordarlas a la perfección aunque no hubiera voces ni otra cosa en sus memorias mezcladas. A veces en sueños las veía con más claridad, pero esos sueños vívidos se iban como bruma matutina al despertar, sin dejar más rastros que humedad en sus ojos.
─Creo que eso es algo que todas extrañaremos ─dijo Egret con un gesto agridulce, una sonrisa triste que trató de quitar de inmediato─. Cuando volvamos a casa... Hay que mudarnos juntas, Saki ─su Saki estudiaría Administración y tomaría cursos de cocina para mejorar sus habilidades como panadera, para poder ayudar de manera más activa con la panadería de la familia. Ella misma estudiaría en Artes Visuales en una universidad local.
Era la primera vez que se planteaba esa posibilidad en su propia realidad y siendo ellas mismas. En sus cabeza sonaba a algo que ya habían hecho al menos una vez, pero ésta vez era real, tan real como para hacer sonreír a Saki de esa manera grande y enorme tan suya.
─¡Me encanta la idea! No tendremos que abandonar el pueblo, hay unos lindos sitios donde podremos estar bien... O... O puedo mudarme contigo ─dijo entre gestos de entusiasmo. La casa de los Mishou se sentía más vacía desde que el hermano mayor de Mai se mudó a Tokio para estudiar todo lo que necesitaba para ser el astronauta que quería ser. Hacía un par de años de eso.
─Esa idea me gusta más, ¿lo discutimos mejor cuando volvamos a casa? ─tener más razones para terminar con eso y volver de una pieza siempre era un gran incentivo.
─¡De acuerdo! ─tomó un hondo respiro. Enlazarse con los Espíritus de ese mundo para pedirles protección y ayuda era cansado, sobretodo porque las fuerzas naturales de ese mundo estaban enlazados naturalmente a las Senshi. Y afortunadamente, los mismos Espíritus eran conscientes del peligro y por eso mismo les echaban la mano y no permitían que las Senshi las percibieran por medio de Ellos─. Ah, ya me está dando hambre, Mai, y debo confesar que comer sólo fruta no me llena el estómago.
Mai sabía que estaban quemando mucha energía de sus cuerpos, necesitaban un extra que no les dejase un hueco en el estómago, experimentaba lo mismo que Saki. Era cansado estar en comunión con los Espíritus de Viento cuando ellos, ahí, eran aliados de la poderosa Sailor Uranus. ─Trataremos de conseguir algo más... Pesado para comer, apuesto a que las demás también se sienten bajas de energía ─considerando que Nozomi y su equipo tenían el apetito de cuatro hombres grandes, cada una. Y ni qué decir de Nagisa.
─Aunque no sea carne, algo de pan estaría bien ─suspiró─. Muero por un choco-korone hecho por papá.
─Y los comeremos, ya verás. Sólo aguantemos un poco más, Saki ─y aprovechando una breve pausa, besó su mejilla.
Saki sonrió.
Continuará...
