Slade

Esta historia no es mía; fue escrita por Laurann Dohner. Esta es una adaptación (sin fines de lucro) de su trabajo con personajes del anime/manga Fairy Tail, creados por Hiro Mashima. Esta es la segunda novela de la larga saga de Nuevas Especies. Algo interesante de esta saga es que no necesariamente tienes que seguir el orden para entender lo que está pasando, aunque si lo haces, puedes comprender mejor la historia de algunos personajes.

Espero que disfruten la historia tanto como yo y si es así, los invito a leer la novela (Slade) en su idioma original, inglés, ya que tengo entendido que no se ha traducido de manera oficial al español.


***Advertencia***

El contenido de esta historia es fuerte, contiene escenas de sexo y violencia, tanto explícitas como implícitas. Lean bajo su propio riesgo.


Actualizaciones los miércoles y domingos


Capítulo Cinco

Gray miró el campamento. Los humanos estaban más cerca de lo que deseaba, pero lo suficientemente lejos como para asegurarle que no los atraparían tan rápidamente. Deberían mantenerse en movimiento durante toda la noche, pero Juvia no era una nueva especie. Su cuerpo humano era más débil y tenía que descansar.

No se había quejado, pero él había notado su fatiga. Tenía que admitir que se sentía orgulloso de ella por lo bien había manejado la situación. Los seres humanos no eran muy duros, pero ella había sido muy valiente. Le hacía quererla más.

Su verga finalmente se había ablandado lo suficiente para que se pudiera mover sin sentir dolor. Apretó los dientes. Casi se la había follado en la tierra. Se habría convertido en el animal que probablemente ella pensaba que era. El sabor dulce de su piel y el sentirla contra su cuerpo, le habían vuelto loco. Ella se merecía más que un polvo rápido en el suelo. Puede que tuviera genes de animal, pero no lo era. Las hembras humanas esperaban ciertas cosas de los hombres. Una cama suave, un ambiente romántico y tal vez unas velas. Prefería sufrir el dolor de su erección antes que permitir que sus instintos y deseos le hicieran hacer algo de lo que después ella se arrepentiría.

Tenía que mantener el control hasta que estuvieran a salvo. Una vez que regresaran a Fairy Tail, seduciría a Juvia, la metería en su cama. Él se tomaría su tiempo e iría despacio y exploraría cada centímetro de su cuerpo, hasta que su necesidad por él fuera tan fuerte como lo era la suya. Entonces él haría el amor con ella. Con suavidad y haría todo lo posible por fingir que podía ser más humano de lo que era.

Olfateo el aire, el olor del humo casi le hizo estornudar, poco a poco se alejó de la zona. Había dejado a Juvia más tiempo de lo que había pretendido hacer. Tenía que asegurarse de que tenía su deseo bajo control antes de tocarla de nuevo. De lo contrario se olvidaría de todas sus buenas intenciones.

Había sido un culo cuando su cuerpo se había acurrucado contra el suyo. Pero ella se merecía a un hombre que pudiera respetar sus necesidades humanas. Y sabía que ella querría hacer el amor en una cama.

Tendrían que salir antes del amanecer. Que Juvia estuviera en peligro no era aceptable para él. Jellal ya habría enviado a su equipo en su busca. Los seres humanos esperarían a que saliera el sol para enviar a un equipo de rescate, pero las nuevas especies ya les estarían buscando. Él estaba seguro de eso.

Él la vio acurrucada en el suelo y un gruñido se elevó en su garganta que tuvo que ahogar. Ella estaba pasando frio. La había dejado sola demasiado tiempo. ¿No podía hacer las cosas bien cuando se trataba de ella? Parecía que no. Aceleró su paso con la necesidad de calentarla y asegurarse de que ella sobreviviera la noche

Cálmate, ordenó a su cuerpo. No la asustes.

Escuchó el crujido de las hojas y se tensó, pero no se movió. Su miedo se disparó cuando vio que algo se movía cerca de ella. Era grande, un hombre y estaba cerca.

"Estaremos bien," anunció Gray suavemente mientras se acostaba a su lado.

Quería llorar, él había vuelto sano y salvo y no la había abandonado. Se tragó un sollozo. Ella parpadeó con fuerza las lágrimas que llenaban sus ojos. Gray se tendió boca arriba junto a ella y respiró profundamente.

"Acércate a mí," exigió. "Hace frío."

Juvia no habló, tenía demasiado miedo de que su voz revelara su estado emocional. Ella sólo se quedó de lado, escuchando su respiración.

"Está bien. No lo hagas " su voz le dijo que le había molestado. "Buenas noches."

Pasaron unos minutos y el ritmo de su respiración le dijo que probablemente estaba durmiendo. Esperó unos minutos más para estar segura y después se acercó a él. Tenía las manos detrás de la cabeza como si fueran una almohada. Pego su cuerpo contra su costado y apoyo la cabeza en su brazo. Él estaba muy caliente. Ella se estremeció y apretó su cuerpo más contra él. Ella puso una mano sobre su estómago. De repente, el cuerpo de Gray se tensó y Juvia se quedó inmóvil, su corazón se aceleró.

"¿Tienes frio Doc.?"

Ella vaciló. "Me estoy congelando. "

Él suspiró. "¿Ves lo que quiero decir cuando digo lo molesta que eres?" Puso su mano sobre la mano que ella tenía en su estómago. Luego la empujó hacia abajo, hasta que cubrió su verga.

"¿Sientes eso?"

Juvia intentó retirar la mano de sus pantalones, pero la de él se lo impidió. Le apretó la mano contra él.

"¿Quieres entrar en calor, Doc.?"

Ella apretó los dientes. "¿Quieres soltar mi mano?"

"Tócame."

"Vete a la mierda."

Él se rio entre dientes. "Yo te tocaría a ti, dulzura. Pero tendríamos un problema con eso. Gritarías muy alto y nos están persiguiendo. Les harías saber dónde estamos. Si te acercas tanto a mi para mantenerte caliente mientras duermes, yo no dormiré demasiado. No podré porque me excitas demasiado."

"Eres un idiota. "

Él se echó a reír. " Prefiero oír tus gritos de placer que de dolor. Pero eso significaría que les mostrarás nuestra ubicación. "

Su boca se abrió. "Tú... tú …"

"Te dije que las de los humanos son más pequeñas y estrechas. Pero soy un hombre coño. Ahora o me tocas o aléjate."

"Suelta mi mano."

No lo hizo. La frotó contra él. "¿Ves? No está mal, ¿verdad? Yo diría que no es tan difícil Doc. "

Juvia se cabreo. "Está bien. ¿Quieres que me encargue de tu problema, Gray? "

Él vaciló. "No te aconsejaría que me hicieras daño Doc. " Levantó la mano de la de ella inmediatamente.

Juvia le agarró con firmeza la verga gruesa y dura a través de sus pantalones. Se sentía impresionante. Ella se sentó y empezó a abrirle el pantalón. Gray se tensó a su lado.

"¿Qué estás haciendo?"

"Quieres que te toque, ¿no? Te voy a tocar Gray pero para hacerlo tengo que abrirte los pantalones."

"Permíteme," gruñó en voz baja. La diversión había desaparecido de su voz.

Juvia apartó las manos. Gray se bajó la cremallera. Apenas podía verlo. Él levantó las caderas y se bajó los pantalones hasta la mitad del muslo. Juvia no podía ver mucho, pero sabía que Gray había liberado la verga de su pantalón.

Ella la miró. Era larga y gruesa, tal y como la había sentido. Ella vaciló, la idea de tenerla dentro de su cuerpo, si es que alguna vez tenían relaciones sexuales, le dio un poco de miedo. Él era más grande que cualquier hombre que hubiera conocido. Ella había tenido unos pocos amantes pero ninguno de ellos podía compararse con él.

"¿Doc.? Tenemos que dormir un poco antes de seguir adelante. " Su voz era un gruñido suave. "Voy a subirme los pantalones. No debería haber hecho esto. Lo siento. Estoy siendo un bastardo. Estaba medio dormido y un poco cansado. "

La mano de ella tembló ligeramente antes de cerrarla alrededor de la verga de Gray. Le oyó coger aire. Él estaba bien duro y caliente. Su piel era suave. Dejó que sus dedos y la palma exploraran su verga. Gray gimió.

"Se siente tan bien," se quejó.

La Ira de Juvia se esfumó y su cuerpo se excitó. Le gustaba tocarlo. Se mordió el labio y envolvió la otra mano en la base de la verga de Gray.

"Eso es bueno, Doc. "

"Juvia," le ordenó en voz baja. "Llámame por mi nombre o me detengo. " Ella agarró su eje con mayor firmeza y subió la mano hasta la corona de su verga.

"Juvia," se quejó. "Eso se siente tan bien. "

"Me gustaría tener aceite. "

"A mí también, doc."

Apartó las manos de él. "Mi nombre es Juvia. Úsalo."

Gray se sentó. "¿Quieres que use tu nombre?"

"Sí."

"Está bien. " Él se apartó, se empujó los pantalones y los calzoncillos hasta los tobillos y se abalanzó sobre ella. Juvia se quedó sin aliento cuando él la agarró. La puso sobre su estómago, la agarro de las caderas y la levantó hasta que quedo de rodillas.

"¿Qué estás haciendo?" sintió un poco de miedo pero no le rechazo.

"Pon tus piernas entre las mías," gruñó en un tono áspero, abrió los muslos para hacerle espacio a ella.

Juvia volvió la cabeza. "¿Por qué?"

"Hazlo," dijo con voz áspera. "Ahora, Juvia."

Su corazón empezó a latir con fuerza. Ella tenía una idea de lo que quería hacerle. Ella puso sus piernas entre las suyas. Gray le sujetó la cadera con una mano y deslizó la otra mano por delante de su cuerpo. Ella se tensó y su respiración se agitó cuando Gray empezó a desabrochar sus pantalones. Su pecho se apretó contra su espalda y su aliento le rozo la oreja.

"Te voy a follar, Juvia. " Gruñó cuando lo dijo. "Me voy a meter tan profundamente en tu coño que te darán ganas de gritar mi nombre, pero no puedes. ¿Crees que podrás contenerte?" Él le bajo los pantalones y las bragas hasta los muslos.

Juvia deseaba a Gray. "Sí."

Gruñó, deslizó una mano bajo la camisa y le bajo la copa del sujetador. Agarró el pecho desnudo y lo apretó suavemente.

"Inclínate para mí, Juvia. Te voy a follar como quise hacerlo la primera vez que te vi. Me vas a sentir muy profundo y estoy seguro de que serás como un puño alrededor de mi verga. Tendré que luchar para moverme dentro de ti. "

Ella puso las manos en el suelo. Nunca, ni en un millón de años pensó que iba a tener relaciones sexuales con un hombre en el medio del bosque sobre sus manos y rodillas. Por otra parte, ella nunca pensó que iba a desear a nadie tanto como deseaba a Gray. Su cuerpo gritaba por él, le quería dentro de su coño. Él era muy grande y ella muy estrecha.

Gray metió una mano entre sus muslos y le acarició con firmeza el clítoris. Ella estaba muy húmeda. Ella gimió cuando sus dedos la exploraron desde el clítoris hasta el ano. Empujó el dedo lentamente dentro de su coño, la sensación de su grueso dedo empujando dentro de su sexo, era increíble. Juvia arqueó la espalda ante el placer que la atravesó.

"Estas mojada, Juvia. Y tan jodidamente apretada. Sabía que te sentiría así. " Gruñó suavemente mientras retiraba el dedo de su interior y trazó los labios de su coño antes de apartar la mano.

"¿Gray?" Ella tenía miedo de que cambiara de opinión y parara. Le dolía todo el cuerpo.

"No puedo esperar a estirarte más con el dedo, necesito estar dentro de ti. Lo siento, tengo que follarte ahora mismo o voy a morir." Apretó la corona de su verga en la entrada de su abertura vaginal. Su mano dejo su pecho y la agarró de las caderas, con ambas manos. "Tranquila, dulzura. Puedo controlarme todavía. Seré suave contigo. Eres tan estrecha que temo hacerte daño y no quiero eso."

Juvia se mordió el labio mientras Gray presionaba la punta gruesa de su verga contra su coño. Ella casi jadeó por lo mucho que le dolía. Su verga la penetro lentamente deslizándose dentro de ella una pulgada y luego empujó más. Su eje era ancho y su sexo se estiraba para acomodarlo. Juvia quería más y empujó contra él. Él la inmovilizo de las caderas.

"Gray," suplicó.

"No te muevas," exigió. Con la mano izquierda la sujetó de un pecho y levantó hasta que los dos quedaron de rodillas, su espalda se apoyó firmemente contra su pecho. "¿Lista Juvia?" Le tapó la boca antes de que ella pudiera responder y la penetró profundamente, con fuerza. Juvia gritó en éxtasis.

La mano de Gray amortiguó el sonido. Empezó a follarla rápido, duro y profundo. Él se condujo dentro y fuera de su coño con unos salvajes embistes que la llevaron a la locura. El placer cada vez era mayor, casi insoportable. y sabía que iba a correrse. Había fantaseado con esto durante mucho tiempo y la realidad era mucho mejor que cualquiera de sus fantasías. Sólo el sentir su verga dentro de ella era suficiente para hacer que se corriera.

La mano alrededor de su pecho se deslizó por su cuerpo y se metió entre sus muslos. Los dedos de Gray le frotaron firmemente el clítoris mientras la follaba más duro por detrás. Ella volvió a gritar contra su palma, jadeo y apretó los músculos vaginales alrededor de su gruesa verga.

"Follarte," gruñó en voz baja. "Es tan jodidamente increíble. "

A Juvia ni siquiera le importaba que Gray tuviera la mano sobre su boca. En ese momento no le importaba si podía respirar o no. Nunca había sentido algo tan bueno. El placer sexual se hizo más intenso a medida que Gray bombeo más rápido dentro de su cuerpo, la penetraba con tanta fuerza que casi se la levantaba del suelo. Gray se hinchó en su interior y ella gritó con el clímax.

Los músculos interiores de ella apretaron su verga y Gray perdió el control. Gray le mordió el hombro mientras se corría en su interior y sacudió las caderas violentamente contra su culo. Juvia pudo sentir el calor de su semen mientras la llenaba. Gray abrió la boca y le soltó el hombro. Se sentía tan bien que no le importo que él la hubiera mordido. No le importó el dolor. Se sentía muy cercana a Gray mientras sus cuerpos seguían unidos. Realmente disfrutaba de la sensación de tenerle en su interior y deseo quedarse así por mucho tiempo.

"No te muevas, Juvia. " Gray finalmente consiguió controlar la respiración. "Te dolerá si trato de salir de tu interior. "

"Lo sé," suspiró ella. "Te hinchas durante el sexo. Es cosa de la nueva especie. "

"Todos los chicos se hinchan para poder tener sexo. " Él se rio entre dientes. "Nosotros nos hinchamos en la base de nuestros ejes justo antes de corrernos y permanecemos así unos minutos después del clímax. "

Un horrible pensamiento golpeó a Juvia. "No tienes agujas, ¿verdad? Dios. Dime que unas pequeñas agujas no están dentro de mí en este momento. Algunos animales tienen esa característica. Sé que eres canino, pero ¿estás seguro de que no te mezclaron con nada más? "

Se echó a reír y su pecho tembló contra su espalda. " No. Yo no tengo agujas. Eso sería un infierno, ¿no crees? "

Ella se relajó. "Más o menos. "

Gray metió la mano bajo su camisa y acaricio sus costillas. "Me encanta estar dentro de ti. "

Juvia volvió la cabeza contra su pecho. "Me encanta que estés dentro de mí. Caray Gray."

Él se echó a reír. "Me alegro de que estés disfrutado esto. "

"No sólo yo. "

Él lamió su hombro. Juvia volvió la cabeza hacia Gray. "¿Por qué me lames?"

Gray pasó la lengua por su piel una y otra vez, era una sensación extraña, pero no desagradable. Sólo extraña.

"Te rompí la piel. Lo siento. Supongo que lo hice por guardar silencio. Te mordí para no aullar. " Él la lamió de nuevo. "Se sentía tan bien y estás tan apretada que perdí el control de mi mente. Tuve que luchar para aguantar hasta que tú te corrieras. Era demasiado bueno sentir como tu coño me apretaba. Tu sabor es delicioso. Ummm. "

"¿Crees que mi sangre tiene buen sabor?"

Él se rio y lamió su hombro. "Sí, tu sabor es realmente bueno. "

"Basta. ¿No tendrás el impulso de tomar un bocado de mi ¿verdad? "

Ella se apartó de su boca. Todavía había mucho que no sabía acerca de las nuevas especies. Sabía que podían comer carne cruda, que algunos de ellos continuaban comiéndola después de adquirir el hábito dentro de las celdas. ¿Comían carne humana? Ella experimentó un poco de miedo ante ese pensamiento.

"Eso suena divertido."

"Tú no te comes a las personas ¿verdad?"

Gray echó a reír. "No es tu hombro lo que me gustaría comerme Juvia. Aunque estoy seguro que no estaría mal tampoco. " Su risa murió. "Creo que me he relajado lo suficiente para tratar de separarnos. Necesitamos dormir un poco. Tenemos que escapar de esos hombres. Me subí a un árbol cuando registré el perímetro hace un rato. Están a dos montañas. Los idiotas encendieron un fuego. Les haría una visita que seguro que lamentarían si tuviera la seguridad de que estarías a salvo al quedarte sola. "

"¿Quieres matarlos?" Ella no se sorprendió por su declaración.

"Inclínate hacia delante dulzura. Y relaja los músculos. "

Él ignoró su pregunta. Ella asintió con la cabeza y se inclinó, obligó a su cuerpo a relajarse. Gray se retiró lentamente de ella. Pudo sentir cada centímetro de su verga todavía rígida mientras él se retiraba de su coño. Su cuerpo se estremeció, aún sensible. Gray se rio entre dientes mientras se alejaba de ella.

Juvia se volvió después de que se enderezara la ropa y se subiera los pantalones. Gray se arregló su propia ropa y se tumbó de espaldas en el suelo.

"Ven aquí, Doc. Usa mi pecho como almohada y acurrúcate a mí. Te ayudará a mantener el calor si metes una de tus piernas entre las mías. "

Ella suspiró mientras se arrastraba hacia él y se acostó con Gray. Él era grande y cálido. "¿No puedes llamarme Juvia ahora?"

Su cuerpo se estremeció bajo su cara mientras se reía. Uno de sus brazos se deslizo alrededor de su cintura. "Nop. Yo sólo te llamo Juvia cuando estoy dentro de ti. "

Ella negó con la cabeza. "Pelmazo."

Se echó a reír de nuevo.

Todas las buenas intenciones que tenia se esfumaron cuando había sentido a Juvia apretada contra su cuerpo, aunque no lamentaba lo que había pasado entre ellos. Le avergonzaba el poco control que tenía cuando se trataba de su doctora sexy. Sólo tuvo que ponerle la mano en el estómago para que su verga volviera a la vida. La sangre le había corrido de una cabeza a otra. Había perdido la capacidad de pensar. La había follado como un animal.

Se pasó la lengua por los colmillos. El sabor de su sangre aún permanecía allí. Ignoró como su verga se endurecía una vez más. Giró la cabeza lo suficiente para rozar la nariz contra su pelo. Su olor le llamaba y lo volvía loco. Los sentimientos posesivos se agitaron en su pecho. Él la había marcado, con sus dientes y con su semen. Solo le preocupaba el no poder mantenerla a su lado.

Ella era una humana inteligente, una doctora y ¿qué podía él ofrecerle? ¿Sexo? ¿un acoplamiento con palabras fuertes y sexo animal? Gray cerró los ojos fuertemente. Ella se merecía más que eso. Él no era el tipo de hombre que ella querría que la reclamara.

Maldita sea. Probablemente creería que era un idiota. Se lo había ganado por la forma en la que le había exigido que le tocara. Él la necesitaba y el deseo que había sentido se hizo más fuerte, hasta que solo pudo pensar en follarla.

Su respiración le aseguró que ella dormía. De lo contrario la estaría follando durante horas.

Él realmente deseaba tenerla desnuda debajo de él, quería lamer cada centímetro de su piel.

La idea de abrirle las piernas y devorar su coño, le hizo babear. Él tragó saliva. Quería oler su deseo y escucharla gritar su nombre mientras él lamía la crema de su clímax. Su verga le empezó a doler. Él estaba duro como una roca de nuevo, como si no se hubiera vaciado dentro de ella.

Ella le afectaba de maneras que no podía controlar. Prometió que intentaría ser un mejor hombre para ella. Primero, sin embargo, tendría que mantenerla con vida. La rabia rugió en su interior cuando pensó en los hombres que amenazaban a su mujer. ¿Mía? Maldita sea. La quiero y solo deseo que ella sienta lo mismo.