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Hola queridos lectores
les dejo un nuevo capitulo de mi fic :D
espero que les guste
recuerden darle al botoncito
ustedes me alientan a seguir escribiendo ;D
saludos desde CDMX
mil gracias por leerme y sus hermosos reviews que me animan
Atte Serenity Moon
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CAPITULO 6 PELEA DE HERMANAS II
ENTRE EL CIELO Y EL INFIERNO I
Cada pétalo caído sobre la delgada línea, me acaricia suavemente y me lleva a un pequeño frenesí entre tu calidez y el frio.
¿Cómo lograr tan increíble combinación entre el dolor y el amor?
Tan suave como un susurro me va acariciando con delicadeza mientras en un baile perfecto me va llamando para poder llegar hasta el cielo donde ya nada mas importa que las campanas sonando y llenándome con su embriagante sonido, incitándome a seguir, seguir ese compas del baile….del cual….
Ya es imposible escapar
Maldito sonido….
Maldito campana de mi corazón
Maldita sea la forma de ser el amor en mí ser.
H.G.P
William miraba a la rubia que estaba dormida en su cama mientras se ponía la ropa.
Realmente había sido exquisito tener a Hilda pero por supuesto que jamás se compararía con tener a Helga.
Esa joven se había convertido en la joya de la familia como en su momento había sido Olga, las únicas dos jóvenes que valía la pena en esa familia.
-¿Te vas?
Hilda se levantó dejando caer su sabana delgada que había usado para taparse, dejando al descubierto el terciopelo suave de su piel, sus senos de tamaño promedio y pezones cafés.
William la admiro un segundo antes de sonreír
-Claro, ¿No querrás que tú hermana o alguien mas me vea salir de tu alcoba o sí?
-Bueno no tienes por qué irte tan rápido –Dijo mientras se levantaba dejando al descubierto la parte de debajo de su cuerpo. –Podrías hacer algo antes de irte –Lo intentó besar pero William se hizo a un lado
-No, fue solamente un momento, déjalo ir y además no es como si realmente hubiera sido tu primera vez
-Lo se –Murmuro la joven separándose –Solo quería darte un poco de lo que creo que te gusta
William se separo por completo –Mira Hilda si me gusto y claro que volverá a pasar pero –Le dio un beso en la frente acercándose –Cuando yo quiera –Y con ello salió de su habitación
Hilda solo le miro con una sonrisa malvada –Claro cuñado –Dijo susurrando para ella
Al final realmente nadie le importaba solamente Lorenzo…y se encargaría de tenerlo.
Claro que si ¿Por qué no?
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Phoebe caminaba tranquilamente por la plaza, intentaba escabullirse un poco de su casa, estaban vueltos locos haciendo ya planes de boda con los Shortman algo que la traía….
Horriblemente mal
Al dar la vuelta choco con alguien por venir tan enfrascada en sus pensamientos, casi pierde el equilibrio de no ser por la otra persona que le sujeto.
-¿Esta bien?
-Si….disculpe no me di cuenta por donde… -Miro a la persona y quedo sorprendida al darse cuenta de quién era –Iba –Añadió temblorosa
El moreno le sonrió amablemente –Señorita Heyerdahl, que bonita suerte de encontrarla –Dijo caballerosamente y Phoebe noto como un tono carmesí aparecían en sus mejillas
-Discúlpeme por haber chocado con usted, es que yo…
-No se preocupe señorita Heyerdahl
-Podrías….podrías llamarme por mi nombre….si…si no es mucha molestia
Ni Phoebe entendió porque le dijo eso ¿Por qué?
Gerald por un segundo la miro sorprendido pero sonrió unos segundos después cuando Phoebe estaba por decirle que lo olvidara.
-Claro que si….si usted así lo quiere claro
Phoebe sonrió –Si
-De acuerdo Phoebe pero también quisiera que me hablara con mas confianza usted también
-Claro que si Gerald
Ambos sonrieron –Y…bueno –Dijo Gerald bastante nervioso -¿Le gustaría ir a tomar algo…? Como bien sabe soy nuevo en la Ciudad y Arnold ha estado muy ocupado últimamente que se olvida de su amigo –Rio un poco -¿Qué dice?
Phoebe sonrió con dulzura y emoción –Por supuesto que si…Gerald
El moreno sonrió mientras le ofrecía su brazo para que la dejara guiar al restaurante.
No se percataron que una joven los miro desde la distancia, con una sonrisa lasciva dio media vuelta para irse a donde se dirigía.
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Helga miraba con una sonrisa dulce a Arnold, aun no podía comprender ¿Cómo es que era su prometido?
Estaban en el baile de compromiso de su hermana, ella había asistido por supuesto, ya que pasaría a ser un miembro de la familia Shortman y claro acompañados por su padre y su hermana Hilda que no quiso volver al convento, por supuesto también de Olga y William pese a la molestia que esto le ocasionaba a Helga. Aunque Arnold no la había dejado un minuto, lo cual agradecía.
Estaba siendo un infierno y a su vez se sentía en el cielo cuando Arnold le miraba, cuando le robaba uno que otro beso cuando lograban estar a solas.
Realmente no le molestaba en absoluto que Arnold le besara pero Hilda estaba mas que dispuesta a torturarla, le coqueteaba mas descaradamente a Arnold y se vestía con mas escotes, por supuesto que Arnold no era ciego pero eso le daba no solamente celos, en su ser la hacia sentir insegura ¿Qué tal si Arnold se decidiera por ella?
¿Qué pasaría con ella?
-¿Qué piensas Helga? –Pregunto el rubio mirándola con curiosidad mientras la halaba hacia una esquina.
Habían estado bailando.
-Nada –Susurro la rubia sonrojada
Arnold le miro con seriedad –Por favor, no has dejado de estar distraída desde ayer ¿Qué ocurre?
Helga suspiro –Amm bueno yo….es que…
-¿Qué ocurre?
-¿Me…me quieres? –Pregunto la rubia sonrojada, realmente no era eso lo que quería preguntar pero no se atrevía a preguntarle algo tan inapropiado
Arnold atrapo un mecho de su cabello rubio que había escapado y lo paso por detrás de su oreja para provocar una descarga eléctrica en ella, posteriormente bajo su mano acariciando con delicadeza su mejilla y sonriendo respondió.
-Eres hermosa Helga –Susurro mientras miraba el tono carmesí que había cubierto por completo su cara –Me enamore de ti desde que éramos niños –Le deposito un casto beso en sus labios
Helga quedo sin palabras
-Arnold –Dijo Hilda acercándose con Rhonda
Helga y el se separaron de inmediato, ya que su burbuja de amor había sido bruscamente rota.
-¿Qué ocurre? –Pregunto el rubio en un tono molesto, que sorprendió un poco a Helga pues realmente nunca parecía enojarse.
-Bueno es que…
-Veníamos a robarte a Helga –Interrumpió Rhonda –Helga querida amiga ahora ya me abandonas por tu prometido ¿Qué será cuando estés casada? Nunca me vas a ver ya
Rhonda puso cara de sufrida y Helga solo rodo los ojos.
Realmente eso quisiera, no verla jamás, pero intento controlarse
-Lo siento
-Vamos Arnold la tendrás para toda la vida ¿Me la permites?
El rubio le miro con cara de pocos amigos, al final ella fue quien puso esas ideas en su mente, esa duda. Además de que tampoco veía tan bien que Rhonda Wellington le llamase por su nombre con tanta confianza ¿Qué pensaría Helga? Que Hilda lo hiciera era una cosa pero Rhonda….
-Claro Señorita Wellington solamente que no es a mi a quien tiene que preguntarle –Miro a la rubia con un cambio radical en su rostro, de ser algo cortante e incluso hostil, cambio a mirarla con dulzura y ternura -¿Quieres ir un rato con tus amigas, Helga?
Ella le sonrió –No por el momento –Miro a Rhonda –Lo siento pero tengo que estar con mi prometido en este momento, ya que viene mi padre para acá
Lo cual no era mentira, Bob se acercaba con los Shortman
Rhonda miro con molestia pero suspiro resignada y se marchó.
-Helga, Arnold –Susurro Stella abrazándolos –¿Qué tal la están pasando hijos?
-Bien mama
-Es una bella fiesta –Susurro Helga mientras sonreía con amabilidad
-Estamos tan felices de que Gloria por fin este teniendo su fiesta de compromiso
-Mañana ya estará más que feliz –Decía emocionada Stella
-Y después Arnold –Dijo un poco triste –Nuestros hijos se nos van
-Debes admitir que Gloria ya tenía que casarse, Miles –Dijo Stella quien había intentado que esa joven se casara desde hace años pero la joven era una empedernida sin remedio
-Aunque tengo entendido que el joven no es de nuestra sociedad ¿Es cierto? –Pregunto Bob tomando una copa
Helga rogo que los padres de Arnold no lo tomaran a mal, para su padre el apellido era algo importante mas que cualquier otra cosa, sabia que de no ser Arnold un miembro de una familia prestigiosa y además también rica, eso nunca hubiera sido. Era un hecho
-No nos importa que no tenga un apellido importante o que se gane la vida de banquero –Dijo Miles sonriéndole –Solo que Gloria sea feliz
Hilda miro con una sonrisa coqueta a Arnold mientras su padre se enfrascaba mas y mas en la conversación, tomando esto a su favor se acerco al rubio para recargarse un poco en él.
-Baila conmigo ¿Si?
Arnold la miro un segundo e inquieto por supuesto por su forma de mirarlo –No…no lo creo, estoy con tu hermana
Helga solo miraba molesta el momento.
-Ella te tendrá para siempre, además a mi hermanita no le molesta ¿Verdad?
Helga y Hilda se miraron, la primera estaba mas que muerta de celos e inseguridad, la segunda con una sonrisa en apariencia inocente pero sabia que no era así.
-Quien debe de decidir eso es Arnold –Le sonrió con ternura al rubio -¿Arnold?
El rubio suspiro –Por supuesto que me quiero quedar aquí –Miro a Hilda con amabilidad –Si quieres bailar puedo decirle a Arnie y creo que le caería bien distraerse la señorita Heyerdahl no vino a este baile y lo tiene algo deprimido
-Pero yo quiero bailar contigo
-No es cortes dejar a mi pareja
-Pero es mi hermana
Helga la miro con molestia –Ya Hilda basta
-Es que…
Miro al rubio –Arnold por favor baila una pieza con ella porque no dejara de comportarse como una niña caprichosa, mientras tanto iré a ver a Rhonda tampoco es bueno hacerle desaires y creo que me comporte un poco mal cono ella
-Esta bien –La beso en la mano –Pero solo será una porque no puedo estar lejos de ti –Helga le sonrió dulcemente
-Claro
Y Arnold la beso sin esperárselo, ella por inercia se separo después de unos segundos porque sus padres estaban cerca –Arnold –Murmuro
-Tranquila, además serás mi esposa pronto –Susurro –Es algo normal –Volvió a darle un beso breve en sus labios para después alejarse e ir con Hilda quien estaba molesta por el espectáculo.
Gracias a dios nadie les había prestado atención o eso pensó la rubia.
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Rhonda miraba a la rubia quien se acercaba a su grupo de amigos, Lorenzo la tomaba de la mano, eran la novedad del momento al igual que Helga, ambas con hombres guapos y ricos a sus pies.
No se había acostado con Lorenzo pero era algo que pronto cambiaria quizás.
Su objetivo no había camb-.-Ñ0Oiado, saber que Helga era un pequeño corderito a merced de los lobos era simplemente algo apetecible para cualquiera, hasta para ella.
-Rhonda –Susurro la rubia seriamente –Lamento mucho lo de hace rato
Rhonda sonrió de lado –Lorenzo ¿Recuerdas a Helga?
-Claro ¿Cómo estas preciosa?
Helga le miro con algo de seriedad y sin regresar el saludo –Por favor llámeme señorita Pataki
Lorenzo se rio al igual que otra joven pelirroja que estaba ahí y un rubio.
-Por favor somos de la misma edad
-Yo lo prefiero así
Lorenzo la miro con molestia –Como gustes
-Bueno y Lila, Brainy les presento a Helga es la hermana gemela de Hilda
Ambos jóvenes la miraron con sorpresa –Vaya que gran parecido –Sonrió con malicia Brainy –Un placer Señorita Helga
Ella solo dio un cabeceo para indicar un saludo, después volvió la mirada a Rhonda -¿Qué era lo que deseabas hace rato?
-Ah claro, bueno chicos esto es solo entre ella y yo, si nos disculpan –Dijo mientras tomaba el brazo de la rubia.
-Rhonda ¿Qué demonios?
La guio hacia un salón vació
-Helga por dios te vas a casar y nunca has vivido ¿Por qué no hacerlo ahora?
Helga le miro y sin franquear le dijo –No sigas con tus cosas Rhonda, eso es…
-Placer –Interrumpió la pelinegra –Te lo vas a perder por ser tan mojigata
Helga rodo los ojos -¿Y que es lo que según tú me voy a perder?
Rhonda se acercó con peligro a la joven –Sentir la pasión o las mil pasiones que puedes tener por una o más personas –Con esto cerro la distancia para intentar atrapar sus labios y con sus manos atrapar sus dos senos, los cuales apretó por unos instantes, Helga había quedado un segundo en schock al acto de la joven.
Casi al instante se separó pero sintió su cara arder. Rhonda la miraba como un lobo en plena caza.
Y por primera vez sintió un miedo atroz, iba a decirle algo pero alguien la interrumpió.
-¿Helga?
Ella solo pensó que era mejor que en ese momento la tierra la tragara, pero no pudo hacer mas que casi correr hacia Arnold para sentirse protegida. No sabia que había visto el rubio pero si se percato que no estaba feliz.
Estoy en el infierno y a la vez en el cielo ¿Cómo es posible? ¿Cómo puede ser que el león nunca se canse de acorralar a sus presas, de lastimar al grado de paralizar con su solo presencia?
Ahora lo acababa de entender.
Rhonda era una leona en celo y ya había escogido su presa.
