Nunca, ningún ser humano lo había visto así a lo largo de su corta vida, su estado físico y emocional, no pertenecían a su existencia. No era él y nunca más lo sería. Su misión con Geto fue un fracaso, no pudieron proteger y mucho menos salvar, al recipiente del plasma estelar y él ahora, la cargaba en sus brazos dentro de esa iglesia de la secta que, ofrecía dinero por su cabeza.

-Por todos los dioses...- dio un paso atrás al verlo en ese estado -Gojo...-

Susurró, llevando ambas manos a su boca. Ella estaba allí, habían ido a recuperar el cuerpo de Amanai. Según le había dicho Geto después de ser curado por Shoko que, Toji Fushiguro lo había matado, pero se encontraba ahí y en pie, como un desquiciado.

-Llegaste justo a tiempo, Suguru- habló a su amigo frente a él -¿Quieres que los mate a todos?- las personas allí, aplaudían al ver al recipiente aniquilado -En este estado, tal vez no sienta nada si lo hago- estaba quebrado y roto, era desgarrador -Hola, hermosa- la divisó detrás y tragó con dificultad -Ella me recordaba a ti- confesó.

-¿De qué serviría?- respondió él, haciéndolo regresar de la locura -Son simples humanos siguiendo un fin común y los que realmente lo hicieron, ya no están aquí- aseguró -No tiene sentido quedarse, regresemos a la escuela-

-Sentido...- murmuró -Nada de esto lo tiene-

-Todo tiene sentido en el mundo de los hechiceros-

Un año después, el verano asomaba por ese mes de agosto y podían divisarse tres personas en el patio de la escuela de Tokio, probando una nueva técnica.

-Allá va...-

Gritaron al unísono, lanzando un lápiz y un borrador hacia él, que detuvo en el aire y que luego capturó con sus manos.

-Bien, puedo hacerlo- afirmó.

-¿Qué diablos fue eso?- reclamó Shoko.

-¿Acaso tu técnica puede elegir automáticamente tu objetivo?- siguió su amigo.

-Sip- les enseñó los objetos en sus manos -En realidad, el objeto de mi técnica era yo y lo que hacia de forma manual, ahora lo hago automáticamente- explicó -Teniendo en cuenta varios parámetros, como masa, peligrosidad, velocidad y forma de los objetos - sonrió, ampliamente -Aunque sería genial poder hacerlo según su toxicidad, pero es muy difícil- su sonrisa, seguía siendo enorme -En fin, ahora puedo mantener mi hechizo sin límites activo y casi todo el tiempo, con el mínimo esfuerzo-

-Si lo dejas activo todo el tiempo, tu cabeza se freirá- volvió a decir ella.

-Si, pero lo compenso con el hechizo de inversión para que eso no ocurra-

Un rayo de luz llegó a él desde uno de sus flancos, pero no logró tocarlo en lo absoluto. Miraron en esa dirección y Dea los saludaba con una mano, mordiendo su lengua con gracia al haber lanzado ese hechizo y siguiendo el camino de sus compañeros, después de que él le lanzara un beso, haciéndola rodar los ojos. Lo había ayudado mucho a perfeccionar su técnica después de lo de Amanai y le estaría eternamente agradecido, aunque partiría a Kyoto después de ese verano.

-Bien- habló al perderla de vista -Ahora sólo me queda trabajar en la teletransportación lejana, pero supongo que puedo hacerlo si tomo la escuela como punto de partida- llevó sus mano detrás de la nuca -Necesitaré una rata de laboratorio para experimentar, Shoko- ella asintió, confusa -Cuando Dea se vaya de aquí, necesitaré teletransportarme hasta Kyoto y tengo que aprenderlo rápido-

Lo escuchaba, pero estaba ido en su mente, pensando en todo lo que había avanzado su amigo en ese último año, al fin de cuentas, Satoru Gojo se convirtió en el más fuerte.

-Gaia...-

Susurró al teléfono y abriendo una pequeña puerta de una armario para esconderse dentro.

-Hola, hermanita-

Respondió del otro lado, andando por el apartamento de su novio con unos simples shorts y la parte alta de su traje de baño.

-¿Por qué susurras?-

-Necesito tu ayuda...- guardó silencio un momento, ya que pasos se escucharon fuera -Gojo está muy intenso este último tiempo y necesito refugio por unos días-

Continuó, cuando los pasos se alejaron y su hermana exhaló una fuerte carcajada.

-Es tu novio, sopórtalo-

Kylar rondaba a su alrededor como un buitre y la besó en la mejilla, cuando pasó hacia la cocina en busca de una soda. Pasarían ese verano juntos, ya que sus padres viajaron a Rumania por vacaciones y la universidad permanecería cerrada.

-Él no es mi novio, Gaia- los pasos volvieron a escucharse -Es sólo un chico con el que me acosté una vez...- se interrumpió -Bueno, muchas veces...- admitió -Pero eso no lo convierte en mi novio- los pasos se acercaban cada vez más y ya sabía de quién se trataba -¡Necesito que me ayudes!- estaba desesperada -¡No tengo a donde ir! ¡Soy su prisionera!-

Susurró y cada vez más exaltada, ya que el pomo de la puerta comenzó a girar.

-No eres mi prisionera y sí, soy tu novio, Dea- afirmó, abriendo la puerta de golpe y asustándola -Tu hermana está exagerando como siempre, Gaia- habló, cuando le quitó el teléfono de las manos -Sólo le cuesta creer que, un hombre tan increíble como yo, esté loco por ella- cortó la llamada y la cargó en sus brazos sacándola de allí -Estamos con los chicos en la alberca y tú te escondes- reclamó, bajándola al suelo -¿Querías ir a Narnia o qué?- apuntó con su pulgar al armario.

-No le escondo de ellos- cruzó sus brazos, girando sus rostro -Me escondo de ti- hizo un mohín con sus labios -Desde que me diste hospedaje en tu casa, no me dejas vivir- volteó a mirarlo.

-Vestida en ese traje de baño de dos piezas color rojo y que tanto te favorece, me es difícil mantenerme lejos de ti- la levantó del suelo, sentándola en uno de sus antebrazos -Y además, cuando regresemos a la escuela, no volveré a verte- apartó sus lentes de sol para verla a los ojos -No me quites ese privilegio-

-Quiero mi espacio, Gojo- rodeó su cuello con ambos brazos -Sólo eso...- comenzó a caminar a la alberca y con ella aún en su brazo -Puedes corretear con Shoko y Yuu por ahí, mientras yo charlo con los chicos, tranquilamente, sin que estés tú-

-Bien, es un trato justo- la besó en la mejilla antes de bajarla al suelo -Pero, por otro lado...- la empujó, arrojándola al agua -A nadar-

-Satoru...- habló Geto a su lado después de unos minutos -Creo que, no sabe nadar-

Ella no salía a flote, había caído al fondo como una piedra.

-¡Rayos! ¡Lo olvidé!-

Se arrojó al agua, al igual que todos, para intentar salvarla después de su estupidez.

-¿Nos pasaremos todo el verano aquí?-

Habían bajado el colchón al suelo y disfrutaban del aire acondicionado, tendidos allí, mientras él le besaba en cuello ubicado entre sus piernas.

-Yo estoy muy cómodo- tocó las ligas del sostén de su traje de baño, bajándolo un poco -Es más, sin esto estarías más fresca-

-Hace mucho calor, Kylar- intentó apartarlo y quitarlo de encima -En la noche te prometo que lo compensaré- sonrió al verlo a los ojos -Te prometo que...-

La besó sin darle tiempo a oponer resistencia, pero su teléfono, timbró.

-Maldita sea- murmuró, atendiendo la llamada -Hola...- habló molesto, mientras ella acariciaba su espalda con la punta de sus dedos -No, mamá, estoy bien...- sus ojos brillaron al escucharla -Lo siento, pensé que eras alguno de los estúpidos del clan o papá- la miró por un segundo y separó sus labios con uno de sus pulgares, ya que estaba mordiéndolos -No iré, Gaia está aquí y no voy a ningún lado sin ella- asintió -Lo lamento, pero pasarán mucho tiempo sin verme- guardó silencio -No cambiaré de actitud, si él tampoco lo hace- bajó su rostro, abrumado -Algún día tendrá que aceptar relación que tengo con mi novia- besó la palma de su mano cuando le apartó el cabello del rostro -Yo también, adiós mamá- apagó su celular -¿En qué estábamos?- volvió a su posición anterior.

-En que querías que me quitará esto-

Desprendió su sostén sin dejarlo caer y él sonrió como un depravado, poseyéndola, como tanto le gustaba.

-¡Despierta!- le daba respiración a boca a boca -¡Despierta! ¡Lo siento!-

Ella escupió agua y él la incorporó con un brazo. El golpe que recibió en la cabeza al caer, la dejó inconsciente dentro de la alberca.

-Eres un estúpido- habló entre ahogos, siendo aferrada con una mano rodeando su cabello -Eres un estúpido, Gojo- repitió, intentado respirar -No sé nadar-

-Lo olvidé, lo siento- besó su sien con culpa -Lo siento, mi amor- la arrulló con ternura -Soy un idiota, perdóname-

-Curo los declives del tiempo- tocó el golpe es su cabeza, sanándolo -Me sale genial el estilo piedra, ¿No creen?- dijo broma y tratando de tranquilizar a todos, que suspiraron aliviados -Nunca aprendí a nadar, Rumania es un país muy frío e íbamos poco a la playa- intentó incorporarse, pero él, no la dejó -Te juro que estoy bien- titubeó sin querer soltarla -Gojo, quiero espacio- pidió de nuevo.

-Bien- bufó cargándola y sentándola en un camastro bajo la sombra -Se las encargo- ordenó a Mei y Utahime, esta última, lo asesinó con sus ojos oscuros sin decir nada -Dame eso- le quitó el libro a Nanami que estaba leyendo -No toques sus cosas- advirtió con un dedo y se lo dio a ella -¡Hola!- habló al teléfono -Habla Satoru Gojo, quiero...- contó con los dedos a todas las personas presentes allí -Tres kilos de los sabores de siempre y...- miró a la chica que era su universo allí, cubriendo el auricular -¿Qué sabores de helados quieres, mi amor?-

-¿Arándanos y fresas?- respondió confundida.

-Y medio kilo más de arándanos y fresas- escuchó la respuesta -Bien y que sea rápido, tengo una mujer herida aquí que tengo que consolar- cortó, arrojándose al agua -Shoko, sube a mis hombros, les daremos una paliza a estos dos-

Señaló a Geto y Yuu, que estaban preparados para pelear vencidas en el agua.

-¿Qué haré con medio kilo de helado para mi sola?- preguntó retórica a las personas junto a ella -Él quiere arreglar todo con comida- le devolvió el libro a su amigo.

-Es un idiota- habló Utahime -Lo odio, me estresa de sobremanera-

-Y yo que creía que, estaba enamorado de ti, Utahime- aseguró su compañera allí -Siempre te decía, "Mi Utahime"-

-¡No digas eso! ¡Que asco!-

Su cara era todo, menos la de una buena expresión. Rió a carcajadas al escucharlas, pero su semblante cambió por completo, al comprender que podría haber sido Utahime la desdichada, en vez de ella.

-¿¡Por qué me persigue la desgracia!?-

Exclamó al mundo, cubriendo su rostro. Por suerte, el verano, sería corto.

-¡Pizza! ¡Pizza! ¡Pizza!- golpeaba la mesa delante de ella como una niña, mientras él, jugaba videojuegos en el sofá -¡Sí! ¡Llegó la pizza!- corrió hacia la puerta para abrirla de golpe -¡Aquí tienes tú...- se detuvo -Usted no es la pizza- pronunció con sus ojos enormes -Kylar...- dio un paso atrás y volteó -Creo que te buscan-

Se incorporó con la guardia alta y se paró junto a ella en porte protector. Sólo esperaba que no sea algún integrante del clan, porque sino, se desataría la guerra.

-¿Mamá?- dijo sorprendido -¿Qué haces aquí?-

-Vine a conocer a esta jovencita- la aferró de los brazos para verla a los ojos -Eres hermosa, cariño- sonrió, ampliamente -Exóticamente hermosa y portadora de un fuerte espíritu- la miró con detalle -Esos ojos robaron el corazón de mi Kylar- dirigió su mirada a él -Era lo que necesitabas, corazón- se abrió paso y acarició su rostro -Cuantas con mi apoyo-

-Gracias, mamá- tomó su mano - Quédate con nosotros, esperamos unas pizzas- la llevó con él al sofá -A Gaia le encantan, ella ama la comida chatarra-

-La comida de este país es muy fea- tomó asiento en el suelo frente a ellos -En la universidad vivía a sándwiches y patatas fritas-

-Lo sé...- su hijo se incorporó, ya que el timbre se escuchó -Yo tampoco soy de aquí, soy de Europa oriental, al igual que tú y me costó mucho acostumbrarme a la comida japonesa- asintieron a la par.

-Bueno, mis hermosas mujeres...- dejó las tres cajas de pizzas y sodas sobre la pequeña mesa delante del sofá -La cena está servida-