N/A 1:El siguiente capítulo es un poco largo y tal vez algunos lo consideren un poco aburrido, pero se mencionan varios puntos importantes sobre la luz blanco que tiene Bella y sobre el poder de Esme, sé que varios quieren saber sobre el misterio de la luz blanca y sobre los poderes de todos los Cullen, pero eso se irá revelando poco a poco en la historia; así que espero que sean un poco pacientes y sigan atentos a la lectura.

También aprovecho para agradecerles por los Reviews que me han enviado; también agradezco a todos los que se han tomado la molestia de leer mi historia y ponerlas entre sus favoritos y seguidores.

N/A 2: Diferentes tipos de diálogos en la historia.

- Diálogo Normal -

Diálogo escrito

"Diálogo mental o telepático"

Diálogo con el lenguaje a señas

Conociendo a Mamá Corazón.

POV. Bella.

Mi padre y yo nos quedamos afuera de la casa, hasta que perdemos de vista los autos de los agentes.

- Mejor entremos a la casa, no quiero que te enfermes por estar mucho tiempo bajo la lluvia, recuerda que este clima es muy diferente al de Phoenix – me dice mi padre, mientras saca mi maleta del portaequipaje, yo afirmo y camino hacia la casa, subiendo directamente a la que será mi habitación de ahora en adelante.

Mi habitación no es muy grande y con todos los muebles y cajas que enviamos antes, se ve muy llena, las paredes y el techo están pintadas de color azul, tal como mi madre le pidió a mi padre que la pintara, hay una cama individual, el piso y los muebles de madera, el techo de color blanco, una ventana pequeña al lado opuesto de la entrada que muestra la vista de entrada de la casa, por lo que puedo ver los autos estacionados, más allá de un gran árbol que hay en la entrada, justo afuera de mi habitación.

Los muebles que tengo aparte de mi cama son: un armario de dos puertas para mi ropa y cosas personales, un escritorio con una silla, arriba de este hay un pequeño librero en la pared, un mueble con una computadora, una impresora multiusos, otra silla, un modem para internet y teléfono con fax, que mi madre insistió en que tuviera en mi habitación, para poder comunicarnos fácilmente; también hay un pequeño buró al lado de mi cama y una silla mecedora que recuerdo que ha estado en esta habitación, desde antes de que yo naciera; y por último, están todas las cajas que mi madre y yo hemos enviado, es un alivio, porque ahí están todas mis cosas que le darán vida a mi habitación.

- Creo que en la habitación hay todo lo que necesitas, bueno, al menos está todo lo que tu madre me dijo que comprara – dice mi padre entrando y dejando mi maleta en el suelo – y todas las cosas que enviaron llegaron en buen estado, tu madre me dio una lista que aprendí de memoria, así que comprobé que estuviera todo completo – me dice pensativo, mientras mira alrededor de la habitación.

Muchas gracias papá.

Señalo con mis manos mientras lo miro con una sonrisa, para que sepa que me gusta mi habitación, él sonríe al verme sonreír.

- Es un placer Pequeña, quiero que tengas todo lo que necesites – me dice sonriendo – Bueno, tú y tu madre me dijeron que tú misma quieres preparar y acomodar todo en tu habitación, pero si necesitas ayuda, sólo dímelo.

No te preocupes por nada, papá… Me gusta mucho mi nueva habitación y agradezco todo lo que tú y mamá han hecho por mí, todo es perfecto, mejor de lo que esperaba… estoy contenta de estar aquí y sé que si necesito ayuda, te la puedo pedir y te aseguro que lo haré… pero me gustaría poder preparar mi nueva habitación yo sola… para tener algo en qué distraerme y dejarla como a mí me gusta… aunque mamá y yo hicimos un diseño para poder acomodar todo… así que sé lo que tengo que hacer… Pero te agradezco por todo.

- Sabes que tu madre y yo haremos todo por ti y me alegra que te guste – dice mi padre aliviado al comprender mis gestos – te dejaré sola, para que empieces a acomodar todo esto – dice mirando las cajas con mis cosas, yo afirmo sonriendo – Tengo que regresar al trabajo, porque hubo una emergencia y tengo que ir a solucionarlo… pero llegaré a tiempo para la cena y yo traeré algo, así que no te preocupes con eso. Si necesitas algo, cualquier cosa, quiero que me llames, el número está aquí – me indica señalando una nota con su número de teléfono, yo afirmo de nuevo, en señal de que lo entiendo – Por cierto, llamaré a tu mamá y le diré que ya estás aquí y que todo está bien, para que no se preocupe – me informa, yo lo veo agradecida.

Muchas gracias papá, dile a mamá que no se preocupe y que no tuve problemas en el viaje y todo está saliendo bien, dile que quiero que se divierta y se cuide mucho en su viaje y que la amo mucho, yo le enviaré un correo más tarde para saludarla… Y gracias de nuevo por todo, te llamaré si necesito algo, así que puedes ir a tu trabajo tranquilo, espero que te vaya bien y te estaré esperando para la cena.

- Gracias Pequeña – me sonríe mi padre emocionado – le diré a tu madre tus saludos y todo lo que dijiste, estoy seguro que se pondrá feliz de que todo haya ido bien en el viaje y que te encuentres bien – me dice sonriendo con ternura, antes de ver su reloj – Será mejor que me vaya, porque me están esperando… Te amo Pequeña y me hace muy feliz tenerte aquí – se despide de mí, yo sonrío y le lanzo un beso con la mano, él lo atrapa y sonríe emocionado, antes de salir de la habitación, cerrando la puerta.

Escucho sus pasos por el pasillo y la escalera; así que me acerco a mi ventana para verlo subirse al coche patrulla; después de que se va, suspiro y miro mi habitación y todo el trabajo que tengo, para acomodar todo; así que me quito mi chaqueta y la cuelgo en el perchero que hay tras mi puerta para que se seque.

Lo primero que hago, es buscar en la casa los utensilios de limpieza, para asear mi habitación, aunque ya está muy limpia; después acomodo mi ropa en el armario y como no es mucha, me queda mucho espacio libre para acomodar mis cosas de aseo personal y otras cosas como mi cofre de recuerdos valiosos que acomodo en la parte superior del armario, donde estará de ahora en adelante, sin que nadie más la vea ni toque.

Después me acerco al librero que está arriba del escritorio, donde organizo y acomodo todos mis libros, enciclopedias, novelas, libretas, folletos y guías que traje para mi educación y para lectura personal; me aseguré de traer todo lo que necesitaré para cursar el primer año de bachillerato.

También guardo todo el material escolar y educativo en los cajones y cubículos del escritorio, he traído hojas de papel blancas y de varios colores, libretas sin usar, bolígrafos y plumas de varios colores, tijeras, pegamento, cinta adhesiva y todo el material que siempre uso para hacer manualidades.

En la mesa del escritorio dejo sólo el teléfono, una cajita con varias tarjetas decoradas que tengo para tomar recados y para anotar los números telefónicos más importantes. Desde pequeña acostumbro decorar tarjetas para anotar cosas importantes, ya que me ayudan a no olvidar nada importante y me entretengo al decorarlas de diferentes maneras, ya sea con dibujos, pinturas, figuras de papel, adornos, manualidades, figuras hechas con filigrana y otras formas creativas que se me ocurren; además siempre cargo conmigo una pequeña cajita con tarjetas y mis bolígrafos de diferentes colores, para escribir lo que sea necesario en cualquier momento.

Luego limpio y conecto la computadora y el modem de internet que está en el mueble, pongo unas páginas en la impresora y enciendo la computadora, para asegurarme de que todo esté bien conectado y funcione bien.

Decido enviarle un correo a mi madre, para decirle que he llegado bien a Forks y que me ha gustado mucho la nueva camioneta de mi padre, también le digo que estoy emocionada por estar con mi padre y que he empezado a ordenar y preparar mi nueva habitación, ya que todas las cosas que habíamos enviado, han llegado en buenas condiciones; también le deseo buena suerte y mucha alegría y diversión en su viaje, pidiéndole que se cuide mucho y no descuide su salud, ni su dieta y que no haga nada que sea imprudente o peligroso, porque no quiero que le pase nada malo; y después de prometerle que le escribiré pronto, envío el correo, que estoy segura, alegrará y tranquilizará a mi madre, cuando lo lea; y luego apago la computadora, para seguir con los preparativos de mi habitación.

Pongo mi grabadora en un estante del librero y acomodo todos los CD, discos y videos que traje, sólo los he traído por la insistencia de mi mamá, quien dice que tal vez querré escucharlos algún día; y al recordar lo mucho que me ayudó escuchar mis melodías favoritas en el viaje, empiezo a considerar que el haber traído mis discos favoritos no fue una mala idea y tal vez, podré escuchar de vez en cuando un poco de música para relajarme y distraerme.

Después de haber acomodado la mayoría de mis cosas, hay más espacio en mi habitación; así que saco el papel tapiz para las paredes, el papel es de color azul, el mismo azul oscuro con el que están pintadas las paredes y el techo, pero el papel tapiz tiene varias estrellas plateadas y amarillas, elegimos ese diseño, porque queremos darle un estilo de noche estrellada a mi habitación.

Considero que es un estilo que se apega mucho a mí, ya que últimamente suelo comparar mi vida, con una noche eterna, donde hay pequeñas estrellas que le dan un poco de luz y color a mi vida, pero que no son suficientes, para ser comparados con el día claro y soleado, mi vida es así, tengo a mis padres y algunas cosas que le dan tranquilidad y felicidad a mi vida, pero sigo permaneciendo alejada de ellos y siento que mi vida se va agotando con el paso del tiempo.

Al terminar de poner el papel tapiz en las paredes, me subo en el escritorio para pegar en el techo las figuras adhesivas que brillan en la oscuridad, con formas de estrellas, lunas, nubes, soles, gotas de agua, rayos y planetas, para que en la noche, mi habitación esté siempre iluminada, sin tener la necesidad de encender la luz.

Después pongo las cortinas que mi madre eligió para la ventana, son tres cortinas, una es de tela gruesa y de color azul oscuro, las otras dos son de tela bordada, delgada y transparente de colores violetas y rosadas, al combinarlas se miran muy bien.

Luego pongo mi reloj despertador sobre el buró, junto a mi pequeña lámpara de noche que tiene una luz de color rosado oscuro y guardo en el cajón de buró mi botiquín, con mis medicamentos que debo tomar cuando tengo una crisis cardiopulmonar y que alivian el dolor muscular y también guardo el sobre con mis expedientes médicos, que el doctor pidió y los informes de mi formación educativa que los profesores enviaron, para poder entregárselos a mi nuevo doctor y a mi tutora.

Lo único que me falta es preparar mi cama, así que saco las sábanas de color azul oscuro con varios puntos pequeños de colores morados, violetas, purpuras, plateados, celestes y rosados; las fundas de las almohadas son de la misma tela y diseño que las sábanas; pero el cobertor es grueso y de color purpura, con detalles en azul y rosado oscuro.

Y ahora que veo cómo ha quedado mi habitación, estoy satisfecha y muy complacida con el resultado y el diseño de una noche mágica, sólo saco las cajas y termino la limpieza, para que todo esté ordenado y aseado, tal como me agrada. Lo que más me gusta de mi alcoba es que me hace sentir relajada, tranquila, cálida y muy cómoda, porque se adapta a mi estilo y personalidad.

Sin dejar de pensar es esto, abro mi armario y observo la ropa que mi madre compró, no es mucha, pero por el momento es suficiente para mí, lo único que me preocupa es que es un poco más elegante que la ropa que las personas de este pueblo suelen usar, me fijé en el camino, que la mayoría de las personas visten de forma más sencilla, todos usan abrigos, chaquetas y anorak que los protegen de la lluvia y el frío, usaban colores amarillos, marrones, negros, blancos, azules y muchas personas visten igual que los investigadores científicos de peligros biológicos; así que debo admitir que mi madre tenía razón al decir que no me gustaría la forma en que las personas se visten aquí.

Por lo que ahora, por primera vez me siento aliviada y hasta agradecida con el hecho de que mi madre me enseñara a combinar bien mi vestuario y a vestir de acuerdo a cada ocasión; después de todo, desde pequeña realizaba varias presentaciones, conciertos, recitales y asistía a eventos sociales, donde tenía que vestirme acorde al evento; por eso mis representantes y personal encargado de mi escenografía y presentaciones, estaban atentos al vestuario que usaría en cada presentación, pero la que más insistía en mi apariencia era mi madre, ya que ella siempre dijo que nunca permitiría que me vistiera de forma incorrecta o inapropiada, mucho menos dejaría que usara ropa que no combine, ni me quede bien, algo que hasta el momento siempre ha cumplido.

Pero al revisar bien mi ropa, noto que como la mayoría de mi ropa la compraron en tiendas y boutique de centros comerciales, se ve muy elegante y hasta delicada, incluso parece ser muy costosa; aunque en realidad, mi madre la compró en ofertas y a muy bajo precio y sé que se aseguró de que mis abrigos y toda mi ropa sea cálida y de telas suaves para que no irriten o dañen mi piel delicada; y no me sorprendería que toda mi ropa se ajuste a la forma de mi cuerpo, ya que a mi madre, nunca le ha gustado la ropa demasiado holgada o floja, después de todo siempre se ha asegurado de que la ropa sea apropiada para mi cuerpo, especialmente ahora que estoy en la etapa de desarrollo.

En el lado interno de la puerta del armario hay un espejo de cuerpo completo, donde puedo verme a mí misma y es donde por primera vez, detallo en el vestuario que mi madre eligió para el viaje; el cual consiste en un pantalón negro de vestir que se ciñe a mis piernas y me mantiene caliente, junto a una blusa de mangas largas gris oscuro, con detalles bordados en colores negros y plateados, la blusa me llega hasta la mitad de mis muslos y también se ajusta a mi figura; estoy usando unas zapatillas negras, con un pequeño tacón que hace resaltar más la forma de mi cuerpo y el cabello lo tengo suelto porque no quise peinarme en la madrugada; y antes tenía puesta mi chaqueta negra que me llega hasta las rodillas y que se ajusta a mi cintura con un cinturón negro con detalles plateados, los botones son de color plateado; y la verdad es que me gusta mucho esa chaqueta, aunque se vea demasiado elegante y formal.

Mi madre la compró en oferta y desde que la vio le gustó mucho, porque dijo que me quedaría muy bien y que podría usarla con toda la ropa que tengo; y tiene razón, porque aunque también me compró otros abrigos y chaquetas, he decidido que esa chaqueta negra es la que más usaré; también me compró otra chaqueta que es muy parecida a la negra, sólo que es de color rojo vino, con un cinturón con detalles y botones dorados con negro, esa chaqueta es mucho más elegante y sofisticada que la negra; las compró en oferta, así que ahora tengo dos chaquetas elegantes que podré usar para protegerme del frío y de la lluvia, porque son impermeables y hasta tienen capucha; pero dudo mucho que algún día use la chaqueta de color rojo vino ya que es demasiado elegante y llamativa por su color.

El resto de mi vestuario es muy parecido al que estoy usando, ya que generalmente uso ropa que cubra mis cicatrices, por lo que casi todas mis blusas y camisas, son de manga larga a excepción de los top de tirantes que uso para dormir o bajo las camisetas; tengo varios pantalones, ya sea de vestir, jeans y leggins en colores oscuros, no me gustan mucho las faldas o vestidos, pero mi madre ha comprado unos vestidos muy cortos que me llegan hasta la mitad de mis muslos, yo le dije que no los usaría, pero ella me dijo que puedo usarlos con unas mallas o leggins para cubrir mis piernas y así mis cicatrices y piernas no estarán expuestas, las leggins, mallas, jeans y pantalones deportivos son algo que me gusta usar muy a menudo, en especial para estar en casa o en el caso de las mallas y leggins, cuando tengo que vestir un poco más formal y elegante de lo normal.

Estoy segura que las personas que me miren, creerán que soy algo rockera, punk, gótica o emo, porque el negro siempre estará presente en mi atuendo, pero la verdad es que es el estilo que me agrada y con el que me siento cómoda al usarlo, además de que me ayuda a evitar que los demás se me acerquen, porque cuando ven mi forma de vestir, saben que soy diferente y muy poco sociable.

Sin embargo, noto que el clima es mucho más frío de lo que había pensado y me temo que la ropa que he traído no me proteja, ni caliente lo suficiente, cuando llegue a nevar y como estamos en invierno, hay una gran posibilidad de que nieve dentro de poco, lo cual será muy doloroso para mí, si no me abrigo lo suficiente; sólo espero poder comprar o pedirle a mi madre que me compre y envíe ropa para invierno, que sea más abrigada, que la que me ha comprado.

Por ahora tengo que conformarme con lo que tengo y dependiendo de la situación, decidiré qué hacer para poder tener lo que necesite; aunque tal vez, muera antes de que llegue a necesitar más ropa, pues siento que cada vez, estoy más débil y enferma, como si la poca vida que me queda, se va extinguiendo poco a poco.

La molestia de mis cicatrices es un recuerdo constante del poco tiempo que me queda, levanto la manga de mi blusa y suspiro al ver lo irritadas que están mis cicatrices, se encuentran muy rojas e inflamadas, por eso me duelen y arden como si fueran quemadas. Mis cicatrices es lo que más odio de mi cuerpo, son un vivo recuerdo de lo que pasó ese día… una prueba de que todo pasó en realidad y de lo que hay dentro de mí, porque cada vez que esa luz blanca quiere salir de mi cuerpo y la contengo, mis cicatrices se irritan y me causan muchas molestias.

Bajo la manga de mi blusa y no le doy importancia al estado de mis cicatrices, después de todo, sé que sanarán pronto, siempre y cuando, nadie más se me acerque demasiado; después volverán a ser unas cicatrices muy extrañas, con la apariencia de dibujos hechos con un bolígrafo blanco sobre mi piel nívea, las cicatrices son un poco más blancas que el resto de mi piel y aunque son visibles, no puedo percibirlas aunque las acaricie, a menos que estén irritadas y se inflamen.

De pronto me sobresalto cuando escucho que tocan y mi padre abre la puerta, por lo que me alejo del armario, para que él pueda entrar, sin que su cercanía me afecte y me aseguro de que mis cicatrices no queden a la vista.

- ¡Vaya! Veo que has estado muy ocupada – exclama sorprendido al ver cómo ha quedado mi habitación, yo sonrío y afirmo – Se ve muy bien, estoy seguro que a tu mamá le gustaría verla… si quieres te presto mi cámara para que tomes unas fotografías y se las envíes para que la vea – me propone y yo accedo, al recordar que mi madre me pidió que le enviara fotografías de mi nueva habitación – te la daré cuando bajes para que cenes – asegura.

Yo me sorprendo al ver que ya ha anochecido y ya es la hora de cenar, he perdido totalmente la noción del tiempo, por estar preparando mi habitación; mi padre comprende mi reacción, porque sonríe divertido.

- El tiempo pasa muy rápido cuando uno tiene muchas cosas que hacer – comenta con tranquilidad y yo estoy de acuerdo con él – la verdad es que estoy sorprendido de que hayas terminado tan rápido, sobre todo por el papel tapiz, pero ha quedado muy bien, parece agradable – dice mirando el techo estrellado, que con la luz de la lámpara de noche, parece ser de un color purpura, azulado y rosado a la vez, con las figuras brillando de color blanco, es como si estuviera contemplando una noche llena de estrellas en una noche mágica.

- Será mejor que bajes para que cenes, debes estar hambrienta después de todo este trabajo y después tienes que descansar – me indica, yo accedo y él sale rápidamente de mi habitación.

Me apresuro a agarrar mi libreta y bolígrafo, antes de seguirlo hacia la cocina; y veo que mi padre ha traído pizza y soda para la cena, lo que me recuerda que él no puede cocinar; así que decido que yo me haré cargo de la cocina, mientras viva aquí; también me doy cuenta que la casa necesita un poco de orden y limpieza; pero primero tendré que preguntarle si me permite ayudarlo con los quehaceres del hogar.

- Yo ya cené – me informa, cuando ve que observo la pequeña mesa donde sólo hay un plato servido. Yo afirmo aliviada al escucharlo, porque la mesa del comedor es muy pequeña y no podré soportar estar sentada tan cerca de él

- Estaré en la sala, viendo un partido – me dice mientras sale de la cocina.

Me siento en la mesa y como una porción de pizza y en lugar de beber soda, bebo un vaso con agua. Yo siempre he comido de forma saludable y nutritiva, no estoy acostumbrada a la comida chatarra, porque no me gustan los alimentos grasosos, ni muy dulces, ni artificiales, tampoco me gustan los saborizantes artificiales o los alimentos que contienen muchos químicos; me he acostumbrado a comer alimentos naturales y frescos, y prefiero las comidas caseras y saludables; después de todo mi madre es diabética y debe seguir una dieta saludable, que normalice los niveles de glucosa y que sea baja en grasas, dulces, condimentos, saborizantes artificiales y químicos; por lo que me acostumbré a comer lo mismo que ella.

Al terminar mi cena, lavo los platos y vasos que mi padre y yo usamos, después reviso el refrigerador, las alacenas y estantes de la cocina, para ver lo que hay; no me sorprendo al descubrir que casi no hay alimentos, ya que mi padre trabajaba todo el día y casi no pasa en casa; por lo que no cocina muy seguido.

Así que sé que tendré que ir al supermercado para hacer las compras de la despensa y de las cosas que necesitaré para los quehaceres de la casa; pero me aterra la idea de ir sola al supermercado, donde varias personas podrían acercarse demasiado, todavía recuerdo a todas esas personas que hoy trataron de acercarse y me pedían autógrafos y el hecho de que eso se repita y no estén los agentes para protegerme, me causa escalofríos y hace que mi respiración se agite.

Considero la idea de pedirle a mi padre que haga él las compras, pero dudo que sepa las marcas de los productos que debe comprar, él no sabe mucho sobre las cosas de la casa, eso es algo que tiene en común con mi madre; también considero la idea de pedirle a mi tutora que me acompañe a hacer las compras, después de todo ella está al tanto de mi condición y sabe que nadie puede acercarse mucho a mí, por eso ella y su esposo contrataron a los agentes para que me cuiden, eso me hace sentir segura con los señores Cullen, porque sé que no harán algo que me perjudique y los dos han sido muy amables al ayudar a mis padres con los gastos del viaje; así que tal vez podré pedirle su ayuda a mi nueva tutora, ya que al tener una familia debe saber más sobre las cosas de la casa… pero no estoy segura de pedirle esa ayuda, porque no la conozco y no tengo mucha confianza para pedirle algo así.

Al final no tengo otra opción, sólo me arriesgaré a pedirle ayuda a mi tutora si al conocerla, veo que es alguien amable y confiable, le pediré que me acompañe a hacer las compras, pero sólo se lo pediré si ella es una persona amable y me inspira confianza.

Acomodo los platos en la alacena y ordeno un poco la cocina, mientras hago un listado en mi libreta de las cosas que tendré que comprar. Al terminar voy a la sala para hablar con mi padre, sobre mi estadía y las responsabilidades que tendré en casa. Lo encuentro sentado en el sofá, frente al televisor, por lo que me siento en un sillón individual, que está lo suficientemente separado de él; y me alegro de que la mesa de centro está en medio de nosotros, así podré pasarle mi libreta, porque lo que tengo que decirle es largo y será más fácil comunicarme por medio de notas.

- ¿Ya terminaste de cenar? – Me pregunta, mientras baja el volumen del televisor y me mira, yo cabeceo levemente – Sé que no te gusta la pizza, pero no encontré un restaurante que tuviera comida casera a estas horas – se disculpa, yo le sonrío para que no se sienta mal.

¿Podemos hablar un momento sobre mi estadía?

- Por supuesto, yo también quiero explicarte algunas cosas sobre tus estudios y salud – me dice observando la libreta; yo hago un gesto, para que hable primero y él apaga el televisor.

- Primero que nada, aquí está la cámara, para que tomes las fotos de tu habitación y se las envíes a tu mamá – me dice, mientras deja una cámara digital sobre la mesa, yo le sonrío agradecida.

- Bien, mañana es sábado y tendré que ir a trabajar, porque surgió algo a última hora en el trabajo, pero generalmente descanso los fines de semana – me informa, yo afirmo, en señal de haber comprendido.

- El lunes tendrás que ir al instituto… creo que tu mamá, ya te habló sobre eso – me dice pensativo, yo vuelvo a asentir.

- Bien, la señora Cullen, será tu profesora privada y me dijo que podría venir mañana o el domingo por la tarde, para revisar la documentación que pidió y ver cómo vas con los temas y para que puedan ponerse de acuerdo con el horario y las clases que te dará, según tu programa de estudio; además ella tiene cinco hijos que van al instituto y creo que uno de ellos está en tu mismo curso, así que ella sabe los temas que han visto este semestre – me informa.

Eso me tranquiliza mucho, así podré mostrarle los temas que he estudiado y reforzaremos aquellos en los que esté atrasada.

- Ella piensa lo mismo, sólo tengo que comunicarme con ella, para decirle si viene mañana o el domingo, queríamos esperar a que tú lo decidieras, por si necesitabas tiempo para instalarte y descansar del viaje – me explica, yo le hago una seña para que aguarde mientras escribo en la libreta y se la paso.

Creo que lo mejor es que venga mañana, yo me siento bien y ya terminé de instalar mis cosas en mi habitación; además entre más pronto hablemos, más pronto empezaremos con mis clases, me preocupa el hecho de estar atrasada en los temas, cuando me van a evaluar la otra semana, por eso quiero empezar con mis clases, lo más pronto posible.

- Bien, supongo que tienes razón – accede mi padre al terminar de leer mi nota – pero dudo mucho que estés atrasada, porque la educación que has recibido, es muy avanzada, así que no te preocupes por eso – me tranquiliza, pero no estoy tan segura – de todas formas, es mejor que se pongan de acuerdo en las clases y temas que te impartirá, para que no te atrases en tu programa de estudio.

¿Ella podría darme clases de idiomas y mis otras clases extracurriculares?

- Yo creo que sí, ella me dijo que conoce varios idiomas y disciplinas, según me dijo, ella sabe mucho de arte, cocina, literatura, teatro y muchos otros temas – me dice pensativo – pero es mejor que lo hables con ella, para que se pongan de acuerdo en las clases que recibirás, así tendrás un programa y horario de clases – sugiere y estoy de acuerdo con eso – Por cierto, ella me dijo que sus hijos también han recibido clases extracurriculares y son muy buenos en lo que les gusta, uno de ellos es bueno tocando instrumentos musicales, otro es bueno cantando y otro bailando… tal vez ellos podrían ayudarte con eso, podrías volver a tocar tus instrumentos, bailar, cantar y hacer todo lo que antes hacías – dice precavido.

No estoy segura de eso papá… hace mucho que no toco, canto, ni bailo, ni siquiera puedo hablar bien y no traje mis instrumentos; así que no puedo recibir esas clases.

- Sobre tus instrumentos… bueno… - murmura mientras se levantaba y abre la alacena bajo las escaleras, sacando dos estuches que reconozco sorprendida y extrañada – recuerda que cuando eras pequeña viniste a visitarme y tu madre y yo decidimos que sería bueno que tuvieras aquí algunos instrumentos para que pudieras seguir con tus ensayos, aunque estuvieras aquí… y bueno, creo que sólo los usaste en dos ocasiones, pero los he guardado, por si algún día regresabas y necesitabas seguir con tus ensayos – me explica, mientras los deja en la mesa de centro.

Yo veo los estuches del teclado y el violín, sorprendida, me había olvidado de esos instrumentos, pero al ver los estuches, recuerdo las dos ocasiones en que los usé, mientras estaba aquí, yo tení años y después de eso ya no vine, por eso me había olvidado de ellos. Abro los estuches con delicadeza y acaricio el pequeño teclado y el violín que aunque tienen varios años, están casi intactos, sólo un poco descuidados por falta de uso y mantenimiento; una gran emoción y ternura me llena por completo al acariciarlos, yo siempre he sido muy apegada y cuidadosa con mis cosas, en especial con mis instrumentos musicales, porque son muy valiosos para mí y por eso me duele saber que me había olvidado de estos, me parece algo cruel y descuidado de mi parte.

- Creo que necesitan limpieza y algunos ajustes, pero eso puede arreglarse fácilmente, así que si quieres, puedes usarlos – me dice mi padre con suavidad, yo los guardo de nuevo en los estuches y escribo en la libreta.

Te agradezco que los guardaras papá… pero la verdad es que no estoy lista para volver a tocarlos, aún no estoy preparada, pero agradezco tu preocupación y propuesta, tal vez en un futuro pueda hacerlo, por el momento voy a guardarlos en mi habitación y los limpiaré, para que no estén en la alacena. En cuanto a mis clases, creo que por ahora sólo me concentraré en las otras materias.

- Está bien, será como tú quieras – acepta y yo agradezco que no insista y que respete mi decisión - ¡Oh! Creo que cuando venga la señora Cullen, también vendrá el doctor Cullen para ver lo de tu caso, quiere revisar los expedientes y toda la información que pidió, yo le dije que tú las traerías – me dice con seriedad, yo hago un gesto afirmativo – mañana hablaré con ellos y les diré que tú prefieres verlos mañana, supongo que vendrán los dos y así podrás ponerte de acuerdo con ellos, en los días que los verás, el doctor dijo que quiere tenerte en control y por eso tratará de venir a verte muy seguido, pero sólo te verá aquí en la casa, no tendrás que ir al hospital y la señora Cullen también te dirá los días en que podrá venir a darte las clases – me explica.

Está bien, supongo que el doctor decidirá si es necesario que me vea seguido o no, dependiendo de mi situación; y mi tutora hará lo mismo, dependiendo de los temas que he visto y en los que necesito refuerzo; así que tendré que esperar a hablar con ellos, para poder organizarnos y hacer un horario.

- Sí, eso es lo que hay que hacer – accede sonriendo – Bueno, creo que eso es todo por mi parte, ya sabes que ésta es tu casa y puedes hacer lo que quieras; así que si hay algo más que quieras decirme, puedes hacerlo – dice con tranquilidad, yo sonrío y empiezo a escribir en mi libreta.

Me gustaría hablar contigo sobre el cuidado de la casa y la comida, he pensado que yo podría hacerme cargo de eso, me gustaría ser la responsable de los quehaceres del hogar y de la cocina, así tendré algo en qué ocupar mi tiempo libre.

- Eso me parece bien – murmura después de leer y pensarlo un momento – pero no quiero que te esfuerces demasiado, ni hagas cosas pesadas y muy cansadas, recuerda que no debes agitarte mucho – me recuerda – En cuanto a la comida, la verdad es que como yo casi no paso aquí, no hay muchas provisiones en la casa, pensé en ir a comprar hace unos días, porque sé que estás acostumbrada a la comida casera y saludable, pero yo no sé mucho sobre eso; así que preferí esperarte, para que me dijeras lo que necesitarías, tal vez si me haces un listado, yo podría comprar lo que necesites; aunque para ser sincero, no sé mucho sobre eso.

Lo sé papá, te agradezco que te preocupes, pero no es necesario que te molestes, yo puedo encargarme de eso, tal vez mañana pueda ir de compras, para tener lo necesario; también me haré cargo de la limpieza de la casa y de todos los quehaceres del hogar, sé que estás ocupado en tu trabajo y me gustaría mucho poder ayudarte.

- Yo soy muy feliz con el hecho de que vivas conmigo, me alegra poder pasar más tiempo contigo – dice con una sonrisa sincera, yo sonrío al escucharlo – Estoy de acuerdo con esto, ya te dije que esta es tu casa y puedes hacer lo que quieras, bueno, solamente te voy a pedir que no la quemes – añade divertido, yo sonrío levemente, porque sé que bromea, aunque por dentro, tengo mucho miedo de provocar otra explosión.

- Pero me preocupa que vayas de compras, no quiero que salgas sola, aunque ya hablé con las personas del pueblo y les pedí que no se te acerquen mucho, porque estas enferma, pero aun así me preocupa que salgas sola – dice más serio – además la señora Cullen me dijo que ella podría ayudarte en todo lo que necesites, es una señora muy amable, aunque casi no la conozco, pero los Cullen son una familia tranquila y amable, sus hijos no causan ningún problema, son muy educados, tranquilos y responsables, a pesar de ser jóvenes, son muy respetuosos y maduros, todos son buenos chicos…

Yo me sorprendo de que mi padre hable tan bien de esa familia, yo sé que no es fácil que alguien impresione a mi padre y parece que la familia Cullen ha logrado ganarse el respeto y la confianza de él.

- …y el doctor Cullen, es el mejor doctor que tenemos en el pueblo y ya sabes que es una persona muy bondadosa y que se preocupa por ti, por eso quiere ayudarte y se encargó de que estuvieras a salvo en tu viaje… – sigue diciendo – La verdad es una suerte que alguien con su experiencia y profesionalidad trabaje en el hospital, cuando fácilmente podría trabajar en cualquier hospital del país o del mundo quizá… me sentí muy aliviado y agradecido cuando aceptó llevar tu caso y ser tu doctor personal, él sabe que tu condición es muy especial y delicada, por eso quiere saber todo sobre ti, para así poder ayudarte mejor… yo estoy seguro que él encontrará una forma de poder ayudarte, es un doctor excelente y confío en que sabrá ayudarte – me asegura, yo sólo sonrío levemente, sé que eso es imposible, por muy bueno que sea, el doctor Cullen no podría ayudarme nunca… pero no puedo decirle eso a mi padre, no puedo acabar con su esperanza.

Está bien papá, yo traje todo lo que él pidió, haré todo lo posible para mantenerme sana y si dices que es un buen doctor, tal vez pueda ayudarme, me alegra saber que son buenas personas y si tú confías en ellos, yo también lo haré. Y creo que tienes razón en cuanto a las compras, le pediré a la señora Cullen que me acompañe o me ayude con las compras y no saldré sola de casa.

- Eso me parece excelente, Pequeña, ya verás que todo saldrá bien y estoy seguro que los señores Cullen te agradaran, son buenas personas y siempre tratan de ayudar a quien lo necesita… pero no quiero que te preocupes mucho por los quehaceres de la casa y la cocina, no quiero que te esfuerces demasiado y recuerda que yo me voy temprano a trabajar y regreso hasta en la noche.

Pero desayunarás y cenarás aquí ¿Verdad?

- Sí, puedo hacer eso – acepta sonriendo, al ver mi petición - ¿Hay algo más que quieras decirme? – pregunta con tranquilidad, yo lo pienso un momento, antes de decidirme.

Bueno, quisiera saber cómo sería lo de los gastos de la casa, porque yo tengo algunos ahorros, que podrían servirnos, para las cosas de la casa.

- No, no quiero que gastes tus ahorros – se niega rotundamente – En la cocina hay un frasco, donde, todas las semanas, te dejaré el dinero para los gastos de la casa… no quiero que gastes tus ahorros, así que si necesitas algo, sólo tienes que pedírmelo y yo te dejaré más dinero… también te daré un poco de dinero para tus gastos personales – me indica y yo sé que no podré convencerlo de lo contrario.

Está bien papá, creo que eso es todo lo que quería decirte.

- Bien, ya hablé con tu madre, ella llegó bien a Jacksonville y me dijo que le había encantado su regalo – me cuenta, yo sonrío ante esto – Ahora creo que deberías ir a descansar, porque debes estar muy agotada por el viaje y por ordenar tu habitación – me dice con amabilidad; y es cierto, por lo que agarro mis instrumentos, mi libreta y la cámara, antes de caminar hacia las escaleras.

- ¡Buenas noches Bella! – Me desea mientras subo hacia mi habitación.

Acomodo mis instrumentos en la parte superior del armario, al lado de mi cofre de recuerdos, los limpiaré mañana, para que no se dañen más de lo que ya están; después agarro mi pijama y mi neceser para ir al baño a darme una ducha.

La ducha con agua tibia, junto al aroma a fresas de mi champoo y el jabón con aroma de rosas, me ayudan a relajarme y alivian el malestar de mis cicatrices irritadas, me siento mejor al ver que ya no están inflamadas y sólo están un poco rojas, por lo que sé que al día siguiente, no tendré molestias por la irritación y mis cicatrices volverán a parecer dibujos sobre mi piel.

Mi pijama es de tela de algodón, de color azul marino y consiste en un top de tirantes, junto a un pants muy cómodo y cálido; decido tomar unas fotografías de mi habitación con la luz encendida y otras con la luz apagada y la lámpara encendida, para que mi madre vea el efecto y la combinación de colores que hay en la noche; ya mañana tomaré otras fotografías con la luz del día y se las enviaré a mi madre, para que vea el resultado del estilo que diseñamos para mi habitación.

Dejando la lámpara de noche encendida, me recuesto en mi cama y me abrigo con el suave cobertor, sintiéndome satisfecha y muy cómoda en mi nueva habitación; y disfruto del suave y relajante sonido de la lluvia que cae, es como si fuera una hermosa melodía nocturna que me arrulla y me hace sentir tranquila y relajada.

Sólo espero que esta noche pueda dormir al menos un par de horas, antes de que las pesadillas me despierten y atormenten; ya estoy acostumbrada o mejor dicho, resignada a tener pesadillas todas las noches, es algo inevitable, ahora sólo puedo esperar y desear dormir al menos una o dos horas, antes de que las pesadillas me despierten aterrada, por lo crueles y horribles que son.

Pero al menos en este momento me siento muy tranquila, cómoda y agotada por todo lo que hice este día y por todos los cambios que mi vida está teniendo; y espero con todo mi ser, que el haber venido a Forks haya sido lo mejor para todos y ayude a mis padres a estar más tranquilos y hasta felices, para que cuando el momento de mi muerte llegue, ellos puedan seguir con sus vidas y sean felices, eso es lo único que deseo.

Aunque al recordar la sonrisa y mirada emocionada y feliz de mi madre en el aeropuerto, junto a la sonrisa y mirada feliz y llena de esperanza de mi padre me llena de tranquilidad y esperanza, porque ellos ya están más felices y tranquilos con los cambios que he empezado a hacer en mi vida; ahora sólo tengo que seguir con mi plan, para que ellos puedan ser felices después que yo me haya ido.

El sonido del despertador anunciando las 6:00 am me hace abrir los ojos, me siento cansada porque he tenido varias pesadillas durante la noche, siento el sudor frío sobre mi frente y aún tengo frescas las lágrimas sobre mis mejillas; así que las limpio con mis manos y me levanto para ordenar mi cama.

Después busco una mudada de ropa, que consiste en unos jeans negros y una blusa azul oscuro de mangas largas que me llega hasta la mitad de mis muslos y voy al baño para refrescarme un poco y para prepararme para otro día; después me pongo unas zapatillas deportivas de color negro, cepillo mi largo cabello dejándolo suelto para que mis rizos caigan hasta el final de mi espalda. Y cuando finalmente estoy lista, tomo unas fotografías de mi habitación y se las envío a mi madre junto a las que tomé anoche, para que ella vea cómo ha quedado mi habitación; después bajo a la cocina para desayunar.

- Buenos días Pequeña – me saluda mi padre con una sonrisa, mientras se levanta de la mesa y deja los platos sobre el lavado – pensé que te levantarías más tarde, pero dejé tu desayuno en la estufa, aún está caliente; yo ya me tengo que ir al trabajo – me informa con tranquilidad, yo cabeceo en señal de haber escuchado y me hago a un lado para que él pueda salir de la cocina, sin que su cercanía me moleste.

- La señora Cullen vendrá a las 2 de la tarde y su esposo llegará a las 5 para hablar contigo y ponerse de acuerdo con los días que vendrán a darte clases y ver lo de tu salud – me informa, mientras me acerco a la estufa, para servirme el desayuno, que consiste en huevos revueltos con tocino, lleno un vaso con agua y me siento en la mesa para desayunar.

- Yo regresaré a las 8 de la noche, pero si necesitas algo, no dudes en llamarme por teléfono al trabajo o al celular – me pide y yo afirmo para asegurarle de que así lo haré – Bien, que tengas un buen día – me desea, antes de salir para irse al trabajo, me quedo desayunando en silencio y escucho el sonido de su coche al alejarse.

Termino de comer y lavo mi plato y vaso, junto a los sartenes sucios, para luego ordenar y limpiar la cocina, quiero tener todo limpio y ordenado, para acomodar las compras que espero hacer ese día.

Cuando termino en la cocina, empiezo a ordenar la sala y decido reacomodar los muebles, para que haya más espacio y se vea más ordenado, sacudo todos los muebles y noto que mi padre tiene una vitrina llena de trofeos, reconocimientos y medallas, que he ganado con mis presentaciones; también tiene varias fotografías mías, desde que era bebé hasta la edad de 9 años, en muchas salgo cantando, tocando el piano o el violín y bailando, en otras estoy sonriendo con mi madre o con mi padre, recuerdo las ocasiones en que me tomaron esas fotografías y sonrío por lo tierno que es mi padre, al conservar esos recuerdos de todas las veces que ha ido a visitarme.

Pero mi sonrisa se borra, cuando centro mi mirada en una fotografía, donde estoy subida en la espalda de Él, los dos reímos y miramos hacia la cámara, el recuerdo de ese día viene a mi mente y la nostalgia me colma, sé que nunca volveré a sentirme y verme tan feliz, como en estas fotografías. Por eso no he dejado que me fotografíen después de que cumplí 10 años, porque no quiero ver mi tristeza y sufrimientos en las fotografías, ya es suficiente con sentirlo, como para que también tenga que verlo.

Dejo de ver las fotografías y noto todos los CD y videos que mi padre tiene, empiezo a leer los nombres y fechas de cada uno y sonrío al ver que él tiene todos los CD y videos que he grabado; ya que siempre me aseguré de enviarle una copia de mis presentaciones y grabaciones, para que los viera y escuchara, aunque él no haya estado presente el día de mi presentación por su trabajo; también le daba los premios y reconocimientos que me daban cuando él iba a verme, le decía que era porque él me daba buena suerte con su presencia y por eso ganaba un premio; y él los ha guardado y conservado todos, en esta vitrina como un recuerdo de los momentos que compartía conmigo y de lo que yo hacía.

Limpio la vitrina, para que esté libre de polvo; y cuando, veo a mi alrededor, quedo satisfecha al darme cuenta de que la sala se mira más limpia, ordenada y espaciosa, siento que el ambiente es más acogedor y relajante a la vez. Esto me alegra porque hoy tendré la visita de mi tutora y doctor personal; así que quiero que la casa esté ordenada y presentable para recibirlos; pero para esto tengo que darme prisa para terminar de ordenar y limpiar el resto de la casa, en especial los baños.

Mientras hago la limpieza voy revisando que todo esté en buenas condiciones y anoto en mi libreta aquello que necesita ser arreglado, reparado y remodelado, también anoto las cosas que tendré que comprar para que la casa se vea mejor; después le diré a mi padre que tendremos que comprar cortinas, pintura, toallas de mano, alfombras y varios productos de aseo y mantenimiento del hogar.

Voy a la cocina y veo que mi padre me ha dejado mucho dinero en el frasco, para los gastos del hogar, considero que eso es suficiente para comprar lo que más necesitamos o al menos eso espero, ya que tengo varios años de no estar al tanto de los precios de las cosas; pero al menos aún tengo los conocimientos necesarios para el cuidado de la casa.

Cuando termino de ordenar la casa, ya es hora del almuerzo; pero como no tengo mucho apetito me preparo un emparedado sencillo y un té de limón frío, para comer algo ligero; y como veo que hay ingredientes suficientes, para preparar unas galletas de avena y miel, decido hacerlas, para ofrecerle a mi tutora y doctor; también preparo un poco de té y limonada para acompañar las galletas.

Ahora sí, ya tengo todo listo para recibir a mis visitas y estoy segura que no tardaran mucho en llegar, así que subo lentamente a mi habitación a esperarlos, pero apenas voy por la mitad de las escaleras cuando escucho el motor de un auto que se detiene frente a mi casa y me apresuro a bajar para abrirles, porque está lloviendo y hace frío, por suerte recuerdo que hay un recibidor techado en la entrada, donde podrán resguardarse de la lluvia.

Llevo mi libreta en la mano para poder comunicarme con ellos, sé que ellos están al tanto de mi condición; así que espero que ellos mantengan una distancia prudente para que su presencia no me afecte; pero a pesar de no haber abierto la puerta, siento la presencia de ellos al otro lado de la puerta y me pongo nerviosa, al sentir que la luz blanca quiere salir de mi cuerpo y atacarlos, por lo que la contengo y espero unos minutos para respirar profundamente mientras mi corazón se tranquiliza, porque se ha agitado más de lo normal y soporto el dolor de mi pecho sin dejar de respirar profundamente para calmarme y abro la puerta; sin embargo desde el momento en que los veo, olvido el dolor y todas mis preocupaciones y nerviosismo que sentía antes de verlos.

Mi nueva tutora no es una señora mayor, como había imaginado, sino todo lo contrario, no parece ser mayor de 30 años, es joven y hermosa, su rostro tiene forma de corazón y su cabello es de color caramelo, sus ojos son de un color dorado muy lindo, todo en ella es hermoso, su piel es muy blanca, incluso más blanca que la mía y parece ser muy suave y delicada, de hecho todos sus rasgos son perfectamente delicados y hermosos, tiene una hermosa y amable sonrisa en sus rosados labios.

A su lado está un hombre que parece ser de la misma edad de ella y supongo que es su esposo y mi nuevo doctor, es alto, rubio, su piel es igual de blanca que la de ella y también tiene los ojos dorados y rasgos perfectos, hermosos y delicados; él me mira curioso y con una sonrisa muy amable; y es entonces que me doy cuenta de que me he quedado observándolos fijamente, desde que abrí la puerta, por lo que bajo la mirada avergonzada, sintiendo mis mejillas muy calientes por lo rojas que deben estar.

Hago una reverencia para saludarlos con respeto, tal como lo hacían las doncellas del siglo pasado, en las obras que he leído, porque siento que ellos me recuerdan a los personajes de mis novelas favoritas; ellos me miran sorprendidos y responden con mucha elegancia y respeto a mi saludo.

- ¡Buenas tardes, Pequeña! Tú debes ser Isabella, soy Esme Cullen y espero poder ser tu tutora, para ayudarte con tus estudios – me dice con respeto y amabilidad, hay algo en ella que me recuerda a mi madre y me hace sentir que puedo confiar en ella, aunque sigo sintiendo que la luz blanca quiere salir de mi interior para atacarlos porque los considera una amenaza.

- Be-lla… – la corrijo por impulso, en un susurro tembloroso y entrecortado de forma tímida que dudo mucho que ella pueda escuchar, estoy conteniendo a la luz que quiere salir, soportando el dolor que eso me causa en el pecho.

- Entonces Bella será – me dice sonriendo y yo me sorprendo porque no creí que me hubiera escuchado, pero al mismo tiempo me alivio de que así sea – tienes un nombre muy hermoso y tú también eres una señorita muy hermosa y adorable – me halaga con dulzura y noto que lo dice sinceramente, así que me sonrojo y saco mi libreta para poder escribir y disimular mi timidez.

Es un placer conocerla profesora Cullen… y agradezco sinceramente sus amables palabras, es muy amable y dulce de su parte el decirlas.

Me agacho y deslizo mi libreta en el piso, para que la agarre y pueda leerla; pero es su acompañante, quien la recoge y se la pasa. Ella lee mi nota y sonríe.

- Eres muy adorable Bella – me dijo sonriendo – y puedes llamarme Esme, así no será tan formal; y te aseguro que yo sólo dije la verdad – me asegura mientras me pasa la libreta, yo sonrío levemente y recojo la libreta.

- Por cierto, déjame presentarte al doctor Carlisle Cullen, mi amado esposo – me presenta a su acompañante, yo lo miro y saludo con otra reverencia, él sonríe y se inclina para responder a mi saludo con mucha elegancia y cortesía, haciendo que mis mejillas se ruboricen de nuevo.

- Es un placer conocerte Bella – me dice con una sonrisa amable y generosa – y al igual que mi esposa, espero poder ayudarte en cuanto a tu salud se refiere – me dice con mucha sinceridad y ternura en su voz, él parece tener una personalidad muy acorde a su hermosa apariencia y eso me tranquiliza mucho, afirmo levemente y escribo en mi libreta.

Es un verdadero honor, poder conocerlo doctor Cullen y agradezco sinceramente su generosidad al ayudarme, mi padre me ha dicho lo amables que han sido usted y su esposa al aceptar ser mi doctor y tutora personal, además de que fueron muy bondadosos al ayudar a mis padres con los gastos de mi viaje y al contratar a los agentes que nos protegieron en el viaje, yo me siento muy agradecida con usted y su familia.

- No tienes nada que agradecer, Pequeña – me dice con ternura, haciéndome sonrojar de nuevo, tendré que aprender a controlar mis emociones con él – para Esme y para mí es un placer poder ayudarte y te aseguro que haremos todo lo posible para poder hacerlo, trataremos de ayudarte en todo lo referente a tu salud, tus estudios y todo lo que necesites, nosotros queremos brindarte toda la ayuda y el apoyo en todo lo que necesites… también me sentiría muy honrado si en lugar de considerarme sólo tu doctor, pueda ser tu amigo Carlisle simplemente, ya que ni a mi esposa, ni a mí, nos gustan tantas formalidades y creo que te sentirás más cómoda con nosotros si nos olvidamos de todas las formalidades – me informa sonriendo y Esme asiente con una sonrisa, demostrando que apoya todo lo que su esposo ha dicho.

Yo los miro sorprendida, puedo sentir que son sinceros y eso me hace sentir inmensamente agradecida, hace mucho que no conozco a alguien que sea tan amable y gentil como lo son ellos y eso que he tenido a muchos profesores, tutores y he visto a varios doctores, pero ninguno se compara a ellos… Tanta emoción hace que mis ojos se llenen de lágrimas, es la primera vez que alguien me dice algo así desde el accidente; además hay mucha honestidad en sus palabras y también hay algo en ellos, que me hace sentir segura y en confianza con ellos, a pesar de que también hay algo en mí, que me dice que ellos son peligrosos, pero estoy segura que no son malos y aunque son peligrosos, sé que nunca me harían daño. Esto me emociona tanto que me apresuro a bajar la mirada, para que no vean lo mucho que me han afectado sus palabras.

- Y-yo… gra- graci… gracias… - tartamudeo en un susurro esperando que ellos puedan escuchar y comprender a pesar de lo suave y entrecortada que es mi voz, ellos me miran con una sonrisa emocionada y me sorprendo al ver que los ojos de Esme, están llenos de lágrimas, pero no parece ser de pena, tristeza o lástima, sino que me recuerdan a la mirada emocionada y feliz que mi madre me dio en el aeropuerto después de que le di el regalo; y de nuevo me sorprende lo mucho que ella me recuerda a mi madre.

- No tienes nada que agradecer Pequeña, como te dije antes, es un placer poder ayudarte y espero que el tiempo que pasemos juntos, podamos conocernos mejor – me asegura Carlisle sonriendo

Sus palabras me hacen sentir muy aliviada y feliz porque de nuevo pudieron escucharme y entenderme a pesar de lo mucho que me cuesta pronunciar correctamente las palabras. Es un verdadero alivio saber que podré comunicarme con ellos con palabras en algunas ocasiones y no sólo tendré que hacerlo por medio de notas o señas, si es que pueden comprender el lenguaje a señas.

- Yo ya estoy muy feliz y emocionada de pasar tiempo contigo, Cariño, estoy segura de que la pasaremos muy bien – añade Esme emocionada, yo les sonrío y la verdad es que ya no me importa que me vean llorar; así que sin dejar de verlos con una sonrisa, hago otra reverencia profunda de agradecimiento; y después limpio mis lágrimas sin dejar de sonreír.

- Tienes una hermosa sonrisa Bella, pero qué te parece si mejor entramos a la casa, para que no estemos en el frío – Me propone Esme sonriendo y yo miro a mi alrededor confundida – tu padre nos dijo que tu salud es delicada y no quiero que te enfermes por el frío – me recuerda en un tono maternal.

- Esme tiene razón – apoya Carlisle con tranquilidad – recuerda que el clima de aquí es muy diferente al de Phoenix y si no te abrigas lo suficiente, podrías enfermarte – me dice en un tono médico y paternal a la vez, yo escribo en mi libreta con rapidez y se las paso, haciéndoles una seña, para que la lean los dos.

Les ruego que por favor perdonen mi falta de respeto y cortesía, al tenerlos en el exterior cuando hace tanto frío, pero creo que con la emoción que he sentido por conocerlos finalmente, me olvidé de pedirles que pasen adelante y nos pongamos cómodos en la sala. Así que les pido, que tengan la amabilidad de seguirme a la sala, para que podamos protegernos del frío; además les he preparado galletas, té y limonada para que juntos podamos tomar un pequeño refrigerio mientras nos seguimos conociendo.

Por favor pasen adelante y sean bienvenidos a mi casa.

- No hay nada que perdonar, Cariño – me tranquiliza Esme con una sonrisa, en cuanto terminan de leer mi nota – nosotros también estamos emocionados y encantados de haberte conocido finalmente.

- Esme tiene razón, Pequeña, hemos esperado mucho para conocerte finalmente y al igual que tú nos sentimos muy complacidos de poder estar contigo – me dice el doctor Cullen con un tono amable y lleno de ternura – En cuanto al refrigerio… Bueno, te agradezco la invitación, pero me temo que tengo que ir al hospital por unas horas – me informa el doctor con una sonrisa tímida y arrepentida – La verdad es que sólo vine a dejar a Esme y poder saludarte antes de regresar a mi trabajo… Pero regresaré a las 5 de la tarde, para que podamos conocernos mejor y para que hablemos un poco de tu condición médica – me asegura, yo afirmo al comprender y escribo de nuevo.

No se preocupe, comprendo perfectamente que tenga otros compromisos, para mí ha sido un placer poder conocerlo y saludarlo; así que lo estaré esperando para darle toda la información que me pidió y para explicarle mejor mi condición; además me siento contenta, porque podré pasar mucho tiempo con mi maestra Esme, para hablar sobre mi programa de estudio. Espero sinceramente que todo le vaya bien en su trabajo ¡Hasta pronto doctor Carlisle!

- Te le agradezco Bella – me sonríe con ternura – les deseo a las dos una tarde placentera, vendré a las 5 pm a más tardar, pero si necesitan algo, no duden en llamarme – nos dice a Esme y a mí, mientras le da un abrazo y beso en la mejilla a su esposa, yo los miro sorprendida y curiosa, porque es evidente el amor que se tienen y me recuerda a mis padres cuando se despidieron en el aeropuerto, sólo que mis padres no se dieron un beso al despedirse, esta es la primera vez en varios años que veo una muestra de amor como esa.

- Está bien, amor, nos vemos más tarde – dice Esme mirándolo con amor.

De nuevo, no puedo dejar de mirarlos con curiosidad, porque hace mucho que no veo a dos personas aparte de mis padres que se expresen entre sí el amor que se tienen, no tengo duda de que ellos se aman mucho, aunque me entristece saber que a diferencia de ellos, mis padres no pueden estar juntos y ya tienen varios años sin poder compartir un beso de amor entre ellos.

- Hasta pronto Bella – se despide Carlisle con una inclinación de respeto y sonriéndome con cariño, yo sonrío agradecida, mientras hago una reverencia de respeto, él camina hacia su auto para ir a su trabajo.

- Será mejor que entremos, sólo muéstrame el camino y yo te sigo – murmura Esme sonriendo, yo acepto y me giro para entrar a la casa, escucho que ella cierra la puerta al entrar y la espero en la sala, para invitarla a tomar afirmo en el sofá.

- Tienen una casa muy linda – comenta Esme con amabilidad, mientras se sienta; yo sonrío agradecida y me siento en un sillón individual, que está apartado del sofá, con la mesa de centro entre nosotros.

- Bien Bella, me gustaría que hablemos sobre las expectativas que tienes, para estas clases; quiero saber lo que te gustaría que te enseñe o en qué deseas que te ayude; ya te dije que mi intención es ayudarte en todo lo que necesites, no quiero ser sólo tu tutora que te ayuda con los estudios académicos, me gustaría poder ayudarte de una forma más global sí me lo permites o lo deseas, te aseguro que yo siempre voy a respetar tus deseos – me ofrece con amabilidad, yo acepto agradecida – por ejemplo, tu padre me dijo que tienes dificultades para expresarte oralmente, pero me pregunto, si es porque se te dificulta pronunciar las palabras o sí es por otro motivo, ya que si lo deseas, podría ayudarte a mejorar tu expresión oral si lo deseas; ya que por las notas que escribes, me doy cuenta que manejas un excelente vocabulario, para poder expresarte de forma apropiada y con cortesía… por lo que creo que podrías llegar a expresarte oralmente sí me permites ayudarte con algunos ejercicios… a menos que eso pueda afectar tu salud, en ese caso encontraremos otras formas de comunicación que sean más fáciles de realizar y comprender – me propone pensativa, yo agarro mi libreta para poder escribir.

Agradezco su amabilidad y deseos de ayudarme; para mí sería un placer poder contar con toda la ayuda que me pueda brindar, ya que por mi condición tengo muchos limitantes, como la imposibilidad de poder tener cualquier tipo de contacto físico, tal como mi padre le ha explicado con anterioridad. Sin embargo, puedo asegurarle que mi condición no impide o dificulta mi capacidad de comprensión y aprendizaje, yo puedo realizar perfectamente la mayoría de actividades físicas y mentales que no requieran mucho esfuerzo físico y emocional, así como el contacto físico o mucha cercanía con otras personas, porque eso sí afecta mi salud en gran manera.

En cuento a mi expresión oral, me temo que actualmente es muy difícil para mí hablar, aunque hay momentos en que logro susurrar algunas palabras con gran dificultad, por ahora suelo tartamudear mucho al tratar de pronunciar algunas palabras, también me cuesta mucho pronunciar algunas sílabas y fonemas correctamente, también me quedo sin aire y no logro aumentar el volumen de mi voz y por eso los demás tienen dificultades para escucharme y comprenderme cuando intento hablar; otro problema que tengo al tratar de hablar es que mi pecho y garganta empiezan a dolerme mucho por el esfuerzo que hago.

Por eso prefiero comunicarme por medio de notas o el lenguaje a señas; aunque me sentiría muy agradecida si usted puede ayudarme a superar mi problema de expresión oral o si me enseña otras formas de comunicación que me faciliten expresarme con los demás, ya que la escritura de notas es un poco lenta y no todas las personas dominan el lenguaje a señas.

Yo me sentiría muy agradecida con cualquier ayuda que usted me pueda brindar con esta dificultad que tengo al comunicarme.

- Bueno, primero que nada quiero asegurarte que mi esposo y yo conocemos y dominamos el lenguaje a señas, así que no tendremos problemas para entenderte y comunicarnos mejor cuando no puedas hacerlo de forma oral o por escrito – me dice en cuanto termina de leer mis notas, yo suspiro aliviada al saber que podré comunicarme por señas con ellos.

- Pero lo que quiero que tengas claro es que yo siempre respetaré tus limitantes, en ningún momento trataré de acercarme demasiado o tocarte, ni te pediré que realices actividades que te agiten demasiado o te provoquen emociones fuertes, para mí tu salud y bienestar es lo principal – me asegura con firmeza, yo afirmo agradecida porque sé que puedo confiar en ella, tengo la certeza de que estoy segura a su lado y eso me tranquiliza mucho.

- En cuanto a tu expresión oral – me sigue diciendo – creo que tu mayor problema se debe a que has pasado mucho tiempo sin pronunciar palabras, tus cuerdas bucales y varios músculos de tu laringe y garganta se han debilitado, por eso sientes un poco de dolor en tu pecho y garganta cuando tratas de hablar – me explica – recuerda que tenemos muchos músculos y órganos que nos permiten realizar diferentes actividades y nuestro cuerpo está hecho para ayudarnos a expresarnos, tú tienes la capacidad para hacerlo perfectamente, sólo tienes que ejercitar y poner en práctica tu expresión oral – me recomienda – yo te ayudaré a pronunciar correctamente, cualquier palabra que se te dificulte, pero empezaremos con palabras pequeñas y sencillas, tal como lo hacen los niños pequeños cuando están aprendiendo a hablar – explica y me apresuro a escribir en mi libreta.

Creo que eso puede funcionar, trataré de expresarme oralmente cuando esté con usted; aunque le advierto que cuando digo una palabra, suelo tartamudear mucho y hablo en susurros, porque no puedo aumentar mucho el volumen de mi voz, esto hace que sea muy difícil que los demás entiendan y escuchen lo que les digo; por eso prefiero escribir lo que quiero decirle a los demás, es más rápido y fácil lograr que comprendan lo que quiero decir cuando me expreso de forma escrita; también prefiero comunicarme con señas con mis padres, porque ellos entienden ese lenguaje; sin embargo ahora que he escuchado su punto de vista, creo que tiene razón al decir que mi dificultad y malestar se debe a que tengo mucho tiempo de no hablar con los demás y por eso me cuesta hacerlo ahora.

- Lo bueno es que en ese caso creo que lo que podemos hacer algunos ejercicios que te ayudaran a mejorar tu pronunciación y entonación de las palabras, estoy segura que podemos hacer que superes tu problema – me dice sonriendo – ya verás que a medida que hagamos los ejercicios poco a poco podrás hablar de forma clara, rápida y con un volumen adecuado… sólo tienes que realizar los ejercicios y tratar de decir palabras más seguido, para que tus cuerdas bucales se fortalezcan y puedas hablar con normalidad – me anima, yo sonrío y me apresuro a preguntarle por medio de señas

Estoy de acuerdo con usted y le agradezco la ayuda que me brinda… ¿Cuáles son los ejercicios que debo hacer para mejorar mi expresión oral?

- Bueno, lo primero es que tú trates de pronunciar algunas palabras cuando quieras decirme algo, sin que tengas que preocuparte por el volumen de tu voz o el tartamudeo que tengas al hablar… - me indica, yo afirmo en señal de aceptación - Pero no quiero que te esfuerces demasiado, para que ni tu pecho ni garganta te duelan y no tengas ningún malestar que pueda provocarte una crisis o recaída, quiero que lo tomes con calma, que empieces a pronunciar algunas palabras o frases cortas mientras nos comunicamos… También te mostraré algunos ejercicios bucales que mejoraran tu pronunciación y te ayudaran a disminuir el tartamudeo y hasta podrás aumentar el volumen de tu voz poco a poco, pero estos ejercicios te los mostraré y los practicaremos juntas el lunes que venga, así que por ahora sólo trata de decir algunas palabras mientras estamos conversando – me sugiere y yo afirmo complacida de poder superar mi problemas de comunicación, pero también me preocupa algo.

Está bien… trataré de pronunciar algunas palabras… aunque me preocupa que no pueda comprenderme ni escucharme… Mis padres tienen muchos problemas para entender lo que digo y a veces ni siquiera pueden oírme… por eso aprendí el lenguaje a señas y me acostumbré a escribirles notas para comunicarme con los demás.

- Entiendo que has tenido muchas dificultades, Cariño, pero no quiero que te preocupes por eso, no espero que a la primera hables perfectamente, seguiremos un proceso donde irás mejorando poco a poco, haremos lo mismo que hacen los niños pequeños cuando están aprendiendo a hablar y yo trataré de ayudarte en todo lo que pueda… - me tranquiliza – quiero que tengas la confianza de hablar conmigo cuando lo desees, no importa si lo haces en susurros entrecortados y pausados, yo estaré atenta a todo lo que quieras decir y creo que mi oído me permitirá escucharte aunque no hables muy fuerte – afirma con confianza y yo recuerdo que ella y su esposo no tuvieron dificultades para escucharme hace un momento, así que deben tener un oído muy sensible, lo cual es un alivio para mí

- Así que te sugiero que de ahora en adelante, aparte de las clases que te dé, dedicaremos unos minutos para trabajar en tu expresión verbal – continúa diciendo – por ejemplo, quisiera que cada vez que venga trates de saludarme oralmente y puedes decirme lo que desees, como platicarme cómo ha estado tu día o decirme lo que quieras, yo te escucharé y te ayudaré si tienes alguna dificultad al pronunciar alguna palabra o al expresar tus ideas de una forma simple… También practicaremos los ejercicios de pronunciación para disminuir el tartamudeo que tienes y hasta puedes practicar mientras estemos en clases, para decirme cuando tienes alguna duda o necesites algo, yo estaré muy atenta a todo lo que me expreses… - me explica, yo afirmo, aceptando sus sugerencias – y así sólo usarás tu libreta o tu lenguaje a señas cuando en serio quieras decirme algo importante o urgente, que requiera de muchas palabras y consideres que no puedes decirlo verbalmente, la libreta y las señas serán sólo un apoyo, mientras mejorar tu expresión oral… ¿Qué te parecen estas ideas? ¿Te gustaría intentarlo? – Me pregunta amablemente.

- S-Si… - susurro con timidez, ella sonríe complacida y orgullosa al escucharme, después agarro mi libreta para decirle lo que pienso al respecto.

Me parecen excelente sus consejos y quisiera poner en práctica todas sus ideas, me siento muy agradecida por su ayuda y le aseguro que haré todo mi esfuerzo para tratar de hablar más de ahora en adelante cuando esté con usted, ya que confío en que usted me ayudará a solucionar mi problema oral y sé que puedo contar con toda su ayuda, por eso trataré de hablar con usted, aunque tal vez con los demás no lo haga, a menos que sean personas confiables y estén al tanto de mi situación, porque hay personas que no tienen la paciencia, capacidad y tiempo para ayudarme y no todos comprenden o conocen mi situación.

- ¡Perfecto! – Exclama emocionada al leer mi nota – Entonces te ayudaré a mejorar tu expresión oral, confío en que lograrás hablar normalmente muy pronto – me anima, yo sonrío agradecida – Ahora hablemos sobre tu programa de estudio y las clases extracurriculares que deseas recibir – propone sin dejar de sonreír y yo la miro atenta y curiosa a la vez – Bien, primero que nada, déjame informarte que tres de mis hijos están en tu mismo curso, aunque estoy segura que al final conocerás a mis cinco hijos cuando vayas al instituto, ellos están esperando poder conocerte y desean ayudarte en lo que necesites, ya que están al tanto de tu situación al igual que mi esposo y yo… Además ellos también conocen el lenguaje a señas y saben las medidas que deben tener al estar contigo – me informa emocionada, yo sonrío al verla, porque es muy simpática, amable y entusiasta, aunque me inquieta un poco la idea de conocer a sus hijos por muy amables que parezcan.

- B-bi-bi-en… m-mu-mu-chas… gr-gra-ci-as… gra-cias – tartamudeo al escucharla, ella sonríe y asiente, felicitando mi esfuerzo al hablar.

- Muy bien hecho Bella – me felicita – pero como te estaba diciendo, tres de mis hijos están en tu mismo curso y uno de ellos me ha dado el programa de estudio y el resumen de las clases y temas que han visto en el primer semestre, también tengo el temario de lo que verán en el segundo semestre, así que estoy al tanto de los temas que tienes que manejar para poder aprobar los exámenes que te harán en las dos semanas que asistirás al instituto – me informa, yo suspiro aliviada de escuchar eso – he traído lo que mi hijo Edward me dio y me gustaría que lo revisemos para saber si hay algunos temas que no hayas visto en las clases privadas que has recibido con tus antiguos maestros o si necesitas refuerzo en algunos temas, para que empecemos a trabajar con eso de inmediato y puedas estar lista para los exámenes de la otra semana – me indica con tranquilidad, yo acepto y ella me pasa el programa de estudio y el listado de los temas que han visto en el primer semestre.

Cuando lo reviso, me sorprendo al ver que conozco todos los temas del programa de estudio y noto que son muy pocas asignaturas las que hay en el programa, así que la miro confundida y preocupada, porque lo más seguro es que el programa no está completo, algunos temas que aparecen en el temario parecen estar incompletos, además de que faltan varias asignaturas y sus temas.

- ¿Ocurre algo malo? – Me pregunta preocupada al ver mi reacción, yo muerdo mi labio inferior antes de asentir - ¿Qué pasa cariño? No quiero que te preocupes si hay algún tema que no hayas visto, yo te ayudaré a ponerte al día – me asegura para tranquilizarme, pero yo niego.

- N-no… no… es… e-so – tartamudeo, confundida – N-no… no… c-com-p-ple-to… - digo con el ceño fruncido, mientras señalo el temario, ella me mira curiosa y me hace un gesto para que se lo pase.

- Ummm… No Cariño, estoy segura que está completo, este es todo el programa de estudio para el primer año de bachillerato y estas son todas las asignaturas y temas que mis hijos y los otros estudiantes reciben en el instituto – me explica al revisarlo – estos de aquí, son los que han visto en el primer semestre… y estos otros, son los que verán en el segundo – me explica, mientras me señala los temas en el programa, yo la miro confundida y hasta un poco incrédula, porque ese no puede ser todo el plan de estudio.

- ¿S-son… t-to-da-s? – Pregunto incrédula, ella me mira un momento y revisa el programa de nuevo para cerciorarse.

- Sí, estas son todas las asignaturas que reciben – contesta – las asignaturas obligatorias para el nivel de bachillerato son Lengua y Literatura, Trigonometría, Historia, Biología, Español y Educación Física – me aclara, yo niego con la cabeza y me apresuro a agarrar mi libreta para explicarle el problema.

Es que no entiendo cómo puede ser todo el plan de estudio, cuando es evidente que está incompleto, no sólo faltan varios temas en esas asignaturas, sino que son muy pocas asignaturas comparadas con el plan de estudio que yo tenía anteriormente.

En casa yo estudiaba todas esas asignaturas, pero también recibía clases de Gramática, Caligrafía y Ortografía, Aritmética, Algebra, Contabilidad, Cálculo, Química, Ecología, Estudio del cuerpo humano, Avances científicos y médicos, Tecnología Básica, Informática, Geografía, Cultura universal, Filosofía, Humanidades, Relaciones humanas e Idiomas internacionales; y aunque no tenía una clase de Educación Física, he tenido un entrenador personal que me ha enseñado lo básico de varios deportes, como yoga, gimnasia, atletismo, natación, voleibol, soccer, baloncesto, tenis y bádminton.

También recibí varias clases extracurriculares como Cocina casera, repostería, dibujo y pintura, manualidades, expresión artística; y antes recibía clases de música, piano, violín, canto, ballet, danza contemporánea y moderna; pero en los últimos años sólo he tenido mis clases académicas, natación, gimnasia, yoga, cocina casera, repostería y todas mis clases de arte.

Por eso me sorprende ver las pocas asignaturas del programa de estudio y lo peor es que ya he recibido todos esos temas, incluso los del segundo semestre.

- ¡Oh! Entonces estoy segura de que no tendrás ningún problema con los exámenes – me dice muy divertida al leer mi nota, yo sólo la miro con incredulidad y ella se ríe entre dientes, está muy divertida con la situación – Tranquila Bella… La verdad es que tu padre ya me había advertido que tu recibías una educación muy avanzada… y después de lo que me has dicho… no hay ninguna duda de eso – comenta entre risas, como si el hecho de que ya conociera todos los temas, le pareciera lo más divertido y emocionante del mundo, pero yo no entiendo qué es lo gracioso.

- ¿Y… a-ho-ra…? - Tartamudeo preocupada y confundida, ella sólo sonríe y me guiña un ojo de forma traviesa y yo no puedo evitar reírme al verla, mi nueva maestra es muy divertida y juguetona, hasta parece una niña, eso me agrada mucho.

- Bueno, eso significa que ahora podemos concentrarnos en continuar con el mismo programa de estudio que tenías con tus otros maestros – dice emocionada, yo la miro sorprendida – Yo ya esperaba algo así, porque tu padre me dijo que desde muy pequeña habías tenidos varios tutores que te daban clases más avanzadas que las del programa de estudio que se limitan a seguir el resto de las instituciones educativas – me explica con tranquilidad

- Sólo traje el programa de estudio y el resumen de las clases que ha recibido mi hijo, para asegurarme de que dominas todos los temas que vendrán en tus exámenes; así que si necesitas refuerzo en algún tema o si te gustaría que te lo explique de nuevo, lo haré con gusto… Aunque de todas formas me gustaría que hagamos un repaso de todos los temas que saldrán en tus exámenes… porque aunque ya te lo hayan explicado tus maestros, es probable que los profesores del instituto, expliquen e impartan las clases con un método diferente al que te dieron a ti, para eso necesitaremos revisar los apuntes y resúmenes que mi hijo me dio… así nos aseguramos de que puedas realizar las pruebas que los profesores del instituto te harán – me explica y yo suspiro aliviada al comprender su plan.

- Es-es-tá… b-bi-en… - concedo, sintiéndome un poco más tranquila porque al parecer no tendré ningún problema con las evaluaciones que me harán en el instituto, aunque sigue sorprendiéndome que ese sea todo el plan de estudio.

- ¡Perfecto! – Exclama emocionada – Creo que lo mejor es que en estos días hagamos un repaso general de todos estos temas que te van a evaluar y después de que pasen las dos semanas, trabajaremos con el mismo programa de estudio que tenías antes con tus tutores, te aseguro que yo tengo conocimientos de todas las asignaturas que has estudiado y trataré de darle seguimiento al plan de estudio que tenías antes de venir aquí… también puedo reforzar cualquier tema que consideres que necesites refuerzo – me asegura.

- B-bi-en – estoy de acuerdo con lo que me dice, no tengo ninguna duda de que ella es una maestra muy capacitada.

- En cuanto a tus clases extracurriculares – sigue diciendo – Bueno, tengo entendido que recibías clases de diferentes idiomas y yo le expliqué a tu padre que conozco varios idiomas internacionales, aunque mi hija Alice es la que más idiomas conoce y domina de mi familia, creo que ella podría ayudarte con algún idioma que a mí se me dificulte, pero antes necesito saber cuáles idiomas deseas aprender y la forma en que tus maestros te los enseñaban, ya que supongo que no has podido practicar la expresión oral por tus dificultades en la pronunciación de las palabras – dice pensativa, yo sonrío y escribo en la libreta para explicarle.

La verdad es que desde muy pequeña recibí clases de español, francés, italiano, portugués, japonés y alemán; también tenía un maestro por cada idioma, ya que mi madre quería asegurarse de que mis maestros dominaran a la perfección los idiomas que enseñaban; y antes del accidente yo podía hablar, escribir y entender a la perfección el español y el francés, pero los otros idiomas aún no los domino en su totalidad, sólo entiendo y escribo muy bien el italiano y portugués, lo único que no he podido aprender es la pronunciación y entonación correcta de todos los fonemas; y en cuanto al japonés y el alemán, todavía necesito mejorar la escritura, pronunciación y comprensión, ya que sólo entiendo y conozco algunas frases y palabras básicas.

- En ese caso creo que yo puedo ayudarte con los idiomas que falta que domines, porque puedo hablarlos, escribirlos y comprenderlos a la perfección – me dice sonriendo – pero si quieres aprender más idiomas, puedo decirle a mi hija Alice que te enseñe otros que ella conoce, estoy segura que lo haría encantada – me ofrece, yo muerdo mi labio, insegura, antes de escribir en la libreta.

Agradezco la oferta, pero creo que por el momento sólo quisiera que usted me ayudara con los idiomas que aún no domino; y tal vez en un futuro, cuando ya domine esos idiomas y pueda expresarme verbalmente, podría considerar aprender otros idiomas; pero agradezco su oferta y la consideración y amabilidad que su hija tiene para ayudarme.

Además yo no soy buena relacionándome con otras personas, porque desde el accidente, sólo he convivido un poco con mis padres y maestros; yo estoy feliz de tener la oportunidad de convivir con usted y su esposo, porque sé que son buenas personas y no harán nada para lastimarme, y sé que ustedes no trataran de acercarse mucho a mí, confío en ustedes y estoy muy agradecida por toda la ayuda que me brindan; pero no estoy muy segura de poder relacionarme con otras personas, no es seguro que lo haga.

- Entiendo que te sientas así y lo respeto – me dice con suavidad – también me parece bien que seas muy sincera con tus sentimientos y trates de estar tranquila y segura, sé que debe ser muy difícil para ti, confiar en otras personas cuando has tenido que estar alejada de los demás por tu condición y es muy bueno que te asegures de que nadie se te acerque demasiado, ni ponga en riesgo tu salud… por ahora sólo puedo asegurarte que mi familia está al tanto de tu situación y ninguno de nosotros hará algo que pueda perjudicar tu bienestar, sólo queremos ayudarte en lo que puedas necesitar y esté en nuestras manos poder hacerlo… así que no te sientas presionada, yo sé que por el momento no estás preparada para relacionarte mucho con otras personas y mi familia respetará y aceptará tu decisión – me asegura.

- G-gra-gra-cias… - susurro agradecida porque ella comprende mi situación, aunque no sepa el verdadero motivo, por el que no puedo acercarme a nadie, ella no sabe que soy muy peligrosa para todos los que me rodean y si no tengo cuidado, podría lastimarla o matarla a ella y su familia.

- Es un placer – dice sonriendo – Entonces te ayudaré a dominar a la perfección los idiomas que has estado estudiando… – sigue con tranquilidad – Ahora, hace poco me comentaste que también recibías clases de arte y quiero decirte que el arte es algo que a mí me gusta mucho y puedo enseñarte diferentes técnicas y manualidades artísticas, ya sea para dibujo, pintura, artesanía, escultura y diseño, no sé si has aprendido o tienes alguna técnica en específico que te gustaría aprender – dice pensativa – pero creo que tal vez te gustaría aprender a hacer adornos con filigrana, repujado, bordado, vitrales y muchas técnicas más que podríamos hacer, con diferentes tipos de materiales y herramientas –me propone emocionada.

- Sí… - acepto emocionada con la idea – e-so… me… g-gus-ta…

- Entonces lo haremos – asegura guiñándome un ojo y anotando en su carpeta lo que me enseñará – Por cierto, yo no sé qué tan avanzada estás con tus clases de cocina, pero yo también estoy estudiando un curso avanzado de cocina y repostería, tal vez podamos seguir aprendiendo juntas, tú me enseñas lo que sabes y yo te enseño las recetas que conozco – me ofrece y yo acepto emocionada - ¿Te parece?

- Sí… – contesto sonriendo, ella asiente y también lo agrega en su carpeta.

- Muy bien, veamos qué otra cosa falta – murmura pensativa - ¡Oh sí! Dijiste que practicabas varias actividades físicas, pero creo que con el clima de este pueblo, será muy difícil que podamos hacer ejercicio al aire libre y hace demasiado frío para nadar, tal vez haya cerca de aquí algún centro acuático donde haya una piscina con agua tibia para poder nadar – dice pensativa, pero yo niego de inmediato y escribo en la libreta.

No creo que pueda hacer eso, porque por mi condición no puedo ir a ningún lugar público, donde hayan muchas personas, antes practicaba natación en una piscina de agua natural que teníamos en casa porque el cloro irrita mi piel y también tenía un salón espacioso donde hacía mis ejercicios físicos y ensayaba danza; pero desde el accidente casi no hago muchas actividades físicas, porque no puedo agitarme mucho; y por el momento prefiero concentrarme en las otras clases; además creo que yo podría hacer un poco de ejercicio o terapia física por mi propia cuenta, ya que aquí no hay mucho espacio y sería muy incómodo que las dos hagamos ejercicio en un lugar con tan poco espacio.

- Sí, supongo que tienes razón – murmura pensativa – y tal como has dicho, no puedes realizar actividades que te agiten o agoten demasiado… además por ahora el único lugar donde pueda llevarte a nadar sola y con agua tibia, que se me ocurre es la bañera de mi casa – comenta divertida, yo me río y niego con la cabeza desechando la idea, aunque no estoy segura si bromea o no - ¿No?... ¡Lástima! Pero no te he dicho que mi bañera también tiene yacusi, así que si quieres cambiar de idea estás a tiempo – ofrece con una sonrisa divertida, yo me río de nuevo porque definitivamente tiene que estar bromeando ahora - ¡Bueno, ni modo! Mi bañera fue rechazada – Exclama como si fuera lo más triste del mundo y yo sólo puedo reírme por lo graciosa que es.

- No… ba-ñe-ra… - digo sin dejar de reír, ella sonríe complacida, como si el simple hecho de que me ría la hiciera feliz.

- Ummm… entonces tú harás ejercicio por tu cuenta – murmura resignada – Veamos, lo único que queda son las clases de música, canto, piano, violín, ballet y danza que dices que antes del accidente tenías – comenta con suavidad, yo dejo de reír de inmediato – No sé si te parezca la idea, pero tengo un hijo que es músico, él toca varios instrumentos y mis dos hijas pueden cantar y bailar; aunque comprendería que en estos momentos, quizás no quieras recibir esas clases, sólo te lo digo para que si en algún momento te gustaría retomar esas clases, mis hijos podrían ayudarte, sólo es para que lo tengas en cuenta – me ofrece amablemente, yo muevo levemente con la cabeza, pero sé que eso era imposible.

- G-gra-gra-cias… - susurro con una sonrisa triste, ella asiente y no comenta más, lo cual agradezco sinceramente.

- Bueno, creo que eso es todo en cuanto a tus clases extracurriculares – me dice revisando sus apuntes – con esto y las otras clases de tu programa de estudio, tenemos mucho material para trabajar – afirma emocionada – Ahora sólo me gustaría revisar tu programa de estudio y no sé si tus profesores enviaron los informes que pedí, de las clases que has tenido, para poder seguir con tus clases lo más pronto posible – me dice con tranquilidad, yo escribo en mi libreta.

Todos mis maestros enviaron un informe de todas las clases que me daban, así como los resultados de todas las evaluaciones que me han hecho. Los tengo en mi habitación, junto a mi programa de estudio, sí gusta podemos subir porque, mi habitación es el mejor lugar aparte de la sala en el que podemos tener las clases, creo que en mi habitación tengo todo lo que necesito para mis clases; también me gustaría que viera el programa de estudio, los informes, libretas, enciclopedias y libros que traje para mi educación, así me dice si necesitaré otros materiales para nuestras clases.

- ¡Muy bien! Entonces vamos a tu habitación – decide, yo sonrío y me levanto para enseñarle el camino, ella me sigue, manteniendo la distancia entre nosotros.

- ¡Tú habitación es hermosa! – Exclama sorprendida cuando entra, yo me paro cerca del escritorio y la invito a pasar.

- Gr-gra-cias… la… de-c-co-ré… a-yer… - le cuento con timidez, ella me mira sorprendida.

- Te quedó muy hermosa – me felicita – y lo hiciste muy rápido, teniendo en cuenta que llegaste ayer al mediodía – añade sonriendo, yo bajo la cabeza, ruborizada.

- E-so… di-jo… mi… p-pa-pá… - comento sonriendo y agarrando la carpeta donde tengo los informes de mis profesores y el programa de estudio, se lo paso por la mesa del escritorio para que los vea.

- ¿Son los informes? – Pregunta, mientras agarra la carpeta y los revisa - Oh… También está el programa de estudio – murmura mientras se sienta en la silla más cercana para leerlo, yo me siento en la mecedora, al otro lado de mi habitación – Ya veo… con razón creíste que el otro programa estaba incompleto – comenta divertida – recibías una educación muy avanzada, comparada a la del instituto y según esto, manejas todos los temas que has recibido, eso es algo que me sorprende, porque tu padre me dijo que sólo recibías pocas clases a la semana y tus maestros no te daban clases todos los días – me dice, mirándome curiosa, así que escribo en mi libreta.

Desde que era muy pequeña me acostumbré a seguir un horario muy estricto, porque siempre tenía muchos compromisos, por las presentaciones que hacía antes del accidente; y por eso no podía recibir clases todos los días, mis maestros llegaban una vez a la semana o a los 15 días y me daban una breve explicación de los temas que vería, después me daban varias guías de estudio y me asignaban diferentes trabajos, proyectos y actividades sobre los temas; así que en mi tiempo de estudio y tiempo libre, estudiaba por mi cuenta y realizaba lo que mis profesores me habían asignado, para presentárselos en la próxima clase que tendría con ellos o se los enviaba por correo; también podía comunicarme con ellos por teléfono o por e-mail para hacerles algunas preguntas sobre el tema; hacía esto con todos los profesores que tenía.

- Ya veo… así no necesitabas ver a tus profesores todos los días – murmura comprensiva, yo afirmo – pero… eso era en los primeros años, porque dices que antes del accidente tenías varios compromisos y presentaciones, pero… ¿Qué pasó después del accidente? Supongo que por tu enfermedad, ya no puedes hacer las mismas cosas que antes hacías, entonces… ¿Cómo afectó eso a tus clases? – Me pregunta con seriedad, yo dirijo mi mirada hacia la ventana, no me gusta hablar de lo mucho que ha cambiado mi vida desde ese día, pero entiendo que ella quiera saberlo, así que escribo.

Cuando era pequeña tenía varios compromisos, ya que hacía varias presentaciones públicas en conciertos, recitales de danza, festividades, eventos sociales y concursos de talentos; porque antes tenía talento musical, era compositora, cantante y bailarina; y por eso no tenía tiempo para asistir al preescolar como otros niños, ya que aparte de mis presentaciones tenía mis clases y ensayos de música y baile; así que mis padres decidieron contratar a varios tutores que pudieran dar clases cuando mi horario me lo permitiera, desde entonces tenía 5 tutores académicos, ellos se dividían las asignaturas por área o ciencia; también tenía tres maestros de canto, dos maestros de piano, dos de violín, dos de ballet, tres de danza contemporánea y moderna, un entrenador de gimnasia, uno de deportes, una de cocina y repostería, una de dibujo y pintura, uno de manualidades que me enseñó la técnica de filigrana y tenía un maestro por cada idioma que aprendía. Todos los días recibía clases con varios maestros, según la clase que mi horario indicaba y si tenía alguna presentación, cancelaba y posponía la clase para otro día o mis maestros me enviaba folletos, resúmenes y guías de estudio, para que los estudiara en mi tiempo libre. Esto fue así hasta que cumplí 8 años… Después del accidente ya no pude hacer ninguna presentación, ni puedo asistir a ninguno de los compromisos como antes, porque mi condición me lo impide; también cancelé mis clases de música, canto, baile y de deportes porque ya no puedo realizarlos sin agitarme mucho o correr el riesgo de tener una crisis, sólo practico de vez en cuando la natación, yoga, gimnasia y algunos ejercicios de atletismo porque los puedo hacer de forma individual, sin cansarme mucho; así que se puede decir que después del accidente tengo mucho tiempo libre en mi horario.

- Entiendo… - dice Esme con suavidad – Debe ser muy difícil para ti no poder hacer todas las actividades que te gustan y que antes realizabas – comenta con tristeza, como si supiera lo duro que es para mí, pero después sonríe para animarme – Bueno, no hay que perder la esperanza, tal vez con el tiempo puedas volver a hacer todo lo que antes hacías, al menos vamos a tratar de ayudarte a hacer lo que quieras, empezaremos con tu expresión oral, que te permitirá hablar libremente y hasta podrías volver a cantar en un futuro – me alienta sonriendo

Sé que ella trata de animarme y ayudarme mucho, pero soy consciente de que no me queda mucho tiempo de vida y ese futuro del que ella habla, nunca llegará; pero no voy a decirle eso; así que sólo sonrío y afirmo levemente, aceptando lo que propone.

- Sé que es difícil de creer, pero estoy segura que lo lograrás, Cariño – me dice con ternura, yo sonrío agradecida, pero no digo nada y ella comprende que no quiero hablar más de eso, porque cambia de tema – Me voy a llevar esto para poder revisarlo más detenidamente y empezaré a hacer el horario de tus clases, para que trabajemos después de que dejes de asistir al instituto… He pensado que tal vez podríamos reunirnos en estas dos semanas por la tarde, así haremos un repaso de los temas que te avaluaran, haremos los ejercicios para mejorar tu expresión oral y si tenemos tiempo, podríamos empezar con algunas de tus clases extracurriculares; para que después de estas dos semanas podamos trabajar en un horario normal – Me propone y yo estoy de acuerdo con eso.

- ¿Te parece si desde el lunes nos reunimos de 3:00 a 6:00 de la tarde? – Pregunta, yo acepto la propuesta – Bien, así será entonces… Y creo que después de que pasen las dos semanas, podemos reunirnos en el mismo horario que tendrías si asistieras al instituto, aunque haremos un corto receso entre clases y tendremos nuestra hora de almuerzo, será como si fueras al instituto, sólo que yo te daré clases aquí – me propone y de nuevo estoy de acuerdo – Hasta podríamos aprovechar la hora del almuerzo para las clases de cocina y comeremos lo que preparemos y tal vez podríamos adelantar la cena, así podrás poner en práctica lo que aprendas y tu evaluación, dependerá de cómo haya quedado lo que cocinemos y creo que tu padre será nuestro principal conejillo de indias, porque cenará lo que cocines – decide divertida y yo sonrío por sus ocurrencias – Sí, es mejor que sea tu padre, porque mi esposo y mis hijos ya están cansados de que los use de conejillos de indias para que prueben todo lo que cocino, ellos siempre se quejan de que los hago probar mis nuevas recetas – se queja haciendo un puchero, esta vez no puedo evitar reírme al imaginar a su esposo comiendo varios platillos diferentes para cada comida.

- P-po-br-bre-ci-tos – digo entre risas y ella también se une a mis risas

- Lo peor es que ellos sólo dicen que todo sabe bien y ni siquiera se toman la molestia de saborear cada ingrediente, así que no sirven para ser buenos jueces de comida – se queja entre divertida y molesta, yo dudo que mi padre sea diferente a su esposo e hijos – Entonces dime… ¿Estás de acuerdo que nos reunamos en el mismo horario del instituto? – Me pregunta después de que dejo de reír, yo afirmo de acuerdo con eso - ¡Perfecto! Ahora sólo tengo que organizar y programar todas las clases en tu nuevo horario – exclama emocionada.

- Gr-gra-cias… p-por… t-to-do… - agradezco sinceramente.

- Gracias a ti por darme la oportunidad de ayudarte con tus estudios, desde que tu padre me propuso ser tu tutora, he estado muy emocionada con la idea, porque me alegra trabajar en algo que me gusta y también puedo compartir todos mis conocimientos y estudios contigo, así que yo también estoy agradecida por poder ser tu tutora – asegura sonriendo – Por cierto, veo que tienes varias obras literarias que están en tu programa de estudio y me pregunto si ya las leíste todas o no – murmura mientras se levanta para ver las novelas que hay en mi librero.

- Yo… ya… las… le-í – contesto pausadamente – s-son… mis… fa-vo-ri-tas….

- ¡Oh! Entonces las trajiste para poder leerlas de nuevo, como pasatiempo – dice al comprender mi intención, yo afirmo con un movimiento de la cabeza – Entiendo que te gusten, todas estas me gustan mucho y las he leído en varias ocasiones, creo que he leído todas las ediciones y presentaciones que han sacado – comenta pensativa y agarrando la recopilación de obras de Shakespeare – Romeo y Julieta es mi favorita, siempre me emociono cuando la leo o veo las películas – me cuenta con una sonrisa cómplice, yo la miro sorprendida.

- ¿P-pe-lí-cu-las? – Pregunto emocionada y sorprendida, ella me mira fijamente.

- Sí, he visto todas las películas que han sacado de esta novela – me aclara y me emociono más, porque nunca he visto ninguna de esas películas – De hecho también tengo las películas de Toledo, Sueño de una Noche de Verano, Hamlet, Orgullo y Prejuicio, Cumbres Borrascosas, Sensatez y Sentimientos, Mujercitas, El Conde de Montecristo y… sí, creo que tengo todas las películas que han sacado de las obras que tienes aquí – me cuenta, estoy muy curiosa y emocionada al escucharla, algo que ella nota - ¿No has visto ninguna de esas películas? – Me pregunta sorprendida, yo niego - ¡Así que sólo las has leído! – Exclama muy sorprendida, yo afirmo con la cabeza – Bueno, eso se arregla fácilmente, esas obras aparecen en tu programa de estudios y como ya las has leído, veremos las películas, para que veas la presentación cinematográfica que han hecho de estas obras – me propone emocionada – así me dirás cuál versión te gusta más, sí la de la obra o la de la película.

- ¡Gra-cias! – Exclamo emocionada, no puedo dejar de sonreír, mientras aplaudo y salto feliz de poder ver las películas de mis obras favoritas, hasta me dan ganas de bailar por la emoción, mientras Esme sólo se ríe al verme tan entusiasmada.

- Me recuerdas mucho a mi hija Alice cuando te emocionas – comenta divertida – cuando ella se emociona o está muy feliz, siempre aplaude, salta, baila, ríe, habla, canta y a veces hasta grita por lo contenta que se siente – me cuenta entre risas, yo sonrío al escucharla.

- Es… en-t-tu-c-ci-as-t-ta – digo divertida, recordando a mi madre cuando se emocionaba por algo, era como ver a un duendecillo travieso.

- Yo diría que es más que entusiasta – murmura Esme, sonriendo con ternura al hablar de su hija, se nota lo mucho que ama a sus hijos y esposo, ellos parecen ser una familia muy unida y llena de amor, son tal como las familias deben ser.

- Bueno, creo que ya tengo todo claro, para empezar a trabajar contigo – asegura – Pero todavía es temprano, así que podemos usar este tiempo para conocernos mejor – propone mirando el reloj de mi buró, apenas son las 3:30 pm y su esposo llegará hasta las 5:00 pm; así que tenemos mucho tiempo libre; de pronto me acuerdo de las galletas.

- ¿Le… g-gus-t-ta-ría… un… re-fr-fri-ge-rio? – Ofrezco, ella me sonríe con amabilidad.

- Por supuesto, así podemos platicar mientras comemos las galletas que preparaste – acepta al recordar lo que he preparado, yo sonrío y le hago un gesto para que salga primero, ya que está más cerca de la puerta – ¡Vamos pues! – Dice agarrando la carpeta y saliendo de mi habitación, yo la sigo lo más cerca que puedo sin que me afecte mucho.

Llegamos a la sala y ella guarda la carpeta en su bolso que está en el sofá, mientras yo camino hacia la cocina, para traer el refrigerio. Primero pongo a calentar el té, luego preparo la charola, acomodando las galletas, la jarra con limonada, pongo unos platitos para las galletas, tazas, vasos, cucharitas, azúcar, crema y por último vierto el té de rosas que ya está caliente en una tetera; y después regreso a la sala, donde Esme está entretenida viendo la vitrina con los recuerdos de mi infancia; yo pongo la bandeja en la mesa de centro.

- Ya… vi-ne… - susurro para llamar su atención, ella se gira y me sonríe.

- Estaba viendo todo lo que hiciste de pequeña, eras una niña muy adorable y hermosa, me hubiera gustado ver tus presentaciones – dice emocionada, yo sonrío con tristeza al escucharla.

- Y veo que ganaste muchos premios, trofeos y reconocimientos con tus presentaciones, no hay duda de que tienes mucho talento – comenta sorprendida.

- Sí… - susurro, ella me mira con ternura y curiosidad, por lo que escribo en mi libreta.

Cada vez que mi padre iba a ver mis presentaciones, yo le daba el premio que ganaba, porque él me daba suerte con su presencia y quería que tuviera un recuerdo de los momentos que pasaba conmigo, ya que por su trabajo, casi no lo veía; pero siempre hacía el esfuerzo por ir a verme y estaba pendiente de todo lo que me pasaba, él me llamaba por teléfono para desearme suerte, cuando no iba y yo siempre le enviaba una copia del video de mis presentaciones, para que los viera. En esa vitrina están los videos de todas las presentaciones que hice, también están todos los CD que grabé con mis melodías y canciones; aunque en mi otra casa de Phoenix también tenemos otros trofeos, premios, reconocimientos, CD y videos de todas las presentaciones que hice en esos años.

- Es muy considerado de tu parte permitirle tener todos estos recuerdos e incluirlo en tu vida, aunque antes no vivieras con él, ni lo veías seguido – me halaga.

- Es… mi… pa-pá – explico encogiéndome de hombros.

- Sí, tienes razón al decir que sin importar lo que pase, él es tu padre – murmura, mientras me siento en el sillón individual y ella en el sofá.

- Pu-pue-de… ha-cer-me… un… fa-vor… - pido con timidez, tomando un poco de limonada.

- Por supuesto, sabes que si puedo ayudarte en algo, lo haré – me sonríe, comiendo una galleta y sirviéndose una taza de té, yo sonrío agradecida y empiezo a escribir en mi libreta, mientras come su refrigerio.

Es que mi padre no tuvo tiempo para comprar lo de la despensa y otras cosas de la casa; por eso le dije que yo me haría cargo de las cosas de la casa y de la cocina, pero necesito comprar varias cosas y no conozco el pueblo, ni dónde queda el supermercado; además de que me da un poco de miedo ir sola, por las demás personas y porque hace mucho que no salgo sola, ni voy de compras; así que si no es mucha molestia, quisiera que me diga dónde queda el supermercado.

- Entiendo… - susurra pensativa – hasta donde sé, tu padre trabaja mucho y es normal que no tenga mucho tiempo para las cosas del hogar, además de que a muchos hombres les cuesta hacer las cosas de la casa – comenta sonriendo, yo le doy la razón – Por supuesto que te ayudaré – Asegura, yo suspiro aliviada – pero por tu condición, no creo que debas ir sola, porque no todas las demás personas comprenden tu situación y podrían acercarse a ti aunque sea sólo para saludarte; así que prefiero acompañarte ahora, para asegurarme de que nadie se te acerque mucho y veré los productos y marcas que prefieres comprar, así yo puedo encargarme de las compras en el futuro, sin necesidad de que arriesgues tu salud, después sólo tendrás que darme un listado y yo me encargaré de traerte lo que necesites – ofrece con amabilidad.

- Gra-cias… - digo sincera.

- Es un placer, Querida – sonríe – recuerda que soy madre de familia y entiendo un poco de estas cosas, así que será un gusto poder ayudarte en todo lo que puedas necesitar.

- ¿Po-pode-mos… ir… ya? – Pregunto con timidez, terminando mi vaso de limonada y las galletas que me serví previamente.

- Supongo que sí – acepta con tranquilidad, terminando su taza de té y galletas, noto que casi no ha comido y me pregunto si no le gustaron las galletas – todavía falta mucho para que venga Carlisle, así que podemos ir de compras antes de que regrese – dice viendo la hora - ¿Sí quieres llamo a mi hijo Edward para que nos lleve? – Ofrece, yo me sonrojo y niego, mientras hago señas para comunicarme con ella.

Eso no será necesario… además yo no puedo viajar en un auto con muchas personas… por eso mi padre compró una camioneta, para que pueda transportarme… es muy espaciosa y podremos viajar juntas sin que me afecte su cercanía… y sin que tengamos que incomodar a su hijo, por mi culpa.

- ¡Eso sí que es una sorpresa! Veo que tus padres han pensado en todo – dice sorprendida, yo sonrío.

Mis padres saben que nadie puede estar muy cerca de mí y por eso buscan las medidas necesarias para cuidarme mejor, sin tener que arriesgar más mi salud.

- Es bueno que tus padres se aseguren de que tengas todo lo necesario – dice sonriendo, yo estoy de acuerdo – Entonces vamos de compras – añade emocionada, yo me rio, aunque estoy un poco nerviosa y ella lo nota – Es normal que te sientas un poco insegura después de lo que pasó en tu viaje - comenta y yo me sorprendo de que lo sepa – los agentes nos informaron lo que pasó en tu viaje – me explica y yo afirmo al comprenderlo – por ahora te puedo asegurar que yo puedo llevarte y asegurarme de que nadie se te acerque… Además tengo mi permiso y puedo conducir muy bien, también puedo alejar a las demás personas de ti, así que estarás segura conmigo – me asegura con mucha confianza que me hace sentir a salvo – Aunque mi esposo y mis hijos prefieren llevarme en sus autos, en lugar de comprarme mi propio auto, yo siempre les digo que no es justo, porque soy la única que no tiene su propio auto en la familia, pero en fin – se queja resignada, haciendo pucheros, yo me rio al verla, porque parece una niña pequeña.

- Es… gr-gra-cio-sa… - digo entre risas, ella también se pone a reír.

- Debes pensar que soy una niña, en lugar de una madre – murmura divertida, yo niego.

- No… us-ted… es… Mamá… Co-ra-zón… - aseguro tanto de forma oral como por señas.

- Mamá Corazón – repite pensativa – Me gusta cómo suena eso – dice sonriendo emocionada.

- Es… una… mamá… q-que… tie-ne… un… g-gran… co-ra-zón… con… mucho… amor… pa-ra… sus… hi-jos… y… es-po-so – digo con sinceridad, ya que puedo sentir el gran amor que ella tiene por su familia y su personalidad es muy maternal y amorosa.

- Eres muy dulce Bella – dice emocionada y con sus ojos muy brillantes – ser mamá es algo que siempre he deseado, con todo mi corazón – comenta con tristeza y nostalgia.

- P-pe-ro… es… una… mamá… - digo confundida, no entiendo cómo puede desear algo que ya es, ella me ve fijamente.

- Ya veo, entonces aún no lo sabes – murmura con tristeza, yo frunzo el ceño – La verdad es que yo no soy la madre biológica de mis hijos… Yo no puedo tener hijos, hace años tuve uno, pero mi bebé murió a los pocos días de haber nacido… en ese momento quise morirme con él… es algo que es difícil de superar - explica con la voz llena de dolor – pero después conocí a Carlisle y él me ayudó a superar mi pérdida y al final nos casamos… pero nunca pude tener otro hijo… así que adoptamos a nuestros cinco hijos, ellos son todo para mí y aunque no soy su verdadera madre, los amo con todo mi ser – me asegura.

- En-ton-ces… sí… es… mamá – digo convencida, ella me mira fijamente.

- Pero no soy su madre biológica – susurra con tristeza, yo frunzo el ceño confundida.

- Pe-ro… us-ted… los… ama… y… se… pre-o-cu-pa… por… ellos – replico muy seria, ella asiente, pero sigue triste – y… los… cui-da… a-po-ya… y… a-con-se-ja… cu-an-do… la… ne-ce-si-tan… - aseguro, ella asiente de nuevo – en-ton-ces… us-ted… es… su… mamá.

- Bella… - susurra, pero yo niego con la cabeza y empiezo a escribir en mi libreta.

Una mamá, no es sólo la persona que nos lleva en su vientre durante el embarazo y nos trae al mundo, una verdadera mamá es aquella mujer que nos cuida con amor, la que siempre se preocupa por sus hijos, la que se asegura que comamos, para que estemos limpios y sanos, la que se preocupa y asegura de que tengamos todo lo que necesitamos, la que siempre nos escucha, aconseja, ayuda, apoya y corrige cuando lo necesitamos, la que respeta y apoya nuestras decisiones y nos anima a alcanzar nuestros sueños y metas, es aquella que se preocupa, nos cuida y se entristece cuando nos enfermamos, nos sentimos tristes o cuando tenemos un problema; una mamá es aquella que es capaz de hacer hasta lo imposible por el bienestar y la felicidad de sus hijos, es la que brinda amor, ternura, consuelo y nos hace mimos y nos consciente, la que es capaz de hacernos sentir mejor con una sonrisa, beso y abrazo, esa es una mamá.

Ser mamá no es sólo dar a luz a un bebé, una verdadera mamá cuida, educa, acompaña y apoya a sus hijos, a lo largo de su vida, sobre todo en los momentos más difíciles. Para mí usted es Mamá Corazón, porque aunque no es mi verdadera mamá, me ha tratado con mucha ternura, cariño, comprensión y amabilidad, me hace reír y me hace sentir tranquila y segura cuando estoy con usted, disfruto de su compañía y me gusta platicar con usted; eso es algo que ni siquiera he podido hacerlo con mis verdaderos padres en los últimos años; desde que cumplí 8 años he estado sola, aislada y sin nadie con quien hablar y pasar un momento tan agradable; pero con usted lo he hecho y me hace recordar la relación que tenía con mi madre antes del accidente; y eso que antes de ese día, eran pocos los momentos que compartía con ella, por todos los compromisos y responsabilidades que yo tenía.

Así que ahora, después de tantos años de soledad, siento que estoy con una verdadera mamá, usted es muy maternal y su corazón está lleno de mucho amor; y por eso estoy segura que sus hijos, se sienten agradecidos, felices, orgullosos y privilegiados de tenerla a usted como su mamá y estoy muy convencida de que para ellos, usted es su verdadera mamá y se deben de sentir muy dichosos de ser sus hijos.

Lo sé porque hasta yo, que acabo de conocerla, me siento muy feliz y agradecida de tenerla cerca de mí; yo confío mucho en usted, por su amor, personalidad maternal, ternura, apoyo, comprensión y por hacerme sentir querida, escuchada y aceptada, después de tantos años de vivir aislada y en soledad.

Así que le ruego que por favor, no piense en ningún momento que usted no es una mamá, porque le aseguro que no hay una mamá más hermosa, perfecta y especial que usted, para mí usted es y siempre será "Mamá Corazón"

- Us-ted… es… Mamá… Co-ra-zón… - aseguro con firmeza, mientras arranco la hoja y se la paso, después recojo la charola y la llevo a la cocina, dándole un momento de privacidad para que lea mi nota.

En la cocina limpio mis ojos para evitar que las lágrimas salgan; todo lo que escribí es cierto, todavía me sorprende la forma en que me siento al estar con Esme, en especial porque con ella no me siento sola, ni me siento como un monstruo, ella tiene una personalidad muy maternal, amorosa y bondadosa que me hace sentir segura y tranquila; sin embargo hay algo en mí, que me dice que también es peligrosa, así que mientras lavo los trastes, pienso en lo que ella me hace sentir en realidad.

Sé que hay algo en Esme y su esposo que es muy diferente a las demás personas, ellos son distintos y la luz que tengo en mi interior me lo recuerda, porque siempre está muy alerta y lista para atacarlos en cualquier momento; por eso he tenido que soportar el dolor al esforzarme por contenerla para no hacerles daño; por momentos es como si al estar con ella estuviera en peligro y por eso siento el deseo de alejarme de ella y dejar que la luz salga y la ataque para que no me lastime.

Pero al convivir con ella y ver su forma de ser, me he dado cuenta de que aunque ella es peligrosa, no es mala y estoy convencida de que nunca me lastimaría, al menos no de forma intencional; al contrario, he notado que ella y su esposo en verdad quieren ayudarme y los dos se preocupan mucho por mí, algo que me sorprende, ya que acabo de conocerlos; y es por esta razón que confío en ellos y no me importa que sean peligrosos, después de todo, ellos han sido buenos y muy amables conmigo.

Y creo que el tener esto claro, me ha ayudado a soportar su presencia, porque aunque la luz está siempre alerta para protegerme, a medida que he pasado en compañía de Esme, siento que cada vez se me hace más fácil y soportable el estar a su lado y hasta el dolor y las molestias ha disminuido poco a poco y creo que si sigo así, muy pronto podré estar cerca de ellos, sin que la luz quiera atacarlos, algo que me facilitaría mucho el tener que convivir con ellos hasta que llegue mi hora.

Con esto en mente, agarro el dinero que hay en el frasco, lo guardo en mi billetera y salgo de la cocina, para decirle a Esme que ya podemos ir de compras; ella está sentada en el sofá, tal como la dejé y con mi nota en sus manos, sus ojos están muy brillosos como si estuviera a punto de llorar y se esforzara por contener sus lágrimas.

- ¿Nos… va-mos… ya? – pregunto llamando su atención, ella me mira y sonríe, por lo que suspiro aliviada, me preocupaba haberla hecho sentir mal con lo que escribí.

- Por supuesto – acepta amablemente – prepara tus cosas para salir y yo te espero aquí – me indica, yo afirmo y me giro para subir a mi habitación – Bella – me llama antes de que suba el primer escalón, por lo que me giro para verla – Gracias… te agradezco todo lo que dijiste, significa mucho para mí y me siento muy agradecida y halagada de que pienses así de mí – me dice y parece creerlo en verdad.

- Es… la… ver-dad – aseguro sonriendo, antes de subir a mi habitación para agarrar mi bolso, donde meto mi billetera, mi libreta de notas y la cajita de tarjetas que siempre cargo conmigo; después me pongo un poco de crema en las manos y el rostro para proteger mi piel, me pongo mi chaqueta impermeable y me apresuro a bajar.

- Lis-to – digo al bajar las escaleras, ella me sonríe y por suerte sus ojos ya no están llenos de lágrimas.

Le señalo el lugar donde están las llaves de la camioneta y Esme, quien ya tiene puesta su chaqueta y su bolso colgado en el hombro, las agarra y sale de la casa; yo agarro las llaves de la casa y salgo después de ella, noto que ha abierto dos puertas, la del conductor y la de la parte trasera, ella se sube en el asiento del conductor.

Así que me apresuro a subirme en la parte de atrás, para no mojarme mucho con la lluvia y me pongo el cinturón de seguridad, mientras ella enciende la calefacción y el motor, que por suerte encendió a la primera, pero con un gran estruendo que me hace saltar del susto, ella se pone a reír porque me vio.

- Es un poco escandalosa – comenta divertida, mientras arranca y estoy totalmente de acuerdo con ella, aunque poco no es la palabra que yo usaría.

- Pa-pá… di-jo… que… era… vie-ja… pe-ro… que… fun-cio-na-ba… bien – le cuento, ella asiente sin dejar de sonreír.

Esto es algo que me sorprende mucho, al parecer ella en serio, no tiene problemas para escucharme y entenderme aunque hablo en susurros entrecortados; en cambio mis padres parecen tener muchas dificultades para poder escucharme y a veces no entienden lo que digo, porque tartamudeo demasiado; fue por eso que decidí aprender el lenguaje a señas hace dos años. Pero en este momento, Esme está conduciendo, así que no puede prestar atención a los gestos que haga; por lo que tendré que expresarme oralmente, al menos esto me servirá de práctica, en especial porque no tiene problemas para escucharme.

- Por lo menos tienes una camioneta que es apropiada para ti – murmura y creo que en verdad quiere tener su propio auto porque ya van dos o tres veces que lo ha mencionado – en cambio yo, tengo que esperar a que Carlisle o alguno de mis hijos, me lleven a cualquier lugar, porque es muy raro que ellos dejen que yo conduzca sus coches, así que tengo que esperar a que me lleven a donde quiero ir – se queja y desde el espejo puedo verla haciendo un puchero de tristeza.

- ¿Les… gus-ta… ser… sus… cho-fe-res? – Pregunto frunciendo el ceño, no entiendo por qué tiene que esperar a que ellos la lleven, cuando sabe conducir muy bien, sería más fácil que sólo le presten sus autos para que ella misma conduzca, en lugar de llevarla.

- No en realidad… lo que pasa es que primero tengo que pedirles que me lleven a un lugar y cuando se niegan a llevarme, les digo que entonces me presten sus autos y yo conduciré; pero como ellos son muy posesivos con sus autos, al final siempre me dicen que mejor me llevaran ellos… ¡La verdad es que son unos tramposos! – Se queja haciendo un mohín de disgusto, yo me pongo a reír, parece una niña a la que no le quieren prestar un juguete.

- En-ton-ces… se-ría… me-jor… que… tu-vie-ra… su… pro-pio… au-to – sugiero divertida.

- ¡Eso mismo digo yo! – Exclama ilusionada – Pero ya verás que pronto encontraré la forma de convencerlos, para que me den mi propio auto… La verdad me gustaría mucho tener una camioneta, para poder salir a donde quiera y hacer mis compras, una camioneta es el auto perfecto para toda mamá y si en verdad soy una mamá, tengo que tener una… Sí, está decidido, te aseguro que muy pronto tendré mi propia camioneta… ¡Cómo que me llamo Esme Halle de Cullen! – Declara con firmeza, yo me rio más fuerte al escucharla, no hay duda de que es muy divertida y decidida cuando quiere algo.

- ¿Y… có-mo… lo… ha-rá? – Pregunto sin dejar de sonreír, sé que al final conseguirá su camioneta, pero tengo curiosidad por saber cómo planea tenerla.

- ¡Fácil! Por muy grandes que estén mis hijos y mi esposo, ninguno de ellos se puede resistir a mis encantos y si les hago algunos pucheros y miradas suplicantes, me dan lo que quiero en seguida, aunque si se ponen difíciles, puedo llorar un poco, con eso seguro que me la darán de inmediato – dice muy convencida, ahora no puedo dejar de reír, en serio parece una niña pequeña, ella también se ríe.

- Bueno, la verdad es que antes no necesitaba mi propio auto, porque casi no salía y siempre estaba en casa, pero ahora es diferente, porque estoy trabajando contigo – aclara – así que ahora si necesito una camioneta para transportarme en cualquier momento y tiene que ser muy espaciosa y cómoda para que tú y yo podamos salir a pasear a algún lugar o para que vayamos de compras cuando queramos – dice emocionada con la idea.

- Sue-na… bien… - digo divertida y halagada de que piense en mí – pe-ro… re-cuer-de… que… yo… no… pue-do… ir… a… lu-ga-res… don-de… ha-ya… mu-chas… per-so-nas… no… es… se-gu-ro… - le recuerdo con seriedad.

- Lo sé Bella, nunca te llevaría a un lugar donde podrías estar en peligro o que afecte tu salud de cualquier forma, te prometo que siempre que salgamos, me aseguraré de cuidarte – promete.

- En-ton-ces… es-pe-ro… que… pron-to… ten-ga… su… au-to – digo divertida.

- ¡Así me gusta! – Exclama emocionada – Ya verás que pronto tendré mi camioneta, no me importa que tenga que suplicar y actuar como si estuviera llorando, porque no me dan mi auto y son malos conmigo, con eso seguro los convenzo y así pronto tendré mi camioneta para que salgamos a pasear y nos divirtamos mucho – asegura convencida, yo sigo riendo, pero al ver por la ventanilla, algo llama mi atención

- ¿Ese… es… el… lu-gar? – Pregunto viendo el supermercado que tiene un estacionamiento, es muy pequeño.

- Sí, ese es el supermercado – confirma – Forks es un pueblo muy pequeño y tranquilo.

- Sí… – estoy de acuerdo.

- Debe de ser muy diferente a Phoenix – comenta mientras se estaciona y bajamos de la camioneta, mantengo la capucha puesta, para evitar llamar mucho la atención, no quiero que se repita lo del aeropuerto.

- El clima es diferente… - le digo a través de señas, mientras camino lo más cerca que puedo de ella, siento la suave lluvia a mi alrededor y me sorprende lo mucho que me gusta; ella se apresura a la entrada, por lo que la sigo para no mojarnos mucho, tampoco quiero enfermarme más de lo que ya estoy – La verdad es que nunca conocí bien la ciudad… casi no salía de casa… sólo salía para mis presentaciones… y aunque fui a varios lugares… nunca pude conocerlos… – le explico.

- Ya veo – murmura agarrando una carretilla, cuando entramos – Pero con todas las actividades y compromisos que tenías, es comprensible que no tuvieras mucho tiempo libre, para hacer las mismas cosas que los niños de tu edad hacían – me dice en voz baja, para que sólo yo la escuche, ya que ya hemos entrado al supermercado y las pocas personas que hay nos miran sorprendidas y curiosas, noto que aunque algunas parecen querer acercarse a mí, no lo hacen al ver a Esme, como si el hecho de que ella me acompañe, los detuviera y eso me hace sentir más segura al estar a su lado.

Esme y yo sólo las saludamos con una inclinación de cabeza cuando nos saludan; yo sé que ella puede escucharme aunque hable en susurros entrecortados, tal como ha hecho toda la tarde y creo que eso hace que me sea más fácil hablar con ella; pero dudo mucho pueda hacerlo con otras personas, por eso prefiero hablar por medio de señas al estar rodeada de otras personas.

- Últimamente me he dado cuenta de que… hay muchas cosas que desconozco… – sigo contando, mientras la sigo hacia los pasillos y saco mi libreta para ver el listado de compras que hice en la mañana – aunque he estudiado mucho… sólo sé la teoría de las cosas… y por eso no conozco ni comprendo varias cosas… después de todo no es lo mismo leer sobre algo que verlo o tocarlo… por eso hay muchas cosas que me gustaría verlas

- Sí, creo que tienes razón… ¿Cómo qué cosas te gustaría ver? – Pregunta frunciendo el ceño

- Hay muchas cosas que sólo conozco teóricamente… como la nieve… he leído mucho sobre la nieve… pero nunca la he visto… y no sé si es como la imagino… - le explico

- ¿Y cómo te la imaginas? – me pregunta sonriendo y prestando atención a mis señas.

Es una pregunta difícil de contestar, por lo que pienso en la nieve, mientras agarro algunos productos de limpieza y se los paso para que los meta en la carretilla, también me aseguro de ver los precios y anotarlos, para tener una idea del presupuesto que tendré que hacer para las compras que haré de ahora en adelante.

- La verdad no estoy segura… porque la imagino de dos formas… y no sé cuál es la correcta… no sé si es como bolitas de algodón… suaves y muy esponjosas… - le digo, tratando de explicarle a través de mis gestos cómo la imagino, ella me sonríe con ternura, por lo que continúo – o tal vez sea como pequeñas figuras de hielo… parecidos al cristal… y donde todos tienen diferentes formas…

- Como los copos de nieve – dice al comprenderme, yo afirmo con un gesto – Bueno, la verdad es que la nieve es como las dos formas que has descrito, porque dependiendo de la cantidad de nieve que caiga, así se verá; pero cada copo de nieve es muy pequeño, cristalino y único, se cree que no hay ninguno que se repita, estos puedes verlos cuando está empezando a nevar, ya que empiezan a caer uno por uno; pero cuando nieva mucho, todo se cubre de un manto de nieve y aunque puede parecerse al algodón suave y esponjoso, recuerda que sigue siendo hielo, es la acumulación de miles y millones de copos de nieve, así que es muy fría – me explica, yo escucho atentamente – Pero creo que es algo que tienes que ver por ti misma para poder comprenderlo mejor – Agrega sonriendo y yo estoy de acuerdo con ella, porque se me es difícil imaginarlo cuando, nunca antes la he visto – Lo bueno es que aquí en Forks, tendrás la oportunidad de ver la nieve – asegura y yo sonrío emocionada.

- Sí… eso… me… gus-taría… mucho – digo con mis propias palabras, ella sonríe por mi esfuerzo al hablar, ya que cada vez se me hace más fácil comunicarme con ella.

- Bueno, ¿Qué más llevaremos? – Pregunta, ya que por estar hablando de la nieve, me he olvidado de las compras; al sentir que me sonrojo, reviso la lista para ocultarlo, pero escucho que se ríe.

- De-ter-jen-te… y suavi-tel – digo agarrando la bolsa de detergente que solemos usar en mi otra casa para lavar mi ropa, ella se acerca a la zona donde están los suavizantes de ropa y me doy cuenta de que aunque ella ha estado atenta a lo que hablamos, también ha prestado atención a las cosas que voy seleccionando.

- ¿Cuál prefieres? – Me pregunta, viendo todas las variedades que hay.

- El morado… con aroma a lavanda… rosas, jazmines y flores silvestres… – le dije con señas, ella asiente y agarra un frasco grande que incluye otro más pequeño, luego lo coloca en la carretilla - ¿C-cuán-to… c-cues-ta? – Pregunto en un susurro, para anotarlo y como siempre, ella me escucha.

- Los dos están en oferta, cuesta $8.99, compras el grande y te regalan el pequeño – me explica y me apresuro a anotarlo - Qué te parece si tú me dices lo que quieres llevar y yo lo busco y te digo los precios para que hagas tu presupuesto – me ofrece y acepto la idea, porque así será más rápido y fácil. Así que empiezo decirle todo lo de mi lista y las marcas y variedades que prefiero usar.

- Bien, así sabré tus preferencias y en el futuro sabré cuáles llevarte – murmura sonriendo, yo le sonrío agradecida, ya que con su ayuda no es necesario que yo me acerque a otras personas que están en el pasillo, Esme es la que se encarga de buscar los productos y los mete en la carretilla, yo sólo le digo a través de señas y susurros lo que quiero llevar y anoto los precios que ella me dice.

- Veo que llevas todo lo necesario para una dieta balanceada – comenta después de un rato, mientras ve los alimentos que hay en la carretilla.

- Estoy… acos-tum-brada… - explico sonriendo – mi mamá… es dia-bé-tica… y antes… yo me… ase-gura-ba… de que… se ali-men-tara… salu-dable-mente… además prefiero… los alimen-tos… fres-cos y salu-da-bles… … y no c-como… c-co-sas gra-sosas… ni muy dulces o c-con-cond…

- Condimentadas – me ayuda, yo sonrío agradecida, es la primera vez que digo tantas palabras al mismo tiempo y a pesar de que son palabras largas y compuestas, he logrado decirlas; pero lo mejor es que ella entiende lo que quiero decir, eso me anima a seguir hablando y hasta tengo la esperanza de poder hablar bien, de nuevo.

- T-tam-po-co… me gus-tan… los alimen-tos… con muchos… quí-mi-cos… o con… muchos… sabo-res… ar-ti-ficiales… me gus-tan… los alimen-tos… fres-cos… na-tu-rales… y… salu-dables… – sigo explicando, ella asiente.

- Tienes razón – aprueba – además es mejor que te alimentes sanamente, para que no te enfermes y así tengas los nutrientes y vitaminas que tu organismo necesita, para ser sana y fuerte – dice con un tono maternal y cariñoso, yo afirmo, sin poder contradecir ni negarle nada a mi Mamá Corazón.

Cuando terminamos con todas las compras de mi lista, nos acercamos a las cajas para pagar, esto es lo que más me preocupa, porque tendré que acercarme mucho a la cajera y a otras personas que hacen fila para cancelar sus compras, Esme de inmediato nota mi preocupación.

- No te preocupes, Cariño – me tranquiliza – yo lo pagaré, tú sólo espérame en un lugar apartado, para que nadie se te acerque mucho – indica.

- Bien… aquí está… el dinero… – digo aliviada, pasándole mi billetera por el suelo – sólo espero… que sea… sufí-cien-te… – susurro preocupada, porque la verdad no sé cuánto dinero me ha dejado mi papá.

- Estoy segura que es más que suficiente – me tranquiliza con una sonrisa; como siempre, ella me ha escuchado, sin importar lo suave que susurro al hablar.

Así que me quedo a un lado, asegurándome de no interrumpir el paso de las otras personas que hay en el lugar; pero sigo sintiendo la molestia de sus presencias, en especial porque ahora la luz blanca quiere salir y atacar a las personas que me miran de una forma muy extraña, que me asusta e inquieta un poco. No sé lo que les pasa para que me miren así, trato de pasar desapercibida y sólo saludo con una inclinación de cabeza, a los que me saludan.

No me siento cómoda y cada vez me afecta más la presencia de estas personas, porque no confío en nadie de aquí y la luz quiere atacarlos… Los únicos en los que sé que puedo confiar aparte de mi padre, es en Esme y creo que también en el doctor Carlisle, porque hasta el momento son los únicos que han sido amables conmigo y me hacen sentir segura, también sé que son buenas personas, a pesar de ser diferentes y peligrosos.

- ¡Listo! – Me dice Esme sonriendo y acercándose a mí con todas las compras en sus manos, no parece tener ningún problema en cargar todas las bolsas ella sola; aunque soy consciente de que son muchas cosas y deben ser pesadas – Vámonos ya, porque creo que Carlisle debe estar esperándonos afuera – me informa divertida.

Yo la miro preocupada, porque me había olvidado de que él iría a la casa después del trabajo y ya son las 5:00 pm, justo la hora que dijo que llegaría, el pobre debe estar afuera, bajo la lluvia, preguntándose dónde estamos…

- No te preocupes Bella, esto sólo me ayudará a convencerlo de que necesito tener mi propio auto – murmura con una sonrisa traviesa.

- No c-creo… que alguien… pueda… negar-le algo… – digo divertida y sincera a la vez, mientras salimos del supermercado y caminábamos hacia mi camioneta.

Me sorprende y llama la atención de que al salir del supermercado con Esme, dejo de sentir el fuerte malestar que la presencia de las otras personas me causaban, hasta la luz parece estar tranquila, porque al menos ya no trata de atacar a Esme, sólo siento que está alerta por lo peligrosa que ella es, pero no creo que la luz quiera atacarla; y me pregunto si se debe a que la luz también sabe que Esme nunca me haría daño… Pero eso significa que las otras personas…

- Puede ser, pero eso no quita la diversión que tengo al tratar de convencerlos – me dice guiñándome un ojo de forma traviesa, yo me pongo a reír al escucharla, por lo que dejo de pensar en la luz y lo que me hace sentir.

Ella se adelanta y abre las dos puertas traseras y empieza a acomodar las compras en los otros asientos traseros, dejando el último vacío para que me siente; así que rodeo la camioneta y le ayudo lo más que puedo desde el otro lado, para no estar muy cerca de ella; cuando terminamos tomamos nuestro lugar y empezamos el camino de regreso a casa.

Mientras esperamos en la fila para salir del estacionamiento, vuelvo a pensar en que cada vez se me hace más fácil estar cerca de Esme y aunque sigo recordando lo peligrosa que es, no me siento amenazada por ella, eso hace más fácil controlar y contener esa extraña luz blanca que hay en mi interior; pero mientras estaba acomodando las compras sentí algo nuevo y extraño, era como si en lugar de querer salir, la luz sólo me rodeaba a mí y eso hizo que me fuera más fácil estar cerca de Esme, es la primera vez que siento algo así y la verdad no sé qué pensar de eso, porque siempre he tenido miedo de esa extraña luz que siempre trata de lastimar a las personas, pero ahora parece que sólo quiere atacar a las otras personas y hasta me está ayudando a estar cerca de Esme…

De pronto escucho que algo empieza a sonar, sacándome de mis pensamientos, dirijo mi mirada a su bolso que está en el asiento frente a mí, parece que ella lo dejó aquí cuando acomodó las compras, el sonido sale de ahí, imagino que debe ser su teléfono celular el que está sonando y que alguien la está llamando; pero en este momento Esme no puede contestarlo porque está conduciendo y su bolso está muy cerca de mí.

- Debe ser Carlisle – escucho que murmura con tranquilidad – Lo siento, pero no puedo contestar, porque estoy conduciendo – dice Esme a su bolso, como si su esposo la pudiera escuchar desde lejos. El teléfono sigue sonando varias veces y Esme niega con la cabeza.

- Ya dije que no puedo contestar – le repite molesta al teléfono, yo me rio porque no hay forma de que el doctor Carlisle pueda escucharla.

- Hagamos algo – propone divertida, yo la miro curiosa – Si vuelve a sonar, contesta por mí y dile que ahora no puedo hablar y si insiste dile que contestaré cuando me compre mi propia camioneta – me indica divertida, yo la miro incrédula, antes de negar, aterrada con la idea de decirle algo así a su esposo

- No te preocupes Bella, será muy divertido – me asegura y el celular empieza a sonar de nuevo, yo la miro insegura – Hazlo, sino nunca dejará de sonar, además tal vez me ayudes a conseguir mi camioneta – pide, haciendo un puchero, yo agarro su bolso y saco el pequeño celular sin estar muy segura de qué hacer – Adelante, contesta – me anima, pero sólo la miro asustada, porque sólo hay un pequeño pero importante problema con su plan - ¿Qué pasa?

- No… sé… cómo – le explico el problema, ella sonríe mientras el celular sigue sonando una y otra vez.

- Sólo ábrelo, acércalo a tu oreja y di Hola, luego él te hablará o te preguntará algo y tú contestas – me explica.

Yo afirmo con la cabeza y empiezo a hacer lo que dijo, pero en cuanto lo acerco a mi oreja, alguien habla antes de que yo pueda saludarlo, parece que la otra persona no esperó su turno o quizás no sabe hacerlo bien.

- ¡Esme! ¿Dónde estás? Carlisle está preocupado porque no estás donde se supone que deberías estar y tú ni siquiera contestas el teléfono – escucho una voz aterciopela que no es del doctor Carlisle porque parece ser de un joven, se escucha preocupado, pero Esme sólo se pone a reír divertida, como si pudiera escucharlo también, yo respiro profundamente para hablar, después de todo era mi turno.

- ¿Hola? – Saludo y pregunto a la vez con timidez, no sé con quién estoy hablando.

- ¿Isabella? ¿Eres tú? – Pregunta el joven y ahora parece sorprendido y curioso, yo también me sorprendo de que sepa mi nombre, aunque en realidad no me gusta que me digan Isabella.

- No… soy… Bella – lo corrijo, tratando de hablar claramente, para que me entienda, él se queda en silencio un momento y yo también, porque es su turno para hablar, escucho que Esme sigue riendo y veo que hasta se cubre la boca con la mano, para contener sus risas, pero no entiendo qué le da tanta risa.

- ¿Está Esme contigo? – Me pregunta el joven, después de un momento.

- Sí… - contesto, mientras miro a Esme.

- Podrías darle el teléfono, por favor – me pide con amabilidad y su voz suena muy aterciopelada, a pesar de que distingo un tono preocupado y ansioso, yo miro a Esme y ella niega con la cabeza.

- No… - contesto al joven, Esme se ríe de nuevo.

- ¿Por qué no? – Me pregunta el joven algo molesto e impaciente, Esme frunce el ceño y niega, parece molesta; y me pregunto si en verdad puede escucharlo.

- Por-que… no – le digo al joven y Esme se ríe de nuevo.

- ¿Qué está haciendo? – Me pregunta el joven.

- Conduciendo – contesto tranquilamente, esperando que comprenda y ya no esté molesto, pero pasa lo contrario.

- ¡Y sólo por eso no contesta! – Se queja y grita molesto – Mi padre está preocupado por ella, porque no está donde debería, ni siquiera se toma la molestia de avisarnos que saldría para que yo vaya y la lleve a donde sea que fueron y todavía se niega a contestar el teléfono… En este momento no estoy para juegos tontos – dice muy rápido y alterado, Esme frunce el ceño y me parece que la escucho gruñir algo; pero no le doy importancia porque ahora yo también me he enojado con este joven gruñón.

- ¡Basta! – Le digo lo más fuerte que puedo para que se calle, por suerte él guarda silencio de inmediato – Esme sólo… con-tes-tará… cuando le… compres… un auto… más rápido… y lindo… así… usted… no tendrá… que ser… su chofer… además… ella es… su mamá… así que… ya no… reniegue… y… sea un… buen… hijo… y… cómprele… una… camioneta… y además… el… tonto… es… usted… – le digo muy molesta, sin importarme el hecho de que casi no he tartamudeado al hablar. Esme empieza a reír a carcajadas y siento que mis mejillas se calientan más, al pensar en todo lo que acabo de decirle a este joven, aunque tampoco me arrepiento.

- ¿Es una broma verdad? – Pregunta el joven después de un momento, yo rodo los ojos y miro a Esme con frustración y tristeza porque su plan no funcionó.

- Lo siento… Esme… este joven… es… muy… gruñón… terco y… grosero… y… no… quiere… comprarte… tu… auto… nuevo… para… salir… a… pasear… – digo decepcionada y triste, porque el joven no entiende y no le quiere comprar un auto a Esme.

- No te preocupes Cariño, ya hablaré con él después – me tranquiliza con ternura, aunque distingo un tono amenazante en su voz – Ahora mejor cuelga el teléfono, para que no hables más con ese joven grosero, terco y gruñón – me dice sonriendo.

- ¿Cómo… cuelgo? – Pregunto con timidez, todavía con el teléfono en mi oreja.

- Sólo dile "Adiós" y cierra el teléfono – me explica sonriendo.

- Bien… - digo al comprender lo que tengo que hacer.

- ¡No, espera Bella! – Escucho que dijo el joven, pero yo lo ignoro.

- Adiós… joven… - me despido antes de cerrar el teléfono y guardarlo en el bolso de Esme.

- ¡Muy bien! Lo hiciste muy bien – me felicita, yo sonrío con avergonzada al recordar todo lo que le dije a ese joven – Eso le enseñará a ser más amable y educado – murmura con seriedad, y después de pensarlo un momento, estoy de acuerdo con ella, ese joven tiene que aprender a no enojarse tanto.

- ¿Así que nunca habías hablado por un celular? – me pregunta de repente.

- No… nunca… he… tenido… uno… sólo… sé… usar… el… teléfono… fijo… pero… hace años… que no… hablo con… nadie… la… ciencia… ha… avanzado… mucho – le explico.

- Entiendo, pero lo hiciste muy bien, para ser tu primera vez y no sé si lo has notado, pero ya casi no tartamudeas al hablar – me felicita – Estoy segura que dentro de poco podrás hablar perfectamente – me anima, yo sonrío emocionada con eso – Además fue muy divertido lo que le dijiste – añade entre risas, yo me sonrojo pero también me rio al recordarlo.

- Es… cierto – admito divertida, pensando en el joven del celular, ni siquiera le pregunté su nombre, pero me da un poco de pena preguntarle a Esme.

- Mira ya llegamos y ahí está Carlisle – señala emocionada y noto que sus ojos brillan de ilusión, se nota lo mucho que lo ama.

Miro hacia la casa y noto que hay un auto negro muy elegante y en la entrada de mi casa está el doctor Carlisle, parece estar preocupado y no puedo evitar sentirme mal por haberlo hecho esperar afuera bajo la lluvia; pero Esme está muy tranquila, se estaciona en el mismo lugar donde antes estaba la camioneta y abre la otra puerta trasera, para empezar a sacar las bolsas, yo abro la que está de mi lado y la ayudo con las bolsas que están cerca de mi afirmo, antes de bajar de la camioneta.

De nuevo sonrío al saber que puedo estar cerca de ella sin que me afecte mucho, me gusta estar con Mamá Corazón y debo admitir que me siento aliviada y agradecida de que ella sea mi tutora, por lo que podré pasar más tiempo con ella; ahora sólo falta conocer mejor a mi nuevo doctor y en serio espero que sea igual de agradable que su esposa.