Bueno, pues aquí tenemos un nuevo capitulo. Esta vez veremos a Robb preparar la batalla contra Tywin. Espero que les guste y no dejen de opinar sobre la historia para crecer como escritor.

Robb III.

La reunión con Tywin habia salido tal y como esperaba, y sobre todo necesitaba haber provocado a su enemigo para conseguir que le atacara con furia. Tywin Lannister era un hombre acostumbrado a aplastar a sus enemigos, implacable, brutal, pero también era un gran estratega y necesitaban enrabietarlo, provocar su ira.

Después de la reunión, dio las instrucciones precisas al Pez Negro, a Lady Mormont y a Lord Karstark para que lo dispusieran todo lo necesario para que el plan que se iba formando en su cabeza fuera un éxito. Los tres comandantes, al escuchar sus cometidos intentaron entender el por qué de dichas ordenes, pero Robb los habia tranquilizado diciendo que era parte del plan.

Mientras tanto, Robb, acompañado de Viento Gris, se dedico a pasear por el campamento. Más de treinta mil hombres se encontraban allí reunidos, listos para luchar por él, y según el Gran Jon, para seguirle hasta el mismísimo infierno si él se lo pedía. Saludaba a todos, hablaba con algunos rostros que le eran conocidos, no solo de Invernalia, sino también de Puerto Blanco, Bastión Kar, Bosquespeso, Aguasdulces, los Gemelos, Árbol de Cuervos e incluso con alguno de Fuerte Terror. Estos hombres eran sus compañeros de batalla, le habían seguido durante más de un año, y sentía que era su deber conseguir que la mayoría pudieran volver, victorioso y en paz.

Mientras caminaba, no dejaba de pensar en lo que habría hecho su padre en su situación, sabía que su madre firmaría la paz y volvería a Invernalia, aunque eso significase jurar lealtad a Joffrey y abandonar su corona, pero su madre era una sureña al fin y al cabo, el era un norteño, él era el Norte.

A menudo, más de lo que quería reconocerse a sí mismo, un sueño le perseguía durante las pocas noches en la que conseguía dormir unas cuantas horas: era su padre, tal y como lo habia visto Robb la ultima vez, cuando abandono Invernalia para seguir a su amigo Robert al sur y nunca volver, el rostro sereno, casi inexpresivo, frio como el hielo que cubría el Norte, pero a la par cariñoso, amable y sobre todo orgulloso. A veces Robb pensaba que era su propia imaginación, otras quería creer que su padre estaría orgulloso de lo que estaba haciendo. El ver a su padre en los sueños, hacia que Robb deseara con más pasión que nunca obtener su venganza, quería ver a Joffrey decapitado, quería ver a su espada manchada con su sangre, y estaba dispuesto a morir por ello, por liberar al Norte y por matar a Joffrey.

Viento Gris parecía intranquilo. Algunos norteños dicen que la llegada de los Lobos Huargos a los seis niños Stark fue una señal, una señal de que los Lobos volverían a Poniente y liberarían al Norte. Robb no hacía mucho caso de esas ideas místicas, pero si sabía que habia algo, no podía explicarlo, pero habia un estrecho vinculo entre él y sus hermanos con Viento Gris y los demás lobo de la camada. Viento Gris parecía comprender que Robb estaba nervioso, ansioso, asustado, pero sobre todo estaba decidido, con determinación fría y mortal, a ganar la guerra; y el propio Huargo parecía sentirse como su maestro.

Cuando la noche llego, Robb dio una suave caricia al lomo de su fiel compañero, el primero de su guardia personal, y se dirigió a la tienda de mando. Todos los señores comenzaron a reunirse. Norteños y ribereños llevaban muchas batallas juntos y casas que antaño se habían despreciado estaban hoy aquí para detener a los Lannister.

Todos los señores estaban discutiendo sobre las mejores estrategias, pero cuando Robb alzo la mano todas las voces se apagaron.

-Mis señores, llevamos mucho tiempo luchando juntos, y mañana podemos dar un golpe de efecto para esta guerra. Si derrotamos a Tywin demostraremos a los señores de Poniente que no es invencible.

Los señores asintieron, sin duda alguna, estaban esperanzados, deseaban creer que su rey tuviese razón.

-El Plan será el siguiente: mañana por la mañana avanzaremos hasta donde nos encontramos con Lord Tywin durante el parlamento. Nuestro ejército se dispondrá de una manera básica, infantería en el centro y caballería a los lados. Tywin estará furioso, hemos invadido sus tierras, herido su orgullo durante toda la guerra y se lanzara a la ofensiva, necesita hacerlo. Cuando sus hombres empiecen a avanzar y sus arqueros lancen la primera andanada, comenzaremos a replegarnos…

En ese momento, el siempre feroz Umber hablo- pero majestad, retroceder, ¿No vamos a luchar?

Robb asintió.

-Lucharemos, pero no como Lannister quiere, pelearemos esta batalla según nuestras normas. Al replegarnos el León se sentirá fuerte y ordenara avanzar a todo su ejército. Mientras tanto nosotros nos replegaremos hacia los límites de nuestro campamento. Lord Karstark y Lady Mormont han preparado el terreno según mis planes. Nuestro ejército estará rodeado de estacas afiladas y también de pozos debidamente ocultados. La zona frontal también estará sembrada de pozos que obstaculizaran el avance enemigo.

Los señores, sorprendidos de que los preparativos estuvieran terminados asentían ante las palabras de Robb, que continuo hablando.

-La disposición de nuestras fuerzas será la siguiente: en primer lugar los piqueros del norte, bajo el mando de Lord Bolton y Lord Flint. A continuación irán todos nuestros hombres a pie armados con lanza, espada y escudo, el grueso de nuestro ejército, comandados por los señores Mallister, Vance, Piper, Karstark, Glover y Umber. Por último situaremos a todos los arqueros con los que contamos liderados por Lord Blackwood, Lord Tallhart y Robett Glover. Por último en retaguardia se encontrara un contingente de caballería ribereña, no más de mil hombres, dirigidos por Ser Edmure y Lord Bracken; que deberán estar atentos para reforzar cualquier punto débil de la formación y para proteger una de nuestras armas secretas: las seis catapultas que Ser Brynden construyó mientras esperábamos aquí.

Nadie habia alzado la voz, parecía que los señores no sabían que decir. Era una disposición de fuerzas totalmente nueva, nunca habían luchado asi.

-Quiero que cada 30 hombres haya un estandarte. Debe haber cientos de estandartes mañana para que Tywin crea que se enfrenta a todas nuestras fuerzas. Enardecidos por nuestra retirada, los Lannister atacaran, pero se enfrentaran a un yunque fuerte, solido, impenetrable. Las trampas dispuestas debilitara su empuje, las picas de vanguardia les hará sangrar a cada paso que den, nuestros hombres de armas sostendrán a los piqueros, mientras que nuestros arqueros y las catapultas diezman a sus hombres. Las estacas afiladas y los pozos en los flancos les dificultara enormemente su avance, ademas Edmure y Bracken protegerán cualquier ataque que los Lannister consigan enviar a través de los flancos.

Edmure, en ese momento se atrevió a preguntar lo que todos pensaban: -donde estaréis vos majestad y donde se posicionara el resto de nuestra caballería, son nada menos 7.500 hombres montados más o menos.

Robb sonrió, miro al Pez Negro que asintió con tranquilidad.

-yo dirigiere la caballería, tomare toda nuestra caballería, salvo la que estará bajo el mando de Ser Edmure, y gracias a las sendas que los exploradores de Ser Brynden han encontrado durante el tiempo que estuvimos esperando la llegada del enemigo. Una vez el ejercito se repliegue desde su posición inicial, tomare el mando de los jinetes y me dirigiré por dichas sendas acompañados por Lady Mormont, Ser Brynden, Walder Frey el Negro, los hermanos Manderly, y mi guardia de batalla. Mientras Tywin choca contra nuestra infantería y es diezmado por nuestras trampas, catapultas y flechas; yo apareceré por su espalda y efectuare un ataque tan feroz que el mismo Lannister creerá que está en un infierno, uno de hielo por supuesto.

Los señores sonrieron, les gustaba el plan, Robb lo podía ver en sus ojos. Su padre le habia enseñado, estrategia, a luchar, a tratar a sus señores y sobre todo a saber cómo piensan.

-Si el plan sale como está previsto, mañana, el ejercito Lannister será destruido, y quizás consigamos la piel de un viejo león.

Las carcajadas de los señores fueron cada vez más sonoras, hasta que Robb volvió a alzar la mano.

-Ahora descansemos, mañana será un día largo. Bebed algo, comed caliente y descansar, por que mañana tenemos veinte mil Lannister a los que enviar al infierno.

Espero les haya gustado. Mañana tendremos la Batalla de las Colinas Doradas, desde las perspectivas de Robb y de Tywin.