Este capítulo contiene una escena un poco fuerte, que aunque no es explícita, me siento en la obligación de advertir que podría ser un un punto sensible para algúnlector. Por si acaso quieren saltarsela (repito que no es explícita, sólo hace una referencia) empieza con un "Estoy cansada " y termina con un "Porestar sedada".
"Queremos estar sedados, porque es doloroso no fingir, porque somos cobardes."
VI
Sakura siente como sus pulmones empiezan a reclamar aire, pero ella siempre ha sido buena conteniendo la respiración.
Su primer recuerdo es en un lago, la casa de campo de alguno de los clientes de Kurenai, donde las niñas jugaron hasta que se arrugaron como pasas. Esa noche TenTen se resfrió, temblaba como un jugete durante toda la noche e Ino y Sakura le abrazaron hasta que apareció Suzume y se la llevo. Ellas nunca dudaron que regresaría y efectivamente lo hizo un par de horas después con una caja de pañuelos y un termómetro bajo el brazo.
Varias burbujas empiezan a escaparse de su boca, desde el fondo de la bañera Sakura apenas puede percibir como suben hasta la superficie.
Eran efímeras, destinadas a escapar y perecer.
Ahora el pecho empieza a doler, Sakura trata de aferrarse al fondo a pesar de sentir el impulso de querer subir. Ahora ella tiene 16 años ¿Cuánto tardará en convertirse en una efimera burbuja? Cuando sus ojos dejaran de doler, cuando todo el aire se escapase... ¿Ella flotaría con él? ¿Su cuerpo subiría y por fin seria libre?
-¡Sakura! -Shizune la jala con tanta fuerza que la cabeza de la pelirosa da un tiron hacia atrás y se estrella contra el borde de la bañera.
Esta mareada, desorientada, el golpe o el aire, uno de los dos ha puesto su cabeza a volar e hiperventila con fuerza, el pecho hinchandose dolorosamente.
-¡Joder, Sakura qué estabas haciendo!
Tose, apenas puede oírse toser, y los ojos le pican tanto que no puede ver con claridad la cara de la morocha. Shizune la saca de la bañera y la sostiene contra sus brazos tan fuerte que el pecho de Sakura se extiende una y otra vez contra el de su hermana, reclamando aire que no tiene, vida que se le escapa.
-Shi-Shizune -tose- Suel-tame.
-¡No te voy a soltar! ¿Qué crees que estas haciendo? -pone una toalla en los hombros de la chica, tratando de cubrir su desnudez y Sakura se sostiene la cabeza con las manos. Los oídos zumban como si amenazaran con colapsarse.
¿Qué estaba haciendo? No tiene respuesta para eso, no sabe qe estaba haciendo, no sabe que ha estado haciendo últimamente.
-Yo... estoy bien.
-¡No estas bien! ¡Joder, Sakura, coño!
-Cállate, Shizune, cállate.
Ambas se sientan en el borde de la bañera, Sakura empieza a distinguir por fin las formas a su alrededor, su vista aun duele, pero su respiración empieza a regularse lo suficiente como para poder articular un par de palabras. Sin embargo, se calla, hacen silencio hasta que Shizune también parece calmarse. Conseguir las palabras para explicar es un dolor en el trasero, principalmente porque Sakura aun no comprende lo que acaba de hacer pero sabe que eso es lo que quiere.
-¿Le dijiste a alguien que estoy aquí? -pregunta luego de un rato, la voz rasposa en la garganta.
Shizune mete la mano en el agua aun tibia.
-No...Vine a buscarte, ultimamente estas tan sola, tan ida, quería hablar contigo, asi que esperé en el pasillo pero la puerta no se abria, habia pasado tanto rato. Toqué, no respondias, toque mas fuerte-se le apaga la voz. Cuando vuelve a mirarla esta llorando, las lagrimas derramándose en su rostro como una cascada sin fin-No puedes hacer esto de nuevo, Sakura, ¡Juramelo!
El juramento se le atasca en algún lugar en el pecho. Jurarlo es admitirlo Sakura no lo dira en voz alta, nunca. Se trata las palabras de vuelta al estómago donde se asientan como un bloque de hielo frío contra sus vísceras.
-Shizune, no pasa nada-termina por decir-. No es lo que crees, no necesitas decirle a nadie.
La pelinegra se muerde el labio dudosa y sin responder se lanza de nuevo al cuello de la chica.
-¡Juramelo! -exige entre sollozos.
-Te juro que todo estará bien— porque al final, no está jurando que no volverá a hacerlo.
En la madrugada, cuando Ino llega y se lanza a la cama, Sakura continua despierta. No ha podido pegar un ojo en varios días y por momentos piensa que la cabellera rubia emergiendo desde un costado de la litera es castaña.
Falta de sueño causa delirios, se recuerda, aun asi, enciende la pequeña luz en la esquina de la cama y las miradas verde azul se encuentran. Desde abajo Ino la mira curiosa.
-Te ves fatal-dice-¿Alguien te hizo algo?
Sakura rie un poco.
-No. Todo esta bien ¿y tu?
-Un cabron me toco el culo en la barra y se presento una pelea. A veces agradezco que la gente de Orochimaru ahora le preste seguridad al club.
-¿Un pelea? ¿Estan todas bien?
-Si, si, pero el bastardo me ha rasguñado la pierna ¿No escuchaste el escandalo?
Bajo el agua de la bañera no escucharía nada ni a nadie. Tampoco ahora que aun tiene agua en los oídos.
-A ver-se baja de la cama-¿Dónde te lastimó?
En la oscuridad Sakura tantea el cuerpo de Ino hasta que la chica sostiene su mano y la pone en un lugar mas encima de la rodilla. Es una herida larga, siente Sakura, aun esta pagajosa y humeda. Su amiga suelta un siseo de dolor cuando uno de los dedos de la pelirosa la recorre a totalidad.
-Suelta, me he limpiado con esa cosa marron y me ha dolido como el demonio.
-¿No le has dicho a Tsunade sama?
-¿Bromeas? Me llevara con el doctor de mierda ese para que no me quede cicatriz. Ya ves cómo nos mira desde que cumplimos dieciséis, somos un plato de comida para él.
Sakura se estremece con solo recordar la mirada hambrienta en los ojos amarillos del hombre.
-Ino ¿Me perdonarías si te muestro algo que nunca te he contado?
-Claro que si, Sakura, todos tenemos secretos. Ahora quita tu mano de mi pierna antes que la infectes.
La oscuridad casi absoluta es abolida por el resplandor verde en las manos de Sakura. Una técnica que venia realizando desde un año atrás, y que a pesar de no estar completamente perfeccionada, era lo suficientemente útil como para cerrar cualquier tejido sin dejar cicatriz ni al usuario agotado de por medio.
-¡Qué diablos! -La cara de la rubia convertida en un poema bastante ilegible que Sakura prefiere ignorar mientras se concentra en conectar las capas de dermis lo mas pulcramente posible. La clave de la técnica es unir capa por capa de manera individual hasta llegar a la más superficial.
Durante la practica -en la planta de su pie muchas veces- descubrió lo fácil que le era canalizar chakra para este tipo de cosas. En un principio, tal como lo dijo Kakashi sensei, aprender autodidacta fue más complicado de lo que espero pero mantenerlo en silencio fue el inconveniente mas grande. Se le hizo relativamente fácil entender las técnicas mas simples, memorizar los conceptos anatómicos, a todos lo niveles no fue un reto tan grande un par de desmayos por agotamiento de chakra e intentar que pasaran desapercibidos bajo la atenta mirada de Tsunade.
-¿Cómo aprendiste eso? -susurra Ino buscando examinar su pierna mientras Sakura aun procura diluir el tejido cicatricial- ¡Es magia!
-Ssh. Es chakra.
-¿Cómo uno de esos hombres horribles?
El resplandor verde desaparece poco a poco hasta volver a la oscuridad.
-Algo asi.
-No me gusta, Sakura-dice su amiga-. esas técnicas del mal solo te causaran problemas, los ninjas estan malditos, lo sabes. Si TenTen...
-¡Tenten no esta aquí, Ino!
Ino se sacude ante eso y busca a tientas la mano de Sakura, la encuentra extrañamente tibia entre los dedos.
-Nadie puede enterarse de esto ¿Esta bien?
Ino no responde y Sakura empieza a ponerse mas nerviosa.
-¿Fue ese hombre?
-¿De que hablas?
-El hombre de la mascara-dice.
Da un apretón en la mano de su amiga y Sakura siente que debe levantarse a encender la luz, ver la expresión en el rostro de su amiga puede decirle lo que realmente esta pasando por su cabeza, pero el agarre de Ino se mantiene firme en su mano, codicioso.
-Te llevaba por horas con él, y luego tu volvías tan callada, tan cansada.
-Él no hizo nada que yo no le pidiera.
-¿Estas diciendo que querias hacerlo? Oh, por Dios, Sakura ¡Es lo que decía Anko! ¡Tu realmente lo disfrutabas!
La pelirosa tiene suficiente de su amiga. Suelta la mano con fuerza y de un salto trepa a la litera hasta meterse bajo las sábanas. Pero Ino no planea callarse, asoma la cabeza por el borde de la cama hasta arriba y trata de quitarle a Sakura la cobija de la cabeza.
-¡Lo estas haciendo de nuevo! Siempre te metes bajo las sábanas bcomo si eso pudiera defenterte, ¡No va a pasar, Sakura! ¡Enfrenta la realidad!
-¿Cuál es la realidad? ¿Qué somos unas putas? ¿Qué nos violaban una cuerda de pedófilos? ¡Prefiero esconderme bajo las sabanas como una niña que tener que lidiar con eso! ¡¿Acaso no te cansas de pensar?!
Ino no responde y por un segundo Sakura piensa que se ha excedido, pero entonces su amiga enciende la lampara la peinadora de maquillaje, donde solia estar la cama de la castaña y saca algo de los cajones. Sakura lo ve todo a traves de un pequeño agujero en el cobertor.
-Este es el labial de Tenten, ¿la has olvidado? A ella la mato un hombre de esos, nos la quitó, y se esta revolcando en su tumba —donde sea que este— porque te escondes bajo las sabanas y la olvidaste.
-Callate, Ino. Yo jamas la olvidaría.
-La olvidaste, olvidaste nuestra promesa de salir de aquí. Ella lo logro, pero nosotras seguimos aquí, nadando aun ¡No me jodas, Sakura! A ella nos la quitó un hombre, un ninja, y tu estas aprendiendo sus barbaries.
Sakura no responde, tiene un nudo en el estomago y otro en lo alto de la garganta. Al cabo de unos minutos la rubia apaga la luz y se mete en su cama con tanta fuerza que toda la litera se estremece.
El cuerpo de la pelirosa se adormece de nuevo. Nunca puede distinguir si es una sensación real o solo lo esta imaginando, se siente ligera, no percibe todas las partes de su cuerpo y sabe que es una mala señal, es lo que viene sientiendo cada vez con mas frecuencia, justo como el instante en la bañera. Justo como la primera vez que lo sintió.
A estas alturas Sakura ya no sabe quién es realmente la mala del cuento. Durante años ella ha tratado de proteger a su amiga y si misma en el camino y lo único que ha logrado es distanciarlas. La "magia" que en un principio debía ser para cuidarla, le resulta repulsiva a su amiga.
¿Sería lo mismo si la otra estuviese viva? O si tal vez lo hubiese aprendido mucho antes, habría evitado que TenTen saliera por esa puerta. Se habría aferrado a la mano de Ino y nunca la habría dejado ir con Kabuto.
Maldita sea, piensa. Habría ofrecido su cuerpo una y otra vez con tal de tenerla a ambas juntas y a salvo.
Pero TenTen estaba muerta, sus restos reposaron en alguna cuneta como otro cadáver en la gran ciudad. E Ino fue profanada una y otra vez como un juguete morboso. ¿Que hacía Sakura mientras eso sucedía? Leia, aprendía ciencias, contaba las cicatrices milimétricas en los dedos de su sensei.
Estoy cansada, vuelve a pensar. Sin quererlo, su mente la lleva de nuevo a cierto día, dos años atras cuando solo tenia catorce años. El primer día que sintió la verdadera culpa. Aquella primera vez en que el dolor logro adormecerla.
Ni siquiera en aquel momento logró hacer algo por su amiga. No. Ino ya estaba en otro cuarto enfrentando su realidad. Sakura entonces debía lidiar con la de ella.
Aceptar que faltaría mucho aún antes de que pudiese cuidar a la rubia y como condenada a su pena de muerte recibir lo que le tocaba.
Ni siquiera así sintió el dolor que debió sentir TenTen en aquel último día, ni la tortura que sufrió Ino aquella noche. Sólo pudo protegerse a sí misma... Su mente se bloqueó como una caja fuerte, la llave imaginaria fue a parar al río y las emociones se bajaron con un interruptor. Adormecida, no sintió las manos asquerosas que aquel hombre recorrer cada centímetro de su cuerpo, ni sus dientes clavarse en sus pechos apenas creciendo. Para cuando él entró con fuerza en ella, Sakura sólo era una muñeca de trapo, el juguete por el que él había pagado.
Cada estocada acompañada de su barriga grasienta golpear contra su vientre, y cada resoplido de su nariz de toro se perdía en el aire, una película agresiva de la que ella misma era una espectadora.
¿Entonces por qué debía de dolerle a las demás y a ella no? ¿Por qué tenía que estar sedada? ¿Porque su mente se empeñaba en alejarla de su realidad?
El hombre se había levantado, satisfecho de haber descargado sus fluidos en ella, extasiado de abusar un cuerpo virgen y había pagado el doble al burdel.
Sakura recuerda que, mientras se bañaba y limpiaba el semen y la sangre que escurrian de su entrepierna, su amiga llamaba desde afuera de la puerta dispuesta a consolarla.
Sakura entonces había fingido lo mal que la había pasado, lo doloroso que era y el asco que le daba saber que cualquier otro día debía hacerlo de nuevo. Sólo para que ni Ino —ni nadie mas— notará la culpa que le carcomia por no haber sentido nada.
Por estar sedada.
Aquella noche, la única primera vez que guardaría en su memoria sería la primera vez que no sintió nada, ni siquiera su propia alma clamar las ganas de vivir.
-Perdoname-susurra por lo bajo y esta segura que Ino esta dormida y no le ha oído.
-No estoy enojada contigo.
-Anko tenia razón, me gustaba estar con él. No me tocaba, me enseño a leer y a escribir, me enseño a defenderme... Perdoname, Ino, no puedo protegerte.
Ino responde al término de un instante: -Eres mi hermana y te amo, Sakura chan. No tengo nada que perdonarte.
-o-
