¡YA RREGRESAMOS CON MAJOKKO FIVE!
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Guetto Mukuro…
En el famoso barrio donde vivían los mahou dokushin de Pueblo Kuuga, quizás en uno de esos altos y derruidos edificios de aquel tenebroso y lúgubre barrio, en uno de los últimos pisos estaban dos ´personas. Un hombre de entre unos 50 y 60 años, su vestimenta era un hábito negro que le cubría todo su cuerpo mientras cargaba sobre su espalda una especie de caparazón de tortuga y una especie de bandana que le cubría toda la cabeza y en la cual estaba estampada de color purpura毒 y en la mano cargaba una especie de báculo budista. Una larga y espesa barba sobresalía sobre su manto más unos ojos dorados casi felinos le daban una especie de extrañeza a su experiencia.
Cerca de él estaba una joven de baja estatura, su edad rondaba entre 12 y 15 años, cabello corto azabache hasta los hombros, su piel era palida tirando a ser una especie de cadáver andante, su vista derecha era de un color esmeralda mientras que su izquierda estaba cubierta con un parche blanco de hospital. Su vestimenta era una gorrita de viscera gris, una chaqueta abrigo del mismo color, pantimedias cafés, guantes negros de lana, zapatos negros de charol y una bufanda larga roja que trazaba casi toda su espalda.
El lugar donde estaban era una especie de pequeño laboratorio donde estaban diversas fórmulas, recetas e instrumentos de ese tipo de lugares. La joven estaba preparando su equipaje que solo consistía en un saco de sparring sujetado con una cuerda negra simulando una especie de mochila de vagabundo mientras que el anciano estaba enfocado en algunas fórmulas.
La joven iría en los próximos días a Ciudad Shishio pues todo su colegio obligatoriamente fue llamado para asistir al famoso y grandioso Torneo Elemental que se tenía lugar en esa ciudad con motivo de los primeros 6 meses de vida del nuevo gobierno, el federalismo, mismo partido político que derrocó al rey Danzo I que estaba en sus casi más de tres lustros de reinado.
La joven terminó de empacar sus cosas y acomodarse su gorro de viscera y se dirigió ante el hombre mayor.
-¿Cuánto te irás Matsuri?- Preguntó el extraño anciano- ¿Qué no se supone que debías ir al torneo que se realizará en la isla Tsushima?
-Me iré mañana- Respondió la pequeña dokushin- La copa Ronin fue propuesta hasta nuevo aviso pero por obligación todos los colegios de secundaria del país deben ir al torneo elemental de forma presencial
-¿Quién es la persona que los representa en la capital?- El hombre mayor no dejaba su vista de los instrumentos químicos
-Un tal Namahono Rintaro, cadete, hijo mayor de ese sheriff. Bueno eso dicen- La joven decidió cambiar de tema- Por cierto, señor Shocker, ¿Seguirá usted solo con la investigación mientras yo esté en la capital?
-Lo siento pequeña pero no podemos perder ni un segundo. Te llevarás trabajo allí
-Lo entiendo- La pequeña de ropas de antaño dio unos pequeños pasos notando que en algunos instrumentos se reflejaba su imagen distorsionaba, no evitó sonreírse pues pareciera que estaba feliz de reflejarse de esa manera como si fuera un monstruo- Diez años…
-¿Hmm?
-Diez largos años…- Se embelesó por unos instantes viendo ese triste reflejo- Llevamos tanto tiempo y hemos avanzado tan poco
-Tienes mucha razón, alumna mía- El hombre mayor se volteó hasta estar a la espalda de su protegida- Pero siempre ha sido desde los inicios, la ciencia es un camino largo y difícil de recorrer
-Señor Shocker, ¿Por qué no pedimos ayuda? Si mi mamá viniera quizás…- Cuando la pequeña pálida se volteó una mano arrugada posó dulcemente sobre su cabeza acariciando lentamente su cabello, la joven no evitó sentirse cálida y su mirada bajó al sentir ese gesto de cariño
-Se que quieres su ayuda pero alguien como ella desgraciadamente no es de nuestra ayuda…
-Lo sé…
-Conoces las normas. Nadie puede conocer este proyecto- La mano del viejo dokushin se trasladó a la mejilla izquierda, la joven colocó su mano entrelazando el contacto, le tenía un gran cariño y amor a ese hombre- Así lo quiso tu difunto padre…
-Lo siento, señor Shocker. Últimamente me han pasado cosas muy raras y no sé en quien…- Ahora la otra mano del hombre mayor tomó la otra mejilla mientras le obligaban a verle su rostro, sus ojos dorados aunque rasgados resaltaban preocupación e incertidumbre- Mi señor…
-Las relaciones equivocadas nos conducen a caminos equivocados, Matsuri. Es entonces cuando tienes que apoyarte en los tuyos- La pequeña extendió sus brazos abrazando a su maestro que ahora usó sus marchitas manos sobre la suave cabecita de la menor apegandola hacia su seno- Matsuri, tú y yo somos iguales, somos dokushin… Somos un equipo, mi pequeña
La joven apartó su cercanía solo para verle con ternura a su viejo mentor
-Dime, Matsuri. ¿Hay algo que quieras contarme?
La pequeña calló por unos instantes
-Verá… Yo…
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Mientras tanto en el pueblo Kuuga…
-¡Roshigumi! ¡Viene la Roshigumi!- Gritó alguien
Una persona vestida de sombrero redondo de paja y una capa de color negro que le envolvía todo el cuerpo caminaba tranquilamente por el centro urbano cuando de pronto notó que en una calle principal, casi exactamente donde estaban ubicados los humildes establecimientos comerciales, gente estaba abarrotada en todas las esquinas mientras que en plena vía pública estaba una joven peliplata de ropajes negros, haori, hakama y jingasa.
La oficial de apellido Zenigata estaba a la cabeza de un carro patrulla de policía que llevaba en la parte trasera a un hombre aparentemente de unos 50 a 60 años el cual estaba esposado junto a sus ropas desgarradas mientras estaba gritando de manera desgarradora pero la sirena del automóvil era tan fuerte que era imposible oír sus reclamos.
(Soundtrack de la escena: watch?v=srOHDOo30e0) Exactamente desde el 3:10 hasta el 4:00)
(Link de la escena: watch?v=FSqI96NNLW0&t=1933s) (Exactamente desde el 30:47 hasta el 32:15)
La peliplata ordenó con un jutte que apagaran la sirena y luego los policiales procedieron a bajar al pobre hombre el cual estaba custodiado por dos uniformados, uno de ellos le agarró por la nuca de la yukata mientras que el otro apretaba las esposas del pobre hombre. Otro estaba cerca de la oficial.
-¡Todos me abandonan!- Gritó el pobre hombre el cual fue empujado hacia el suelo
-¡Tú robaste a esa mujer!- Le gritó uno de los uniformados que se acercaron de manera atemorizante hacia el acusado
-¡No fui yo! ¡No fui yo!- Le reclamó el pobre hombre en medio del llanto- ¡Yo no robé a nadie! ¡No robé a nadie!
-¡Cállate anciano!- Le gritó ahora la oficial que se acercó hacia el pobre, uno de los oficiales lo agarró hasta ponerlo de pie mientras que Zenigata guardó su jutte y sacó una especie de correa y le propinó un golpe hacia el pecho
-¡Yo no fui!
La joven le propinó una fuerte patada hacia el estómago del viejo tumbándolo contra mientras que la gente estaba callada si no fuera porque dos de los tres oficiales desenvainaron sus katanas de ki con tal de matarlos si trataban de hacer algo al respecto.
Zenigata tomó del cuello al pobre anciano llegando a un punto querer estrangularlo con una sola mano llegando a un punto de casi alzarlo, la oficial estaba con una mirada llena de ira, sus dorados ojos estaban inyectados de sangre y apretaba los dientes.
-¡Por favor no me mate!
-¡Vamos, dilo de una maldita vez, anciano!
-¡No fui yo!
-¡Tú lo pediste perro! ¡MUERE!
-¡Alto!- Se escuchó una fuerte voz mientras una parte de la turba civil se apartó dejando ver al misterioso ser de sombrero y capa mencionado al inicio de la escena.
-¿Quién eres tú?- Preguntó la oficial que paró su acción
-Ritsu Zenigata, ¿Por qué no escuchas lo que este hombre tiene que decirte?
-¿Qué dices?- La oficial miró de manera despectiva al extraño individuo- Ya lo hemos juzgado, ¿Tienes algo que decir sobre nuestro juicio?
El extraño de sombrero y capa caminó estando frente a frente con la oficial que no se dejaba intimidar con la corpulenta estatura del denunciante.
-Simple, ustedes no están cualificados para juzgar a nadie
La peliplata sintiéndose ofendida preparó su correa con tal de propinarle un golpe pero de pronto el desconocido se volteó de espaldas y caminó de esa manera hasta quedar pegado frente a Zenigata la cual estaba con una gota de sudor ante aquello mientras que la gente estaba con completa cara de WTF.
El extraño sujeto comenzó a inclinarse doblando casi las rodillas mientras meneaba el trasero hasta que este estaba pegado a la pelvis de la peliplata la cual estaba con unas rayas negras sobre su rostro, el desconocido comenzó a empujar su culo contra las caderas de la oficial mientras estaba cantando esta canción, cada empuje era cada palabra.
-¡Métela, Métela, Métela, Métela, Métela, Métela, Métela, Métela! ¡Sácala, Sácala, Sácala, Sácala, Sácala, Sácala, Sácala, Sácala!
Mientras eso pasaba los demás aldeanos comenzaron a reírse a carcajadas al ver como ese extraño sujeto hacía ver a Zenigata en un completo ridículo, la pobre peliplata no soportando esa humillación le propinó un golpe de correa al culo apartando al desconocido haciendo que el silencio se apoderara de la escena.
-¡Eres un degenerado!- Le reclamó estando enojada al estilo anime
El hombre desconocido solo se encogió de hombros y siguió estando de pie mientras que la oficial alistó su katana con tal de darle muerte segura a ese desconocido de mala educación. El extraño sujetó sacó su brazo derecho de su capa y lo levantó apuntando al cielo, cosa que dejó anonadada a Zenigata.
-¿Qué crees que estás haciendo, rarito?
-He pensado mucho en cómo tratar de vencerte y según mis cálculos solo usaré un brazo
-¿Un brazo?- La pobre sentía como un tic le afectaba el ojo izquierdo
-Así es un brazo. Si uso solo mi brazo derecho, lograré la victoria y la libertad de este pobre viejecito
-¿Qué? ¿En serio?- Miró con burla a su misterioso oponente- Jajaja, ¿No crees que estás exagerando un poco? Eso de vencerme con un solo brazo es una completa tontería
-¿Ah no? Hasta algo mínimo es capaz de dar su máximo
(Soundtrack de la pelea: watch?v=80ugARZdPM4)
(Link de la pelea: watch?v=y5MxP819Vbg)
La oficial decidió estar en posición de guardia mientras que el misterioso viajero mantenía la suya solo usando su brazo derecho extendiéndolo un poco inclinado al frente. Zenigata estaba en posición shinai, katana alistada al hacia el frente dando un paso de pie derecho. La joven caminó atrás por la izquierda mientras que el desconocido estaba ahí con su brazo alistado.
Los aldeanos estaban expectantes para saber quién de los dos daría la primera estocada, Zenigata caminó de un lado a otro intentando calcularle por donde iba a golpear mientras que el otro caminaba tranquilamente como si nada. La peliplata ahora estaba ante el misterioso desconocido, levantó su katana e intentó encestarle de manera fija pero el extraño esquivó yéndose a la derecha.
La oficial pasó de largo pero no quería dejarse vencer ni mucho menos de una manera tan ridícula, afianzó su espada pero bajándola sobre la extensión de sus piernas dando con el suelo. Anduvo en círculos esperando el golpe , decidió usar el flanco izquierdo hacia el pecho y luego intentó darle sobre el izquierdo del cuello, ambos golpes fueron esquivados y eso solo el sujeto anduvo solamente caminando como si estuviese probando la paciencia como los movimientos de la peliplata.
Zenigata intentaba de todo con tal de encestarle aunque fuese solo un golpe pero el desconocido siempre lograba saber las direcciones y los esquivaba con un total tranquilidad aunque eso a los ojos de la desesperada oficial, intentó sobre los hombros mientras que el extraño no hacía nada hasta usó su brazo derecho, lo dirigió contra el arma blanca hasta que el filo de ésta se clavó en el suelo de concreto. Zenigata no lo podía creer, en un solo movimiento y que el contrario no emplease un arma a la mano la estaba haciéndole perder de tan controversial manera.
La oficial sacó su katana del suelo y nuevamente se posicionó al ataque manteniendo la hoja fija hacia la nariz pero cambió la posición de las piernas llegando a doblarlas adelantando la derecha. Caminó un poco hacia atrás y dio un paso con el pie izquierdo, levantó la katana pero se detuvo como si se congelara.
La joven calculaba, no importaba de qué lado o flanco lograra darle, de alguna manera el hombro adivinaba y evadía sin necesidad de usar su brazo. Pareciera que desde un principio estaba jugando con ella y no era de muy buen gusto, bajó un poco más, dobló un poco los codos. Ella dar en una buena trayectoria.
Hacia al hombro basándose en el flanco izquierdo, nada; golpe transversal por la izquierda, nada… Alzó su arma con ambos, encestó pero el brazo del misterioso sujeto golpeó el filo haciendo que Zenigata cambiase de posición esta vez estaba tomando el arna blanca y estando en guardia estando de costado izquierdo y adelantando el peie zurdo.
Estocada fija que no sirvió para nada, adelantó aún más el pie izquierdo. Corrió mientras bajaba el arma hacia el cuerpo de su contrincante pero se pasó de largo porque ahora el hombre se echó a la izquierda. Zenigata se volteó con tal de retomar el ataque pero ahora el extraño sujeto levantó el brazo izquierdo apuntando al mentón de la peliplata.
Pausa… Ambos estaban en pausa mientras que el viento comenzaba hacer la presencia, ningún cuerpo sea de los dos luchadores, de alguno de los testigos o hasta de los tres policiales presentes, solo el sonido del viento y algún sonido ambiental, de hecho hasta sonaba un televisor prendido dando un anime, quizás un opening o un tema de fondo.
Lentamente bajó el brazo trazando desde la manzana de Adán hasta el estómago. Bajó su brazo zurdo pero la oficial iba a arremeter pero nuevamente quedó paralizada (Y aun teniendo la espada levantada a la altura de la cabeza) cuando esta vez el desconocido levantó el brazo diestro. Los dorados de Zenigata notaron en un lapso de segundos la mirada del individuo. Un paso hacia atrás y otro mientras que seguían en su posición inerte.
La oficial y su desconocido oponente dieron tres pasos hasta que la federal bajó el arma y yéndose de largo a lo que el hombre tomó ventaja de extender una mano y le dio una nalgada que sonó por todo el escenario. La gente hizo un pequeño "¡Oh!" mientras que una Zenigata roja de la vergüenza se volteó para ver que su oponente seguía tan tranquilo de la vida.
-¡DEJA DE REÍRTE DE MÍ!- Gritó la oficial mientras se lanzó al ataque
Golpes en todas direcciones pero que nunca daban en nada, de los cuales dos fueron bloquedas por el brazo diestro, más golpes inservibles y un bloqueo esta vez formando con ambos brazos una X. Un golpe hacia arriba y hacia abajo bloqueados con éxito. Zenigata ya estaba respirando agitada mientras sentía que estaba sudando frío.
-No lo entiendo, no lo entiendo… ¡NO LO ENTIENDO!
Se lanzó de manera enfurecida con tal de matar a ese tipejo hasta ambos elementos chocaron, espada contra brazo, estaban en un forcejeo cara a cara, midiendo sus fuerzas con tal de averiguar quién lograría derribar a otro hasta que de pronto el hombre se apartó y se puso de pie.
-Me disculpo señora oficial pero tengo que irme…- Dirigió su brazo derecho a los tres hombres- Ustedes liberen a este pobre hombre, este humilde vendedor ambulante es inocente de los cargos de que se le acusan
-Esto…
-¡HAGAN LO QUE LES DIGO!- Alzó el brazo y emprendió carrera mientras que los tres uniformados asustados liberaron al vendedor el cual se notaba que en realidad fue golpeado por los policiales
-¡Esa mirada! ¡Ya la conozco!- Gritó Zenigata mientras sus orbes dorados clavaban en la cara cubierta del extraño espadachín- ¡Sé quien eres! ¡Maldita Yakuza!
-…- El extraño ser solo se limitó a darse la vuelta y llevarse entre sus brazos al pobre viejo
-Muchas gracias… Oyabun
-No hables amigo. Tienes que guardar energías
-Hai…
-¡Espera raijin! ¡Espera un minuto!- Una vez más la peliplata con su arma en mano se lanzó hacia los dos sujetos
En cuestión de tiempo el hombre se puso en medio del anciano y la oficial, en un movimiento rápido sacó lo que parecía ser una bocina y la pulsó una vez. Cuando se escuchó el claxon de pronto la oficial quedó congelada lo mismo que toda la gente hasta el anciano. El extraño ser de sombrero y capa caminó hacia donde estaba la oficial, se inclinó hacia ella.
Extendió sus manos hacia el hakama negro, le quitó el nudo y le bajo la prenda hasta el suelo dejándole al descubierto su ropa interior
-Jajaja… ¿En serio? ¿De ositos?
El desconocido creo con su magia un cartel donde escribió "Ríanse de mí" y se lo pegó en la espalda de la peliplata. Caminó hacia donde estaba el anciano y lo llevó sobre su espalda. Al final, pulsó dos veces la bocina y se fue junto con el anciano en dirección hacia la boticaria.
-¡Espera un momento, maldita raijin!... ¿Qué?- Quedó con ojitos saltones y miro por todos lados- ¿Qué pasó? ¿Dónde está?
-¡JAJAJAJAJA!
La gente de la aldea comenzó a reírse de repente de Zenigata la cual no entendía que diablos había pasado, el sujeto de hace unos momentos ya no estaba y tampoco habían rastros del anciano que capturaron.
-¡Oigan! ¡¿De que se ríen campesinos tontos?!
De pronto la joven se dio cuenta de que su hakama estaba abajo mostrando su ropa interior la cual era la clásica color blanco con un moñito encima y un osito cariñosito en el centro. Hasta los tres uniformados se empezaron a burlarse de ella, y no solo ellos sino que también las alumnas de primer año de la secundaria Nishigaoka empezaron a reírse de la oficial.
Literalmente todo el pueblo se estaba burlándose de la oficial la cual quedó en completo shock, las risas y los gestos graciosos de los aldeanos hasta de los niños resonaban en sus oídos hasta comenzaban a grabarsele en su cerebro… La joven sentía como se desmoronaba y su alma se alejaba lentamente de su cuerpo como si cayera en un pozo sin fondo.
Fue ahí donde Zenigata se quebró…
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Mientras tanto en una mansión de estilo japonés…
Una joven peliplata caminaba con pasos forzados hacia donde estaba una oficina donde una figura estaba de espaldas sentada viendo a una estatua de una especie de Buda el cual estaba rodeado de una especie de aura en llamas, una espada japonesa en la mano derecha y un rosario en la izquierda.
-Al fin llegas, Ritsu- Resonó en todo el recinto una fuerte voz femenina- Ha pasado mucho tiempo desde el examen Battle Royale… ¿Desde hace tres años?
Un silencio se hizo presente por un minuto exactamente
-Padre…- Su voz femenina era lo bastante profunda- Quiero que me consigas una cosa
-¿Una cosa? ¿Qué quieres ahora?- Se notaba un leve tono de molestia- ¿Quieres ropa? ¿Quieres algo de dinero? ¿Uno de esos teléfonos móviles?
-No quiero nada de eso
-¿Entonces a que has vuelto?
La joven tomó un respiro desde lo más profundo de su ser
-Porque si es eso ya te puedes ir olvidando, no voy a ayudar a una oficial de policía, ni mucho menos de un miserable pueblo
-Padre… Me voy a la capital
El hombre comenzó a voltearse lentamente dando con un hombre de cabellera larga de color plateado, frente descubierta y ojos azulados, usaba un haori blanco en cuyos costados estaban un rombo negro dentro de un circulo, su hakama era gris y una cinta negra envuelta alrededor de su cintura en el dentro de ella, a su costado izquierdo estaban dos mangos de espada de color negro, una katana y una wakizashi.
-¿Y que harás allá?- Tenía una mirada seria y fría
-Quiero participar en el Torneo Militar
-Imposible…- Respondió simplemente- Sabes muy bien que en el torneo no participan oficiales ni del ejercito ni de la policía. Solo los hijos de militares o por lo menos que tengan los grados de suboficial y alférez participan en el torneo militar
-Eso no me interesa…- Dijo la menor entre dientes- Quiero participar en ese torneo y punto
El adulto cerró sus ojos por unos segundos
-Pero para eso tienes que presentar un informe en un plazo menor a un mes y de esa manera solicitar un pase dorado de Ciudad Shishio, directamente de la Casa de Gobierno
-Tienes dinero y contactos. Seguro que puedes hacer algo
-Quizás pero no daría ni un centavo a una deshonra como tú. Me cuesta creer que tu hermana menor con tan solo 11 sea actualmente una teniente coronel dentro del ejército y tú, que eres cinco años mayor… Mi primogénita haya terminado en la policía de una aldea de ignorantes aparte de perder patéticamente ante una bandada de yakuzas y mucho menos contra una ronin
La joven tragó esas palabras mientras bajaba la mirada en donde se escondían sentimientos negativos, decepción, vergüenza, tristeza, dolor, enojo, ira… Toda clase de sentimientos negativos que la llevaban afectando y atormentando desde hace mucho tiempo
-¿Al menos me darás cuatro de tus mejores hombres?
-¿Eso? Consiguetelos tú misma, no voy a enviar a mis sirvientes para que terminen haciendo el tonto ni mucho menos en un torneo. Eres la vice-sheriff, tienes hombres a tu mando, ¿No? Entonces busca los cuatro integrantes que necesites…- Se volteó de espaldas recalcando su negativa- ¿Para cuando es ese dichoso torneo?
-A partir de mañana los estudiantes de secundaria de todo el país viajarán hasta la capital y el torneo como tal es dentro de dos días- La joven se inclinó ante su padre en señal de petición- Espero que para entonces hayas encontrado algo. Por favor, padre. Considera mi reclamo.
El hombre suspiró en lo más profundo
-Enviaré a cuatro de los mejores matones que conozco
-¡Pero padre…!- Su cara quedó en completa indignación
-¡Nada de peros!- Cortó duramente el adulto- Quieres cuatro hombres, ¡Yo te estoy dando cuatro hombres!- Comenzó a caminar lentamente hasta arrodillarse ante el enorme Buda- Espero que sea la última vez que acudes a mi ayuda, ahora con que tu pequeña hermana sea una figura de poder dentro del ejercito me es suficiente. Ella ha demostrado ser mucho mejor hija que tú y más poderosa… No quiero oír tus quejas y reclamos
-Padre…
-Adiós Ritsu… Que tengas un buen día…
La joven se volteó con la cabeza gacha mientras esos sentimientos la estaban rompiendo adentro, era lo mismo desde hace tres años cuando participó en ese examen battle royale. Dicho examen era una competencia donde las 100 mejores notas de la nación en el examen E7 tenían que asesinarse los unos a los otros en menos de una semana.
La joven a pesar de mostrar sus habilidades como kenshin desgraciadamente terminó en la policía llegando a ser degradada a sheriff de pueblo perdiendo de manera automática el apoyo de su familia como en ser desterrada de ella, debido a que los policías en general tienen un bajo nivel de pelea.
La joven solo se reservó a irse en completo silencio mientras dejaba aquel lugar que fue su hogar hace tiempo atrás, se maldecía por haber salvado a su pequeña hermana de la muerte, si la hubiese dejado morir posiblemente tendría mayor reputación y poder, respeto y amor de su familia pero era inevitable.
Ahora era un triste policía que ahora debía imponer el orden a la aldea que fue designada pero empeoraría ya que los propios aldeanos odiaban a las autoridades aparte de que sus héroes locales eran aquellos a quien a su criterio, la ley debía considera como criminales, los yakuza o bakuto.
Y la cima de eso era una mahou shoujo a quien su jefe tildaba de gran amenaza y que perturbaba la paz en el pueblo pero a pesar de ello gozaba del amor y del apoyo popular hasta llegar a un punto en que pareciera que ella era el verdadero sheriff de esa aldea.
Se maldecía pero debía que aceptar su triste realidad…
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Mientras tanto en una pequeña calle peatonal estaban once alumnas vestidas de chaqueta estudiantil negra con el kanji de su elemento en la espalda, corbatas de distintos colores según su elemento y faldas azul oscura. El onceavo estaba al mando de un robot humanoide de color gris, una mujer peliverde corta de gafas con una mano pinza y una mujer de pequeña estatura de cabello purpura de dos coletas enrolladas y kimono negro con katana encintada.
Dicho grupo debía irse por obligación a la ciudad Shishio, capital del Reino de Edo para presenciar y celebrar el torneo elemental, ahora torneo militar eso debido al medio año en que el federalismo se impuso por medio de un cruento golpe de estado que cobró la vida de su anterior gobernante, el Rey Danzo I y puso en el poder a una joven llamada Yohane Mathilda do Roxas.
El profesor estaba viendo la hora mientras las dos maestras estaban hablando con un joven muchacho, aparentemente el joven era un guía designado por la casa de Gobierno hacia Pueblo Kuuga mientras que las demás once alumnas estaban al menos ansiosas de esperar su medio de transporte.
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En el aeropuerto de Ciudad Gyunyu, capital de la provincia de Kujira…
Una joven de cabello rojo recogido estaba vestida con ropas masculinas casi asemejándola a un hombre adolescente estaba viendo el tablero electrónico donde se anunciaban los próximos vuelos. Su vuelo hacia Ciudad Shishio tardaría en menos de diez minutos. Decidió tomar su equipaje y llevarlo hacia donde estaba un pequeño pelirrojo de greñas paradas y ojos del mismo color que la estaba esperando.
La marimacho esbozó una sonrisa mientras que el más pequeño le tomó de la mano y se fueron juntos a la fila donde estaban varios pasajeros para ir a la capital de Edo, lugar donde se disputaría el torneo militar conmemorando los 6 meses del nuevo gobierno que se imperaba en la toda la nación.
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De nuevo, en Pueblo Kuuga…
El transporte había llegado hacia la oncena de estudiantes, era un hombre viejo cuyo peinado era de un estilo Super Saiyayin de cabello canoso con una bandana naranja sobre la cabeza, ojos del mismo color junto a un espeso mostacho con barba. Su vestimenta era una chaqueta cómoda de color negro y un pantalón de traje, tobillos vendados y zapatos ninja negros que descubrían sus dedos…. Ese hombre era un jinrikisha, título que se le da a los conductores de animales.
El hombre mayor estaba sentado en una silla para montar caballos mientras que su animal que le servía de tracción era una especie de lagarto enorme de color verde oscuro y su cabeza era redonda como grande casi asemejando a la de un sapo de mala cara.
En ese entonces fue cuando el director de Nishigaoka se acercó al viejo jinrikisha
-¡Hola señor! Soy Ginpachi Hongo, director de la escuela secundaria de Nishigaoka- El robot se inclinó a modo de saludo- Soy un mahou ginshin y soy el coordinador de esta actividad.
-Hola Hongo-sama- Saludó el hombre mayor- Me llamo Korusho y soy conductor de animales. ¿En que les puedo servir?
-Simple, ¿Puede su lagarto llevarnos a Ciudad Shishio?
-¿A la capital? Claro, con gusto los llevaré…- El viejo jinrikisha miró a su lagarto vehiculo- Pero hay un inconveniente
-¿Cuál es Korusho-san?
-Mi lagarto varano suele correr por Pueblo Kuuga. Tengo que decirle que se salga de la ruta, pero no sé idioma lagarto. Soy nuevo, ¿Sabe?- Miró detenidamente al autómata- ¿Acaso usted sabe lagarto? Se nota que usted es un robot
-Sí, soy un robot pero desgraciadamente en mi programación no está ese idioma- Se excusó el ginshin pero de pronto se le prendió la bombilla- Espere Korusho-san, tengo una alumna que sabe hablar lagarto
Bajó del asiento del jinrikisha aterrizando al suelo para llamar a una joven de cabellera peliverde la cual decidió pasar al frente suponiendo la orden .
-Yanagi-san
-¿Qué pasa sensei?- Preguntó la uejin
-¿Sabes hablar lagarto?
-Sí señor. De hecho es muy simple-Respondió la de cabellera verde- Es hablar nuestro idioma pero agregando el sufijo gegegenoge al final de cada frase
-Gege… Ge…Noge- El robot se rascaba la cabeza pues para ser algo que no tenía en su programación le era difícil de comprender- Bueno… ¿Me podrías ayudarme?
-Por supuesto, Ginpachi-sensei- Aceptó la elemental de naturaleza
La joven uejin decidió ir junto con el docente robot para tratar de hablar con el lagarto vehículo en su idioma natal.
-Hola gegege-no-ge- Saludó Yanagi
-Hola gegege-no-ge- Respondió el anfibio gigante
-¿Y que le digo sensei?
-Dile que no vamos a hacer la ruta por el pueblo, que nos vamos a la capital
La peliverde acató la orden de su maestro y director y comenzó su conversación con el anfibio transporte el cual se hallaba acostado sobre el suelo.
-No vamos por Pueblo Kuuga. Vamos a ciudad Shishio gegege-no-ge
Mientras eso pasaba, tanto el jinrikisha y el docente robot estaban de la mar de impresionados ante la habilidad de la peliverde de dominar y hablar los lenguajes animales con total fluidez.
-Menudo don tiene esta chica. No tengo palabras ante esa gran habilidad propia de su elemento- Dijo el docente robot que no evitó reírse
-Leí sobre este tipo de chicos en la gaceta. Niños psíquicos cuyo poder escapa de nuestro entendimiento
-En realdad no es una psíquica
-¿No lo es?
-Tal parece que es una habilidad natural que existe entre los mahou uejin
Mientras tanto con la niña naturaleza y el lagarto vehículo donde luego de una conversación entre ambos lograron llegar a un acuerdo.
-Ah, ya decía yo. Gracias gegege-no-ge- El anfibio gigante se paró lentamente mientras que la joven elemental de la naturaleza le dedicó una sonrisa a su sensei el cual agradeció a su alumna de haberle enseñado algo importante a futuro
-Muy bien chicas, vámonos- Anunció el docente robot a lo que éste y todas las once estudiantes se montaron sobre los asientos que estaban encima del lomo del reptil grande y éste emprendió su carrera hacia la capital, Ciudad Shishio para poder presenciar el torneo militar llevado a cabo en esa ciudad
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Mientras tanto en un avión con vuelo hacia Ciudad Shishio…
La joven pelirroja de ropas masculinas estaba viendo desde la ventana del avión lo que parecía las tierras vistas entre nubes mientras que el cielo azul reinaba casi en todo su frente, era como si la tierra fuera diminuta mientras que el aire pareciera tener su propia forma y cubría la tierra.
"Me llamo Karin Namahono, soy una mahou kajin… En estos momentos estoy participando en el torneo de los militares bajo el nombre de Rintaro, con el cargo de Suboficial de la Escuela Nacional de Cadetes, hijo del Alcalde de pueblo Kuuga, el teniente coronel Eiji Namahono. No cabe duda de que a partir de ahora, este será el peor mes de toda mi vida"
つづく
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Aisuru anata o nokoshite
Sasurau tabi wa
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Yuku ate mo naku
Kaze no fuku mama
Nagasa reru dake
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Yume ni inochi o kakenagara
Kyō made kitakeredo
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Kokoro ni munashī Kaze no oto
Sasurai no uta
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Anata ga koishī
Anata ga koishī
Anata ga koishī
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Hola amigos, soy Candy
Nuestro grupo ha iniciado su viaje hasta Ciudad Shishio, la gran capital del país donde muy pronto comenzará el torneo de los militares. Parece que Rin tendrá que disfrutar de un mes sin precedentes, ¿O no?
Esto y mucho más en el siguiente capitulo
¡Adiós a todos!
