La Pareja Original de Saint Michael's
Capítulo 5
Entrada de Saint Michael's – 1921
La mañana ha llegado, el sol ha salido a lo alto y desde afuera, Luna y yo observamos orgullosas el gran edificio de Saint Michael's que con tanto amor y cariño nos había recibido. Miramos orgullosas a nuestra escuela.
Saint Michael's, la escuela que me había recibido con los brazos abiertos y donde había tenido la oportunidad de conocer al amor de mi vida, Luna.
La observo parada a mi lado, mirando nerviosa al mismo edificio que le había traído tantas emociones y aprendizajes a lo largo de sus años. Esta temblando por la ansiedad del momento y para calmarla, la tomo la mano.
– Hey – voltea a verme nerviosa – todo estará bien – aún se siente insegura.
– Viviana... – parece calmarse un poco.
– ¿Estás segura que quieres hacer esto? – se toma un momento para pensarlo y…
– Hagámoslo.
Sonrío y sin soltarla de la mano, entramos a la escuela.
Saint Michael's
Entramos a la escuela y caminamos por el pasillo como si nos dirigiéramos a clases en un día normal como cualquiera, solo que ahora caminamos sin soltarnos de la mano.
Al principio nadie lo nota, pero poco a poco las chicas comienzan a voltear a vernos y sorprendidas, murmuran unas a otras con sonrisas y miradas de aprobación entre ellas.
Conforme más avanzamos, más chicas nos observan, nos siguen como deseando que demos algo más para ellas y siento como la mano de Luna se aprieta cada vez más con la mía, sintiendo la ansiedad del momento.
La detengo en medio del pasillo y ahí nos quedamos un momento mientras las chicas nos rodean y saludan, dándonos toda clase de elogios y aprobaciones.
– Buen día, Viviana-chan.
– Luna-chan, buen día.
– Están tomadas de la mano, acaso… ¿es lo que creo que significa? – sonríe.
– Finalmente ustedes son… – emocionada.
– ¡¿En verdad ya son?! – más emocionada
Todas nos miran con alegría y aunque por dentro estoy gritando de felicidad, por fuera me preocupo por la manera en que Luna este tomando todo esto, quizás este teniendo miedo, quizás le esta temblando el cuerpo, quizás esta deseando que nos vayamos, nos encerremos en algún cuarto donde pueda abrazarla y consolarla por lo terrorífico que debió ser el momento.
Todos estos pensamientos pasan por mi mente mientras caminamos, pero al voltear a verla a mi lado... ya no veo más inseguridad en su rostro, ya no más miedo ni necesidad de aprobación, por primera vez en ella ya no veo más a la chica insegura que conocía, por primera vez en mi vida, veo a Luna con una sonrisa de la manera en que debía brillar.
Siento como su mano se afloja de la mía y…
– Luna…
– Te amo Viviana, te amo muchísimo.
Se voltea a verme y sin decir nada más, sonriente me da un gigantesco beso en los labios.
Todas a nuestro alrededor pierden la cabeza y nos felicitan por nuestra "nueva" relación ya consumada, felicitándonos y deseándonos la mejor de las suertes ahora y toda la vida.
Luna me abraza, me atrae hacia ella y perdida en el calor de sus labios, la atraigo hacia mí y sentimos la felicidad de la otra.
Al final, ambas nos separamos y con sonrisas vemos a las chicas que nos halagan, llenándonos de elogios y felicitaciones, pero ante mis ojos solo puedo ver a una persona entre la multitud, y esa es Luna.
Luna, la chica a quien más amo en este mundo y a quien había decidido entregarle mi vida ahora, por siempre y toda la eternidad.
La prodigio y la presidenta, la pintora y la bailarina, la plebeya y la heredera. Esa es nuestra historia, una historia que gracias a los recuerdos que dejamos, vivirá de generación en generación y nuestro amor no tendría fin.
Luna y yo estaremos juntas por siempre, y ese es el final de la historia.
