¡Porque el NejiTen no debe morir!
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Mes del NejiTen día 5
Abril 05/2021
Temas: Histórico/*/Jefe/*/Famoso-paparazzi-"influencer"
Universo alterno
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Disclaimer: Naruto no me pertenece, de lo contrario el NejiTen sería oficial.
Disfruten la lectura.
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Día 5: Histórico
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Observó el lienzo, analizando como podía hacer el nuevo trazo, acercó el delgado pincel pero no lograba entender lo que tenía que hacer. Descargó el objeto y se acercó a la pierna que colgaba y la giró por un lado y por otro, regresando al lienzo para hacer trazos furiosos y descartar lo que llevaba hasta el momento.
La puerta fue tocada y él maldijo, aunque la verdad es que el tiempo se le había acabado. Tenía un amigo que trabajaba en una carnicería y a veces le hacía el favor de dejarlo ir a dibujar las piezas que llegaban antes de la venta, estaba investigando la morfología humana en busca de entender cómo era que se movía el cuerpo exactamente y la musculatura bajo la piel. Aunque a falta de una pierna humana diseccionada tenía que conformarse con las de vacas u ovejas, pero no era lo mismo, al estar ya muertas no fluían de la forma en que lo hacía un ser vivo.
- ¿Pudiste adelantar algo? — le preguntó Shino, acercando un cuchillo a la carne para tasajear un pedazo
- No, estoy estancado
- Por favor dime que no estás empezando a pensar en ir a profanar tumbas — lo señaló con el cuchillo — porque te advierto de una vez que no pienso ir a sacarte de la cárcel
- ¿Qué? No, claro que no — no era el primero que trataba de investigar el tema, algunos de sus colegas más avezados se habían ido directamente a estudiar los cadáveres de humanos. El problema es que no lo hacían con permiso ni del difunto ni de la familia y muchos se oponían al considerarlo algo sacrílego. Él no quería manosear cadáveres, además no estaba centrado en los órganos y demás vísceras internas, él quería entender solamente la musculatura y las conexiones de la piel — no sé qué hacer
- Conseguirte una novia y una vida podría ser un excelente punto de partida — le contestó en modo burlón el hombre
- Tengo una vida, comprender nuestro propio funcionamiento es fundamental para mejorar los tratamientos médicos
- Sí, sí, como sea — no dijo más, tenía que entregar la carne al comprador y era hora que él se fuera. Recogió todos sus implementos de pintura antes de salir con la mochila en la que cargaba todo
Caminó a su vivienda pensando en cómo solucionar su predicamento, no quería irse a una granja o algo parecido a ver una vaca viva, no le interesaban los animales. Pensó también en lo dicho por el Aburame sobre una novia, tal vez esa podría ser exactamente la solución, conseguir una mujer. No una novia, su última pareja lo había dejado al darse cuenta que él la dibujaba dormida en su investigación que no podía dejar de lado, y algunas mujeres podían llegar a ser tímidas respecto a lo de dejarse ver completamente desnudas mientras él observaba fijamente.
La respuesta apareció como una epifanía mientras pasaba por esa enorme casa que no muchos sabían lo que era a menos que hubieran entrado y aun así algunos hipócritas que se las daban de puritanos repudiaban y que él había visitado en contadas ocasiones cuando su necesidad como hombre no se calmaba con la lectura o la meditación. Podía contratar una prostituta, no para él, para su investigación. Esas mujeres estaban acostumbradas a estar desnudas y por el precio correcto permitían cualquier cosa que les fuera solicitada. De momento necesitaba dormir un poco, pero tenía la decisión tomada, solo necesitaba encontrar una que le sirviera para su propósito específico.
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Trató de dormir, soñando por momentos en su investigación y vio en una morgue tratando de hurtar un cuerpo. Despertó y negó, las consecuencias de la conversación con su amigo. Pasaban las dos de la tarde cuando salió de su casa a atender un par de consultas que tenía y cuando el sol estaba empezando a descender se fue a la casa que era una especie de burdel clandestino. Las autoridades sabían lo que allí ocurría, pero se decía que la dueña les pagaba lo suficiente para que hicieran la vista gorda y no la obligaran a trasladar su negocio a la periferia de la ciudad como decía la ley. Cruzó la puerta y casualmente en ese momento pasaba la madame que dirigía el lugar
- Tiempo sin verlo por aquí — él asintió, se decía que la memoria de la mujer era impecable y no olvidaba ningún rostro
- Lady Tsunade — saludó de una vez y ella lo tomó de gancho, empezando a caminar hacia el enorme salón en el cuál estaba el bar — un whisky — ordenó
- Que el mío sea doble — el barman les sirvió de una vez y ellos hicieron un ligero brindis — entonces querido, ¿qué puedo hacer por ti hoy?
- Buscó una mujer — bueno, esa parte era un poco obvia — delgada — añadió pensando que así sería más fácil tratar de apreciar los músculos — y joven
- ¿Qué tan joven? — inquirió la rubia de una vez y él negó con la cabeza ante la posible confusión por su petición
- Mayor de edad, entre más cerca a sus 20 mejor
- ¿Alguna otra indicación?
- Me la llevaré a mi vivienda toda la noche
- Eso tiene un precio extra — él asintió, había contado con esa respuesta — dame un momento cariño, te haré llamar
- Gracias madame — la rubia bebió el trago de un solo sorbo y lo dejó allí, en el salón había algunos hombres sentados que veían la tarima en la que una mujer bailaba al son de una melodía sensual. Pidió una nueva bebida para él y desocupó el vaso al ver que la pelinegra que solía ser la asistente de Tsunade le hacía señas para que la siguiera.
Lo guio hasta una habitación en la cual había tres mujeres en el centro, todas en ropa interior. Él se acercó para verlas una a una, tenía claro lo que necesitaba, así que les pedía que levantaran los brazos o hicieran algún movimiento detallando la piel que se veía. Ninguna de ellas parecía incómoda por la forma en que las analizaba y eso le parecía una buena señal.
- La llevaré a ella — era una castaña de contextura pequeña, lo suficientemente delgada para lo que buscaba y a pesar de todo le gustaba que sus pechos no eran excesivamente grandes o pequeños, tenía un cuerpo armonioso que era agradable de ver
- Muy bien, las demás pueden ir a seguir en su trabajo — les ordenó la rubia que había vigilado en silencio desde una esquina — vístete Jidanda. Te irás con él
- Sí, Tsunade-sama — su voz era apenas más alta que un susurro
- Nosotros iremos mientras tanto a organizar cuentas — él escuchó en silencio la tarifa, tanto por las horas que estaría con la mujer como la sobretasa por no usar las instalaciones. Pagó sin refutar nada y al llegar a la puerta la castaña lo esperaba vestida de forma adecuada para salir a la calle — recuerde que debe devolverla intacta, o bueno, en una pieza
No contestó, solo abrió la puerta para que pasara y se fueron caminando, ella usaba un vestido azul claro con un sombrero a juego el cual tenía un velo que cubría parcialmente su rostro. No era una distancia larga hasta su residencia y consideraba que aún era temprano, por lo cual no había pedido un carruaje, al llegar la dejó pasar y la llevó hasta su habitación, la joven se quitó el sombrero y se iba a soltar el vestido de una vez pero él la detuvo.
- Espera un momento, hay algunas cosas que tengo que hacer primero — ella parpadeó lentamente pero no dijo nada — ¿tienes un nombre?
- ¿Qué?
- Tu nombre, ¿cómo te llamas? Tsunade se refirió a ti como Ji... algo, no lo entendí bien — había abierto su cuaderno para empezar las anotaciones
- Jidanda, pero puede decirme como mejor le parezca — él negó, ese no era el punto — Aoi, Kimi, Mika — ella se encogió de hombros — me es indiferente
- Quítate los zapatos y párate junto a esa pared — lo obedeció y él se acercó para ver las marcas que había allí, escribió que medía 1 metro y 66 centímetros. La mano de ella le rozó su entrepierna por sobre el pantalón y sintió un escalofrío recorrerlo, apartándose rápidamente — todavía no — le dio la espalda, esa no era la frase, lo que debió decir fue que no la había llevado para eso específicamente — ¿Cuánto pesas?
- ¿Disculpe?
- No tengo una balanza — no eran tan sencillas de conseguir, aunque sí le hacía falta una — ¿dirías que unos 50 kilos?
- Supongo, no estoy segura — anotó tentativamente ese peso
- ¿Cuántos años tienes?
- 22 — dijo de forma automática
- No soy un policía o agente de la ley, dime la verdad — la joven pareció dudar
- 18, pero... — podía suponer que probablemente trabajara en el burdel desde antes de cumplirlos, por eso ocultaba su edad
- Bien, ahora sí puedes quitarte el vestido — anotó la edad, era el momento de empezar su trabajo y sacarle todo el provecho que pudiera a tener un cuerpo humano. Sin decir nada ella se quitó el atuendo, quedando nuevamente en la ropa interior que le había visto antes — da una vuelta — ella giró — despacio — aunque la ropa interior la cubría, esta era bastante transparente y dejaba poco a su imaginación. Apretó los labios, tenía que concentrarse pues de hecho le iba a pedir que se quitara esa prenda también — ya puedes detenerte
Fue el momento de empezar a alistar sus implementos de pintura, puso el caballete y un lienzo en blanco, buscando todas sus pinturas y pinceles sin estar seguro de por dónde empezar. Estaba concentrado dejando todo en su lugar y por eso no notó que ella se había acercado, al girar para agarrar su cuaderno se la encontró de frente
- ¿Qué haces?
- Mi trabajo — nuevamente lo rozó por encima del pantalón y tuvo que contener su jadeo — es por esto que pagó ¿no? — lo racional habría sido apartarse y aclarar que no, no era eso lo que buscaba, pero con la habilidad de una experta ella le había soltado el pantalón y ya estaba de rodillas frente a él, llevándose toda su hombría a la boca.
Llevó una mano a la pared para sostenerse de esta y la otra al cabello de la joven, tratando así de indicarle el ritmo correcto y moviendo posteriormente su cadera también a medida que sentía su final acercarse. Un improperio salió de sus labios mientras eyaculaba, por el conflicto interno que le había generado el querer llegar a su culminación lo más rápido posible y a la vez el querer estar así el resto de la noche, además que se volvía a recordar que eso no era lo que él buscaba. Reacomodó su pantalón mientras la veía a ella ponerse de pie e ir a su vestido, tomando de este un pequeño pañuelo para lo que suponía era limpiarse lo que no había alcanzado a tragar. Fue a la cocina y regresó con un par de vasos de agua, ofreciéndole uno y volviendo a centrar su cabeza en su verdadero objetivo, aunque debía admitir que se sentía más relajado ahora
- No, no pagué para esto — aclaró — soy un galeno y estoy haciendo una investigación sobre la morfología humana, más precisamente el funcionamiento de los músculos
- ¿Por eso me pidió mis datos?
- Así es, estoy tratando de hacer unas pinturas con mis hallazgos y para eso necesito una modelo con la cual trabajar, para eso estás aquí — explicó — para nada más
- ¿Mi nombre saldrá en los dibujos?
- No, solamente haré la aclaración que es una mujer de 18 años, así como la estatura y peso — su cuaderno, eso era lo que estaba haciendo antes de la repentina interrupción — el nombre es para mis apuntes personales
- Entiendo ¿qué debo hacer?
- Desvístete, te iré diciendo como debes acomodarte — buscó otras lámparas para poder tener suficiente luz pues la noche avanzaba
Habían estado un par de horas con él concentrado en sus trazos, a veces pausaba para ir e indicarle con precisión cómo debía ubicar los brazos. Se detuvo cuando su estómago reclamó comida y supuso ella también tenía hambre, así que buscó algo en su cocina antes de decirle que pasaran al comedor. No estuvo seguro de la hora que era cuando su agotamiento le impidió continuar, pero se sentía satisfecho, en una noche había adelantado bastante por lo que le pidió a la joven que le avisara a la madame que la ocuparía toda la semana.
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Levantó la mirada por encima del caballete y pudo ver que ella se había movido para llevarse la mano a la boca y cubrirla de un bostezo
- Tenten, te pedí que estuvieras quieta — ella le sonrió y regresó a la posición en que estaba. Después de la primera semana y mostrarle todo lo que había avanzado ella le dijo que ese era su nombre real, aunque en el burdel solían referirse a ella como Jidanda, pero su progenitora le había puesto de nombre Tenten
- Esta posición cansa y tengo sueño — se quejó y ahora fue su turno de sonreír, había pasado alrededor de dos semanas y él la había ido a buscar de nuevo, pero ahora solicitándola por todo un mes, mes que ya se había cumplido e iban por mitad de uno nuevo. Él también se sentía agotado, trabajaba en las tardes y las noches las dedicaba a su investigación por lo que dormía poco entre la madrugada cuando se despedía de ella y el momento de ir a sus consultas llegaba — vamos a la cama
- En un minuto, debo terminar este trazo. No te muevas — ella hizo un puchero pero obedeció y finalmente tapó las pinturas para ceder a la petición de la castaña, quien empezó a quitarle la ropa tan pronto se le acercó para dejarlos en igualdad de vestuario.
Tenten le atraía, eso era un hecho y había sido parte del motivo para escogerla, pero con el tiempo que estaban compartiendo se daba cuenta que su atracción había pasado solamente de lo físico a gustarle su compañía. A pesar de su corta edad era instruida y podía hablar amenamente con ella, incluso explicarle su trabajo y ella misma le sugería como podía ver mejor a través de su piel, por ejemplo trazando una línea recta en su brazo y luego siendo ella quien lo contorsionaba para analizar cómo se alteraba la línea. Y a pesar de decirse al principio que no le había pagado para eso, tenerla cada día desnuda al frente suyo era una tentación demasiado grande que cada vez le había costado más controlar y ella lo había notado.
El único contacto que habían tenido había sido esa primera noche y él trataba de enfocarse en lo que hacía, pero tras dos semanas más concentrado, podía sentir su entrepierna reaccionar y su pantalón ajustarse en esa zona cuando la pose en que Tenten estaba era demasiado sugerente, casi instándolo a dejar salir su necesidad de hombre y tomarla, trataba de pensar en algo más pero era difícil si no dejaba de verla. Al darse cuenta de la situación ella con aparente inocencia cambió la forma en que se ubicaba por una aún más sugerente y empezó a pasar su mano por su propia intimidad lo estaba incitando directamente a acercarse y poseerla. En ese momento fue más de lo que pudo soportar, arrojó los pinceles para ir junto a ella y dar rienda suelta a su necesidad.
Había sido su perdición por el resto de esa noche, sus gemidos eran hipnotizantes y solo podía pensar en seguirlos escuchando, y fue igual a la noche siguiente. Se tuvo que recordar que estaba haciendo una importante investigación para no dedicarse solo a tomarla por tercera noche consecutiva. Haciendo un acuerdo tácito, él seguía pintando y ella se comportaba, según lo que avanzara se permitía ir con ella a la cama, o no.
- Retírate — le pidió esa noche después de otras tantas semanas
- ¿Qué?
- Deja de trabajar para Tsunade — aclaró al notar que ella pudo interpretar sus palabras como estarle pidiendo que se fuera
- Entendí a qué te referías con retirarme — ella sonaba renuente — pero no entiendo porqué me pides eso
- Entregaré mi investigación mañana
- Así que ya no me vas a necesitar, ¿para qué quieres que me retire?
- Quédate conmigo, si mi investigación es aprobada podremos viajar y darnos unas vacaciones por un par de semanas
- ¿Y si no lo es?
- Tendré que volver a empezar, tal vez cambiar de tema y necesitaré una modelo
- Neji, yo...
- ¿Cuánto dinero le debes? — nunca habían hablado del tema propiamente, pero algo había escuchado que aunque muchas mujeres soñaban con dejar de ejercer esa profesión, no podían porque tenían grandes deudas con la madame para la que trabajaran
- No, no es eso... he ahorrado con lo que he trabajado para ti, pero... — se mordió el labio — no sé hacer nada más — dijo en un murmullo — y no tengo ningún tipo de referencias
- Puedo solucionarlo, has trabajado como asistente para un galeno en su investigación — le acomodó el cabello detrás de la oreja — también estaba pensando en traer algunos implementos y dejar de atender consultas a domicilio, abrir un consultorio completo y necesitaré una asistente
- ¿Hablas en serio?
- Completamente — la vio dudar de nuevo pero a la vez que le daba vueltas en la cabeza a la idea — ¿qué dices?
- Hablaré con Tsunade mañana — él sonrió victorioso y la abrazó para poder dormir lo que les quedaba de madrugada.
Con la luz del sol marcando la mitad de la mañana se levantó, notando que Tenten no estaba, siempre se iba temprano. Tenía su investigación completamente organizada así que la revisó de una vez, se sentía orgulloso de lo que había conseguido y esperaba sus colegas y superiores lo consideraran de la misma forma. Al entregarlo le dijeron que le darían respuesta en una semana y se fue a atender los pacientes que ya tenía programados para ese día, al caer la noche se encontró a Tenten esperándolo junto a la puerta, llegaba temprano.
- ¿De verdad hablabas en serio? — se veía asustada
- Por supuesto — ella avanzó los pasos que los separaban y lo abrazó — ¿qué pasó? — podía sentirla temblar ligeramente y solo la apretó más fuerte para consolarla
- Lo hice... le dije que me iba y... — así que por eso se veía así — por dios Neji, más te vale no haberme mentido, ella se quedó con todo mi dinero, todas mis cosas y ahora yo no tengo nad...
- No mentí — la interrumpió y la vio derramar un par de lágrimas, esperó un poco antes de abrir la puerta para que pasaran y puso agua a calentar de una vez para prepararle un té de manzanilla que la ayudara a calmarse — yo entregué mi investigación
- ¿Qué te dijeron? — Tenten bebía lentamente de la humeante taza
- En una semana tendré respuesta, hasta entonces solo queda esperar — ella asintió y se pasaron después a la cama, quedándose solamente abrazados sin ser capaces de decirse nada.
Él no se consideraba desorganizado, pero igual Tenten decidió que mientras él seguía en sus consultas y ella no tuviera nada que hacer, iba a limpiar todo el lugar. Había polvo acumulado en varios gabinetes que casi no abría. Cuando el día llegó, le pidió que lo acompañara a escuchar el dictamen, le había comprado un vestido casual y dado el hecho que había dejado su anterior profesión ya no era necesario que usara el sombrero con el velo que ocultaba su identidad.
Mientras esperaban le pareció ver que algunos de los galenos veteranos la señalaban y luego veían algo en el manuscrito, fue entonces que cayó en cuenta que probablemente estaban comparando que la mujer descrita en las hojas coincidía con la joven a su lado, bueno, no es como si la hubiera dibujado desnuda, solo un intento de plasmar como se vería por dentro.
- Un excelente trabajo, sin duda — fue el comentario de uno de ellos — entender que los músculos se interconectan y cómo se mueven en el cuerpo humano es muy importante.
- Siempre es bueno ver que la investigación no ha muerto — él asintió — esto será un gran avance para muchos estudiantes de medicina, estamos hablando con la universidad para incluir cuanto antes esto en las clases
- ¿Será publicado?
- Por supuesto y archivado junto a los otros grandes compendios de anatomía que tenemos a la fecha
Salió del lugar exultante y besó a la mujer a su lado. Una novia y una vida había dicho Shino unos meses atrás, ahora que finalizaba su investigación de forma satisfactoria, además tenía esas dos cosas.
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Hay una película con una temática muy parecida a esta, aunque los sucesos son muy diferentes ¿de casualidad saben cuál es? no recuerdo el nombre.
Quise para hoy con lo histórico tratar de retratar el estudio de la anatomía en la antigüedad, no sé que tan preciso sea... pero ajá.
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¡Nos leemos mañana!
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Sin más por hoy, les recuerdo que los reviews siempre son bien recibidos. De paso que tengo twitter (idamariakusajis) en donde hablo de mis proyectos y de mi vida en general.
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Att: Sally K
