Heya, bueno ha pasado tiempo y dudo que si estén aquí aún quieran pasar por una introducción demasiado larga, así que disfruten la lectura.


-¿De verdad, él hizo todo eso?- preguntaba la madre de Nick a la coneja sentada a la mesa frente a ella.

-De no ser por él, yo jamás habría resuelto ese caso, su hijo me ayudó como nadie lo hizo- aseguró Judy, sonriente y algo nostálgica al recordar el caso de los aulladores -. Ha sido el mejor amigo que pude haber pedido desde entonces- agregó, mirando de reojo a Nick, al otro lado de la mesa.

La cena a la que los padres de Nick habían invitado a Jack y Judy, estaba siendo una velada de lo más agradable. Entre las cómicas bromas y las historias sobre la vida del vulpino desde que llegó a la ciudad, Mary Wilde sentía que recuperaba esos años perdidos, lejos de su familia, aunque claro, todos se omitían una que otra cosa sobre lo que pasó; no mintiendo, simplemente no contando toda la verdad.

-¿Y cómo se conocieron?- preguntó la vulpina finalmente. Nick y Judy casi se atragantan con lo que estaban comiendo, su padre miró preocupado a Jack, y el conejo trató de mantener la calma lo más que pudo.

-Bueno… Nosotros nos… Conocimos en…- trataba de responder el zorro.

-Vamos Nick, ¿ya olvidaste los entrenamientos de la academia? Judy fue instructora de turno- comentó Jack.

-Sí, así es, fui… Fui la oficial asignada al grupo de Nick- confirmó la coneja.

-Así es, y ella quedó tan impresionada de mis habilidades en la fuerza que me asignó a su mismo precinto- dijo Nick, ganándose un par de miradas irónicas de ambos conejos.

-¿En serio?- habló Jenna, la gran ilusión que le hacían esas raras historias era más que clara en su mirar -. Nicky yo… Jamás creí que serías policía, me doy cuenta de que huir de Preyland fue lo mejor que te pudo pasar.

-Zootopia ha sido amable con nosotros- dijo Henry -. Y el tenerte aquí hace que nuestra vida esté completa al fin- Sonrió.

Jack y Judy no tenían nada para decir, de hecho empezaban a sentir que su presencia estaba de más esa noche, sin embargo, no podían negar la alegría que les producía ver a la familia de Nick junta, sobre todo después de lo mucho que su amigo y su padre habían pasado.

La velada siguió avanzando hasta que fue muy tarde, Judy y Jack se retiraron de la casa de los Wilde, no sin antes despedirse apropiadamente y agradecer por la cena. Ahora los tres zorros estaban solos.

-No, no, no, no, yo me encargo- decía Nick al retirar los platos sucios de las patas de su madre.

-Pero Nicky, no puedo dejarlos a ustedes haciendo todo- replicó su madre.

-Puedes y lo harás- agregó Henry -. Acabas de llegar, tu brazo está mal, te mereces el descanso cariño- Besó la mejilla de su esposa, ella sonrió y los miró una vez más.

-Estaremos bien ma, ve a descansar- sonrió Nick.

Ella suspiró rendida; en parte tenían razón, ella estaba muy cansada como para hacer nada esa noche, al menos pudo ponerse un poco al día con los años perdidos de su hijo y su esposo, mañana tenía planeado ahondar un poco más, quería saber hasta el último de los detalles.

-Muy bien, pero no pienso irme a dormir con ustedes dos aquí, ¿de acuerdo?- aclaró firme.

-En un momento iré contigo- dijo Henry.

-Yo pasaré a despedirme en cuanto la cocina esté limpia, descuida- dijo el otro vulpino.

-¿Despedirte? Creí que pasarías la noche aquí- comentó, algo decepcionada.

-No quiero molestarlos, se supone que esta casa es…

-No Nick, no es así- interrumpió su padre -. Esta casa es nuestra, de los tres, y si tu madre lo dice, te quedarás esta noche.

-Pero…

-Sin peros, Nicky, no estuve toda una vida viéndote a través de una pantalla sólo para hacer lo mismo aquí- Se acercó a su hijo -. Y sé que ya no eres un niño, pero aun así quiero aprovechar este tipo de momentos contigo, quiero ser tu madre, hasta donde pueda serlo hoy en día- dijo poniendo su pata en la mejilla de Nick.

-Hey, siempre has sido mi madre- habló él, poniendo su pata encima de la de su madre -. Y eso nada lo va a cambiar jamás. Está bien, me quedaré aquí esta noche.

-Gracias Nicky- suspiró aliviada -. Espero podamos pasar más tiempo juntos mañana.

-Después del trabajo tendré tiempo de sobra, así que podríamos ir a pasear por la ciudad, seguro te encantará- respondió.

-Suena divertido, y podríamos ir por un par de cosas al centro también, al fin verás lo que es tener ropa hecha por y para tu especie en vez de usar lo que Preyland hacía- explicó Henry, tomando a su esposa de las patas.

-Hehe, está bien cariño.

Nick sonreía al ver tal escena, pero algo en su mente no lo dejaba tranquilo. Ahora que veía la felicidad de sus padres por tener una familia completa otra vez, se preguntaba qué hacía él para mantenerla exactamente; había contribuido a la construcción de la casa, sí, pero además de eso lo único que tenía era un trabajo en el que podría llegar a perder la vida. No lo admitiría frente a sus amigos o su jefe, pero el ser un infiltrado con unos traficantes de drogas, le aterraba, temía por su vida constantemente y bien sabía que un error podría acabar con todo. Si eso llegaba a pasar, ¿qué sería de sus padres? Su madre quedaría devastada, recién los había recuperado a él y a su padre. Nick se miró en el reflejo de la ventana, no había sonrisa, no había mirar entrecerrado lleno de confianza, sólo había un zorro asustado.

-¿Qué estoy haciendo?...

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-¿Qué estoy haciendo?- Se preguntaba Skye. Miraba el techo fijamente, ignoraba por completo el ruido del hospital que la rodeaba, era como si todo a su alrededor hubiese dejado de existir por un breve momento, dejándola sola con sus pensamientos.

"Hace no más de dos semanas estaba varada en mi taller, rogándole al mundo que todo acabara, que me permitiera volver con él. Tantas noches de insomnio, tantos días de dolor, tantas veces que me acobarde al intentar tragar todo el frasco de somníferos, y ahora, por el tiempo que he estado aquí es como si nada de eso hubiese pasado; como si nunca hubiera estado en aquél agujero tan profundo de mi depresión, en aquella oscuridad que no me permitía ver la luz del sol. Todo por él… Nicholas Wilde… El día en que llegó a mi taller fue la primera vez en años que pude volver a reír, que pude volver a sentirme útil, que pude volver a sonreír… En un par de días podré salir de aquí, y cuando eso pase tendré qué tomar una decisión, ¿qué sería más importante? Conservar la amarga memoria de su muerte o permitirme la oportunidad de seguir viviendo como sé que él hubiera querido, parece simple, pero para mí no lo es. Sé que fue culpa mía que se fuera, y sé que merezco este castigo, pero no es justo ¿cierto? Quiero poder levantarme en las mañanas sin lágrimas en los ojos, quiero poder ver al atardecer sin sentir un nudo en la garganta, quiero volver a sentir la felicidad que me traía hacer cosas tan simples como reparar un auto, quiero…"

Entonces se percató de que lágrimas habían empezado a brotar de sus ojos.

"Quiero ser feliz otra vez… Quiero vivir otra vez…"

-Quiero otra oportunidad- musitó.

"Aunque no sé si la merezco siquiera… ¿Cómo puedo saber si tengo derecho a esa felicidad después de lo que pasó?"

Antes de que ese mar de inseguridades y culpa la ahogara nuevamente, Skye escuchó sonar su teléfono al lado de su cama. Un poco confundida, tomó el aparato y lo revisó, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios al ver qué había pasado.

-Nick-

"Sé que es muy tarde y que probablemente estés dormida, pero el sofá de mis padres es muy incómodo y creí que sería divertido despertarte en medio de la noche para que compartas un poco de mi dolor hehe. En realidad quería saber si estarías de ánimo para celebrar cuando te den de alta, al menos para poder despedirte después de tu último día en la ciudad".

Una vez más, ese cálido sentimiento de alegría llenaba su cuerpo, y ahí Skye entendió algo.

-Supongo que… Un amigo podría ayudarme a responder esa pregunta- dijo para sí misma, sonriente y optimista por lo que la vida le depararía a partir de ahora.

El resto de la noche, Skye pudo dejar de lado sus preocupaciones, era curioso la tranquilidad que le podía traer el tener un amigo, más curioso aun siendo que se trataba de un conocido de la carretera; sí, habían compartido varias cosas desde que ella fue internada, pero nada más allá de una "amistad" casual, aunque eso no evitaba que la vulpina se sintiera feliz a lado de Nick. Tal vez se debía a la familiaridad de su especie, tal vez porque fue él quien la salvó de aquél choque, Skye no le daba muchas vueltas al asunto, simplemente se permitía disfrutar esos momentos, Dios sabe qué hacía mucho tiempo que necesitaba algo así.

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A la mañana siguiente, saliendo de la apacible ilusión que la cena con la familia de Nick había creado, Jack y Judy volvían a la realidad del caos en el que justo ahora estaban metidos. No había más pistas sobre las cuales basarse para buscar al tal Corvus, Cornelius había desaparecido de la faz de la tierra y aún no les sacaban nada a los prisioneros que atacaron Fuerzas Especiales. Jack y Judy habían trabajado sin descanso bajo las órdenes de Bogo, aunque haciendo uso de algunos de los recursos de Mr. Big en el proceso, era una suerte que él también quisiera muerto al sujeto de la máscara de ave, pero no parecía ser suficiente, en pocas palabras, habían llegado a un punto muerto.

-Fuera de lo que nos contó Mr. Big, no tenemos nada de este sujeto- decía Judy, revolviendo unos cuantos documentos en la mesa de su escritorio.

-Tal vez debamos dejar de enfocarnos en él por ahora- habló Jack -. Si tenemos suerte, atrapar a ese camello podría darnos pistas para llegar a él.

-¿En base a qué dices eso Jack? Cuando entró a las Fuerzas Especiales no se molestó en apoyar a ninguno de los que atacaron, parecía que simplemente aprovechó el caos para entrar.

-O tal vez fue quien orquestó todo, ¿no te parece?- Sugirió el conejo.

Judy suspiró -. No lo sé, honestamente empiezo a sentir que esto nos supera, y no me gusta la idea.

-Bueno, con esa actitud definitivamente nos van a superar.

-Bien, bien ya entendí, es sólo que nunca había pasado por algo así- explicó la coneja -. Necesito pensar.

-Igual yo- dijo Savage mientras hacía a un lado los papeles que estaba revisando -. Iré a Fuerzas Especiales a ver si Mathew ya tiene algo.

-Voy contigo- Judy saltó de su escritorio -. Le diré a Nick que nos encuentre allá.

-¿Que los encuentre en dónde?- preguntó el vulpino apenas vio salir a los dos conejos por la puerta.

-¡Nick!- clamaron los dos.

-Creí que vendrías más tarde- comentó Hopps.

-Por mucho que me hubiera gustado pasar más tiempo con mis padres, Bogo puede hacerme la vida imposible si le doy razones para ello- explicó, empezando a seguirlos -. Entonces, pónganme al día.

-Bueno, aún no tenemos ninguna pista sobre ese tal "Corvus", el camello de la joyería está desaparecido y ninguno de los atacantes de Fuerzas Especiales quiere decir nada, así que…- respondió Jack.

-¿Punto muerto?- dijo Nick.

-Punto muerto- afirmó Savage.

-Bueno, entonces, ¿a dónde vamos ahora?- preguntó el vulpino.

-Tengo algo de fe en que el equipo de Fuerzas Especiales haya descubierto algo, de lo contrario vamos a tener un problema muy grande- respondió Jack.

-Veré de preguntar a mis contactos a ver si saben o han escuchado algo de él más tarde- agregó Wilde.

-¿De verdad crees que funcione?- cuestionó Judy.

-¿A qué viene tanta desconfianza Zanahorias?

-No es eso, recuerda lo que dijo Mr. Big, nadie sabe de dónde viene o cómo encontrarlo, ni siquiera él ha podido encontrar nada.

-¿Están seguros de eso?- cuestionó Jack.

-¿A qué te refieres?- preguntó Nick.

-Bueno, el enano parecía muy interesado en ocuparse de Corvus personalmente, ¿qué les hace pensar que compartirá información fiable con nosotros?

-Bueno, hasta ahora nunca nos ha jugado en contra, así que por lo pronto no hay por qué dudar de él- explicó la coneja.

-Vamos Jack, no vas a morir sólo por hacer equipo con un criminal, ¿o sí?- bromeó el zorro.

-Mejor sigamos caminando- respondió fastidiado.

Los tres salieron del ZPD y llegaron a Fuerzas Especiales en menos de media hora. Ninguna información que hubieran compartido en el camino ayudó de mucho, en su mayoría todo lo sabían ya, al menos todo lo disponible. Sea lo que sea en lo que estaban pensando se vio interrumpido al detenerse en la puerta principal del cuartel; 6 guardias vigilaban la puerta por fuera y otros por dentro, constantemente detenían y pedían identificación a quienes pasaban, Savage y sus acompañantes no fueron la excepción.

-¿Y yo creí que mi padre era paranoico?, ¿qué está pasando aquí Jack?- preguntó Nick.

-Pues...

-Savage- escucharon los tres -. Conmigo, ahora- ordenó Lance. No hubo otro intercambio de palabras, simplemente fueron detrás de él.

-¿Jefe?

-Los tres tienen que ver algo- respondió cortante.

Apenas entraron al edificio, Lance los abordó y ordenó que lo acompañaran, parecía un poco acelerado a los ojos de Nick y Judy, incluso Jack estaba un tanto confundido por esa actitud.

-¿Está todo bien señor?- preguntó el conejo mientras caminaba a su lado.

-No, no lo está, y seguro se pondrá peor si no avanzamos rápido en esta investigación- respondió molesto.

-¿Acaso pasó algo?

-Verlo será mejor a explicarlo- respondió con la mirada al frente.

Jack bajó un poco el ritmo de su caminar, lo suficiente para quedar detrás de Lance y a la par de Nick y de Judy.

-Jack, ¿qué está pasando?- cuestionó la coneja.

-No lo sé, esta mañana no estaba así de ansioso, algo debió alterarlo en el tiempo que estuve en el ZPD- respondió él.

-No parece ansioso, Jack, más bien parece preocupado- comentó Wilde.

-Muy pocas cosas han podido preocuparlo, si lo que dices es cierto, entonces debió ser algo serio- Savage empezaba a preocuparse. La mañana había avanzado de una manera muy rápida y confusa para todos, y no había señales de mejoría pronto.

El pequeño viaje al fin terminó, ahora se encontraban en la oficina de Lance; sin perder tiempo, el lobo abrió la puerta y se sentó en su escritorio, al parecer buscando entre los archivos de su computadora. Nick, Jack y Judy permanecieron frente al escritorio, esperando recibir cualquier orden, pero en vez de eso, Lance giró su monitor hacia ellos.

-Esto llegó hace 30 minutos- explicó con seriedad.

Se trataba de una grabación, un mensaje, y no de cualquier animal.

"-Lance Blackthorne- Corvus estaba sentado en el escritorio de Lance en aquél video -. No tuvimos la ocasión de conocernos en mi última visita a su oficina, sin embargo, espero podamos entendernos como caballeros."

-¡¿Pero qué?!- clamó Jack, sorprendido por la osadía de aquél demente disfrazado al, no sólo entrar otra vez al cuartel de FE, sino de haber grabado un mensaje en la misma oficina en que estaban ahora.

"-Así está la situación- continúo Corvus -. El ataque a su cuartel no fue orquestado por mí, sin embargo lo encontré provechoso para conseguir cierto artefacto que me pertenece por derecho, a fin de cuentas, yo lo fabriqué. Con esto, quiero dejar en claro que no busco enfrentarme a ustedes, ni mucho menos tengo intención de hacerle daño a nadie de los cuerpos policiales de Zootopia."

-Suena demasiado bueno para ser verdad- comentó Nick.

-Y lo es- respondió Lance.

"-Sin embargo, si se convierten en un estorbo constante, entonces me veré en la necesidad de remover los obstáculos que puedan poner en mi camino, estoy seguro de que a estas alturas ya deberían saber que mis métodos, son muy efectivos. No quiero que ni el cuerpo del ZPD ni las Fuerzas Especiales se entrometan en mis planes, basta con simplemente ignorarme cuando me vean por la ciudad, si acatan eso, le aseguro que ninguno de sus agentes sufrirá daño; incluso me encargaré de quienes atacaron su cuartel, eventualmente al menos. La decisión es suya, comparta esto con el ZPD. Una guerra se va a librar señor Blackthorne, y ustedes no forman parte de ella, así que quédense al margen."

El mensaje terminó.

-Parece que esto es mucho más serio de lo que creímos que sería- habló Judy.

-El haber entrado aquí no fue más que una manera de dar fuerza a sus amenazas, quiere decir que no podemos detenerlo- razonó Savage.

-Disculpen, ¿soy el único que escuchó la palabra "guerra"? Porque eso parecía ser lo más importante del mensaje- replicó Wilde.

-Dijo que la guerra no era contra nosotros, ¿debemos entender que hay más lunáticos por ahí?- dijo el conejo.

-Esa siempre fue una opción- aclaró Lance -. Sin embargo, este sujeto parece ser el único que nos presta atención, así que quienes quieran que sean sus enemigos, tal vez no sean los nuestros. No tengo que decirles a ninguno de ustedes que hacer caso a lo que nos advirtió no es una opción.

-De hecho, tal vez lo sea- soltó el vulpino. Los otros tres mamíferos en la oficina lo miraron con sorpresa, y algo de desaprobación -. Vamos, no me vean así, no me refiero a que nos quedemos de brazos cruzados viendo cómo la ciudad arde.

-Muy bien Nick, explícate - respondió Savage.

-Este sujeto se tomó la molestia de entrar aquí para probar que no somos rivales para él, a como yo lo veo, no nos considera más que una simple molestia, algo que puede quitarse del hombro como una mosca muerta.

-¿A dónde quiere llegar con esto?- preguntó el lobo.

-A que tiene ventajas que te vengan a menos, si te subestiman, a menudo puedes salirte con la tuya- explicó Wilde.

-Hmp, ¿hacerle creer que no intervendremos? ¿De verdad cree que se lo tragaría así de simple?- cuestionó algo molesto.

-No, para nada- remarcó el vulpino -. Por eso hay que darle fuerza a nuestra mentira. Si simplemente dejamos de seguirle el rastro, sería tan obvio lo que tramamos como empezar a repartir carteles de "se busca" por la ciudad, tendría el mismo efecto hacer algo demasiado escandaloso, entonces…

-Mantener una investigación que no llegue a nada, dejarlo creer que vamos detrás de él, pero que nos lleva demasiada ventaja como para poder predecir sus planes- Elaboró Lance. La expresión molesta y preocupada en su rostro había sido reemplazada por una de confianza, el plan de Nick podría llegar a funcionar.

-De acuerdo, lamento ser yo quién lo diga, pero ¿qué exactamente nos dice que nuestros intentos por encontrarlo van a tener éxito? A como yo lo veo, sí vamos a terminar haciendo una investigación sin sentido, no tenemos nada para seguirlo- protestó Savage.

-No es así- Una voz nueva se sumó a la conversación.

-¿Mathew?- habló Lance.

-Creo que tengo algo que nos puede llevar hasta nuestro "doctor de la peste"- comentó el híbrido, alzando una carpeta y manteniendo una sonrisa.

-¿Qué encontraste?- preguntó Jack.

-Es el inventario pre-registrado del depósito de evidencia- explicó pasando el archivo a Judy -. ¿Recuerdas la caja que tú y tu novia tenían la noche del ataque?- continuó explicando.

-No tenía ningún otro collar- clamó Judy al leer las hojas.

-¡¿Qué?!- soltó Jack, tomando el archivo y leyéndolo bien.

-Lo único que faltaba en esa caja era una fotografía, no tenemos idea de qué había en ella, pero debió ser importante para nuestro amigo- explicó Mathew.

-Entonces no va tan adelante de nosotros como creímos- comentó Savage.

-¿Ahora qué hacemos?- cuestionó Nick.

-Lo primero es hacer todo lo posible por descubrir lo que había en la fotografía que se llevó- habló Lance -. Pero mientras tanto no podemos quedarnos de brazos cruzados.

-Jefe, si me permite, creo que Judy y yo podríamos tener una pista sobre uno de los animales que tuvo tratos con este sujeto, si me da el permiso iremos a buscarlo- La coneja alzó una ceja algo confundida, no hacía más de cinco minutos, Jack había dicho que no tenían nada para seguir adelante.

-Háganlo, busquen información sobre Corvus o sobre cualquiera de sus allegados, incluyendo el camello de la joyería.

-Lance, aún ni siquiera estamos seguros de que el camello conozca a Corvus, ¿no estaríamos perdiendo el tiempo?- comentó Mathew.

-El collar que se llevó lo tenía el señor Cornelius- interrumpió la coneja -. Si trabajan juntos o Cornelius robó el collar de él, implica que sabe cosas sobre Corvus.

-Bien, ustedes encárguense de eso, yo preguntaré por ahí a ver si algunos de mis "amigos" ha sabido de él- agregó Nick.

-Descubrir la identidad de Corvus es prioridad aquí- empezó a hablar Lance -. Si logran dar al menos con su raza o si es depredador o herbívoro, ayudará mucho en la investigación. Sin embargo, y deben tener esto muy en cuenta, tal como dijo el detective Wilde, hay que dar la idea de que no estamos logrando ningún avance con nuestros esfuerzos; yo me encargaré de la fachada de Fuerzas Especiales, y ustedes se harán cargo de la investigación real, deben ser muy discretos- La seriedad con la que dio ese pequeño discurso había sido abrumadora, pero al mismo tiempo motivadora, todos los presentes salieron de la oficina, excepto uno.

-Mathew espera.

-¿Hmm? ¿Qué pasa Lance?

El lobo gris suspiró -. Lo que pasó hace unos días con Samuel…

-¿Sí?

-Yo…- Una disculpa era todo lo que debía salir de sus labios en ese momento; aún tenía muy marcado el regaño de Ahri, lo que es peor, él sabía que había sido injusta la manera en que trató a su hermano. Aunque hubiese sido para protegerlo, seguramente había otras maneras de haberlo hecho, pero ahora era como si todo eso se viese opacado por la memoria de su padre, el cómo dejó a su madre y por alguna razón dejaba caer ese sentimiento sobre su hermano -. Yo… No quiero que se vuelva a repetir, ¿quedó claro?

Mathew resopló algo molesto -. Descuida, sin Samuel aquí, el único cretino que disfruta molestándome eres tú- dijo empezando a caminar -. Y dudo mucho que vayas a pelear conmigo cara a cara- Fue lo último que Lance escuchó antes de que Mathew azotara la puerta detrás de él.

El lobo se quedó solo nuevamente, dejó escapar un pesado suspiro y se llevó una pata al rostro, estrujándolo fuertemente, no sabiendo si estaba molesto con su hermano o consigo mismo; sea como fuere, no podía distraerse por eso ahora, tenía trabajo qué hacer.

Fuera del cuartel, Jack, Nick y Judy empezaban a plantearse en dónde comenzar sus respectivas búsquedas, la coneja específicamente, estaba confundida por lo que harían a continuación.

-Jack, explícame algo, ¿de dónde exactamente tenemos información de alguien que tuvo negocios con Corvus? Tú mismo dijiste que no teníamos nada- replicó Hopps.

-Y así es, pero tengo un plan- respondió el conejo.

-¿Te importaría compartirlo con nosotros?-

-Si la idea es que nadie sepa que estamos investigando, y suponiendo que Lance logre hacer una fachada convincente, tenemos que hacer que alguien busque un trato con Corvus- explicó Jack.

-Bien, tu plan es genial, pero está el detalle de que es un asco- Se quejó Nick, a lo que Jack simplemente se cruzó de brazos y paró en seco -. Y supongo que tú tienes uno mejor, ¿no?

-Pues no, pero al menos no pensé en una tontería- replicó.

-Bien, cálmense los dos- habló Judy -. Jack, por más que quiera estar de tu lado, Nick tiene algo de razón, ¿cómo podría funcionar esto? Ese sujeto al parecer sabe todo de todos, lo que es más, él elije con quiénes hacer negocios, y al parecer es muy selectivo con eso, pareciera que solamente…

-Solamente hace tratos que lo puedan beneficiar a él, lo sé, y de eso depende mi plan- interrumpió Savage, esta vez bastante seguro de sí mismo.

-¿Exactamente a quién esperas usar para eso?- cuestionó el zorro.

-Aún trabajo en ello- aclaró Jack.

-Bien, entonces te ayudaré con eso- dijo la coneja.

-Gracias cariño- Sonrió Savage.

-Bueno, supongo que para esta aventura me quedaré sólo- dramatizó Nick -. Aunque antes de irme, Jack, ¿podemos hablar?

Los dos se apartaron de la coneja, quién pese a estar confundida en primera instancia, no ahondó mucho en el tema, creyendo que se trataba solamente de algún asunto de machos.

-¿Qué pasa Nick?

-Si estamos metidos por completo en el asunto de Corvus, ¿significa que puedo dejar la misión de infiltrado?- preguntó rascándose la nuca.

Jack se sorprendió un poco al escuchar eso, pero de inmediato entendió al zorro. Savage era ya un veterano en todo tipo de misiones, para él, fingir ser un policía corrupto e involucrarse con peligrosos vendedores de drogas era una caminata por el parque, pero para Nick no sólo era algo nuevo, sino que claramente era algo que le aterraba hacer.

-No, no lo sé- respondió algo distante, en parte seguro de que Bogo no dejaría que una misión así de importante se quedara a medias.

Wilde suspiró algo preocupado.

-Hey, no te sientas así, todo saldrá bien, ¿recuerdas? No dejaremos que te pase nada- aseguró poniendo su pata en el brazo del zorro.

-Sí, lo sé- respondió él, no muy seguro de sus propias palabras -. Será mejor regresar con Judy.

Jack se quedó quieto unos segundos, estaba preocupado por Nick, era su amigo a fin de cuentas, pero por lo pronto no había nada que pudiera hacer, más que asegurarse de cumplir su palabra.

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En el hospital de Tundratown, Skye no podía estar más ansiosa por salir de ahí; ya había intentado comprobar qué tanto podía caminar por sí misma, era optimista y no dejaba que el gran yeso alrededor de su pata la desanimara, pese a las múltiples advertencias de los doctores. Skye era un animal libre, o al menos había empezado a serlo de nuevo y la idea de estar limitada por un par de muletas no era muy atractiva o aceptable para ella, estaba dispuesta a someterse a un bastón, pero ese era el límite; de ninguna manera aceptaría estar atrapada en una silla de ruedas. Era un poco extraño, por alguna razón viejas memorias afloraban en su mente, esta no era la primera vez que se veía en una situación así, no era su primer hueso roto, y no era su primera vez atrapada en un hospital contra su voluntad, y tampoco era la primera vez que encontraba confort en alguien más. Al pensar en eso último, el entusiasmo con el que había empezado el día logró mermar un poco, con lentitud se sentó en la cama otra vez, y contempló por algunos segundos el piso del hospital, a punto de perderse en sus oscuros pensamientos otra vez.

Tomó aire, y suspiró -. No- dijo para sí misma -. Esta vez no.

Alzó la mirada y pensó con claridad, algo que en mucho tiempo no había sido capaz de hacer por voluntad propia, dejó ir ese pesar que constantemente la acosaba, perdiéndose por breves instantes en su propio mundo, hasta que…

-¿Estás bien?- preguntó una voz desde la puerta de la habitación.

-¿Eh, Nick?- respondió la vulpina.

-¿Qué tal todo?- Sonrió al entrar -. Parecías algo decaída.

-No, no es nada- sonrió mirándolo -. Mejor dime, ¿qué haces aquí? Creí que tu turno terminaba hasta más tarde.

-Bueno, en teoría sigo en el trabajo, un giro en la esquina me dejó cerca de aquí, así que pensé en pasar a ver cómo te iba- explicó acercándose -. Y al parecer llegué justo a tiempo para evitar tu intento de escape- bromeó sentándose junto a la vulpina.

-Oh- reaccionó Skye al darse cuenta de que tal vez Nick vio más que simplemente ese momento en que se puso a divagar -. ¿Qué… qué tanto viste?- preguntó algo temerosa.

-Diría que lo suficiente, así que creo que me arriesgaré a preguntar otra vez, ¿está todo bien?

Skye no estaba segura de que debía contestar, obviamente no todo estaba bien, pero tampoco había sido tan malo no como en otras ocasione. Hablar de algo tan privado y turbio como su pasado a Nick, a quien si bien podía llamar amigo, aún era en menor o mayor medida un extraño, alguien relativamente nuevo en su vida, era algo que debía meditar un poco más.

-Son algunos recuerdos extraños, es todo- sonrió ella. Nick captó el mensaje, así que no preguntó más, en lo que a él concernía, ni siquiera estaba del todo seguro de que Skye disfrutara por completo su compañía, bien podría tratarse de cortesía porque la salvó y porque estaba velando por ella mientras estaba en el hospital. No estaría seguro de nada de eso hasta que ella no fuera dada de alta, entonces podría arriesgarse a dar un paso más en esa nueva amistad, mientras tanto, debía medir muy bien sus acercamientos.

Un silencio algo incómodo llenó la habitación, ninguno de los dos sabía qué decir ahora, tal vez fue lo mejor, pues mientras que tanto Nick como Skye se preguntaban cómo romper esa situación, empezaban a darse cuenta de que no sabían mucho el uno del otro; Skye era una zorra ártica que vivía en medio de la carretera y tenía un taller con una camioneta, Nick era un zorro de Zootopia que era policía. En ninguna de sus conversaciones habían compartido detalles demasiado personales, ni familia, ni pasados, nada, realmente no había nada malo con ello; a fin de cuentas, la historia de tu vida no es algo que le cuentes a otro mamífero en las primeras semanas de conocerlo, era un proceso lento, sin embargo en ese preciso momento, ambos zorros se golpeaban contra la pared en sus mentes por ser incapaces de decir nada más.

-Bueno…- habló Nick -. Debo… Debo irme, como dije, aún estoy trabajando- Se levantó de la cama y sin cruzar la mirada con Skye, se dirigió a la salida.

-¡Nick!- soltó la vulpina.

-¿Hmm?

-¿Aún sigue en pie esa visita a la ciudad después de que salga de aquí?- preguntó con una sonrisa, la cual fue correspondida por el zorro.

-Claro que sí, conozco varios lugares que te aseguro no hay por tu vecindario- bromeó -. Cafeterías, por ejemplo o edificios en general.

Skye rió por un momento -. Di lo que quieras, pero te aseguro que "tu ciudad" no tiene ningún taller como el mío.

-Te concederé eso, el último taller en medio de la nada cerró hace cerca de dos años.

-¿Lo dices en serio?- respondió para nada convencida de las palabras de Nick.

-Dejaré que tu curiosidad sea póliza de seguro para que no cambies de parecer sobre el paseo por la ciudad- sonrió saliendo por la puerta. Skye no dijo más nada, simplemente sonrió y agitó despacio la cabeza hacia los lados. Se recostó en la cama otra vez, y empezó a distraerse en su celular. Si bien ese último comentario por parte del zorro era claramente una broma, algo en la mente de Skye le dijo que debía estar segura, así que empezó a buscar en su celular.

Wilde salió del hospital con una sonrisa dibujada en los labios, no importaba qué tanto se hiciera el tonto, lo cierto es que estaba disfrutando mucho esas pequeñas charlas con Skye, las cuales, de hecho, habían ya mejorado mucho su humor a comparación de los últimos días; lo que era más, él de verdad estaba emocionado por ese "tour" por la ciudad que le daría a la zorra ártica.

-¿Por qué demonios tenía que ser aquí?- escuchó a su lado.

-También me da gusto verte Finnick- respondió Nick.

-Ahórrate tus tonterías zorro, ¿qué demonios hacemos en la tundra? Sabes que odio este lugar, y a ti tampoco te agrada- Se quejó el pequeño zorro, tiritante y tratando de calentarse las patas con su aliento.

-Vamos, ni que estuviera haciendo tanto frío- le replicó.

-Ve al punto o me voy a calentar rasurándote la cola.

-Bien, bien, hay que ir a otra parte.

Los dos se alejaron del hospital, resultaba curioso que Finnick no se diera cuenta de en dónde estaban, o tal vez lo hizo, pero no le dio mucha importancia, en ese momento solamente quería salir del frío lo más pronto posible.

-¿Y bien?- preguntó Finnick mientras caminaban.

-¿Qué, no puedo charlar con un amigo sin querer algo?- bromeó sonriente, ganándose un fuerte puñetazo a la rodilla por parte del pequeño.

-¡Auch! Bien, bien, ya entendí, vamos a una cafetería y te diré porque te llamé.

-No quiero café Wilde, quiero salir de la Tundra, ahora dime qué necesitas para poder ir a un lugar más cálido.

Nick suspiró algo fastidiado -. Bien, necesito encontrar a alguien- respondió cruzándose de brazos -. O cuando menos, escuchar de él.

-¿Y para eso me hiciste venir hasta aquí?- cuestionó indignado el pequeño zorro.

-No lo entiendes Finnick, este sujeto es algo serio, incluso Big lo tiene en la mira y nunca ha dado con él.

-¿Qué? De… De acuerdo, eso suena grave, pero no entiendo por qué no podíamos vernos en otro lado.

-¿Supiste del ataque al cuartel de Fuerzas Especiales? Él estuvo ahí, y desde entonces parece estar rondando el centro de la ciudad, los distritos aledaños parecen ser zona segura por ahora, al parecer tiene oídos en todos lados- explicó el vulpino mientras empezaba a caminar nuevamente.

-Y aun así se me ocurren varios distritos más que serían mejores opciones a este- Se quejó Finnick.

-Bien prometo que a la siguiente te pediré verme en Sahara Square. Ahora, ¿podemos seguir hablando del tema importante o prefieres seguir congelándote las patas?

-Escúchame Wilde, si Big está detrás del sujeto, deberías dejarlo así. Esa musaraña tiene recursos suficientes para acabar con él, seguro les hará el favor y acabará todo antes de que se den cuenta- explicó el pequeño.

-Te creería, pero parece que a Big le tomará algo de tiempo lidiar con él, y honestamente es tiempo que no tenemos- respondió molesto -. Sea lo que sea que quiera, parece que la ciudad saldrá mal parada de por medio.

-De acuerdo, ¿quién demonios es este sujeto que los tiene tan asustados? Ni siquiera un rinoceronte puede ir en contra de la policía de la ciudad.

-Bueno, para empezar nos gustaría saber si es un rinoceronte siquiera- contestó Nick. De su abrigo sacó una fotografía y se la mostró a Finnick.

-¿Huh?

-¿Solamente eso? ¿No hay una broma sarcástica o comentario sobre el disfraz?

-No me malentiendas Wilde- respondió -. El disfraz es estúpido, pero había escuchado algo parecido a esto una vez.

-¿En serio?- Se sorprendió Nick.

-¿Recuerdas a Will?

-¿La cebra? Como olvidarlo si se la pasa regodeándose de su florería- respondió Nick.

-Justamente fue por esa florería que escuché de tu amigo- dijo Finnick, devolviendo a Wilde la fotografía de Corvus.

-¿Qué? ¿Cuándo? ¿Qué fue lo que te dijo?

-Tranquilo Wilde, fue en una de las noches en que me dejaste plantado en el bar, sabía que probablemente no ibas a aparecer, así que invité a Will a tomar algo.

Nick se rascó la nuca y desvió la mirada algo apenado, era cierto, por cuestiones de trabajo tendía a perderse varias salidas con sus viejos amigos.

-Ambos estábamos ya perdidos en la bebida, Will empezó a parlotear sobre como su negocio tiene las mejores flores de Zootopia y bla, bla, bla.

-¿No es esa la parte en la que le dices que se calle?- interrumpió el zorro.

-Normalmente sí, pero supongo que el alcohol me volvió suave esa noche; por alguna razón pasé dos horas escuchándolo hablar de flores y plantas, hasta que mencionó algo raro.

-¿Más raro que todos los nombres de las flores que conoce?- bromeó Nick.

-¿Quieres que te lo diga o no?- replicó Finnick.

-Está bien, lo siento, ¿de qué se trataba?

-Recuerdo que al final del onceavo trago de la noche se me acercó y miró a todos lados, le pregunté si estaba buscando a alguien, solamente dijo que "no debía decirle esto a nadie, pero la florería no la conseguí yo"

-¿Qué?

-Fue lo mismo que yo dije- respondió Finn.

-¿Entonces cómo la consiguió?

-Dijo que cuando estaba tratando de comprar el edificio, había otro animal interesado, y tenía mucho más dinero que él, iba a perder la oportunidad, pero una noche alguien se le acercó. Will me contó que el sujeto usaba máscara de ave y traje negro, honestamente pensé que estaba alucinando por haber tomado tanto, así que no le di importancia.

-¡Finnick, ¿qué más te dijo?!- reaccionó Wilde.

-Nada, después de eso reafirmó que no debía decirle nada a nadie y que yo debía olvidar lo que me acababa de contar.

-Demonios, bueno al menos ya tengo un testigo, gracias Finnick, te debo una.

-Sí, me debes y sé muy bien cómo me la vas a pagar- Sonrió el pequeño.

-¿Ah sí?

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-¿Cómo se supone que vamos a encontrar a alguien que quiera hacer un trato con Corvus?- preguntaba Judy a Jack.

-Bueno, le conté a Mathew de nuestro pequeño plan y nos envió varios archivos para revisar, seguro podemos encontrar a alguien aquí- respondió el conejo.

Los dos conejos se encontraban en el ZPD, concretamente en la oficina de Hopps. Ambos estaban en el escritorio, rebuscando entre archivos de criminales, mayores y menores por igual; Jack suponía que era más probable que el enmascarado mostrase interés por un mamífero capaz de darle algo importante a cambio, o cuando menos, que tuviera la capacidad y la libertad moral de conseguirlo ilegalmente sí hacía falta.

-Necesitamos a un pez gordo, y como tu mejor amigo Mr. Big no nos va a ayudar, tenemos que encontrar otro- dijo el conejo, con algo de recelo.

-Vamos, creí que ya habías superado lo de Mr. Big. Ya te lo dije, los favores que Nick y yo le hacemos no comprometen en nada nuestro trabajo- explicó fastidiada.

-Sí, claro y además van a tomar el té con él todos los domingos, ¿no?

-Los sábados, en realidad- corrigió ella.

-¡¿Qué?!

-¡Hey! Encontré a alguien.

-¿Por eso nunca salimos los Sábados tú y yo?

-Estos dos podrían ser útiles- dijo la coneja.

-¿Acaso hay otras cosas que me ocultes? ¿Qué también vas a decirme que eres una liebre?

-¡Jack!- replicó molesta.

-Bien, lo siento.

-Gracias, y ahora echa un vistazo a esto- Judy le deslizó dos expedientes.

Jack tomó el primero y lo ojeó rápidamente.

-¿El doctor Lecter? Recuerdo que estuvimos detrás de ese ciervo hace un año, al final pudimos probar que comía carne, pero no que matara a nadie para conseguirla- recordó Savage -. Aun así, sigue bajo vigilancia. Nunca puedes confiar en un psicólogo.

-No digas eso Jack, y no me refería a él. Revisa el archivo que está debajo.

-Bueno, esto tiene un poco más de sentido. Whirloct Tempestus, ese zorro fue acusado tres veces de crímenes contra políticos, y un intento de secuestro también; se sabe que solía ser cirujano antes de empezar sus ataques a figuras importantes de Zootopia y sigue siendo buscado por la policía, pero parece que nunca pueden dar con él. No te entiendo Judy, este sujeto parece tan intocable como Corvus- dijo confundido.

-Exactamente, ¿no te parece raro?

Jack lo meditó por algunos segundos, antes de conocer a Corvus, nunca se le habría cruzado por la mente que un sólo mamífero pudiese estar detrás de la protección de un criminal tan destacado, pero ahora no parecía estar lejos de la realidad.

-De acuerdo, digamos que tienes razón y este sujeto ya le ha pedido favores a Corvus, ¿cómo esperas llegar a él cuando nadie lo ha logrado todavía?

-Bueno, claramente debemos ser los primeros- respondió optimista.

-Judy, no quiero ser pesimista, pero si la totalidad de los cuerpos policiales de Zootopia no ha tenido éxito en encontrarlo, ¿qué te hace creer que nosotros sí?

-Que ellos no son amigos de uno de los jefes criminales más importantes de la ciudad- respondió sonriente, para luego saltar de su escritorio y dirigirse a la salida.

-¿Qué? Judy Mr. Big ya les dijo que no sabía nada sobre Corvus, ¿cómo?...

-No vamos a preguntar por Corvus- interrumpió la coneja -. Esta vez vamos a buscar a este zorro, seguro que conocen al sujeto, y si llegamos a él, llegaremos a Corvus.

-¿Qué te hace pensar que Big sabe algo de él? Y lo que es más, ¿no les había dicho que se alejaran del cuervo? Seguro y tu gran "amigo" no va a estar muy de acuerdo con eso, ¿cierto?

-Bueno, claramente no será un asunto simple, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados, además no tenemos más opciones- dijo al salir de su oficina.

-De hecho, sí tenemos otra opción- dijo Jack.

-¿Ah sí?

-Bueno, tú tienes a Nick y él conoce a todo el mundo, pero yo conozco a Mathew y él puede encontrar a todo el mundo.

-¿No acabas de decir que ninguno de los cuerpos policiales de Zootopia ha podido dar con ese zorro?

-Bueno, Mathew nunca fue puesto a buscarlo, así que yo pienso que no perdemos nada con intentar. Además de que suena mucho menos riesgoso que hacer enojar a un jefe de la mafia.

-Bueno, supongo que tienes razón, pero ¿crees que quiera ayudarnos?

-Tampoco es que tenga mucha opción, si se da la necesidad, puedo decirle a Lance que lo obligue.

-En circunstancias normales te diría que estás siendo un cretino- dijo con los brazos cruzados -. Pero justo ahora creo que de verdad necesitamos toda la ayuda que se pueda conseguir…- admitió resignada.

-Vale, si te hace sentir mejor, antes de recurrir a su hermano probaré suerte hablando con Naiahri, ellos se conocen desde la infancia.

-De pronto pareces muy preocupado por mantener una buena relación con él, hace unas semanas no parecía importarte mucho- señaló la coneja con algo de gracia.

-Bueno, hace unas semanas no había un loco con máscara de pájaro del cual preocuparse, ¿oh sí?

-Hehe, bien, tienes razón en eso. ¿Debería avisarle a Nick lo que planeamos hacer? Podría no ser necesario que él tenga qué preguntar por ahí.

-Aún no- dijo Jack -. Al menos no hasta que tengamos una pista sólida, por el momento sólo contamos con la posibilidad de que Mathew pueda encontrar a este tipo. Si Nick encuentra algo y nosotros no aún tendremos con qué trabajar.

-Bien entonces no lo llamaré por ahora- comentó la coneja.

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-Ahora me vendría bien que Judy me sacara de esto- musitaba Nick mientras caminaba detrás de Finnick.

-¿Dijiste algo?- habló el pequeño.

-Nada para tus oídos Finn.

-Bien, como quieras, aquí estamos.

Nick observó el lugar en el que se encontraban, habían caminado durante buen tiempo hasta salir del distrito de la tundra y entrar en el centro. No le tomó mucho tiempo ubicarse y ver en donde se encontraban ahora.

-¡No!- clamó de inmediato.

-Sí- sonrió Finnick.

-Finn, no, dejé esto hace mucho tiempo, y tú mismo dijiste que éramos mejores que esto.

-Deja de lloriquear y ponte a trabajar, seguro puedes conseguir la jumbo pop sin mi ayuda esta vez, ahora que eres un policía respetado en la ciudad- se burló el pequeño.

-Vamos Finn, creí que ambos ya estábamos por encima de esto- Se quejó Wilde.

-Claro que lo estoy, tú por otro lado, has caído mucho últimamente así que, ¿qué mejor manera de recuperar tu vieja gloria que volviendo a los básicos?- Se burló el pequeño.

-Escucha sí lo que necesitas es dinero, te doy quinientos dólares, es mucho más de los doscientos que vas a conseguir con esto.

-No, no, no, no, no es sobre dinero Wilde, esta vez es sobre principios, así que a menos que quieras que agregue unas cuantas estafas en la vía pública a tu sentencia- dijo en un tono un poco más amenazante, aunque claramente burlón.

Nick tenía en claro que nada de lo que pudiese decir lo iba a sacar de eso, el por qué Finnick ahora salía con una forma tan estúpida de pagar su deuda también escapaba a su comprensión, pero entre menos preguntas hiciera y más actuara, más rápido se libraría de eso y podría regresar al trabajo. El zorro entró en la heladería con claro enojo, mientras que su pequeño amigo sonreía con satisfacción al verlo entrar, aunque no fue detrás de él, sino que se apartó un poco de la tienda, sacando su celular al mismo tiempo; marcó un número y aguardó a que contestaran.

-¿Hola? Sí, soy yo, Wilde estará por allá en una hora… No, no tiene idea y seguirá así, pero te repito, no quiero ningún truco y no le harás nada raro.

Al otro lado de la línea, una figura ensombrecida entre un callejón de lo que claramente era el distrito forestal, respondía.

-Descuida, el señor Wilde solamente recibirá una propuesta de negocios- Fue todo lo que dijo antes de colgar.

-¿Y bien?- dijo una voz detrás de él.

-El zorro estará allí, me reuniré con él.

-Entonces todo va de acuerdo al plan hasta ahora, iré a mi lugar ahora, los conejos deben estar buscándome ya.

Las dos figuras se despidieron con un gesto y se retiraron del lugar. Quien había sostenido la llamada con Finnick se dirigió a una de las estaciones del distrito forestal, el siguiente metro en pasar estaba a sólo 15 minutos según el itinerario, y una de las recurrentes lluvias estaba empezando a hacerse notar. Entre más se acercaba a la estación, las luces que la iluminaban sacaban a esa figura de las sombras; era un lince, pelaje negro, gris y color arena predominaban su rostro en un patrón muy específico, un par de motas violeta adornaban la parte posterior de sus orejas y ese color se compartía con todo el interior de las mismas también, sus ojos eran de un brillante color amarillo con tonos anaranjados en los bordes, junto con las pupilas de felino, su mirada era penetrante y fría también. Llegó a la estación y aguardó allí, mientras esperaba sentado, sacudió el agua que podía del abrigo que llevaba puesto, a la par que sacudía su cabeza para retirar lo más posible de su pelaje. Suspiró y de un momento a otro sonrió.

-¿Nos estuviste espiando?- preguntó a la nada.

-No, sólo pasaba por el lugar y te vi aquí.

El lince, rió un poco -. De verdad eres extraño, ¿sabes?

-Eso me han dicho- Finalmente aquella extraña voz se hacía presente, de entre la lluvia, Corvus se acercaba al asiento del felino, éste lo recibía con tranquilidad y le invitaba a sentarse con él -. Lo siento, pero no voy a quedarme, tengo otro asunto qué resolver en este distrito- explicó el enmascarado.

-Hmp, ¿se trata de ellos?- preguntó curioso.

-Así es, ya hicimos el primer movimiento, y debo ver cuál será el suyo.

-¿No crees que será demasiado llamativo un sujeto vestido así? La máscara ya de por sí llama mucho la atención.

-No me verán ahí, para ellos seré solamente otro peatón en la acera, cubriéndose de la lluvia- dijo en un tono un poco burlón.

-Aun con la máscara puesta, puedo decir que estás sonriendo- agregó el lince -. Admito que es divertido hacer esto, sobretodo la parte en la que nadie debe saber quién eres- Sonrió. Una de sus orejas se movió al escuchar el metro llegando -. Bueno, debo irme, mucha suerte cuervo.

-A ti también. Por cierto- Le arrojó un cilindro a su amigo -. Cuando te reúnas con Wilde, dale eso, te ayudará a "convencerlo".

El lince subió al transporte y Corvus se alejó entre la lluvia hacia un destino desconocido. Aquél trío estaba envuelto en un completo misterio; sus motivos y fines eran desconocidos, la identidad de uno de ellos también. El felino que ahora se dirigía al centro de la ciudad no podía ocultar la emoción que le hacía sentir la situación, la sensación de estar tres pasos adelante de sus rivales y de moverse entre las sombras, era vigorizante, pero no sólo era eso lo que lo emocionaba; tanto él como el zorro conocían los pasos a seguir de todo el esquema, y sabían que en algún momento dejarían de esconderse y de trabajar bajo la mesa para seguir con su plan.

Corvus se refería a ello como la actuación frente al público, justo ahora estaban en los "ensayos", lejos de ojos curiosos y mentes abiertas, pero pronto se revelarían al mundo en una obra de teatro que marcaría a tres ciudades para siempre; lo llamase como lo llamase el cuervo, para aquél felino, era una declaración de guerra, una pelea que debía librarse a gran escala contra mamíferos poderosos y peligrosos. Esa sería su parte favorita de la obra, el sólo pensar en eso ponía una sonrisa en su rostro, a tal punto que mostraba los colmillos y apretaba sus garras, impaciente por iniciar, pero por lo pronto debía contenerse.

-¿Hmm?- Su celular había sonado. Al tomarlo leyó rápidamente el mensaje que había recibido, WT se leía en el nombre del contacto

"Estoy en posición, asegúrate de llegar pronto con Wilde"

Sonrió una vez más, en esta ocasión más disimulado y tranquilo, tomó aire y se plantó en el mundo real otra vez, eventualmente tendría lo que quería, pero para ello debía hacer bien su trabajo.

"Voy en camino"

Respondió, para luego revisar lo que Corvus le había dado; tomó el envase con ambas patas y lo abrió, dentro había unos papeles, los revisó todos y entendió de inmediato lo que debía hacer.

-De verdad eres cruel cuervo- rió -. Esto será divertido.

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Más tarde ese día

-¿Mathew no está?- preguntó Jack incrédulo.

-Salió hace unas 3 horas, él y Lance tuvieron otra discusión, así que no es exactamente una sorpresa- explicó Naiahri, rascándose la nuca.

-¿Y eso en dónde nos deja?- preguntó Judy.

El conejo suspiró fastidiado -. No en un buen lugar, creo que sí tendremos o recurrir a Big después de todo.

-Espera, disculpe, ¿no podría intentar contactar con Mathew?- sugirió Judy a la recepcionista.

-Es lo que he intentado hacer la última hora, no se veía nada bien cuando se fue, cuando intenté detenerlo sólo dijo que…

-Dije que regresaría en un rato- escucharon todos.

-¡Matt!

-Hola Ahri…- sonrió

-¿En dónde estabas?- interrogó Savage, claramente impaciente y no dando tiempo al híbrido ni siquiera de saludar.

-También me da gusto verte Jack- respondió molesto.

-¿En dónde estabas Mathew?- preguntó Ahri, en un tono más tranquilo.

El gran lobo resopló algo enojado -. Respirando un poco, tener a Lance sobre mi cabeza todo el día no es algo muy agradable, menos aún con todo lo que está pasando.

-¿Y eso sirve de justificación para dejar tu trabajo en mitad del día?- replicó Savage.

-Dijo el conejo que se escapa con su novia todo el día- Mathew no estaba de humor, era muy claro y definitivamente no estaba para soportar las tonterías de Jack, quien rápidamente intentó responder de vuelta.

-Serás hijo de…

-Muy bien, hay qué calmarnos, ¿sí?- interrumpió Judy -. Lamento los modales de mi prometido, no ha sido un caso fácil. Señor Monteiro, necesitamos que nos ayude a encontrar a un mamífero, ¿puede hacerlo?- solicitó con tranquilidad.

El híbrido la miró por unos segundos y luego dirigió su atención a la jaguar en recepción, ella le sonrió y asintió un poco, prácticamente pidiéndole que aceptara. Mathew dejó escapar un prolongado suspiro mientras se frotaba los ojos con la pata -. Está bien, díganme a quién buscan.

-Es él- La coneja le entregó el archivo de Whirloct.

-Hey, estaba en la pila de archivos que les mandé- dijo al ver la fotografía.

-¿Lo conoces?- cuestionó Jack.

-Tanto como cualquier otro oficial competente, este sujeto es una súper estrella de los más buscados.

-¿Ya has ido por él antes?- habló Savage.

-No, Lance por otro lado, ha intentado atraparlo 3 veces, de hecho es relativamente fácil encontrarlo, atraparlo es el problema- explicó revisando el archivo.

-¿Qué?- reaccionó Savage, incrédulo -. Lance nunca ha mencionado nada de eso.

-Tú tampoco lo harías si después de tres costosos despliegues de equipo regresaras con las manos vacías en las tres ocasiones.

-¿Cómo es posible que un equipo entero de Fuerzas Especiales falle en capturar a un simple zorro ártico? - replicó el conejo.

-Es lo que Lance dijo. Revisaré el sistema de cámaras de la ciudad a ver si se ha aparecido por algún distrito, pero después del último intento de captura, tengo entendido que no se le ha visto en Zootopia desde ese entonces.

-¡¿Qué?!- clamó Jack -. ¿Nos diste un archivo de alguien que ni siquiera está en la ciudad?

-Wow, tranquilo conejo, este tipo está bajo constante vigilancia, si seguía en la pila de archivos que les di es porque se ha aparecido por la ciudad lo suficiente para seguir siendo importante- explicó revisando el resto de las hojas -. Pero les preguntaré algo, si lo encuentro, ¿exactamente qué piensan hacer? Lance no ha podido atraparlo, y sin ofender, pero sus oportunidades de lograrlo brillan por su ausencia- comentó de manera irónica.

-Ya se nos ocurrirá algo- respondió Judy -. Tal vez no tengamos que atraparlo, sino solamente seguirlo; si logramos ver a dónde va y viene, tal vez podamos dar con Corvus sin tener que tratar con el zorro.

Mathew dejó escapar una leve risa.

-¿Dije algo gracioso?- cuestionó Judy con las patas en la cintura y algo molesta.

-No, no, sólo que ya he escuchado esas palabras antes; tal vez no intentando encontrar a un loco disfrazado, pero una de las operaciones de Lance fue justamente seguirlo hasta encontrar su escondite; pareció funcionar, lo siguieron por meses hasta estar "seguros" de dónde se ocultaba, cuando lanzaron su ataque, el lugar había sido vaciado por completo y ni rastros del zorro, claramente se había dado cuenta de que iban tras él.

-Aun así no perdemos nada intentando- dijo Jack, claramente no muy satisfecho con la historia de Matt.

-De hecho podrían perder mucho si cometen un error- respondió el lobo -. Este tipo es peligroso, y ustedes no tendrían nada qué hacer contra él si se da cuenta que lo están siguiendo, mi consejo, busquen a alguien más.

-Mi consejo, haz tu trabajo si no quieres vértelas con…

-¿Nos permiten un momento por favor?- Naiahri salió del escritorio de recepción y apartó a Mathew un poco.

-No voy a ayudarlos a suicidarse- comentó el lobo en cuanto estuvieron lejos.

-Mira, la idea tampoco me gusta, pero para bien o para mal, Jack es tu superior y el mío también, si le llevas la contraria puede que las cosas terminen mal para ti.

-¿Ahri de verdad vas a ponerte de su lado? A caso…- algo captó la atención del lobo antes de terminar, la jaguar estaba haciendo señas extrañas con sus patas.

-Parece que dejaron de hablar- comentó Judy.

-Ya debieron darse cuenta de que podemos escucharlos sin problema- agregó Jack.

-Ahí vienen.

-De acuerdo- suspiró Mathew -. Véanme en mi oficina en dos horas, a ver si encontramos a su zorro.

-Bien- fue lo único que Jack dijo antes de irse, Judy por otro lado permaneció ahí unos momentos más.

-Yo, em… Lamento la reacción de Jack y la mía también- se disculpó -. Tal vez…

-Da igual, sólo no se demoren.

Mathew y Ahri se fueron del lugar.

-Bien hecho Hopps, así se hacen los amigos- dijo para sí misma. Siguió los pasos de Jack hasta reunirse con él.

Mientras tanto, y ahora a una distancia más segura, el híbrido y la jaguar podían hablar con libertad.

-¿Vas a decirme qué pasa ahora?- cuestionó el lobo.

-Creí que mi lenguaje de señas era suficientemente claro- bromeó ella.

-Sí, y lo único que dijiste fue "hablemos en otra parte"- se quejó.

-Oh vamos, sólo confía en mí y sígueme.

Ambos siguieron por el pasillo hasta la oficina de Mathew. No entendiendo de qué iba tanto secretismo, el lobo al menos se sintió tranquilo de ver terreno conocido, por momentos temió que la jaguar lo estuviese llevando a ver a su hermano otra vez.

-Una cosa antes de entrar- comentó Naiahri.

-¿Qué pasa?- el híbrido ya había abierto la puerta.

-De verdad lo siento- dijo bajando la mirada.

-¿De qué estás hablando?...- La pregunta estaba de más una vez vio quién se encontraba dentro de su oficina.

-Hola Mathew- El jefe estaba ahí, su hermano estaba ahí, a casi nada de su última discusión tenía que volver a soportarlo.

-¿Qué quieres ahora Lance?

-Ahri, podrías…

-No, no voy a irme; dijiste que querías hablar con Matt sobre algo relacionado al caso, y pienso asegurarme de que así sea- Se cruzó de brazos en el marco de la puerta.

Lance suspiró profundamente -. Bien, sobre la posible pista que Jack está siguiendo…

-¿Sabes que van detrás de Tempestus? Tú no has podido dar con él después de cuatro intentos de captura.

Lance se sobresaltó -. No le dijiste a Savage que…

-No, él no lo sabe, aún no tiene idea de a quién estaban buscando realmente en la misión en la que murió su hermano, mucho menos que ese zorro fue quien lo mató. Todo lo que les dije fue que intentaste capturarlo 3 veces, y que 3 veces fallaste, pero si no le dices que desista de sus planes, le diré todo- amenazó dando un paso al frente.

Lance retrocedió un poco, no lo iba a mostrar, pero le asustaba pensar en las consecuencias de haberle mentido a Jack.

-Ya perdí a un compañero intentando atrapar a ese zorro, no voy a ser responsable de la muerte de otro- Estaba decidido a marcharse, ni siquiera Ahri sabía si podría detenerlo.

-Entonces ayúdame a que no sea así- habló el lobo mayor.

-Adiós Lance- Ahri ya se había movido de la puerta, segura de que no podría hacer nada para pararlo.

-Savage va a ir tras él con o sin tu ayuda, ¿si algo le pasa por ir a ciegas no sería culpa tuya también?- Mathew se detuvo.

-No es novedad que Jack haga algo estúpido sin consultar a nadie, sobretodo ahora que encontró a una pareja igual de impulsiva que él, piénsalo así Mathew; si decides no ayudarlos, Savage hará de todo para seguir con su plan, te aseguro que ya tiene una idea o dos por si no consigue tu ayuda, ¿y qué crees que podría hacerles ese demente si no tienen información sobre él?- La explicación del jefe a todas luces tenía sentido, pero aun así, pese a que se había detenido a escuchar, el híbrido aún no estaba convencido de ayudar a su hermano.

-Matt…- Intentó decir Ahri.

-La respuesta es no.

Lance suspiró molesto, se frotaba la sien con una pata mientras escuchaba los pasos de su hermano al salir de la oficina.

-Bueno, al menos lo intentaste- comentó la jaguar.

-No, no lo suficiente- El lobo salió del lugar, se detuvo en el pasillo en dirección hacia donde Mathew estaba -. ¡Prometo escucharte esta vez!

El lobo blanco se giró, incrédulo por lo que había oído -. ¿Qué?

-Prometo escucharte esta vez, prometo seguir tus indicaciones y hacer caso de tus advertencias, no dejaré que mi ego ponga en peligro a mis agentes otra vez.

-¿Otra vez? ¿Entonces al fin admites que fue tu culpa?- cuestionó Matt, regresando a donde estaba su hermano.

Lance respiró profundamente y desvío la mirada -. Sí…

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Había pasado buena parte de la tarde, Nick y Finnick habían seguido su vieja rutina de vender helados y hacer ingresos extra con los remanentes. Para el zorro más grande era como volver a su pasado, si bien no era nada del otro mundo y mucho menos había hecho nada malo, lo cierto es que a esas alturas Nick sentía algo de vergüenza por estar haciendo ese tipo de trabajo otra vez. Constantemente miraba en ambas direcciones de la calle, temía ver a alguno de sus compañeros de trabajo, tendría que dar una larga explicación sobre lo que estaba haciendo; bien podría decir que estaba algo corto de dinero, pero la marca de vender helados clandestinamente es algo que jamás perdería en la estación, en el peor de los casos, tendría que hacer frente a Judy y a Jack.

Finnick despedía al último de los lemmings del banco mientras contaba los billetes conseguidos, el estándar de ventas no había bajado desde la última vez que él y Nick habían hecho su rutina completa.

-¿Ya puedo irme?- habló Wilde.

-¿Irte? Si acabamos de empezar zorro- respondió burlón -. Aun nos faltan un par de paradas y lo sabes.

-Vamos Finnick, ¿qué hice para merecer esto?

-Deja de quejarte y mueve el trasero ya. Mira, incluso sobró una paleta, puedes quedártela si quieres.

-Sólo date prisa.

Nick empezó a recoger el pequeño puesto de helados, Finnick llevaba los contenedores con la madera listo para armar los paquetes en la camioneta. De la nada, una voz se hizo presente detrás de ellos.

-Hola, veo que aún tienen helado para vender, ¿me lo puedo llevar?- Un lince había aparecido de la nada. Nick se sorprendió un poco, no había escuchado al felino acercarse por ningún lado, ni siquiera lo había visto -. ¿Todo bien?

-Encárgate Wilde, yo llevaré esto a la camioneta.

-Como sea- suspiró fastidiado -. Un dólar amigo.

-Entonces tú eres Nicholas Wilde- comentó el lince.

-¿Hmm me conoces?

-Es difícil no conocer la primer zorro policía de Zootopia, fuiste una gran noticia- dijo mientras sacaba el dinero de su bolsillo.

-Claro… Como sea, aquí tienes- Entregó la paleta.

-Gracias- El felino empezó a alejarse -. Aunque…- dijo al dar media vuelta -. De hecho te conozco de otra parte.

-No… No sé de qué hablas- respondió algo nervioso. No sabía por qué, pero aquel animal de verdad le daba mala espina.

-Sí, tú estuviste hablando con Lainus, ¿no?

Un escalofrío recorrió la espalda del zorro, desde el cuello hasta la punta de la cola sintió como si la sangre abandonase su cuerpo, dejando una sensación fría como el hielo.

-No… Claro que no…

-Pero sabes quién es- El lince se acercó más.

-Tampoco lo sé- Nick retrocedió. Su mayor miedo desde que empezó ese trabajo encubierto con los vendedores de drogas se estaba haciendo realidad, alguien lo había descubierto.

¿Qué hacer? ¿Huir, intentar mentir, quedarse y pelear? Tomando en cuenta la diferencia abismal que hay entre un zorro y un lince, las probabilidades de Wilde de salir ileso no eran prometedoras. En medio de su desesperación empezó a mirar hacia la calle, esperando que su amigo apareciera en algún momento con la camioneta, si no podía ser eso, entonces cualquier transeúnte de tamaño mayor al del felino frente a él serviría igual, pero no había nadie, no podía pedirle ayuda a nadie.

Sin darse cuenta de cuándo, su espalda tocó el muro detrás de él, si iba a hacer algo debía hacerlo ahora, pero sin importar lo seguro que estaba de que tenía que salir de ahí, había algo en la mirada tan penetrante de ese lince que lo mantenía en su lugar; era como si pudiera ver a través de él, como si pudiera leer su mente, si ese fuera el caso ¿podría escapar a tiempo?

-Entonces oficial Wilde…- El felino puso una pata en la pared, dejando su brazo a la altura de Nick, bloqueando una posible salida. El zorro vio con terror cómo aquél sujeto metía su otra pata al abrigo, Wilde esperaba estar frente al cañón de un arma en cualquier momento, pero entonces…

-¿Qué?...- soltó confundido.

No era un arma de ningún tipo o al menos no que lo pareciera; en la pata del lince había un cilindro demasiado pequeño para ser una amenaza.

-Verá oficial Wilde, como lince que soy no me agrada mucho que haya otros de mi especie haciendo mi trabajo y Lainus ha sido una piedra en mi zapato por demasiado tiempo.

-¿Qué quiere decir?- preguntó Nick, si bien más calmado aún tenía la guardia alta.

-Estoy enterado de que está haciendo un operativo encubierto para derribar la red de tráfico de obsidiana roja.

-Cómo…

-El cómo lo sé no importa, y más le vale no preguntar. Lo que quiero es ofrecerle un trato- Agitó un poco el cilindro y algo sonó dentro, al mismo tiempo lo acercaba más al zorro. Nick lo tomó y quitó la tapa. Dentro vio algunos papeles, pero lo que más llamó su atención fue lo que había justo en medio del recipiente; un rollo grueso de billetes.

-¿Qué?

-Es un incentivo, además confío en que las pruebas que vienen aquí sirvan para arrestar a varios de sus allegados.

El zorro no podía creer lo que estaba pasando; aquel sujeto le había entregado suficientes pruebas para terminar con el grupo entero de Lainus, incluido él mismo. Fotografías, algunas cartas y estados de cuenta, ¿cómo consiguió todo eso?

-Sin embargo- Se apartó de Wilde -. Lo que te importa a ti es su jefe, ¿no? Porque después de todo si arrestaras sólo a Lainus y los suyos te verías particularmente sospechoso frente a él, y no quieres eso; no, tú quieres deshacerte de todos y que tu vida ya no corra peligro.

-¿A dónde quieres llegar con esto?- interrogó molesto.

-A que conozco a alguien que puede ayudarte a terminar con esa red de tráfico de una sola vez- respondió el lince.

-Sí claro, quién podría... - Algo en la mente de Nick hizo click, se paralizó por un segundo y alzó la mirada lentamente.

-¿El cuervo?...

-Oh vamos, estoy seguro de que ya conoces su nombre, refirámonos a Corvus como es debido- Dijo con seriedad.

El vulpino sacudió la cabeza un par de veces, tratando de aterrizar sus pensamientos y mantener los pies sobre la tierra.

-Tú no eres él… No puedes…

-Por supuesto que no lo soy, me falta altura y demencia para poder siquiera compararme con él. Puedes llamarme Koss, pero solamente tú puedes hacerlo- Una vez más aquella mirada fría penetrante y asesina se postraba sobre el zorro. Nick tragó un bulto -. Verá señor Wilde, mi amigo odia a los entrometidos, personalmente yo también y este trato que le estoy ofreciendo es únicamente entre nosotros; si alguien más se entera, los vendedores de drogas serán el menor de sus problemas.

Nicholas respiró profundo -. No.

-¿No?

-No voy a ser víctima de ese demente también; sé lo que le hicieron a la hija de Mr. Big y hasta donde me sea posible no voy a permitir que le hagan nada a mi familia- Regresó todas las pruebas al cilindro y lo arrojó hacia el suelo donde se encontraba el felino. Koss únicamente vio el recipiente girar hasta él para luego alzar la mirada hacia el zorro otra vez, quien ya había tomado su celular.

-Soy el oficial Wilde, presunto sospechoso de ataque a fuerzas especiales en…

Un estruendo lo ensordeció por un segundo y al otro sintió un gran ardor en su pata, la cual observó rápidamente; había sangre brotando de ella y su teléfono yacía en pedazos en el suelo, algo había rozado la palma de su pata con la velocidad suficiente para llevarse algo de piel y hacerlo sangrar, no tuvo qué pensar para adivinar qué fue.

Koss sostenía en alto una pistola, el cañón aún humeante y apuntándole mientras que la mirada fría y sin emociones del lince no presagiaba nada bueno.

-Me decepciona señor Wilde, Corvus lo consideraba un animal razonable, inteligente y astuto. No me gustan los entrometidos, ya se lo había dicho.

El pequeño impulso de valentía que había invadido al vulpino momentos atrás había desaparecido por completo, ahora no tenía nada qué hacer ni a dónde correr. El dolor en su pata era inexistente, estaba lleno de adrenalina a la expectativa de lo que pasaría ahora, ¿moriría, ese iba a ser su fin? Su vida al fin empezaba a tomar forma, al fin empezaba a ir en orden y mañana aparecería en las noticias como el primer oficial de policía muerto encontrado en Zootopia en años, la ironía era imposible de ignorar; había sido el primer zorro policía y sería el primero en otra cosa pronto, pero también sería la última.

-Así que, tengo muy claro lo que debo hacer ahora.

Nick respiró profundo y cerró los ojos, su mente se puso en blanco y aguardó, curiosamente entre todo en lo que pensó estaban sus amigos, sus padres, su madre a quien recién pudo volver a ver, pero también vio a Skye, una completa desconocida a quién aún ni siquiera conocía bien, ¿por qué? Cual fuera la respuesta, no importaría ahora.

-Pero eso no fue lo que Corvus me pidió que hiciera, así que le daré otra oportunidad- Koss levantó el arma y su mirar asesino se desvaneció -. Conserve eso- Pateó el cilindro de regreso a Wilde -. Cuando nos necesite, y va a necesitarnos, ahí encontrará cómo contactarnos, le recomiendo que no tarde señor Wilde- dijo mientras enfundaba la pistola y daba media vuelta para irse -. No sabe cuándo podrían descubrir quién es en realidad.

El lince caminó al otro lado de la calle y se perdió entre los callejones. Nick se dejó caer contra la pared, su respiración se volvió pesada y cortada, sentía que se ahogaba y el dolor que había ignorado hasta ahora golpeaba con fuerza en su pata; se tomó con fuerza intentando mitigarlo, pero sin importar qué estuviese pasando por su mente, no podía dejar de ver el callejón en el que ese depredador desapareció.

-¡Wilde!- Escuchó, sobresaltándose y mirando a su derecha.

-¿Finnick?- dijo con la voz temblorosa.

-¿Qué diablos fue ese ruido, y qué te pasó?

-Yo… Yo no… Él…- Sólo balbuceaba y decía cosas sin sentido, estaba en un shock total.

-Hey, ¡Nick reacciona!- Los gritos de Finn caían en oídos sordos, de cualquier manera no tendría qué hacer mucho ahora, las sirenas de las patrullas del ZPD ya se hacían escuchar en las proximidades, habían escuchado a Nick.

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-¿Qué querría un sujeto así en las madrigueras?- cuestionaba Jack. Él y Judy iban en el metro camino a BunnyBurrow -. No tiene sentido que fuera allá, ni siquiera en el remoto caso de que supiera que lo buscábamos le serviría huir a ese lugar, esto no tiene ningún sentido- Se cruzó de brazos, no para seguir pensando sino que esperaba retroalimentación de su pareja, la cual no llegó -. ¿Judy?

La coneja había pasado todo el viaje en silencio; la mirada clavada al frente, su pata golpeando el suelo una y otra vez y sus manos estrujando una contra la otra fuertemente.

-Cariño, ¿estás bien?- preguntó Savage una vez más. Puso su pata sobre el hombro de Judy logrando sacarla de su trance.

-¿Eh?

-¿Estás segura de que puedes hacer esto?

-¡Claro que sí!- Dijo algo molesta.

Jack no estaba nada convencido, pero cómo culparla, en cuanto se enteró de a dónde se dirigía Whirloct Judy no había dicho casi nada, pero estaba invadida por un arduo deseo de llegar a las madrigueras lo antes posible.

Hace algunas horas

-¿BunnyBurrow?- cuestionó Judy, incrédula y en cierto modo asustada.

-Es lo que el reconocimiento facial encontró- dijo Mathew. Giró su computadora mostrando lo que las cámaras de seguridad de las últimas horas habían encontrado.

-Ahí está- soltó Jack. En la grabación aparece un zorro de pelaje blanco con un sombrero negro, podría confundirse fácilmente con cualquier vulpino de Zootopia, de no ser por unas marcas de pelaje negro muy distintivas en su rostro y hocico. Era una grabación de la estación principal de Zootopia.

-Según los registros de viaje, el tren al que subió iba camino a las madrigueras- afirmó el lobo revisando unos papeles.

-Eso no tiene sentido…- soltó Jack.

-Según su expediente nunca antes había ido a las madrigueras, su movimiento se limitaba a la ciudad principal, constantemente en el centro y el distrito forestal de hecho, curioso que un animal de clima frío no se pase por la tundra- explicó Mathew.

-¿Puedo tomar esto?- dijo Judy. Recogió el archivo completo de Whirloct del escritorio de Matt.

-Claro.

La coneja se apartó del lugar y empezó a leer los papeles dentro, mientras Savage y Monteiro seguían discutiendo posibles teorías. Judy revisaba una y otra vez lo escrito en el archivo, esperaba encontrar alguna pista, algún detalle, algo que le diera tranquilidad, algo que asegurara que no tenía interés en los habitantes de las madrigueras. Algo que le dijera que su familia estaría a salvo.

De vuelta en el tren

-Judy, este tipo no es un chiste; es peligroso, es inteligente y es cruel… Si no crees estar enfocada por completo entonces…

-Ya te dije que estoy bien- interrumpió la coneja, claramente molesta por las insinuaciones de Savage.

-Decirlo no es igual a estarlo, y prefiero una prometida molesta a no tener ninguna- dijo con total seriedad. Judy se calmó un poco y pensó con algo más de claridad -. Tal vez sea mejor que llames refuerzos, sólo que estén a la espera en caso de que encontremos a ese zorro.

-Esa es la Judy que conozco- comentó Jack. Tomó su celular e hizo unas llamadas, mientras que Hopps respiraba y empezaba a pensar de forma coherente otra vez.

Pasado un tiempo el tren llegó a las madrigueras, ya era mediodía, el viaje tomó algo de tiempo. Jack y Judy bajaron y no se detuvieron a respirar; de inmediato procedieron a la última ubicación de Whirloct; según las grabaciones de Mathew, el zorro estuvo en la estación gran parte del día y hasta la última media hora que el lobo les envío una actualización Whirloct se dirigía a BunnyBurrow.

-Si nos damos prisa podríamos interceptarlo antes de que se acerque a las madrigueras- decía Judy casi corriendo -. ¿Jack?

Su compañero no iba con la misma prisa que ella.

-¿Estás segura de que se dirige a BunnyBurrow?- preguntó no muy seguro de toda la situación.

-¿A dónde más podría ir?

-Ese es el punto, hablamos de un terrorista que ataca políticos, no hay ninguna figura importante allá, ningún conejo tiene peso suficiente en la ciudad para…- Se quedó callado, la mirada perdida al frente y los ojos abiertos por completo.

-¿Jack?

-No hay ningún conejo importante en BunnyBurrow, pero habrá dos pronto.

-¿De qué hablas?- cuestionó confundida.

-Judy tenemos que irnos de aquí.

-¿Qué?

Savage la tomó del brazo y empezaron a correr.

-¿Exactamente a dónde vamos?- cuestionó la coneja.

-Lo más lejos posible de la estación.

-¡Jack basta!- clamó Judy. Se detuvo en el acto mientras que Savage solamente la veía -. Quieres explicarme, ¿qué está pasando qué es tan importante para que nos vayamos de aquí?

-Te lo digo en el camino, pero ahora Judy, de verdad tenemos que irnos.

Camino de espaldas un par de pasos antes de chocar contra alguien, Savage se dio la vuelta para disculparse y seguir su camino pero…

-Disculpe...- Se quedó congelado en el acto.

-Agente Savage, hacía mucho tiempo que no nos veíamos- El pelaje blanco, los ojos de tono café claro y las marcas de pelaje negro bajo sus ojos y en su hocico. El objetivo que estaban persiguiendo los había encontrado a ellos.

-Tempestus…

Judy no había sido indiferente a la situación, pero se encontraba en el mismo estado de shock que Jack. Hasta hacía un momento la mayor preocupación de la coneja era que ese zorro le hiciera algo a su familia, pero ahora lo tenía en frente y lo único que pasaba por su mente en ese momento era el temor a que Jack saliera herido ahora.

-Parece que mi amigo tenía razón, dijo que me toparía con ustedes aquí hoy, solamente tenía qué esperarlos- camino hacia Savage lentamente. El conejo solamente pudo retroceder mientras que Judy rápidamente se desplazó junto a él.

-¿Tu amigo?- cuestionó Jack, no tardando mucho en entenderlo -. Corvus… Pero es imposible, cómo…

-El cómo realmente no importa- Llevó su pata a su bolsillo y de él sacó un pequeño frasco con un extraño líquido violáceo dentro -. Lo que importa es el por qué, y lo averiguarás ahora...


Bueno eso es todo por este capítulo, espero lo hayan disfrutado y nos vemos en el siguiente.

Paz