Disclaimer:
La trama es original y está basada en los personajes de la serie animada "Miraculous: Les aventures de Ladybug et Chat Noir". Los personajes son propiedad de Thomas Astruc.
Los personajes originales así como las situaciones aquí presentadas son ficticios y cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
[PROHIBIDA SU COPIA]
En silencio avanzaba por los tejados de la ciudad siempre unos metros por detrás de Ladybug, quien no perdía ocasión para de vez en vez girarse para ver inquieta a su alicaído compañero.
En la cabeza de Chat Noir se repetían una y otra vez las imágenes de su infancia, una infancia ausente de un padre. Volvían a aflorar los tristes recuerdos de noches en vela junto a la cama de su madre, siempre al pendiente de lo que ella pudiera necesitar. Era una tarea difícil para un niño y no por la labor en sí, sino por ver como su madre se consumía día a día, como la enfermedad la devoraba sin ningún tipo de compasión y la separaba de él dejando lacerantes heridas sobre su corazón. Y ahí, al final de todos sus recuerdos la pregunta , ¿qué hubiera pasado si su padre hubiera estado con ellos?.
Con el tiempo el cariño y el anhelo por ver de nuevo a su padre se fue transformando en rencor y reproche al punto de no querer verlo más, hasta aquel día en que recibió su carta en la cual lo mandaba llamar. ¿Quién lo podría saber?, aun dentro de todo ese odio aun albergaba la esperanza de una redención de todo el daño que les había infligido. El deseo de una palabra o un gesto de arrepentimiento fue lo que lo había llevado a aquellas lejanas tierras, y al final todo fue como cuando era niño, que la cruda realidad lo golpeo rompiendo sus frágiles expectativas, su padre era el mismo hombre egoísta que los había abandonado a su suerte pero ahora era aun peor, era un hombre cegado por el ansia malsana de poder desmedido. Pero por la tumba de su madre juraba que nunca se haría con el jade azul...
- ¡Allá!, - exclamó la heroína, atrayendo su atención - aquella es la torre del tambor - indicó señalando al frente.
Dejando de lado sus pensamientos veía como la iluminada torre se elevaba frente a ellos, aceleró su paso al ver como su compañera aumentaba el ritmo del avance.
[...]
Firme e inmutable se mantenía en su posición, custodiando la puerta del hombre herido. El monje mantenía atenta su vigilancia evitando que cualquiera fuera a entrar en la habitación siguiendo estrictamente las órdenes de su señor.
Sus ojos se movían fríos de un lado a otro, pendientes de cualquier movimiento y atento a los murmullos que salían de la estancia. De repente se estremeció al escuchar el gutural sonido de una agonía, movido por la curiosidad se asomó al interior de la habitación. Sus ojos temblando se abrieron desorbitados al ver la suplica en los ojos abiertos sin vida de Ba Jin, su brazo derecho colgaba inerte fuera del camastro y un hilo de sangre lo recorría hasta las puntas de los dedos desde donde en continuas gotas caía al suelo.
Atento al cuerpo sin vida que ahora ocupaba el camastro no se percato cuando de las sombras apareció a su lado su señor.
- Debemos ir a la torre del tambor. - ordenó con voz impostada.
- ¡Si, si amo!. - sobresaltado respondió.
Cabizbajo seguía a Hawk Moth hacia una de las salidas laterales del templo, a punto de salir detuvo su andar cuando su señor se giró y fue hacia él.
- Esto es muy importante y no tolerare uno de tus fallos, - tomándolo por el cuello, habló amenazante mientras su agarre se hacía más fuerte, quitándole el aire al monje - ten la seguridad que si me fallas hoy me cobrare con la vida de tu familia y tú vivirás para ver como caen bajo mis pies cada uno de ellos.
Aterrado lo miraba, anhelante del vital elemento. Sabía lo que aquel demonio con aspecto de hombre era capaz de hacer, a muchos había ya arrogado al río temeroso de las represalias de su señor. Comenzaba a temblar presa del terror y se esforzaba por respirar abriendo lo que más podía su boca.
- Gracias por tu miedo. - dijo esgrimiendo una taimada sonrisa de satisfacción.
Abrió su mano derecha mostrando una mariposa negra, la cual colocó sobre el mala de sándalo que colgaba del cuello de monje. Al instante la mariposa se fundió con el collar cubriendo de una densa bruma violácea el cuerpo del asustado hombre.
Hawk Moth se apartó un par de pasos para ver a su nuevo engendró, el cual junto con él serían los responsables de recuperar el mapa y el libro, y de destruir a sus enemigos.
Frente a él se mostraba un imponente ser de más de dos metros y fuerte corpulencia, ataviado con un traje de lucha mezcla de Shaolin y Wu Dang en completo blanco y una seda negra alrededor de la cintura a modo de cinto. Una pesada coraza de hierro cubría su pecho y unos brazaletes de combate, que intimidantes se mostraban cubiertos de puntiagudas púas, protegían sus antebrazos, el mala de sándalo seguía a su cuello en un completo oscuro violáceo y por último un tradicional sombrero cónico de paja que cubría parte de su rostro pero que amenazantes dejaba ver unos inexpresivos ojos en completo blanco brillante.
- ¡Vamos!, - ordenó severo - hoy por fin veré caer a mis enemigos y recuperare lo que por derecho me pertenece y algo más...¡busquemos a los héroes de Tientsin, señor del trueno!.
Con la determinación en su mirada dio media vuelta y salió del templo seguido por el imponente ser akumatizado, para después perderse ambos sobre los tejados de la ciudad de un portentoso salto.
[...]
Dejándose caer sobre uno de los tejados se irguió y señaló indicándole a su compañero la cercanía a su destino.
- Hemos llegado, esa es Kou-lou.
- ¿Kou-lou? - inquirió confundido.
- Kou-lou es como llamamos aquí a la torre del tambor. - explicó mostrándole un divertido guiño - Lo mejor será separarnos, yo iré al tercer piso y tú te ocuparas del segundo. - indicó con autoridad.
- Muy bien, vamos allá. - sin esperar una respuesta el héroe se lanzó raudo hacia su objetivo, con la mirada impulsiva clavada en algo más grande que la misma torre...su deseo de acabar con la vida de sufrimiento que a tanta gente le esperaba, incluso la suya misma, si su padre llegaba a encontrar el jade azul.
Con la palabra en la boca la heroína se quedó estática, confundida e inquieta por aquella inusitada reacción de su compañero y su semblante inflexivo de imprudente decisión.
El héroe llegó al saliente del segundo piso y con facilidad pasó al interior por una de las cuatro puertas que siempre permanecían abiertas. Adaptó su vista a la escasa luminosidad que unas pocas lámparas de aceite estratégicamente ubicadas daban al lugar.
Se encontró en el centro de la sala con cuatro vasos de bronce de considerable tamaño suspendidos del techo, del fondo de estos gota a gota su contenido caía en unos cuencos. Se acercó a ellos y acuclillándose tocó con la punta de los dedos el contenido de uno de los cuencos. Agua, eso era aquel líquido que los grandes vasos vertían, lo primero que pensó y teniendo en cuenta cual era la función de aquella torre aquello no podía ser otra cosa que un sistema para medir las horas.
Mirando a su alrededor se dio cuenta que toda la habitación estaba vacía salvo por los cuatro vasos de bronce y sus cuencos. Ni un solo mueble, cuadro o caja donde pudiera estar escondido el mapa o el libro.
- Pufff. - ofuscado dejo escapar el aire en un hastiado bufido.
Solo le quedaba revisar el interior de los vasos y para ello debía vaciar antes toda el agua. Quizás mañana el responsable de la torre lo maldeciría por la laboriosa tarea que tendría que hacer para llevar de nuevo el conteo de las horas, pero era un mal necesario si conseguían hacerse de los dos preciados objetos.
De pronto detuvo su andar, giró levemente la cabeza sobre su hombro izquierdo alertado por el seco sonido de un paso.
- ¿Quien está ahí? - preguntó sin inmutarse pero manteniéndose alerta.
En un oscuro rincón, al otro lado de la sala dos brillantes puntos en intenso blanco se mostraron. La expresión de Chat Noir fue de autentico asombro e incredulidad al ver aparecer a aquel coloso que lo miraba fijamente con aquellos impasible ojos que destilaban muerte.
- ¿Quién eres tú? - preguntó adoptando una pose de defensa.
Sin pronunciar palabra alguna, el enorme ser avanzó un paso más y extendió sus manos hacia el héroe. En un segundo estas se cubrieron de rayos de brillante azul que con rapidez se movían entre sus extremidades.
Chat Noir retrocedió esperando el movimiento de su enemigo, sorprendido observó como todos aquellos rayos se concentraban entre sus manos formando una pequeña esfera de donde chispas saltaban.
- ¿Que es lo que quier...? - su pregunta fue abruptamente cortada cuando a gran velocidad la esfera salió de las manos del demonio cruzando imparable la sala e impactando de lleno sobre su pecho.
Envuelto en una lacerante corriente eléctrica fue arrogado con ímpetu contra uno de los vasos de bronce. Fue tal la magnitud del impacto que las cadenas que sostenían la pesada vasija fueron arrancadas del techo ocasionando que esta cayera pesadamente sobre el héroe.
- ¡Uunghhhh! - en seco lamento se dejo escuchar el dolor de Chat Noir por el fuerte golpe y al sentir todavía el ardor de los rayos azules que aun recorrían su cuerpo.
Maltrecho por el ataque de aquel ser, desde el suelo veía como este se acercaba amenazante preparando una nueva embestida entre sus manos.
[...]
Ladybug observaba con detalle el tercer piso, era una única sala con columnas de lado a lado, decorada en brillante rojo donde en su centro sobresalía el enorme tambor de casi dos metros de diámetro. Más allá del instrumento no había otro objeto en aquel recinto donde pudiera estar aquello que venía a buscar.
Recorrió completa la sala tocando cada pared por si encontraba algo tras los paneles de madera, se encaramó a una de las vigas que sostenían el tejado por si habían ocultado el mapa y el libro ahí pero nada, no había absolutamente nada.
Mas desconcertada que frustrada regresó al suelo, ¿qué tal si todo lo que Ba Jin le había contado era solo un mito o tan solo un delirio por su estado delicado de salud?. Una vez más recorría con la mirada cada esquina de la habitación, tratando de no obviar ni el más minino detalle hasta que una severa voz atrajo su atención.
- ¿Has encontrado lo que buscabas Ladybug?.
De inmediato se giró hacia el origen de aquellas palabras, la sorpresa se reflejó de golpe en su rostro al verse frente a frente ante un enmascarado ataviado en completo obscuro violáceo y que penetrante la miraba exhibiendo una media sonrisa socarrona.
- ¿Qui...quién eres tú? - inquirió inquieta ante la presencia de aquel misterioso hombre.
- Parece mentira que después de tanto tiempo enfrentados no me reconozcas. - irritó presuntuoso.
Los labios de la heroína ligeramente se separaron al inhalar de golpe el aire por la súbita impresión, mientras que sus ojos se clavaban exagerados sobre su enemigo.
- ¿Tú...tú eres quien ha estado enviado a los akumas? - inquirió notando como sus músculos se iban tensando de a poco.
- ¿Mis pequeñas amigas? - burlonamente respondió con una pregunta retórica - Si, soy yo. - sus dientes se apretaron con fuerza al responder con saña.
Un estremecimiento sacudió su cuerpo al escucharlo arrastrar la última frase en filosa confesión y notar como el iris de sus ojos se inyectaba en un violáceo aun más oscuro.
- ¿...Tú eres...? - sin poder completar su pregunta la acerada voz se dejo escuchar de nuevo.
- Puedes llamarme Hawk Moth... este será el último nombre que escuches. - sentenció amenazante, tomando su báculo con las dos manos y haciendo aparecer a ambos lados de él dos afiladas hojas de brillante acero.
[...]
- Uuughh - ahogó el quejido cuando la poderosa mano de aquel demoniaco ser se posó sobre su espalda y lo empujó contra el suelo, cortando su pesada respiración que se esforzaba por recuperar el aliento.
En un rápido movimiento se vio elevado del suelo hasta quedar enfrentado a su oponente, se sintió turbado al verse reflejado en los inexpresivos ojos blancos que irradiaban azules centellas.
- Volvemos a vernos ojitos chispeantes. - con sorna se burlaba de su enemigo aprovechando el momento para tomar con ambos manos el brazo con el que lo sostenía suspendido. Con rapidez forzó su brazo en un pronunciado giro hacia afuera y tomando impulso le asestó un fuerte golpe con las piernas en su pecho.
Trastabillando cayó al suelo al verse libre del agarre de su enemigo, sosteniéndose malamente al apoyar una de sus rodillas en el suelo. El demonio hacía añicos una de las columnas al impactar con violencia contra ella.
Con el brusco impacto un par de lámparas de aceite que iluminaban el recinto cayeron al suelo esparciendo el viscoso líquido. Antes de que alguno de ellos pudieran darse cuenta el fuego había alcanzado el aceite derramado y se extendía con rapidez alcanzando las largas cortinas que cubrían las paredes, como si tuvieran vida propia las llamas subieron por los cortinajes hasta llegar a las vigas del tejado.
- Lo que faltaba. - farfulló Chat Noir al ver la situación que se le venía encima.
Ambos contendientes se pusieron en pie y sin importar que las llamas comenzaban a cubrirlo todo se lanzaron nuevamente al ataque.
[...]
Ladybug hacía girar a gran velocidad su yoyó para una vez más bloquear el ataque de la afilada hoja de Hawk Moth, retrocediendo apuraba su respiración intentando recuperar el aliento. Su rival había sido el contrincante más combativo y poderoso al que se había enfrentado hasta hora, sus movimientos eran certeros y sus ataques con excesiva furia, poseía una motivación por destruirla que no era normal.
- Eres ágil pero veremos por cuánto tiempo podrás esquivar mis ataques. - con una expresión de confianza nuevamente la amenazaba.
Ladybug apretó los dientes entre la ira y la impotencia, ella se sentía cansada mientras que su enemigo se mantenía intacto. Ya lo había atacado de varias maneras y él solo no había esquivado sus envites sino que con cada uno aprovechaba para devolverle el ataque.
- No deberías hablar tan confiando, en cualquier momento llegará mí... - antes de poder completar la frase con voz socarrona la interrumpió.
- ¿Quien?, ¿Chat Noir?, - con una media sonrisa se burlaba de ella que lo veía con una expresión de sorpresa - seguramente para esta hora este ya muerto, - con ojos desorbitados Ladybug hizo una mueca de preocupación - mi demonio ya debe haber dado buena cuenta de...
Un fuerte golpe que hizo saltar el suelo en el centro de la habitación evito que el villano pudiera continuar, ante la sorpresa de ambos por el boquete aparecía de un ágil salto Chat Noir encaramándose a una de las vigas del techo.
- Al parecer el gatito no esta tan muerto. – dijo con sorna la heroína, retando con la mirada al villano que apretaba con fuerza sus dientes en clara muestra de ira.
De otro salto Chat Noir se colocó junto a su compañera sin perder de vista en ningún momento el enorme agujero en el suelo, afiló la mirada en el momento en que sus orejas se movieron advirtiendo del peligro que se cernía.
- Prepárate. – solo una palabra de advertencia a su compañera ante lo que se aproximaba.
Antes de que Ladybug pudiera preguntar a que se refería, una desmedida mano apareció del nivel inferior y un ronco gruñido se dejo escuchar amenazante.
- Es hora de que paguen el haberse inmiscuido en mis asuntos. – advertía severo queriendo intimidarlos mientras que su demonio los observaba con la furia brillando en sus blancos ojos.
El demonio extendió sus brazos hacia ellos y los brillantes rayos azules volvían a cubrirlos para al momento concentrarse en una chispeante esfera de luz.
- ¡Cuidado! – exclamó el héroe en el momento que empujaba a su compañera fuera del alcance del disparo.
Recomponiendo su posición Chat Noir se lanzó contra su enemigo, intentando golpearlo en el pecho con una patada pero este fue más rápido y contuvo el ataque al asirlo por el tobillo y estrellarlo contra una de las columnas.
- ¡Chat Noir! - exclamó angustiada la heroína al ver el brutal golpe.
Cuando iba a ir a socorrer a su compañero, Hawk Moth se adelantó a su movimiento y con un certero golpe en el abdomen la lanzó como si de una ligera pluma se tratara contra el tambor, rompiendo el parche de cuero con el impacto y quedando aturdida dentro del instrumento.
Para ese momento ninguno de ellos se habían percatado de que las llamas que se habían iniciado en el piso inferior ya habían alcanzado la sala del tambor y comenzaban a extenderse por los cortinajes y el suelo.
Maltrecho por el fuerte golpe el héroe felino consiguió malamente ponerse en pie, buscó con la vista a su compañera pero se inquietó al no verla por ningún lado.
- ¿Aun te quedan vidas, gato?, no debiste levantarte ahora mi demonio tendrá que matarte. - socarronamente lo amenazaba mientras pasaba el dedo por el filo de su cuchilla, avanzando hacia el tambor.
- Mátalo. - ordenó a su maléfica creación.
Ladybug lentamente se recuperaba, se llevó la mano a la cabeza aun sintiéndose algo mareada. Al abrir los ojos, ahí frente a ella, en un lateral del tambor estaban atados con un ajado cordel un libro y sobre él un amarillento sobre.
Estiró su brazo para tomarlos cuando notó un fuerte agarre sobre su tobillo y al momento un súbito tirón que la arrojó por los aires. Antes de que cayera sobre las llamas que asomaban por el boquete en el suelo fue interceptada por su compañero quien con un ágil movimiento la tomaba entre sus brazos y caía lejos del fuego.
- Los he encontrado. - aun en sus brazos, entre susurros le informaba entusiasmada de su hallazgo.
- ¿Donde?
- Dentro del tambor.
Hawk Moth y su demonio se acercaban a ellos con la peor de las intenciones, cada uno cubría un flanco ya que si intentaba escapar por el centro se encontrarían con un muro de fuego infranqueable. La intención del villano era eliminar de una vez por todas el obstáculo que para sus planes representaban esos dos y después buscar el mapa para así ver coronado su éxito al completo.
- Escucha, - susurró al oído de la heroína - yo atacare el demonio y lo retendré para que tú puedas pasar y llegar al tambor. En cuanto tengas el libro y el mapa sal de aquí...- la expresión del héroe cambio a una más seria - no podemos permitir que se apoderen de ellos, sobretodo del mapa. - indicó severo.
- No te dejare solo. - refutaba la heroína ante la idea de abandonarlo ante aquellos dos villanos.
- No tenemos otra opción, ¡hazlo! - exigió mirándola con decisión a los ojos -yo te alcanzare después, ¿recuerdas que puedo transportarme?. - le señalaba el anillo haciéndole un guiño de confianza.
- Esta bien, aunque no me acaba de convencer tu plan. - aun renuente siguió sus instrucciones.
Chat Noir fijó su mirada en el demonio y antes de que este levantara sus brazos hacia él se lanzó al ataque. Un par de metros antes de llegar a él se lanzó al suelo, deslizándose para golpearlo de lleno en una de sus rodillas.
Ladybug en cuanto vio que el demonio caía al suelo comenzó a correr hacia el tambor, al pasar junto a ellos alcanzó a ver como desde el suelo su compañero le mostraba una sonrisa de confianza.
Hawk Moth se extrañó cuando la heroína pasó de largo dejando solo a Chat Noir, sus ojos se abrieron de más al darse cuenta que ella corría hacia el tambor, intuyendo lo que pasaba se apresuró a cortarle el paso y evitar que llegara al enorme instrumento. Si este ocultaba algo solo él podría tomarlo.
El demonio, aun en el suelo, apresó con su brazo a su rival y colocando su mano libre sobre el pecho del héroe esta comenzó a emitir intensos destellos que se concentraron en una brillante esfera azul.
Sin ningún tipo de compasión descargó toda aquella energía a bocajarro sobre él. El cuerpo del héroe fue despedido con furia, atravesando en un sonoro impacto el tejado de la torre.
- ¡Chat Noir! – exclamó con angustia cuando vio a su compañero inconsciente atravesar el tejado envuelto en destellos azules.
- No te preocupes que tú serás la siguiente en compartir su suerte. – habló lacerante a su espalda.
Hawk Moth había conseguido llegar antes que ella y ahora se interponía en su camino al tambor. La heroína apretando los dientes con rabia tomó su yoyó dispuesta a enfrentarse a su enemigo, al girarse hacia él recibió un fuerte golpe en la cara con su báculo que la lanzó violentamente contra una de las columnas.
Adolorida intentó ponerse en pie, sentía el sabor ferroso de la sangre en su boca y un hilo rojo del vital líquido escapaba por la comisura de sus labios. Antes de poder siquiera incorporarse en enorme mano la tomó por el cuello, levantándola como si fuera una muñeca de trapo, y sin soltarla la estrelló con saña contra la pared haciendo que un rojo borbotón saliera de su boca.
En lo que su maligno sirviente retenía a la heroína el revisaba el tambor, con la locura en su mirada sonreía triunfal al ver los objetos que el interior de aquel instrumento ocultaba. Los tomó con sumo cuidado y ojeando primero el libro lo arrojo al suelo con una mueca de desinterés, con una pronunciada sonrisa de satisfacción contemplaba el sobre como el súmmum de los tesoros, con excesivo cuidado lo abrió y de él saco un fino papel de seda tintado en azul cuidadosamente doblado.
Al extender el papel, con ojos ávidos recorría las inscripciones y las marcas que se reflejaban sobre lo que parecía ser una zona montañosa. Su rostro no ocultaba la euforia de su triunfo, guardando el mapa en el sobre se giró hacia la heroína, quien inútilmente intentaba librarse del fuerte agarre de aquel ser.
- Al final Ladybug todos obtenemos lo que nos merecemos, - mostrando una sonrisa socarrona le mostraba el sobre - ¡mátala!. – ordenó sin ningún tipo de remordimiento.
El demonio apretó aun más el agarre sobre el frágil cuello, sus azules ojos se abrieron del dolor y de su boca salió un gutural sonido demandado aire. El vil ser cubrió la cara de la heroína con su mano libre y nuevamente los destellos azules comenzaron a recorrer su extremidad.
Ladybug sin poder moverse sentía el eléctrico picor sobre su piel, miraba aterrada como los destellos comenzaban a concentrarse en uno solo. Una vez más intento zafarse del tortuoso agarre pero le fue imposible, no era capaz de mover aquella mole sin conciencia, solo esperaba un milagro para salir de esa situación.
Como si sus suplicas fueran escuchadas un potente estruendo se escuchó sobre el tejado y parte de este se desprendió precipitándose sobre Hawk Moth, por el nuevo boquete abierto entró como una exhalación Chat Noir, quien al ver a su compañera en aquella situación se lanzó raudo contra el demonio.
- ¡Cataclysm!.
Invocando el poder de la destrucción, con un rápido movimiento lo tomó por el cuello y sin medir las consecuencias, solo pensando en salvarla enterró con furia su mano derecha en la espalda de aquel ser atravesándolo por completo y destrozando su coraza del pecho para así aferrar con fuerza el mala de sándalo que se desintegro al instante liberando así a la oscura mariposa.
En cuanto el agarre del monstruo cedió Ladybug se llevó la mano al cuello intentado suavizar el fuerte ardor en su piel mientras daba rápidas bocanas queriendo recuperar el aliento.
- ¿Te encuentras bien? - preocupado la tomó del brazo y la cintura para ayudarla a levantarse.
- Si, no...no te preocupes. - aun nerviosa frotaba la zona irritada de su cuello que se mantenía en un vivo color rojo.
Adolorida se agachó a tomar su yoyó y girándolo lo lanzó contra el akuma, capturándolo dentro de él. Poco después dejaba salir una blanca mariposa que en zigzagueante vuelo salía por uno de los boquetes del tejado.
- Es hora de ir a por Hawk Moth y recuperar el mapa y el libro. - indicó a su compañero.
Al otro extremó el montón de escombros comenzó a vibrar, una mano enguantada salió de entre ellos abriéndose pasó con dificultad. A continuación asomó el rostro de villano que apurado buscaba el vital oxigeno, grande fue su sorpresa al encontrarse con Ladybug aun viva y a su demonio convertido en una pétrea roca ígnea.
Con el odio como aliciente logró salir de debajo de todos aquellos restos del tejado, tomando su báculo extendió las filosas navajas sin perder ni un momento a su enemiga de vista. Avanzó despacio hacia ellos bordeando el enorme agujero que abría en el suelo y por donde las llamas del asomaban intimidantes.
La sangre le hervía por decapitar a quien tantos obstáculos le había puesto, su puño se apretaba sobre el báculo queriendo descargarlo sobre la fastidiosa chica y ya de paso sobre su incomodo compañero también.
Sus ojos se abrieron con horror al percatarse que el sobre que contenía su ansiado mapa se mantenía enganchado en un trozo de madera que pendía sobre las llamas que emergían del piso inferior.
Chat Noir no perdía detalle de los movimientos de su enemigo, sus ojos los seguían incisivos dándose así cuenta de lo que había llamado su atención.
Por un momento héroe y villano cruzaron sus miradas entendiendo al instante lo que pensaba cada uno. Sin perder un segundo Chat Noir corrió hacia donde estaba el sobre, lo mismo que Hawk Moth quien esgrimía amenazante su báculo contra el héroe.
Hawk Moth dio un salto manteniendo su arma en posición de ataque mientras que Chat Noir repetía su mismo moviendo. En pleno vuelo el héroe giró su cuerpo lo suficiente como para alcanzar de una patada el pecho de su rival.
Hawk Moth cayó aparatosamente al suelo mientras que su enemigo aterrizaba junto al sobre. Con lo que nadie contaba es que el maltrecho suelo, ya medio consumido por el fuego, no aguantó el peso de héroe derrumbándose sobre las llamas.
Chat Noir no pudo asirse a nada cercano y se precipitaba sobre el mortal fuego. Cuando creía todo perdido notó la presión de una mano sobre la suya, al levantar la vista vio los intensos ojos azules de su compañera que apretaba con fuerza los labios por el esfuerzo de sostener a su compañero.
Los ojos de Hawk Moth temblaban horrorizados al ver como el sobre era alcanzado por las llamas y el fino papel de seda ardía en segundos quedado solo unas ardientes briznas flotando sobre las llamas.
Haciendo a un lado toda la frustración y el odio que en ese momento sentía se puso en pie, mirando con desdén a los dos héroes se dio media vuelta dispuesto a salir de ahí, ya tendría su oportunidad de vengarse de ellos con todo el peso de su desprecio.
En su huida le dio un puntapié a un objeto que llamó su atención, agachándose tomó el libro de los prodigios, mirándolo como un premio menor lo apegó a su cuerpo y de un salto salió de ahí perdiéndose en la oscuridad de la noche.
Haciendo acopio de toda su fuerza Ladybug consiguió subir a su compañero y ponerlo a salvo junto a ella.
- Gracias pero lo hemos perdido. Ha escapado. - dijo lamentándose señalando por donde Hawk Moth se había marchado.
- No te preocupes lo importante es que tú estás bien. A él ya tendremos oportunidad de detenerlo ahora que lo conocemos pero...- guardo silencio por uno segundos en los que aprovecho para darle un tierno beso en la mejilla - ¿qué haría yo sin mi gatito? - dijo melosa.
Cariñosamente se abrazó a su brazo y con cuidado apoyó la cabeza sobre su hombro, lo habían derrotado y eso era lo importante, además habían evitado que se hiciera con el mapa del jade azul y eso era una tranquilidad para ellos y para todo el mundo.
Dando un portazo entró en su despacho, lanzó con desdén el libro sobre su escritorio quedando abierto en una de sus páginas centrales. No dejaba de caminar en círculos con la desesperación carcomiendo sus pensamientos, deshizo su transformación y evitando hablar con su portador Nooroo se alejó ocultándose en uno de los libreros.
Tomando un vaso se sirvió una buena porción de coñac, sin contener la ansiedad que inundaba su cuerpo de un trago dio buena cuenta del licor. Tomando la botella volvió a llenar el vaso hasta rebosar. Dando una profunda inspiración intento tranquilizarse, fue hasta su escritorio y se sentó, dio otro sorbo a su bebida hasta que se dio cuenta del libro que estaba frene a él.
Ese libro había sido solo un paliativo a su derrota, ¿para qué quería él un libro así?, volvió a beber sin quitar sus ojos de las imágenes del libro. Pausadamente dejo el vaso sobre el escritorio y tomó el libro entre sus manos detallando aquellos grabados.
En el centro de la página se veía un ser al que le habían conferido una aspecto omnipotente, levitando sobre todos su cuerpo despedía de un aura de poder. Intentando comprender lo que ahí estaba escrito solo alcanzó a comprender fragmentos dispersos pero fueron suficientes para que su expresión antes de desesperación cambiara a una llena de sorpresa y esperanza.
- El poder absoluto al combinar los prodigios de la creación y la destrucción. - repetía con voz severa, mostrando una pérfida sonrisa llena de maldad y un brillo demencial en su mirada.
Así fue que aquella noche no hubo ni vencedores ni vencidos, los héroes habían evitado que Hawk Moth se hiciera con el jade azul pero él había conseguido algo de un valor incalculable. Un nuevo comienzo se avecina donde Ladybug y Chat Noir ahora saben quién es su enemigo y Hawk Moth ha encontrado a sus nuevas presas y no cejara hasta tener en su poder los prodigios de los héroes.
FIN
