Aletheia-Mustang: Gracias por no juzgar mi tiempo de actualización pero han pasado 4 años y apenas volví. ¡Que sad! Lo secretos aún no acaban, si aún faltan tantas cosas. Que ruego a mi voluntad terminar. makorin no tienen razón, no pueden juzgar a nadie si están peor. Gracias por comentarme en A03 (nunca nadie se había preocupado tanto por mi). Tu también ten feliz día.


¿Qué es la soledad? Nadie sabría lo que es, si nunca hubiesen probado la compañía. La soledad en este sentido es "la ausencia". Uno no sabe que está solo, hasta que esas personas que te importan se van. ¿Cuantos más se irán? ¿Quiénes se quedan? Nadie lo sabe, en la vida la única seguridad que se tiene es el fin de la misma. Las causas de la ausencia pueden variar; muerte, traición, enfermedad. Pero cuando lo anterior no pasa, la causa más grande de las soledad son las palabras, tanto decirlas de más, como callarlas y hacerlas menos.

¿No les ha pasado, que por alguna razón piensan en la idea de corregir un acto? Es decir, lo que dijeron, lo que hicieron. Suponen que si pudieran cambiar el tiempo, todo sería diferente. Más lo hecho y dicho en el pasado, ahí se queda. ¿Entonces qué nos queda? Los soñadores le llaman futuro, los realistas le llaman presente. Si quieres tener un futuro, solo te queda actuar en el presente, se escucha tan simple, entonces... ¿Por qué es tan difícil?

Podría usarse como pretexto la situación, pero si siempre nos regimos por las oportunidades que el momento te dé, en lugar de construirlas, "no seremos más que un grupo de esperanzados". Otro pretexto es el cómo, más nadie nace sabiendo y aquí estamos, el cómo se aprende, no pasa solo porque sí. La verdad de la situación es que no importa que tan fuertes pensemos que somos, que tan valientes nos creemos, "tenemos miedo", esa es nuestra causa, nuestro motivo, esa cosa horrible que no nos deja seguir.

¿A qué le tememos? ¿Al fracaso? ¿Al no saber qué hacer después del fracaso? ¿A seguir? ¿A detenerse? ¿A vivir? ¿A morir? ¿A nosotros mismos? ¿A los demás? ¿A qué nos hieran? ¿A qué dañemos? ¿Al amor? ¿Al odio? ¿A fallarle a las personas que aprecias? ¿A fallarte? Siempre hay tantos miedos para tan poca valentía. El mundo se cansa en decir que todo está en ti, que la fuerza la tienes tú, que es algo intrínseco que viene contigo. ¿Qué tal si naces vacío? ¿Qué te queda? Tal vez, comerte a otros para llenarte. Francamente, no lo sé...

-¡¿Qué haces Yamazaki sempai?!—Casi me caigo de la silla, ni siquiera sé cómo fue que entró al cuarto. Siempre es tan ruidoso, en cambio hoy me pareció todo un ninja, tal vez estoy muy distraído por la situación y por eso mi radar anti-momo no se activó.

-La tarea de literatura Momo—Le respondí sereno, y me acomodé un poco los lentes que como resultado de su abrazo descuidado se movieron. Justo cuando estaba leyendo lo más inspirador, tenía que llegar e interrumpirme.

-¡Que aburrido! Últimamente solo te veo haciendo tarea y más tarea sempai—Dijo mientras tomaba mi libro.

-Me atrasé un poco, eso es todo—Me dormí en clase por no dormir de noche, me escape de clases, y no hice mis exámenes, ¿Solo estoy un poco atrasado?

-¿Qué estuviste haciendo para acumular tanta tarea? —Preguntó Momo mientras deliberadamente hojeaba las páginas del libro de literatura.

¡Que no estuve haciendo! Es una pena que no pueda ni siquiera contarle a alguien en pos de un consejo. Y si pudiera... no podría contar hechos sobre "algo que no existe". —Atendía mis asuntos, la escuela no lo es todo Momo-

¡RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!

-Uy, ya sonó el timbre. ¡Te veo al rato sempai! —Salvado por la campana suspiré aliviado.

-Si, como sea—Respondí sin mucho afán.

"¿Qué estuve haciendo?" La pregunta se quedo en mi sistema y se extendió como una enredadera de la que brotaban flores dolorosas e intrigantes. ¿Qué quiero hacer? Mis preguntas se volvían semillas después de ser fecundadas y se respondían en una sola palabra "TÚ". No sé si es porque hablo menos con Rin que más te pienso, no sé si te pienso independientemente de la existencia de Rin. Solo sé, que no quiero quedarme así. ¡Quiero más de ti! No puedes darle a un niño un dulce y quitárselo después, eso es cruel, eso molesta, eso presiona mi pecho cada vez que te pienso. No importa cuánto lo piense "quiero más". ¡Carajo! ¿Qué se supone que debo hacer? He de admitir que tu actitud me hizo sentir herido, luego caí en cuenta de mi estupidez, ni siquiera somos amigos, apenas somos conocidos, tampoco somos esa palabra con N. —¡JODER! — Mi cabeza es un cúmulo de deseos carnales, anhelos y uno que otro ensueño, mis propios pensamientos me están ahogando. No sé cómo acercarme a ti, esa es la única verdad. ¿Qué haré si esos zafiros penetrantes vuelven a mirarme así? Con esa rabia, ese frío, esa mierda que llaman hastío. —¡Voy a volverme loco! — Hablar en voz alta, con la nada se había vuelto mi rutina. Dejar salir frases que no tienen nada que ver con lo que pasa por fuera, pero que reflejan mi interior torturándose.

Tomé mi celular, después de azotar un par de veces mis puños contra la mesa. Es demasiada la impotencia. Ya he soportado demasiado tiempo, una semana, con sus inquietantes 7 días. (O cuatro años si eres mi lector XD). Desobedeceré a mi conciencia, pensar de nada me ha servido, solo me atrasa, poco me alienta y mi miedo se acrecienta. Si quiero más, simplemente iré por más. Hay cosas tan fáciles que están al alcance de una tecla. Si es tan fácil como creo... ¿Por qué tú no lo haces por mí? Creo que en estos momentos, no sé si es bueno tener el orgullo, no sé si es malo querer dejarlo a un lado. —No— Suspiré resignado. Será mejor hacer las cosas como se debe, en persona. Arrojé el celular a la cama. Ahora sé que la desesperación siempre va en aumento y no en descenso, no importa cuánto trate de calmarme, no funciona, yo no funciono. "Tú ganas", intentaré hacerlo a tu modo, "como siempre".

...

Mis motivos para volver a buscarte. La soledad acompañada es menos sola. Mi pretexto, lo entiendo, creo que lo entiendo y quizás quiero que me entiendas a mí. Mientras más dejo a mi mente hablar, menos ganas tengo de hacer, es una rutina que me atrapa y devora mis entrañas. Sin embargo "eso" ha sido más fuerte, aquí estoy. Una vez más te espero, frente a tu puerta, con la tarde como mi testigo. Solo deseo que esta vez sí hables conmigo. Un poco de suerte, eso es todo lo que necesito, aunque la suerte será lo de menos si te tengo a ti…

-Pensé que no volverías—Tu voz me saco de mis pensamientos y suspiré aliviado al verte.

¿De dónde has salido? Ni idea, siempre te apareces así. Creo que de verdad puedo invocarte, tal vez hasta con mi mente puedo llamarte. No, lo anterior son exageraciones mías, si nuestras mentes de verdad pudieran conectarse, seguramente nos entenderíamos mejor. Siento un nudo en la garganta, mis manos están frías, a lo mejor no ha sido buena idea venir, ni siquiera preparé algo para decir. ¿Por dónde empezamos? El aire que deje ir, ahora lo estoy necesitando, solo necesito hablar, decir lo que sea, no quedarme callado, algo, algo, debo decir algo…—Puedo irme si te molesta— ¡Rayos! este no es momento para la pusilanimidad. ¿Por qué no pueden salir de mi boca frases menos absurdas? ¡Joder! ¡Concéntrate Sousuke! Apaga tu modo de autosaboteo.

-No, yo… no quiero que te...va...

¿No quieres qué?... ¡Está bien! Ya sé que no eres de palabras, tendré que hacerlo yo…—¿Tachibana sí que es molesto cuando berrea de esa forma no?—Lo interrumpí, si no desea hablar que no lo haga, para eso tengo mi boca llena de tonteras, la tarea de literatura tiene que servirme de algo. Nanase parece estar hecho un lío, por su cara veo que no la ha pasado nada bien, tiene ojeras, el ceño algo marcado y la piel algo seca, aun así me sigue pareciendo bonito. ¡Carajo no! ¡No vine a eso! ¡Concéntrate! ¿Para qué? No importa lo mucho que desee sus palabras, no quiere dármelas, si no quiso antes, no lo hará ahora. ¡Qué más da! No presionare. Después de todo sé que aunque hable, no me dirá lo que quiero escuchar.

-Lo sabes—Susurró y guardó silencio como buscando frases que agregar.

-Se lo llevó a Samekuza, debiste verlo, fue todo un caos— Con decirte que hasta me quede sin amigo solo por defenderte, aunque por lo fatal que te ves, creo que tú debes estar igual de solo que yo. Los insulté y Tachibana casi me golpea. Rin no ha dormido en nuestra habitación desde entonces, incluso me ignora en los entrenamientos. Y sin ti me he quedado más solo que la virgen de la soledad y mira que debe estar muy sola porque sigue siendo virgen.

-Yo lame…

-Descuida, no es que Tachibana y Rin están tan errados con eso de que andas en malos pasos, aunque creo debemos corregir lo de pasos, porque caminar es lo que menos hacemos— Nanase me miró. Pude ver en su rostro que se arrepentía, miraba abajo, temblaba un poco. Se está tragando las palabras, por esta vez, por esta enésima vez, lo pasaré por alto. Después de todo, durante estos días yo tampoco sabía exactamente qué hacer. No lo culpo, es demasiado difícil aclarar lo que se siente. ¿Sentir? ¡Rayos no! Las cosas no debieron darse de este modo.

-¿Por qué?— Preguntó, por un momento no supe a lo que se refería, fue una pregunta tan de imprevisto, que no sabía exactamente cómo responderla.

-¿Te miento o te digo la verdad?—Esquive su pregunta haciendo otra. Estoy perdiendo intelecto, seguramente. Hay tanto que quiero decirle, hay tanto que quiero saber de él, pero aquí estoy hecho nudo, jugando como él, medio sincero, medio abierto, más nunca entero.

-¿Qué quieres decirme?— ¡Por dios! Dame preguntas más sencillas Nanase, si yo no presiono… ¿Por qué tú lo haces? No ves que ya hago demasiado estando aquí, ¡Coopera conmigo!

¿Qué quiero decirte? ¿Podrías hacerme las cosas más fáciles, por esta vez haciéndolo tú?—Aún te debo una ida al cine—No sé si eso fue lo mejor o lo peor que se me ocurrió.

Nanase suspiró, se dio cuenta que yo tampoco podía ser tan honesto. Pero no le iba a decir que lo extrañaba, después de que me cerró la puerta en la cara. Además admitirlo sería demasiado engorroso, bochornoso y un millón de osos. Después de todo no somos nada y apenas hace unas semanas que ni siquiera cruzábamos palabras. Creo que aún me queda un poco de orgullo y dignidad o tal vez es miedo. No lo sé. Todo se tornó silencioso, abrió la puerta de su casa, dejó sus cosas. — ¿Nos vamos?—Preguntó. Nunca dije que iríamos justo ahora. ¡Vaya golpe de suerte! Tal vez las tierras neutras nos ayuden a componer este caos.

Tuve las ganas de acorralarlo sobre su puerta, besarlo, abrazarlo, incluso quise tomar su mano. No me atreví. ¡Qué nefasto estaba todo! ¿Cómo es que aun cuando estas a centímetros de mi puedes estar tan lejos? ¿Qué tengo yo que hacer para sacarte las palabras que quiero escuchar? Supongo que allí está mi error, no serías sincero si solo me dices lo que yo quiero. Si supieras que en este momento, cualquier cosa que me dijeras honestamente, me haría sentir tranquilo. Me levanté sin decir nada y comenzamos a caminar, juntos más en solitario, cada quién por su lado.

Mientras caminábamos hacia el cine en silencio, no había manos cálidas que tomar, tan cerca estuvimos de estar más cerca y terminamos lejanos. Comencé a creer que tal vez Nanase no era el único demonio, Rin lo era, Tachibana lo era, yo lo era. ¡Joder esto es demasiado! Tantas cosas que pensar, solo se amontonan en la cabeza y me confundo más. ¡Solo quiero que esto pare! ¡Que se detenga! Necesito relajarme, necesito esa paz en guerra que solo Nanase me sabe dar...

-No quise ser grosero—Dijo mientras atravesamos una calle, sus palabras resonaron bajitas. A decir verdad yo ni siquiera pensaba que su comportamiento había sido grosero, su tono no me hirió, su falta de confianza sí. ¿Herido? Tengo que estar loco como para admitirlo.

-Lo sé—Respondí tranquilo, algo extraño me pasaba, debería estar más enojado, menos conciliador, presionar. Pero no, si bien mi mente era caos, por alguna razón lo que menos quería era hostigar de más a Nanase. Tal vez comencé a tenerle miedo, no quería ver su rostro desencajado, enfadado e iracundo de nuevo. Tal vez si la situación pasada nos creó heridas, lo más conveniente era no agrandarlas.

-Yamazaki yo…

-No te sientas mal Nanase, uno no puede estar siempre de buen humor, todos necesitamos nuestro espacio, además te plantee en el parque, dejémoslo como si estuviéramos a mano—Le sonreí. ¡Soy idiota! Él parecía a punto de decir algo y me dio miedo escuchar.

Más calles en silencio, no tan incómodas como las primeras, al menos esta vez no apartábamos la mirada cuando nuestros ojos se encontraban. Nos miramos, eso diría más, nuestro lenguaje secreto revelaba cosas, Nanase se veía triste, un azul triste. No pude contenerme, revolví sus cabellos. —No lo pienses demasiado, solo te abrumas, el cine está cerca, disfrutemos la película y ya—Un solo toque, torpe, fugaz y solo con eso, fue más que suficiente para sentir otra vez un poco de paz.

-Yamazaki… ¿Por qué?— ¡No de nuevo Nanase! Suspiré, creo que me toca ser sincero. Sin embargo no sé hasta qué punto puedo serlo y tú sigues presionándome.. o… ¿Será que te estás esforzando?

-¡Ni yo lo sé! Hagamos que eso no paso—Respondí tratando de vencer mi desesperación.

Nanase sujetó con fuerza mi mano, no sé qué pensó que significaban mis palabras, pero me gusto, su agarre me dio fuerza y me calmo. A lo mejor estar tranquilo me traería más Nanases de los que necesito. Entramos al cine tomados de la mano. Pedí las entradas para la película de terror en turno. Nos formamos un rato en la dulcería, pedí una soda jumbo sabor cereza y unas palomitas mixtas, caramelo/ mantequilla jumbo. En ningún momento solté su mano, hasta que llegó la comida, quiero pensar que eso es un buen signo de paz y no una señal que refleje mi completa desesperación.

-Prueba esto— le acerqué la soda.

-No me gusta el refresco Yamazaki —Protestó haciendo a un lado su rostro.

-¡Oh vamos! Solo por esta vez-

Observe a Nanase sorber lentamente el líquido, mire el movimiento que hizo su garganta en su cuello al pasarse la bebida. — ¿Sabes que el beber del mismo popote que yo cuenta como beso indirecto? —Nanase se detuvo y me devolvió el refresco.

Después, Nanase bajo la cara un poco desconcertado. —Descuida Nanase, no es algo de qué preocuparse— Sorbí un poco de la soda, lo atraje hacia mí y naturalmente lo besé. Nanase sabor cereza. ¡Qué exquisito! Tuve que hacer un beso corto, de lo contrario me la pasaría presionándolo y más que eso. Tal vez esta era mi forma de vengarme o de esforzarme. A controlar las ganas. Un solo beso y esos ruidos quejosos que llaman pensamientos se fueron. ¡Nanase sí que se siente sobrenatural! —Los labios secos son más preocupantes— Me aparté —¡Vamos la función ya empezó!—Lo tomé de una mano y avancé. ¿Qué carajo acabo de hacer? Espero no haberlo espantado. Bueno, como punto a mi favor, no salió corriendo. ¡Demonios! ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué quiero con esto? Más Nanases sería la respuesta fácil. ¿Cuál será la respuesta difícil?

-¿Dónde nos sentamos Yamazaki?—Preguntó tras adentrarnos en el portal de la sala. Traté de no mirarlo mucho o se daría cuenta de lo mucho que disfruté ese pequeño beso. ¡Qué lio! Me esfuerzo por pensar y actuar con la cabeza, cuando mi cuerpo quiere completamente que lo deje manejar el asunto.

-Compré boletos hasta atrás, justo los de en medio—Le dije indicándole el camino con una seña.

-¿Y si vamos a ver la película? —Nanase me pregunto mirándome fijamente.

-¡Claro! ¿Por qué no lo haríamos? —Respondí con naturalidad.

-Los chicos siempre me han dicho que hasta atrás se sientan los pervertidos que solo vienen a fajar al cine—Nanase sonrió de lado.

Nanase... ¡Claro que quiero hacerte cosas pervertidas! pero tengo límites, aunque sean poquitos, aún los tengo. —Descuida, aunque seamos pervertidos, esa excusa es la que usan los miopes que se sientan hasta enfrente. La parte de atrás es la de mejor perspectiva en un cine— ¡Con un carajo! Espera un momento... ¿Me estabas dando la señal para hacerte cosas? ¡Ese es mi Nanase! Siempre tan extraño, tan demonio, tan tú. ¡Vaya creo que me siento mucho mejor!

Suspiré. Ni yo puedo creerme mi actitud tan laxa. Entiendo que desconfíes, yo mismo desconfío de mi Nanase, pero creo que la mejor manera de arreglar el pleito es haciendo algo diferente a comernos como locos, eso podemos hacerlo después. Realmente deseo que pase otra vez. ¡Con un demonio Sousuke decídete! Lo siento, creo que mi pene quiso hablar. —¿Quién sostendrá las palomitas?— pregunté intentando vaciarme la cabeza. A menos ideas más calma.

-No suelo comerlas, mejor sostenlas tú Yamazaki—Respondió entregándome el bote.

-No, será mejor que tú las cargues, ya va siendo hora de que dejes de ser tan quisquilloso para la comida Nanase, no todo en la vida es caballa— Sonreí tranquilo cuando Nanase solo se limitó a mirarme pensativo y no protestó, aceptando el bote de vuelta. Esa mirada no está tan mal, prefiero una de esas que roba el alma, a esas que incendian mi calma.

Mientras caminábamos en la oscuridad hasta nuestros asientos, pude sentir su mano temblorosa. Realmente desee saber lo que pasaba por su mente. Di un sorbo a mi bebida para tranquilizarme. ¡Estúpidos pensamientos! Será mejor concentrarme en otra cosa, mirar mi entorno tal vez ayude. ¡Qué oscuridad tan peculiar! Parece tener su propio brillo, o tal vez es la compañía. Mejor dejemos las cursilerías, sabemos que es el proyector de películas. ¡Carajo! Estoy hecho un desastre. ¡Hazte responsable Nanase! Cielos, esa frase me hizo sentir como adolescente embarazada por su novio. ¿Nanase qué hiciste conmigo? Uyyyyy muchas cosas, es la respuesta obvia.

Nos sentamos en silencio, dejamos la bebida en medio y Nanase se quedó con las palomitas sobre el regazo. Pensar que elegí ver una película de terror porque realmente me hubiese gustado visitar la casa del terror con él. Plan con maña, busco ver más de esos Nanases. Espero que ese Nanase serio en el que las circunstancias te han convertido me devuelva a mi demonio y me deje ver sus emociones, incluso sin son desagradables como el miedo. Corrección quiero todas tus emociones menos la ira, porque de ira ya tengo muchos años recibiendo. Pero si nos reconciliamos cogiendo, la reconsideraré. ¡Carajo debo evitar que mi pene hable!

Mi mente mientras lo miro sentado, mirando al frente tan solemne, está retobando mucho. Tal vez son sus cabellos cubriendo ligeramente sus ojos, el brillo de estos, su boca teñida un poco de rojo y lubricada a causa de la soda, su perfil con esa piel tan suave o su cuello como la única porción de carne visible y tentadora. Me acabo en pensamientos, en conclusiones, cuando solo quiero… ¿Qué quiero? —¡Nanase come palomitas!-

-No quiero-

-¡Vamos que yo solo no voy a acabármelas!— ¡Mentira! Yo puedo comérmelas completas, más 3 hot dog jumbo y unos nachos.

-No me gustan Yamazaki-

-Tú me obligaste—Tomé una palomita de caramelo y la sostuve en mis labios. A que Nanase no se la esperaba. Con fuerza, la pegué contra sus labios.

-¡Iamazagi pasta!-

-¡Mo giero!-

Nanase abrió la boca resignado, a lo mejor me estaba dejando hacer de las mías a manera de disculpa, he de decir que eso no me bastaría, yo quiero más. Soplé la palomita a un lado. No sabía si podía tenerlo con la guardia baja de nuevo, solo aproveché. Me colé en sus labios, corrección su garganta. No había tiempo para besos castos. Mi lengua fue loca estrellarse contra la suya. Tan loca que se meneaba buscando su sabor, Nanase me recibió sin resistencia. ¿Será que deseaba ese beso tanto como yo? Tocaba su paladar y ese gusto a cereza seguía allí. La temperatura de su boca era tibia, su saliva se sentía ligera y envolvente cómo el agua, mordí un poco su labio inferior. Nuestros dientes chocaron y no importó. ¡Carajo me estoy dejando llevar! Me aparté a medio beso. Nanase quedó desconcertado recargado sobre su asiento. Apenas podíamos respirar. ¡Rayos eso estuvo delicioso! —Lo siento— Me disculpé. Apenas y logre salvarme, salvarnos. ¡A quién le importa la salvación si perderme en ti me hace mejor!—Contigo he aprendido muchas malas costumbres—Le musité en el oído aun peleando entre mis deseos y las otras cosas que no entiendo. Fue breve y malicioso el acercamiento que hice para esa última frase. Mis sentidos excitados lo aprovecharon, mis ojos se deleitaron con el rojo de sus mejillas, mi gusto con los restos de su saliva, mi olfato con el olor a cloro que emana su cabello, mi oído con esos jadeos que intentaba detener haciendo esfuerzos por recuperar el aliento y mi tacto, a ese tuve que pararlo porque estaba con todas las ganas de manosearlo.

Nanase respiró profundamente, estaba tembloroso, lo vi tragar saliva lentamente. —No pasa nada Yamazaki, está bien, incluso me...— exhalo —...gustaría otro— Se ve el trabajo que le costó decir eso, pero tiene que esforzarse más. ¡Yo no soy un chico fácil! Bueno, no tan fácil.

-No Nanase, no quiero que se siga expandiendo ese feo rumor sobre sentarse hasta atrás en el cine, además ya va empezar la película— Me llene la boca de palomitas a propósito. Necesitaba manejarme con cuidado, ir así solo nos daría el mismo resultado, no es que no lo quiera. ¡Joder, eso fue muy rico! Lo que no quiero es perder ese esfuerzo que hago en pro de ese algo más que no se definir. ¡Ni siquiera sé por qué me estoy esforzando!

Evité voltear a ver a Nanase. Aunque lo miraba de reojo, estaba callado mordiéndose los labios. Mi mente tonta se las gastaba atrayéndome a la misma conclusión. Preguntar es más fácil que adivinar. Justo allí era donde todo en lugar de resolverse se complicaba. ¿Qué iba a preguntarle? ¿Nanase estás bien? Quiero decir, ya te hablas con Tachibana y con Rin porque yo no. ¿Nanase está bien que siga buscándote? Quiero decir… ¿Te gusta que te busque? ¿Te incomodo? ¿Nanase que soy para ti? Digo follamos mucho, pero me echaste, aunque no fue del todo mi culpa, para ser justo yo no te hice enojar, sin embargo aquí estoy intentando no sé qué. ¿También quieres intentar no sé qué? ¿Cómo le ponemos a este no sé qué? ¿Tú siquiera piensas que existe este no sé qué o solo soy yo haciéndome ideas raras? ¿Si fingimos que eso no paso estaremos como antes o mejor? ¿Y si fingimos que nada ha pasado? ¡¿Me extrañaras?! ¿Me extrañaste? Yo… No sé por qué, pero… —Nanase—Musité.

La película comenzó justo a tiempo, tan acertada que la creí mi salvadora. Menos mal Nanase no me escuchó. Casi, casi, me desbarato como una bola de estambre. Aprovechando la oscuridad tomé su mano. Sería mejor no abrumarlo con preguntas. Suspiré, ¿Cómo es que me has vuelto así Nanase? ¡Joder Sousuke cálmate! ¿Cómo me voy a calmar si su mano tibia tiembla, si su respiración se escucha agitada, si la piel de su cuello está erizada, si se relame los labios como llamándome, si puedo oír mi corazón y el suyo en sintonía loca? ¡Concéntrate en la película! Si no queda de otra..

EL SIN ROSTRO

¿Crees en lo que ves? ¿Crees en lo que sientes? ¿Crees en las demás personas? ¿Cómo sabes que son sinceras? ¿Cómo sabes que no te mienten solo para sacarte provecho? ¿Cómo sabes que no te gusta ser usado como trapo viejo? Es tan curioso, pero yo creo que la clave está en rostro. El rostro que expresa emociones; amor, odio, ira, pereza, alegría, ánimo, soberbia, humildad, sinceridad, vacío, desolación, inferioridad, altivez, satisfacción, inquietud, deseo, asco y miedo. Actualmente vivimos en un mundo tan vano, tan plástico, tan pretencioso pero sobre todo estúpido, que las personas han llegado a un punto, en el cual con tal de protegerse a sí mismas, son capaces de negar, de rechazar y ocultar sus propias emociones en pro de la vulgar apariencia. —¡MALDITOS MALAGRADECIDOS! Ellos al menos tienen rostro-

Una figura entre las sombras, golpea el espejo. ¿Cuántas veces te has mirado y no te has reconocido? Hoy es otro de esos días para ti, simple despojo humano, otro de esos diarios y largos días, donde te miras y por más que te miras, no te encuentras. Este es el doceavo espejo que has roto en el mes. ¡Tanta mierda! ¡Tanta rutina! Que previniendo otro de tus ataques, para cada día has comprado uno nuevo. Si lo rompes simplemente lo quitas y pones el roto en otro lugar de esta tu enorme casa. ¡Una puta prisión es más que ser tu hogar! Hay polvo por todos lados, las puertas rechinan como el reflejo de los alaridos de tu alma, los muebles se caen de viejos, apenas si les queda pintura y un poco de barniz, te has astillado tanto las manos con ellos que ni siquiera sientes más el dolor de tu carne siendo invadida. Tu cuarto es un desastre de ropa, incluso tu cama es solo un colchón viejo que hace ruidos, en medio de unas paredes ennegrecidas por el moho. Y si a eso le sumamos la horrible peste que emana tu existencia putrefacta, habrá que corregir la oración. ¡Una prisión es mejor que esta pocilga!

Tu rutina diaria es la misma. Todos los días te llama tu padre a las 8am, te pregunta lo básico. ¿Tienes dinero? ¿Comes bien? ¿Cómo has estado? ¿Te han gustado los libros de cirugía que te he enviado? ¿Qué tan mal está la conciencia del hombre que te llama más no te visita? Prefiere no verte. ¡Le das asco como a todos! Siempre se escucha preocupado, pero solo es un hipócrita más, matando su conciencia. ¿Qué tan grande es la deuda que a ti te debe? Tan grande que la cuenta en el banco que te ha puesto tiene 6 ceros. Pero ninguna suma de dinero podrá pagar la horrible soledad que su abandono te ha causado, así como la humillación a la que sus acciones pasadas te han sometido. ¡Arruinar tu vida, no tiene precio!

¿Qué estás esperando? Ya sabes la mierda que sigue para ti, en otro de tus malditos días. La puerta suena, debes ir por la leche. ¡Vamos date prisa! Sabes que al lechero le da escalofrío venir aquí, no seas cruel con el hombre. Ni tú quieres ver tu propia cara. ¿Por qué lo obligas a verte diario? ¡Deberías morirte de hambre! Le quitarías dinero pero le ahorrarías el disgusto.

Deja de temblar, solo es una puerta, escucharas lo normal. "Aquí tiene su leche" Responderás lo normal "Tome el dinero y quédese con el cambio". ¿Qué tan difícil puede ser? Ah, ya sé, le dejaras esperando como cada martes, solo para disfrutar de uno de los pocos humanos que hace algo parecido a visitarte. Vas a cansarlo, se dará cuenta que le espías mientras espera frente a tu puerta. ¿Qué pensará ese pobre si se entera? Si fuera posible sentiría más asco de lo que ya siente cada vez que te ve. Siempre te sonríe mentiroso, para segundos después cuando cierras la puerta hacer lo mismo de siempre, orinarse frente a tu buzón y escupir tus margaritas.

RIIIIIIING

RIIIIIIING

RIIIIIIING

¡Un milagro! Tal vez tus súplicas han sido escuchadas. Más te vale guardar silencio y escuchar su llamada, obsérvalo bien es lo más cercano que estarás de una vida propia. Y no hagas estupideces como las de la otra vez, ya perdimos a los vecinos. Esta vez intenta mirar a través de la cortina blanca y no la corras ni un milímetro.

-¡Hola cariño!-

-Sí ya sé, no te preocupes, iré a comer a casa, me quedan 3 casas más-

-Sí ya sé, platicare con Timmy cuando llegue, le diré que no está bien molestar a su compañeros-

-Sí cariño, nos vemos luego, tengo que tocar la puerta del monstruo otra vez, al parecer no solo es feo, también es sordo, llevo 10 minutos aquí, procuraré no tardarme-

¿Lo escuchaste? Dijo la palabra con M. Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo, Monstruo.

-No ha sido mi culpa-

¿Y eso qué? La palabra se repite en tu mente, una y otra vez. Todo el mundo lo dice. ¡Acéptalo!

-No ha sido mi culpa, solo es de ella-

No te resistas monstro, acéptalo, conviértete en lo que eres monstro, si todos lo dicen debe ser cierto. MONSTRUO ¡Vamos no seas pusilánime! Tembloroso dejas la ventana y te diriges a la cocina, sobre el lavabo está otro de tus espejos. ¡Qué oportuno! Ahora puedes mirar tu fea cara y aceptarlo. ¡Eres un monstruo!

-No lo soy-

¿Si no lo eres por qué sostienes ese cuchillo tan firmemente con la mano? Nada como un golpe con la realidad para caer en cuenta que lo eres. No niegues que ver ese brillo, en medio del oxido, te hace sentir escalofríos, no puedes negar que la textura rasposa del mango, esa sensación que la madera dispareja deja en tus dedos, "Te está llamando".

-No, yo no quiero-

Claro que quieres monstruo, solo mírate, estás lleno de cicatrices, pústulas grandes que te llenan la cara de bolas, piel rosa como si fuera carne expuesta, cubierta por una capa de grasa que refleja lo cerdo que eres. Tu boca se ve igual de asquerosa, justo como una llanta desinflada y tus ojos, de loco, tan pequeños, tuviste suerte de medio salvar los párpados. ¡Conviértete en lo que ellos dicen que eres! Vamos, ¿Qué te cuesta? Ya te ves como uno, ellos lo han provocado, solo será su culpa. ¡Conviértete en uno!

-No puedo, tengo miedo-

¡Vamos! Piensa que ese cuchillo no es más que un pase a tu felicidad, el tipo no tiene defectos en el rostro. ¿Por qué no le robas el rostro? Primero lo apuñalas, luego te quedas con la hermosa piel. Una piel tan blanca, con ese tonito que la hace ver como una capa de nieve. Seria hermoso teñirla de rojo, ¿No lo crees? ¡Vamos, anímate! Piensa en ello como el primer paso para una nueva vida. Los cursos estúpidos de autoayuda que tanto escuchas deben rendir frutos. ¡Acéptate por lo que eres! ¡MONSTRO!

-No, su familia lo extrañara-

Dices bajito pero dudando. ¡Patético! ¡Indeciso! Ya sabes que él no quiere a su familia, ya lo hemos visto parquearse en tu jardín para revolcarse con mujeres. Será un servicio social. Una peste de esas aniquilada será un beneficio para la humanidad. Suspiras tratando de infundirte el valor necesario, sujetas el cuchillo, lo miras, ya sabes cómo se debe hacer, todos esos libros que tu ejemplar padre te ha conseguido son tu guía. Ahora solo te queda.. "dejarte llevar".

Tus pasos aletargados se hacen rápidos. ¡Estás emocionado! Esquivas los muebles de la sala y te posicionas frente a la puerta. ¡Es tu momento! El imbécil del lechero está husmeando por una de tus ventanas. ¡Píllalo con la guardia baja! Abres la puerta.

-¡Buenos días! Señor Main, Lamento haberme demorado en salir-

Dices con la cortesía más hipócrita que te has inventado. Deja de sonreír, se dará cuenta. Sí que ha dado un salto de terror, eso ha sido muy cruel de tu parte y no por llegar a él sigiloso, sino por asomar primero tu horrible cara, quizás asomar un pie hubiese sido mejor. No respires tan agitado, necesitas fingir que eres un poco normal. Aunque sabemos que no, "monstruo".

-Descuide debe estar muy ocupado-

El hombre se agacha para tomar las dos botellas de leche que usualmente te brinda. ¡Ahora o nunca! Clavas el cuchillo justo en su nuca, lo palanqueas para mirarle el rostro, no quieres perderte ni un detalle. Parece que sangrará por los ojos, estos se han hinchado y las venitas se han vuelto visibles. ¿Crees que sepa lo que le está pasando? ¿Sabrá que está muriendo? ¿Sabrá que no llegara a casa a comer? ¿Sabrá que nunca verá de nuevo a su familia? ¿Sabrá que nunca más podrá intentar educar a Timmy? ¡Clávalo un poco más! Quiero ver sangre brotándole por la boca. ¡Mira! ¡No te lo pierdas! Sus manos están moviéndose convulsas. Según los libros a eso se le llaman estertores de muerte. ¿Crees que se haga pis? Los libros decían que mearse y cagarse es lo que hace una persona antes de morir. Está tardando demasiado en morir. Clava más el cuchillo, sus piernas y brazos aún se mueven. ¡Míralo! ¡Pobre! Haciendo esfuerzos inútiles. Patalea para no caer de bruces y manotea tratando de quitarse el cuchillo. ¡Todo un espectáculo! El dolor debe hacerle saber que es una causa perdida. Tal vez debiste darle otras estocadas antes de ir por la nuca. Si ese rostro no se desfigura en dolor, se siente como que algo falta. ¿No crees?

-¡Esto lo hago por el rostro! Si le causo dolor una cara así no me servirá-

¡Pero qué sorpresa Monstruo! ¡Vaya que has nacido para esto! Pensar en algo de manera tan fría… ¡Te ha quedado perfecto! ¡Creo que has nacido para ser un monstruo! No hay un desastre de sangre que limpiar, algunas gotas sobre el suelo y la caja de leche pero no más. Ni se te ocurra sacar el cuchillo, no queremos una fuga, al menos no frente a la puerta.

Sueltas el cuchillo, arrastras al hombre sujetándolo de los hombros, caminas hacia atrás, no dejas de mirarlo, un poco de sangre escurre de su nariz fusionándose con aquella que ha tirado por la boca. Espantar a los vecinos es lo mejor que has hecho en años, nadie sabrá de esto, NADIE.

Sigues tirando de él y lo sueltas frente a la puerta del sótano. Dudas, puedes simplemente partear el cuerpo y dejarlo caer por las escaleras, más quizás eso dañe la piel que tanto deseas, tragas saliva, abres la puerta el sótano, bajas un poco y jalas el cuerpo de los pies. ¡Pedazo de imbécil! Tiene el cuchillo en la nuca, era obvio que se atoraría entre los escalones. Pateas un poco el cuerpo para quitarlo de tu camino, enciendes la luz, bajas de nuevo, miras a tu alrededor en busca de cualquier porquería vieja para usar a manera de banco, la llevas detrás de la vieja escalera de madera, allí esta nuestro amigo, tiras con ambas manos del cuchillo. ¿Hace cuanto que no tomas una ducha? Creo que hoy es el día. La sangre te da directo a la cara, es un chorreo leve, contrario a lo que esperabas, tal vez se debe a que esta muerto y su sangre ha comenzado a coagular. Disfrutas de la sensación tibia, viscosa, tu cara fea lo está disfrutando. El chorro se termina muy pronto para tu gusto. Vuelves a tu labor. Sujetas los pies, te haces a un lado, tiras un poco y la magia de la gravedad hace el resto…

Nanase miraba la película absorto, yo esperaba algún gesto, algo que me hiciera pensar que estaba vivo. Pero él solo estaba allí, mirando sin más, de vez en vez se me acercaba y sorbía la soda, me miraba fijamente a los ojos mientras sorbía y mi corazón se ponía ruidoso. Lo imaginaba, "sorbiendo". Para calmar mi ansiedad comía palomitas, medio veía, medio me perdía, medio lo deseaba, medio me calmaba.

…La joven reportera bajo los escalones con cuidado apuntando levemente con su lámpara en medio de la oscuridad. Camino poco en un cuarto vacio, demasiado vacio para ser un sótano y demasiado limpio, luego miro extrañada que lo único que había en el cuarto era un estante, también vacio y al parecer empotrado en la pared. Estuvo a punto de salir decepcionada del lugar, más ese estante le inquieto, lo movió de un lado al otro, pero se sentía demasiado duro, tiro de él hacia el frente, hacia los lados, hasta que lo empujo con todas sus fuerzas de derecha a izquierda.

La puerta al infierno se abrió para ella, su corazón comenzó a latir a prisa, tomó su lámpara del suelo, alumbro y en medio de la oscuridad puedo distinguir a una persona o algo así colgada. La sangre le escurría, estaba sostenido por los tobillos de lo que parecían clavos, con la ropa llena de sangre y con el rostro totalmente desollado.

-¡Carajo! — Expreso muy alto sin entrar en la habitación—El viejo comisario loco tenía razón—Completo.

Para cuando volteó intentando salir de allí, fue tarde, su mundo se hizo oscuro.

-Despierta, despierta, ¡DESPIERTA!-

¿Por qué estás despertándola? ¡Termina el trabajo! ¡Enfócate! Solo queremos el rostro.

La joven escuchaba la voz a lo lejos, una voz lineal, grave pero sin mucho volumen. Abrió los ojos y entonces lo vio. Finalmente estuvo frente a él, frente a aquel que llamaban "el monstruo". A sus ojos no se veía tan monstruoso, parecía más bien un fenómeno de circo, desaliñado, con cicatrices de quemaduras por todos lados, sin vello, con apenas algunos mechones de cabello y una mirada fría y penetrante.

-Hola—Dijo la reportera aún atontada por el golpe.

-¿Hola?—Correspondió el monstruo confundido, la esperaba gritando desencajada, no sonriéndole tan tranquila. —¿Sabes en donde estás? —Agrego.

¿Por qué estas socializando? Ah, ya veo, ¿Es porque quieres saber qué tanto sabe y cómo te encontró? Monstruo inteligente. ¡Buen chico!

-En tu casa, vine investigando los 6 asesinatos o desapariciones de Nowhere-

Lo que nos faltaba, después de un comisario inútil hostigando, ahora tenemos que deshacernos de una reportera. Tal vez debimos hacer caso y espaciar más el tiempo de los homicidios.

-No sé si felicitarte a medias por encontrarme, aunque yo solo he matado tres o simplemente matarte y tomar tu rostro para que tú seas la cuatro-

-¿Para qué quieres mi rostro? ¿Qué no te basta con el tuyo? Puede que sea feo y tengas esas cosas rojas que parecen peperonis quemados por orejas, pero es tuyo, es lo que hace que tú seas tú—Respondió tranquila sin comprender bien la situación.

¡Mátala de una vez! ¿Qué estás esperando? Mientras menos tiempo la tengas, más rápido podremos deshacernos de ella. ¿Qué tanto le ves? ¿Por qué sonríes? ¡Deja de hablar con ella y háblame!

El sin rostro analiza las palabras, la joven frente a él, es la primera persona que le ha sido honesta, "rostro feo", "orejas de pepperoni" ansioso por su descubrimiento pide más. —¿Qué más piensas de mi rostro?-

La reportera lo analiza de pies a cabeza y responde: —Tus ojos entre la carne quemada se ven muy saltones, pareces algo maniático, pero no creo que un maniático tenga muchas razones para cuidar bien de sus dientes, los tienes muy bien, no como yo, yo tengo caries. ¡Mira!-

¡Estúpido monstruo! Haz lo que nos gusta, hazlo ya, toma ese cuchillo y termínalo. —No—Musitó bajito. ¿Cómo qué no? ¡Obedece! —Déjame solo—agregó.

El sin rostro intentó sonreír, pero esos pedazos de carne quemada y replegada que tenia por labios, hicieron que su sonrisa más bien pareciera una cámara de llanta ponchada. —Se ve que has comido muchos dulces, yo puedo darte más— Contento corrió a la mesa, ante su invitada extendió un platón azul repleto de dulces.

-Come— Le dijo animado.

-No puedo—respondió ella sin mucho ánimo.

-¿Por qué? —preguntó preocupado.

-Aún estoy encadenada—Respondió sarcástica.

-¡Cierto!— Alegre el sin rostro dejo el tazón en el suelo y corrió por la llaves, soltó los grilletes de las manos, para que ella pudiera comer.

¿Qué carajos estás haciendo? Ella va a escaparse. ¡Encadénala de nuevo!

-¡Come! —Indicó sonriente.

La chica despreocupada tomó un dulce, uno de esos famosos pastelillos de chocolate con crema de leche en medio de los panes. Lo mordió despacio. —Está bueno— dijo con el bocado aun en la boca. —No había comido desde ayer—Siguió masticando.

-¿Te gusta la leche?-

-No me vendría mal, los pasteles siempre van con leche-

-¡Ahora vuelvo!—El sin rostro subió los escalones con demasiada prisa, tanto que piso el mandil que usaba para desenrostrar a sus víctimas y se dio un buen golpe contra las escaleras.

La periodista se rio— ¿Estás bien?—Pregunto aun risueña.

-Sí, solo no calcule bien los pasos ahora vuelvo—El sin rostro se despidió.

¡Ella no es una visita! Deja de tratarla como una. ¿A caso piensas adoptarla como mascota? ¿Por qué de repente confías tanto en ella? —Ella no está gritando— ¿Y eso qué? ¿A caso piensas que es diferente de los otros? Es igual a todos, te cree en un monstro. —No parece igual a nadie que haya visto, sigue sin gritar y no ha intentado siquiera escapar, deje las llaves a un lado. Ya debería estar acá arriba. ¿No? — ¡Tal vez es tonta! ¿Le llevaras leche?

La joven reportera contemplo el lugar, se veía perfecto, justo como un escenario sacado de una película de miedo, tres cuerpos colgados, sin piel, de tamaños diferentes, uno pequeño, uno muy alto y uno muy delgado. Una corriente de aire que se colaba por lo que parecía un tubo de ventilación entraba y los mecía haciendo parecer que bailaban. Todo estaba lleno de polvo menos la mesa que estaba en el centro con todos esos raros instrumentos y el espejo que estaba sobre esta. La reportera se sobo las muñecas, tenia marcas en su piel, miro el reloj de su muñeca, habían pasado unos 90 minutos desde que bajo de su camioneta. Se rasco un poco el cuello, el polvo le estaba dando algo de alergia, retomó el pastelillo que había dejado sobre su regazo, siguió comiendo, el lugar olía bastante mal, pero el hambre es hambre.

Miro las llaves, no les hizo caso alguno, de alguna manera la historia más importante de su vida estaba frente a sus ojos y quería ser parte de ella. El sin rostro la encontró en el suelo masticando tranquila el bocadillo, mientras se rascaba el cuello.

-Deberías limpiar un poco— Le increpo tras verlo regresar —Está bien que seas un asesino, pero el matar no está peleado con la higiene. ¿Qué clase de experiencia le brindas a tus victimas? Creo que tienes chinches o algo. No puedo con la puta comezón. ¿Podrías rascarme?— le pidió.

El sin rostro se acerco a ella. La miraba como un objeto fuera de lo común.

¿Qué estás haciendo? Familiarizarse con tu futura víctima no es correcto. ¿Qué harás? ¿La tomaras por mascota? ¡No jodas! ¡Toma ese cuchillo y mátala ya!

El sin rostro dudo, la miro de cerca. Miró el cuchillo, miró las llaves, miro su piel enrojecida.

-¡Sigo teniendo comezón! ¿Sabías? — Le recrimino la reportera.

-Perdón, solo te observaba—Respondió el sin rostro agachando la cabeza y acercándose un poco más.

-Pues si no me rascas, las chinches no te dejaran mucho de mi piel—Protesto medio rascándose, medio torciéndose.

El sin rostro acerco una mano al cuello y otra a la espalda, luego rasco suavemente.

-Más duro-

-¿Qué?-

-¡Que me rasques más duro! —Gritó haciendo un puchero.

-Lo siento no tengo muchas uñas, mis dedos están quemados-

-Usa tu ropa. ¡Frota tu manga! —Volvió a pedir llena de pústulas rojas.

¿Qué diablos haces? Ella es tu víctima, los monstros no juegan a la casita. —Lo haré luego, quiero saber más—Respondió mientras frotaba su manga sucia contra la piel irritada—Quiero saber, porque ella no me tiene miedo…

Nanase recargó su cabeza en mi hombro y yo mi cabeza en su cabeza. Nanase comenzó a darme palomitas, primero picándome un ojo, luego la nariz y ya sazonada con mocos y lagrimas llegaron a mi boca. ¡YUMI! ¿Lindo gesto? Más o menos, el problema fue cuando lo trató de hacer sin ver que yo sorbía soda y escupí el refresco al asiento de adelante. Agradecí a kamisama que el cine no estuviera tan lleno o probablemente me hubiesen sacado. Nanase se rió bajito, algún imbécil hizo —SHHHH— Y tuvimos que concentrarnos en la película.

…¿Cómo se define el dolor? Tal vez podría definirse como aquella sensación que traspasa tu cuerpo de pies a cabeza y te hace gritar improperios, el dolor es quizás un impulso eléctrico que te hace gritar, llorar, que hace que tu pecho se ahogue, una sensación que aniquila la poca cordura y desata toda la desesperación en tu ser. ¿El dolor es un trauma? ¿Son tus propios gritos escuchados por la nada sin nadie que venga a rescatarte de tu infierno propio? Todos conocemos el dolor, lo hemos escuchado, lo hemos visto, lo hemos vivido, se ha vuelto nuestra rutina, nuestra personalidad y nuestro comportamiento. El dolor es nuestro pasado, nuestro presente y la certeza de que sufriremos el futuro.

El sin rostro ha vivido cuatro tipos de dolor. El primero, el que causo su madre al inmolarse junto a él, ese es el dolor que nació del odio, despecho y venganza de su madre por su padre. El segundo, el que causo su padre con esa indiferencia negligente que lo condeno a aislarle del mundo, en lugar de procurarle al menos el disgusto de la compañía. El tercero, el dolor del rechazo, el dolor que la gente que le repudio sin conocerle, que fue verdugo y víctima, que le causo el tornarse lo que todos decían que era "Un monstruo". Y el ultimo, el más doloroso, el más aterrador, el que sin duda alguna, "le mato", El dolor de la tracción. Ese dolor que causa el ser ingenuo, el ser confiado, el tener la fe en otra persona que no se tiene en uno mismo.

La voz que había desaparecido, esa voz que se fabrico con el fin de hablar en compañía para sobrevivir a su real soledad y que desapareció cuando la reportera se cruzo en su camino, volvió, esa mañana cuando todo estaba lleno de humo, cuando el sin rostro no podía respirar, cuando todo estaba rojo, naranja, azul, en fuego, cuando su casa crujía a gritos, volvió.

¡Te lo dije! No debiste confiar en ella, era sospechosa, era monstruosa, peor que nosotros, debimos acabarla cuando la vimos disfrutar de matar al comisario, ella estaba mal y te engaño. No nos salvaremos.

-No-

¡Deja de pelear! Que nos esmeramos es reforzar la casa a deseos de ella, para que nuestras victimas no escaparan. ¡Pierde la esperanza! Nos encerró, nos quemamos. ¡Moriremos!.

-Debo salir, ella está en peligro-

¿Y por qué no escuchas sus gritos? Solo somos tu y yo otra vez muriendo. Golpeas la ventana, tratas de quebrar las rejas, te has destrozado las manos con los vidrios, pateas la pared pero la reforzaste bien, tomas un cajón de tu buro y lo despedazas, no sede, no lo hará. Y entonces la vez, ella llega, te emocionas, viene por ti a rescatarte, la vez parqueando la camioneta en tu entrada, gritas y gritas para llamar su atención y cuando por fin sale, la escuchas:

-No se supone que debías despertar, trate de hacerlo amable para ti. Pensé que sería magnífico si murieras como naciste. ¡Con fuego! Pensé que si traía aquello que te hizo monstruo, eso mismo te llevaría. Pero ya vez, los somníferos no fueron suficientes. ¡Deberías tratar de inhalar el humo! Es menos feo morir ahogado que quemado-

Tus oídos no quieren creer lo que escuchas, ella está allí, burlándose de ti. La miras atónito sin moverte, sin pensar, tus ojos lloran. Ella saca un cuerpo de su camioneta, te sonríe.

-¡No pienses que soy como tú! Mate tres personas antes de conocerte, pero no es por ira o venganza, solo me estorbaban para ser la mejor reportera-

Ella camina tirando del cuerpo que estaba en su camioneta, lo adivinas, va a dejarlo en el sótano, lo notas, hay fuego solo en el primer piso, solo donde tú estás, debajo, todo aún está intacto. Las llamas te están alcanzando, brincas y chillas del dolor, tal vez si te esfuerzas el piso se parta y te libere. Pero no es así. Ella regresa.

-No me mires así, tu compañía fue buena, sin embargo yo necesitaba alguien que me cubriera y que mejor que un amigo. ¿Por qué aún somos amigos no?-

Tus piernas comienzan a fallar, duele respirar, duele moverte, duele, duele, duele, Duele, Duele, Duele, DUele, DUele, DUele, DUEle, DUEle, DUEle, DUELe, DUELe, DUELe, DUELE, DUELE, DUELE. ¡DUELEEEEEEEEEEEEE! El fuego te hace hincarte, tratar de reposar, de hacerte pequeño, casi en posición fetal.

Apenas si puedes distinguirla, ya no puedes sujetar los barrotes están ardiendo, ella sigue bajando cuerpos. ¡Mi Querido sin rostro! ¿Tienes miedo?

-Déjame solo—Respondes con apenas tu último aliento. Llevas las manos a tu cabeza, acaricias tu rostro. La única persona cuyo rostro no has tomado, aquella que has salvado, aquel rostro bello, hermoso, ese rostro era totalmente falso. Que tú no tuvieses rostro fue lo mejor. Nadie te dijo que muchos tienen rostros, bellos por fuera, sin quemadoras pero feos por dentro y que por eso, esos monstruos usan caretas.

FIN

Nanase y yo salimos del cine. No sobraron palomitas y tampoco refresco, aún mientras estábamos tirando los envases vacios nos mantuvimos tomados de la mano, como si no quisiéramos soltarnos. Mi cabeza consiguió calmarse, consiguió estar tranquila, hasta llegue a creer que nunca habíamos peleado. En el trayecto de regreso brincábamos charcos, jugábamos en la banqueta, llovió mientras no estábamos presentes y el aire tenia justo ese olor rico que Haru y la humedad tienen. En ese momento en el que estábamos jugando, lo note, Nanase juguetón uno más que agregar a la lista, de mis Nanases, de mis demonios. Regresamos en silencio, durante todo el trayecto, solo mirándonos, solo sonriendo, siempre de la mano sin soltarnos hasta que llegamos su casa.

-Bueno, me iré, ya es tarde, supongo que esto es todo—Nanase guardó silencio mientras lo solté y me preparaba para dar la vuelta.

-¿La película te dio miedo?—Preguntó de repente.

-¿A qué viene eso Nanase? — Cuestioné animado.

-Solo responde— Sujetó la manga de mi chamarra.

-¿No me digas que tienes miedo Nanase? Ningún asesino vendrá a quitarte el rostro si te quedas solo, te lo aseguro— Respondí juguetón intentando cambiar el tema.

-Eso ya lo sé Baka—Nanase Hizo algo parecido a un puchero y me miró fijamente.

-¿Entonces? ¿Podrías soltarme de una buena vez? —Arqué una ceja mientras lo miraba haciendo caras raras.

-Nada me asegura que una chica bonita no intente seducirte para después asesinarte, mientras caminas en la oscuridad a Samekuza—Nanase acortó la distancia entre nosotros.

-¿Te estás preocupando por mi Nanase?— Lo vi voltear su rostro, pero siguió sin soltarme. —Me quedaré si me prometes que solo será para dormir—Respondí fingiendo estar en control de la situación.

-Si quisiera dormir lo haría solo—Protestó.

-No soy un objeto sexual Nanase— Protesté.

-¿No te gustaría serlo?— Lo miré fijamente. ¡Malditas palabras! Siempre sabe cómo usarlas contra mí.

-Vale me quedo, pero no te pongas de insaciable—Le dije serio sin sonreír, mientras mi yo interno bailaba y corría en círculos con frenesí.

-Está bien, con 4 veces me conformo—Dijo malicioso mientras abría la puerta de su casa.

-¿Cuatro veces? ¡Me estás jodiendo! Voy quedar completamente cansado para mañana, tengo clases a las 7am y necesito dormir un poco, como mucho te ofrezco dos—negocié sabiendo que otra vez los deberes escolares vendrían a evitar mi libre albedrio.

-No seas tacaño Yamazaki— Regresó su rostro para verme y mirarme fijamente. Con esos ojos que te miran hasta el alma quién puede decir que no. ¡Al diablo las clases!

Lo jale a mi cuerpo y comencé a besarlo. Si Nanase quiere que se lo haga hasta que no pueda caminar, se lo hacemos, por algo soy un chico muy complaciente.

-Por eso me gustas Yamazaki—Dijo mientras nos besábamos y entrabamos en pasos cortos y torpes al interior de su casa.

-Si lo hacemos en tu sala nos ahorramos el tiempo de ir hasta tu cuarto—Sugerí con las piernas temblándome y mi erección lista.

-Hecho—Respondió y volvió a besarme.

Tan fácil se resolvían las cosas, así de fácil éramos, eso quiero creer, quiero pensar que esto es un paso a facilitar lo que sucede. Más cada paso en el interior de su casa se siente pesado, turbio, como si en cualquier momento fuera a ser echado de allí. Lo beso intentado perderme en la fantasía, aun así el temor en mi corazón no para. Mis ojos no pueden dejar de ver la puerta, me veo a mi mismo allí, frente al portón cerrado, resignado, suspirando, enojado. "No estamos curando las heridas, las ignoramos". Aunque en realidad no es culpa de ninguno, se siente como si fuéramos juzgados, y por nosotros mismos que es lo peor. ¿Qué necesito para perderme a ciegas como antaño?

En medio de mi egoísmo, mis cavilaciones, noto su rostro, también parece sobre esforzarse. Y eso que él lo propuso, propuso que el armisticio de nuestra guerra fuera el sexo. Ese, e, equis, o. La palabra me hace gruñir un poco. Suena mal, perversa, vacía, no se siente suficiente para expresar" lo que nos provocamos", llegados a este punto, tenemos que aceptarlo "es mutuo". La palabra sexo se pasea por mi mente y me revuelve el estómago. Es demasiado corta, incomoda, no me explica porque quiero más de ti. No me explica porque tiemblas mientras nos besamos a ojos abiertos y nuestros ojos dejan salir lágrimas. ¿Estamos llorando? ¿Serán nuestras almas? O ¿Son los mismos besos que nos robamos con desenfreno? ¿Los besos nos están lastimando? O ¿Es toda la situación? Cada mordida voraz que nos damos solo agranda nuestras heridas.

Sujeto su cabeza de las mejillas, mi acto hace que su frente tope con la mía. Él no sabe lo que daría por saber lo que significa ese brillo en sus ojos, quisiera saber lo que su mente está callando. —Mi demonio— Dejo salir la frase como un grito de mi alma incomprendida.

-Mi imbécil—Responde como si ya nos estuviéramos entendiendo. Como nos gusta lo complicado, que a pesar de hablar no decimos nada, seguramente la incertidumbre se ha convertido en "nuestro lenguaje secreto". —¿Por qué lloras?—Me pregunta y no se me ocurre nada para decirle.

-¿Y tú?— Le pregunto y solo suspira. Otra vez estamos en el mismo punto, otra vez llegamos al mismo destino. "La nada". ¡Qué más da! Las palabras simplemente no se nos dan. Resignado cierro los ojos y me dejo caer. No sé si él me seguirá, creo que después del beso a oscuras lo hace. Brincamos del puente, sin soltarnos las manos. Podemos sentir el aire con el que la caída libre nos asfixia, se escucha extraño. AHHHHHHHHAHHHHHHHHHHHHHHHAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH No nos deja respirar, desesperados intentamos brindarnos mutuamente el aliento.

La desesperación nos puede más, estamos matándonos, lejos de brindarnos mutuamente las fuerzas, nos la robamos en cada beso, "estamos peleando sin palabras". Me muerdo los labios, muerdo los suyos y el muerde los míos. Estamos tan perdidos que a veces no encontramos nuestras bocas, nos besamos y mordemos las mejillas, los mentones, incluso la nariz. —Nanase— Musito en un esfuerzo por encontrar el camino.

-Yamazaki— Me responde para que no suelte su mano y lo deje perdido. Apenas hemos dado cinco pasos después del umbral de la puerta. Le abrazo para poder tener pretexto de llenarme con su esencia, corresponde mi abrazo escondiendo su cara en mi hombro. "El tiempo se detiene", ni siquiera nos importa no haber cerrado la puerta. "Allí estamos" un par de locos abrazados inventando una nueva forma de disculpa. De lejos parece un acto incómodo, cuando en realidad es incierto. La incertidumbre ha traído a sus amigas la nostalgia y la desolación. Se nos acabaron las frases laxas, la tranquilidad inventada, "así es como realmente somos". Un par de chicos, con muchas hormonas, con mucha soledad, con pocas palabras, con mucha angustia, que no sabemos a dónde ir. Sin embargo solo hay una cosa de la que estamos seguros "no queremos parar".

¿Cómo es que esto se hacía? "Esto, eso, aquello". Comienza con la privacidad, cierro la puerta aprovechando el largo de mi brazo, procuro no abandonar a Nanase, de alguna forma quiero hacerle entender que "no está solo". A penas ha sentido mi esfuerzo se ha aferrado a mi ropa. —¡No me iré!— Le digo fuerte y claro porque quiero estar seguro de que me "está escuchando". Para proseguir debemos ir a por la monótona mecánica. Primero tenemos que acercarnos, luego dejar nacer besos. Nunca antes hemos hecho esto, siempre nos repartimos besos prefabricados, ahora, el intentar, el luchar, el hacer que nuestras almas den a luz besos puros, besos con sentimiento, en lugar de besos vanos "es todo un reto". Lo intentamos solo usando los labios. ¡Fracasamos!. Seguimos intentando con un par de besos más. A ojos cerrados, manos entrelazadas, con oscuridad rodeándonos. "No sabemos cómo hacerlo" empezamos en calma y luego nuestra gula portando los vestidos de la lujuria nos hace comernos, entonces nos separamos.

Nos miramos fijamente, parecemos dos extraños, miradas que hablan, en medio de tontos que guardan silencio. Temblamos, realmente deseo saber, si nuestras manos sabrían como tocarse, si nuestras bocas sabrían como besarse, si solo podríamos olvidarlo todo. Lo haríamos, ¿Qué haríamos? "Amar la noche", lo sigo hasta el sofá, antes de continuar lo abrazó desde atrás, el olor de sus cabellos siempre es igual, a lo mejor nos falta cambiar para poder avanzar, ¿Cómo cambiar si... "estamos en su casa de nuevo".

Para cambiar debemos saber. ¿Qué estamos haciendo? ¿Quiénes somos? ¿Cómo nos vemos el uno al otro? Él es una estrella en el anochecer, puedo verlo aun con la oscuridad, está brillando, tan emocionado como yo. ¿Yo? Yo soy una hoja inerte que ha caído de su árbol al agua viva. Comparado conmigo, él solo está de momento perdido en la inmensidad del espacio, en cambio, yo estoy destruido, en mis últimos momentos de agonía. A pesar de todo, aun sabiendo que esto solo es un momento, aun sabiendo de lo que es capaz, "es el demonio de mis sueños".

Deslizo despacio el saco café de su uniforme, ante mi queda la blanca tela de su camisa, la entrometida no me deja ver sus hombros. Su cuello ha quedado más a mi disposición, lo muerdo, es mi esfuerzo por grabarme para que nunca me olvide. —Yamazaki— Tira de mi cabello e invoca un beso, lo recibo recordando con el cuerpo mientras voy callando la mente.

Mis manos inquietas tiran más de la prenda café, me siento satisfecho cuando al fin la escucho caer en un ruido rápido y denso, TUTON. Mostrando que puedo ser más travieso, mis manos buscan los botones blancos, mientras más rápido pueda deshacerme de la prenda entrometida, más rápido podré perderme. "No puede parar", como no sabe hablar, no ha dejado de besar, está intentando explicar sus sentimientos, deja fluir su temperatura, "quiere expresar su deseo verdadero".

"Me ha contagiado". Estoy temblando, mi cuerpo astuto en los primeros 2 botones se ha vuelto torpe con los siguientes. "Me enfrenta", dio la vuelta para mirarme, estar cara a cara, desliza el cierre de mi saco blanco, RRRTUC. Ha llegado al borde, camina despacio, rodeándome hasta llegar detrás de mí, adivino su intención. Me dejo llevar, escucho el sonido de la tela y la piel de sus manos frecuentándose, tira hacia abajo, lo dejo desvestirme. TUTON, el ruido seco vuelve a aparecer.

¿Por qué me sorprendes? Su cuerpo me abraza desde atrás, sus manos bailan sobre la tela de mi camisa, su tacto está intentando grabarse mis formas, sus manos apenas rozan, despacio, suave, mis pectorales, me atrevería a asegurar que "me toca solo con el calor de su cuerpo". Sus manos no tienen límites, se detienen en mis genitales y se hacen sentir. Está apretando con sus dos manos mi hombría. Me siento desvanecer, esos toques que solo él sabe hacer me pueden. "Me llama", me enseña como le gusta que lo toquen.

Yo le contesto. Llevando una de sus manos a mi boca. Yo no protesto. Le ayudo mientras su agarre me arropa. Me responde, restregando su dureza contra mí. Mi mente está sumergida, no le veo amenazante y eso que sé que ya lo ha intentado antes. Me ha puesto sumiso, si prosigue, tal vez le conceda todos los permisos. —No te muevas— Ordena. No protesto y acato su orden sin rechistar. Sus manos abandonan mi boca y mi erección, lo siento abrir mi pantalón, también siento sus manos en esa mezcla entre manoseo y desnudar, no ha habido ruido alguno, o me hago el sordo para no reparar y analizar lo que estamos a punto de hacer. Otra vez sus manos perversas repiten la hazaña, ha sido el turno de mi ropa interior. De pronto me siento un poco libre, después de todo, la ropa estaba estrangulándome.

Es curioso notar como el tiempo a su lado pasa diferente, como si no pudiera distinguir un minuto de un segundo. Detrás de mí sé que esta mirándome, sus índices suben y bajan con toques leves, que me dan escalofríos. Se detiene en mi columna y con ambas manos al sofá me empuja. —Inclínate—Me exige y yo… "Debo estar loco", porque voy a obedecerlo. —Cierra tus piernas para mí— Quiere dominarme, hoy esta de suerte, estoy dispuesto. Intento sacar un poco de sentido común, recordar mis límites, más estoy tan perdido que simplemente no hay fuerzas para la rebeldía.

Escucho los sonidos detrás de mí aun con el temor de voltear. TUTON vuelve de nuevo, pero más suave. CLINK se hace presente y me tiemblan las piernas. Eso ha sido su cinturón. RRRTUC se ríe de mí, eso ha sido su pantalón, ZIP viene a unirse al lio. No ha pasado ni un segundo y ya puedo sentirlo.

No está dentro, pero la fuerza con la que se ha echado contra mí me hacer creer que sí. Se estrella contra mis testículos, literalmente se ha arrojado contra mi dispuesto a hacerme pedazos, y no duele, se siente bien, incluso me atrevo a cerrar más los muslos. —Nanase—Le llamo solo para cerciorarme de que es él. De alguna manera quiero comprobar si ese que tanto hago gemir, es el mismo que hace que esos sonidos tan extraños salgan de mí. "Me pongo ruidoso", pronuncio la A en un intento por inhalar, la E, en otro intento por exhalar.

Mi parte inferior hace un constante MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC,MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC, MFTIHC. No sabía que el camino que su pene traza hasta el mío pudiera escribir una danza tan sutil. Lo siento rozar mi ano por encima, los siento deslizándose frotando mi perineo y mis muslos, lo siento chocar contra mis testículos, y luego siento el juego de las espadas tomando acción.

El tiempo se ha vuelto la mágica prisión, donde me ha encerrado. Como el buen celador que solo Nanase puede ser, se dedica con entusiasmo a torturar a su prisionero. En medio del proceso donde me da placer con su movimiento de cadera, en medio de este extraño desliz del que soy partícipe, en medio de esos breves segundos en lo que mi uso de razón vuelve, en medio de mis jadeos que se esfuerzan por volverse gemidos, logro descubrir el secreto del talento nato de Nanase. A la par de sus embestidas, sus manos se coordinan, me ha abierto ya todos los botones de la camisa. "Está nadando en mi", el agua debe estar celosa. Una mordida en la espalda me hace arquearla, está evitando que recupere la cordura. Descuida Nanase "no tengo la intención de hacerlo".

No sé en qué minuto he perdido la camisa, solo sé que debí ayudarle, mi hombro me dice que cabildee entre el soporte, con una mano y luego otra, mientras Nanase tiraba de mi camisa. Incluso hubo un momento justo cuando la camisa estaba a punto de perecer en batalla, que no me sostuve, que mi único soporte fue el tiro de Nanase a las mangas. Para después en medio de una de sus embestidas, caer y apenas lograr sostenerme, en una encomienda entre mi pecho y mis antebrazos.

Mis manos se aferran al borde del sofá, mis rodillas buscan más espacio sobre este. "Me estoy portando mal", solo busco arquear la espalda más. "Lo estoy invitando", "lo estoy tentando". "No me arrepiento". "Está muy cerca". Si lo hace ahora yo sedería sin más. —Nahhhhnahhhhsehh— Lo reto, medio gimiendo las vocales de su nombre. Estoy parando mi trasero para él.

-¿Lo quieres?— Me pregunta, siguiéndome el juego. Sacudo mi trasero de arriba hacia abajo afirmando. Malvado inserta la punta. No sabía que doliera tanto. Me desvanezco en el sofá, eso ha sido demasiado inesperado. —Aun no estás listo— se burla —Date la vuelta— Me ordena de nuevo mientras sale de mí, adolorido y tembloroso doy la vuelta. —Aún no— Remata, colocándose encima de mí.

Patalea un poco para deshacerse de su pantalón y ese traje de baño que lleva por ropa interior. Lo miro, me mira, caigo en cuenta que por alguna razón él está más vestido. A mí solo me quedan los calcetines, a él igual más la camisa. Lo ha notado y gracias a él ambos podemos estar al fin descalzos y desnudos.

Sus manos sujetan, mi erección y la suya. Puedo verlo sobre mí, sentirlo sobre mí, solo usa una mano para sostenerse, está actuando tan sensual que es como si me hiciera un kabe-don, pero más intimidante, estamos desnudos, él arriba, yo abajo, recostados. La fricción se siente muy bien. Me siento al límite y sé que él lo está también, pues me mira mordiéndose los labios.

Nuestras miradas se cruzan, he visto tantos Nanases y por primera vez creo haber conocido al más malvado. Su hechizo se ha roto, avergonzado llevo las manos a mi cara. ¡Con un carajo Sousuke! ¿Que acabas de hacer? ¡Es su culpa! me repito mentalmente. Estuve a punto de darle el culo así como así. —No exageres Yamazaki, ni siquiera has tenido la experiencia completa de "estar abajo"— No respondo, no sé ni cómo hacerlo. No puedo darle la cara. —¡Déjame verte o de verdad te lo meteré, sin importar que te duela!— Mi sentido común aparece cual súper héroe para salvarme, acepto lo más razonable.

Mi cara y nuestros fluidos se dejan ver al unísono, como cómplices de Nanase caen sobre mí. —Ya te he dicho antes que te sienta bien el blanco, pero no sabía que tanto—Su índice derecho dirige los fluidos hacia mi boca. —¡Cómelo!—Vuelve a ordenar. Se está poniendo muy mandón. Tras ver mi poca cooperación, lame las partes de mi rostro donde los fluidos aterrizaron y me besa. Su lengua se frota contra la mía descarada. —Sabemos muy bien juntos. ¿No crees?-

Me harto, es más de la humillación que estoy dispuesto a recibir. Lo abrazo y giro junto a su cuerpo. ¡Es hora de ponerlo en su lugar! —Así está mejor—Me muerdo los labios, aún me arde el ano.

-Yamazaki, te quieres poner rudo, después de rogarme que te follara el culo— Sube descarado su pierna derecha sobre mi hombro.

-Yo no he rogado nada. ¡Te voy a enseñar lo que es rogar!—Comienza mi batalla, necesito recuperar un poco de mi orgullo. "Después de rogarme que te follara el culo". ¡CARAJO! ¿En qué estaba pensando? Allí está el detalle, no lo hacía. Trato de callar a la mente que se ha despertado dispuesta a juzgarme por lo que he hecho cuando ha desaparecido abandonándome a mi suerte, cuando en primer lugar su desaparición es la principal causa de que me portara mal. Trato de concentrarme y volver a dónde estaba, Nanase está mirándome fijamente, sonríe de lado. ¡Oh rayos! Siento escalofríos, esa mirada, esa sonrisa, siento como si hubiese invadido no solo mi culo, además me follo la mente. ¡Soy un chico rudo! ¡Soy un chico rudo! Su mano izquierda acaricia mi mejilla y lleva sus dedos a mi boca. ¡Carajo, cierra la boca Sousuke! Estoy lamiendo sus dedos.

-Es bueno que reconozcas tu lugar Yamazaki— ¿Cuál lugar Nanase? La piel de sus dedos es suave, sus manos huelen bien, su carne se siente frágil, aunque he estado tentado no la muerdo. Esos dedos que me he encargado de babear a placer, escapan de mi mirada, se pierden en mi espalda. ¿Mi lugar? ¡Jodete Nanase! Ese nunca será mi lugar.

-No, no— Quito su mano de mi trasero. Con rudeza la llevo arriba sobre su cabeza. Tuviste tu oportunidad Nanase, no me follaste, vuelve a tu lugar.

-A veces me pareces tan rudo, pero ambos sabemos que no lo eres— ¡Nanase acabas de cavar tu tumba! ¿Qué te sucede? Toda mi vida me esforzado por ser un chico rudo. ¿Cómo te atreves a insinuar que no lo soy?

-¿Y entonces que soy?— Le pregunto guardando compostura, en tono altanero, para no verme débil, aunque ese golpe bajo de antes, me ha puesto en agonía. Guarda silencio, me mira, trago saliva, aspiro, inspiro, de la forma más natural posible. Nanase usa su mano libre, aprieta sin piedad mi hombro. —¡¿Qué rayos te sucede?! — Grito adolorido y caigo sobre su pecho.

-No necesitas parecer rudo frente a mí, mejor solo se Sousuke—Entré en shock, Nanase había cruzado una línea, algo que ni siquiera yo podía cruzar. Su brazo libre me abrazaba y pegaba mi cabeza en su pecho. Típico, no quiere abrirse para mí, pero yo tengo que soportar que abra puertas donde a nadie he dejado entrar. Estoy llorando, me gusta pensar que es solo por el apretón brusco a mi hombro, me aferro a esa idea, su mano, su toque, se siente cálido. "Me abraza el alma", estruja mis cabellos. Escucho su corazón latir. ¡No voy a caer en tu juego Nanase! Me digo mentalmente intentando protegerme. ¿Qué es lo que protejo? No puedo recordarlo.

-Sabes, Yamazaki, cuando me dijiste que diera un paso adelante, yo honestamente pensé, que no entendía cómo es que tú, precisamente tú, me alentarás así…—Mis oídos no creían lo que escuchaban, estaba abriéndome para abrirse. "Quiere que estemos parejos, ambos desnudos". —…cuando supe tu porque, de alguna forma, lo que pensaba de ti cambio, siempre pensé que eras un solitario como yo, después comprendí que eras un orgulloso guerrero, ahora, con todo lo que ha pasado, ahora que estás aquí y tengo no solo tus palabras de aliento, yo…—Lo callé con un beso. ¡Entré en pánico! El numero de palabras que mi cerebro puede recibir de Nanase por día, hizo que mi sistema colapsara.

Me pase una semana, imaginando las posibles palabras que él diría, más ni en mi cavilación más loca espere que él dijera todo eso. Comencé a preguntarme si estaba bien seguir escuchando, estaba muy asustado. Ni siquiera con Rin me había abierto así. Mi cuerpo estaba temblando, cada palabra me hacia vibrar en formas que hacían que mi corazón, se sintiera vivo. Tuve que besarlo o moriría, mis latidos no me dejaban respirar, estaban ruidosos. Nanase correspondió al beso, más miraba a un lado. ¡La cague! Tal vez atreviéndome, tal vez impulsándome, intenté abrirme. —¡Perdóname Nanase! No es lo que estás pensando, solo estoy asustado, todo esto es muy nuevo para mí— Reconocí y sus ojos volvieron para enfrentarse a los míos.

-¿Y crees que yo no lo estoy? — Nanase me miraba y sin quererlo había hecho que su azul triste volviera. ¡Carajo esa no era mi intención! Tragué saliva necesitaba ponerme honesto, corresponder a su apertura. Pero… ¿Qué le diría si él dice eso que se supone que quiero escuchar? Yo ni siquiera sé que es exactamente todo esto que nos pasa. Dependo de él para saberlo pero me aterra escucharlo.

Quise salir corriendo, había admitido cosas, había escuchado cosas, sentí que vomitaría el corazón. Estábamos llorando. ¡Soy idiota! ¿Qué quería? Simplemente seguía sin saberlo, llegue buscando más y obtuve lo que nunca esperé. No supe que hacer, me acerqué a su boca de nuevo, la besé solo un segundo, fue rápido, más se sintió como si fuera la primera vez que nos besábamos, ambos nos sonrojamos. Tratando de serenarme intenté dejar que mis sentimientos hacia Nanase lo explicarán por mí. —Si te muestro mi escondite, cuando el cielo truena furioso, ambos podríamos perder el miedo a la tormenta-

-¿Qué? —Respondió Nanase confundido, ambos comenzamos a reír. —Yamazaki te estás poniendo muy tonto-

Conteniendo la risa me acerqué a su oído. —Corrección, me pones tonto-

-¿Y si mejor te pongo caliente? — Lo miré, esperando su acción, invitándolo a sorprenderme. Su rostro me pareció adorable, su azul se veía intenso y brillaba. —Yamazaki. Yo, te... —Pronunció a la par que se me ocurrió hacerlo a mí.

-Nanase. Yo, te... — Estallamos en risas. No sé exactamente que paso pero a partir de ese momento, no pudimos vernos a los ojos. Algo estaba… ¿Mal? Diferente, creo que es la mejor forma de describirlo, algo extraño, totalmente fuera de nuestro entendimiento había sucedido. Nos besábamos y tocábamos, más todo se sentía chistoso, si nos mirábamos comenzábamos a reírnos, como si lo que pasaba no era algo a tomar en serio. Si nos besábamos algo en mi estomago revoloteaba y Nanase parecía querer esconderse bajo mi cuerpo. No sé cuánto tiempo pasamos en ese juego raro. Tuvimos que empezar desde el principio frotándonos, porque con la locura que nos trajo la noche hasta allí estábamos derrotados.

-¡Voy a jugar a Indiana Jones! —Le dije y se me quedo viendo cómo si en cualquier momento fuera a salir corriendo. —Es que voy a buscar el tesoro perdido—Completé.

-¡Que mal chiste Yamazaki! Me debes una mamada solo por eso—Nos empezamos a reír otra vez.

-Deberías ser standopero Nanase parece que eres más gracioso que yo—Protesté y seguí riendo.

-¿Eso fue sarcasmo Yamazaki? Porque ha sido tan malo que estoy considerando hacerte morder la almohada con tal de que te calles—Respondió malicioso y seguro.

-Está bien, ya voy a cerrar la boca y mejor me apuro antes de que mi deuda aumente—Me deslicé hacia abajo, evitando mirarlo, besé lo que pude, su cuello primero, sus pectorales después y Nanase no dejaba de taladrarme con su mirada intensa. Casi podía oír sus pensamientos "más te vale que la mamada sea buena o te follaré" Comencé a besar su abdomen y tropecé un poco en su ombligo. Para cuando llegué a mi destino se me acabó el sofá.

¡PAC!

Supongo que el caerse del sofá es una buena metáfora para saber que después de ese salto suicida, al fin hemos llegado a nuestro destino. Más si lo piensas bien el único en el suelo soy yo. Teníamos que estar parejos, así que antes de que empezara a morir de la risa, lo sujete del tobillo y lo tiré encima mío. —Cómo que ya te gusto estar abajo Yamazaki— Protestó malévolo para después en venganza sujetar con sus manos las mías. ¡Rayos otro kabedon!

Sus ojos me miraban intensamente, ni siquiera ese flequillo travieso lograba protegerme de su penetrante mirada. Si mis manos estuvieran libres podría sujetar su cara sería y atraerla hacia mis labios. — ¿A qué te mueres por un beso? — Soltó sin más dejándome indefenso.

-No seas cruel Nanase— Protesté —Si ya lo sabes solo dámelo, yo he sido muy complaciente contigo. ¿No crees que ya lo merezco? —completé tratando de apelar a su lado bueno.

-¡Ruégame! —Exigió altanero.

¿Sabes cómo darte cuenta que eres la victima perfecta, esa que gusta de caer en las trampas? Es simple, tu masoquismo llega a un punto donde cierras tus piernas en su cintura y comienzas a menearte de arriba abajo, rozas tus nalgas con su pene, esperando sus reacciones, esperando ver una simple esperanza que te diga, voy a besarte y luego voy a follarte tan duro que no volverás a sentarte en tu vida. "Es una pena que yo no sea esa clase de víctima". Nanase se mordía los labios mientras yo lo retaba con la cadera. —Si lo quieres tendrás que besarme Nanase y sabes que lo quieres, estás pre-eyaculando. ¿Cuánto más crees que eres capaz de resistir? — A simple vista parece que cavo mi propia tumba, pero tengo un ventaja que Nanase ha olvidado.

-¿Y si solo te la clavo y no te doy tu beso? ¿Qué harías Yamazaki? — respondió seguro, tan serio, que simplemente acepté el desafío.

-Supongo que esto—Con el agarre de mis caderas fácilmente le di la vuelta y lo puse otra vez en su lugar. Crucé los dedos de sus manos con los míos y lo besé. Sus ojos se cerraron y una mueca de satisfacción surgió apenas en su rostro. Nunca sé que es lo que quiere. Sus labios me recibieron calientes, su lengua se enredo con la mía despacio, en medio de las ganas de respirar, nuestros labios se tocaban breves, arriba, bajo, alineados. Su saliva no era densa y me sabía extrañamente dulce. Su respiración era lenta, la mía igual. ¿Ya no estábamos desesperados? No lo sé.

-Yamazaki—Me llamó jadeante —Creo que yo te... —Me asusté otra vez y lo callé clavando mi cara en la suya con un beso tosco. Sus ojos se abrieron inconformes, los míos lo recibieron suplicantes. El hecho es que sus palabras seguían causándome terror, no por él, sino por mí, por mis pensamientos locos, porque no sabría como corresponder a lo que sea que esas palabras que no deje nacer querían decirme. Porque auto saboteador como soy yo, tendría que decirle que esta locura, que estos besos, que estas veces que hemos estado juntos, comenzaron en parte por el deseo que desató en mi en ese closet y por mi idea de alejarlo de Rin, por esa idea de evidenciarlo ante todos. Escondí mi cara en su cuello, sin quererlo me golpee la cara contra el suelo. ¡Creo que lo arruiné otra vez!

-Aún te debo una mamada— Quise componer mi estupidez susurrándolo en su oído.

Me aparté y Nanase volteó el rostro enfadado. Nuestras manos se soltaron. Baje de encima de él. Me llamé mentalmente mil veces estúpido. Desesperado me hinqué a un costado suyo, uno de mis brazos se coló debajo de sus rodillas el otro debajo de sus espalda. Lo cargué. No lo esperaba supongo, como buena señal aferro sus brazos a mi cuello. Subí las escaleras despacio, esta ocasión no hubo paradas de emergencia para atender las ganas locas. Su cuartó estaba abierto, eso hizo más fácil, lo difícil, lo solté despacio sobre la cama. Al depositarlo noté que entre el flequillo ocultando sus ojos habían unas lagrimillas. "Esta no es la forma en que me gusta hacerte llorar", pensé.

La culpa me carcomía, el corazón me devoraba en latidos dolorosos, me recosté junto a él. Un solo pensamiento me abordó, deseaba saber cuál era el nombre de este no sé que de sentimientos tan confusos —Nanase, yo, lo que yo sie... — Me calló estrellándome contra su pecho. ¿Las palabras sobraban? No, eran las necesarias, pero entendía a Nanase, si iba a sincerarme, no debía ser después de cagarla, ponerle una curita a una puñalada, no eran como las cosas debían hacerse.

Un segundo pensamiento me abordó. "Te daré la mejor mamada de tu vida" tal vez ignorar las heridas no sería tan malo. Si aún no hay materiales para curarlas, ignorarlas mientras se llega al hospital, es tal vez la mejor manera de sobrevivir. Y quizás, solo un poco, en medio de esta guerra, darnos este calor corporal podría ser considerado como una medida de primeros auxilios.

Me escurrí de su abrazo como el gusano que soy. Fui traicionero por sus pezones, inhale sobre ellos, aún no sé como hace para mantener siempre ese tenue aroma a cloro en su cuerpo. Cloro y algo más. Mi lengua salió malvada de mi boca, lamí despacio y atrapé uno con mis labios. Mi mano fue por el otro, lo acaricié despacio con la punta de mi dedo índice. Nanase temblaba poquito al parecer esta pequeña travesura no bastaba para encenderlo. Proseguí mi camino, la piel de su abdomen me recibió suave pude sentirla con mis mejillas. Mis manos al fin encontraron lo que buscaban, me recibió a término medio. Su vello me daba cosquillas estaba un poco sudado y húmedo por las eyaculación previa, se sentía pegajoso.

Mi mano izquierda me ayudó a darle un poco de ánimo a Nanase, una vez que su verga estuvo lista para mi boca, procedí a realizar mi tarea. Como un buen conocedor de anatomía masculina comencé lamiendo el escroto de las bolas de Nanase, mi mano derecha se convirtió en el perfecto sustituto para masturbarlo. Mi mano izquierda se volvió temeraria y tuvo ganas de hacerlo enronquecer, así que fue suave rozando el perineo de Nanase con la punta de mis dedos, dejando que resbalara un poco y causalmente se deslizara por encima del ano de Nanase.

La lleve hasta mi garganta, tal vez creí que si la llevaba hasta el fondo, con su verga podría desatascar las palabras que no sé cómo decirle. Su mano sujeto mi cabello y me obligo a ir aún más profundo, apenas me dejaba respirar, el poco aire que llegaba a mis pulmones me obligo a negociar y mi mano izquierda que hasta segundos antes cooperaba con la derecha sujetando los muslos de Nanase para hacer un tope que no me ahogara, fue más valiente que yo y se introdujo. Presione su lugar favorito, se corrió, no hubo desperdicio, me lo trague todo.

-¿Estás bien? —Preguntó mientras yo trataba de regularizar mi respiración.

Lo miré y asentí sin hilar palabra alguna. Solo lo contemplé. Nanase era la luna, reflejándose bella sobre el mar, sudoroso, luminoso, hermoso por igual, nuestro mar era la cama y yo. ¿Qué podría ser yo? Si no el más diminuto de los barcos perdido en altamar, que buscando la guía hacia el norte se dejo hipnotizar lunático. Como podría haberme yo imaginado que solo con sus ojos me pudiera dominar.

Su entrada palpitaba, yo sabía perfectamente mi trabajo por realizar, abierto para mi, el plan ya estaba escrito: "entraré en el adivinando lo que piensa", lo descongelaré con mi calor, fingiré ser el sol del que toma su luz, hasta que Nanase encuentre su verdad.

Sera lo básico, lo de siempre, lo de nosotros. Sus piernas se aferraron a mi cintura, tan pronto estuve dentro de él. Recargué mi peso sin contemplaciones, mientras nuestras manos anudadas, suplicaban que nunca más nos soltáramos, que no quisiéramos estar nunca más solos. Nos mirábamos, era extraño, nos fundimos, no había más límite, no sé podía saber donde empezaba Nanase y donde terminaba yo.

Tratábamos entre los besos, entre las olas y la sal, que las coordenadas, que las palabras, nos indicaran el rumbo. Pero solamente flotábamos, disfrutábamos el vaivén. De vez en cuando lanzábamos rayos voraces que dejaban marcas sobre nuestros terrenos. "Estamos totalmente perdidos". Fingiendo ser astros, cuando solo somos humanos. Queriendo hablar con una lengua enredada, seca y necesitada. Queriendo ver, solo mirando de reojo, esquivando, encontrando, rindiéndose y mirando a un lado para disimular. Queriendo oler, robar, adueñarse de la escancia que no nos pertenece. Queriendo tocar, sin soltar, queriendo ir más allá, probar el resto de nuestros cuerpos, más deteniéndonos mutuamente. Queriendo escuchar, razones, palabras, situaciones, explicaciones y solo escuchando en su lugar, roces, suspiros, jadeos, besos, vaivenes, encuentros choques.

Después de llegar juntos y separados al lugar que ya conocíamos, proseguimos, buscando esas ansias insaciables que antaño nos sedujeron y que ahora se escondían para que no descubriéramos lo vanas y vacías que fueron. Seguimos lo básico.

Lo embestía despacio, ambos mirábamos a otro lado. ¡Es el colmo! ¿Por qué no podremos ser sinceros? ¿Cómo se supone que lo lograremos? Decidí esforzarme, perder el miedo, ser un poco valiente, decidí hacerlo, solo por esta vez. Me cansé de lo básico, quise ir por más, saltar una vez más. Tome su cara, nos mirábamos, puse mi frente sobre la suya. ¡Aterrizamos!

-Te extrañé Haru— Susurré.

-Y yo a ti Sousuke— Contestó.

...

¿Hacia dónde nos llevará el futuro? No lo sé. ¿Podremos vencer el pasado? Tampoco lo sé. Pero lo estamos haciendo, estamos haciendo un presente donde esté el otro...

-¡Interesante señor Yamazaki! Una muy buena analogía del amor romántico. Me gusta ese gusto en su ensayo, sobre los tintes trágicos del amor y el arrepentimiento de los seres humanos tras sus actos. La bibliografía que consultó para su texto era bastante compleja. Creo que tomaré este excelente trabajo como su calificación del examen al que no asistió. ¡Pero que le quede claro que eso no vuelve a pasar!-

Eso no puedo prometerlo, soy un adicto de Nanase. —No sé preocupe, no pasará—Al menos no en su materia.

JUAN'SAPP

Demonio: ¿Hoy vendrás?

Sabrosuke: ¿Lo dudas?

Demonio: Te haré croquetas de caballa para el medio tiempo.

Sabrosuke: Llegó a las 6, aun debo presentar un examen.

Demonio: ¡Éxito!

Sabrosuke: No, sí pienso en ti, repruebo.


Hola, buenas, les escribe con amor su escritora casi favorita (hay que ser positivos no seas cruel y dime lindura) ya sé que me tarde un eón en actualizar pero la verdad es que si escribiera diario en una semana tendrían 2 capítulos, pero hay que ser sincera con ustedes, tiempo tengo de sobra porque de mi tesis nada he hecho, culpen a microvolts (un videojuego de compu, corre y descargalo y juegalo) ya soy nivel 53 y lo que falta (era nivel 21 cuando lo retome), a la temporada pasada de anime, a los doujinshis, a los mangas que sigo, en fin soy una procrastinadora compulsiva, además de que las veces que me senté a escribir me dio pereza, impotencia y nada de inspiradoras ganas, ah sí y agregenle que escribo otros 6 fics al mismo tiempo que esto, si alguien gusta de BNHA tengo un omegaverse que me esta quedando super, y si alguien gusta de YOI tengo un fic yurio céntrico narrado violador del bosque que es tan rico hasta de escribir que espero terminar pronto. En fin hoy es 9 de agosto de 2017 tengo 15 páginas y me he propuesto regalarme de cumpleaños mi actualización y doble así que en teoría debo terminar en 3 días 2 capítulos. Espero que este capítulo no los dejara algo sensible y/o trastornados El Sin Rostro quise regalarselos como algo de lo que más me gusta escribir, ya saben cosas oscuras repletas de mierdas siniestras. Es más como lo que escribo en mis ratos de ocio. Oh si, pues basicamente la temporada 1 por decirlo asi de ne1d termina en el 7, pero descuiden, no habrá hiatus entre capítulos, (vengo del futuro si como no) para darles un poco de certidumbre en lo que me digno a actualizar como dato curioso tengo escritos varios capítulos, pero aun no termino los de en medio, como otro signo de confianza les dejo el índice de Ne1D hagan ideas de lo que sale en cada capi XD, las más graciosas recibirán spoiler personalizado, de todos los capítulos menos del 25.

7 De secretos que preocupan 8 De intentos por ser más normal 9 Del agua 10 De gatos y estornudos 11 De la búsqueda del perdido 12 De la lucha más fuerte por el poder 13 Del cumpleaños de papá Yamazaki 14 De la navidad a la mexicana (está escrito) 15 Del futuro 16 De las razones para odiar una boda (esta genial, digo escrito) 17 De omisiones escandalosas (está escrito) 18 De cuidarte entre las sombras 19 De encubrir al demonio 20 De la familia 21 De la lucha por el sueño 22 De Sousuke (ya está escrito) 23 De los días en Tokio sin la vigilancia del demonio 24 Del retorno 25 Del evento trágico denominado Karaoke (Si este es el fin, ya está escrito porque YOLO espero que algún día pueda publicarlo).

Y como última nota, yo sé que esto les gusta mucho y todo, pero me gustarían críticas, porque a veces siento que les gusto tanto que no encuentro cosas para mejorar. Tírenme con ganas y arena por fi, porque de un tiempo acá siento que mis palabras están estancadas y eso es lo que no me deja escribir. Gracias por leerme, deben saber que han leído al menos 119 páginas sin contar este capítulo. Les dejo mi whats apps por si les interesa una amistad más personal +525516913667. Mi Face es LaBandida Ceron y mi correo, el más solito es la-bandida . Espero con ansias sus observaciones.

Es 23 de octubre. No me pregunten qué he hecho. No lo sé. Ya cerraron microvolts así que no sé como perdí 2 meses. Tal vez fue el sismo, tal vez fui yo. Tal vez es mi crush no correspondido.

Vengo del 1,1,2018, PERDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON (insertar sus mandadas a la mierda aquí) soy una vergüenza como escritora, hija, mujer, etc. Soy una floja de mierda. ¡Caso cerrado! Ya ni la chingo. La verdad no sé como pinches me hice tan buena con eso de perder el tiempo. Si esto no sale el dia 14 a más tardar oficialmente me tarde un pinche año en hacer algo. Ahora entiendo porque no le gusto a mi crush.

Vengo del 11 de febrero, pierdan las esperanzas. Insertar memes, de estoy en hiatus y ni sabia. 1 puto año sin actualizar. Ya ni siquiera merezco perdón. Pero aún las amo.

28/02/2018. Mi crush me rechazo otra vez, mañana empieza otro mes y bueno, no he actualizado. Pero ya soy nivel 60 y algo, en el UNO de FB.

Vengo del 17 abril del 2018, si tenemos suerte, tal vez hoy salga el capi, yo no lo sé no soy científica. Gente si están confundidos por lo que paso en este capi, yo también lo estoy, o sea Sousuke casi entrega su aquellito y no se supone que eso pasara, putas palabras siempre hacen lo que quieren conmigo. Además cuando me di cuenta, ya los había desnudado más de lo que debía, creo que fue el tiempo que no escribí. La conclusión de esto por si todo está dándoles vueltas, es que ellos son personas que de alguna forma están solos, uno por voluntad y vergüenza y el otro porque las personas que más debían acompañarle lo olvidaron. Ellos no pueden confesarse, en primera porque están rotos y aunque el camino para que se sanen es estar juntos, es muy pronto para que eso pase. No solo en términos de trama para fic sino porque solo tenían sexo, usaban el cuerpo para saciar su vacio, más ahora saben que quieren más que solo saciar, además llevan super poquito saliendo. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa se supone que debía torturar a Nanase y obligarlo a rogar ¡Esto no es un shoujo maldita sea!, puto Nanase super semeyin fase 2, no dejo de guiarme, no es porque así se llame el fic pero comienzo a creer que Nanase si es un demonio. ¡ES AMOR PERRAS ES AMOR! Vale ya me deschavete mientras escribía. Ruperstinky les ha fallado porque, pues, honestamente el lemon que debía escribir era otro. No sé qué paso aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Son las 4:46 de la mañana ya lo considere bien y tal vez no salga hoy XD.

22/04/ 2018 se me ocurrió ser buena samarita y como tengo que esperar 3 horas vine a escribir, tengo gripa y mala coordinación deséenme suerte. Yo motivándome, piensa en escribir como si lo hicieras para tu crush. Recapacitando.. Recalculando, si de por si piensa que soy ultra rara, seguramente me pone orden de restricción. A por cierto, si les gusta mucho leer este coso, pues si se ponen a leer solo lo entrecomillado después de la ida al cine, por alguna razón que desconozco tiene sentido, a mi cerebro le gustan los mensajes subliminales supongo.

04/05/2018, pues he estado limpiando doujinshis y otras cosas, bj alex por ejemplo, ya hablando serio ha pasado más de un año, yo puedo asegurarles que amo el souharu, más, a veces pienso que le perdí el amor a la escritura, hoy me puse a leer comentarios para tener ánimos y me sentí peor, porque caí en cuenta que conforme pasó el tiempo las personas que iniciaron leyendo se fueron perdiendo y porque ya me di cuenta que me es más fácil escribir de algo que no está de nueva cuenta en emisión. Inspiración tengo, tiempo tengo, una mente que no me repita que es banal no tengo. Vamos a ver que sale hoy. Por cierto me duelen las manos por limpiar en lap, sabritas que yo limpio y edito casi todo con paint. Tengo otro talento inútil wiiiiiiiiiiiiiiiii.

01/09/2018, bueno pues abandone la limpieza de bj perro porque no publicaron los penes que con tanto trabajo redibujé. Y pues he estado continuando con la limpieza de mi cuarto o casa, lavando la ropa acumulada, leyendo dj katsudeku como si de cocaína se tratara. ect. Hace como tres días tuve ganas locas de escribir pero ya no sé como que estoy estancada.

Pues en medio de eso mi crush y yo quedamos como amigos y así. Pero honestamente ya no tengo ganas de hablarle, de hecho ya no lo hago. Pues puede ser el tipo de persona tan amable que te escribe lo que necesitas leer. Pero ese es el problema, la gente debería aconsejarte de acuerdo a lo que no quieras escuchar. Así que me rendí con él. Les mentiría diciendo que hoy avance algo, solo quise ponerlas al tanto de porque no he actualizado.

09/09/2018 Hace 2 días soñé a mi crush, simplemente no puedo apartarlo de mi cabeza sigue allí con esa estúpida carita toda preciosa. Trato de avanzar tenerlo como un dulce recuerdo pero el puto luis fonsi que vive en mi quiere un mundo con él, simplemente no logro enamorarme de nadie más. Haciendo que me despierte de buen ánimo y con ganas de deshacerme de mis miedo y salir a buscarlo al otro lado del mundo. Vean el lado positivo hoy estoy escribiendo. El problema es que me estancó el sin rostro, hasta el lemon se me ha hecho fácil pero, sin peros, esta cosa debe salir este año sí o sí.

Vengo del futuro 23/05/2019 en enero cumplí 2 años de hiatus. ¿On ta mi pastel? Hace como 3 días he empezado a volver al ruedo, curiosamente lo hice con galleta de la fortuna. Espero poder publicar pronto, luego vine aquí a ver si ocurre un milagro y al fin termino el cap. ¿Qué he estado haciendo? Pues limpiar mi cuarto, buscando empleo sin éxito. Lo malo es que por mi problema cerebral pasar horas como antes en la compu me es infernal, me duelen los ojos, luego me deprimo y termino en el suelo escuchando asmr. Pero después de mi crisis de hoy tuve muchas ganas de escribir. Después de reflexionar mucho he decidido mandar todo a la mierda, voy a convertirme en una escritora decente, voy a titularme sin decirle a nadie solo por mis huevos y voy a tratar de conseguir ese amor que es lo único que me hace aferrarme a vivir. Esto lo dejo de nota porque si mi aneurisma me mata antes, que conste que lo intenté. Ah sí bueno llevo al meno años con este problema o tal vez más, la noción del tiempo no es lo mío, esto paso un año antes de que comenzara a escribir como LaBandida y ni siquiera sé como he llegado contra todo pronóstico a 2019. Hasta aquí mi reporte.

Vengo del infierno 02/07/2019 seguramente, con la novedad de que conseguí un empleo y muchos problemas e inspiración para canciones. Qué más puedo decir, no he actualizado mucho me he enfocado en terminar canciones dormir, sobrevivir, pensar, desear, a veces siento que siempre no terminare el cap, a veces siento que sí. Mi tesis opina igual. Tal vez deberían dejar de leer este fic.

29/07 2020 no pregunten, me gusta desperdiciar mi vida.

0203 2021 pues deje mi trabajo, llegue al punto en que me deprimí como ostra y no pude mas. Sobrevivi a la pandemia sin gripe, he terminado mis canciones y estoy en el intento de hacer un canal de youtube y me hice una camisa. (Me volví la señora que cose y la de las plantas). Yo escribí un poco del sin rostro, pero aun me castigo sin escribir porque me da terror mi tesis. El conocimiento lo tengo, pero la fe en mi misma NOPE. Con la novedad de q mi cruch volvió al país y yo en lugar de ser feliz me puse a llorar porque el problema no era la distancia el problema siempre ha sido yo. Me esfuerzo en mejorar, Avanzo a pasos pequeños con un jardín pero en esencia no se que mas hacer. El tiempo lo tengo, la prueba es este fic, que es genial y no lo termino. Paciencia y constancia la tengo, no hubiese resistido tanto en mi empleo si no. Es solo que me odio demasiado y no me perdono y en el proceso de castigarme, me odio más. Porque pierdo tiempo. Antes de estar enferma yo daba consejos, yo hacía que otros rompieran sus barreras incluso rompí las mías, hasta que me enferme y me aferre al souharu con la vida misma. Voy a comprarme ese mouse y ese teclado, al carajo! ¡Quiero ser una escritora decente!

19/04/2021 me compre el mouse y el teclado, y no he escrito una mierda, hoy lei otra vez Nanase y me parece genial, salvo por el hecho de que procrastino a propósito. Perdón. Puedo escribir lo versos mas tristes esta noche escribir por ejemplo; Los ojos de Nanase estaban llorosos porque Yamazaki se vino en su boca sin avisar y respiro semen. Acabe el capitulo, al menos lo concerniente al souharu. ¡AL FIN.! Mala noticia el sin rostro sigue en proceso. Pero no hay que perder la fe.

20/04/2021 voy a contar la verdad, no he terminado el sin rostro, así que solo pegue 3 resúmenes de lo que tenia y di por finalizado el capitulo. ¡A la mierda el hiatus! Publicaré hoy. Deje estas notas que escribía cada vez que intentaba acabar. ¡Hasta aquí mi reporte Joaquín! Nos leemos en 4 años. (Espero que menos).