Capítulo V

La única que puede hundirte es tu propia debilidad... y ella ahora te odia y desconfía por completo de ti. ¿Acaso crees que por abandonarnos te convertiste en un ángel de luz? No seas hipócrita Kylo, siempre serás un monstruo

Aquellas palabras no podían salir de su cabeza. Esa desgraciada de Phasma, a fin de cuentas, tenía razón. No podía escapar de su destino. Lo había intentado por Rey, porque ella era su mayor motivo para ser alguien diferente... o más bien, volver a ser lo que fue alguna vez. Ese joven Ben Solo del cual casi no quedaba nada. Pero, aunque se esforzaba, sabía que no había vuelto del todo a la Luz. Aún quedaba tanto dolor, tanto rencor dentro de él... Era un peligro.

Siempre la protegería, incluso de sí mismo. La sobreprotegió todos estos años... y es que no toleraría que alguien la dañara. No solo por el bienestar de ella, sino también por el de él. Verla herida en batalla o que la secuestraran... eran sus peores pesadillas. Pero ella era fuerte, ella tenía que aprender a vivir sin él defendiéndola.

No era su salvador, aunque ella le dijera en algunas ocasiones que le agradecía por sacarla de la esclavitud y soledad de Jakku, que al menos ahora estaban juntos... esa jovencita que educó y que tanto quiso ahora desconfiaba de él... lo odiaba... Su relación no volvería a ser la misma, nunca más. No había otra opción, sabía que era lo mejor para ambos, en realidad para toda la galaxia: debía exiliarse y perderse para siempre en algún olvidado lugar.

Tomó algunas de sus cosas, no sin antes escribirle una nota para que ella entendiera que no era culpable de su decisión. Su labor ya estaba hecha: la Emperatriz sería declarada inocente y podría volver a sus labores. Él ya no tenía nada más que hacer en ese lugar.

Encendió su nave. Sintió un profundo dolor en el pecho... sabía que tal vez se arrepentiría de esa decisión, que la extrañaría desde lo más profundo de su ser, pero no había vuelta atrás. Él era un monstruo y como tal, debía alejarse de ella y de todos.

Empezó a volar, estaba saliendo del hangar cuando sintió que algo lo atrapaba en la salida hacia el espacio. Puso más potencia pero estaba detenido en el aire... entre más maniobras hacía para seguir, más oposición encontraba a su trayecto. Miró por una de las ventanas. Ahí estaba Rey, haciendo su mayor esfuerzo... el mayor desplante en el uso de la Fuerza que haya visto en ella antes: detener por completo el trayecto del TIE Silencer en movimiento. No solo eso, ahora la nave estaba retrocediendo. Ella estaba decidida, lo podía percibir: no soltaría esa nave hasta dejarla en el piso del hangar de nuevo.

" Rey, basta, déjame ir. Sabes que es lo mejor"

" No... no me dejes"

" No me obliques a usar la Fuerza en tu contra"

" Ben... no... no me abandones... Perdóname... no debí dudar de ti"

No entendía del todo cómo la conexión entre ambos se volvía más fuerte con los años, y ahora eso le jugaba en contra. Pudo sentir en carne propia sus lágrimas y desesperación por evitar que se fuera. Estaba agotada pero no cedería, no soltaría jamás esa nave. Al contrario, cada vez retrocedía más...

Su poder era inmenso, él siempre lo supo. Tenía dos opciones: apagaba los motores o ponía la máxima potencia de estos. No alcanzó a elegir... La chica lo había logrado, azotando la nave contra el suelo.

- Ben!! Ben!! Estás bien?!- le gritó preocupada, buscándolo entre los restos de la nave, la cual se partió en 3 al caer.

- Ahora quieres matarme?!!- le gritó ofendido, saliendo de lo que quedaba de cabina.

- No! Se me descontroló! Nunca cediste! Use más la Fuerza, pero no pude amortiguar la caída! Perdón! -

Él la tomó de la mano y se alejó con ella de los restos del TIE mientras funcionarios se acercaban con extintores para evitar un accidente mayor. Su TIE Whisper seguía en reparación desde la última misión que hizo como Líder Supremo y ahora este nuevo estaba hecho pedazos.

- Cómo puedes ser tan irresponsable haciendo algo así? Pudiste haber provocado una explosión! - la disciplinó

Ella solo lo abrazó, llorando. Él respondió en silencio el abrazo. Sabía que en parte era su culpa... apenas ella empezó con eso, él debió aterrizar. Era un estúpido.

- Soy una tonta! No sé porqué dude de ti si tu haz hecho todo por mi- logró decirle entre lágrimas - Siempre me ayudas y me proteges. Eres todo para mi. No te vayas... por favor- terminó diciendo, aferrándose más fuerte a él.

Eres todo para mi. Aquellas palabras fueron un bálsamo para su atribulado corazón. Pudo sentir que él aún era importante para ella... pero se negaba a creer en algo más.

- Yo también caí en su trampa- agregó Ben- No debí haber hablado con esa mujer, yo ya tenía espías ayudándome. Debí encargarle eso a uno de ellos- se lamentó.

- Cuáles espías? -

Consideró que sería imprudente hablar de ese tema en un pasillo tan público como ese, aunque ahora estaban solos ahí.

- Acompáñame - le contestó

Ella quiso tomarlo de la mano. Él no se lo negó. Caminaron sin decirse nada, aunque algunos los miraban curiosos. Entraron a los aposentos de Ben. Se sentó en su cama y ella se arrodilló frente a él. Quería ver su cara... otra vez tenía ojeras y su rostro evidenciaba un pesar constante y agotador.

- No podía confiar en nadie de esta nave. Así que hablé con la General Organa y Han Solo para que me ayudaran con esto. Ellos confían en ti. Pude conseguir con ellos 4 personas que aún siguen aquí -

- Hablaste con tus padres?- su pregunta demostraba su asombro, y un leve toque de alegría

- Sí pero en estricto rigor político. No tengo intenciones de restrablecer otro tipo de relación con ellos-

- Por qué? Dime Ben qué es lo que te sigue torturando? Qué significa lo que dejaste escrito?-

Rey le rogaba por respuestas. Cada año el conflicto en él era más evidente. Ella intentó ayudarlo tantas veces pero solo la evadía. Nunca supo nada sobre su vida personal, él nunca habló, su mente era imposible de traspasar. Y su corazón cada vez se volvía más duro. Solo aquel día cuando quiso concretar su escape fue que él cedió, al menos en parte, a demostrar lo que sentía en verdad.

No podía mostrarse vulnerable ante ella. Él era su maestro. No podía ser débil. El era su ejemplo a seguir. Su dolor lo hacía más fuerte, más temerario, más sádico... aquel proceder habría ido en ascenso si no fuera por el daño que sabía que le causaba a Rey actuar así.

Él nunca se lo dijo y bloqueó todo su pasado para que ella nunca lo visualizara a través de su vínculo. Rey no sabía en realidad quién estaba detrás de Kylo Ren. Solo su nombre: Ben. Sus traumas lo avergonzaban, no quería que ella supiera la verdad. No quería que supiera porqué era un monstruo... pero ¿valía la pena seguir ocultándolo? La oscuridad lo perseguía sin darle tregua. Estaba cansado de vivir. Mirar el hermoso rostro de aquella joven era lo único que lo mantenía en pie, lo que le daba sentido a su vida... pero era un monstruo y nadie jamás cambiaría eso. Ni siquiera ella. Estaba condenado a estar solo... o a morir.

Rodeó con ambas manos aquel rostro que él tanto amaba. Le diría toda la verdad, así sabría porqué debía irse... porqué Ben Solo no podía volver. Rey no alcanzó a decir nada cuando él cerró los ojos y se conectó por completo con ella.

Fuego... fuego y gritos por doquier. Aquella construcción que parecía un templo ardía y caía en pedazos. La casa... esa misma casa que conoció en una visión anterior, vacía... o llena de insultos, anunciando el quiebre familiar inminente. El niño... vio al niño otra vez. Su mirada brillante se volvió opaca... llena de tristeza y soledad. Sus ojos ahora eran los de un joven que se movía con elegancia y destreza al combatir, llevaba un traje especial. Vio a Luke rodeado de jóvenes... él era uno de ellos. Su semblante aún tenía un toque de esperanza... una pequeña luz... Ese rostro ella lo conocía. Se acercó más, ella lo conocía... intentó tocarlo, el joven de unos 17 años la miró y le sonrió.

-Ben- susurró.

Desapareció frente a sus ojos... ella lloraba buscándolo, llamándolo. Todo se volvió negro. Fuego otra vez... una cabaña. Miedo, traición, abandono, sufrimiento: todo se convirtió en ira. Luke lo atacó mientras dormia. Él se defendió. Quiso huir, no lo dejaron. Lo culparon de algo que no hizo. La voz en su cabeza se hizo aún más fuerte. Ella podía escucharlo: "Eres el nieto de un Sith, continúa el legado de Darth Vader". Ese sería su orgullo, su camino, su destino. Ese casco quemado que ella vio tantas veces en sus aposentos y que le causaba terror... estaba impregnado de oscuridad. Pero él lo adoraba...

Vio a Snoke, recibiéndolo como un falso consolador lleno de humillaciones, lleno de torturas... Ahora hacía frío, tanto frío, y sin embargo la sensación le resultó familiar. Estaba segura de haber sentido tal frío estando en Jakku. Era él, su mano estaba sangrando, respiraba agitado, su oscuridad era más intensa que nunca. Se inclinó, quiso tocarlo, él la miró: sus ojos perdidos le partieron el corazón.

-Kylo- susurró, mientras sentía caer abundantes lágrimas por sus mejillas.

Lo vio levantarse frente a ella, con el cristal kyber tan rojo como su sangre. La miraba con odio, con repulsión... Sintió miedo. En su mano ahora estaba aquel sable de luz en forma de cruz.

-No...- murmuró, observando aterrada la hoja del sable en su cuello. Aquel joven ya era un hombre... un hombre al que ya no se le veía el rostro con ese casco.-Ben, no, soy yo. Ben, por favor... no sigas- le decía sin parar de llorar- Tú no eres así, vuelve Ben, quédate conmigo... yo... - el hombre se sacó el casco frente a ella, apagando el arma-Yo te amo-.

Sacó las manos de su rostro de inmediato. Las tenía mojadas con el llanto de Rey. Estaba temblando, al igual que ella.

La joven despertó de su trance pero no podía dejar de llorar. Toda la angustia de las visiones seguía dentro de ella... eran todos los sentimientos de Ben, los cuales él insistía en esconder. Ella tocó su rostro, necesitaba sentir que ahora no desaparecería frente a sus ojos. Él se dejó acariciar... en su cabeza seguían sus últimas palabras: "Yo te amo".

- Ben, yo sé que estás ahí- le habló con voz suave, mientras lo acariciaba con una de sus manos, ya que con la otra intentaba secarse la cara- Yo sé... que eres tú el que me besa-

Jamás sintió oscuridad en ninguno de sus besos, jamás. En ninguna de sus caricias... aquellos pocos gestos que nacieron entre ellos, eran Luz, y él lo sabía. El amor lo llenaba de luz, tanto que llegó a cegarlo hasta el punto de desear besarla y estar con ella sin importar que no cumpliera con su papel de usuaria del Lado Oscuro... sin importar su propia Oscuridad.

Aquella mano que lo acariciaba guió su rostro al de ella, quien seguía de rodillas frente a él. Rey inició el beso por primera vez. Sintió sus cálidos labios sobre los suyos en un beso tímido. Ella no quería dejarlo ir, debía aliviar en algo su dolor... pero no sabía cómo. Quizás un beso, con un beso bastaría para traer a Ben de vuelta, o eso es lo que la Emperatriz quería creer.

La abrazó sutilmente, aunque ese no era su plan. Se suponía que le había mostrado su vida para que ella lo despreciara, se alejara de él, entendiera el origen y destino del monstruo. Pero ella empezó a besarlo... lo estaba buscando... ella amaba a Ben. Y es que Kylo se hacía pedazos frente a ella, esa era la verdad.

No pudo contra aquella carroñera que le sonreía casi todo el día aunque él no hacía nada para merecerlo. Esa misma carroñera que se volvía insorportable en ocasiones, que no tenía miedo de pelear con él. Ahora esa niña era una joven de casi 20 años... la más hermosa de todas para Ben.

" Tú ... tú eres... lo mejor de mi vida" fue capaz de decirle a través de la Fuerza, sabiendo que no era capaz de pronunciarlo, completando su sentir con el juego intenso de su lengua en su boca.

El disfrute de ambos era tal, que ella no supo como lo empujó hacia la cama, quedando Ben de espaldas al colchón, para ella subirse y seguir besándolo. Mientras tenía los ojos cerrados, pudo verlo otra vez, al joven de la visión: le sonreía nuevamente. Entonces se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se levantó de la cama totalmente avergonzada.

- No debí, disculpa!-

Ben estaba tan sonrojado que no pudo responder. Se quedó quieto ahí por unos segundos, hasta que se sentó de nuevo. Trató que su cabello tapara su rubor. Ambos guardaron silencio, sin mirarse. Él entonces se levantó y sacó de uno de sus cajones la cajita oscura aterciopelada.

- Yo... yo lo compré para ti...hace tiempo- le dijo torpemente, mientras se la entregaba

Él seguía avergonzado, pero ella se sentía ridícula al creer que eso era para otra mujer. Abrió la cajita para ver el anillo más detalladamente: era ancho, de color plata, lleno de diamantes en tonos negros y translúcidos.

- Esto... esto es carísimo- le comentó asombrada

- Lo sé, creo que me excedí-

- Pero, me queda? Cómo sabes el tamaño de mi dedo?-

- Yo sé todo sobre ti-

Era una afirmación que ella no se atrevió a cuestionar. Estaba a punto de cumplir 4 años a su lado y por alguna extraña razón él siempre se adelantaba a sus peticiones, fuera de ropa, alimento u otra necesidad. Recién en ese momento se preguntó cómo la ropa le quedaba bien si nunca le dijo su talla.

- Yo... no merezco este tipo de regalos, Ben. Yo nunca te he regalado nada- le dijo con sus ojos tristes

- Lo hacías, solo que no te dabas cuenta. Y lo sigues haciendo-

- Qué cosa?-

- Darme regalos- él la quedó mirando fijamente, tomó un poco de aire antes de continuar- Cada sonrisa, cada mirada amable, cada abrazo, cada... beso-

Estaban tan cerca otra vez. Rey sentía que apenas podía respirar.

- Qué ... qué significa?- tartamudeó ella

- Originalmente lo compré cuando cumpliste 18 ya que se suponía tomarías el poder como Emperatriz... me refiero a ese otro tipo de Emperatriz, tú me entiendes, cuando maté a Snoke. Pero no lo hiciste así que esperé a dártelo más adelante porque pensé que lo harías después, pero nunca sucedió -

- Entonces, esto lo compró Kylo Ren?-

Ben se quedó en silencio. Vio el semblante inquieto de Rey, ella dudaba en aceptarlo.

- No puedo- negó, extendiéndole la cajita de vuelta- No aceptaré nada de él. Además, no tiene sentido que me lo des si se compró con un objetivo que yo no cumplo-

- Yo no te lo entregué ahora con ese objetivo. Solo te conté porqué lo compré en un principio. Para mi ahora tiene otro propósito -

- Cuál? -

Era terriblemente arriesgado lo que iba a decir ahora. Se suponía que a estas alturas debía estar exiliado en algún planeta remoto de las regiones desconocidas. Pero en vez de eso, estaba ahí frente a Rey, deseando que su corazón no se fracturara con su respuesta.

- Que... seas... mi esposa-

No podía negarlo: ella anhelaba esa petición. Desde que empezó a espiarlo que fantaseaba con la idea de tener algo más con él, más que ser su aprendiz. Pero no lo creyó posible. No hasta que él la besó. Solo entonces notó sus emociones hacia ella, confusas, pero las tenía. "Eres lo mejor de mi vida". Recordar sus palabras y sus besos enloquecieron su joven corazón, pero temía el origen de su propuesta.

- Me... me estas pidiendo... matrimonio?-

- Sí-

- Quién?-

Él la miró sorprendido. No esperaba ese cuestionamiento, pero entendió su punto. Mientras siguiera el conflicto en él, ella no iba a aceptar. No debía seguir siendo ambiguo en sus acciones... y en sus emociones. Esa indecisión nunca lo llevaría a la Luz.

- No estas solo. No necesitas huir, yo sé que puedes hacerlo, puedes cambiar. Puedes volver a tener esa luz que vi en ti... nunca se fue, Ben, puedo sentirla.-

Ella no quería que se rindiera. Creía firmemente que lo que escribió en la carta tenía solución si lo enfrentaba en vez de evadirlo, como por tantos años lo hizo. Ben sintió fuerzas para intentarlo, aunque fuera una vez más. Se acercó a una de las gavetas y la abrió. Sacó el casco de su abuelo.

- Debo ir a Mustafar.