15 años:

Ray se encontraba recostado en su cama con los brazos detrás de su nuca, un año había pasado desde su conversación con Susan y la única conclusión de su hermana fue: Amor.

El adolescente no quiso escucharla y durante el transcurso del año continuó su vida normal junto a Emma y Norman, aunque este último le hizo más difíciles las cosas, puesto que ahora pasaba mucho más tiempo con Anna.

En consecuencia, Emma y Ray se volvieron mucho más cercanos; cosa que al chico le daba terror, pero grata fue su sorpresa al notar que esto fue positivo para ambos, puesto que se volvieron confidentes el uno del otro.

Por el lado académico, tuvieron muchas competiciones con otras escuelas, debido al club de atletismo; gracias a esto Emma y el equipo en general le otorgaron varios trofeos a la institución.

Por otra parte, Ray decidió unirse al club de guitarra, el cual era más concurrido y en donde conoció a Gilda y Natt, de la clase "a". Así llegó a formar parte de 3 clubes diferentes.

Además de que le estaba yendo excelente con sus materias, ganándose un lugar en el cuadro de honor de su generación junto a Norman.

Con el paso de los meses, Ray adquirió la costumbre de ir todos los fines de semana a casa de la chica, puesto que su lunático padre le prohibió ir a casa del azabache a pesar de que su hija le explicó que los padres de Ray no trabajan los fines de semana.

En un día cálido de primavera Ray se encontraba recostado en la cama de Emma, acompañado por "Patitas", el perro de esta; mientras leía las instrucciones de un nuevo juego de mesa que le compraron a la chica.

Emma ingresaba a su cuarto con jugos de frambuesa para cada uno -¿Pudiste entender las instrucciones?- Preguntó mientras le entregaba el vaso al chico del fleco.

Ray asintió -Sí, es fácil. En forma resumida, debes juntar diez puntos construyendo ciudades, carreteras y poblados, para conseguir eso debes juntar recursos o intercambiarlos con otros jugadores. Ah, las carreteras no dan puntaje, los poblados dan 1 punto y las ciudades dan 2 puntos-

-Suena divertido- La chica sonrió entusiasmada para después beber el contenido del vaso.

Ray le devolvió la sonrisa -La verdad es que sí, le patearé el trasero al anciano, ya verás-

Emma rió para después dejar el vaso en su escritorio -Como digas, Yuugo puede ser muy competitivo-

El chico bufó para después beber -Ni lo digas, casi me asesina cuando le tiré ese +4 jugando uno-

Su amiga soltó una carcajada mientras se acercaba a su armario, Ray casi escupe el jugo al notar lo que Emma estaba por hacer, sintiendo como sus mejillas se encendían.

-¿Q-qué mierda haces?- Se maldijo internamente por el nerviosismo en su voz.

Emma lo miró confundida mientras levantaba su polera, mostrando parte de su abdomen y senos en crecimiento cubiertos por el brasier -Me cambio de ropa, hace mucho calor- Contestó de forma obvia.

-Pero estoy acá, tonta- Frunció el ceño.

-Ay, Ray. No es la primera vez que me ves en ropa interior, me has visto con traje de baño, es lo mismo- Se quitó por completo la prenda mientras tomaba un vestido.

Ray palideció mientras miraba hacia otro lado; si el viejo escuchara la conversación o peor aún, entrara al cuarto de su hija mientras esta se cambiaba frente a él, definitivamente sería hombre muerto.

Guardó compostura y continuó -No es lo mismo, aunque sea avisame para cubrirme los ojos, tonta- Emma lo miró enternecida, acompañada de un leve sonrojo y rió.

-Está bien, mira hacia la pared, no me demoro- Ray le hizo caso mientras maldecía a su cerebro por repetir una y otra vez la imagen de Emma con ese brasier burdeo -Estúpida Emma-

Una vez la chica estuvo lista, los adolescentes bajaron las escaleras con el juego de mesa, mientras que Patitas se quedó durmiendo.

La madre de Emma ordenó la mesa y preparó el juego, mientras Ray les explicaba las instrucciones generales de este. Ya todos acomodados, iniciaron el juego.

La tarde pasó rápido con el ambiente lleno de risas y reclamos por parte de Yuugo y Emma.

-Maldito mocoso, ¿Tanto te cuesta intercambiar un ladrillo por dos ovejas de mierda?- El hombre tenía el ceño fruncido mientras le mostraba las tarjetas con el dibujo de una oveja al chico.

Ray sonrió con suficiencia -Lo siento viejo, pero no es un trato justo para mí-

-¡Tienes el maldito monopolio de ladrillos!-

-¿Y? Negocios son negocios, tus ovejas no me sirven de nada-

-Amor, ya pasa de turno- Le dijo Diana a su marido, Yuugo suspiró frustrado y miró a Ray -Ya verás cíclope, vendrás rogándome por mí trigo ¡Y no te daré nada!-

-Emma es mi proveedora de trigo- La chica sonrió divertida -No necesito tu estúpido trigo-

El adulto chasqueo la lengua -Antena traidora-

El resto del año pasó sin complicaciones, Ray poco a poco asimilaba la idea de que le podía gustar Emma, si bien le agradaba la calidez que sentía al estar con ella, también le molestaban los nervios que aparecían cuando estaban a solas, sin embargo, supo disimularlos bien.

Finalmente el año escolar terminó y llegaron las vacaciones de verano. Susan viajó a casa de Ray para quedarse durante todas las vacaciones junto a su familia materna.

Norman por su parte estuvo todas sus vacaciones junto a Anna, de repente se unían a los planes de Emma y Ray; sin embargo el par terminaba saliendo juntos a andar en bicicleta, al centro comercial, al parque o se juntaban en la casa de la pelirroja.

Su cumpleaños número 15 no se hizo esperar. Cuando el 15 de enero llegó, Ray volvía a la situación en la que se encontraba en un inicio.

Recostado en su cama pensando en todo lo ocurrido durante el año hasta que escuchó como tocaban la puerta.

-Pasa-

Susan ingresaba al cuarto de su hermano menor -Mamá dice que saldremos a cenar afuera apenas llegue tío Leslie, para que te arregles-

El chico asintió mientras fijaba su vista al techo con actitud reflexiva, Susan se sentó en su cama, por el área de los pies.

-¿En qué piensas gruñón?-

-Me gusta Emma, mucho- Soltó el chico de repente.

La joven adulta abrió los ojos sorprendida, mientra sonría ampliamente -Finalmente lo aceptaste, me alegro por ti-

-Supongo-

Susan levantó una ceja -¿Y…?-

Ray se incorporó -''¿Y…?'' ¿Qué?- La miró extrañado.

-¿No harás nada?- Ray negó -¿Ni siquiera lo intentarás?-

El chico alzó los hombros -Estoy bien así, además dudo que me corresponda-

Susan bufó, aparte de terco, su hermano era un ciego -¿Cómo estás tan seguro de eso? Por lo que yo he notado, aunque no he visto a Emma desde hace 2 años, ella te quiere mucho-

-Como amigo, tonta-

La pelinegra frunció el ceño -Tonto tú, después de todo lo que me has contado está clarisimo que Emma te corresponde, solo que ella es más inocente-

-¿De qué demonios hablas? Emma ni siquiera me ve como un chico. La tonta hasta se cambia frente mio, no piensa las cosas y es obvio, prácticamente me ve como su hermano mayor- Chasqueó la lengua con frustración.

Susan rodó los ojos - Insisto, Emma es muy inocente. Probablemente ni entiende lo que siente-

-Como digas- Suspiró -Estoy bien así, Emma es muy importante para mí, no quiero echar todo a la basura por mis sentimientos-

-No deberías reprimir tus sentimientos, si sigues así terminarás explotando, y con lo impaciente que eres no será en mucho tiempo-

El chico se revolvió el cabello -Puedo aguantar-

La joven lo miró a los ojos -¿Y qué harás cuando alguien se te adelante? ¿Cuando ya sea tarde?-

Ray mordió su labio con frustración -No lo sé- Se puso de pie -Ahora sal de mi cuarto, por favor. Voy a cambiarme-

Susan lo miró angustiada pero decidió no insistir -Bien, te esperamos abajo- Salió de la habitación de su hermano.

El chico se pasó sus manos por el rostro, mientras sentía sus ojos picar.

Ya más calmado, se dirigió a su armario y se vistió.

Leslie llegó unos minutos después, y así la familia fue a un restaurante de comida italiana a celebrar el cumpleaños número 15 del chico; Ray ignoró la presión que sentía en su pecho y se dedicó a disfrutar.

Mientras esperaban la comida el celular de Ray sonó, el chico leyó la pantalla y no pudo evitar sonreír como un bobo, cosa que no pasó desapercibida por sus padres ni su hermana.

El chico se alejó un poco y contestó -Hola-

-Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, cumpleaños querido Raaay~ que los cumplas feliz-

Ray rió con ganas mientras se sonrojaba -Serás tonta-

-¿No te gustó? ¿Prefieres que te cante las mañanitas?- Respondió riendo.

-Con eso está bien, gracias Emma- Sonrió, sintiendo que la presión que sentía en su pecho era reemplazada por algo cálido.

-Lamento no poder estar contigo, pero tío Lucas, Oliver y mamá te mandan muchos saludos- Se escuchó un reclamo por el celular -Ah, y Yuugo también-

-Gracias, ¿Cuándo vuelves?-

-Uhm, la verdad es que no lo sé, pero prometo que cuando vuelva saldremos a la playa con Norman. Hablando de Norman, ¿te llamó? Porque no le perdonaré que no te haya saludado-

-Sí, me llamó en la mañana- Ray observó como el camarero se acercaba con la comida.

-Ya veo, ¿Entonces estás con tus padres?-

-Sí, también vino mi hermana. Estamos en un restaurante de comida italiana-

-Que deliciaaa- El chico rió imaginando la cara de entusiasmo de Emma -Oh rayos, ¿Interrumpo entonces?-

-Tranquila… Tú nunca me vas a interrumpir- Soltó lo último inseguro, mientras se sonrojaba.

Por el otro lado de la línea, la pelirroja sentía como sus mejillas se encendían -Y-ya veo, p-podemos continuar hablando cuando vuelvas, ¿si? -

-Claro, después hablamos- El chico fijó su vista en su familia, los cuales le hacían señas para que volviese.

-Oye Ray…- Lo llamó con voz insegura.

-Dime-

-T-te quiero- El azabache casi bota su celular, mientras sentía como su corazón se aceleraba.

-Y-yo también te quiero, tonta- Escuchó a su amiga soltar una risita -Adiós, saludos a tus padres y hermana-

-Si… adiós- Finalmente colgó.

Ray suspiró, tratando de calmar su corazón -Tonta Emma, de verdad no eres consciente de tus acciones-

Volvió a su mesa, al notar la mirada expectante de su familia decidió explicarse.

-Amm… Me llamó…-

-Emma- Lo interrumpieron los 3 al mismo tiempo, Ray chasqueó la lengua al verse expuesto.

-Sí, Emma. Les manda saludos- Fijó la vista a su plato sin evitar sonreír.

Los tres se miraron cómplices y comenzaron a cenar, mientras cambiaban de tema.

Tal vez… Comenzaría a considerar la opción de declararse.