~Marinette ~
- Ñam como te deshia, deja de deshirle - los ruidos que hacía mientras hablaba con la boca llena no me dejaba entender que quería decirme - omñ no le digash gatito - finalizó de hablar pero se metió otro pedazo de queso en la boca.
- ¿Qué deje de decirle gatito a Chat?
repetí en tono de pregunta lo que había dicho el pequeño Kwami. Quería saber si lo que dijo fue exactamente lo que escuché.
- Puaj, este queso no es mi adorado camembert - replicó ignorándome y volviendo a atragantarse con otro pedazo.
- ¡Responde!
- Shí, she lo hash dicho mushas veshess añomm.
- No es cierto- ataqué desconcertada
- Si lo has dicho Marinette - al escuchar a Tikki pude recapacitar.
- No puede ser, que descuidada soy - lleve una mano a mi mejilla lamentándome, no había sido consciente de aquello.
- ¿Vesh? Te va a deshcubrir, si la próxima ocashion esh camembert puedo sheguir protegiéndote de ti mishma para que no te delatesh.
Ambas le dimos una mirada de enojo al descarado gato.
- No te pases Plagg o yo misma te mandaré a dormir por siglos.
Dicho esto el kwami voló hacia mi mano escondiéndose de Tikki.
- Dentro del anillo no por favor, allí no hay comida - rogó casi aterrado.
- Ok, lo siento creo que lo hice de manera inconsciente, estoy demasiado acostumbrada a decirle gatito.
- ¡Cuidado! - grité desesperada al ver que un autobús estaba por caer sobre nosotros.
- ¡Ugh! - Chat Noir se quejó cuando lo aprisioné a mi cuerpo para girar mi yoyo a modo de escudo y no quedásemos aplastados contra el pavimento.
- Lo siento - respondí con dificultad mientras el yoyo giratorio formaba un agujero exacto en el acero del vehículo. Quise ser cuidadosa y no apretar las costillas de mi compañero que posiblemente estarían fracturadas.
- No... yo... te lo agradezco, me salvaste... ¡Ugh! - se volvió a quejar y si ese hombre se quejaba de dolor, realmente debe estar sufriendo.
- No tienes que agradecer chat, nos salvamos el pellejo mutuamente como siempre.
La respiración de ambos era agitada y prácticamente no teníamos energías, sobretodo él.
- ¿Te parece si nos quedamos un momento aquí hasta recuperar el aire? - propuse.
El solo asintió, se veía que lo necesitaba, se separó lentamente de mis brazos y empezó a descender sentándose en el piso con mi asistencia, creo que dentro de ese autobús volcado estábamos un poco seguros, o al menos teníamos tiempo de que el villano, después de tanto tiempo sin uno, nos encuentre aquí.
- ¡Chat! - Grité sumamente asustada - tienes sangre en tu oreja derecha.
Una mueca se formó en su pálido rostro y llevó su mano hasta su oreja para ver que efectivamente el guante salía ensangrentado.
- Ese rayo fue potente, ¿eh? - sonrió amargamente.
A penas quince minutos atrás la persona akumatizada le lanzó un rayo que en realidad iba dirigido a mí, pero él se interpuso y llegó a estamparlo en una pared de ladrillo dejándolo casi fuera de combate.
Creo que olvidaba mencionar que antes de eso nos lanzó unas jeringuillas con un suero que en lugar de fortalecer las defensas de las personas el resultado era inverso, y ahora andaban todos por allí con gripe, tos y un millar de enfermedades virales, a nosotros solo nos había debilitado el poder de protección de los trajes mágicos. Sí, Hawk Moth esta ocasión demonizó a un médico para que luche contra nosotros.
- ¿Quieres descansar más? - ofrecí - puedes recostarte en mis piernas hasta que te sientas listo para luchar.
Chat se quedó meditando y sin decir respuesta o yo insistir otra vez, él se tumbó suavemente en mi regazo haciéndome sonrojar. No podía creer que en mis piernas estaba descansando un hombre y ese hombre era mi compañero de batallas, ese bobo gatito que conocí a los trece años, ahora parecía una pantera con ese cuer... ¿¡Qué rayos estoy diciendo!? Suspire avergonzada de mis hormonas, volví a mirarlo más concentrada en el chico adolorido y no en las fantasías en mi cabeza.
Él realmente sufría.
- No debiste interponerte Chat - acaricie sus rubios despejándole la frente, ahora podía ver el borde de su antifaz y el loco impuso de quitárselo para ver su rostro completo me torturaba, delineé el cuero negro que evitaba revelar su identidad y con mi otra mano aun me mantenía haciéndole piojitos en el cuero cabelludo.
- Debí, pues mi compañera es despistada a pesar de ser consciente de que es la única que puede purificar el Akuma y debo ser como un padre para ella- escupió con frialdad manteniendo sus ojos cerrados y yo me sentí como si estuviera acariciando a un gatito herido y este, mal agradecido me clavara las uñas hiriéndome. Y es que ahora Chat Noir solo sabía herirme con sus palabras confirmando que nunca me perdonó por lo que le hice y por ello se fue de mi lado, no importa cuántos años pasen, me seguirá odiando por toda la eternidad.
- Lo lamento - murmure y él se reincorporó dejándome solo a mi sentada en el asfalto.
- Vamos... Ya me siento mejor.
Pasó una semana desde la aparición del Akuma y Hawk Moth había entrado en vacaciones nuevamente, odiaba admitirlo pero me hacía falta pelear, combatir hombro a hombro con Chat Noir como un equipo a pesar de ya no serlo, era tonto que yo aun quisiera sentir sus compañía a pesar de que él me trataba cortante siendo Ladybug y siendo Marinette.
Me arrime al barandal de mi azotea, suspirando, una lágrima se escabullo de mis ojos al momento de escuchar la risa del otro chico a quien extrañaba, mi corazón quemaba, tenía apegado a mi oído mi celular escuchando un audio que Adrien me había enviado cuando aún estaba en París, ni si quiera me atrevía a borrar su conversación. Un sentimiento de desolación me invadía cada que me daban los bajones de ánimo, estoy segura de que Adrien y yo empezábamos a tener un acercamiento, parecía o eso era lo que Alya decía, que en cualquier momento el podía declarárseme, pero yo decía que era sólo cortesía y amistad, nada más.
"Marinette, me encanta escucharte reír. Me gusta pasar mis insomnios hablando contigo"
Decía en el segundo treinta del audio que duraba un minuto el cual me sabía de memoria todo lo que decía, y siempre en mi mente quedaba la odiosa pregunta ¿Y qué tal sí?... ¿Y qué tal si se quedaba en París? ¿Y qué tal si yo me hubiera declarado hace tiempo?, pero ya nada se podía hacer.
Además de eso el sentimiento de ser una Ladybug inútil me agobiaba, Chat Noir lo había dicho con tan facilidad "Mi compañera es una despistada y yo parezco su padre" ósea una inútil.
- ¡Toc, toc!
Alguien más me acompañaba sin que yo me hubiese percatado de su presencia e imitando la onomatopeya de tocar la puerta obligó a que me gire. Era Chat Noir subido en un pilar.
- Chat, ¿Ya vas a iniciar el patrullaje? - pregunte girándome rápido para limpiar mis lágrimas con las mangas de mi chaqueta, no me quería ver más débil ante él escuchar sus odiosos comentarios.
- En realidad ya terminé de patrullar.
- ¿Qué? - encendí mi celular y vi que ya eran pasada las diez de la noche. Genial, Ladybug no se apareció en el patrullaje.
«Otra mota más a la catarina»
Pensé retorciendo los ojos. Otra falla ante al gato negro.
- ¿Y como te fue? - reí nerviosa esperando escuchar una mala crítica hacia mi alter-ego.
-Un poco solitario - dio un brinco y ya estaba frente a mí.
- Y... ¿Ladybug? ¿Se pelearon? - me atreví a preguntar.
-De seguro ella ya está cansada de mi actitud... así como tal vez tú conmigo.
- ¡Ja! - una risa irónica se me escapó - así que con tu lady también te portas hiriente.
- Escucha, Marinette... - Chat se trabó y se rascó la nuca - Mari yo... Lamento estar portandome como un imbécil - abrí mis ojos lo más que pude, se me había olvidado mi tristeza y ahora solo me interesaba lo que el hombre que caminaba de un lado al otro tenía que decirme - rayos tu me estas brindado ayuda, me haz dado espacio en tu cuarto a pesar de que tendrías problemas con tus padres si descubren que tienes a un sujeto y mayor viviendo en tu habitación... Y yo me he estado portando como un idiota - culminó parado frente el soliloquio, además de ofrecerme una rosa roja que aparentemente escondía en su espalda.
- Chat - atiné a murmurar y como si fuera lo más delicado del mundo tomé la bella rosa entre mis dedos.
- Princesa... ¿Le haría el honor de disculpar a este tonto gato sin hogar?
Como no disculparlo si esa voz y ese acto tan dulce me habían comprado por completo.
- Gatito bobo - la voz me tembló y no quise que me vea llorar así que fue buena escusa para abrazarlo y ocultar mi rostro en su pecho.
El acarició mi cabello y mi espalda - espero que eso signifique un si - sus manos subían y bajaban lentamente por mi espalda y pude sentir su cuerpo, era tan cálido cálido y sus brazos me cubrían por completo, me sentía tan protegida.
Se separó un poco y tomó mi mentón con sus dedos, lo levantó y me miró llorar.
- Escucha princesa, no quiero que sigas triste, prometeme que harás todo lo posible por mantenerte fuerte... Si un Akuma llega a poseérte - pude ver como su rostro se tornó preocupado - podría ocurrir una catástrofe.
- ¿Chat... Por qué lo dices?, ¿Ocurrió algo así en tu tiempo?
- Shhhh
Me calló con su pulgar y ese gesto hizo que mis piernas temblaran. Estábamos tan cerca.
- Solo prometeme que te mantendrás firme y lucharás contra tus sentimientos negativos.
Esos ojos verdes ya me tenían hipnotizada, esos labios moviéndose tan cautivantes - sí - respondí tan solo por inercia.
Él suspiró aliviado cambiando su dura y preocupada expresión por una más relajada. Que de igual forma mantenía a mil mi corazón.
Ahora, yo soy una aprovechada, y les diré que si gustan saber que fue lo que hizo Marinette para sentirse culpable de la actitud de Chat Noir deberán leer en mi perfil un One-shot llamado "GRENADE" allí sabrán también el porque adolesce Adrien / Chat Noir decidió irse de París.
Soy telible al mandarles a leer por otro lado .
Gracias por su espera
