231.11.30
Fue positivo.
Sabía que aún estaba a tiempo de realizarse un aborto. Aunque la situación en estos días significaba que no era tan fácil cómo antes y la tía Alessa no estaba capacitada para hacerlo, supuso que su madre podría mover algunos hilos para hacerlo posible. Sin embargo, ella no podía hacerlo…no quería hacerlo.
Hayleen siempre había querido ser madre jóven y tener una relación tan buena con su bebé como la de ella con Ladena. Había estado luchando con aceptar que eso jamás ocurriría, ya que sólo ellos podían ser los padres de sus hijos y ella no permitiría que eso suceda. Ahora que había sucedido no podía imaginar arrebatarse esta oportunidad. No le importaba lo joven que era, sabía que era más que capaz de hacerlo.
Ladena parecía ya saber lo que su hija decidiría y no parecía decepcionada por su decisión. Lo más difícil sería enfrentar a los demás. No había forma de ocultar este bebé y nadie podía saber quién era el padre así que tendrían que encontrar una coartada.
Lo escondieron de su padre todo el tiempo que pudieron sin saber cómo explicar quién la había tocado y dejado embarazada. Finalmente la respuesta les llegó en forma del hijo de una amiga de Ladena.
Solían vivir en el mismo complejo que ellas pero se habían mudado hace unos meses para unirse a una organización que ayudaba a la gente que se oponía o se veía perjudicada por CRUEL, y hace poco se habían enterado de que el adolescente había contraído la Llamarada por una fuga en la instalación. Si bien toda la situación era una desgracia, no era algo infrecuente en estos días y los tiempos encajaban perfecto para concordar con su historia.
Llamó a su padre para contarle y aunque él parecía decepcionado y preocupado porque su imagen se vería manchada, no dijo mucho porque no quería verse como un mal padre que no apoyaba a su hija. Por supuesto, no pudo evitar preguntar quién era el padre del bebé y Hayleen le explicó que se había enamorado de un vecino pero él se había mudado y contraído el virus, rompiéndole el corazón. Era mentira pero su padre no la conocía lo suficiente y no sabía que ella sólo era capaz de amarlos a ellos. Lo importante es que su padre le creyó y no mencionó más nada acerca del tema, sabiendo que el chico no se podría hacerse cargo de lo que había sucedido ni estaría cerca de su hija que no era inmune.
Así que Hayleen siguió con su embarazo con el apoyo de sus padres y aunque veía su cuerpo cambiar, recordándole todo el tiempo quién había hecho que eso suceda, realmente no odiaba tanto su cuerpo por traicionarla y llevar una parte de él dentro de ella. Amaba a ese bebé y no veía la hora de tenerlo en sus brazos. No paraba de preguntarse cómo sería, ¿tendría los ojos de él o la nariz de ella? Por ahí era una mezcla tan perfecta de ellos dos que era totalmente irreconocible de quién era cada cosa. Realmente esperaba que no fuese una copia de Gally en miniatura, no la ayudaría en nada si eso sucediera.
Lo mejor de esa situación fue que con el comienzo de las pruebas las principales razones por las que permanecía aislada ya no eran un problema. Tres de sus almas gemelas estaban encerrados en el laberinto sin forma de salir por el momento y Thomas estaba muy ocupado con las pruebas y dirigiendo CRUEL.
Lyn se había permitido algunas libertades que nunca había podido y había hecho feliz a su padre. Comenzó a visitarlo más en el cuartel durante su embarazo y participó en una de las fiestas de gala que hizo la organización para la felicidad de su padre. Thomas, había asegurado él, nunca asistía a una de esas. La verdad es que la disfrutó bastante. Amaba bailar y nunca podía hacerlo, ni siquiera le importó que Randall desapareciese por otra reunión urgente. Le convenía porque ninguno de los padres de sus almas gemelas había llegado a conocerla.
Ya había pasado un año y tres meses desde el nacimiento de Seth y era la primera vez que asistiría con él a un lugar público, ante la insistencia de su padre. Era un abuelo orgulloso y aunque lo avergonzaban las circunstancias de la concepción, quería mostrarle al mundo su nieto. Había intentado múltiples veces convencerla de lo importante que era que las personas influyentes los conozcan pero nunca lo había conseguido. La única razón por la que finalmente había aceptado ir a esta fiesta era porque estaba harta de escuchar sus quejas e indirectas. El hombre era persistente, de eso no había duda.
Desde el incidente, así es como habían decidido llamarlo, se había asegurado de mantener las marcas ocultas con una especie de curita que le había dado Alessa. Tampoco se sacaba la chalina pero ahora se sentía más protegida con eso debajo.
Hayleen había decidido que lo mejor para esta noche era ponerse un vestido negro. Realmente le hubiese gustado ponerse uno rojo o azul, que eran los colores que mejor le quedaban junto con el negro, pero le pareció que llamaría demasiado la atención. Terminó usando un vestido con cola de sirena negro liso que tenía un gran escote corazón y mostraba toda su espalda, tapando justo a partir de por encima de su trasero. Lo complementó con zapatos y joyas plateadas para que coincidieran con la chalina plateada ligeramente transparente con brillos que tapaba su cuello y clavícula. Randall no entendía por qué ella usaba siempre esas malditas cosas pero no se consideraba lo suficientemente capaz para criticar la moda de las mujeres y su locura.
A Seth decidió ponerle solo los pantalones negros elegantes con una camisa negra para que esté cómodo. El bebé había terminado siendo una mezcla de los dos por suerte. Sin embargo, tenía muchas de las facciones de Gally y sus ojos, sin duda no los tenía marrones como ella. Se parecía más a él que a ella pero era perfecto y Lyn lo amaba con todo su corazón, tanto que a veces sentía que iba a explotar…o comérselo a besos, lo que ocurriese primero.
Así fue como terminó con un bebé en brazos caminando hacia la entrada de la fiesta organizada por CRUEL. Nerviosa por las miradas que recibía se acomodó el pelo ondulado detrás de la oreja y dio otro paso con la pierna sobresaliendo del gran corte en el costado de su vestido. Mientras la joven madre se acercaba nerviosamente a las puertas, Seth miraba completamente asombrado todo a su alrededor. El pobre no salía seguido y no estaba acostumbrado a ver tanto movimiento cerca de él. Ella podría haberlo dejado caminar pero tenía miedo de que salga corriendo y perderlo entre la gente, el pequeño demonio era bastante rápido cuando quería. Además realmente necesitaba abrazarlo y respirar su olor tranquilizador para sobrevivir a la noche con tantas miradas sobre ella.
Mientras Hayleen buscaba a su padre para avisarle de su llegada y aguantar una ronda de presentaciones que ella realmente no tenía ganas de soportar, Randall ya había llegado a la fiesta y se dirigía hacia cierto grupo de iguales (y enemigos) que se encontraban juntos charlando y bebiendo. No hace falta aclarar cuan celoso estaba de que fueran los padres de esos cuatro niños tan importantes. Le parecía denigrante que alguien tan poderoso como él no hubiese tenido un hijo con Ladena que formase parte de ese grupo selecto.
-Señores, señoras-saludó inclinando la cabeza en señal de respeto.
-Oh Randall, amigo. Nos preguntábamos cuándo llegarías-le dio la bienvenida con una sonrisa el señor McAvoy cuyos ojos se veían aún más pequeños cuando sonreía debido a su ascendencia asiática. Su esposa Katie McAvoy había sido compañera de trabajo de Randall y había votado a favor de la liberación del virus, más específicamente (y extraoficialmente) había sido su idea.
-Lamento la tardanza. Ya saben cómo es en este día del mes cuando ingresa un nuevo niño al laberinto, aunque veo que usted Ministra Paige sí logró llegar a tiempo. Impecable como siempre.
-Gracias Randall. Tan adulador como siempre. De hecho, estábamos hablando sobre ti justo antes de que llegaras.
-¿Ah, sí? ¿Se puede saber de qué se trataba?-preguntó tratando de disimular su curiosidad, lo mejor era no darle importancia o podría ser usado en su contra.
-Por supuesto, querido-le contestó la recientemente viuda Sra. Anderson, cuyo marido el exministro Anderson resultaba una dura y notoria ausencia en el grupo-. Escuchamos que tu hija iba a asistir hoy…con tu nieto.
-Es verdad. Finalmente la convencí de que hiciera una aparición así que podré presentarla a ella y a Seth.
-Oh, que maravilloso. ¿Y él padre vendrá?-preguntó con una sonrisa maliciosa A.D. Janson.
-Lamentablemente el primer amor de mi hija ahora es un Cranck así que no es…posible que esté aquí presente-le contestó apretando los dientes para no demostrar lo sensible que era el tema para él pero se vio salvado de continuar con la conversación cuando vislumbró a Lyn buscándolo-. Oh, ahí está mi hija-dijo llamándola y haciéndole señas para que se acerque-. Les presento a mi heredera Hayleen y su hijo Seth. Nena, estos son mis amigos, los padres de esos chicos tan importantes que te hablé.
