- CAPITULO PILOTO -


Sinopsis.

Con la intención de diversificar sus inversiones Gabriel Agreste decide incurrir en el mundo del videojuego y el entretenimiento digital adquiriendo una pequeña empresa de desarrollo de software.

Un año después y bajo la dirección de Nicolás Sinclair, un joven genio de las tecnologías egresado del MIT, AED saca al mercado un revolucionario RPG de VR, "Miraculous", un innovador juego que explota una nueva tecnología de inmersión donde es posible interactuar utilizando los cinco sentidos, siendo capaz de captar sabores, olores, texturas, incluso los cambios de temperatura son perceptibles.

Este juego esta divido en diecinueve niveles en los que habrá de derrotarse a un jefe final y recuperar el prodigio para así abrir el portal al siguiente nivel. El ganador será quien llegue al último nivel con el mayor número de prodigios y derrote al último jefe.

En caso de perder la batalla final el juego se reiniciara para todos los jugadores teniendo que empezar de nuevo desde cero. Pero para el primero en completar el juego hay un importante premio en metálico.

Lo que nadie sabía es que aunque pareciera un inofensivo juego , había una intención oculta detrás de todo esto que podría poner en riesgo a muchas personas.


Con un ágil movimiento logró esquivar en el último momento el ataque de su enemigo, quedando en posición para asestarle una certera patada en las costillas a su atacante que lo hizo doblarse de dolor cayendo inconsciente al suelo.

Ya sin nadie por delante levantó su vista para comprobar una vez más su objetivo, ahí en lo alto de aquel edificio. Se podían apreciar los destellos anaranjados del preciado objeto.

Echó la vista atrás para saber cómo iban sus compañeros pero una mueca de preocupación se vislumbró en su rostro al ver el desastroso panorama.

Caparace estaba arrinconado contra una pared sin poder moverse tratando de protegerse de los golpes que en constante ritmo le encajaban sus tres adversarios.

Queen Bee yacía inmóvil en el suelo no lejos de él. Sobre su cuerpo se percibían las marcas frescas de lo que había sido una dura contienda.

Rena Rouge bloqueaba el ataque de su oponente pero no pudo hacer frente al segundo envite, recibiendo un sonoro golpe en el estómago que la desplazó unos metros hacia atrás para luego caer derrotada de rodillas al suelo.

La pelirroja desde su comprometida posición vio la aflicción en el semblante de su compañera quien se disponía a ir en su ayuda.

- ¡No lo hagas Ladybug!, estamos muy cerca del objetivo, olvídate de nosotros y ve a por él, ¡consíguelo! - fue lo último que pudo decir cuando un golpe en la cara la dejo inconsciente.

Un punto rojo centelleante se materializo ante ella y al instante cambio a un pequeño ser rojo de lunares negros.

- Ella tiene razón, aunque te quedes a ayudarlos el número de enemigos es mayor, acabarían derrotándolos. - advirtió el pequeño ser.

Si albergaba alguna duda las palabras de su kwami la hicieron desaparecer, apretó los puños e inclinando su vista se dio media vuelta para dirigirse a toda prisa al edificio.

Al estar cerca de la construcción dio un sorprendente salto que la elevó por los aires hasta llegar al tercer piso. De inmediato comenzó a subir por la fachada todo lo rápido que sus escasas fuerzas le permitían.

Sus manos se afianzaron al último alféizar en el techo del edificio, con sumo cuidado levantó la cabeza hasta la altura de los ojos para comprobar dónde estaba el enemigo final, el Akuma. Grande fue la expresión de sorpresa en su cara al ver que el preciado objeto que venía buscando, por el que ella y sus amigos tantas penalidades habían sufrido, no estaba y el ambiente estaba lleno de partículas brillantes que flotaban hacia el cielo.

- ¿Pero cómo? - se preguntó a sí misma en una tenue voz que mostraba su asombro.

- ¿Buscabas esto Bichito? - dijo una voz dicharachera.

Aún colgada del alféizar giró rápidamente la cabeza solo para ver cómo se acercaba hacia ella con paso seguro aquel chico de traje negro con antifaz y orejas de gato. Mostrando una perfecta sonrisa ladina de medio lado y sosteniendo abiertamente en su mano el objeto que venía buscando, un colgante en color naranja y blanco con la forma de una cola de zorro, se puso frente a ella y se acuclilló para quedar más cerca de su incrédulo rostro.

- ¿Tú otra vez? - inquirió con fastidio sin aparta su mirada retadora de él.

- ¿Acaso me extrañaste Bichito? - preguntó el rubio de manera socarrona.

- ¿Como llegaste aquí tan rápido? - preguntó ahora molesta y obviando sus comentarios burlones.

- ¿Hummm? - su sonrisa se amplió - Digamos que no hacía nada allá abajo, ya había otros divirtiéndose con los guardias. Así que directamente subí y acabé con él jefe... - entrecerró los ojos maliciosamente - y me lleve mi premio.

Con una expresión divertida dejo que el colgante se balanceara frente a la azul mirada de la chica, provocando aún más la ira de esta.

- ¡Eres un tramposo! - exclamó a la vez que soltaba su mano izquierda de su sujeción para lanzarla hacia el objeto y tratar de arrebatárselo.

Lejos de verse sorprendido él rápidamente aparto el colgante y tomó su muñeca con fuerza. De inmediato se puso de pie tirando con facilidad de ella quedando ahora suspendida sobre el vacío y sostenida únicamente por el agarre del chico de negro.

- Eres muy impulsiva Bichito...y me gusta. - dijo sin perder la sonrisa que tanto la irritaba.

- ¡Eres un tramposo!, has dejado que nosotros hagamos todo el trabajo difícil, podías habernos ayudado...¡Ahhh! - gritó asustada, sin poder terminar de decirle todo lo que quería, cuando él la lanzó ligeramente hacia arriba para después asirla con su brazo izquierdo por la cintura, apegándola a su pecho.

- No creo ser un tramposo solo por aprovechar una oportunidad, además ustedes lo estaban haciendo muy bien Bichito.

- ¡Nos machacaron!, - exclamó ofuscada - podías habernos ayudado y no me llames Bichito, me llamo Ladybug. - espetó con enfado a la vez que trataba de zafarse del agarre del chico empujándolo de los hombros.

- ¿Ladybug? - repitió curioso - Es un placer Bichito yo soy Chat Noir. - sonrío travieso.

- ¡Suéltame ya! - exclamó molesta por la actitud burlona del chico - ¡Y eres un tramposo!

El levantó con desenfado los hombros - Como quieras Bichito - y con un rápido movimiento apretó más su agarre contra su cintura, haciendo que ella intentase alejarse más de él, para sorpresivamente darle un corto beso en la punta de la respingada nariz y después soltar su brazo dejándola caer.

- ¡Y no soy un tramposo, Bichito! - exclamó viendo cómo se precipitaba al vacío.

Un punto negro parpadeo frente a él dando forma a un pequeño ser negro con forma de gato, quien también veía cómo caía libremente la chica.

- ¿Eres consciente de que se enfadará mucho? - advirtió a su portador el kwami.

- Cuento con ello Plagg, cuento con ello. - dijo tranquilo y guardando su botín en el bolsillo.

Ladybug apretaba los dientes y las manos furiosa, estaba molesta...muy molesta, viendo como la figura sonriente de aquel idiota se alejaba por momentos conforme iba cayendo sin remedio al final de aquella lamentable misión. Veía como todo a su alrededor pasaba a gran velocidad hasta que solo quedo la oscuridad.

Muy despacio abrió con pesadez los párpados, tuvo que cerrar y abrirlos un par de veces más para acostumbrase a la tenue claridad de su habitación. Soltó un frustrante suspiro antes de retirar de su cabeza el dispositivo VR, se irguió hasta quedar sentada en la orilla de su cama, miró con detenimiento el dispositivo en su mano y con un brusco movimiento lo dejo sobre la cama.

- Maldito gato. - farfulló con severa molestia.

Aún no comenzaban las clases y dos amigas iban entrando al Colegio Françoise Dupont, una escuchaba divertida el acalorado enfado de su compañera de juegos.

- ¿Te lo puedes creer Alya? es la cuarta vez que ese...ese...ese idiota se nos adelanta y consigue el prodigio.

- Jeje - la pelirroja se reía entre dientes ante el infantil mohín de la azabache - vamos Marinette no es para tanto solo van cinco niveles y aún tenemos catorce más para recuperarnos. Además hay que reconocer que el chico lo está haciendo bien, mira - le mostró la pantalla de su teléfono - va en el primer puesto del ranking general, - la azabache giró molesta la cabeza ignorando la pantalla en cuanto vio el avatar del presuntuoso chico de negro - no está mal para ser un jugador en solitario.

- ¡ES UN TRAMPOSO! - gritó ofuscada por las palabras de su amiga, a la vez que se paraba en seco en medio del patio atrayendo la atención de la gente que pasaba por ahí.

- Jajaja - ahora rió más abiertamente la morena - vaya que si estás molesta, pero yo no creo que sea un tramposo, él solo aprovecha las situaciones, yo si jugara sola seguramente haría lo mismo.

- Me dejo caer desde lo alto del edificio... -replicó aún más irritada - y... y...se atrevió a besarme.

- ¡¿TE BESO?! - ahora fue Alya quien exclamó en alto ante la sorpresiva información.

Marinette se ruborizó ante la reacción de su amiga y al darse cuenta de lo que había dicho y de cómo lo había dicho. - No...no es lo que piensas, me dio en un beso en la nariz antes de dejarme caer.

- Aawwww, que tierno. - dijo juguetona entrelazando sus manos al frente.

- Deberíamos preguntarle si quiere unirse a nuestro grupo. - apuró a decir la pelirroja.

- ¡Ni hablar!, se... - no pudo terminar de responderle cuando un jovial saludo las interrumpió.

- Buenos días chicas. - saludó Nino acercando a ellas.

Las chicas vieron que su compañero no venía solo, le acompañaba el que era su mejor amigo, Adrien Agreste.

- Buenos días. - saludo afable el modelo, fijando especialmente su mirada en Marinette.

- Hola chicos. - les devolvió el saludo Alya.

Marinette por su parte se limitó a hacer un ademán con la cabeza evitando hacer cualquier comentario y desviando la vista de los chicos.

- Vaya, veo que alguien aún no ha superado lo de ayer y se ha levantado enfadada. - comentó de forma divertida el moreno, ganándose una mirada de reproche de la azabache por su descuido de hablar frente a un desconocido.

- ¿Te pasó algo? - inquirió con algo de preocupación el rubio, captando la atención de los tres chicos.

- Jajaja, - rió con espontaneidad y ganas el moreno - no te preocupes Adrien, es solo que ayer un tipo le pateo el orgullo y algo más a Lad... - no fue capaz de terminar la frase cuando una exigente voz lo interrumpió.

- ¡NINO! - exclamó con vehemencia la azabache, clavando una iracunda mirada sobre su torpe compañero.

- ¿Que hemos dicho de hablar del equipo con otra gente y de no revelar nuestros avatares? - intervino Alya mostrando también su molestia ante su compañero.

- Lo siento chicas, me deje llevar por el momento. - se disculpaba pero sin dejar de mostrar su sonrisa ante el infantil enfado de Marinette.

- ¿Me imagino que se refieren al juego Miraculous? - volvió a preguntar el rubio manteniendo una conciliadora sonrisa hacia la azabache.

- Si, a eso nos referimos. - respondió cortante.

Nino ante la tensión que le estaba provocando a su amiga hablar del tema decidió retirarse junto con Adrien.

- Hermano es mejor que entremos al salón, recuerda que aún tienes que explicarme el último ejercicio que nos dejó Mendeleiev. - tiró del hombro de su amigo para retirarse escudándose en la banal excusa.

- Claro, vamos. Nos vemos en clase chicas. - se despidió amable de sus compañeras sin notar la mirada recelosa de la azabache.

- ¡Agreste!, - lo llamó Marinette - ¿como es que tu nunca has jugado si es una de las empresas de tu padre quien ha desarrollado el juego? - preguntó con suspicacia.

- No lo sé, - respondió levantando los hombros con desenfado - ya sabes lo que se dice, en casa de herrero... - dijo entre risas girándose para continuar su camino.

- Hay algo que no me convence de ese chico. - dijo más para ella que para su amiga.

- Jajaja, vamos Marinette no seas paranoica. Yo si le creo, por lo que nos ha contado Nino su padre lo tiene ocupado la mayor parte del tiempo modelando y con otras actividades.

- Igualmente no me fío de él. - replicó la azabache sin apartar su mirada en ningún momento de Adrien.

¿Continuación...?


N/A

Escribí este capítulo "piloto" hace ya mucho tiempo, la idea surgió de una charla con una talentosa escritora de este fandom. Pero por diversos motivos nunca pude desarrollarla así fue que le cedí la historia a esta escritora, pero ella al igual que yo no pudo continuarla.

No obstante y aunque haya pasado ya algún tiempo me gustaría poder ver desarrollada esta historia, y siendo un poco egoísta quiero invitar a quien así lo desee a continuarla a partir de este capítulo.

Si alguien se anima a darle continuidad puede hacerlo con total libertad de creatividad e improvisación, cambiando y adecuando lo que se desee conforme a su estilo y preferencias.

Gracias.