- ¿Quién eres? - - ¿Por qué atacaste a nuestro amigo? –Aléjate de él si no quieres que te corte la cabeza- Eran las frases que escuchaba Kai de las recién llegadas, ella hizo todo lo contario, y se pegó más a Hisui, quien con el brazo sano la agarraba de la cintura de manera protectora y le gritaba a las demás que se fueran y que los dejaran en paz, la más pequeña de ellas grito - ¡Hey Hisui! ¡Ella es la enemiga! ¡No ves que intento asesinarte! Aléjate tú, no seas baboso- Kai supo que era hora de tomar valor y explicar las cosas –Yo no trate de matarlo, fue un accidente… Estábamos entrenando, y las cosas se salieron un poco de control, les juro que no le quiero hacer daño- Las niñas bajaron lentamente las espadas con las que les apuntaban y se acercaron; aun así, Hisui no la soltaba. Una de las chicas, la que llevaba una armadura similar a la de Hisui comento –Así que por eso es que te estabas comportando tan extraño, al comandante le interesara estar informado- Hisui le suplicaba que no dijera nada, que su tío no podía enterarse de aquella situación; mientras que ella se mantenía firme afirmando que él era su superior y no podía ocultarle información; Kai ya estaba aburrida de tanto lío e intervino –Saben que, ya después tendrán tiempo para discutir, necesito curarle la herida a Hisui, así que les agradecería si me permitieran hacerlo- Ambos empezaron a caminar en dirección a la cueva, pero notaron que los estaban siguiendo, nuevamente la chica de traje rojo hablo –Estas loca si crees que los dejaremos solos, si lo matas nos culparan a nosotras por permitirlo- la joven de cabello blanco le dio un codazo, mientras la corregía –Lo sentimos, no queremos hacerte sentir incomoda, pero estamos preocupadas por él, somos sus amigas y solo queremos ayudar en lo que podamos- Todos siguieron caminando hasta llegar a su destino; allí se quedaron en silencio mientras Kai curaba el brazo de Hisui; tenía razón, afortunadamente había sido una herida leve, y no le tomo mucho tiempo curarla.
La pequeña del grupo no aguanto más tanta tranquilidad - ¿Así que quien eres tú?, ¿porque nadie puede enterarse que andas entrenando con Hisui? - Kai les conto que solo era caminante errante que fue atacada por algunos hombres, que Hisui la había ayudado y que le estaba enseñando a defenderse para que no volviera a ocurrirle. La peliblanca estaba inquietada ante el relato –Pobre de ti, pero si te atacaron pudiste venir a la aldea, seguro te habríamos ayudado, no creo que este sea un buen sitio para que te quedes- Kai le agradeció la preocupación, pero les menciono que tenía miedo que los hombres la encontraran de nuevo; no hicieron más preguntas, se presentaron y Towa les ofreció algo de comida, merendaron a gusto, y se dispusieron a marcharse.
Towa caminaba con desanimo junto a sus amigas y ellas lo notaron enseguida, y le preguntaron qué era lo que le ocurría, a lo que ella les respondió –En verdad creo que Kai no quiso hacerle daño a Hisui, pero algo no me cuadra de ella; tengo que comprobar lo que imagino, acompáñenme de nuevo a la cueva- Las tres dieron media vuelta y regresaron, Hisui andaba jugando con Kirara y Kai estaba sentada cerca de la entrada, así que las saludo con extrañeza cuando Towa le dirigió la palabra –Lamento molestarlos de nuevo, pero creo que se me cayeron algunas cosas de mi mochila, ¿podrías entregarme mi reproductor de música?- Kai respondió cortésmente –Claro- tomando el aparato del suelo y entregándoselo; muy tarde se dio cuenta de su error, mientras la chica que tenía al frente sonreía con satisfacción. La había descubierto.
