TODOS LOS CRÉDITOS A SUS AUTORAS Y CREADORAS DEL LOS PERSONAJES DEL MUNDO CANDY CANDY A MISUKI E IGARASHI.

AMARTE MÁS QUE NUNCA

Capítulo 6.

EMOCIONES A FLOR DE PIEL

¡Dios mío! ¿Cómo es posible? – acariciaba una y otra vez el rostro de su sobrino, tantas noches se imaginaba que él llegaba con ese garbo de despreocupación, sacándolos de la tristeza que por más de 6 años habían vivido casi esclavizados, el llanto era inevitable – Alistear… hijo… ¿Por qué no recurriste a nosotros? Mírate…

Por favor tía abuela… estoy bien – tomando sus manos entre las suyas – ojalá no hubiera tenido que causarte… causarles este dolor… en ese momento pensé que era lo mejor… que ustedes tenían que olvidarme…

¿olvidarte? ¿¡cómo hubieras creído eso posible¡? ¿¡qué clase de familia haría eso!?... eres mi sangre… ustedes son lo que más amo – por primera vez Elroy Andley dejaba al descubierto sus emociones, lloraba abiertamente sin sentir la más mínima pena de que los demás la vieran – tú ausencia nos destrozó… no nos diste la oportunidad de venir por ti ¿en que estabas pensando? – lo miraba con atención observando cada detalle de su rostro, no podía dejar de acariciarlo, aún habían rastros de aquel rostro joven recordándole todas y cada una de sus travesuras, ahora era de un hombre con el sufrimiento a cuestas, le tomó sus manos y ver el resultado de sus carencias algo en ella lo hizo admirarlo más, en ese preciso instante recordó cuando ella dijo lo avergonzada que se sentía de que un Andley se enlistara para ir a la guerra como si fuera hijo de cualquiera y una idea se comenzó a maquinar en su cabeza… pero eso lo haría cuando estuvieran en Chicago… cuando regresaran a casa

Yo… yo solo quería paz… quería que nada de lo que he sido testigo los alcanzara… he visto y vivido más de lo que pude imaginarme… y nada se compara al dolor que tuve que experimentar… no me arrepiento… pero si lamento todo lo que ustedes tuvieron que sufrir… perdóname tía – sus lágrimas escurrían por sus mejillas – lo lamento por ti… por toda la familia – se hincó ante ella.

Ahora que te escucho ¿Qué puedo perdonarte después de haberme dado estas razones?... lo único que puedo hacer ahora es agradecer a Dios… a la vida… poder tenerte una vez en mis brazos… me haz devuelto parte de la alegría que perdí con tu partida… dime que vas a regresar a casa con nosotros – sus ojos tan azules como el cielo lo miraban con súplica.

Tía abuela – negó con la cabeza, y la mujer se llevó una mano al pecho sintiendo como su corazón se rompía en pedazos… pero él estaba sonriendo ¿Qué gracia podría hacerle en esa súplica? – no puedo tía… le he pedido a Patty que se case conmigo – Stear sintió como la emoción de Elroy llegaba a su pulso… podía sentirlo en sus dedos… en su tacto… en su corazón.

Hijo…

Quiero recuperar lo que dejé… quiero recuperar a mi familia… deseo… deseo estar con la mujer que amo – la miraba con esperanza y un poco de dolor anticipándose a una respuesta negativa.

¿después de 6 años? Alistear Cornwell… lo único que podría exigirte en estos momentos es que te apresures a darme nietos – Stear como en su vida nunca lo había hecho se abrazó a ella muy emocionado, escondiendo su sonrojo y su asombro ante esa petición tan osada – ¿Cuándo… cuando será la boda?

Papá y mamá vendrán dentro de dos así que será esta semana – le dijo con la cabeza apoyada en su regazo mientras alisaba su cabello corto… se sentía tan extraño y querido a la vez… nunca la imaginó tan sensible y cariñosa.

Al menos danos un poco más de tiempo para que sea una boda digna de un Andley – le dijo esperanzada.

Tía… solo los quiero a ustedes… los padres de Patty ya vienen en camino… no quiero a los conocidos ni a los más cercanos… solo a ti… a mi familia.

Será como tú quieras entonces… pero cuando lleguemos a chicago – y ambos rieron a carcajadas, el riéndose abiertamente y ella ahogando su risa con el pañuelo que sostenía con su mano – Patricia y tú tendrán una boda digna de un Andley.

Elroy Andley pidió que su familia entrara y al hacerlo todos celebraron con abrazos el poder estar juntos y desde donde estaba ella sentada oraba en el silencio de su corazón poder ver a su descendencia… a la descendencia de sus padres… de su único hermano y por eso y nada más que eso estaba agradecida.

Querida Elroy… ¿Por qué no pasas a descansar? Tu habitación está ya dispuesta…

¿y perderme de estos momentos?... no Martha… lo perdí por tanto tiempo que cualquier cosa que me pidan estoy dispuesta a decir si – y ambas sonrieron en complicidad.

Momentos después se acercó Albert a las dos damas y desde donde venía el aura de felicidad estaba tatuada en cada uno de los rostros que veía… el dolor que sentía era menos… pero le hacía falta Rosemary y Anthony.

Tía… ¡tía! – le llamó de nueva cuenta acariciando el dorso de sus arrugadas manos, ella lo miró sonriendo.

¿Qué pasa William? – un tanto confundida.

Déjeme acompañarle a la habitación que han dispuesto para usted – ella negó con la cabeza.

No hijo… quiero estar con ustedes…

Debe descansar… no lo ha hecho desde que llegamos… permítame y deme ese gusto de llevarla – ella se rindió y con ayuda de él se levantó.

Stear… Stear está vivo… – aún rondaba en su cabeza esa maravillosa realidad, Stear escuchó su nombre y fue hasta ella.

¿me llamaba tía abuela? – ella volteó y le sonrió.

No hijo… solo estoy tratando de procesar todo esto… me haz hecho muy feliz… me haz devuelto la esperanza… ya tendremos tiempo de disfrutar… ve con tu hermano… disfrútalo él más que nadie necesita tu presencia – le volvió a acariciar el rostro.

Gracias tía abuela – y la abrazó una vez más.

Caminaron por la estancia atravesando el salón hasta llegar a las escaleras que daban a la planta alta de la mansión.

¿desde cuando lo sabías? – aunque su molestia ya era historia tenía curiosidad por saber todo.

El mismo día que salimos de Chicago… ¿aún sigues molesta conmigo? – la mujer negó con la cabeza.

No William… tenías razón…

¿en qué?

Valió la pena el viaje… necesitamos apoyarlo…

Si tía… y estaremos para él el tiempo que sea necesario...

¿crees que sea sensato que contraiga matrimonio tan pronto? – ella apretaba su mano en el brazo de él y escuchó su suspiro.

Si tía… Stear necesita ser feliz y si ambos quieren hacerlo ¿Quiénes somos nosotros para contrariarlo?

Eres el patriarca…

Cualquier título o nombramiento que tenga no la utilizaré más que para hacer que él se sienta útil… que sea feliz como lo está Archie… como lo soy yo… eso es lo que quiero para mi familia

Pensé que le facilitarías las cosas…

Stear no necesita que lo hagamos…

¿viste su mano?

Si tía… y precisamente por eso… él necesita retomar su vida – palmeándole la mano.

Gracias hijo – la anciana se detuvo un momento tocando su frente.

¿se siente bien tía? – había una genuina preocupación por ella.

Solo ha sido un mareo hijo… han sido demasiadas emociones – dándose aire con su abanico.

Permítame tía – la tomó entre sus brazos sin que ella lo esperara.

¿Qué haces William? Bájame por favor – le decía un tanto abochornada.

Lo siento tía… me aseguraré que estés bien instalada… pediré que te suban fruta y té… pero primero tienes que descansar – la mujer no tuvo más remedio que dejarse llevar.

Cuando Albert regresó al salón todos estaban reunidos alrededor de Stear y Patty… la angustia y la zozobra quedó olvidada a partir del momento en que lo vieron… ya no había más dudas… solo la certeza de que él era la parte que hacía falta… hoy todo eran abrazos, risas y anécdotas… había tanta información… tanto que saber que dosificarla era casi imposible.

LLEGADA AL PUERTO DE SOUTHAMTON.

Espero que hallas hecho las reservaciones en el Saboy William – no importa cuanto esfuerzo se hiciera… para Elroy Andley nada era suficiente – necesito descansar.

Tía… no nos quedaremos aquí… mañana por la mañana llegaremos a Francia – la pobre mujer quería que en ese momento la fulminara un rayo y no intentó siquiera disimularlo.

¿Cómo? ¿y que vamos a hacer a Francia? Hijo… dime que pasa porque dudo que éste sea solo un viaje para que estemos en familia… dime que el personal está dispuesto para recibirnos – no podía creer que ella se le pasara al menos tener todo bajo control.

Tía Elroy salimos en una hora… le sugiero que abordemos para que descanse lo suficiente antes de llegar… no me mire así tía – y ella se volteó muy indignada y él como siempre buscó su rostro para depositar un beso en su mejilla - ¿la acompaño?

Es lo menos que puedes hacer por mi… ¿me darás las razones por las que hemos tomado este viaje?

Sabe que si… vayamos ya empezó el abordaje – se sentía realmente agotada, pero no le daría ese gusto a su sobrino de verla así, caminaron las escalinatas y llegaron al corredor bajo las indicaciones del director de hotel encargado de la estadía y habitaciones del barco.

Sr. Andley… aquí tiene la llave de esta habitación, le ofrecemos el servicio de acompañante.

No gracias la Sra. Andley trae su propia dama de compañía y atrás de ellos iba Hellen, una mujer de unos 45 años, muy reservada… era el tipo de persona que Elroy emplearía si de ella dependiera el manejo de las propiedades… pero ahora esa jovencita de enormes y hermosos ojos verdes era quien las manejaba y aunque ella no lo reconociera estaba haciendo un excelente trabajo – tía… cualquier cosa que necesites Hellen estará a tú servicio… vendré a la hora del té… tenemos que hablar.

Te estaré esperando.

EN EL CAMAROTE.

¿Cómo lo tomó? – le preguntó mientras él se quitaba el saco.

Por el momento bien… ahora no me siento tan seguro si deba hacerlo – Candy lo quedó viendo – lo haré amor… no me mires así… mejor bésame – ella le sonrió buscando sus labios.

Vayamos a ver a nuestros hijos... Pauna y William son muy demandantes.

¿te he dicho que te ves muy hermosa?

No – besándole la barbilla – no con palabras… pero tus besos cada día me lo confirman… te amo.

Te amo Candy… te amo tanto… tú y nuestros hijos son lo más importante que tengo en la vida… eres la culminación de todos mis deseos.

Y tú de los míos – en esos momentos alguien tocaba la puerta del camarote y escucharon el llanto de un bebé, Candy se puso en alerta y fue a abrir.

Disculpe señora – comenzó a decir Alice – los bebés…

Gracias Alice – tomó a la pequeña Pauna que lloraba copiosamente – venga mi bebé… mamá te va a dar de comer… cariño – dirigiéndose a Albert – ayúdame con William… gracias Alice ve a despejarte un rato a cubierta.

Gracias Sra. Candy – y se retiró.

Caminaba hacia el camarote de Elroy… estaba determinado a no callar más la noticia sobre la aparición de Stear, elegiría las palabras correctas para que la impresión no le fuera a provocar una crisis… tocó suavemente y espero a que le confirmaran la entrada.

Me da gusto que aún conserves el decoro de no hacerme esperar – estaba sentada en una pequeña salita.

Hellen… pide el servicio de té por favor.

Por supuesto señor – sentándose a un lado de la mujer.

Y bien… ¿vas a decirme que pasa? – la mujer no se andaba con rodeos.

Esperemos el té tía… ¿Cómo te haz sentido? – ella levantó los hombros.

Aún estoy esperando una respuesta y supongo que a eso viniste ¿no es así?

Directa y sin rodeos…

No sigas callando más William ¿Qué pasa? – su voz sonó algo estridente.

Tía… lo que voy a decirte es algo muy importante… deseaba esperar a que lleguemos… pero no se me hace justo que no lo sepas – acercó su asiento y le tomó las manos, en ese momento Hellen llegó con el servicio – déjalo ahí yo me encargo – y esperaron a que la mujer saliera y cerrara la puerta – tía quiero que estés tranquila.

¿Albert?

Tía – carraspeó aclarándose la garganta – tía… la razón por la que vamos a Francia es… es porque nos hospedaremos en la mansión de la familia O 'Brian… los padres de Patty.

¿Cómo? ¿Por qué?

Tía… ha sucedido un milagro – su voz se cortaba – Stear – la mujer se tapó la boca con la mano sintiendo que su corazón golpeaba su pecho – él… él ha aparecido – las lágrimas de la mujer ya no pudieron quedar aprisionadas y se liberaron

William… no… no me hagas esto… ¿estás seguro? – él asintió – Patty lo encontró – Albert le sirvió una taza de té – por favor tía… bébelo – la mujer no se negó y con manos temblorosas tomó el contenido de la taza - ¿Cómo está? ¿Cuándo pasó eso?

No tengo más información tía… solo sé que debíamos venir… él no cuenta con sus documentos.

Hay… hay que llevarlo a casa – la mujer estaba ansiosa por que el viaje terminara y llegaran lo más antes posible – William… mi muchacho – estaba más que emocionada.

Tía… cuando lleguemos…

Él debe regresar a casa…

Un paso a la vez tía… no sabemos como va a reaccionar al vernos o en qué condiciones se encuentre – se levantó de donde estaba y caminó con las manos en los bolsillos – necesitamos actuar con cautela tía… no sabemos si tiene heridas las cuales no descarto… pero las que me preocupan más son las emocionales, Patty fue muy específica pero dado a la naturaleza del medio no pude enterarme de más.

¿Edmund y Larissa ya lo saben? – el rubio asintió - ¿Qué es lo que te preocupa hijo?

Nada tía… es solo que la aparición de Stear alterará no solo nuestras vidas como familia sino de otros.

¿a quién te refieres William?

No importa tía… lo que más importante es que estaremos con él – en esos momentos tocaron la puerta y después de permitir el pase Hellen entró con la bandeja de la cena y atrás de ella entró el médico que Albert había empleado para que atendiera a su tía, Elroy Andley lo miro esperando que su sobrino le diera una explicación – tía… mañana será un día muy importante y necesitas descansar, le he pedido al doctor Pratts que te suministre un tranquilizante para que te ayude a descansar.

No es necesario, estaré bien.

¿segura tía?

Por supuesto – levantando la barbilla.

Pasadas de la media noche Hellen la dama de compañía de Elroy tocó la puerta del camarote de Albert y Candy que animada por la luz de las farolas decidió hacerlo y fue Candy que para mayor alivio abrió.

Disculpe señora Candy – un tanto avergonzada se dirigió a ella.

¿Qué pasa Sra. Hellen? ¿tía Elroy se encuentra bien? – le preguntó con aprensión.

Si señora… es solo que Madame Elroy me ha enviado… ella no puede dormir – en ese momento Albert se acercó a ellas con el pequeño William sacándole el aire.

¿sucede algo mi tía? – la pobre mujer un tanto asustada se dirigió a él.

Disculpe señor…

Amor… tía Elroy no puede dormir – salvando a la mujer de volver a dar la explicación – hay que llamar al médico.

Permítame Hellen… el Dr. Pratts me ha dejado las pastillas… amor – colocándole al bebé en sus brazos – en un momento regreso – y le dio un beso en los labios.

Cuando llegaron la mujer se sentía ansiosa y se le notaba desde el momento en que Albert y Hellen daba vueltas en el pequeño espacio frotándose las manos.

Tía – la mujer se acercó a su sobrino – por favor Hellen trae una taza de té para mi tía – mientras él sacaba una pastilla de un pequeño frasco que llevaba en la mano – te daré la mitad tía… esa será suficiente para que descanses.

¿a qué hora llegaremos?

Dormirás el tiempo suficiente tía… solo necesito que te relajes – la llevó hacia la cama tomando la taza que le ofrecían – toma… esperaré hasta que haga efecto.

Gracias hijo – tomándole de la mano – discúlpame…

No hay nada que disculpar siempre y cuando que a la próxima vez tomes en cuenta mis recomendaciones – la mujer asintió descansando su cabeza en la almohada, momentos después los párpados de la mujer se vencieron ante el efecto del calmante, Albert se levantó y fue hacia la puerta – descanse bien Hellen… antes del mediodía estaremos zarpando.

Gracias señor… y una vez más disculpe – el solo asintió saliendo del camarote.

STEAR Y PATTY

Como todos los días… iban caminando tomados de la mano y sus dedos se entrelazaba en una íntima caricia, muy temprano y como habían quedado con el padre Bain regresaban de la iglesia del pequeño pueblo.

Stear… ¿recuerdas que te dije que quería decirte algo? – él asintió – vayamos a nuestro lugar favorito – cuando llegaron Stear se sentó a la sombra y le pidió a Patty que se sentara entre sus piernas, ella se puso de mil colores, el sonrojo de sus mejillas iluminó el color de su cabello, un tanto titubeante se acomodó a modo de ver el rostro de Stear.

Y bien… dime que pasa.

Stear… tú sabes que te he amado desde el primer día en que te conocí – él asintió sin interrumpirla – sabes lo que pasó posterior a la noticia que nos hicieron llegar cuando no apareciste – Patty agachó la cabeza, él con sus dedos pulgar e índice la tomó de la barbilla haciendo que ella lo mirara.

¿Qué pasa Patty?

Hace poco mas de dos años… y con la certeza de que tú ya no volverías… alguien – Patty sintió como Stear se tensó alineando su espalda – Stear…

¿acaso hubo alguien más? – los ojos de Stear se cristalizaron.

Si… ¡no! – se corrigió de inmediato.

¿Quién? ¿lo conozco? – ella asintió

Terry Grandchester – lo dijo en un susurro.

Grand… ¿Terry?

Amor antes de que pienses cualquier cosa… te ame… amé tu recuerdo y ahora que te encontré te amo mucho más – Stear pasó sus manos en su rostro.

¿le correspondiste? – la seriedad en la que él le hizo la pregunta no pasó desapercibida.

No… él conoce y sabe lo que siento por ti… y lo difícil para mi aceptar su propuesta… que, aunque no fue formal había seriedad en su propuesta… no pude Stear… no pude corresponderle porque a quien amo es a ti.

Mi amor… – la abrazó con todo el amor que por 6 años perdió en su intención de hacer que ella encontrara la felicidad que él no podía darle… el amor que casi pierde por necio – perdóname Patty… creo que mi ausencia ha causado más daño del que podía creer.

No mi amor… nuestro amor… el amor que siento por ti va más allá de todo… me perdí en tu ausencia y tu presencia me ha devuelto la alegría una vez más… te amo Stear… nunca lo dudes – lo besó con cada gramo de su ser y así como estaban sellaron con besos lo inalterable de su amor.

GRACIAS chicas por apoyar ésta historias… GRACIAS por hacerla su favorita… GRACIAS por sus mensajes… si Dios lo permite nos leemos en el próximo capítulo… que tengan una excelente noche.

Guets1.

Mía8111.

Karysthel.

Guets2.

Guets3.

Guets4.

EveRblue.

Guets5.

Me encantaría poder dar nombre a cada una de las Guets que leen la historia pues muy importante es para mi tomarlas en cuenta.