DISCLAIMER: La serie/manga 'Shingeki no Kyojin' y sus personajes pertenecen al autor Hajime Isayama.


El resto del camino al castillo no volvieron a emitir palabra. Mikasa veía sólo hacia el frente temiendo encontrar la mirada de su capitán sobre ella, aunque no podía asegurar que la observara, evitaba que casualmente cruzaran sus miradas.

Después de dejar aquel lugar que la había dejado maravillada, una ola de pena recorrió su cuerpo, provocando un escalofrío en su espina dorsal. No sabía que le había pasado, pero la compañía de Levi, y en parte la armonía de ese lugar, la habían dejado en un estado de relajación, por lo que no pudo evitar sentirse cómoda con él cuando se acercó a él buscando un poco de calor. Abrió más los ojos ante el recuerdo donde además le había dicho, más bien dado a entender, que guardara silencio. No es que le temiera a una reprimenda de su parte, ni siquiera su persona en sí misma le provocaba miedo como a muchos otros de sus colegas.

"Te volviste loca." Pensó avergonzada.

Sintió un alivio cuando el pelinegro prefirió no hablar del tema después de que tomaron sus caballos para regresar, aunque igualmente otro pensamiento rondaba su cabeza. La gentileza con la que había acariciado su cabello no había abandonado su mente y no pudo evitar convencerse de que Levi se había sentido en igualdad de condiciones con ella.

Después pensó en Eren y se preguntaba como habría reaccionado ante tal comportamiento que había tenido con su capitán e inmediatamente alejó esas imágenes de su cabeza, rio internamente cuando aseguraba que lo más probable era que Eren le gritara que efectivamente se estaba volviendo loca.

Cuando por fin se atrevió a ver a su acompañante de reojo, notó que su mirada no había cambiado, parecía más cansado de lo normal y unas ojeras se asomaban debajo de sus ojos, pero su habitual rostro serio seguía siendo el mismo.

Pensó que tal vez no lo había tomado desprevenido como ella había pensado y el sentimiento de paz que afloró hace unos minutos habían sido sólo cosa de ella. No le sorprendió esto último, a fin de cuentas, no eran tan cercanos, se repetía a sí misma.

Últimamente se había encontrado presente cuando ella estaba en sus momentos más frágiles y Levi sinceramente le había brindado su apoyo. Mikasa sentía que en ocasiones era como un fantasma, se manifestaba cuando más se necesitaba y en otras simplemente no podías divisarlo en ningún lado.

"Pero es el trabajo de ser capitán. Estar por su equipo y para la humanidad cuando así se requiera." Pensó manteniendo una fría mirada en sus ojos, así era también para ella como soldado, así como era con Eren, Armin, todos sus compañeros dando la vida por el bien de la seguridad de las murallas. La decepción se manifestó en ella una vez más, pero supo ocultarlo como si no pasara nada por su mente. Los ideales de la legión no habían calado en ella por completo, seguía buscando que era lo que deseaba idealizando una vida junto a Eren. El viento le golpeó fuertemente en la cara logrando que su ser volviera a la realidad; la realidad de la cual no podían escapar. Una realidad donde la guerra no era una opción.

Visualizaron el castillo de la legión a lo lejos, se apresuraron a los establos y se hicieron cargo de sus respectivos caballos. Ninguno se dirigió la mirada en todo el tiempo y un silencio sepulcral se instaló entre los dos. Levi acariciaba distraídamente la cabeza del caballo mientras Mikasa le quitaba la silla de montar al suyo y dejaba algo de alimento.

El silencio la empezaba a incomodar y se quedó estática en su lugar acariciando el lomo del animal, esperaba que Levi emprendiera primero su camino de regreso al cuartel, a veces no le parecía una persona muy paciente y esperaba que no lo fuera con ella esta vez y prefirió esperar un poco, sin embargo, su plan duró efímeramente al escuchar al pelinegro decir su nombre.

—Mikasa, ¿qué esperas? ¿Piensas quedarte aquí toda la noche? — Reclamó con voz tranquila mirándola fijamente mientras ella clavaba sus ojos en los de él.

—No. — Respondió por fin dando unos pasos hacia él para salir.

Levi se había sentido extraño desde que habían regresado y es que el calor de la chica no había abandonado su cuerpo y podía sentir como si aún la tuviera a su lado. Observaba atentamente todos los movimientos de Mikasa y no dijo ninguna palabra para no importunarla, algo que le supo demasiado extraño viniendo de él. Se recargó en la entrada de madera cruzando sus brazos sin apartar sus ojos de ella, hasta que creyó que era el tiempo prudente para regresar.

Ambos caminaron hasta llegar a la puerta del lugar donde ahora estaba todos reunidos para recibir la ración de la cena, se notaba a lo lejos el bullicio que hacían los soldados en esa hora de descanso al final de un largo día de trabajo y entrenamiento. Cuando entraron por fin algunas miradas curiosas los observaron pasar. En especial en una mesa al fondo donde siempre se ubicaban sus amigos.

—Capitán. — Dijo Mikasa llamando su atención, para después regañarse mentalmente porque no tenía algo en especial que decir. Él la observó atento antes de continuar su camino a lo que ella cambió sus palabras que sonaron al final como un susurro. —Lo veo en el entrenamiento mañana. —

Ni siquiera sabía por qué le había dicho aquello, ya que habían pasado dos semanas que habían parecido demasiado largas donde no había sabido mucho de su paradero ya que ni si quiera se llegó a presentar a los entrenamientos y probablemente mañana no sería diferente.

—Sí. — Levi asintió sin confirmar realmente si haría lo que ella le dijo recién, pero de pronto sintió la necesidad de cumplir las palabras de la joven. —Te veré mañana. —

Ambos dieron por terminada la conversación y se dirigieron a sus respectivas mesas.

Cuando Mikasa tomó su lugar todos la observaron atentamente, pero ella no se inmutó, dio un sorbo a su té con los ojos cerrados tratando de degustar su sabor.

—¿Y bien? — Comenzó una voz, una que conocía ella perfectamente.

—¿Y bien qué? — Dijo apacible.

—El capitán y tú llegaron juntos, ¿dónde estaban? —

—¿Qué importancia tiene saber dónde estábamos? — Siguió desafiante, pero modulando su voz como si nada importante estuviera ocurriendo.

—No lo sé, por eso quisiera saber dónde estabas, se supone que no puedes dejar el lugar sin la compañía del escuadrón. — Continuó con un poco de molestia.

—Es mi día libre. — Debatió ella con habitual calma, seguía sin mirarlo a los ojos y ella podía sentir que los ojos esmeraldas de él la atravesaban.

—Aun así, debes de ser consciente por una vez…— Continuaba, pero esta vez Mikasa no lo dejó seguir con su sermón, una leve molestia se dejó notar en su voz.

—Eren, no vamos a discutir sólo porque no estuve en tu rango de visión a lo largo del día, además — Mikasa esta vez dejaba de ocultar la molestia en el tono de su voz. —¿no es lo que siempre me pedías? ¿Que no me metiera en tus asuntos? Pensé que estarías más tranquilo si por un día no estaba al pendiente de ti. — Atacó amargamente dirigiendo su mirada a la taza de té que sostenía en sus manos y luego hacia él.

—Sólo te hice una simple pregunta, ¡no tienes que ponerte así! — La irritación se empezaba a notar en la voz de Eren. Su cabello castaño ondeaba mientras se movía en dirección de la chica. "Ha crecido bastante" Se dijo ella mientras observada el cabello de su amigo distraídamente mientras Eren hablaba enojado en su dirección. Ella podía notar como a su amigo le exasperaba que le diera vueltas al asunto y no contestara su pregunta.

Cuando Eren pronunció sus últimas palabras con más fuerza, pero sin elevar la voz por completo, había golpeado la mesa con ambas manos encarando a Mikasa desafiando a que lo mirara, acción que ella contestó de inmediato.

—¿No deberías preocuparte más por tu entrenamiento y menos por mí? — Le recitó la pregunta a cómo él se lo había dicho tan despectivamente en su primer día como reclutas, el día que se había quejado por algo tan simple como su cabello cuando había tomado su sugerencia de cortarlo la primera vez. Ella imitó sus acciones y se paró colocando ambas manos en su lado de la mesa mirándolo fijamente.

Armin ya no sabía cómo mediar la situación entre sus dos amigos, sólo movía la cabeza de uno a otro siguiendo la conversación.

—¡Mikasa eres imposible!

Ella sólo frunció su entrecejo en su dirección y estuvo dispuesta a irse del lugar hasta que un brazo la sostuvo deteniendo su marcha. De pronto un deja vú cruzó por su cabeza, así que se soltó rápidamente su agarre y se alejó dando zancadas para salir del lugar.

—¡Mikasa, espera! — Llamó Armin a sus espaldas dispuesto a salir tras ella, pero Eren se adelantó corriendo al lugar donde la joven se había dirigido por lo que el rubio apresuró su paso para detenerlos.

En el transcurso de la discusión, sus amigos se habían visto visiblemente incómodos sin atreverse a intervenir, incluso Sasha había dejado de lado su plato de comida cuando ambos jóvenes empezaron a elevar sus voces.

—¿Deberíamos hacer algo? — Se animó Connie a hablar.

—Será mejor dejarlos que resuelvan sus propios problemas. — Contestó un cansado Jean. Nunca le había gustado la actitud que tomaba Eren hacia Mikasa en muchas ocasiones, pero la situación por lo que había notado, ya se les estaba saliendo de las manos.

—Estaban demasiado alterados. — Dijo Sasha preocupada, había notado una herida en su antebrazo hace unas semanas y podía estar segura que no era una herida que hubiera sufrido en algún entrenamiento y pensó en atribuirlo a los repentinos arranques que estaba teniendo Eren. Nunca se lo preguntó a ella directamente, la curiosidad siempre estuvo presente, pero tampoco podía creérselo ella misma.

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Cuando Mikasa puso un pie fuera del lugar, su caminar fue más rápido emprendiendo la ruta a su habitación, pero nuevamente fue interrumpida por una mano que se posó en su hombro.

—No hemos terminado de hablar.

—Yo sí he terminado, no tengo nada que decir. — La pelinegra se estaba hartando de la situación, cuando fue atacada por los extraños, había percibido genuina preocupación en Eren cuando la vio por fin consciente, hasta se había atrevido a pensar que no había cabida para más discusiones futuras, estarían en el mismo equipo, se protegerían mutuamente y todo seguiría su curso normal, pero se equivocó rotundamente y nuevamente tenía a un Eren molesto frente a ella sin razón alguna reclamando temas que Mikasa consideraba sin importancia.

—¿Por qué eres tan terca? — Dijo exasperado.

Armin los alcanzó en uno de los pasillos que dirigen a los dormitorios y se detuvo en medio de ambos.

—Vamos Eren, ya fue suficiente. —

—Pero tú también tenías curiosidad, ¿no es así Armin? Ambos nos preguntábamos donde estuvo Mikasa toda la tarde, sólo nos preocupamos por ti. — Dijo esto último dirigiéndose nuevamente a ella.

Mientras tanto, ella buscaba conservar la calma para no pasar el pleito a mayores; tal vez Eren tenía razón y sólo se había comportado inmadura al molestarse por la simple pregunta que le dirigió cuando se reunió con ellos. No era un secreto y no es como si hubiera hecho algo malo, sin embargo, el tono que le exigía le había molestado.

De pronto se dio cuenta de que hacía tiempo que no podían mantener una conversación normal entre ambos, cuando Eren se mostraba más calmado era cuando ella simplemente se quedaba callada.

Nuevamente un impulso surgió en ella y rodeó a ambos para continuar su camino, pero Eren la detuvo.

—Espera Mikasa.— Pero fue interrumpido por ella una vez más.

—¿Qué no podremos tener nunca más una conversación normal sin que nos alteremos o haya alguna discusión de por medio? — Empezó la pelinegra. —Eren, yo... Estoy cansada. — Continuó con tristeza en su voz.

Ella podría actuar siempre de manera neutral, cada que tenía algún altercado con su amigo, podía dejar pasar unos minutos y entablar una conversación como si nada hubiera pasado, desde niños había sido así y de cierta forma su carácter tranquilo evitaba que se molestara por tanto tiempo, pero en ese momento sentía que no podía controlarse más y sabía que se estaba dejando dominar por sus impulsos.

—Sólo quiero que seas sincera conmigo y no evites nuestras preguntas. Sólo estamos preocupados por ti, ¿no es cierto, Armin? — Se dirigió nuevamente al más joven buscando su apoyo.

El chico reaccionó nervioso al escuchar su nombre y miró a Mikasa a los ojos.

—Sí, estamos preocupados. — Contestó y se dirigió a Eren. —Pero esas no son formas de tratarla Eren, te estás apresurando a sacar conclusiones. —

—¿Qué? ¿De qué conclusiones me hablas? — Confesó algo confundido.

Armin no supo cómo contestar, o más bien, si era realmente conveniente decirle su teoría pues tal vez quién estaba sacando conclusiones precipitadamente era él mismo. Había notado demasiado tenso cuando el capitán Levi y Mikasa habían llegado juntos esa noche, Eren notó su presencia inmediatamente. También aquella vez antes del entrenamiento cuando ambos soldados se encontraban luchando, parecía que llevaban tiempo practicando juntos antes de que los demás soldados se colocaran en posiciones para empezar y nuevamente el chico no había logrado apartar la mirada de ambos en todo momento, no sabía que interpretar en el momento, pero atando cabos en los acontecimientos de las últimas semanas había llegado a la conclusión de que Eren quizás estaba celoso.

Ante el silencio del rubio, decidió soltar su agarre de la chica y dar un paso hacia atrás y rio secamente.

—Parece que ya ni siquiera nos soportamos. — Dijo levantando el rostro hacia el techo sosteniendo su cabeza. Mikasa se asustó ante tal afirmación. Eso no era cierto, pensó, al menos ella procuraba ser la misma con él, pero tratando con todas sus fuerzas de darle el espacio que tanto exigía y ahora le decía que ambos no se soportaban. A que estaba jugando él, se preguntó a sí misma.

—¿Sabes qué? Tienes razón, debería concentrarme más en mi entrenamiento ahora, para eso estamos aquí. — Terminó contestando la pregunta que la joven le había hecho en el comedor hace unos instantes.

Algo se removía en el interior de Eren. Sentía que su 'hermana' hacía tiempo estaba cambiando su actitud en torno a él, pensaba que era algo que deseaba, no sentirse abrumado por la fuerte presencia de Mikasa, siempre tratándolo como un crío, más en las últimas semanas que no había tenido oportunidad de pasar el tiempo junto a ella le había dado una extraña sensación de vacío, cada uno cumpliendo con sus obligaciones. Se sintió mal de pronto por reclamarle de esa manera y se dio un golpe mentalmente por su inmadura actitud hacia ella, pero el enojo que sentía le impedía expresarlo.

Después de sus palabras les dio la espalda y dirigió su camino en dirección contraria, esta vez la pelinegra quiso detenerlo, no quería terminar la conversación de esa manera. No esperaba que el asunto fuese a terminar así, no quería darle por su lado evitando sus preguntas, pero algo dentro de ella tampoco le permitió aceptar la actitud que estaba tomando el castaño y no pudo hacer otra cosa más que molestarse con él. Unas cuantas lágrimas que no fueron derramadas se formaron bajo sus ojos.

—¡Eren, espera…!

—¡Mikasa! Déjalo. Hay que darle algo de tiempo. — Armin la miró triste cuando notó las pequeñas gotas de agua en sus ojos cuando lo observó al escuchar sus palabras. Ella se detuvo al instante y relajó su postura, exhaló el aire contenido y sin pronunciar algo más, tomó camino a su dormitorio.

El rubio se mantuvo de pie en medio del solitario pasillo. Ya no sabía qué hacer, se sentía inútil en esos momentos, no podía siquiera mantener unida la amistad que los tres tenían. Ya sabía que los lazos se hacían cada vez más débiles, lo atribuyó a las presiones de formar parte de la Legión, las misiones, los entrenamientos, las diferentes actividades que debían hacer en el día, pero no podía dar credibilidad a sus pensamientos, sabía que su amistad era más fuerte que todo eso. Los conocía muy bien, Mikasa nunca dejaría de preocuparse y protegerlo a él y en especial a Eren, mientras que su amigo, aunque no lo dijera abiertamente, quería y se preocupaba mucho por ella, eso no iba a cambiar, al menos eso quería creer.

—Oye.

—¡Capitán! ¿Cuánto lleva…? — Se sorprendió olvidando saludar formalmente al recién llegado.

—Lo suficiente, ¿dónde está Mikasa? — Lo interrumpió.

—Creo que por la dirección que tomó, fue a su dormitorio… Capitán, ¿a dónde…? — Un confundido Armin vio como Levi caminaba tranquilamente hacia la dirección que le había indicado, después fue ignorado y veía preocupado al pelinegro que ahora le daba la espalda.

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Levi había escuchado suficiente cuando el chico titán había retomado su camino dando por terminada la conversación. Desde que Eren y Mikasa comenzaron a llamar la atención de los otros subordinados al igual que a los líderes, incluso del mismo comandante Erwin, había decidido que tendría que tomar cartas en el asunto por muy tedioso que le resultara la situación. Odiaba entrometerse en la vida personal de sus subordinados, más tener que mediar asperezas dentro de su propio escuadrón pues nunca había tenido problemas con los antiguos miembros hasta los más jóvenes que se habían unido a él más por exigencias del propio Erwin que por decisión suya, pues la situación actual de ambos era delicada y aunque no lo quisiera dejar ver, se preocupaba mucho por la integridad de ellos, aunque su atención recaía más en Mikasa que en Eren ahora.

El 'Te veré mañana' que dirigió a la joven soldado antes de todo el problema había desaparecido, puesto que ahora se removía de su lugar para ir en su búsqueda.

¿A dónde vas? — Cuestionó curioso Erwin cuando lo vio levantarse al momento que sus subordinados abandonaron el lugar seguidos por Armin. Hanji sólo le dirigió una mirada divertida entrecerrando los ojos y acompañada de una sonrisa, cosa que él solamente la ignoró.

A darle una lección a un par de mocosos. — Dijo seriamente para después salir de ahí.

¡Por favor no seas tan duro con ellos! — Gritó Hanji a sus espaldas provocando que frunciera el entrecejo irritado.

Levi detuvo sus pasos un momento en medio del pasillo preguntándose exactamente qué iba a decirle a la joven Ackerman, algo en él había actuado impulsivamente como lo había estado haciendo hasta ahora cuando se trataba de ella y ahora iba en su dirección como un crío inmaduro.

¿Qué le iba a decir? ¿Qué no se preocupara? ¿Qué todo iba a estar bien? ¿Qué se tomara las cosas con calma como siempre lo hacía?

Esas y otras preguntas más se hacía. Nunca había sido del tipo que consuela ni que te da un hombro para llorar cuando estás triste. Se debatió acerca de lo que quería hacer a continuación y como si su cuerpo respondiera solo sin consultarlo con su cabeza, retomó sus pasos en dirección a los dormitorios. Todavía era temprano y esperaba que no se encontrara con nadie más en esa parte del castillo. Puso los ojos en blanco y restregó su mano con su frente dando suaves masajes para darse paciencia. No tenía siquiera idea dónde era el dormitorio de la chica.

—Capitán. — Una suave voz lo llamó. Mikasa lo observó atenta cuando sintió unos apresurados pasos a sus espaldas, no se imaginó en ningún momento que se encontraría con el mismo Levi y ahora estaba esperando que respondiera a su llamado. Levi le dirigió una mirada sin inmutarse, pero internamente aliviado.

—Mikasa.— Le siguió él.

La mencionada lo observó con la boca ligeramente abierta, sus ojos lo miraban fijamente esperando que dijera algo más. Él no se movió de su lugar, en cambio sólo cruzó sus brazos sobre su pecho y recargó su espalda en la pared más cercana sin apartar sus ojos de los grises de ella.

—¿Pasa algo? — Preguntó la chica confundida.

Levi notó los vestigios de su tristeza por sus marcados ojos rojos y exhaló dirigiendo sus ojos en dirección al piso cerrándolos a continuación.

—Tú dímelo, ¿pasa algo? — Dijo al mismo tiempo que volvía a dirigir su mirada hacia ella.

Aquella pregunta la descolocó y un rubor de hizo notorio en sus mejillas.

"Ya lo sabe." Sospechó.

—¿Capitán usted escuchó…? — La vergüenza que sintió ahí mismo fue demasiada, era suficiente con el enfrentamiento que recién había tenido, además de que ahora que lo pensaba, habían tenido muchos testigos en el lugar que acababa de abandonar, pero como siempre, esperaba que nadie le cuestionara acerca de lo que había sucedido. Era como una rutina, confrontación, separación por unas horas y hablar como si nada hubiera pasado. Estaba comenzando a cansarle.

—Si no quieres hablar de ello, no te obligaré. — Le interrumpió con voz monótona. —Pero deben mantener a raya sus sentimentalismos, ya no son unos mocosos y no pienso ser yo quien deba estar en medio de sus enfrentamientos. Compórtate como lo que eres, una soldado.

El regaño le cayó como un balde de agua fría. Sabía que sus palabras eran acertadas, estaban en la milicia, no había cabida para problemas personales cuando había unos más grandes fuera de los muros, ella lo entendía perfectamente, pero sus palabras resonaron en su mete como cuando Eren le dirigía casi las mismas cuando le frustraba que lo protegiera todo el tiempo. Esas mismas palabras le habían dolido cuando las escuchaba de Eren y ahora le molestaba que saliesen de la boca de Levi.

—Por favor no se meta en esto. Mi relación con Eren no le incumbe a usted ni a nadie. — Frunció el ceño en dirección a Levi quien imitó su gesto.

—Lo único que estaban haciendo era dar un espectáculo frente a todo el mundo. Después de todo siguen siendo unos críos inmaduros que se preocupan por sí mismos y no abren los ojos a la realidad que tienen frente, aunque les golpeara directo en la cara. — Dijo con dureza, sus ojos mostraban calma, pero a ella no la engañaba, estaba muy molesto.

Se sintió ofendida por sus palabras. Ella siempre era recta con su trabajo en las misiones, acataba las órdenes como se le exigía, era fuerte, sabía defenderse sola, podía proteger a sus amigos de la realidad que según él no veía, aunque les golpeara en la cara.

Suficientes golpes le había dado ya la vida y ella no se permitiría recibir uno más, menos si eso implicaba perder a la persona que más le importaba ahora. Apretó fuertemente sus puños hasta el punto que sus uñas se enterraban en la carne de las palmas de sus manos.

—Está entrando en terreno de lo personal, le pido mientras tengo paciencia, QUE NO SE META. — Recalcó sus últimas palabras con más fuerzas pasando a su lado dispuesta a marcharse, pero el fuerte agarre de Levi se lo impidió.

—¿Qué más quiere? — Dijo con exasperación. Se dijo mentalmente que a todo el mundo se le estaba haciendo costumbre detenerla cuando ella estaba dispuesta a irse y se estaba hartando. Deseo con todas sus fuerzas soltarse y tal vez darle un golpe en la cara por el atrevimiento, pero sólo pudo apretar fuertemente los dientes para tratar de contenerse.

—Suélteme ahora. — La cara que le dirigía el capitán era intimidante. Su agarre era fuerte, a pesar de que los separaban pocos centímetros, ella sabía que no podían compararse en fuerza, no podría ganarle.

—Cálmate, Ackerman. — Un brillo desafiante cruzó los ojos azules y les dirigió una mirada afilada a los ojos grises. Levi notaba que le molestaba de sobre manera que ella fuera tan tonta como para dejarse llevar por el maltrato que sufría por parte del que consideraba uno de sus amigos más amados. —No quieres empezar una pelea aquí conmigo y terminar durmiendo en una celda por insubordinación, ¿cierto? — Su voz sonó calmada y peligrosa al mismo tiempo. Trataba de mantener la mayor paciencia con ella y lo logró. Después ella detuvo su intento de liberarse.

—No es… eso. No quiero pelear con usted. — Se ruborizó furiosamente y no pudo sostener más su mirada con la de él. —Sólo… por favor, no quiero que nadie se meta en mi relación con Eren, sólo eso le pido. — Dijo más calmada, su postura se relajó y dejó de forcejear a su agarre. La mano de Levi continuaba en la muñeca de Mikasa.

Ruidos de varios pasos, risas y palabras a lo lejos se escucharon acercándose por los pasillos. Levi continuó sosteniéndola y por impulso la arrastró con él en dirección contraria para evitar el encuentro con las personas que se acercaban a su ubicación.

Se dejó guiar, estaba tan apenada por la situación que no encontró más palabras para reprocharle, además que no quería encontrarse con nadie más por el momento, en eso ambos coincidieron sin siquiera mencionarlo.

Cuando se posicionaron frente una habitación que desconocía, Levi abrió dándole espacio a Mikasa para que ingresara primero seguido de él cerrando la puerta a su paso.

Él se dirigió a una de las lámparas del escritorio y la encendió, estaban en lo que parecía ser la oficina del capitán, era la primera vez que pisaba ese lugar.

—¿Por qué me trajo aquí? — Preguntó cautelosamente.

—Sólo quería evitar encontrarnos con alguien para tener que dar explicaciones. — Mikasa se rio mentalmente, el capitán no era de las personas que daban explicaciones de sus acciones, parecía que era más del tipo que decidía ignorar a todos sin importarle lo que pensaran de él, pero por ahora si era mejor para ella ya que se evitaría nuevamente las curiosas miradas de sus colegas.

—Pensé que podrías necesitar un poco de privacidad para calmarte y meditar las cosas. — Continuó él mientras se tomaba asiento en la silla del otro lado del escritorio.

—Pero… no es tener privacidad, usted está aquí. — Susurró para ella, pero la inquisidora mirada que le dirigió le indicó que la había escuchado.

—Bueno, no piensas que me largue de mi propia oficina, mocosa. ¿O sí? —

—No fue mi intención. — Negó Mikasa con un movimiento leve de cabeza. Aunque Levi no era tan expresivo, se relajó a sí misma aceptando el permiso silencioso para permanecer en ese lugar mientras se tranquilizaba.

Después de su breve explicación no volvió a dirigirle la mirada ya que leía distraídamente varios papeles frente a él. Mikasa entonces se dio a la tarea de estudiar el lugar donde se encontraban. Era bastante pulcro y simple también, no había ningún tipo de decoración en el lugar, contaba con una estantería donde podía observar varios libros, el escritorio, una silla, una pequeña mesa al centro y un sillón largo frente a esta.

Parecía que ignoraba por completo su presencia por lo que optó a ir a los estantes para tomar uno de los libros al azar y se sentaba en el sillón en medio de la habitación. Levi siguió atento sus movimientos, pero discreto, haciéndole creer que no le perturbaba su estancia.

Se sentía extraña, como podían pasar de tener una 'discusión' a estar a solas con él en su oficina por la noche como si nada, aunque al principio le molestaron sus palabras, confirmaba calmada que tenía razón. Suspiró mientras posaba ambas manos sobre el libro que había colocado en su regazo y mirando hacia la nada.

Lo único que se oía era el ruido de las hojas que Levi pasaba por sus manos y la respiración calmada de los dos.

—Capitán…— Llamó su atención de repente, distrayéndolo de los reportes que leía. —¿Dónde estuvo estas dos semanas? — Mikasa no pudo evitar hacerle la pregunta, desde hace días la curiosidad le carcomía y no había encontrado persona que la sacara de su duda. Había temido preguntarle a Hanji para evitar algún malentendido. En ningún momento levantó la vista del libro que estaba bajo sus manos. Levi sabía a lo que se refería, pero no tenía una forma concreta de explicarle las razones de su ausencia.

—¿Por qué te interesa? — Respondió suavemente levantando una ceja, no enojado ni fastidiado, sino con genuina curiosidad.

—No lo sé. — Respondió ella con un simple susurro. Realmente no lo sabía, pero después de que fuera declarada oficialmente parte del escuadrón de operaciones especiales hace exactamente esas dos semanas, no lo había visto en ese tiempo, al menos en su mayoría, los primeros días fueron leves miradas por la mañana al caminar por el castillo o a lo lejos cuando tomaba su caballo y se alejaba del lugar, después de eso su vista fue nula.

—Mikasa.— Ella levantó rápidamente su cabeza al escuchar la voz de Levi sobre ella, mirándolo sorprendida, estaba tan absorta en sus pensamientos que no lo notó acercarse e instintivamente abrazó el libro en su pecho. Seguido se levantó apresurada del sillón dando unos pasos atrás.

—Ya es tarde, será mejor que me vaya ahora. Que tenga buena noche, capitán.

Dispuesta a irse le dio la espalda, pero la suave voz del pelinegro se hizo notar en la silenciosa habitación.

—¿A qué le temes, Mikasa? — Contestó desde el mismo lugar sin seguirla a la puerta

—¿Disculpe? — Se volvió para verlo, confundida.

Sus profundos ojos apenas eran iluminados por la tenue luz y Mikasa lo observaba ensimismada desde la puerta, instintivamente su espalda se había pegado a esta cuando le sorprendieron sus palabras al ser llamada antes de decidir irse. Sus brazos seguían sosteniendo fuertemente el libro sobre su pecho y sus dedos se crisparon sobre este cuando Levi se acercó a ella nuevamente, mientras se quedaba petrificada en su lugar.

—Nada, ya puedes retirarte. — Contestó el pelinegro simplemente, pensando que lo mejor era que se marchara.

Él mantenía su postura y expresión relajadas, pero por dentro sentía que algo estaba a punto de estallar, de pronto el ambiente tan íntimo que compartían le pareció una utopía, ni en sus pensamientos más extraños hasta ahora creyó que fuera a encontrarse en una situación así junto a ella, su boca había hablado por sí sola soltando la pregunta, tal vez estaba esperando que ella no lo abandonara tan pronto, sin embargo como siempre, no lo expresó abiertamente.

El corazón de Mikasa latía fuertemente y sólo atinó a cerrar los ojos con fuerza cuando notó la mano de Levi acercarse a ella. En un segundo volvió a abrirlos sorprendida, dejó de sentir la cálida cercanía del hombre y el libro que había estado sosteniendo en sus brazos había desaparecido y este ahora se encontraba en manos del capitán mientras se dirigía nuevamente al estante y lo acomodaba entre todos los demás.

Levi había sido muy cuidadoso para no tocarla, había logrado recobrar el poco sentido que le quedaba y se alejó rápidamente de ella tomando el libro como una excusa perfecta. Al verla de pie frente a él con los sentimientos a flor de piel le asustó, no quería que ella se confundiese y actuara diferente con él porque no se encontraba bien, Mikasa estaba dolida y podía verlo claramente y a sus ojos parecía que ella también había estado esperando que pasara algo, pero alejó rápidamente eso de su mente creyendo que era sólo parte de su imaginación. Por otra parte, Levi mentiría si se dijera que sentirla cerca no era lo que le había provocado el repentino acelerar a su corazón.

Se dio un golpe mentalmente y tensó su mandíbula, le dio la espalda porque el calor estaba comenzando a subir por sus mejillas y esperaba que ella no lo notara, se acercó a su escritorio nuevamente y sólo así pudo devolverle la mirada sin cambiar la expresión calmada.

Mikasa se debatía en lo siguiente que debía hacer, su cabeza le decía que lo más prudente era salir de ahí. Había algo que no la dejaba tranquila y la cercanía con su capitán no la perturbó, sintió en sus adentros que estaba esperando algo, más no supo interpretar que con claridad. Su curiosidad aún seguía latente y en verdad quería escuchar la respuesta a su pregunta de los labios de Levi evitando así que tomara la decisión de no marcharse aún.

—¿Podría responder a mi pregunta, capitán? — Él la observó atento creyendo que había terminado la conversación por hoy, pero ella seguía ahí sin moverse mientras le dirigía de nueva cuenta sus ojos a los de él.

La vio confundido sin saber qué contestar, sabía a qué pregunta se refería, pero se hizo el desentendido y cuando ella lo notó, quiso hacerle el mismo cuestionamiento, pero este cambió de sentido.

—¿Por qué estuvo ausente estas dos semanas? — Habló tranquila recuperándose de lo sucedido hace unos instantes.

La pregunta ya no era '¿Dónde estuvo?', ahora era el ¿Por qué estuvo ausente?', dando un sentido completamente diferente a su pregunta.

—Mierda…— Susurró para sí mismo cerrando los ojos y masajeando el puente de su nariz tratando de relajarse y se dijo a sí mismo de nuevo que no tenía una respuesta clara a su pregunta.

—¿A qué le teme, capitán? — Lo atacó con la misma pregunta que él le había hecho, la chica pudo recuperar la compostura y siguiendo el juego desafiante que él había comenzado, no pudo evitar soltarle aquella pregunta.

La expresión en la cara de Levi era todo un poema según Mikasa, sonrió para sus adentros porque había conseguido confundirlo un poco a su manera, era la primera vez que veía una expresión así en el rostro del capitán y el sólo atinó a mirarla con ojos entrecerrados analizando sus palabras.

—Tch, sigues siendo una mocosa insolente — Contestó no molesto, más bien serio, pero divertido ante la situación.

—Sí, me lo han dicho antes. — Mikasa se dirigió nuevamente al estante para tomar el libro que había tenido en sus manos hace unos momentos y seguido tomó asiento en el único sillón de la oficina, ignorando la penetrante mirada que le dirigía su capitán. La tensión en el aire era palpable, creían que podía cortarse con una cuchilla, como cuando cortaban la carne de los titanes a los que se enfrentaban, pero la tensión bajó más rápido de lo que esperaba.

Gracias al intercambio de palabras que se había suscitado, se había sentido más tranquila en presencia de él y optó por quedarse un poco más de tiempo haciéndole compañía. De pronto olvidó su curiosidad por saber dónde había estado esas dos semanas de ausencia para reemplazarlo por un sentimiento de amenidad, ella esperaba internamente haberlo molestado un poco.

"Eso es por entrometerte en mis asuntos, enano." Pensó que tal vez estaba siendo hipócrita ya que ella de cierta forma se estaba inmiscuyendo en sus asuntos al cuestionarlo de esa manera, además de que él era su superior, pero dentro de ella sentía que al menos merecía una explicación. Disipó esos pensamientos y seguido abrió el libro y comenzó tranquilamente su lectura.

Levi no daba crédito de lo que había sido testigo, primero ella le hablaba con mucha naturalidad, le había retado y pasó de un semblante nervioso a uno calmado en un santiamén. No estaba seguro de que significaban todas las actitudes de la pelinegra, pero todo rastro de tristeza cuando la había encontrado en los desolados pasillos desapareció, se reafirmaba que no era de las personas que te consuelan, ni que te prestan un hombro para llorar, pero inquirió que había logrado animarla a su manera.

El decir palabras de aliento nunca habían sido su fuerte, incluso con las personas que habían sido sus amigos más cercanos, había tenido sus dificultades para abrirse completamente, pero el silencio en ocasiones también le había ayudado a superar la muerte de sus camaradas, en gran parte gracias a Erwin y Hanji quienes lo apoyaron en un inicio y entendieron inmediatamente que no era de los que se dejaba desmoronar dos veces. Había mucho de él que lograba ver en ella.

—Tch, que difícil eres. — Contestó al fin después de un largo silencio, la imperceptible sonrisa de Mikasa surcó sus labios sin apartar su mirada del libro.

Levi lo meditó un segundo y colocó su mirada sobre la pila de papeles que aún tenía que revisar, reprendiéndose internamente porque con sus constantes ausencias había provocado que el trabajo sólo se acumulara.

Un repentino peso en el asiento la distrajo de su lectura, Levi ahora se encontraba a su lado en el largo sillón dejando el mayor espacio que el mueble le permitía entre ambos. Ella lo observó atenta y él mantuvo su mirada hacia el frente apoyando sus brazos en sus piernas e inclinando su cuerpo hacia adelante, sus mechones de cabello ahora cubrían sus ojos.

—Partí unos días a la muralla Sina, al distrito de Stohes específicamente. Hay algo que debo encontrar y creo que está dentro de esas murallas. — Contestó seriamente aún sin mirarla.

—¿Qué es lo que está buscando? — Preguntó lentamente.

Levi guardó silencio un rato y Mikasa tampoco se atrevió a cortar la falta de ruido, había vuelto su curiosidad y temía que si hablaba él fuera a arrepentirse de contarle, de pronto sintió que un sentimiento de confianza se instaló en ambos. Él se irguió nuevamente para verla a los ojos.

—¿Sabes cómo me uní al cuerpo de exploración? — La pregunta la descolocó por completo por el repentino cambio de tema, el cuerpo del capitán se giró hacia ella para poder analizar sus reacciones.

—No... — La chica apretó los labios meditando lo que diría a continuación. —Sólo sé por lo que dicen, que el comandante Erwin lo reclutó — Lo siguiente que calló eran rumores que había escuchado tantas veces entre los soldados, nunca había prestado atención a lo que decían y no le daba importancia, porque lo único que consumía sus pensamientos era Eren.

—Sé que se escuchan muchos rumores entre los pasillos de la legión. — Mikasa entreabrió sus labios sorprendida creyendo que había hablado en voz alta, pero se relajó de inmediato.

—¿Cuál es la verdad? — Preguntó la joven esperando paciente su respuesta, Levi parecía meditar mucho las palabras que fueran a salir de su boca.

Sus ojos la veían atentos, ambos mostraban sus rostros más serenos y haciendo preguntas esperando respuestas, él tardaba más en contestar y ella se mantenía quieta en su lugar. No se movían, pero lo que parecía una batalla de miradas comenzó y ninguno parpadeó. La única fuente de iluminación daba directo al rostro de Mikasa y el de Levi apenas era perceptible en la oscuridad debido a la contraluz.

"¿Cuándo fue que ella se volvió tan importante para mí?"

"¿Cuándo fue que él empezó a consumir mis pensamientos?"

Cada uno se encontraba inmerso dentro de sus propios pensamientos. Cuestionamientos que no tenían respuesta se revelaron en su cabeza mientras seguían con la mirada fija el uno al otro.

—¿Capitán? — Dijo apenas en un susurro, esperando no romper la atmósfera.

—Mikasa, no debes acercarte a mí. No soy esa persona de la que hablan maravillas. 'El soldado más fuerte de la humanidad.' — Un sonido salió de su garganta, casi parecía una risa, una seca y sarcástica. —Que tontería. No soy el héroe de la humanidad y tampoco soy quien va a detener esta guerra. — Se detuvo un momento para tragar en seco, su garganta empezaba a molestarle. —Hazte más fuerte, protege a Eren, a Armin, a quienes consideres tus amigos, no como yo… A ellos no pude protegerlos.

Ella quiso contradecirle, hacerle saber que sí era fuerte, gracias a él habían sobrevivido muchas misiones, que ella sabía que no era indiferente al sacrificio y sufrimiento de sus colegas. Decirle que era un buen hombre, ella y muchas personas lo sabían y lo admiraban por eso, aunque su actitud quisiera demostrar lo contario. Más las palabras no salieron de su boca.

—¿A quiénes? — La conversación dio un giro inesperado para ella. Que el capitán empezara a decirle esas cosas no tenían ningún sentido, sabía lo que tenía que ser para protegerlos a ellos, a ella, pero también deseaba protegerlo a él, como el día que los salvó por primera vez.

Desvió su rostro de ella, observando ahora distante algún punto de la medio iluminada oficina —Farlan e Isabel, eran lo más preciado que tenía, eran lo más cercano a una familia. — Omitió a la persona que lo crio cuando su madre falleció, a aquel que le enseñó a sobrevivir en la ciudad subterránea, aquel que le enseñó a robar y matar para su supervivencia. El peso de las muertes que no abandonaron nunca sus hombros.

—Levi… — Sus dedos apenas rosaron el hombro del pelinegro hasta que unos golpes se formaban del otro lado de la puerta haciendo que se apartara bruscamente y ambos miraran a la entrada del lugar.

—¡Capitán! — una voz agitada se escuchaba del otro lado de la puerta.

Como resorte se puso de pie para abrir y una agitada Petra se mostraba frente a él.

—Capitán, titanes al noreste de las murallas, el comandante ordenó la formación del escuadrón de inmediato. La líder de escuadrón Hanji ya se ha adelantado con su equipo para investigar la repentina aparición de estos titanes. —

Petra estaba agitada por lo que parecía había corrido a avisarle del avistamiento. Después de que tomó aire, observó a Mikasa dentro del lugar.

—Mikasa que bueno que nos encontramos también. — Le sonrió y la mencionada sólo atinó a asentir anonadada.

—¿Qué dices? ¿Ahora? — Interrumpió Levi.

Mikasa corrió a la salida, no tenía su uniforme puesto y debía preparar su equipo en caso de que tuvieran que luchar con las bestias. Sin esperar un permiso para retirarse, salió como una bala de ahí, quería darse prisa para prepararse y salir junto a sus compañeros, le preocupó que con toda la agitación no pudiera divisar a Eren entre la formación en caso de que tuviera que protegerlo.

Cuando llegó a su destino casi choca con Sasha quien se encontraba saliendo de la habitación lista con su equipo.

—¡¿Mikasa dónde estabas?! — Dijo Sasha sorprendida, se hizo a un lado para permitir la entrada de Mikasa a la habitación. —Tenemos que irnos. —

—Lo sé, dame un minuto.— Se deshizo rápidamente de su ropa para colocarse el uniforme y tomando sus armas.

Ambas salieron para dirigirse a los establos. Mikasa veía hacia todos lados tratando de buscar a Eren y Armin entre los soldados que se dirigían hacia su mismo destino. Tampoco divisó al comandante o algún otro de los líderes de escuadrón.

—¡Connie! ¡Jean! — Gritó Sasha a su lado y dirigió su vista en dirección a ellos esperanzada de que Armin o Eren estuvieran con ellos. La pelinegra se apresuró para llegar a su lado después de tomar su caballo.

—¿¡Dónde están!? — Ante la cara interrogante de ambos preguntó más exaltada. —¡Eren y Armin! ¿Dónde están?

—No los hemos visto, esto se hizo un caos con la aparición de los titanes, que sea de noche no ayuda mucho a distinguir a las personas que ya se han ido. — Respondió Jean serio.

Sin esperar algo más, Mikasa dirigió su caballo hacia la parte de la muralla donde fue el avistamiento, escuchó a sus espaldas las voces de sus compañeros, pero sin dirigirles la mirada aceleró la velocidad de su caballo. Pudo divisar algunos soldados esparcidos en los techos de las casas más cercanas a la muralla y otros tantos subir con sus equipos a la cima de esta. Buscó desesperada entre los soldados de la legión, hasta que una mano se posó sobre su hombro llamando su atención.

—No vuelvas a hacer eso, debes esperar mis órdenes para conformar la formación. — Levi la reprendía seriamente y ella al mismo tiempo se calmaba conteniendo su desesperación. —Sé que los estás buscando, tranquilízate, ningún titán ha cruzado la muralla, no hay necesidad de precipitarnos, esperemos que el equipo de guarnición nos dé un status de la situación.

—Si capitán. — Respondió calmada relajando las riendas de su caballo quien estaba inquieto por la fuerza ejercida hace unos instantes.

—Levi. — La fuerte voz del comandante los hizo girarse instintivamente. —¿En qué condiciones está tu equipo? —

—Falta Eren, ¿dónde está ahora? — Levi estaba seguro que Erwin debía saber el paradero del chico, el equipo de Hanji se había adelantado cuando recibieron la alerta, oportunidad que la líder no había desaprovechado y emocionada se precipitó seguido de su fiel compañero Moblit a su lado.

—Hanji. — Respondió simplemente. —La mayoría de los titanes ya fueron abatidos sin tener que intervenir, pero ella quiere probar algo nuevo con Jaeger, dijo que era la oportunidad perfecta para probar alguna otra de sus teorías.

—Esa loca cuatro ojos. — Gruñó Levi. —Qué pérdida de tiempo Erwin, no era necesario que toda la legión viniera. —

Mikasa vio al comandante con preocupación y este le dirigió la mirada adivinando que era lo que pasaba por su cabeza, era bien sabido lo que el chico significaba para ella y les dio la oportunidad de observar lo que tenía Hanji en mente.

—Suban a la muralla, protejan a Eren, si algo se sale de control ustedes deben de acabar con los titanes que queden y salvarlo en caso de ser necesario. —

La pelinegra no tuvo que escuchar la orden dos veces, se bajó del caballo con rapidez y utilizando su equipo de maniobras de precipitó a la cima de la estructura. Divisó a Eren y Hanji a lo lejos, él sólo asentía a las palabras de la castaña. Quiso acercarse, pero sus piernas no le respondieron. Recuerdos de su discusión se acumularon y al final decidió que confiaría en el juicio de Hanji.

La soldado se sorprendió cuando Eren le dirigía una mirada antes de que se lanzara del muro y comenzaba su transformación. Fue hasta ese momento que logró que sus piernas reaccionaran y su cuerpo se acercaba a Hanji, ella al notar su presencia le dirigió una sonrisa.

—Mikasa que bien que estás aquí. —

—Sí. — Respondió secamente mientras divisaba a Eren luchar contra unos titanes debajo de ellas. No pudo evitar tensar todo su cuerpo atenta a cada uno de los movimientos de la lucha, lista con las manos sobre sus armas en caso de que necesitara proteger a su amigo. Parecía que ni siquiera parpadeaba, seguía con sus ojos las posiciones de los titanes.

"Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis..."

—Hanji, ¿ahora que planeas con esta estúpida idea de transformar a Eren y enviarlo a luchar solo con esos titanes? — Mikasa agradeció internamente la pregunta del capitán, era la misma que se había hecho, pero que no se había atrevido a soltar.

—Quiero conocer sus reflejos y saber que tan bien puede luchar con menos visibilidad que cuando es de día. — comenzó ella con su explicación. —Sabes que sospechamos que la actividad de los titanes por la noche es casi nula, ¡es la oportunidad perfecta! — Terminó emocionada mientras Mikasa la veía con labios entre abiertos por la alegría de sus palabras.

Un nuevo gruñido proveniente del titán de Eren captó su atención notando a lo lejos uno nuevo que se acercaba corriendo a él.

—¡Capitán Levi un nuevo titán por el norte! — Señaló Erd Gin.

Todos voltearon sus cabezas en dirección a donde indicaba el subordinado y eso alertó a Mikasa quien observó nuevamente a eren distraído con los dos últimos titanes que quedaron por exterminar. Se encontraba de espaldas a este sin percatarse del inminente peligro. Mikasa bajó con su equipo de maniobras por la muralla, pero Levi fue más rápido y fugazmente pasó delante de ella para dirigirse al titán que se acercaba rápidamente exterminándolo en cuestión de segundos.

Levi se posó a su misma altura en la muralla sosteniéndose de los cables sólo a unos cuantos metros alejada de ella. La pelea con Eren también había terminado.

El titán divisó de pronto a la soldado de colgaba casi a su altura mientras ella lo observaba aliviada porque no resultase herido, ahora sólo tenían que sacarlo de ahí. Ella le mostró una sonrisa mientras él la veía fijamente sin moverse de su lugar. De pronto un movimiento brusco del brazo de Eren se fue en su dirección y escuchaba al mismo tiempo el grito desesperado del capitán llamando la atención del titán.

Mikasa se sorprendió por el repentino ataque, estaba muy cerca. Estaba ocurriendo de nuevo, en la misión para recuperar Trost su amigo la había atacado y recuerdos donde intentaba que lograra la cordura llegaron a su mente al igual que los resultados donde el único que pudo ayudarlo había sido Armin. Intentó alejarse lo más pronto posible de él, pero su mano la había aprisionado entre la pared de la muralla creando una jaula a su alrededor y ella se asomó entre las aberturas de sus dedos buscando los ojos del titán y este se acercó a su mano para ver a la chica aprisionada entre ellos. El material a sus espaldas se había quebrado un poco.

—Eren... — Sólo atinó a decir con estupor y segundos después Levi atacaba el cuello del titán para sacar a Eren del cuerpo.

Hanji, Erd y Petra se colocaron al lado de Mikasa para cortar los dedos que ahora se desvanecían y una ola de calor por el vapor la sofocaba. Al liberarla, le ayudaron a subir a la muralla y lo primero que captó la atención de Mikasa no fue el cuerpo herido, pero consiente de Eren, sino el enojo en los ojos de Levi. Aún tenía en sus manos las cuchillas con las que había utilizado en él y estos apuntaban a su dirección.

—Tranquilízate Levi, fue un error en los cálculos. — Trataba de relajar Hanji el ambiente colocándose frente a él con las palmas de sus manos frente a ella para crear un escudo.

—¿Un error de cálculo? ¿Eres estúpida? ¡Por poco hiere a Mikasa o peor, casi la mata! — Eren bajaba la cabeza con cada palabra pronunciada, como si le dieran golpes cada que la conversación avanzaba, sus ojos estaban fuertemente cerrados y sus puños se crispaban sobre el suelo.

La cabeza de Eren era un caos en ese momento, veía a Mikasa frente a él y de pronto su mano la golpeada fuertemente contra el muro, sino es que se controlaba al final la hubiera aplastado, en cambio había logrado crear un hueco entre ella y su mano para no hacerle daño. Se sentía mal consigo mismo, después de tantas semanas de entrenamiento y experimentos con Hanji para poder dominar el poder del titán no habían servido de nada, no tenía control absoluto de él todavía.

"Estuve cerca de asesinarla." Lágrimas salieron de sus ojos y estas caían sobre sus puños, de pronto sintió que unos brazos lo rodeaban en un cálido abrazo, el distintivo olor de la joven se hizo presente por lo que Eren supo que era su amiga quien lo consolaba.

—Me alegro que estés bien. — Susurró para él mientras escondía su rostro en el cuello de Eren. Se preguntó cómo era posible que después de todo lo que la había hecho sufrir se preocupara por él nuevamente. Le devolvió el abrazo estrujándola fuertemente contra su cuerpo aún en el suelo y repitiendo continuamente palabras de disculpas.

—Perdóname Mikasa, no quise hacerlo, por favor perdóname. —

Levi veía irritado la escena frente sus ojos, dejó de discutir con Hanji y guardó sus armas y les dio la espalda dispuesto a irse.

—Yo tomaré la responsabilidad por esto. — Dijo Hanji seriamente viendo como su amigo se alejaba de ella.

—Haz lo que quieras. — Decía por último antes de lanzarle del muro y desaparecer del lugar seguido los miembros más antiguos de su escuadrón.


¡Una disculpa a todos! Creó que imagino lo que están pensando, la historia es de Levi y Mikasa, pero juntas más a Mikasa con Eren jaja bueno, quiero apegarme lo más que pueda al sentir y personalidad de los personajes, saben que los Ackerman son personajes complejos y me ha estado dando vueltas la cabeza de como los juntaré en la historia, es complicado, ¿saben? Estoy convencida que no son de los que se dejan llevar tan a la ligera en cuestiones del amor.

Vamos lentos con el Rivamika lo sé, lo sé, pero les prometo que esto llegará pronto y lo van a disfrutar jaja.

Según yo tenía listo el capítulo desde hace días, pero no me convencía del todo y le estuve haciendo muchas correcciones en la historia. Espero de todo corazón que sea de su agrado. Creo que vamos viendo una cercanía entre ambos y siento que la confianza es un paso muy importante que deben desarrollar para que puedan estar juntos sin miedos.

No olviden dejar sus comentarios, si hay algo en lo que pueda mejorar no tengan pena en decírmelo jeje. Nos leemos pronto :)