En realidad, no le dijeron gran cosa, la Quinta le indicó que se quedaría ahí hasta que se recuperara y después hablarían sobre su estadía en la Hoja. Le explicaron la gravedad de su herida y el proceso de recuperación, una semana en cama sería más que suficiente. Eso fue todo, no hubo algún sermón, ninguno pidió explicaciones, ni tan siquiera preguntaron por Sasuke, nadie lo hizo. Era como si no tuvieran curiosidad sobre todo lo que había sucedido, de su vida mientras estuvo lejos, no se molestaron en averiguar qué era lo que sabía y si esa información les era útil.
Tsunade le hablaba como si fuera un ninja más, en su voz de mando no había particular resentimiento, Shizune asentía todo lo que la Quinta decía y lo observaba, la dedicaba fugaces sonrisas, pero se mantuvo callada y no dijo nada. Jiraiya participaba ocasionalmente en la conversación, decía que esa herida debía tomarse con calma y paciencia. Naruto y Sakura permanecieron en completo silencio, observaban la escena y nada más. Era de sorprender, pero no hubo un solo reclamo, no hablaron de nada que no fuera estrictamente esa herida en el abdomen. Pero la distancia, la incomodidad, el desapego emocional por parte de todos no podía ser más evidente. Ni siquiera parecían orgullosos de haber capturado a un ninja renegado y buscado en varias Aldeas, no se mostraban interesados en lo que él tuviera qué decir, nada. Fue una visita corta, muy corta y en extremo incómoda, para todos. Suspiraron de alivio cuando se acercaron a la puerta para irse y dejarlo, realmente parecían preferir que él siguiera fuera de la Hoja que tenerlo ahí. Los dos últimos en irse fueron Naruto y Sakura, atravesaron toda la habitación sin mirar al ninja y salieron cerrando la puerta detrás de ellos.
Ya habían pasado siete días después de eso y ninguno había vuelto. Kakashi pensaba en su alumno y su bienestar, sabía que no tardaría en encontrar a Itachi y le preocupaba las condiciones en las que estaba. Durante los últimos meses sus ojos presentaban algunos problemas, y Karin no podía ayudarlo con eso, quizá nadie podría hacerlo. Y si se enfrentaba a Itachi con esa clase de desventaja, podría terminar muerto. Así que el ex ANBU no dejaba de pensar en alguna estrategia para él, estaba decidido a huir antes de que Sasuke encontrara a su hermano, pero tenía muy poco tiempo. No creía que Suigetsu, Karin o Jugo fueran de gran ayuda, sí, tenían buenas habilidades, pero estaban muy lejos de lograr proteger al Uchiha.
No había vigilancia, tampoco le mencionaron que lo estuvieran vigilando, no sintió ninguna presencia ANBU, así que estaba un poco más relajado y podía planear sus estrategias con absoluta calma, sin interrupciones. Una enfermera llegaba todos los días y le cambiaba el vendaje, esa era su única visita. Sabía que no estaba en confinamiento, lo que sucedía era que nadie tenía especial interés en visitarlo. Tsunade volvería cuando tuviera algo más que decir, alguna otra orden, o quizá mandaría a Shizune, o alguien más; Jiraiya no acostumbraba a quedarse tanto tiempo en la Hoja, quizá ya ni estuviera allí; ni Sakura ni Naruto se mostraron muy entusiasmados de tenerlo ahí, así que su ausencia era comprensible; a Guy le había mentido descaradamente... No tenía razones para tener visitas, hacía días que no pronunciaba una sola palabra, ni quiera cuando estaba solo, tan sólo eran sus pensamientos y nada más. Pero sí esperaba a alguien, y ese alguien apareció cuando el séptimo día apenas comenzaba.
-¿Dónde está Sasuke? – preguntó Danzo, no había cambiado nada, con esa apariencia tan distintiva, con ese tono de voz déspota y autoritario que dejaba en evidencia su ansia de poder.
-No lo sé – respondió secamente. No sabía hasta qué punto Danzo estaba actuando por su propia cuenta, quizá había sido enviado por la Hokage y el interrogatorio comenzaba allí mismo. Kakashi llevaba siente días preparándose para ese momento. No revelaría nada, sus anteriores palabras habían sido las últimas que diría. Desvió la vista demostrando una absoluta falta de respeto que antes hubiera sido imposible que cometiera, incluso tratándose de él.
-Entiendo.
Pero no aceptó esa respuesta, se acercó con ese paso lento y desesperante, se ayudaba de un bastón. Kakashi sabía que no era tan débil como lo aparentaba, que su cercanía tenía un objetivo. Y lo dejó al descubierto inmediatamente, Kakashi observó cómo Danzo levantó el bastón y lo dejó caer justo sobre su abdomen, a la altura de la herida. El ex ANBU habría podido detener ese golpe, estaba bastante recuperado y no le habría costado incorporarse y defenderse, pero no lo hizo. Si se revelaba contra la Hoja significarían problemas, obstáculos para poder irse lo más pronto posible, estaba dispuesto a pagar el precio por mantener oculta la ubicación de su alumno. El golpe había sido más fuerte de lo que esperaba, lo sofocó y sintió que una parte de la herida se abría de nuevo. Hacía siete días que no sentía dolor, y volver a eso fue frustrante.
-Lo preguntaré una vez más, ¿dónde está el Uchciha? – su voz era mucho más oscura, revelaba su verdadera identidad.
El silencio de Kakashi fue merecedor de un segundo golpe que terminó por abrirle la herida, pero se negó a soltar, aunque fuera el más mínimo, gemido de dolor. Estaba seguro de que sangraba de nuevo, sentía algo tibio que se expandía por el abdomen y que manchaba las vendas. Mientras Danzo subía y bajaba el bastón con fuerzo, acertando de lleno en la herida, un enojo contra la Hoja comenzó a formarse. Detestaba la manera en la intentaban obtener información, que lo retuviera de esa forma, primero aparentando que nada le sucedería, que estaría a salvo, lo atendieron, le ofrecieron una habitación más que decente, sin vigilancia, tres comidas al día, como si fuera más un herido que un renegado, y ahora lo hacían pagar. Lo dejaban completamente en manos de Danzo.
Justo cuando ya casi estaba completamente recuperado, la Hoja lo lastimaba. La Aldea no se mostraba feliz con su captura, pero le impedían marcharse. Por eso no quería estar allí, porque la Hoja no tenía palabra, sus acciones eran hipócritas.
Escuchó que la puerta se abría, había cerrado los ojos con el segundo golpe, mantenido su mente apartada de ese momento para disminuir el dolor, para hacer más soportable el tercero, cuarto y quinto golpe. Estaba seguro de que sería ANBU Raíz, listos para trasladarlo a algún lugar más apropiado para continuar con el interrogatorio, o quizá sería la Quinta para saber cuánta información había logrado sacarle y pedirle que se apresurara.
-¡Maldición! – abrió los ojos cuando escuchó esa voz. Era Sakura que corrió hasta donde estaba Danzo y justo cuando pensaba dar otro golpe, la médico detuvo el bastón y lo empujó para atrás, el ninja estuvo a punto de caer.
-Apártate, jovencita. Sé que eres una de las preferidas de Tsunade-himme, pero eso no te da derecho a entrometerte en este asunto. Vete y déjanos.
-No dejaré que lo toque – la voz de Sakura resonó en la habitación. No se movió ni un solo centímetro de donde estaba, cubriendo al que fuera su antiguo sensei. Se enfrentaba directamente a una de las principales autoridades de la Hoja y lo hacía con absoluta seguridad. Su bata blanca se ondeaba ligeramente, igual que su cabellera rosa sujeta en un moño alto, era el aire que entraba por la ventana.
-No me obligues a moverte.
-Adelante – de las manos de la médico comenzó a emanar un chakra verde.
Se quedaron en completo silencio durante algunos segundos que a Kakashi le parecieron eternos, era evidente que ninguno planeaba ceder. Danzo no se daría por vencido, había encontrado una oportunidad para conseguir información y la aprovecharía. Y Sakura no podría interponerse por más que lo quisiera, y menos si era una orden directa de la Hokage. Kakashi intentaba conseguir un poco de energía para lo que sucedería a continuación, Danzo terminaría por apartar a Sakura y continuar con el interrogatorio.
-Ese ninja es una escoria, un renegado que ha manchado la historia de la Hoja con su huida. Desperdició su talento, arruinó su nombre y el de la Aldea con él, y si tiene que morir para remediarlo, pues que así sea.
Sakura no dijo nada, pero tampoco se movió, Kakashi sabía que ella terminaría por irse. Era imposible enfrentarse a Danzo. Pero la médico se dio vuelta con suma tranquilidad, como si no estuviera retando a el favorito de los Ancianos, quitó la cobija manchada de sangre que lo cubría y que ya estaba rota por los golpes que había recibido, quitó las vendas que estaban empapadas de sangre y dejó al descubierto la herida. Chakra verde y luminoso fluía por sus manos y estaba a punto de ponerlas sobre la herida abierta y punzante, cuando Danzo se acercó y la tomó del brazo. Le dio vuelta con brusquedad y la enfrentó directamente.
-¡Apartate! – le gritó en la cara. En ese mismo momento, alguien empujó a Danzo que esta vez sí cayó al suelo, era el ANBU de siempre, Naruto.
-Largo, Danzo – ordenó con una voz segura, firme, de alguien que está seguro de ganar cualquier batalla.
-El Kyubi... - el ninja fundador de ANBU Raíz se puso de pie con una estúpida sonrisa y se marchó sin decir nada más. Volvería, sin duda que lo haría, pero no vendría solo.
-¿Estás bien, Sakura-chan, te hizo algo?
-Estoy bien, llegaste justo a tiempo. Avisa a Tsunade-sama, por favor – pidió Sakura acercándose otra vez a la cama. El ANBU desapreció con la misma rapidez con la que apareció, a un niño le habría parecido asombroso. De nuevo un chakra verde salió de sus manos y estaba por curarlo cuando Kakashi, en un arranque de ira, se sentó en la cama y la empujó lejos. No creía que tuviera tanta fuerza en esa situación, pero la médico se estrelló contra una mesita que ella misma había traído una semana atrás, perdió el equilibrio completamente, chocó con la mesa y terminó por caer al suelo. Era claro que no esperaba que el ninja se revelara así que la tomó por sorpresa. Se quedó en el suelo durante algunos segundos, había sobre su trasero, parpadeó un par de veces, como asimilando lo sucedido y luego se incorporó. Se marcharía, no tenía por qué soportar esa actitud cuando sólo intentaba ayudar, mandaría a otra enfermera, o esperaría a la propia Hokage, pero Kakashi no dejaría que nadie lo tocara. Estaba harto de la situación, de los juegos de la Hoja. No estaba dispuesto a que lo sanaran de nuevo para después mandar a Danzo como interrogador. Sí, se merecía ser tratado como el ninja renegado que era, pero eso no significaba que estaría dispuesto a soportarlo.
Resultó que Sakura no se marchó, se puso de pie, se acercó de nuevo a él dispuesta a curarlo. Sus ojos jade lo observaron con absoluta tranquilidad, pero demandaban ser obedecidos, le revelaban una obstinación gigantesca, el mensaje era claro: no importaba cuántos veces la apartara, lo intentaría de nuevo.
-Hay mucho de Naruto en tus ojos, del Naruto que recuerdo – susurró Kakashi, en realidad fue un comentario para él mismo, lo dijo tan bajo que era imposible que ello lo hubiera escuchado. La médico volvió a acercarse, decidida, sin importante que él la hubiera apartado de la forma en la que lo hizo, ignoró su comportamiento, su propio orgullo como médico y como mujer, puso las manos sobre la herida abierta y comenzó a curarlo.
En esa ocasión Kakashi no a la apartó, sólo se quedó quieto observándola. Sus ojos jade no se despegaban de la herida, mordía su labio inferior, eso le recordó un poco a cierta costumbre de la Hokage. Estaba casi completamente concentrada, una parte de ella seguía pensando en lo que acababa de suceder, la presencia de Danzo, que él la empujara cuando sólo quería ayudar, en que Tsunade no debería tardar, en todo eso pensaba Sakura, o eso creía el ex ANBU que veía esos ojos jade fijos en un solo punto. Era evidente que pensaban en algo más, respiraba de forma agitada. El dolor estaba cediendo ligeramente. Más que la herida abierta, era la forma de abrirla, ese bastón le había lastimado el abdomen y dejado completamente adolorido. Gran parte de su vientre terminaría amoratado, la herida además de abierta estaba roja e inflamada.
-Shizune, ayuda a Sakura – Tsunade había entrado junto a su fiel compañera y amiga.
-Traeré vendas limpias, necesito limpiar la herida – Sakura dejó que Shizune se encargara y salió de la habitación con las manos todavía manchadas de sangre. Shizune se acercó y de inmediato comenzó con a curarlo. Se le veía tan concentrada, las médicos parecían compartir esa característica, como si no existiera otra cosa más que curar a un herido. Toda su energía se concentraba en un solo punto, en una acción, arriesgaban su propia vida y seguridad para sanar. Las médicos podían ser ninjas, pero eran una especie completamente diferente, sus prioridades eran otras, intentaban salvar vidas, no acabar con ellas.
-¡Maldición!, ¡¿cómo se atrevió? – la Quinta estaba de pie, mordiendo su labio inferior, se le veía pensativa, pero principalmente furiosa. Quizá se lamentaba que después de todo Danzo no hubiera logrado obtener información, o que Sakura interrumpiera el interrogatorio.
-Se pondrá bien – informó Shizune – Pero necesitará descansar. Quizá deba considerar una vigilancia.
-¿Y crees que no lo había pensado, Shizune?
Sakura entró con un montón de vendas y toallas limpias. De inmediato se acercó y comenzó a limpiar toda la sangre que no dejaba ver el verdadero estado de la herida. Lo hizo con completa eficiencia y cuidado, sus manos se deslizaron suavemente, estaban cálidas. La herida parecía igual de inflamada, pero por lo menos ya no sangraba.
-¿Qué sucedió, Sakura? Naruto sólo mencionó a Danzo.
-Hoy debía revisarlo, la herida debía estar casi cerrada y él listo para abandonar el Hospital. Usted lo sabía Tsunade-sama. Cuando entré a la habitación estaba Danzo... Naruto ya debió contarle el resto.
-¿Por qué Naruto tarda tanto?, ¿Y por qué demonios Danzo estaba aquí, quien se lo dijo? – el tono de voz de la Hokage atravesó las paredes. Kakashi se sentía un poco mejor, pero estaba absolutamente confundido y se negaba a hablar con cualquier ninja de la Hoja. Las dos médicos hicieron un gran trabajo, rápido y eficiente, en minutos detuvieron el sangrado, la inflamación era el mayor de sus problemas, aunque las punzadas eran soportables, lo vendaron de nuevo y cubrieron con una manta nueva y cálida. Estaba exhausto, agotado.
-Iré a la Torre Hokage, no debe quedarse su oficina vacía – indicó Shizune.
-Sí, es lo mejor – apoyó la Quinta. Shizune se retiró. Pero Sakura se quedó allí, observando. Parpadeó y Naruto había aparecido con su traje ANBU y la máscara.
-Ya vienen – anunció acercándose a Sakura y poniendo una mano en su hombro - ¿Estás bien?
-Sí – la médico, que había estado viendo a Kakashi, se giró y habló con su compañero – Gracias por venir – él sacudió su cabellera rosada. La puerta se abrió y entró Jiraiya y Guy.
-Así que Danzo terminó por descubrirlo – afirmo el Sannin en un tono pensativo – Bueno, hubiera sido raro que no lo hiciera, aunque tardó siete días, y eso ya es un gran logro Tsunade. Lo mantuviste bien oculto, en una zona del hospital completamente aislada, con una enfermera de tu absoluta confianza, escogiste un grupo ANBU selecto para su traslado, evitaste la vigilancia para eliminar cualquier rastro. Lo hiciste bien, pero no duraría para siempre.
-Lo sé, sólo quería un poco de tiempo para perfeccionar una estrategia. Pero ahora...
-Danzo no debe tardar en volver... - habló Guy – Y no vendrá solo, los Ancianos...
-¡Ahora yo estoy aquí, y nadie va a subestimar mi autoridad! – Tsunade dio un paso firme que terminó por sobresaltar a todos los presentes – Dime qué paso, Kakashi – pero el ninja se mantuvo en completo silencio, primero quería una explicación y quizá después hablaría. Todos los que estaban ahí lo habían ignorado por completo hasta ese momento que necesitaban su cooperación. Su orgullo estaba herido, ni mencionar su ego. Sakura negó con la cabeza indicándole a su maestra que el ex ANBU no respondería.
-No hay tiempo para esto, Kakashi – interrumpió Guy pensativo – No importa si no quieres estar aquí, lo importante es que no querrás estar a donde te llevará Danzo. Puedes hablar ahora o mantenerte en silencio para ANBU Raíz.
-Danzo quiere obtener información – dijo Kakashi incorporándose con cierta dificultad, debía tener aliados, y ellos eran los más adecuados, debía dejar el ego y el orgullo para después. – Quiere saber la ubicación de Sasuke.
-Danzo no sabía de tu presencia aquí, Kakashi – comenzó Jiraiya viéndolo directamente a los ojos, su tono de voz era hasta un poco sombrío – Tu llegada aquí se mantuvo en secreto durante siete días.
-¿Por qué?
-¿Por qué? – repitió el Sannin con una sonrisa irónica – Para mantener a salvo de Danzo, de sus deseo de obtener información. Intentar pensar en una solución para tu presencia aquí, una que no te lleve a la Raíz. Crear un discurso aceptable y convincente para los Ancianos de por qué estás aquí y no en una celda como el ninja renegado que eres, darles una buena razón para no darte como carnada fresca a Danzo. Por eso tu llegada era un secreto.
Se quedaron todos en completo silencio. Kakashi apenas comenzaba a asimilar todo lo que estaba ocurriendo. Tsunade no había mandado a Danzo, o por lo menos eso decía ella, él descubrió su presencia en la Hoja y decidió obtener información por su cuenta. Ese grupo había hecho todo lo posible por mantenerlo a salvo. Tsunade incluso podría terminar de perder la aprobación de los Ancianos y su puesto como Hokage se tambalearía. Sakura lo protegió, se interpuso y lo curó, y él la apartó con tal fuerza que cayó al suelo. Por primera vez desde que llegara a la Hoja sintió que debía darles las gracias. Sabía el riesgo que corría en manos de Danzo, lo habló con Sasuke en su momento, y ese grupo lo protegió de ese futuro, por lo menos por ahora. Quizá se comportarían de forma diferente cuando él se negara a compartir la información con ellos, quizá entonces lo entregarían a Danzo por voluntad propia. Pero por el momento aprovecharía la situación. Sacaría tanto provecho como fuera necesario.
Shizune entró a la habitación, se le veía nerviosa.
-La están esperando en la Torre, Tsunade-sama – no hizo falta que dijera de quien se trataba.
-Iré contigo – Jiraiya observó un momento a Kakashi y después sólo le advirtió– Prepárate.
-Sakura, ven conmigo. Naruto, Guy, quédense aquí y no dejen que nadie se acerque.
Todos obedecieron las órdenes de Tsunade, Sakura, Shizune, Jiraiya y la Quinta salieron de la habitación; sólo Sakura se giró para verlo, le ofreció una ligerísima sonrisa, sus ojos jade se posaron en los suyos, no era compasión lo que demostraban, era una sincera empatía. Era una médico que dejaba a un herido, pero nada más. Creía recordar la verdadera mirada de la que solía ser su alumna, cuando eran un equipo, y aunque no pasaron mucho tiempo juntos, confiaban en él. Ahora no había confianza, sino la sombra de eso, la sombra de todo. En la mirada de la médico sólo había eso. No era nada familiar, era empatía, pero muy distante. Aun así fue una sonrisa preciosa.
Se enfrentaban a un serio problema, en la cabeza de todos estaban proteger a la Hokage, buscar argumentos para sostener su decisión de mantenerlo oculto. Y los que se quedaban, Naruto y Guy, ellos tendrían que enfrentarse quien se presentara en esa habitación y buscara información o llevárselo a algún otro lugar.
-Escuché que te asignaron a tu propio equipo, Naruto – Guy comenzó a hablar con tranquilidad, incluso con una sonrisa, lo tomó del hombro con cariño – Lo has hecho bien. Estoy orgulloso.
-Gracias, Guy-sensei. Eso significa más misiones lejos de la Hoja, me ausentaré durante meses, así que lo rechacé.
-¿Ella lo sabe?
-Todavía no – justo cuando respondió, aparecieron dos ANBU.
-Después seguiremos hablando.
Ambos ninjas se colocaron en modo de ataque. No importaban quienes fueran, no podrían contra Naruto y Guy, Kakashi conocía la fuerza de este último, y tenía una ligera idea de las habilidades del primero, así que no había forma de que los vencieran. Y ellos mismos lo supieron de inmediato, se marcharon con la misma rapidez con la que aparecieron. Su aparición debió ser para averiguar lo que sucedía con el ninja, quién lo protegía y si tenían oportunidad, así que su rápida desaparición indicaba que no tenían posibilidades y que sólo les quedaba entregar información. Danzo podía caminar lento, pero sus acciones eran rápidas. Además de reunir a los Ancianos en la Torre, también enviaba a un grupo ANBU para informar sobre la situación en esa habitación, y seguro que se quedarían cerca vigilando, registrando cualquier movimiento.
Guy y Naruto se quedaron en la habitación durante una hora más, sin moverse, sin intercambiar alguna otra palabra, entre ellos, o para dirigirse a él. Naruto no dejaba de sorprenderle, primero con sus habilidades y su crecimiento, que ahora formara parte de ANBU, pero, sobre todo, su conducta. Podría considerársele silencioso, parecía que no hablaba a menos que fuera estrictamente necesario, su evidente entusiasmo desapareció casi por completo y sólo se mostraba ligeramente cuando estaba con Sakura. No es que se mostrara desinteresado, era que no era ya efusivo, sus emociones estaban contenidas, apenas quedaba una huella reconocible del niño que había dejado. Sus rasgos tan distintivos, el cabello rubio y los ojos azules se encontraban ocultos la mayor parte del tiempo. Era una transformación muy inesperada, seguro que Sasuke también se sorprendería.
-Sakura y tú hacen un buen equipo – mencionó Kakashi. No había pretendido iniciar una conversación, pero de repente sintió el impulso de hablar. Quizá por los viejos tiempos, porque después de todo, él había dejado a Naruto a su suerte.
-Sakura-chan y yo no somos un equipo – Naruto levantó su máscara y lo vio directo a los ojos, se le veía tranquilo – El equipo siete desapareció, Sakura-chan y yo tomamos caminos diferentes. No tenemos misiones juntos... la acompaño cada vez que sale de misión, pero...
-Lo haces sin autorización – interrumpió Guy a forma de regaño, pero la verdad era que su tono era de sincero orgullo por cuidar tanto a la médico.
-La sigues cuidado – dijo Kakashi que no pudo evitar sentir una punzada de culpa. Después de todo, él había sido quien los dejó.
-Sí, por supuesto. Aunque ella no necesitan que lo hagan, soy yo el que depende de Sakura-chan y sus cuidados.
Naruto asintió con una mirada que no tenía nada de resentimiento. Y de alguna manera parecía tan injusto que ni él ni Sakura lo culparan por la desaparición del equipo siete, en sus ojos no había nada que no fuera amabilidad. Pero en la mirada de ambos había algo tan imborrable, en la de él, era como cierta desesperanza y en la de ella, resignación. Les hubiera hecho mucho bien crecer juntos, pero se separaron y ninguno supo lo que era tener un equipo.
-Gracias por todo, Guy-sensei – Sakura había entrado y hablaba con una sonrisa relaja – Tsunade-sama lo espera en la Torre Hokage, a ti también Naruto.
-De acuerdo – Guy le devolvió la sonrisa y salió de la habitación – Te espero afuera, Naruto – El ANBU caminó hacia la puerta, pero se detuvo cuando estuvo frente a Sakura.
-No te preocupes – dijo ella con voz suave y delicada – Pero no vuelvas a enfrentarte a Danzo, ni siquiera por mí... hablaremos en la noche, ahora ve, a Tsunade-sama le molestan tus retrasos.
Cuando sólo quedaron ellos dos, Kakashi pudo ver que Sakura tenía ropa de ninja en sus manos, la misma que él solía utilizar cuando estaba allí. El sello del fuego... Resopló con diversión, ya sabía lo que la Hoja intentaba hacer y no sucedería de ninguna manera. Negó con la cabeza y volvió a sonreír.
-Recuerdo una vez... - Sakura habló con una sonrisa suave en los labios, dejó la ropa sobre la cama y se quedó quieta frente a él – Naruto, Sasuke y yo intentamos por todos los medios ver su rostro, justo como ahora lo estoy viendo, como lo vi cuando volvió a la Hoja después de tanto tiempo, Naruto también lo ha visto, y lo curioso es que yo apenas noté ese detalle, seguramente Naruto no ha caído en cuenta de que ve su rostro por completo. Eso demuestra como hemos cambiado, todos...
-Sakura, si te han mandado con ese discurso conmovedor, no es necesario porque...
-Tsunade-sama ha mentido por usted, ella también ha cambiado mucho, rompe las reglas cuando cree que la situación lo merece – la médico continuó hablando con el mismo tono tranquilo, la sonrisa seguía allí, adornando su rostro. Se quitó la bata, la mirada de Kakashi se fue inmediatamente a cicatriz que ella tenía en el brazo izquierdo, no dejaba de preguntarse la historia de esa herida – Tsunade-sama le ha dicho a los Ancianos que usted colabora con nosotros completamente, que está aquí por voluntad propia y que desea el perdón. Dijo que la razón para mantener en secreto su regreso es porque usted hablaría con ellos personalmente cuando se recuperara. Incluso se atrevió a decir que volverá a las misiones ninjas y que ha pedido su uniforme y banda de regreso.
-Eso...
-Es una completa mentira – completó Sakura tocando la cicatriz de su brazo de forma distraída, algo que se había convertido en un hábito – Pero eso sólo lo sabemos un reducido número de personas, y la mentira es más benéfica en estos momentos, para todos. Así que si Tsunade-sama pudo mentir por usted, usted puede mentir por nosotros y aparentar que su regreso ha sido voluntario y que esa herida vale la pena porque ha logrado volver a su Aldea natal. Fingirá que ansía volver a las misiones y contribuir a la Hoja, que su huida no fue más que un plan de la Hoja para obtener información y destruir a Orochimaru.
-No lo haré.
-Podrá salir de la Aldea en algunas misiones, tal vez logre escapar en alguna de ellas y volver a donde usted quiera volver.
-¿Cómo saben que Orochimaru...?
-Guy-sensei se encontró con Kabuto – Sakura lo observó a los ojos. Kakashi por primera vez reaccionó ante las palabras de la médico y se dio cuenta de que efectivamente no había nada que cubriera su rostro - ¿Tenemos un trato? – preguntó con una sonrisa perfectamente sincera. Comenzaba a darse cuenta de que ella sonreía mucho, pero no como algo forzado, era una acción natural, un reflejo.
-Lo pensaré.
-Vendré mañana a revisar la herida y por su respuesta. Y no se preocupe, nadie volverá a interrumpirlo, ni un ANBU Raíz ni Danzo. Puede descansar tranquilo, y creo que lo necesita – se dio la vuelta y comenzó a marcharse.
-Espera – ella se dio la vuelta cuando la habitación terminaba de oscurecerse – Gracias.
-Lo veré mañana – dijo ella. Con una nueva sonrisa. Sus ojos jade se encontraron con los suyos – Descanse.
Kakashi la observó salir, cuando la médico salió, la habitación terminó por oscurecerse. El día se había pasado entre conflictos y confrontaciones. Sakura le dijo que no había vigilancia, y le creía, así que tal vez podría intentar escapar. Pero estaba muy cansado, estaba exhausto, después de tantas horas por fin tenía un descanso. Además ya había tomado una decisión.
