Limando asperezas

Summary: Viktor tiene intenciones de casarse con Hermione, pero no quiere hacer esa propuesta hasta que esté seguro de que Hugo y Rose le aprecien.

Viktor sabía que a Hugo le gustaba el quiddith por lo que decidió invitarlo al próximo partido. En ese encuentro se enfrentarían los Chudley Cannons y las Arpías de Holyhead, equipos que, según Hermione y algunos comentarios de Hugo, eran equipos a los que admiraba.

Inicialmente Rose también iría, pero ella se negó, alegando que debía ayudar a James con sus tareas. Viktor no se lo tomó como algo personal. Sabia que a Rose no le gustaba el quiddith y que James necesitaba mucha ayuda, ya que, si sus calificaciones bajaban demasiado, podría perder su puesto como capitán del equipo de quiddith de Gryffindor.

Ver la expresión molesta de Hugo lo desanimó un poco, pero no lo suficiente para darse por vencido. Era un ex-jugador de quidditch, retirarse cuando las cosas estaban difíciles no formaba parte de su naturaleza.

—¿Listo para el juego?

—Supongo —la voz de Hugo no delataba demasiado interés por parte del adolescente.

Eso preocupó y alegró a Viktor en igual medida. Sabía que le gustaba el quidditch, lo había visto jugar en el equipo de Gryffindor y era bueno, por lo que le preocupaba su indiferencia. Lo único que le alegraba era saber que no había sido una respuesta negativa y es que Hugo se había tornado un tanto distante desde que se enteró de que tenía sentimientos por Hermione.

A Rose y a Hugo les había afectado el divorcio de sus padres pese a saber que tenían problemas. Ron y Hermione discutían constantemente y la terapia no parecía haber ayudado. A Viktor le parecía un tanto irónico que la relación entre ambos hubiera mejorado tanto después de separarse.

No estaba celoso. Confiaba en Hermione y sabía que, tanto ella como Ron, habían llegado al acuerdo de que no funcionaban como pareja y que el divorcio, aunque doloroso, era lo mejor para todos. Ambos se habían hecho mucho daño, aunque no llegó a darse ninguna infidelidad. El matrimonio entre ambos había traído conflicto a la familia y esto no se limitaba a las disputas de pareja.

También confiaba en Ron. Ambos se habían hecho amigos con el tiempo y fue el quien le sugirió invitar a los niños a un partido de quidditch. Viktor sabía que Ron era sincero y no lo decía únicamente por el hecho de que el pelirrojo le había hablado de sus intenciones de comenzar una relación con alguien más.

Viktor utilizó un trasladador con forma de sombrero para poder llegar al estadio. Los actos de inauguración comenzaron y Viktor disfrutó de las acrobacias que ambos equipos habían preparado. Hugo también lo había hecho, pero se había esforzado en no demostrarlo.

El partido comenzó. Las Arpías de Holyhead fueron quienes hicieron el primer lanzamiento y también quienes controlaron el partido en poco tiempo. En los primeros treinta minutos habían anotado más de veinte puntos.

—¡Mi tía Ginny es la mejor! —comentó Hugo emocionado. Rápidamente intentó volver a mostrarse desinteresado por el tema.

—Lo sé, jugué un partido contra ella antes de retirarme.

Hugo no pudo volver a mostrarse indiferente. Le hizo varias preguntas, todas relacionadas con el partido que había jugado contra su tía. Viktor las respondió gustoso, feliz de que el adolescente comenzaba a dejar de verlo como al enemigo. Algo natural tomando en cuenta que el joven tenía trece años.

—¿Tienes hambre? —preguntó al ver a un mago vendiendo cerveza de mantequilla y pastel de carne.

Hugo no tuvo que responder, su estómago lo hizo por él. Un sonoro gruñido terminó por delatarlo.

—Sí —Hugo se veía notablemente avergonzado.

—Que bueno, yo muero de hambre.

Viktor sonrió, feliz de que, finalmente estaba limando asperezas con Hugo, a quien ya quería como un hijo.