-Nya nya nya~ -cantaba una pelinaranja mientras cargaba varias cajas de pan.
-Estás muy animada hoy, Rin-chan- dijo su amiga de orbes azules mientras le sonreía y ordenaba los estantes.
-¡Ayer vino a comprar una señora pelirroja junto a la chica más linda del mundo, nya!- decía con sus ojos brillando y una gran sonrisa, pero está se desvaneció rápidamente y bajo su mirada- Pero no sé si la vuelva a ver...
-¡No te desanimes, Rin!- Honoka la miró con decisión- La encontraremos.
La pequeña pelinaranja sintió emoción al escuchar a su compañera e imitó una pose militar para confirmar dichas palabras, dejando caer las cajas, por suerte, el contenido de estas quedó intacto, ambas soltaron un gran suspiro de alivio, se miraron y comenzaron a reír.
Sintieron las campanillas de la puerta sonar, Rin ordenaba el mostrador y traía lo restante, así que Honoka decidió atender.
-¡Bienvenida!- habló enérgicamente cuando vio a la chica peligris cruzar la puerta.
-Buenos días- dijo Kotori acercándose al mostrador donde habían distintos tipos de pastelillos y tartas, observó cada uno con emoción, hasta que se topó con uno que captó completamente su atención. Un bizcocho con un distinguido color azul, de apariencia bastante cremosa y un glaseado perfecto con frutos rojos esparcidos en la parte superior.
-¡Oh! ¿Te gusta "Umi"? Fue un amor a primera vista, ¿no?- sonrió orgullosa la mejor panadera y aprendiz de repostería del pueblo, la peligris se sobresaltó y sintió una ola de calor en sus mejillas- A todos les llama la atención por su color el secreto son los arándanos... ¡Aaaaah! No debí decir eso...
Kotori suspiró de alivio al notar que la chica se refería al postre y asintió.
-Se ve realmente delicioso.

Luego de un pequeño momento incómodo causado por ella misma, la peligris empezó a decidir que tipo de pastelillos llevaría a la mansión Nishikino, si bien no era un encargo de sus jefes, quería de igual manera elegir los que creía que se veían más deliciosos, así podría compartirlos con sus amigas, Maki y Hanayo, que de seguro querrían probar antes de la cena. La puerta hizo sonar otra vez las campanillas interrumpiendo la pequeña charla que Kotori mantenía junto a las dos chicas que atendían el sitio.

- Aquí viene la razón del nombre de nuestro popular pastelillo azul- sonrió Honoka al ver quien era la persona que entraba a la tienda.

-Aún sigo creyendo que es vergonzoso que le pusieras mi nombre a uno de tus productos- soltó la peliazul levemente sonrojada al notar que cierta peligris se encontraba ahí.

Flashback

Umi sonrió y se levantó de su asiento despidiéndose de su amiga, al caminar de vuelta a la camioneta visualizó a una chica parada junto al vehículo, la joven de cabello gris se giró al sentir una mirada sobre ella, sus miradas se encontraron cosa que las hizo sonrojar.

"Entonces ella es la sirvienta de la que hablaba Nozomi... Es realmente preciosa." pensó mientras seguía avanzando, trató de mantener la compostura y verse segura de sí misma con cada paso que daba, pero sus movimientos se veían un poco nerviosos a la vista de la peligris, quien sonrió al verla acercarse cada vez más.

-H-Hola...- tosió un poco para aclarar su voz y quitarse la timidez pero un evidente sonrojo se había hecho presente desde que soltó su primera palabra- Soy Sonoda Umi, es un placer conocerte, eres la sirvienta de los Nishikino, Minami-san, ¿cierto?

-Así es, puedes llamarme Kotori, Umi-chan- la chica de ojos ámbar sonrió de una forma tan dulce que la peliazul no pudo quejarse de la manera tan informal en que la llamo, es más, le gustó tanto como su nombre sonaba en aquella voz aguda e infantil que podría escucharlo todos los días desde ese momento en adelante, su sonrojo creció y sintió su acelerado corazón golpear su pecho una y otra vez.

-Yo...- intentó hablar pero la confianza en este momento no parecía ser parte de ella, era un manojo de emociones indescifrables, no sabía a que podría deberse pero desde que la vio de lejos, su cuerpo no respondía bien, su cara estaba bastante roja y la chica en frente de ella seguía sonriendo con un pequeño rubor en sus mejillas, solo estaban ahí mirándose a los ojos- Kotori... ¿T-Te gustan los pastelillos?

Fin del flashback

-Hola, Umi-chan- dijo acompañado de una pequeña risita, que nuevamente volvió a encantar a la nombrada- Vine al lugar que me recomendaste.

La peliazul sintió vergüenza al recordar que aquel día en el que se conocieron, no sabía cómo continuar la conversación y le acabó preguntando una barbaridad a quien trataba de impresionar. Por suerte para Umi, la peligris era una apasionada en cuanto se trataba de dulces y tartas, comentó que su postre favorito es el cheesecake, la peliazul le recomendó pasar en algún momento a la tienda de sus amigas debido a que tenían opciones bastante buenas.

-Me alegra que hayas decidido venir, Kotori- dejando su vergüenza de lado, esbozó una cálida sonrisa mientras sus miradas no dejaban de encontrarse. Ambas chicas conversaban envueltas en un aura de calidez y comodidad, hasta que la mayor de las pelinaranjas decidió interrumpir.
-Minami-san, su pedido está listo- dejó una pequeña caja blanca con un sello de la tienda, "Passionate~"- Espero disfrutes mucho de nuestros productos y vuelvas pronto.

Una vez que la peligris estuvo lista, decidió despedirse, no sin antes agradecer a las chicas y mirar por última vez a la chica de cabellos azules, salió de la tienda y comenzó a caminar en dirección a una solitaria parada de autobuses.
-Kotori, espera- escuchó la voz de la peliazul unos pasos más atrás de ella, sintió su corazón latir más rápido y con una sonrisa volteó- ¿Te... Te gustaría que nos viéramos algún día fuera de nuestro horario laboral?

• • •

Ha pasado una semana desde que la pelirroja decidió besar a la chica de sus sueños, ¿Por qué lo había hecho? Simple, aceptó que lo que sentía era un enamoramiento a primera vista, si bien fue decepcionada por la impresión arrogante que Nico mostraba, la chica de orbes púrpura reflexionó y se dio cuenta de que ese es su caparazón para no dejarse hacer daño. Por su parte, la pelinegra suspiraba con anhelo, ese primer beso sería inolvidable para ella, además, las palabras que lo acompañaron eran las que siempre quiso escuchar, pero deseaba volver a presionar sus labios con los de la pelirroja y luego del viaje al lago, no se había vuelto a repetir, no porque alguna de las dos no quisiera, si no porque después del tacto entre sus labios esa noche, ambas carecían de valor para mirar a la otra directamente a los ojos, pese a que debían verse todos los días para completar los trabajos que requería la mansión.
La chica pelirroja salió de una larga ducha luego de haber terminado las tareas del día, se vistió de manera cómoda y secó su cabello. Observó por la ventana de su habitación y se encontró con Hanayo y su pelinegra hablando, mientras su amiga acariciaba el corcel que Nico siempre cabalgaba.
"Bien Maki, tenemos que hablar con Nico-chan sobre lo que pasó, nos b-besamos pero eso no indica que estamos saliendo, ¿O sí?... No, no. ¡Debo preguntarle! Aunque nos conocemos hace solo un mes... Un mes... Es verdad, mis días aquí pronto llegarán a su fin, nos queda un mes para irnos... Bueno, entonces... ¡Con más razón debo convertirla en mi novia ahora mismo!"
Bajó rápidamente las escaleras, pero sin ser demasiado obvia, se concentró tanto en lo que le diría a su chica que ignoró a su amiga peligris que entraba en la mansión, hasta que ésta le llamo un poco más fuerte.
-¡Maki-chan!- soltó la chica de ojos ámbar, aparentemente está vez si había sido escuchada, sonrió al ver que lo había logrado- Traje unos deliciosos bocadillos, haré té y prepararé todo para llevarlo a tu habitación, así que espero estés desocupada.
-S-Sí- asintió nerviosa, lo pensó por un segundo y preguntó- Kotori, ¿Crees que hay suficiente para invitar a Nico-chan?
-Claro, será un placer compartirlo con Yazawa-san también- sonrió y entró en la cocina.

Una vez la chica de orbes púrpura salió de la mansión al lugar donde había visto a su amiga y su pelinegra hablar, se acercó a ellas y mencionó lo de Kotori, las tres chicas entraron en la mansión, se limpiaron bien las manos luego de haber estado acariciando a Strawberry y subieron a la habitación de Maki, tomaron asiento en la alfombra afelpada que yacía debajo de la mesa, la pelirroja ocupó el lugar al lado de Nico y le acarició la mano que mantenía sobre el suelo, al principio la pelinegra se sobresaltó un poco, pero con confianza entrelazó sus dedos con los de ella. Sus miradas se encontraron por un segundo, pero ambas voltearon con un sonrojo hacía el lado contrario. Hanayo pasó por desapercibido esto, debido a que la única persona que faltaba, entró a la habitación para pedir un poco de ayuda para subir las cosas a la habitación, así que decidió ayudarle.

Mientras las chicas se encargaban de ello, Maki decidió soltar la mano de su pelinegra, ésta la quedó mirando esperando una explicación, pero la pelirroja comenzó a acercarse más y pasó su mano por la cintura de la mayor, dándole un pequeño abrazo el cuál hizo ruborizar a ambas, no sabía porqué pero quería tocarla aún más, llevó su mano a la cadera de su chica y la metió bajó su suéter, acariciando su suave piel pálida, Nico se estremeció un poco y comenzó a ruborizarse aún más mientras escondía su cara, algo en la menor le decía que siguiera, se acercó al hombro de la otra y comenzó a sentir ese aroma embriagante que desprendía la pequeña. Escucharon los pasos de sus amigas volviendo a la habitación, así que decidieron poner una postura normal.
Una vez todo servido en la mesa de centro, las chicas eligieron lo que les parecía más delicioso, excepto por un pastelillo que ya Kotori lo había elegido. Comieron, conversaron de todo, desde el pueblo y sus tiendas populares hasta las ocurrencias que habían vivido años anteriores, las cuales les sacaba carcajadas, y así la pelinegra podía sentirse más incluida en cuanto a hablar de las locuras que hacían en primaria, nombró a Honoka y Rin como las líderes de las payasadas, a Umi como la persona que siempre las regañaba por tener malas calificaciones, y por su parte, a Nozomi y Eli como sus mejores amigas. Hanayo por su lado relataba como era Maki de pequeña y como Kotori llegó a ser amiga de ambas.

Luego de varias horas, las chicas decidieron ir a caminar antes de cenar pero la pelirroja dijo que debía hacer algo antes y que necesitaba ayuda de Nico, su excusa se trataba de salvar una de las plantas que tenía en la habitación y la pelinegra sabía mucho de sembrar y mantenerlas sanas.
-Entonces, Maki-chan, ¿Cuál es la pequeña planta que necesita salvación?- la pelinegra se acercó al balcón de la habitación para verlas, pero fue detenida por el agarre de su brazo, la pelirroja cuidadosamente la jaló hacía ella y la abrazó, posando su nariz sobre su cuello, cosa que a Nico le dio cosquillas pero correspondió sin dudar.
-Nico-chan... Quería, digo, quiero... Quiero preguntarte algo- la chica de orbes púrpura mantenía su cara escondida en el cuello de su pelinegra, podía sentir como su cara comenzaba a calentarse, pero sabía que era ahora o nunca- ¿Yo... Te gusto?
La pelinegra trago saliva al escuchar la pregunta y asintió con su cabeza.
-Entonces, ¿Te gustaría ser mi novia? Antes de que digas que no, sé que llevamos un mes de conocernos pero quiero aprovechar el tiempo contigo, además pienso que-
-Sí, sí me gustaría- interrumpió la pelinegra ya completamente ruborizada, tomó entre sus manos la cara de la pelirroja y le depósito un pequeño beso en los labios- Acepto.
Maki se sintió tan feliz que la abrazó aún más fuerte, tanto que terminó levantándola del suelo y comenzó a dar vueltas hasta cansarse, cayendo sobre la enorme cama junto a su novia que por suerte, quedó sobre ella. La pelirroja estiró sus brazos para abrazar una vez más a su pareja y comenzó a besarle, los primeros besos fueron pequeños, pero con sus ansías por demostrar su amor, se fueron haciendo más largos, ninguna de las dos tenía experiencia en el tema pero ambas comenzaron a mover de a poco sus labios, hasta que en cierto punto algo ya no estaba igual, esa sensación delicada que había con los besos pequeños se había convertido en algo más placentero, a lo que ambas estaban siendo adictas. El cuerpo de la mas pequeña comenzó a calentarse, sin entender lo que sucedía con ella, decidió separarse un poco antes de perder la cordura, pero Maki no podía ni quería detenerse a pesar de no saber que era dicha sensación, se abalanzó sobre ella quedando entre sus piernas, tomó su cara y volvió a besarle con más deseo.

-M-Maki-chan, ¿Qué...- la pelinegra trató de preguntar porque se sentía así, pero la menor aprovechó la situación para introducir ligeramente su lengua, cosa que la hizo temblar completamente. La pelirroja en un intento por acomodarse movió una de sus piernas y presionó cierto punto sensible de Nico, haciendo que esta sutilmente emitiera una voz que jamás había sido escuchada y que ella misma desconocía.

. . .

Me demoré años en sacar un nuevo capítulo y les pido disculpas a los seguidores más antiguos de esta historia, espero que les guste y perdón si tengo muchas faltas de ortografía, tuve que hacer todo desde el celular... :(
Una duda, ¿Creen que está bien que las chicas avancen "en ese sentido" aunque las dos sean inocentes en el tema? O ¿les gusta más lo tierno?
Espero sus comentarios :3

Nos vemos en el próximo...