Lo que siento

Capítulo 05: Yolei Inoue

¿Qué día era? ¿Qué hora marcaba el reloj? ¿Era de día o de noche? ¿Hacía frio o calor? Eran las preguntas sin respuesta que obtenía una joven castaña, bastante demacrada, llamada Hikari Yagami.

No era ninguna sorpresa su aspecto actual. Hace unos días que la chica había dejado de comer de forma saludable. Comía en distintas horas, y lo poco y nada que comía, era chatarra. Sus ojos, sin ningún rastro del brillo que existió en un pasado, eran decorados por unas enormes bolsas de color negro debido a la falta de sueño. Su piel, que antes era suave y brillante, estaba muy mal cuidada, pálida, e ignorando el hecho de las cicatrices que tenía en sus muñecas. La chica estaba agradecida con su "yo" de antes, pues el usar guantes hasta los codos logró ocultar, de manera más simple, todo el daño que se había provocado a ella misma, de sus padres y del responsable de todo.

Su mente seguía asiéndose preguntas sin respuesta. Pero la verdad, desde que todo su tormento empezó, poco tiempo tenía para pensar en esas cosas tan triviales como lo era el concepto del tiempo, pues para ella, su vida terminó hace unos días. Lo único que la hacía sentirse viva, era el constante esfuerzo que hacía su madre por saber que era lo que le pasaba. Pobre ingenua, como si fuese a decirle que estaba así por haber sido rechazada por su hermano.

Toc toc…

El golpe contra la puerta de su habitación le sacó de sus pensamientos y, haciendo un esfuerzo, sacó su cabeza de las sábanas para mirar a la puerta. Ahí vio a su madre entrando de manera tímida y con sumo cuidado. Podría decirse que Yuuko veía a su hija como un animal herido dispuesto a defenderse como pudiera, y por ello debía acercarse de manera cautelosa. Por suerte para ella, Kari no tenía el ánimo para discutir cómo había acostumbrado estos últimos días.

"Kari…. Hija…", Aproximándose a ella dijo con un tono dulce y algo deprimido. "Lamento molestarte, pero ya no soporto que estés encerrada todo el día", explicó mientras se sentaba en la cama de la chica. "Pronto será tu primer día de clases, y aún no sé qué te pasa. Dime, ¿no te gustó la nueva casa? ¿extrañas a tus amigos?... por favor, dime que te sucede…". Preguntaba con la esperanza de que su hija finalmente le contara que era lo que le pasaba.

¿Primer día de clases? Fue la pregunta que invadió la mente de la chica. ¿Cómo era posible? Entonces la chica miró la fecha en su reloj digital, que estaba en la mesita junto a su cama, y vio que marcaba el día lunes 30 de agosto. El miércoles tendría que ir a su nueva escuela.

"¿Ir a la escuela?". Bufó casi en un susurró. Un susurro que, en cierto modo, alegró un poco a Yuuko.

El haber logrado establecer una conversación, sin indicios de empezar a discutir, animó a la mayor de las mujeres. Entonces, con una sonrisa, la señora Yagami, movió el cabello con delicadeza del rostro de la castaña, pues su pelo era un desastre. Estaba más largo. Para una persona normal, el cabello de Kari seguía igual, pero no para Yuuko Yagami, pues ella sabía bien que el cabello de su hija estaba un centímetro más largo.

"¿Te parece si tomas un baño y vas a dar un paseo?", le sugirió la mujer mientras le acariciaba la mejilla. "Estoy segura que tomar algo de aire fresco te ayudará a que aclares tus pensamientos y sentimientos.

"¿Salir?", dijo con un tono vacío a lo que apartaba la mano de su madre. "No hay nada que me interese ahí afuera… me quedaré aquí… si no te importa.

Yuuko ya estaba llegando a su límite, aquella actitud que estaba presentando su hija le hacía sentirse impotente al no saber la razón de este repentino cambio. Entonces, sin pensar lo que hacía, le dio una fuerte bofetada a Kari. Cabe decir que lo último que quería la mujer era recurrir a la violencia, pero ya estaba quedando sin opciones.

"¡Hikari Yagami!", gritó aun sorprendida de haber golpeado a su hija. "¡Vas a salir en este instante!

Kari estaba en shock. Su madre nunca la había golpeado, así que al sentir un dolor completamente diferente del de sus muñecas, reaccionó por unos segundos.

"¿Ma…Mamá?", tartamudeó mientras algunas lágrimas caían de sus mejillas.

"¡Ya me escuchaste!". Gruñó mientras la obligaba a salir de su cama. "¡Si no sales, no me dejaras más opciones que preguntarle a Tai que es lo que te pasa!".

Aquella amenaza fue la primera que alarmó a Kari, lo último que necesitaba era ver a su hermano. Aun recordaba cuando cruzaron miradas después de que ella saliera del baño. El recordar como Tai le apartó la mirada, fue suficiente argumento para que ella se pusiera de pie, caminara a su armario y sacara ropa limpia para posteriormente entrar a su baño.

Al momento de que Kari entró al baño, la señora Yagami inmediatamente rompió a llorar. ¿Cómo fue posible que haya golpeado a su querida Kari? ¿cómo pudo perder el control de ese modo? Ya no aguantaba la frustración de ver como su hija caía en pedazos sin poder ella ayudarla.

Mas tarde

Se podía ver como Kari caminaba entre los árboles del parque cercano a su casa, quejándose.

"¿Cómo puedo tener ropa tan fea?", se preguntaba mientras tocaba una camiseta amarilla de mangas largas rosas y su pantalón azul. "Está… demasiado vivo…".

"Deberías convencer a la idiota de tu madre de comprar algo que vaya más con tu estilo. ¿No crees, querida?". Habló la voz de su cabeza, voz a la cual Kari ya le había agarrado cierto cariño, pues aquella voz era su única compañía estos días.

Tan ajena de la realidad iba, que no se percató de que estaba caminando hacia una cuerda la cual estaba atada a un árbol. Así que no fue sorpresa que la chica cayera en la trampa, haciendo que quedara de cabeza al suelo.

"¡Finalmente!", Festejó una voz femenina saliendo de entre los arbustos tomando un montón de fotos hasta que. "¿Oye, tú no eres un hada?". Preguntó sin prestarle mucha más atención al hecho de que Kari estaba de cabeza.

"¿Un hada?", dijo entre dientes antes de gritar enojada. "¡No sé quién seas y porque buscas un ser que no existe, solo bájame de aquí, loca!".

"¡Oye!", contratacó la extraña chica. "En primer lugar, las hadas existen así que no estoy loca. Y, en segundo lugar, me llamo Yolei, Yolei Inoue".

"Y a mí que me importa", Siguió quejándose mientras daba vueltas. "Solo bájame de aquí".

"No hasta que me digas tu nombre y las palabras mágicas", sonriente la chica se puso en cuclillas mientras miraba a la chica castaña.

"¡¿Qué diablos?!", Kari intentó agarrarla, pero ella fue más rápida. "Kari, Kari Yagami. ¿Puedes bajarme de aquí por favor?", terminó rendida pidiéndole a la chica.

"¿Ves que con amabilidad son las cosas mejor, Kari?", Entonces la chica soltó la soga, olvidando que la chica estaba colgada, así que cayó al suelo sobre sus hombros.

"Ay, ay", se quejó adolorida Kari. "¿Por qué colocaste una trampa en un lugar tan abierto como este?", le preguntó molesta a Yolei.

"¿Abierto?", musitó la chica. "Pero si estamos muy adentro en el bosque…".

Sorprendida Kari miró a su alrededor y, efectivamente, estaban en el bosque. ¿Tan encimada en sus pensamientos iba que no se percató que había salido de la zona segura del parque, para adentrarse en el bosque? Fue sorpresa genuina, una sorpresa que pasó a mayor cuando vio a la chica frente a ella.

Tenía su cabello teñido de violeta y una piel blanca como la nieve, sus ojos lavanda, que resaltaban aún más a través de sus gafas, estaban llenos de vida y curiosidad. Pero lo que más llamó la atención de Kari, fue como estaba vestida. Yolei estaba usando unas zapatillas de dos colores diferentes. Converse para ser exactos, uno rojo y uno azul. Tenía unos jeans negros rasgados en las rodillas y una cadena atada en su cintura. Su camiseta, de color negro, resaltaba sus dotes femeninos. En dicha camiseta estaba escrito el nombre de, lo que supuso, sería un grupo de rock.

"¿Helloooo?", dijo Yolei mientras pasaba una mano sobre la chica para posteriormente tomarse una foto con ella.

"¿Eh?", bufó Kari volviendo a sus estribos. "¿Qué crees que haces?", le peguntó mientras intentaba quitarle la cámara que usaba.

"Quizás no cacé un hada, pero sí cacé a una despistada jejeje", rio la chica mientras subía a un árbol, de una manera demasiado ágil para el criterio de Kari.

"¿Vaya acaso esa chica es tarzán? Aunque debo reconocer que me gusta su estilo". Habló la voz dentro de la cabeza de Kari.

"Tienes razón". Dijo para sus adentros antes de alzar la voz. "¿Yolei? ¿Verdad?". Preguntó Kari mirando hacia lo alto del árbol.

"La mismísima". Dijo sonriente mientras quedaba colgada de cabeza tras usar una rama para sujetarse con sus piernas. Entonces tomó otra foto de Kari antes de volver a subir.

"¿Y qué estás haciendo en un lugar como este?". La curiosidad de Kari fue mucho mayor al enojo que tuvo segundos atrás. "¿Y por qué sigues tomándome fotos? Es raro.

"Eres nueva". Dijo Yolei mientras volvía al suelo. Parecía que estuvo desatando la cuerda de antes. "normalmente conozco a todas las personas que viven por estos lugares. Pero nunca te había visto a ti". Explicó Yolei para tomarle otra foto a la chica. "Dime, ¿Cuándo llegaste? ¿A que escuela irás? ¿Cuántos años tienes? ¿Cuándo es tu cumpleaños? ¿Quién crees que ganaría en una pelea, una sirena o una esfinge?".

"Oye, Oye". Le interrumpió Kari siendo sofocada por la energía de la chica. "son demasiadas preguntas, además que no te conozco".

"Oh", susurró Yolei antes de dar una vuelta sobre sus talones para luego tener una pizarra en sus manos.

"¿De donde sacó esa pizarra?". Preguntó estupefacta la Kari interna.

"Me llamó Yolei. Tengo 15 años y tres hermanos; Momoe, Chizuru y Mantarou". Comenzó a explicar mientras dibujaba lo que decía en la pizarra. "Voy a la preparatoria Oceans Falls, adoro las cosas tecnológicas y los misterios de este pueblo. ¿Sabías que una sirena es realmente un pájaro con cabeza de mujer?".

"¿Dijiste Ocean falls?". Fue lo único que la confundida mente de Kari pudo decir.

"Sí", dijo simplemente mientras lanzaba la pizarra lejos de ahí.

"Que chica más extraña". Bufó la voz de su cabeza. "Es como tú linda" terminó de decir con una risa.

"Bueno, supongo que seremos compañeras entonces". Kari bajo la mirada para luego comenzar a explicar. "Me llamo Hikari, o Kari, como quieras. Tengo 15 años al igual que tú. Mi cumpleaños es el 21 de octubre. Y la verdad no tengo idea quien ganaría una pelea entre esas criaturas". Respondió cada una de las preguntas de Yolei mostrando la buena memoria que tenía.

"Ya veo". Yolei pareció anotar la información en una libreta. "¿Qué clase de música escuchas?". Volvió a preguntar, pero no le dejó responder. "A mí me encanta la música metal pesado. Toco la betería y este año quiero comenzar una banda en la escuela".

Aunque Kari no había preguntado nada de la información que le estaba dando esa chica, algo dentro de ella le decía que se llevaría muy bien con Yolei. Después de todo, veía a aquella chica como todo lo que quería ser. Despreocupada, animada y con mucha personalidad. Además, si seguía hablando solo con la voz dentro de su cabeza, terminaría enloqueciendo.

"La verdad escucho un poco de todo". Comenzó a explicar Kari mientras se sentaba con Yolei bajo el árbol de antes. "Aunque últimamente estoy escuchando un grupo llamado "Bullet for my Valentine" y me gustaría comenzar a tocar algún instrumento. La fotografía ya no es lo mío". Le explicó a Yolei como si ya la conociera de toda la vida. Y es que gracias a Yolei se había hasta olvidado que estaba deprimida.

"¡Bullet for my Valentine!". Gritó emocionada Yolei. "Chica a mí también me encanta ese grupo".

"¿En serio?", preguntó con genuina emoción por primera vez desde lo de Tai.

"Chica, mi estilo está basado en su música". Dijo Yolei orgullosa.

"Realmente eres impresionante". Dijo Kari entre dientes. "a mí me gustaría ser como tú, pero no puedo". Con ánimos bajos Kari miró a otro lado.

"No, no, no". Negó la peli morada antes de ponerse de pie. "Si vas a ser una de mis compañeras de música, tendrás que cambiarte esa fea ropa por algo que tenga personalidad". Yolei le apuntó todo su conjunto para luego darse la vuelta. "Ven, acompáñame. Tengo un amigo que me debe un favor y creo que es hora de cobrarlo". Yolei volvió a voltearse para cederle una de sus manos a Kari.

Kari veía a la chica con una mirada de asombro. No lo entendía. Acababa de conocerla y ya sentía que podía confiarle toda su vida.

"¿Podrías decirme tu nombre otra vez?". Preguntó Kari mientras le daba la mano para luego ponerse de pie.

"Yolei". Dijo sonriente. "Yolei Inoue".

Fin capítulo 5

N/A: Muy bien, quizás este sea uno de los capítulos más extraños que alguna vez he hecho, pero todo tendrá sentido más adelante. Se que Yolei no tiene nada que ver con su personaje original del anime, pero vuelvo a insistir, no tengo la base de a ver visto "digimon 02". Lamento si a alguien le molesta que Yolei sea un personaje tan oc. Pero si no uso los personajes de la secuela, el roster de personajes será muy limitado. Espero su comprensión.

Escena post mensajes.

Kari y Yolei estaban en una tienda de ropa especializada en conjuntos Rockeros y Darks. La castaña veía fascinada la extraña ropa, pues era todo un mundo fuera de lo que estaba acostumbrada a usar. Mientras veía una chaqueta de lo que parecía ser cuero sintético, Yolei se acercó a la caja del local y gritó un nombre a todo pulmón, realmente esa chica es admirable.

"¡Takeru!" gritó a todo pulmón, llamando la atención de las demás personas que estaban en el lugar. "¡Tengo una emergencia de la moda aquí!".

Entonces Kari concentró su mirada en un chico rubio muy bien vestido.

Fin escena post mensajes.

Siguiente capítulo: Takeru Takaishi

Soul power dice adiós.