CAPÍTULO 6
LUNAR HACE DE CASTIGADORA
EN EL ÚLTIMO CAPÍTULO.
— ¿Quieres una explicación? Es simple. Soy el amo. Hago lo que quiero con todo el mundo, y nadie me cuestiona.
— ¿Qué… me… va a hacer?
—Aún no lo he decidido. Conquisté New Equestria para ustedes. Para que los juguetes tuviesen una tierra donde vivir en vez de todos apelotonados en un castillo viejo. Así me lo pagas… ¡Actuando a mis espaldas! ¡Tocando mi propiedad sin mi permiso! ¿Te crees superior a mí? ¿Quieres ser el caudillo en mi lugar? ¿Te crees mejor que yo?
—No, mi señor.
— ¿No qué?
—Nunca me he creído mejor que vos.
—Pues lo parece.
...
«Mmm. Tres voces diferentes. Creepy… la otra debe ser Ember y… ¿Lunar?»
Efectivamente, al entrar en la instancia el gato se encontró a su mejor amigo, la esposa de él y su propia hija cenando juntos. Lunar fue la primera en notar la presencia de su padre y se levantó a saludarle; inmediatamente los dos dragones se levantaron de sus sillas de oro. Muchos de los muebles de los dragones estaban hechos de oro porque era un material que resistía bien el calor, los dragones lo escarbaban en cuevas mineras, o a veces lo importaban de otras ciudades.
...
—Voy a explicaros todo pero no me interrumpáis o me enfadaré—dijo el gato y los demás asintieron mientras masticaban.
Dark habló durante unos cinco minutos seguidos, sin ser interrumpido en ningún momento. Les habló de lo sucedido con Flurry y el muñeco del frac.
—Esa es la historia. ¿Qué opináis al respecto?
—Fácil, papá. Según tú has explicado, no diste ninguna orden de castigar a Flurry ni tampoco permiso. Ese tipo actuó a tus espadas y por tanto en tu contra, debe ser castigado. Sé cómo castigar a ese tipo, y al mismo tiempo hacer quedar bien a mi padre y a Flurry.
— ¿En serio? ¿Cómo, hija?—dijo Dark.
—Pues… Tengo un plan. Se trata de…
—…
—…
— ¿En serio, hija?
—Sí, pero necesitaría que me prestases un poco de tus poderes del caos.
—Los poderes del caos son un don con el cual se nace o no se nace. No se pueden otorgar directamente pero… se pueden contener en algunos talismanes. Podría hacerte un talismán. Veamos… necesito… mmm, un colgante que te puedas poner al cuello, o tal vez un brazalete. Tiene que ser de oro.
—Ember, amiga, busca algún colgante de oro y dáselo a mi papá.
—Sí, señora.
— ¡Ay! No seas tan formal. Me pones mala.
A pesar de que en City Dragon (no estoy seguro de si esto está mal escrito o no) el oro era muy abundante la orfebrería no lo era. Los dragones normalmente no usaban adornos ni joyas para vestir, normalmente ni siguiera se vestían. De modo que Ember no sabía qué hacer para conseguir un colgante, pero entonces recordó algo importante. Fue a donde dormía con Creepy y regresó con el grupo llevando consigo un colgante de oro con forma de estrella de cinco puntas dentro de un círculo. Ember miró un instante ese medallón antes de entregarlo a Dark, para ella ese colgante tenía un valor sentimental.
EN LA ACTUALIDAD.
Ember se quedó mirando aquel colgante mientras se lo daba a Lunar, recordando que ésta última era su señora al ser la hija mayor del amo de Equestria. La alicornio pareció notar la incomodidad de la dragona.
— ¿Ocurre algo, amiga?
— ¿Eh? No. No es nada.
—Luego si no es nada es algo—Lunar soltó una risita—Dime que te pasa.
—Bueno... por favor, no pierda ese colgante.
— ¿Es importante?
—Bueno... sí. Es que...
— ¿Qué? No tenemos por qué usarlo si no quieres. Podemos buscar otro.
—...
Lunar dudaba si debería atreverse a decirla a Lunar que prefería no usar ese colgante. Eso podría interpretarse como un enfrentamiento contra su ama, y delante del su padre, el señor de toda Equestria. Ember no era tan tonta como para no saber que tanto Lunar como Dark Soul tenían suficiente poder mágico y autoridad como para exterminar a todos los dragones si quisiesen.
—No pasa nada. Utilícelo, mi señora.
— ¿Estas segura?
—Sí.
— ¿Por qué te molesta? ¿Qué representa ese colgante para ti?
—Nada. No es nada.
—Mientes.
— ¿Yo? Nunca me atrevería a mentirles—Ember miró primero a Lunar y luego a Dark.
— ¡Ya basta!—dijo Creepy—Lunar, deja de molestar a mi esposa.
— ¿Yo?
—Sí.
—Creepy, cuida tu lengua cuando le hables a mi hija—respondió Dark con tono de molestia.
—Entonces te habló a ti, Dark. Tu hija y tú dejad de intimidad a mi esposa.
— ¡¿Cómo te atreves?!—gritó el caudillo.
— ¡PAREN! ¡YA BASTA!—se enfadó Lunar apoyando su casco delantero derecho en la frente a la dragona—Mmm, ah, ya veo. El colgante es un recuerdo de tu difunta madre, te lo regaló cuando eras pequeña. ¿No pudiste decirlo antes? Qué lástima que haya tenido que leerte la mente.
—Es que yo...
—Toma—Lunar le devolvió el colgante a Ember—Padre, usa tus poderes para hacer aparecer algún amuleto.
— ¡Diantre! Es cierto. Puedo crear objetos desde la nada. ¿Por qué no lo pensé antes?—respondió Dark haciendo aparecer otro colgante de oro, sujeto a una cadena de hierro.
—La cadena que sea más fina y de plata, papá.
—Caprichosa—dijo el gato pero igualmente cumplió la petición de su hija—Bien, ahora le transferiré un 1% de mi poder a este colgante—el gato hizo chasquear sus garras y el objeto brilló durante unos instantes—Ya está. Póntelo en el cuello hija, y no te separes de él. Sería peligroso que lo perdieses y cállese en malos cascos.
—Claro, padre—la alicornio se puso el colgante.
— ¿Cómo haréis para encontrar a ese tipejo, Dark?
—Eso es fácil. Puedo hacerle aparecer aquí mismo.
— ¿Puedes hacer eso, padre? Preferiría aparecerme yo donde este él, y sorprenderle.
—Bien. Tienes un 1% de mi poder, puedes hacerlo. Solo tienes que concéntrate—Dark hizo aparecer una foto—Mira, es ese.
Lunar miró la foto e intento concentrarse pero solo se desplazó a la esquina derecha superior de la habitación.
—Mmm. Algo ha fallado. Lo intentaré de nuevo.
Lunar apareció fuera del territorio dragón, justo encima de un árbol del bosque Everfree, la rama cedió y tuvo que volar para no romperse la crisma. Luego apareció en pleno fondo del mar, en el campanario de Ponyville, en un rascacielos de Ponyhattan, en un puerto de Baltimare, y en diez lugares más, hasta que por fin apareció en el interior de una casa donde vio al tipo de frac haciendo su maleta, estaba de espaldas a ella así que no notó su presencia desde el principio.
—Tengo que irme ya.
—Disculpe.
—No me interrumpa—el tipo seguía de espaldas a Lunar.
—Mire, es que…
—Luego u otro año. ¡Tengo que hacer la maleta!
—A ver… míreme.
—No tengo tiempo.
«Un momento. ¿Con quién estoy hablado?» pensó el muñeco.
Finalmente el tipo se volvió.
— ¡LUNAR! ¡TÚ ERES LA HIJA DEL AMO!
— ¡Por fin!
—AAAAAhhhhh. ¡Has venido a por mí!—intenta lanzarse hacía la ventana pero Lunar le levita y le lanza contra una pared.
—No huyas—Lunar hace desaparecer las piernas al muñeco—Así mejor.
—Mis… mis… pier…piernas.
— ¡Silencio!—le hace desaparecer la boca.
—…
—Mejor. Quería ser educada pero como no me haces caso e intentas fugarte…
—…
—Hablarás solo para responder a mis preguntas.
El aludido se puso a temblar.
—Yo no soy tan amable como mi padre, no con quien ofende y perjudica a mi familia. Tú has ofendido a tu amo, a mi papá y vas a explicarme el por qué a menos que quieras morir. Mi padre vino a vernos a Creepy, su esposa y a mí; el pobrecillo tenía un disgusto enorme. ¡Por tu culpa! —le hace reaparecer la boca— ¿Por qué lo hiciste? Di. ¿Por qué lo hiciste?
—Yo nunca me atrevería a ofender al amo Soul, fue un accidente.
—Lastimaste a una chica que es suya y está bajo su protección.
—Pero yo no lo sabía.
— ¿Ella no se identificó?
—Lo hizo pero creí que metía.
—No hay tantas alicornios en Equestria; y las que hay normalmente están al servicio de mi padre, de una forma u otra. Eso lo saben hasta los burros.
—…
—La chica a la que maltrataste no es una esclava ordinaria, es la estudiante de mi padre. Y además me cae bien así que… creo que te voy a dejar sin piernas para siempre.
— ¡¿QUÉ?! Nooooo.
— ¡Sí! Y como me vuelvas a contradecir te dejo también sin lengua.
El aludido se puso a llorar.
—Bueno, también podría devolverte las piernas, claro. Pero tendrás que confesar públicamente lo que hiciste. Declararás que la chica no es una esclava, que tú la condenaste porque te apetecía.
—Eso es mentira.
—Es cierto. Mi padre no te dio la orden. Lo hiciste porque te dio la gana.
—Pero ella es una esclava. No entiendo por qué se la defiende tanto.
—No entiendo, no entiendo... ¡Tú no tienes que entender nada! Si mi padre no da permiso entonces no se hace. Si te da una orden la cumples. ¡Eso es todo!
—Yo...
— ¡Tú te callas! Cualquier persona normal estaría avergonzada y arrepentida de haber ofendido a mi padre, tú no. Tú buscas excusas—Lunar hace aparecer una guadaña—Si no obedeces te mataré ahora mismo.
Lunar se acercaba al muñeco levitando la guadaña. El aludido miró fijamente y temeroso de aquella herramienta que se acercaba lentamente a él para privarle de la vida; se estaba poniendo pálido y sus ojos se abrieron al máximo.
—Lo… hare… ¡Lo haré! Le obedeceré en todo.
—Muy bien. ¿Ves cómo se puede ser razonable? —Lunar hizo reaparecer las piernas del reo—De momento la niña está en el hospital. Cuando le den el alta confesarás a las masas lo que te he dicho, que ella en realidad es una ciudadana inocente, pero tú la condenaste porque te apetecía; mientras tanto te llevaré a la comisaría de Canterlot.
Ambos se desaparecieron.
AL DÍA SIGUIENTE
Flurry aún permanecía en el hospital en compañía de Zafire. Al principio algunas enfermeras se habían quejado de la presencia constante de la alicornio mayor; pero cuando la amante del amo de Equestria imponía su criterio nadie se atrevía a llevarle la contraria. Lo primero que hizo Zafire fue quejarse del menú del hospital, diciendo que sabía a plástico; y de no tener un sofá para dormir; así que hubo que mejorar la comida y cambiar una de las butacas de la habitación por un sofá-cama para la yegua adulta.
En ese momento ambas yeguas se encontraban desayunando cuando entró una enfermera. Se trataba de una minotaura, de pelaje marrón con cuernos y negros.
— ¿No sabe llamar?
—Perdón, doña Zafire. Venía a decirles que en una hora se pasará el médico.
—Muy bien. Entonces, habrá que limpiar la habitación antes de que llegue.
— ¿La habitación? Ah sí, claro. Avisaré en seguida.
—En medio hora.
—…
— ¿Algún problema?
—No, no. Vuelvo en treinta minutos.
La enfermera salió haciendo una reverencia.
—Ama… ¿No ha sido un poco severa?
—Sí, como debe ser. No somos gente ordinaria. Que no piensen que nos pueden tratar como a iguales. Ahora termina de desayunar, luego te ayudaré a ducharte.
—Creo que podría yo sola.
—No, cariño. No hay más que hablar.
No lo hubo. Flurry terminó de desayunar y luego Zafire la ayudó a ducharse; seguidamente la puso un camisón nuevo, era blanco con volantes. El diseño del hospital era azul celeste para todos los pacientes, pero Zafire había encargado uno mejor.
La enfermera había dicho media hora, pero en tan solo veinticinco minutos se presentaron dos grifos, la minotaura y una unicornio a limpiar la habitación. Tuvieron que trabajar deprisa porque a los veinte minutos Zafire les dio las gracias y les despidió. El médico se retrasó dos horas, y cuando llegó tragó saliva ante la mirada silenciosa pero de reproche dirigida por Zafire hacía él. Se trataba de un poni terrestre, de color café con leche, crines negras y ojos verdes, llevaba una bata blanca, que no permitía ver su cutie mark.
—Buenos días, ama Zafire y señorita—miró a Flurry— ¿Cómo te sientes?
—Mejor.
—Mmm. Miró unos papeles—El informe está bien. Tus heridas son leves y tu analítica es impecable.
— ¿Y mis alas?
—En cuanto a eso…—volvió a mirar sus papeles—Tu ala izquierda está muy dañada. No solo el hueso, también los tendones. Consultaré con algunos especialistas pero… no creo que puedas volver a volar.
—Me voy a quedar… lisiada.
—Lo lamento.
— ¡No! No, doctor. Si es necesario consultaremos con especialistas de toda Equestria, pero está paciente no puede quedarse discapacitada para siempre. ¿Entendido?
—Consultaremos pero no todo depende de lo que quedamos nosotros. De todas formas, creo que ya te puedo dar el alta. Lo de las alas lo trataremos en otra ocasión, cuando yo hable con algunos de mis colegas.
—La niña no se mueve de aquí hasta que venga Dark Soul.
— ¿Qué? ¿El amo va a venir?
—Es lo más probable.
—Oh. ¿Cuándo? Si va a venir el amo entonces… ¡Hay que recibirle! ¡Hay que organizar su bienvenida!
—Tranquilo. Solo vendrá a vernos a nosotras y no sé cuándo lo hará.
—Aun así, hay que recibirle y no hay tiempo para organizar nada. ¡Qué desastre!
—Ay, no debí decirle nada. Dark podría venir directamente o aparecerse directamente aquí.
—Intentaré organizar algo. No hay tiempo pero algo se podrá hacer. Hablaré con la dirección del hospital. Hasta luego.
El doctor salió corriendo.
—Ama. ¿En serio va a venir el amo Dark?
—No lo sé. Supongo. Cuando supimos de tu agresión, le dije que estaría en el hospital contigo. Por su parte, él se quedó interrogando al animal que te agredió. Ahí nos separamos, pero supongo que ese tipo ya ha sido castigado. Si Dark sabe que estamos aquí pues… supongo que vendrá a vernos. Voy a llamarle.
—Ah sí. Usted también sabe el hechizo de comunicación.
—Los hijos de Dark, Creepy y Amber, los gobernadores provinciales, Ember Paint, Starlight Glimmer, tú y yo. Solo nosotros estamos autorizados para comunicarnos directamente con él. Incluso la prensa tiene que pedir permiso para entrevistarle, y no siempre se lo concede.
— ¿Y Trixie?
—Ella no. Fue rechazada como estudiante de Dark así que… De hecho, en un principio Dark solo nos enseñó el hechizo a Creepy y a mí, pero como el oso no tiene magia utiliza un dispositivo, una especie de pulsera de comunicación. Los demás fuisteis incluidos después.
—…
—En fin, voy al baño. Le llamaré desde allí. Aquí no hay más habitaciones.
Zafire cerró la puerta del aseo pero no con pestillo. Seguidamente usó el hechizo y apareció una esfera de energía con la imagen de Dark.
—Zafire.
—Dark, ¿Dónde estás?
—También me alegro de verte, amor—soltó una risita—Me quedé a dormir en casa de Creepy
— ¿Con los dragones? Allí hace mucho calor.
—No si tienes magia del caos que te haga inmune a las altas temperaturas. ¿Sigues en el hospital?
—Sí.
— ¿Qué tal está la niña?
—El médico ha estado aquí. Ha dicho que teme que su ala se quedé lisiada para siempre, pero que consultará con algunos especialistas.
—Diles que si es preciso consulten con toda Equestria e incluso con otros territorios. El dinero no es problema, pero que no me fallen.
—Sabía que en el fondo te importaba Flurry.
— ¡Ay! Todos decís lo mismo. Pues quizás sí, o no. A fin de cuentas la he criado yo, nosotros dos.
—…
—...
—Iban a darla el alta, pero le dije al doctor que esperase a que vinieras. ¿Vas a venir?
— ¿Al hospital? No. Sería un lío. Seguro que empezarían con bienvenidas exageras y peloteo. Me gusta que me mimen, pero hoy no estoy para aguantar follones. Diles a los doctores que pueden darle a la niña el alta cuando quieran. Y que busquen la manera de curarle el ala, que no se les ocurra fallarme.
—Sí, querido.
—Lunar se encargará de castigar al responsable de este desastre. Le di una pequeña parte de mi poder para que lo hiciese.
—Si por mí fuese quien hizo esto sería encarcelado de por vida, o convertido en rana.
— ¿Convertirlo en rana? Ja, ja, ja, ja, ja... Quizás lo haga. Nos vemos a la hora del almuerzo. Adiós.
Dark cortó la comunicación y Zafire salió del baño, dispuesta a hablar con los médicos para comunicarles las palabras del gato.
FIN DEL CAPÍTULO 6.
Hola bronies y lectores/as.
Honestamente ya me estoy cansando de esta historia, así que haré un salto de tiempo de cara al siguiente capítulo. Lo de la recuperación de Flurry y el castigo del muñeco del frac no se verá directamente, pero sí se resumirán mediante narrador omnisciente en el capítulo 7.
Últimamente cada vez me siento menos motivado para escribir, y el poco éxito y recepción que ha tenido mi nuevo fic de Mulán no ayudan.
Espero poder terminar esta historia en un máximo de 3-5 capítulos más, o me volveré locuelo. XD.
Eso es todo por ahora.
Un saludo.
Nos leemos.
