Disclaimers: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto, yo solo le doy una vida diferente a algunos de sus personajes. Todas las situaciones que ocurran en la historia son producto de mi imaginación a no ser que indique lo contrario. Historia de categoría M ya que contiene escenas que no son apropiadas para menores de 18 años. No gano dinero haciendo esto, por favor respeten mi trabajo y a mi persona.


Capítulo 6

Sasuke y Michi se miraban fijamente el uno al otro, atentos a cualquier movimiento que diera comienzo a una batalla. Ya está, si el sabe que estoy aquí el resto lo sabrá en breve, pensaba el Uchiha.

— ¿No vas a saludar? No creí que los ninjas de Konohagakure fueran tan… irrespetuosos - habló el hombre, cerrando la puerta tras él y caminando hacia el ninja.

Para la sorpresa de Sasuke, este se sentó en una de las sillas frente a el escritorio y lo miró. No parecía querer atacar, pero el azabache no bajaba su guardia.

— ¿Qué quieres que te diga? Si ya sabes de dónde vengo y quién nos contrató - gruñó. Toda la misión se había ido por la borda en un segundo, sólo les quedaba intentar volver vivos a casa.

— Relájate un poco amigo, no te he atacado hasta ahora ¿O sí? - con comodidad, Michi subió ambos pies al escritorio y se recostó en la silla. Luego llevó ambos brazos tras su cabeza para demostrar aún más calma.

¿Pero qué le pasa a este tipo?, pensaba Sasuke para sus adentros. ¿Por qué no llama a refuerzos?

— Bien, veo que estas confundido - se sentó correctamente, inclinándose sobre el escritorio — Soy Michi, miembro de Hikari - dijo nuevamente.

— Eso ya lo dijiste.

— ¿Enserio? - se hizo el desentendido — ¿Y también dije que quiero dejar la banda y que ustedes, shinobis de Konoha, van a ayudarme? - Sasuke abrió los ojos por la sorpresa ante esa información. No sabía si confiar en él… pero su nombre estaba mencionado en el cuaderno en su mano… decía claramente "Reunión con Hiroaki el 18/11, advertirle sobre Michi". Quizás, y sólo quizás, Michi si podría ser un aliado para ellos.

— ¿Por qué haríamos eso? - le preguntó desafiante el Uchiha, pese a saber que era él quien se encontraba en la posición más desfavorecedora.

— Porque… - el hombre se puso de pie frente a él — Yo los ayudaré a destruir a Hikari, puedo ayudarlos a desmantelarlos desde dentro.

La oferta estaba puesta sobre la mesa, y era tremendamente tentadora. Sin embargo, no era una decisión que pudiera aceptar por sí mismo

— Yo… no puedo decirte que sí. Al menos no ahora.

— Entiendo, trabajan en equipo. Acordemos una reunión, cuando quieras y donde quiera - la postura de Michi volvió a ser relajada, al parecer estaba bastante confiado de que los shinobis aceptaría.

— Hoy mismo. Ve a la habitación 2E de la posada Taiyō, a las 23:00 hrs - esa era la habitación de Naruto. Le pareció mejor idea que fuera en ese lugar a arriesgarse a tener una emboscada en otro. Además, si este hombre ya sabía quienes eran, también debía saber dónde se hospedaban por lo que no le estaba revelando ninguna nueva información.

— Precavido… Bien. Nos vemos allí - sin decir nada más, se retira de la habitación dejando al Uchiha atrás. Ya había perdido mucho tiempo y no le convenía quedarse para saber si lo que Michi estaba diciendo era cierto o sólo una trampa, por lo que dejó el cuaderno en el cajón donde lo encontró y rápidamente salió del hotel, por suerte sin ser visto.

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En otra habitación dentro del hotel, se encontraban Naruto, Kakashi y Masayoshi conversando.

— Creo que ha sido una tarde muy agradable, sobre todo gracias a la presencia de Kiki-chan - dijo Masayoshi. Kakashi mordió fuerte con molestia.

Durante la casi hora y media que llevaban con el hombre, no había dejado de hacer comentarios hacia la joven sobre la buena vista que era, su muy agradable presencia, su personalidad tan encantadora, entre otros. Ya estaba harto, más se calmaba a sí mismo agradeciendo el haber llevado a Naruto en lugar de Sakura. Para ese momento, la chica ya habría estado al borde del llanto y Kakashi no podía asegurar que pudiera seguir manteniendo sus manos para sí mismo si ese fuera el caso. Gracias a Kami, Naruto había mantenido su actuación, mostrando una personalidad un tanto menos tímida que la de la Kiki "original".

El contacto físico entre ambos se había mantenido en el mínimo ya que a pesar de estar viendo los rasgos de su alumna, tenía plena consciencia de que no era ella y seguramente el Uzumaki no se sentiría igual de cómodo con su tacto como Sakura. Sin embargo, la había defendido cuando sentía que debía hacerlo, manteniendo la careta de que eran una pareja.

— Sí, ha sido muy amable en invitarnos - respondió el peliplata, quien solo quería marcharse luego del lugar.

— ¿Cuándo dijeron que se marchaban? Quizás Kiki-chan quisiera dar un paseo antes de irse - la mirada del hombre no podía ser nada más que lujuriosa.

— Pensamos irnos dentro de los próximos 5 días. La carta que esperamos debe estar por llegar - volvió a responder Kakashi.

— Bien ¿Qué dices sobre el paseo, Kiki-chan? - insistió Masayoshi.

— Y-yo… yo voy donde vaya Sukea-san - Naruto intentó dar una negativa disimulada.

— Estoy seguro de que viviría un par de horas sin tí.

— Prefiero que no, Masayoshi. Después de todo le prometí a sus padres cuidarla, y eso es lo que voy a hacer - Kakashi no dejó espacio a más discusión sobre el asunto, lo que evidentemente causó molestia en el hombre.

— Ok. Ok. Lo entiendo, pero si cambias de parecer ya sabes donde encontrarme. Eres más que bienvenida, Kiki-chan - volvía a usar ese estúpido tono "galante".

Naruto estaba que vomitaba, pero por fuera seguía manteniendo una apariencia tímida, incluso logró sonrojarse para gran sorpresa de su sensei. Lo que no estaba dispuesto a admitir era la fuente de su inspiración era nada más y nada menos que su novia, Hinata Hyuga.

— M-muchas gracias, Masayoshi-san - durante todo el tiempo, mantuvo su vista en el suelo lo que ayudaba a crear una imagen aún más inocente.

Usando la última frase dicha por el Uzumaki como despedida, el mayor guió a su alumno fuera del lugar, sin girar su rostro para volver a despedirse ni una sola vez. Esperaba que las sospechas que recaían sobre ellos se hayan disipado luego de la conversación que habían tenido, aunque considerando la actitud que había adoptado Masayoshi frente a Kiki, dudaba que siguiera viéndolos como enemigos o peligro.

Caminaron uno junto al otro durante algunas calles, teniendo cuidado de que pudieran seguir observándolos. Una vez Kakashi sintió que estaban seguros, le habló al Uzumaki.

— Ya puedes ir a un lugar apartado y deshacer el jutsu. Yo iré a buscar a Sakura - le informó.

— Ok. ¿Nos vemos en la posada? - confirmó.

— Sí - sin más se giró sobre sus pies y se encaminó a la tienda de la señora Mikoto.

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— Y entonces me dijo "mujer, si no te casas conmigo voy a ser desdichado toda la vida porque lo que un hombre necesita es temerle a su mujer y no hay mujer que me dé más miedo que tú" - Sakura y la señora Mikoto rieron.

Durante todo el tiempo que había estado en la tienda se había dedicado a escuchar las historias que la señora Mikoto le compartía. La mayoría de ellas, eran sobre cómo conoció a su esposo, la primera vez que la había invitado a salir, cuando se dieron el primer beso, cuando se le propuso, cuando se casaron, y lo triste que fue cuando se enteró que no podía tener hijos.

— Creo que su esposo debe ser un hombre muy gracioso, Mikoto-san - le dijo Sakura aún riéndose. Al contrario de lo que pensaba al principio del día, la estadía con la mujer había sido muy agradable. Con cada minuto que pasaba entraba en mayor confianza, hasta llegar al punto de relajarse lo suficiente como para reír juntas.

— ¡Oh, lo es! Eso seguro, es muy importante que el hombre que elijas te haga reír - volvió a reír — ¿Y tú? Cuéntame qué tal es Sukea-san - le pidió.

— ¿Sukea? - Sakura consideró su respuesta por un momento. No era como si Kakashi-sensei fuera contando chistes por la vida, la mayoría del tiempo era bastante serio… sin embargo, con el paso del tiempo Sakura había logrado conocer su sentido del humor que venía en forma de frases con doble sentido que en su momento no entendía, o con sus excusas baratas, también parecía tener un pobre gusto por su propia actuación cuando se hacía el desentendido o cuando le cobraba sentimientos.

Ahora que lo pensaba en retrospectiva, la noche antes de que iniciara su misión se habían reunido en Ichiraku-ramen y su sensei le había hecho pasar un mal momento haciéndose el ofendido por la falta de "afecto y estima" que la chica tenía hacia él. Obviamente todo se debió a que no creía que tuviera novia, y él enseguida asumió que la chica opinaba de esa manera por la personalidad del hombre, siendo que nunca fue así. Sakura se sentía un poco (bastante) tonta ahora, dándose cuenta de que todo había sido una actuación del mayor para reírse a sus expensas. Sí… definitivamente tenía un humor particular.

— Sukea tiene un sentido del humor muy… especial - respondió finalmente Sakura, sonriendo — Hay ocasiones en las que no lo entiendo del todo, y debo pensarlo más de una vez para caer en cuenta de sus bromas o chistes… pero hay otras ocasiones en las que río a carcajadas con él. Sin duda es muy ingenioso - Sakura destacó esa característica del mayor, mientras Mikoto-san le sonreía con ternura.

— Se nota que se conocen desde hace tiempo… - añadió la señora.

— Sí… ya van 5 años - Mikoto la miró sorprendida ante lo dicho, abriendo sus ojos con mesura.

— ¿5 años? ¿Cuántos años tenías en ese entonces? - Sakura entendió que quizás la mujer pensaba que "estaban juntos" desde entonces.

— Tenía 12 años. Él es… mayor que yo - "si tan solo supiera qué tan mayor" pensó — Por lo que me ayudaba a estudiar. Luego él se fue de viaje por dos años y volvió hace uno, aproximadamente.

— Entiendo… no se ve tan mayor - acotó Mikoto — ¿Y están juntos desde entonces?

— Sí… bueno, pasó un tiempo en el que hablamos, salimos a comer y esas cosas, pero sí - esperaba estar manteniendo su fachada creíble, aunque sólo estuviera distorsionando un poco la realidad ya que las fechas y algunos sucesos si habían ocurrido.

— Eso es muy dulce. Se nota que te cuida mucho - esta vez la miró algo coqueta, como insinuando algo.

Sakura dejó pasar la actitud de la señora, aunque no pudo controlar el sonrojo que bañó sus mejillas. Sin poder evitarlo, cientos de momentos en los que su sensei había saltado a su rescate invadieron su mente. Cuando era una cría, adoptó una actitud de damisela en peligro y Kakashi pareció más que dispuesto a tomar el rol de… caballero de brillante armadura. No veía talento ninja en ella, por lo que obvió un entrenamiento riguroso, enfocándose en Sasuke, y se dispuso a socorrernos en cada ocasión que fue necesario. Sakura tampoco decía o hacía mucho al respecto, ya que aunque nunca lo haya dicho en voz alta, en su interior sentía su pecho cálido al saber que alguien velaba por ella después de sentirse abandonada por tantos años… estúpidamente le gustaba sentirse una damisela a la que nunca iban a tocar porque tenía su "guardaespaldas" personal. Idiota.

Cuando finalmente sus habilidades sobre el control de chakra se presentaron, fue derivada a la quinta para explotar el recientemente descubierto talento al igual que fue entrenada por primera vez como una auténtica kunoichi. Cuando fue capaz de defenderse a sí misma, fue algo complejo para el mayor el cortar con su costumbre de saltar a salvarla…

Aún así, cada vez que necesitaba de él, allí estaba. Y a pesar de todo el daño y sufrimiento que Kirifuri le estaba causando, también le estaba dando nuevamente la oportunidad de sentirse protegida por su sensei y revivir ese calor en el pecho. Solo esperaba no volver a ese conformismo de dejarse salvar en cada ocasión, ya que el entrenamiento de años con su shishou se iría por la borda y Sakura no tenía intenciones de decepcionarla. Ni a ella, ni a sí misma.

— Él siempre está ahí para mí… - expresó.

— Y eso es lo segundo en lo que debes fijarte para decidirte a pasar el resto de tu vida junto a otra persona. Que te dé un espacio seguro… donde puedas ser tú misma - quizás para otros la conversación que estaba teniendo con la mujer podía ser muy banal, pero para ella era experiencia. Experiencia de una mujer que había vivido en base a el amor… y eso nunca te lo iban a enseñar como ninja. Cómo shinobis nuestra prioridad siempre ha sido y siempre será con la aldea, es por eso que muchos nunca llegan a casarse.

— Usted sabe mucho, Mikoto-san - le sonrió la chica.

— Cariño, son los años.

Ambas mujeres siguieron con una agradable conversación, sin saber que todo lo dicho estaba siendo escuchado por cierto ninken que se había asentado fuera de la tienda. Al menos hasta que llegó su amo.

— Oi, ¿Qué tal todo, Bisuke? - preguntó Kakashi en cuanto llegó.

— Creo que voy a vomitar corazones - contestó en un tono de voz molesto, que Kakashi no entendió completamente.

— ¿Algo interesante que reportar? - indagó.

— Solo que tú y Sakura son la pareja perfecta y que han estado todo el tiempo hablando de matrimonio y esas cosas de mujeres. Más te vale avisarnos si piensas sumar a alguien a la manada - refunfuñó el perro ninja. Aunque intentó ocultarlo, el rubor llegó levemente a las mejillas del peliplata. ¡¿Matrimonio?!.

Intentó calmarse a sí mismo sabiendo que todo lo que había dicho la muchacha debió ser para proteger su fachada frente a Mikoto-san. Por otro lado pensó en lo que había dicho su ninken, sobre sumar a alguien a su manada y como la idea parecía desagradarle… ¿Acaso no le simpatizaba Sakura? Él creía que todos sus ninken aceptaban a los miembros del equipo 7.

— ¿No te agrada Sakura? - decidió salir de la duda directamente. El perro suspiró.

— No es eso… pero somos una manada de chicos. Sin chicas - entonces comprendió que el problema no era la chica, era cualquier persona ya que habían sido solo ellos 9 por muchos años. Kakashi solo río y se agachó para acariciar la cabeza del ninken.

— Tranquilo, Bisuke. No hay nada de qué preocuparse. Ahora puedes irte, muchas gracias - hizo los sellos necesarios para enviar al perro a su hogar y luego del puff se adentró en la tienda — ¿Señora Mikoto? - dijo lo suficientemente fuerte para ser escuchado desde el interior.

No pasó mucho tiempo cuando dos cabezas se asomaron por detrás de la cortina que separaba la tienda del pequeño salón de té.

— ¡Oh, Sukea-san! Volviste - la señora se estaba encaminando hacia él cuando la muchacha pasó corriendo por su lado para abrazar al mayor.

Ambos quedaron sorprendidos por el gesto, ya que Sakura no había sido muy efusiva últimamente. No parecía molestarle la cercanía del mayor, ni tampoco su ropa mojada por lo que Kakashi le devolvió el abrazo con suavidad.

— ¿Cómo estás, Kiki-chan? - preguntó posando una mano sobre la cabeza de la joven.

— Bien - inclinó su cabeza para mirarlo, al parecer notando por primera vez lo que había hecho ya que deshizo el abrazo de forma inmediata y se giró para ver a la mujer quien les sonreía a ambos.

— Muchas gracias por cuidar de ella, Mikoto-san - Kakashi se inclinó con respeto.

— Sabes que no hay de qué preocuparse. Kiki fue una estupenda compañera por esta tarde.

— ¿Hay alguna forma en la que pudiéramos agradecerle por lo que hizo? - preguntó el mayor.

— Claro que no. No es necesario - la señora de hecho agradecía haber estado acompañada después de tantos días de monotonía — ¿Ya tienen fecha de retorno?

Sakura miró a su sensei esperando su respuesta, ya que ella también quería saberlo.

— No es exacto, pero podría ser en unos cuatro días - respondió.

— Muy bien. En ese caso sólo les pido que vengan a despedirse antes de marcharse - pidió Mikoto-san. Fue entonces que un pensamiento se instauró en la mente de la chica y Kakashi pudo notar su inquietud. Esperando marcharse hacia el hotel para conocer cualquier información que Sasuke haya podido reunir, se despidió de la señora.

— Eso seguro. Nuevamente muchas gracias, ahora debemos volver a la posada.

— Claro que sí. Nos vemos pronto, Sukea-san, Kiki-chan - ambos ninjas salieron de la tienda agitando una mano a modo de despedida.

En el camino de vuelta a su hospedaje Sakura seguía perdida en sus pensamientos, más Kakashi decidió darle el tiempo y el espacio para que ella compartiera lo que la inquietaba libremente. Fue un viaje silencioso, que al mayor se le hizo eterno ya que necesitaba saber si Sasuke tenía algo nuevo.

Cómo casi siempre Kakashi le abrió la puerta a su compañera, quién agradeció el gesto con una sonrisa. Saludaron a Tara tras el mostrador y se encaminaron hacia el segundo piso.

— ¿Prefieres pasar a… nuestra… habitación o ir inmediatamente a la de Naruto? - preguntó el mayor mientras subían las escaleras.

— Me gustaría darme un baño antes de hablar sobre cómo seguirá la misión - contestó la chica. Después de haber caminado bajo la lluvia se sentía algo sucia.

— Ok. Entonces eso haremos, vamos a decirle a Naruto - Kakashi tocó la puerta del Uzumaki esperando a que saliera mientras deshacían el henge.

— ¡Oi, Kakashi-sensei, Sakura-chan! - los saludó el rubio, quién tenía el cabello mojado debido a que había tomado un baño. Sakura por su parte le mostró una pequeña sonrisa.

— Oi. Naruto, vamos a asearnos. ¿Le dices a Sasuke que nos vemos en media hora?

— Claro. Yo le aviso - luego de ese pequeño intercambio de palabras, Sakura y Kakashi ingresaron a su habitación y repitieron su rutina de ducharse con la puerta abierta para tranquilidad de la chica.

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— Ya que estamos todos, dinos ¿Qué tal te fue? - preguntó el peliplata mirando fijamente al Uchiha.

Los cuatro miembros del equipo 7 se encontraban ahora en la habitación del Uzumaki. Sakura se encontraba más alejada, recostada de costado contra el cabezal de la cama. Kakashi estaba sentado a los pies de la cama y finalmente Naruto y Sasuke se encontraban en el piso apoyados en la pared bajo la ventana.

— No sabría decirlo - contestó el azabache de manera misteriosa.

— ¿Cómo es eso? ¿Ocurrió algo, dobe? - preguntó Naruto — ¿Acaso es algo tan malo que no nos lo quieres decir? ¿Vamos a morir? - su equipo nunca entendería por qué siempre llegaba a la conclusión de que iban a morir…

— No es eso, usuratonkachi - respondió golpeando la cabeza de su compañero, quien se quejó con un pequeño "kya!" — Cuando estaba dentro del hotel… me descubrieron.

Listo. La bomba había sido lanzada. Los ojos de Naruto y Sakura se extendieron en sorpresa, mientras que Kakashi frunció el ceño pensando en cómo había logrado salir si había sido descubierto.

— ¿Por quién? - preguntó.

— Fue por un miembro de Hikari… su nombre es Michi - Sakura sintió que un temblor frío recorría su espalda. Definitivamente no podía ser bueno que un miembro de su objetivo supiera sobre ellos — Y eso no es todo. Él sabía quién era, me preguntó directamente si era uno de los shinobis de Konoha que estaban en el pueblo.

Pánico puro invadió a los miembros del equipo 7. Cuando finalmente pensaban que su misión los estaba llevando a algún lugar, ocurre esto que desmorona su labor por completo y que además los ponía en riesgo.

Sakura comienza a hiperventilar pensando en lo que los miembros de Hikari podrían hacerle, se imaginaba escenarios en que Hotaka venía por ella para venderla quién sabe a qué hombre poderoso de Amegakure. Mikoto-san ya le había advertido sobre él, que intentara que nunca la viera, pero ya no había nada que hacer… los habían descubierto. Sus latidos y su respiración se aceleraban a medida que imágenes desagradables llenaban su mente. Los tres hombres de su equipo se pusieron de pie de forma apresurada y se acercaron a su compañera.

— Sakura-chan, respira - le decía su sensei con voz relajante.

— ¡Sakura-chan! ¿Estas bien? - inquirió Naruto. Sasuke la miraba con el ceño fruncido, sin saber qué hacer o qué decir.

Entonces Naruto se abalanzó hacia ella para abrazarla, causando que la chica comenzara a gritar y arrojar manotazos y patadas al aire. En su mente, no era su compañero Naruto quien había puesto una mano en su hombro, en su mente era un hombre corpulento, sin rostro pero que aún así tenía un nombre… era Hotaka.

— ¡No! ¡No me toques, no me toques! - gritaba mientras gruesas lágrimas comenzaban a descender por su rostro. Naruto se hizo hacia atrás, herido pero aún así sabiendo que la culpa no recaía ni en él, ni en Sakura sino en aquellos hombres que se habían colado a su habitación algunas noches atrás.

Ninguno del equipo veía cómo poder calmar a la chica, todo apuntaba a que estaba teniendo un ataque de ansiedad.

— Salgan - ordenó el peliplata, ambos alumnos se quedaron mirándolo algo shockeados por la escena que se desarrollaba frente a ellos — ¡Ahora! - urgió con más ahínco, finalmente logrando que lo dejaran solo en la habitación con su alumna.

Luego se acercó a Sakura con suavidad, repitiendo "está bien, Sakura. Estás a salvo ahora". La chica se seguía sacudiendo compulsivamente, hasta que el mayor puso una mano en su mentón y la obligó a mirarlo a los ojos.

— Sakura soy yo, Kakashi-sensei, y te prometo que nada va a pasarte - intentó mantener un volumen de voz bajo, que le transmitiera seguridad a la alterada chica.

La pelirrosa le devolvió la mirada e intentó imitar la rítmica respiración del mayor logrando regularizar la propia luego de unos segundos.

— Yo… lo siento mucho - habló finalmente la chica, en voz apagada.

Todo había venido a ella como un golpe de realización. Su mente le estaba jugando una mala pasada, anteponiendose a los peores casos que podrían ocurrirle… y reaccionó mal.

— No hay nada que sentir. Está bien, Sakura-chan - con movimientos medidos, Kakashi se acercó más a la joven, sentándose junto a ella y rodeándola con uno de sus brazos. Con confianza, Sakura se acomodó pasando un brazo por frente el estómago de su sensei y recargando la cabeza en su hombro.

Era algo irónico el cómo hace algún tiempo atrás se habría sentido tremendamente avergonzada por su cercanía, pero ahora el único sentimiento que la abordaba era el de una paz infinita.

Intentando disimular, llevó una de sus manos a su rostro para eliminar todo rastro de lágrimas que quedara en él, mientras Kakashi se mantenía en silencio, brindándole a la chica el tiempo que necesitara.

— Creo que arruine la reunión - volvió a hablar la joven.

— Claro que no. Podemos retomarla cuando estés lista, o podemos suspenderla hasta mañana… si quieres puedo volver a hacer un clon para que puedas ir a dormir y nosotros seguimos con ésto - su sensei intentó darle cuántas opciones se le ocurrían, pese a saber que posponer la reunión hasta el día siguiente no era una opción. La información que Sasuke pudiera dar era demasiado importante como para que así fuera.

— Creo… que necesito un momento y podemos seguir. Debemos escuchar lo que Sasuke tiene para decir.

— Ok - internamente, Kakashi agradeció la elección de la chica.

Los segundos y minutos seguían pasando, la mente de Sakura volvía a la tranquilidad y sentía que renovada fortaleza crecía dentro de ella hasta llegar a la determinación de que podría enfrentar lo que se venía y así se lo hizo saber a su sensei.

— Creo que estoy lista - susurró. Kakashi la había escuchado y sintiendo el chakra de sus dos alumnos fuera de la habitación los llamó.

— Ya pueden entrar - ambos ninjas ingresaron sigilosamente, intentando no perturbar a su compañera quién no se había movido de su posición.

Ambos chicos volvieron a tomar asiento en su lugar anterior, bajo la ventana. Sin embargo, ninguno quiso comenzar con la conversación. La chica tampoco quería ser la que hablara primero luego de la escena que había montado y el peliplata notando esto decidió romper el incómodo silencio.

— ¿Qué más fue lo que te dijo Michi, Sasuke? - el azabache miró a Kakashi, preguntándole con la mirada si debía proseguir. El copy ninja le dió la aprobación al asentir.

— El me ofreció un trato - incluso Sakura levantó la vista frente a ese enunciado. Todo el equipo miraba a Sasuke instándole a proseguir — Él me dijo que quiere abandonar la banda… y que quiere ayudarnos a hundirlos.

El silencio recayó en la habitación, digiriendo lo que el Uchiha acababa de decirles.

— Dobe ¿Aceptaste? - Naruto fue el encargado de soltar la pregunta que todos querían hacer.

— Claro que no. Y antes de que digan algo, le dije que viniera aquí… esta noche. Llegará en… una hora.

— Dobe ¿Que hiciste? ¿Y si es una trampa? - Naruto, quien había intentado mantenerse tranquilo hasta ahora, dejó que la inquietud lo poseyera.

— Pensé en eso… se que quizás no tenga sentido lo que diga, pero creo que si ese hombre hubiese querido que me descubrieran en el hotel lo habría hecho y no hay que ser muy inteligente para asociar mi asalto al lugar con su visita allí - explicó Sasuke — Además, en un cuaderno de Masayoshi vi que tenía agendada una reunión con Hiroaki para hablar sobre "Michi". Quizás ya sospechan de él y una posible traición.

— Pero aún así… es nuestro hospedaje, Sasuke ¿A dónde iremos si todo resulta ser una trampa?

— ¿Y donde querías que lo citara? ¿En medio del pueblo para que todos supieran que somos shinobis? - Sasuke ya se estaba hartando del reclamo de su compañero.

— Ya basta - interrumpió Kakashi por primera vez — Lo hecho, hecho está. Ahora solo queda prepararnos para una posible trampa y rezas para que las intenciones de ese sujeto si sean para ayudarnos.

Todos estuvieron de acuerdo con el mayor y se pusieron manos a la obra. No tenían muchas armas ninjas, ya que debían aparentar ser civiles, pero se habían anticipado trayendo pergaminos de invocación de armas. Sakura estaba nerviosa, pero aún así ayudó en todo lo que pudo, aún sintiendo la mirada de sus tres compañeros sobre ella.

— Sakura-chan ¿podemos hablar? - luego de un tiempo le preguntó su sensei.

Sakura ya sabía lo que se venía, la enviaría a su habitación para que la situación de antes no se repitiera. Al igual que durante esa misma tarde, Sakura reconoció que no sería un aporte en esta ocasión, sino una distracción para sus compañeros que estarían al pendiente de protegerla.

— Creo que sería mejor si no estoy en esta reunión - se anticipó a decir. Kakashi le dio una sonrisa que no era exactamente de felicidad, sino de triste reconocimiento.

— Podrías aprovechar de dormir - intentó consolarla.

— Está bien.

Todos acordaron que Kakashi haría un clon para acompañar a la chica, mientras Naruto haría dos para mantener uno en la puerta de la habitación de Sakura y otro en la ventana. Era una fortuna que el Uzumaki pudiera mantener gran cantidad de clones por un tiempo prolongado, a diferencia del peliplata.

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La hora de la reunión con el Hikari había llegado, por lo que Sasuke, Naruto y Kakashi estaban alerta de si entraría por la ventana o la puerta. Para tranquilidad de todos Sakura ya se había dormido junto a el clon de su sensei, al parecer la bomba de emociones por el ataque de ansiedad la había dejado agotada, por lo que la mente de todos estaba puesta 100% en los sucesos que se avecinan.

Una ráfaga de viento ingresó por la ventana, dándoles a saber que "Michi" había llegado.

— Que bienvenida más cálida - dijo irónicamente al observar la posición de ataque de los 3 hombres. Con soltura dió unos pasos hacia la cama y se dejó caer en ella — Veo que ya pusiste al tanto a tus amigos ¿eh? - habló mirando a Sasuke.

— Ya sabías que trabajamos en equipo - se limitó a decir.

— Ne, ne. No hay que ponerse tan serios. ¿Y bien? ¿Cuál es su respuesta, shinobis de Konohagakure?

— No tenemos una, al menos no aún - dijo el mayor, permitiendose relajarse frente al nulo indicio de batalla del hombre.

— Sí, sí, muy precavidos. ¿Qué quieren que les diga? - instó.

— Todo. ¿Por qué dejar la banda? ¿Por qué destruirlos en lugar de huir? ¿Por qué nos necesitas? ¿Qué garantías puedes darnos? - el peliplata hizo una pregunta tras otra, provocando que Michi sacudiera su cabeza mientras soltaba un suspiro.

— Bien. Verán, cuando se formó Hikari se hizo teniendo en mente los principios de Akatsuki - los tres ninjas se estremecieron, más no dejaron que la mención de ese grupo los hiciera ver perturbados — Ya saben, el unir a los mejores shinobis de cada aldea… ninjas de grandes talentos, todo en búsqueda de mostrar que el poder podía llevar a la paz mundial.

Todos acordaban en su mente que la idea de paz mundial que en un principio había descrito Pain era todo lo contrario a lo que había ocurrido, provocando que sus ideales casi desencadenaran en la cuarta guerra ninja.

— Una idea algo distorsionada de la realidad, si me lo preguntas - bufó Naruto.

— Lo que sea, cada uno vela por sus propias ideas. Nosotros, Hikari, sabemos que no somos ninjas pero sí teníamos poder, y ese poder fue creciendo y creciendo… hasta que se nos fue de las manos - el tono de burla del hombre había cambiado a uno de tristeza — Se supone que íbamos a… transmitir nuestro pensamiento de paz y en su lugar comenzamos a abusar de nuestro poder, asaltando pequeñas aldeas, dejando a la gente sin nada y creando alianzas con seres despreciables… Hikari no nació para eso.

— ¿Y por qué no simplemente huir? - preguntó el peliplata.

— Dos razones. Primero, me matarían. Y segundo, no quiero que sigan haciendo daño.

— ¿Por qué quieres que trabajemos contigo?

— ¿Y enfrentarme yo solo contra más de 20 delincuentes? No gracias. Hikari tiene apoyo de mucha gente, como les dije antes - hasta ahora Michi estaba siendo muy colaborativo con la información.

— ¿Qué garantías puedes darnos? - los 3 ninjas de Konoha estaban atentos a esta última respuesta, ya que podría ser su pase para trabajar con el hombre.

— No tengo mucho que ofrecer. Sólo que la información que les dé será 100% verídica y que tienen mi palabra de que no los traicionaré.

Los miembros presentes del equipo 7 se miraron unos a otros, para confirmar que la respuesta que pensaban en su mente era la misma que la de sus compañeros. Una vez Kakashi vio la aprobación de sus camaradas, dio la respuesta final.

— Está bien. Trabajaremos contigo.

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Kakashi volvió a su habitación pasada las dos de la madrugada. En su pecho crecía la confianza y convicción de que habían tomado la decisión correcta ya que gracias a Michi lograron obtener la información que a ellos les hubiese tomado incluso semanas conseguir. Incluso habían armado un plan medianamente sólido para dar su golpe a Hikari y si todo salía bien podrían retornar a Konoha en tres días… sólo tres días.

Con cansancio se acercó a la cama que compartía con su alumna y sacudió el brazo de su clon para despertarlo, ya que este estaba cómodamente dormido tomando su lugar.

— Vuelve mañana, estoy durmiendo - le dijo somnoliento.

— Esa es mi cama, vete tú - Kakashi sentía que no tenía ánimo para discutir con su clon, aunque a éste le encantaba hacerlo. Parecía ser su pasatiempo favorito… ¿pelear consigo mismo?

— Técnicamente, tu cama está en Konoha - le respondió burlón.

— Ya basta, no haremos esto hoy. ¿Algo que decir sobre Sakura? - el mayor se cruzó de brazos, de forma desafiante.

— ¿Por qué no me desapareces y lo averiguas?

— Tsk. Que molesto soy a veces - refunfuñaba el Kakashi original en voz baja.

Hizo los sellos para deshacer el jutsu y rápidamente tomó el lugar de su clon sosteniendo la mano de Sakura. La chica se removió sin llegar a despertarse, cosa que agradeció. En los recuerdos del clon sólo estaba Sakura cayendo dormida cuando él aún estaba allí, luego unos balbuceos ininteligibles y finalmente nada. Bien, nada nuevo, pensó. El peliplata dejó que el cansancio lo consumiera rápidamente, llevándolo a un tranquilo descanso.

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Dos días habían pasado desde la primera vez que se reunieron con Michi y mañana sería el gran día. Durante este tiempo habían trabajado arduamente en crear un plan que les asegurara la victoria, y ahora creían tenerlo.

Gracias a su "nuevo compañero" de misión habían aprendido más de cerca sobre las personalidades de los miembros de Hikari, quienes se habían dedicado durante los últimos 3 a establecer alianzas de bandidos que siguieran sus creencias. Tal y como la Hokage había dicho, eran una versión algo barata de Akatsuki por lo que debían ser eliminados para no tentar a nuevos personajes a seguir su estilo de vida, causando daño en el mundo.

Se habían enterado de hecho realmente detestables que habían cometido con el fin de someter a simples pueblerinos que sólo querían vivir en paz y es por eso que no podían mostrarles clemencia.

Con este objetivo en mente habían acordado atacarlos simultáneamente desde dos puntos. Primero Naruto y Sasuke se enfrentarían con Masayoshi, Hiroaki y todos quienes los acompañaran, infiltrándose en la reunión que habían agendado. Segundo, Kakashi, Sakura y Michi se enfrentarían con el resto de los miembros de Hikari en su propio escondite del pantano.

El segundo equipo había realizado espionaje en los alrededores del lugar, planeando su vía de acceso y Kakashi incluso había entrado usando la apariencia de Michi para conocer el lugar por dentro. En la actualidad estaban dando asilo a 20 bandidos que se habían asociado con ellos en el último tiempo y contaban con 10 guardias de seguridad, de los cuales 3 acompañarían a Hiroaki a su reunión. Eso los dejaba con 30 enemigos, contando los 3 miembros de la banda que debían estar allí.

Por el otro lado, presumían que Naruto y Sasuke se enfrentarían alrededor de 8 personas, sin embargo esas debían ser las 8 más "fuertes". Si todo salía bien, ellos debían llegar como respaldo en caso de que Sakura y Kakashi no lograsen vencer a todos en el tiempo récord de 30 minutos.

El equipo 7 estaba nervioso… pero también ansiosos de tener la oportunidad de finalizar con su misión. El día de ayer habían vivido un susto muy grande, ya que los hombres de Masayoshi habían localizado los tres cuerpos que Naruto y Sasuke habían arrojado a un barranco, más el hombre no mostró señales de sospecha hacia ellos. Gracias a Kami no lo habían vuelto a ver después de la reunión en el hotel Rafu.

— Un Yen por sus pensamientos - Sakura miraba burlona a Kakashi-sensei, ya que había estado divagando por un tiempo. El mayor sonrió con afecto.

— Un Yen es demasiado poco para una mente como la mía. Muchas chicas la definirían como… creativa - respondió en un tono seductor.

— Ay sensei, no se haga el millonario que siempre nos hace pagar su cuenta - refunfuñó la chica. El mayor se limitó a sonreír con gracia, ya que ésta no había entendido el doble sentido de su oración anterior.

— Eso lo hago porque quiero. No por falta de dinero, Sakura-chan. Si no los obligó no le darían ningún obsequio a su pobre sensei… nunca - como siempre dramatizó.

— ¡Eso no es cierto! Siempre le doy chocolates en San Valentín, y un regalo en navidad ¡Y también en su cumpleaños! - reclamó la chica, indignada porque el mayor olvidara el esfuerzo que ella le ponía a sus regalos.

Sakura podía ser muy… imaginativa. Con sus chocolates en formas de kunais y shuriken, sus múltiples relojes despertadores, y sus fundas con estampados de Icha-Icha. Kakashi había apreciado cada uno de sus regalos, menos los relojes que siempre terminaba por re-obsequiar en navidad, lo que le ahorraba tener que pensar y comprar obsequios por sí mismo. Aunque más que el objeto, Kakashi adoraba el sonrojo de vergüenza que aparecía en su rostro antes de entregarlos, o su sonrisa radiante cuando él solo decía "gracias, Sakura-chan". Esos momentos eran más apreciados por el mayor que el regalo en sí, aunque nunca lo diría en voz alta.

— Pues tres al año no me parece suficiente. Debería ser uno por jutsu que les he enseñado - entonces la chica exhaló aire molesta.

— Si fuera por eso, entonces no tendría que darle nada - intentó decir en un murmullo bajo, pero había sido escuchado claramente por el mayor quién notó el reclamo en la voz de la chica.

— Oye, yo sí te enseñé... algunos - hasta para sí mismo esa "defensa" había sonado miserable.

— ¿Cómo qué? Nombre algo - lo reto Sakura cruzándose de brazos.

— Yo… bueno, te enseñé a trepar árboles con chakra.

— Lo concedo - aceptó la joven, aliviando un poco la culpa del mayor — Eso fue a los 12 años. ¿Qué más? - añadió, para desgracia del peliplata que esperaba zanjar el asunto ahí. Pero claro, estamos hablando de Sakura. Kakashi lo pensó por unos segundos.

— También a deshacer genjutsus, durante los exámenes chunin.

— ¡Eso ya lo sabía! No te vas a llevar el crédito por eso - al recordar la diferencia que hubo en el entrenamiento de Sakura y de sus compañeros, la molestia volvió a ella por lo que Kakashi intentó con otro método.

— Está bien. Ya entendí, soy un pésimo maestro, lo mejor es que me pierda en el sendero de la vida y nunca vuelva a la Hoja… tendré que remediar mis acciones y cargar con el peso de mis fracasos por toda la vida - su voz se había vuelto melancólica y su vista se perdió en lo recóndito de sus pensamientos, provocando culpa en la muchacha.

— Ay sensei, no es para tanto - una risa nerviosa le indicó al copy ninja que su estrategia había funcionado. Pero eso no lo hizo sentir más tranquilo, y soltó un largo suspiro.

— ¿Qué te parece si te enseño un jutsu especial? - ofreció y los ojos de Sakura se iluminaron como luciérnagas por la noche.

— ¿Especial? ¿O sea que Naruto y Sasuke no lo saben?

— Claro que no, por eso dije especial - la tentó.

— Yo… ¡yo sí quiero! - una bomba de energía se había encendido en la muchacha y es que durante los días pasados su ánimo había estado fluctuando entre positivo y negativo frente a cada nueva información sobre la misión.

— Bien. Pero será en Konoha - el ánimo de la chica volvió a decaer.

— Eso no es muy justo - dijo en voz plana.

— Es que el jutsu es tan especial, que debes aprenderlo en un lugar conocido para ti. No podemos arriesgarnos - Sakura entendió lo que se le estaba diciendo y una nueva ilusión por aprender se había despertado en ella.

— Está bien. En Konoha - acordó con emoción, a lo que Kakashi sonrió. Algunas veces era muy sencillo el ponerla contenta.

— Bien. Ahora, a cambio, ¿Me contarás que es lo que te preocupa desde la última vez que vimos a Mikoto-san?

Efectivamente, Sakura había salido algo extraña de la tienda de la señora la última vez que habían estado ahí por lo que aprovechó el momento para incitarla a hablar. La chica maldijo hacia sus adentros por ser tan fácil de leer, pero pensó que podría ser bueno hablarlo con alguien.

— ¿Lo notaste? - preguntó tontamente.

— Soy tu sensei.

— Es… es una tontería - o así es como lo veía ella, pero aún así Kakashis quería saberlo — Es solo que pensaba que cuando completemos la misión, todos en el pueblo sabrán que nosotros somos los shinobis de Konoha… - dijo la chica.

Kakashi había entendido perfectamente lo que atormentaba a la chica pese a la poca información que le había dado.

— Incluída la señora Mikoto, a quien le hemos mentido todo este tiempo - finalizó el peliplata por ella. Sakura se había sorprendido de que entendiera su idea tan pronto, pero asintió confirmando la hipótesis del mayor.

— No solo hemos inventado una historia frente a ella… - dijo la chica suspirando — Sino que también cambiamos nuestra apariencia y ella parece querer tanto a Kiki y Kiki ni siquiera existe y yo, yo voy a desilusionarla mucho - las palabras salían atropelladas de la boca de la chica, pero aún así el mayor la entendió perfectamente. Mikoto-san se había encariñado con Kiki, no con Sakura y toda la fachada se vendría abajo al finalizar la misión.

— Pero tú eres Kiki - la alentó el mayor.

— No es cierto. Cuando me vea sin el henge, ni siquiera sabrá que soy Kiki - se lamentó la chica.

— Sakura, no es como si cambiaras tu anatomía - rodó los ojos — Solo cambiaste el color de tus ojos y de tu cabello, todo el resto eres tú.

— ¿Y si se molesta conmigo? - preguntó.

— ¿Por qué? ¿Por venir a salvar el pueblo en el que ha vivido toda su vida? - ahora que lo escuchaba desde los labios de su sensei, sus preocupaciones sonaban… ridículas.

— Creo que tienes razón - le sonrió con agradecimiento.

— Siempre la tengo - agregó burlón.

Sakura a veces no entendía el cómo su sensei podía ser tantas cosas para ella. Sin duda era una fuente de admiración por su increíble trabajo como shinobi, también era un gran consejero, un gran compañero, y hasta se atrevería a decir que un gran amigo. Podía hacerla pasar de la furia a la calma en un segundo, podía hacerla reír a carcajadas aunque un minuto atrás hubiese estado deshaciéndose en lágrimas. Era… su más fiel compañía y agradece infinitamente a Kami por haberlo puesto en su vida.

En un principio, la chica no estaba segura de si participar del golpe final de su misión sería una buena idea, pero Kakashi le recordó que era una kunoichi de Konoha, entrenada por la mismísima Hokage, por lo que la seguridad volvió a ella… y esperaba que no la abandonara mañana.

xXxXxXx

El momento que tanto habían esperado finalmente había llegado. Por fin, de una vez por todas, acabarían con su misión en Kirifuri.

En este momento Sasuke y Naruto se encontraban fuera del bar en el que la reunión de Masayoshi y Hiroaki estaba tomando lugar, a la espera del momento exacto para acabar con los guardias de afuera y adentrarse en el lugar.

Kakashi y Sakura estaban ocultos entre los árboles que rodeaban el refugio de Hikari a la espera de la señal que Michi les daría para poder entrar.

— ¿Están todos listos? - se aseguró Kakashi mediante su auricular por última vez.

— Sí - respondieron al unísono sus tres compañeros. Y entonces la señal de Michi llegó, haciendo señas con ayuda de un espejo.

—Bien. Éxito a todos, y nos vemos en un momento. ¡Ya! - dió la instrucción. En sus respectivos lugares, los cuatro miembros se acercaron a su destino.

Sakura atacó a el guardia que se encontraba a la derecha del puente que llevaba a la mansión, y Kakashi a el de la izquierda. Se les pilló con la guardia baja, por lo que no fueron ningún problema para los ninjas.

Con sigilo se dirigieron a cada una de las torres que estaban junto a la puerta principal para acabar con los dos guardias de vista en altura que debían estar allí. Sakura encontró a el suyo durmiendo, por lo que lo terminó rápidamente. Kakashi había tenido que luchar un poco, pero el hombre no estaba a la altura del copy ninja

Volvieron a la puerta principal, la que ahora estaba abierta y tras ella los esperaba un ansioso Michi.

— Genial, ahora solo quedan dos guardias en los pasillos y uno frente a la oficina de Hiroaki - los apremió el hombre.

— Lleva a Sakura con unos de los guardias del pasillo, yo iré por el otro y a la oficina - ordenó Kakashi quien miró rápidamente a su alumna para luego correr hacia el pasillo frente a él.

Esta es la primera vez que estoy sola… Sin niñero Sasuke, ni niñera Mikoto, o niñero clon, pensó en pánico. Más no permitió que esa idea la paralizara, y la envió al fondo de su mente para continuar con la misión.

— Lo vi hace un momento, es por aquí - le dijo Michi echándose a correr. Sakura corrió tras él y luego de tres largos pasillos encontraron al guardia.

— Yoki ¿Me escuchas? - hablaba por un woki toki.

— Yoki era el de la puerta - explicó rápidamente Michi.

— ¿Yoki? - el hombre, extrañado hizo el amago de girarse para averiguar qué estaba ocurriendo con su compañero cuando unas piernas femeninas se encerraron alrededor de su cuello por la espalda, al igual que un brazo que lo obligaba a inclinar su cabeza hacia arriba.

— ¡¿Pero qué mierda?! - exclamó el guardia, sorprendido.

— Supongo que siento esto - y sin más Sakura aplicó chakra en sus manos para quebrar el cuello del hombre. Rápido e indoloro, pensó.

Tras ella, Michi la miró algo asustado. No era como si hubiese visto cosas peores con Hikari, pero la chica había sido tan callada todos los días que él había ido a la posada para reunirse con el equipo 7 que no esperaba su fuerza.

— ¿Ahora a dónde? - le preguntó Sakura.

— Ahora, los bandidos - aseguró el hombre, caminando hacia el salón donde solían reunirse a apostar.

La adrenalina de la chica estaba a tope, olvidándose de todo lo que la había atormentado hasta el momento por lo que en un arranque de seguridad abrió la puerta que le mostró Michi, encontrándose con once ojos. Eran 7 hombres… y uno tenía un parche.

Sin perder el tiempo arremetió contra el primero, clavándole un kunai en el cuello. Los demás al ver la amenaza se pusieron en posición de ataque, y el más corpulento se lanzó sobre ella. Pero no esperaba la fuerza sobrehumana de Sakura, quien lo noqueó de un solo puñetazo lanzándolo por la habitación hasta que su cuerpo inerte chocó contra la pared del fondo.

Rápidamente se agachó para esquivar una patada, y aún de cuclillas pateó el punto tras la rodilla de su atacante quien cayó al suelo. Se puso de pie y pateó la espalda del hombre en lo que un puñetazo llegó a sus costillas. Tomó aire para contener el dolor, ya lo arreglo luego, pensó. Ahora fueron dos los hombres que se abalanzaron a ella, logrando esquivar sus golpes.

Dejó que su chakra envolviera sus manos y cuando tres hombres corrían hacia ella estrelló un puño en el piso logrando que ellos perdieran el equilibrio. Con gracia digna de una kunoichi lanzó dos shuriken, los que se clavaron en el brazo de un hombre y en el rostro de un segundo.

— ¡Ahh! Maldita loca - se quejó adolorido.

Sakura golpeó a otro hombre, habiendo derrotado a tres. Corrió contra aquellos a los que les clavó los shuriken y con un giro en el aire pateó a ambos, enterrando sus armas ninjas aún más en los cuerpos de sus enemigos.

— Nunca le digas loca a una mujer ¡Shannaro! - con un puño reforzado con chakra golpeó en el pecho al hombre del shuriken en el rostro, y con una patada hizo volar al otro.

Quedan dos.

El hombre del parche, junto a el otro estaban siendo detenidos por Muchi, quien ya poseía golpes visibles en el rostro.

— ¡Maldito traidor! - le gritaban. Con el escándalo que tenían ya todos en la mansión debían de estar alertas de lo que ocurría. Sakura tomó a uno de los hombres por el cuello de su polera y lo jaló hacia atrás, cortándole la respiración. Lo lanzó al suelo y sin más clavó un shuriken en su yugular.

Pese a que todos en ese lugar debían ser eliminados, Sakura no era una sádica que gozara de hacerlos sufrir. Ella no era jueza para decidir qué muerte merecían, por lo que solo intentaba acabar con ellos rápidamente.

Para su sorpresa, Michi había terminado con el hombre del parche y ambos se tomaron un momento para reponer su respiración. Sakura giró sobre sus talones y se acercó a cada cuerpo para comprobar que estuvieran sin vida, le gustaba ser minuciosa y no dejar cables sueltos. Cuándo fue así, volvió junto a Michi en búsqueda de su nuevo destino.

Mientras corrían por un pasillo se encontraron con Naruto, cuyo traje estaba manchado de sangre.

— ¡Sakura-chan!? ¿Estás bien? - le preguntó, deteniéndose frente a ella.

— Sí. ¿Y Sasuke?

— Nos encontramos con Kakashi-sensei, Sasuke se quedó con él - Sakura asintió.

— ¿Sabes quienes faltan? - preguntó.

— Creo que sólo dos de Hikari. Kyo y-

— Hotaka - asumió Sakura, estremeciéndose de sólo pensar que se enfrentarían al hombre cuyo nombre la había asustado hasta la médula.

— Exacto… - respondió Naruto, comprensivo.

— Bien. A lo que vinimos - Se encaminaron al lugar que, según Michi, debía de estar ocultando a Hotaka. Sin embargo, no lo encontraron allí.

Siguieron corriendo por los diversos pasillos de la mansión y en una intersección se encontraron con Sasuke y Kakashi.

— ¿Los encontraron? - preguntó el líder.

— Aún no - respondió Michi. En eso, Kyo pasó corriendo por uno de los pasillos, lo que fue visto por el sharingan expuesto de Kakashi.

— ¡Sasuke! ¡Por aquí! - y sin ninguna palabra más, partió corriendo tras uno de los dos enemigos que aún quedaban con vida.

Sakura, Naruto, y Michi se quedaron viendo los unos a los otros, a la espera de que a alguno se le ocurriera dónde buscar a el último miembro pendiente de Hikari.

— Si ya revisamos el ala Este y Oeste, solo nos queda revisar el sótano - añadió Michi, liderando la marcha hacia el lugar que había sugerido.

— ¿Cuántos accesos hay hacia el sótano? - preguntó Sakura.

— Son dos. Uno está en pleno pasillo principal y el otro está en una de las habitaciones de servicio.

— Entre todo el caos, lo más probable es que haya entrado por el de servicio - El trío quiso intentar el "factor" sorpresa ingresando por el acceso contrario al escogido por Hotaka, por lo que abrieron la reja metálica que se encontraba en medio del pasillo principal y descendieron por más escaleras que allí había.

— ¿Qué hay abajo? - preguntó Naruto algo nervioso, Sakura supo de inmediato que se debía al miedo que el rubio tenía hacia los fantasmas.

— Una sala de juegos, y un despacho viejo. La verdad es que es prácticamente de Hotaka y nadie viene mucho por aquí - respondió el Hikari.

Cuando llegaron al pie de las escaleras Naruto asomó su cabeza para obtener mejor visibilidad del lugar, sin embargo Hotaka no estaba a la vista. Comenzaron a avanzar lentamente, evitando hacer ruido.

Pasaron por la sala de juegos que tenía una mesa de pool, un mini bar y un mini escenario con un tubo de pole dance en medio. "Ya imagino que tipo de juegos este asqueroso tenía aquí", pensó la chica.

Si el hombre no estaba en la gran sala de juegos, significaba que estaba en la oficina. En cuanto se posicionaron frente a la puerta del lugar, notaron que la puerta estaba trabaja por dentro, haciendo evidente que el hombre estaba allí. Todos tomaron una posición de ataque, ya que Sakura se dedicaría a patear la puerta para hacerla ceder.

Un segundo antes de que la joven hiciera su movimiento, la puerta fue abierta dejándola frente a un hombre de apariencia grotesca que la miraba desde su cabeza hasta sus pies provocando que Sakura sudara frío.

— Veo que las visitas y el traidor ya llegaron - pese a tener que enfrentarse a tres adversarios, Hotaka parecía estar muy tranquilo, manteniendo una sonrisa socarrona en su rostro y una espada en su mano.

Los tres se pusieron en posición de ataque, listos para enfrentarse al hombre.

— Y miren nada más quien es una visita. La chica de la posada… te esperaba días atrás, pero asumí que los ineptos no habían completado la misión que les encomendé - el hombre se acercó a ella, tomando su mentón con una de sus grandes y mugrosas manos, haciendo que la chica lo mirase a los ojos.

— ¡Sueltala! - gritó molesto el Uzumaki.

— Una chica tan guapa debía ser parte de mi colección, pero supongo que aún puedo hacerlo - el hombre había ignorado olímpicamente a Naruto, quien reaccionó en cuanto escuchó de la boca del hombre que todo lo ocurrido esa noche a su compañera había sido maquinado por él. Eso no se lo perdonaría nunca.

Sakura estaba completamente congelada en su lugar, la pelea a su alrededor no eran más que borrones a los que sus ojos no lograban dar forma "Te esperaba días atrás" "Debía ser parte de mi colección" "Ineptos no completaron la misión".

Esas frases se repetían en su cabeza una y otra vez, hasta que llegó a la realización de que si no fuera por su equipo, ella hubiese sido una víctima más del hombre. Él ya la había escogido, la tenía en la mira desde antes de que ella pudiera siquiera ser advertida… Si su equipo no llegaba, quizás en qué lugar estaría ahora, y haciendo sólo Kami sabe qué.

Sakura comenzó a hiperventilar igual que días atrás, y con rapidez salió de la habitación que mantenía a ese ser despreciable a su vista. Solo quería poner distancia entre ellos, solo quería seguridad.

— Lo siento. Lo siento. No puedo - susurró y echó a correr escaleras arriba aún con la respiración agitada y las lágrimas acumulándose en sus ojos. "No puede ser, no puede ser", se repetía mentalmente. No tenía cabeza para pensar que había abandonado a su compañero frente a ese hombre peligroso, aunque dudaba que la pelea durara mucho más, era el Jinchuriki del Kyubi después de todo.

Sakura corrió y corrió hasta llegar a un punto en el que sintió que el aire llegaba de golpe a su rostro. Se había alejado de la mansión, había atravesado el pantano y ahora se encontraba en la orilla de un precipicio. Los últimos minutos los había vivido en modo automático, por lo que ni siquiera sabía desde qué dirección había llegado… solo dejó que las lágrimas corrieran libremente por su rostro y abrazándose a sí misma se dejó caer al suelo, muy cerca del abismo del precipicio.

Sakura solo quería dejar de estar rota.


N/A: Hola a todeees! ¿Cómo se encuentran? ¿Cómo los trata la vida del fin del mundo? ¿Qué les pareció? ¿Qué opinan de esta nueva información que se dió a conocer por Hotaka? ¡Espero que todes estén a salvo! Respecto al capítulo ¿Qué les pareció? ¡Quiero que sepan que leo cada uno de sus comentarios y celebro cada uno de sus votos en esta historia! Muchas gracias por el apoyo 3

Creo que cada vez logro desarrollar un poquito más los personajes y de nuestro tan querido ship KakaSaku. Aún falta un poco de tiempo para la "relación" que sé que están esperando, pero cada cosa a su debido tiempo.

Otra cosa que me gustaría añadir es que espero no ofender a nadie con la forma en la que estoy retratando a Sakura… Cada persona vive un "duelo" de manera tan particular que no quiero generalizar con nada. No quiero que muestre una "depresión" en la que está triste todo el tiempo y sólo quiere llorar, porque creo que no es así. No quiero que tenga pensamientos negativos y culpa todo el tiempo, porque la vida está llena de momentos "presentes" que nos sacan de nuestra pequeña burbuja personal. Debo admitir que hay partes de los capítulos que siento que se escriben solas, yo sólo apoyo las manos en el teclado y ¡poof! seis páginas de inmediato jaja. Sin embargo, hay otras partes en las que puedo tardar fácilmente HORAS en escribir… Por ahora me siento conforme con lo que llevo (:

Cariños, Moonlight