Capitulo 6: Alianzas Incompletas y Nuevas
Todo el teatro estaba ahora en silencio, Ayaka no entendía lo que pasaba, estaba a punto de morir, pero sus tatuajes brillaron y apareció ese joven con armadura de la nada, pero por la energía mágica que sentía venir de él, entonces dedujo que era un Sirviente.
Pero de la manera como la llamo, acaso... ¿ella lo invoco? No, de seguro el ritual que el mago quería realizar debió completarse y debe estar confundiéndola.
El recién invocado miro a los alrededores, inspeccionando el área en la que apareció, miro a Assassin, quien estaba en guardia para atacar o huir en cualquier momento, y luego vio el cadáver del mago, y volvió a Assassin.
-Viendo tus ropas y el flujo de poder que emanas y aun se respira por el aire, es obvio que eres un Assassin… ¿tienes alguna relación con el "viejo de la montaña"?- Se hizo escuchar la voz sin emociones del joven peliblanco que le hablaba a Assassin.
La atmosfera cambio de repente, Ayaka le sonaba a un hombre serio y de pocas expresiones, pero parecía que dio en el clavo con su comentario.
-Aunque ambos fuimos invocados, no tengo nada personal contra ti. Si me dejas ir con la chica no chocaremos armas esta noche, de no ser así, seremos enemigos a partir de ahora. ¿Qué decides?-.
Al terminar de hablar, Assassin emano una gran sed de sangre de su ser hacía el joven. Salto en un solo aliento a gran velocidad que Ayaka podía ver imágenes residuales de ella a su paso mientras se movía entre las columnas que rodeaban el escenario, guardando su distancia con ellos.
Assassin pasaba entre las hendiduras de las cortinas, creando ilusiones de ella misma que parecía haberse dividido, pero el recién invocado ni se inmuto.
-Si esa es tu respuesta, entonces tengo que responder de la misma manera-.
Ayaka noto como en la cintura del joven aparecían dos espadas enfundadas en la izquierda de su cintura, una arriba de la otra, el joven tomo el mango de la segunda espada que estaba abajo de la primera y la saco.
Aun moviéndose a alta velocidad, Assassin sintió peligro al ver esa espada. Era una espada bastante fina, pero que al solo verla identifico una gran cantidad de poder sagrado. Si esa arma la golpeaba, podría ser un daño peor que el que le dejo la espada de Saber.
Así que Assassin dejo de moverse y salto hacía su enemigo... para desvanecerse en el aire.
-Ella... ¿desapareció...?- Murmuro Ayaka atónita. Miro hacía arriba y vio que la mujer de negro apareció en el punto ciego de todos.
Ella salto detrás del hombre para matarlo, pero no desde arriba del escenario sino de la sombra que él proyectaba en el suelo con la luz de la luna que tocaba su cuerpo.
Un brazo apareció detrás de la espalda de Assassin y fue hacía el centro del pecho él. La rubia reconoció el brazo como el que mato al mago que hace poco iba a matarla.
Pero el brazo nunca lo toco, solo se escucho un golpe.
Assassin abrió los ojos de sorpresa, en la otra mano del joven apareció un enorme escudo, su tamaño era mas grande que el mismo Servant y se veía pesado pero él lo sujetaba con una mano. El escudo tenía una forma de cruz y la zona redonda del escudo estaba en el centro.
Al ver la sorpresa de su enemiga, sus antiguos compañeros habrían hecho un comentario bromista respecto a eso, pero él no era así. Sujetando su espada con su mano derecha, se giro para verla de frente. La espada en su mano libero un pequeño brillo al infundirla de prana que no alcanzaba todos los lados de la ópera, pero si iluminaba el teatro.
Assassin intento retirarse al ver la espada brillar, pero su enemigo no se lo permitió. Dio una estocada hacía ella, mientras susurraba un nombre casi inaudible, pero que Assassin y Ayaka escucharon por lo cerca que estaban.
-Corta el mal y la impureza con tu luz, Israelita-.
Una gran liberación de prana en forma de un pilar de luz que salió de la espada en dirección a Assassin. Un violento choque, seguido de sonidos de que algo se colapsaba fue lo único que sintió Ayaka, ya que la luz sagrada que salió de la espada cegó sus ojos, obligando a que los cerrara por el fuerte resplandor.
Cuando sus ojos dejaron de arder y los abrió tímidamente, vio... el cielo estrellado, o parte de él. El ataque del caballero había hecho un gran agujero en el techo de la ópera que le permitió ver el cielo, aun podía escuchar caer algunas tablas de lo que quedaba de techo.
-Escapo, si hubiera puesto mas poder en ese ataque tal vez la habría dejado con mas heridas. Al menos ya se quien es- escucho la voz del joven que la salvo. Al verlo, lo vio guardar la espada y el escudo se desvaneció.
Lo vio girarse y dar dos pasos en su dirección, lo que la puso temerosa, pero no intento escapar, ya que si este hombre la quisiera muerta, no hubiera guardado sus armas, pero aun así se mantuvo con cautela.
-Te lo vuelvo a preguntar, ¿tu eres mi Master?-.
Cuando volvió a escuchar esa pregunta, el cerebro de Ayaka, el cual no se había logrado mantenerse al tanto de la situación cambiante, finalmente comenzó a recuperar el equilibrio.
También se percato de la posición que había sido dejada y sintió nauseas al estar cerca del cadáver del mago. La misma persona que había muerto en frente de ella. El hombre miro el cadáver también pero solo ladeo la cabeza hacía un lado.
-Ya esta muerto, no podías haberlo cambiado aunque quisieras, le toco enfrentarse a un Servant, así que era obvio el resultado-.
La manera tan inexpresiva como si no le importara le asusto un poco. ¿Tan normal era ver morir a alguien para él?
-Ya veo. Esta clase de cosas... era lo que quería la "mujer blanca" que yo hiciera- ahora todo encajaba para Ayaka.
Participar en la Guerra del Santo Grial, le dijo ella, y en una guerra es normal que la gente muera. Por un momento se pregunto en que momento las cosas terminaron de esta manera para ella.
Tal vez empezó aquel día en el departamento...
Este era una situación que definiría su destino a partir de ahora. Es algo que tuvo bastante claro.
-Por la conexión que siento, tomare eso como un si- hablo el Servant. -Soy un Servant invocado en la clase Saber. Con esto dicho, podríamos concluir nuestro...-.
-No-.
Pero ella no quería ese destino.
Aunque significara morir, moriría peleando, no quería ver mas muertes. No es como si su vida valiera algo.
-Estas equivocado. No soy tu Master- repitió Ayaka.
Saber no dijo nada, escudriño su mirada hacía ella, notando de mejor manera lo que pensaba esta chica y como debía sentirse. Los tatuajes de Ayaka brillaron débilmente ante la mirada de Saber, estaban reaccionando con él. En este momento podía tomare el control del Espíritu Heroico como la "mujer blanca" le dijo que hiciera. Pero ella no quería hacerlo.
-Yo no hare... lo que tu gente quiere- se esforzó en no temblar de miedo y aunque fuera una sentencia de muerte, siguió. -Solo... déjame sola-.
Ayaka no estaba segura si este hombre la mataría o no, a pesar de que era diferente a la mujer de ropas negras, podía sentir el poder extraordinario que tiene, pero también un aura inhumana de él que la ponía intranquila pero al mismo tiempo segura. No podía explicarlo en palabras, pero era una sensación que se contradecía a si misma.
Pero contrario a sus primeras expectativas, Saber se cruzo de brazos y suspiro en voz baja.
-Si tu no eres mi Master, entonces no puedo obligarte a que asumas una responsabilidad que no quieres. Lamentablemente para ti, no puedo dejarte sola después de esto, sería muy peligroso- declaro el peliblanco.
-¿Qué quieres decir?- Pregunto, entre confundida y molesta, ya que a pesar de que acepto que no era su Master, no la dejaría sola por alguna razón.
-¡Quieta!-.
Pero antes que su conversación pudiera continuar, unos policías entraron a la ópera, apuntando pistolas teaser antidisturbios a Ayaka y Saber.
-¡Pongan las manos detrás de la cabeza y bajen lentamente al piso! ¡Ahora!-.
-...Si señor- respondió Ayaka sin entusiasmo. -Obviamente yo soy la victima aquí- pensó. Pero considerando que había un cadáver a su lado y ella era una intrusa, además que el ataque de Saber pudo confundirse como un ataque terrorista, tenía sentido esta reacción.
Saber también se dejo llevar mientras miraba con leve interés a los oficiales y sus armas. Este Grial le había dado la información básica del mundo así que conocía a estos sujetos y lo que hacían. Por un momento pensó en pasar a su forma espiritual, pero eso pondría en mas aprietos a la chica que sería perjudicial si esa Assassin u otro Servant enemigo aparece para intentar matarla.
Así que por ahora le seguiría la corriente, ya que vino a esta Guerra del Santo Grial por sus propios intereses, no sería quisquilloso.
Así que decidió ser obediente y acompañar a esta chica como el True Saber.
-¡Hahahahaha! ¡No puedo creerlo! ¡De todos los Caballeros de la Mesa Redonda ¿ÉL fue invocado?! ¡Esto es mejor de lo que esperaba! ¡Hahahaha!-.
Ubicada en un lugar desconocidos para todos, una de las personas que arreglaron esta Falsa Guerra del Santo Grial: Francesca Prelati, había observado todo lo sucedido en la ópera a través de una bola de cristal, desde la llegada de Ayaka hasta la intromisión de los oficiales que la arrestaron.
Ella fue quien le dio el catalizador a ese mago y le dijo que fuera a la ópera esta noche para realizar la invocación ya que sabía que a él lo seguían, así que observo con gran interés y diversión el espectáculo.
Pero cuando Saber fue invocado y se dio cuenta de quien era gracias a sus conocimientos, estallo en una loca risa que de haber tenido compañía, o le gritarían que se callara o la mirarían con miedo por lo maniática que se escuchaba.
-Pero...- corto su risa de pronto, ladeando la cabeza. -¿Por que fue invocado?-.
Incluso con un fragmento de la mesa de los Caballeros de la Mesa redonda como catalizador que podía invocar a cualquiera de los caballeros e incluso al Rey Arturo, las probabilidades de que ese hombre aparecieran eran tan bajas que casi era nula.
-¿Acaso tiene un propio deseo lo suficientemente grande como para ser invocado? Que inesperado, viniendo del "Caballero Perfecto"-.
Volvió a enfocar su atención a la bola de cristal, logrando captar algo que le llamo su atención.
-Vaya, ese viejo golem si vino. Bueno, no me sorprende, después de su fracaso hace 12 años. Es patético ver como se arrastra para sobrevivir, los ancianos deberían esperar sentados a morir-.
La manera dulce con la que dijo esas palabras vino acompañada del gesto del dedo pasando por el cuello. Podía ir a matarlo o decirle a Orlando de su presencia para que fuera él y sus agentes a eliminarlo, pero si lo pensaba mejor, también podía darle algo de diversión.
No siempre es divertido que las cosas salgan de acuerdo al plan. Uno que otro percance le da emoción al drama.
-Bueno, por ahora te dejare en paz. Deberás agradecérmelo cuando el momento llegué- vio por la bola de cristal como la ave hecha de cabello por magia de alquimia se alejaba volando de la ópera.
(En otra parte)
-¿Es aquí?-.
-Si. La runa señala al interior, pero la barrera no deja que avancemos mas-.
Sieg y Saber habían salido a buscar a un posible aliado para la Guerra. La idea inicial era patrullar por la ciudad hasta encontrar a un Servant con el que pudieran negociar, pero luego, Saber se le ocurrió una idea para encontrar a un Servant mas rápido.
Habían ido al desierto, pero estaba clausurado por la policía de la ciudad, así que Sigurd tuvo que entrar en su forma espiritual para adentrarse. Una vez dentro, uso una Runa Primordial de rastreo que sentía el mana del ambiente y buscaba la ubicación del usuario del mana que detecto hasta dar con él. Fueron al desierto, que fue la zona de combate entre los dos Servants que serían los mas poderosos en esta Guerra del Santo Grial, para ver si al menos, podrían hacer alianza con el Master de uno de ellos.
Eso los había conducido hasta el bosque de Snowfield, pero se habían detenido apenas en la entrada del bosque porque una barrera les impedía el acceso. Quien quiera que sea el Servant, era bastante habilidoso.
-¿Qué debemos hacer ahora, Master?- Pregunto Saber. Ahora tenía puesto su mascara de dragón al estar en frente de territorio de un probable enemigo así que debía estar en guardia.
Sieg pensó un segundo el siguiente curso de acción. Si esta era una barrera, era probable que el Master y su Servant estén ocultos aquí dentro, había aprendido que los talleres de los Magus tenían muchos sistemas de seguridad para proteger sus investigaciones, esta barrera debía ser una y era probable que hubieran mas. Si entraban de manera forzada lo verán como un ataque y no sabe si con Sigurd y él juntos podrían derrotar a un Servant de tanto poder.
Entonces, si no podían entrar, deben hacerlo salir.
-Saber, creo que tengo una idea-.
Sieg dio un paso hasta estar al limite de la barrera, coloco la palma de su mano izquierda adelante y conduciendo el od de su cuerpo hacía fuera, mando la electricidad que gano con el Galvanismo de Frankestein a la barrera. La electricidad se extendió por toda la barrera que protegía el bosque.
Los ojos de Sigurd vieron detrás de su mascara como su Master concentraba su mana para que se extendiera la barrera, sentía que si quería podía destruirla pero no lo hacía. Esto era una invitación para los que estaban adentro para que salieran, pero también podía interpretarse como un ataque enemigo, llevo sus manos por encima de sus dagas por cualquier cosa.
Cuando Sieg sintió que hizo lo suficiente, dejo de liberar relámpagos y aparto su mano, retrocediendo un poco. Fue un poco cansado tener que liberar relámpagos por toda la barrera, que parecía cubrir casi toda la entrada ya que estaba acostumbrado a peleas de combate cercano que a usar su mana de esta manera.
Pasaron unos segundos de silencio hasta que ambos oyeron unos suaves pasos sobre la tierra acercarse, Sieg se puso un poco tenso y tomo el mango de su espada por precaución.
-No esta bien que estén tan tenso, considerando que fuiste tu quien me hizo venir-.
la persona que apareció desde el bosque era sin duda un Servant por el gran poder que su sola presencia liberaba, pero Sieg estaba confundido si era hombre o mujer. Después de tener dos años como amigo a Astolfo sabía reconocer mejor que el promedio el genero de las personas con tan solo verlas o escuchar su voz, pero este era diferente. Aunque su rostro era fino como el de una mujer, su cuerpo era demasiado grande y fornido que solo un hombre tendría.
Enkidu ya los había detectado antes que entraran al bosque, pero los había ignorado para no ocasionar un conflicto que dañaría el bosque, pero cuando sintió la alteración en su Campo Delimitado, supo que quien venía era para hablar, ya que sentía por su conexión con el bosque que los llegados eran seres poderosos, así que vino a escucharlos
Suspirando para tranquilizarse, había pasado un tiempo desde la última vez que estuvo tan tenso. Soltó su mano del mango de su espada y bajo la guardia. Confiaba en que si iba a recibir algún ataque sorpresa, Saber lo protegería.
-Lamento eso, es que paso un tiempo desde que tuve delante a un Servant poderoso- dijo Sieg.
-Oh, así que has estado en otra Guerra del Santo Grial antes, ya veo. Es la primera vez que veo a un ser creado por humanos. Siento una extraña sensación de camaradería-.
A Sieg no le sorprendió que identificara que era un Homúnculo, los Homúnculos de los Yggdmillenia eran una copia de los Homúnculos de los Einzbern, ya que los Musik habían hecho un trato con ellos para tener parte de su investigación de alquimia y así poder crear sus propios Homúnculos hace ya varios años. Aunque si le llamo la atención su último comentario.
-¿Sensación de camaradería?-.
-Olvida eso, solo son pensamientos que a veces tengo cuando veo ciertas cosas- el peliverde negó con la cabeza. -Entonces, ¿que es lo que deseas? Es obvio que eres un Master, pero no parece que vengas con intenciones de un conflicto. El bosque me dice que eres alguien bueno-.
Sieg no entendía del todo lo que decía, pero parece que era bastante cooperativo.
-Quiero poder hablar con tu Master para hacer una alianza contra los otros Masters, ya que necesito destruir el Grial a toda costa. Es un artefacto muy peligroso que puede ocasionar el fin del mundo-.
Enkidu levanto una ceja ante lo escuchado. No esperaba que existiera un Master que deseara destruir el Santo Grial porque era peligroso en vez de obtenerlo para cumplir su deseo.
Pero antes que pudiera formular una palabra, sintió la presencia de su Master acercarse.
Sieg y Saber vieron a un lobo acercarse a ellos, todo su pelaje era de color plateado y su nariz negra. El animal se puso al lado de Lancer y olfateo en la dirección de Sieg, para luego acercarse hasta la mano derecha del joven, sobando su cuerpo con la pierna de este.
Sieg y Sigurd parpadearon confundidos.
Enkidu sonrió. -Parece que le agradaste a mi Master, debe ser porque eres un ser creado por los humanos, como él-.
-¿Este es tu Master?- Guardándose ese dato del lobo para si, Sieg se arrodillo y acarició la cabeza del lobo. Había aprendido un poco de animales y bestias míticas de Rider y su Hipogrifo.
-Si, fue usado como catalizador para invocarme por un Mago, pero yo decidí aceptarlo a él como mi Master, mientras que el Mago salió corriendo, no se si sigue vivo o muerto, no tuve el interés o tiempo de preguntarle al bosque luego de anoche-.
Sieg vio mejor al lobo, dándose cuenta que lo que decía el Servant era verdad: al igual que él, este lobo fue creado para ser una herramienta para una Guerra del Santo Grial. Le molesto el pensar que otro Mago haya hecho lo mismo que los Yggdmillenia durante la Gran Guerra, pero si este se fue, entonces ya no había razón para pensar mas.
El lobo sin duda debía ser una Quimera: las Quimeras son criaturas míticas con cabeza de león, ala de Águila y cola de serpiente, pero dentro del Mundo Iluminado de la Luna también se le llama Quimera a las bestias creadas con Alquimia y que también pueden ser combinación de otros animales.
Si el lobo era una Quimera, quería decir que debe tener unos Circuitos Mágicos de una calidad igual o superior a los suyos, lo que le daba sentido su capacidad de suministración de mana como para que su Servant librará una batalla como la que libro anoche.
Volviendo a la realidad, Sieg dejo de acariciar la cabeza del lobo y se puso de pie, mirando en dirección al hombre peliverde que había visto como su Master disfrutaba de las caricias del joven.
Al ver la mirada rojiza, entendió que el tema de su venida se retomo. Con una mirada un poco brillante y una pequeña sonrisa dio su respuesta.
-No me importaría pero... ¿qué benefició traería eso a mi Master?-.
No le sorprendía escuchar eso, los Servants tienen el deber de velar por su Master, pero en esta ocasión su Master era un lobo, un animal que, aunque puede tener una inteligencia algo superior a un lobo normal, no tiene las mismas necesidades que los humanos por obvias razones.
-¿Qué es lo que quiere tu Master?- Pregunto Sieg.
-Mi Master no tiene interés en el Grial, si es lo que quieres saber, solo quiere una cosa: ser libre. Si puedes garantizar eso, entonces no tendré problema- dijo como condición.
Ser libre. Esas palabras son muy significantes para Sieg. Fue ese deseo lo que lo condujo del destino que le esperaba como Homúnculo de los Yggdmillenia e hizo que el resto de Homúnculos no tuviera uno igual al de sus predecesores. Fue ese deseo lo que lo motivo a seguir vivo.
Fue ese deseo lo que hizo que la conociera a ella.
Sieg hincó una rodilla delante del lobo y le hizo caricias alrededor de la cabeza que fueron del agrado de la bestia.
-Si eso es lo que desea, entonces hare lo posible para cumplirlo. A pesar de que fue creado por otras personas, tiene derecho a decidir como vivir ahora en adelante-.
Sigurd observo y escucho atento, la gran fuerza emocional en la declaración de su Master se sentía, tenía experiencia de lo que sea que haya vivido esa bestia. Nadie podía verlo por su mascara, pero casi soltaba lagrimas de emoción... le agradecía al destino por haber escogido a este joven como su Master. No podía pedir nadie mejor.
Enkidu también sintió el peso de las palabras del Homúnculo, tal vez era porque sentía que decía la verdad o porque ambos son seres inhumanos creados por un propósito que no cumplieron, pero sentía que podía confiar en él.
-No veo razón para no formar una alianza contigo... pero hay dos problemas que perjudican nuestra alianza-.
Sieg levanto la cabeza confundido por sus palabras y Saber se puso en alerta cuando el Servant de cabello largo abrió los brazos con las palmas hacía arriba, la tierra se sacudió y distorsiono al crear un reflejo de burbujas, pero que en realidad eran portales, de esos portales se vio la punta de sus cadenas.
-El primero es que he decidido antes que solo tendría un amigo en el fondo de mi corazón y él es... difícil de complacer. Cada vez que trato de hacer nuevos amigos o formar alianza con alguien, él los amenaza o les advierte "te probare para ver si eres digno de mi amigo" o algo así. Luego los persigue con demandas irrazonables- Enkidu recordó el pasado lejano con una sonrisa nostálgica. -En su caso, creo que normalmente exigiría una prueba de fuerza. Al no ser de Uruk... creo que te mataría si fallas. Desde su perspectiva, ustedes dos serían ladrones que pusieron sus ojos en su tesoro-.
-¿Dices que ese amigo también fue invocado?- Hablo Sigurd por primera vez desde que el otro Servant apareció.
-Me alegra que seas tan perspectivo. No puedo darme la esperanza de decepcionarlos mas tarde. Me gustaría probar sus fuerzas para ver si llegado el caso, son capaces de pelear contra él, o mínimo resistir. Si es imposible, entonces tendré que pedirles que se retire, poco para mi importa si viven o mueren, pero no quiero manchar el bosque con sangre innecesaria- dijo Enkidu.
-Entiendo- Saber dio un paso adelante. Si para cumplir con los deseos de su Master de crear una alianza tenía que mostrar su valor, lo haría encantado.
-Espera, Saber- detuvo Sieg. Dejo las caricias al lobo y se puso de pie. -Si eso es necesario, yo peleare contra ti-.
Enkidu tuvo un gesto de sorpresa en su rostro por la declaración. Aunque ese chico sea un Homúnculo, no tenía oportunidad contra un Servant, pero sentía algo en él. No lo había tomado en cuenta antes, pero el aura del joven era como la de un Servant, pero en una menor medida.
-¡Espere, Master! ¡Usted no tiene porque hacerlo!- Intervino Saber de inmediato tras escucharlo. -¡Puede que usted sea fuerte, pero aun así no puede contra un Servant! ¡Yo, como su espada, soy mas que suficiente para...!-.
-Saber- el tono con el que lo llamo le hizo guardar silencio, vio a los ojos a su Master, encontrando una mirada que no había visto hasta ahora. -Entiendo bien tu deber como Servant, pero yo soy quien esta siendo egoísta en este caso, al sobreponer mi deseo sobre el tuyo por el fuiste invocado. No puedo retroceder ante los desafíos que vengan, incluso si significa enfrentar a un Servant-.
Las palabras fuertes de su Master lo golpearon. Es cierto que como el resto de Sirvientes tenía un deseo propio para el Grial, pero al escuchar de su Master el peligro y el deber que este tenía para cumplirlo decidió dejar de lado su propio deseo que era un reencuentro imposible por sobre la misión de Sieg. Dejar sus propios deseos de lado por otros era algo a lo cual estaba acostumbrado, pero para una persona normal no era muy correcto. De seguro su Master se dio cuenta de esto y por eso le pide disculpas.
-Por eso te pido que confíes en mi, tu también tienes derecho de quejarte y ser tu mismo. Eso es algo que aprendí en mi tiempo de vida-.
Sieg todavía no lo decía, pero estaba agradecido que haya podido invocar un Servant tan confiable como Astolfo. En un principio quería invocar a Siegfried porque sabía que podía confiar en él y darle las gracias por salvarlo, pero por una confusión hizo que no fuera así, pero estaba satisfecho de todos modos, aunque a veces Sigurd podía llegar a ser frío como hielo y desea que hable mas, ya que quiere conocerlo.
¿Era así como se sentía Rider cuando era menos expresivo en el pasado? Cuando todo terminara, tendría que pedirle disculpas por las molestias que le pudo llegar a causar.
Se puso delante del Servant de cabello verde y desenfundo su espada, tomándola con ambas manos con firmeza.
-¿Estas seguro? Aunque no intente matarte, aun podrías morir si combatimos- advirtió Enkidu por última vez. No sentía nada en especifico con la idea de enfrentar al Master y no al Servant, aunque fuera un Servant, seguía siendo un arma, y un arma no diferencia a enemigos fuertes de débiles.
-Si no puedo siquiera librar un combate contra ti, entonces no soy lo suficientemente fuerte para sobrevivir a los siguientes conflictos y destruir el Falso Grial- declaro Sieg, sin cambiar de idea.
Enkidu sonrió. -Ya veo, así que eres ese tipo de persona. No me desagradas-.
Respondiendo a los deseos del joven, las Cadenas del Cielo salieron volando hasta lo alto de los portales y se juntaron, formando un conjunto de cadenas con una sola punta que caía en dirección hacía Sieg.
Pero el Homúnculo, reforzando sus piernas de la cual salió una energía verdosa, dio un gran salto hacía atrás, evitando el estampamiento del gran conjunto de cadenas que casi cae sobre él y que formaron un pequeño cráter en el lugar de impacto.
-Lo sabia...- con evadir su primer ataque, las sospechas del hombre de barro se confirmaron.
No sabía como, pero ese joven tenía el poder de un Servant, volviéndolo casi uno, algo que debería ser imposible para los seres de esta época, pero de alguna manera él tiene esa fuerza.
Pero con solo esquivar una vez sus cadenas no era suficiente.
Portales dorados se abrieron en el aire a sus lados de la que, las cadenas salieron a gran velocidad en dirección lineal como lanzas contra Sieg, pero el joven, usando una técnica y habilidad sorprendentes, evadió con su espada y cuerpo las cadenas y dando un gran salto cuando estas lo rodearon e intentaron atraparle.
Enkidu sonrió, sintiendo una emoción diferente a la que sintió cuando enfrento a Gilgamesh la otra noche. Quería ver que tanto duraría en escapar de sus cadenas antes de que estas lo atraparan.
Puso la palma de su mano derecha contra él suelo, abriéndose un gran portal dorado debajo suyo. El suelo delante de él se destruyo al levantamiento de balas hechas de puro mana del suelo que volaron contra Sieg, este las esquivaba con solo perdida de algunos cabellos
Sabiendo que no podía estar a la defensiva, todo su cuerpo se cubrió de una energía verdosa, sus ojos se volvieron mas afilados, su presencia mas poderosa y con una resolución alucinante.
Con velocidad sobrehumana corrió hacía Enkidu, quien ya lo esperaba. Alrededor del Servant se liberaron algunas chispas y a los lados y delante suyo se manifestaron pequeños portales dorados de la cual salieron cadenas en contra de Sieg, quien al verlas solo pudo saltar, pero como iba corriendo no pudo detenerse y salto de largo hacía adelante, pasando arriba de Enkidu.
Cuando aterrizo en el suelo, un portal dorado apareció debajo suyo, una cadena se envolvió alrededor de él, atrapándolo. Sieg llevo una mano para intentar quitársela, pero su atención se vio enfocada adelante cuando mas cadenas fueron en su dirección.
-Llegados a esto...- la cadena le dejaba suficiente distancia para ponerse apenas de pie. -Solo por un segundo... solo un poco... ¡concédeme tu poder!- Energía verde azulada se reunió en las manos, pies y la espalda del Homúnculo.
Lancer sintió la energía mágica de Sieg aumentar de repente, y vio levantarse un gran destello de prana que repelió sus cadenas.
No, no era mana, era Ether.
Las manos de Sieg fueron cubiertas por guantes de metal, sus zapatos fueron reemplazados por botas de metal, y la espada ornamentada de Sieg cambio por una espada mas grande de dos manos de color gris con una joya azul incrustada en la empuñadura.
Saber veía asombrado la majestuosa espada que parecía estar hecha de manos inhumanas. Sintió un resonar en su interior y se dio cuenta que su propia espada, Gram, resonaba con la espada que ahora su Master tenía en mano.
-¿Esa espada es...?-.
Sieg blandió la espada por abajo para cortar la cadena que lo tenía atado y luego levantarla; la joya brillo, y la hoja de la espada fue cubierta por energía, el Ether se concentraba en la espada gracias a la joya incrustada.
La espada de los Nibelungos, aquella que en su historia mato al dragón maligno y que solo le perteneció a un hombre, pero por azares del destino ahora Sieg la blande.
Y su nombre es...
-¡Balmung!-.
Sieg dio un movimiento con la espada hacía adelante, liberando una inmensa ola azul y naranja de energía contra el False Lancer de esta Guerra.
Enkidu actuó en respuesta, levanto muros de tierra delante suyo como defensa que reforzó con su propio mana. La ola de energía y los muros de tierra chocaron, levantando una capa de humo al mismo tiempo que se estremeció un poco la tierra. Cuando el humo se despejo, los muros que Enkidu había levantado fueron destruidos, pero él estaba ileso.
Sieg suspiro, y la espada Balmung así como sus guantes y botas desaparecieron, volviendo a tener de nuevo su espada ornamentada que le regalo su Servant durante la Gran Guerra del Grial.
-Balmung, la espada usada por el Asesino de Dragones, Siegfried, para asesinar al dragón Fafnir. Me sorprende que tengas un Noble Fantasma contigo- hablo Enkidu. Conocía esa leyenda que paso mucho después de su tiempo gracias al Trono de Héroes. -Y tu nombre, Sieg… creo entender mejor el origen de tu poder, aunque tampoco es de mi interés averiguarlo, sería descortés-.
-Yo estoy sorprendido que puedas crear esas cadenas de la tierra y lanzarlas contra mi, es realmente increíble- comento Sieg.
-No es para tanto. Solo peleo de la mejor manera que cuerpo me lo permite-.
El combate solo era uno para que pudieran ser aliados, incluso en el campo de batalla los guerreros elogian las habilidades de sus oponentes, y además ellos dos llegaron a congeniar bien.
Saber y el lobo plateado, que al inicio de la pelea se había movido al lado del Servant pero a cierta distancia veían el combate entre ambos. Saber sabía que Enkidu no peleaba en serio por sus palabras y su desarrollo en el combate, creía que sus cadenas podían ir mas rápido de lo demostrado y que podía crear mas al mismo tiempo, pero como dijo, solo estaba probando a su Master.
El Lancer extendió su brazo derecho al lado. -No esta mal, pero no es suficiente para asegurar que puedas sobrevivir si te enfrentas a mi amigo, así que subiré el nivel-.
Descargas de mana se liberaron, y una cantidad de superior de portales dorados que los que había mostrado antes apareció detrás de Enkidu que salieron disparadas sus cadenas a una velocidad superior que antes contra Sieg.
El joven solo pudo correr por el bosque para evitar ser atrapado, pero las cadenas casi le daban alcance, así que pateo a las mas cercanas y dio un gran salto, evitando otras mas y al aterrizar, coloco una mano en el suelo, donde aparecieron líneas azules que destrozaron la tierra delante suyo en relámpagos que golpearon contra Enkidu.
Pero no le paso absolutamente nada.
-¿Qué?-.
-Parece que tu plan fallo, desafortunado para ti, pero todo mi cuerpo esta hecho de la tierra y barro del mundo, aun como Servant eso no cambia, así que ese tipo de ataques no me afectan en lo absoluto- aclaro Enkidu.
Sieg intento retroceder de nuevo al fallar su ataque, pero ya era tarde: las cadenas atraparon desde todas las extremidades a Sieg, provocando que soltara su espada y esta caía al suelo, quedando completamente inmóvil con sus extremidades extendidas en el aire.
Saber dio un paso involuntario hacía adelante, casi saca su espada, pero se mantuvo frío ante sus propias emociones, si perdía el estribo ahora antes de que el combate en verdad finalizara entonces sería una vergüenza para él y su Master.
Enkidu camino despacio hacía el atrapado Homúnculo. -No lo hiciste mal, pero a pesar de que no peleaste con todo, no parece ser suficiente para que sobrevivas a...-.
Sus palabras murieron al sentir el crujido del metal, vio de reojo las cadenas que mantenían atrapado al castaño y se sorprendió al ver fisuras en ella. Giro su cabeza hacía su oponente, que empezó a ser rodeado de descargas esmeraldas, el aura verdosa de su cuerpo aumento mas de lo que había mostrado antes.
Lancer retrocedió justo cuando, con pura fuerza, Sieg rompió las cadenas que lo ataban. A pesar de que no lo estaban atando con toda su fuerza y el chico no tenía rastro de divinidad, era increíble la hazaña de liberarse de las Cadenas del Cielo.
Esa era parte de la fuerza que heredo de Frankestein, el Berserker de Negro de la Gran Guerra que le permitió sobrevivir luego del corte que le dio Mordred. En este tiempo, el joven Homúnculo había aprendido a manifestar esa gran fuerza a voluntad, aunque obviamente, no al nivel que el Servant, pero todo el poder de esa fuerza solo salía a relucir cuando se enfurecía.
Cuando sus pies tocaron el suelo, tomo rápidamente su espada y sus manos fueron recubiertas por los guantes y sus zapatos reemplazados por las mismas botas que uso antes, y de una sola corrida que destrozo la tierra y los arboles a su alrededor, Sieg arremetió contra Enkidu.
Identificando que a la velocidad en que se acercaba era probable que sus cadenas no acertaran en atraparlo, Enkidu respondió de la misma manera el ataque. Su mano derecha se convirtió en una cuchilla azul de mana puro tan afilada como una espada.
El choque de fuerzas libero una onda de poder que resonó por todo el bosque y sacudió las hojas de los arboles cercanos. El combate ahora se había vuelto de cuerpo a cuerpo, dándole una oportunidad al Master de Saber de pelear como se debe.
El choque de sus ataques sacaban algunas chispas. Enkidu esquivo un corte que iba a su torso y ataco verticalmente, pero fue bloqueado por la espada ornamentada de Sieg, quien lo pateo contra un árbol que se desquebrajo por el impacto y sin darle tregua se acerco a la misma velocidad y dio un tajo descendente que el Servant esquivo con facilidad y pateo a Sieg para alejarlo.
Enkidu desvaneció la cuchilla de mana de su mano derecha y puso esta misma al suelo, levantando un pilar de tierra que golpeo de sorpresa el tórax de Sieg, extendió su mano izquierda hacía adelante, del cual un portal dorado se abrió y salieron algunas cadenas para atraparlo, pero el Homúnculo no se rindió.
Aun en el aire, expulso sus rayos que golpearon las cadenas y las hicieron desviarse de él. Cuando aterrizo en el suelo, Enkidu ya estaba arriba de él, flotando. Un portal dorado se abrió debajo de sus pies, a lo que salto hacía atrás, pero una gran cantidad de cadenas salieron y una velocidad que no pudo seguir, se envolvieron alrededor de su espacio en el aire, para después encerrarlo de golpe.
Las cadenas se despejaron un poco, revelando a Sieg atrapado en una bola hecha de las Cadenas del Cielo que inmovilizaba por completo sus movimientos. Se removió incomodo, intentando liberarse, pero la fuerza de las cadenas era superior esta vez.
Esta era su derrota.
-Creo que perdí...- dijo Sieg en un suspiro, soltando su espada que cayo con la punta clavada al suelo.
Enkidu sonrió y lentamente bajo a Sieg al nivel del suelo y lo desenredo de sus cadenas, en todo el enfrentamiento no había perdido de vista al Saber que actuaba frío, pero que en mas de una ocasión estuvo a punto de atacarlo en el transcurso del combate.
Cuando Sieg se vio librado por completo de las cadenas, Enkidu se acerco a él y le extendió una mano, Sieg lo miro confundido un segundo.
-¿No es normal en esta época que los aliados se ayuden a levantarse después de un combate?- Pregunto Enkidu, con una pequeña sonrisa sincera.
-¿Significa que pase la prueba?- Pregunto Sieg, aceptando la mano para levantarse, recogiendo su espada y enfundándola.
-Para ser un Master, eres fuerte, y considerando que tienes que suministrar tu mana a tu Servant no tengo dudas que él también sea fuerte. No se lo que mi amigo dirá de ustedes, pero creo que nos la arreglaremos si corren mientras yo lo retengo- respondió con sinceridad Enkidu.
Esa no fue la respuesta que esperaban Saber y Sieg.
-¿Quién es este "amigo"? Por lo que dices, ¿puede ser mas fuerte que tu?- Pregunto Saber.
-Sobre su identidad, no puedo decirlo ya que no hace falta, cuando lo conozcan se presentara a si mismo. Ese es el tipo de persona que es. Y sobre si es mas fuerte que yo, podría serlo. Luchamos durante tres días y tres noches seguidas sin ningún vencedor-.
No sabía si quien era ese amigo del que hablaba, pero todo apuntaba a que era el Servant que se enfrento la noche pasada, y si lucharon en vida de la misma manera en que lucharon aquella noche, sin duda eran monstruos, incluso para los estándares de ambos.
Pero Sigurd también tenía algo claro: este Servant y el otro eran proveniente de la Era de los Dioses en un tiempo mucho antes que el suyo.
-Bueno, ya que ahora somos aliados, creo que debo presentarme como se debe- dijo Sieg, también había aprendido un poco de etiqueta dentro de la Torre. -Mi nombre es Sieg, como te diste cuenta, solo soy un Homúnculo normal y sin nada especial. Un gusto-.
Al escuchar su presentación, Enkidu soltó una pequeña risa. Después de su combate y ver el poder que tiene, este chico se presentaba como alguien normal y sin nada especial, todo lo contrario a su mejor amigo, era mas parecido a él.
Supongo que como seres hechos artificiales, era la razón por la que podrían llevarse bien.
-Un gusto. En esta Guerra del Santo Grial fui invocado en la clase Lancer. Mi nombre es Enkidu- se presento el muñeco de barro.
Saber suspiro, por su código de guerrero tenía que presentarse también, además que ahora eran aliados y su Master parecía confiar en él, así que no había razón para verlo mas como enemigo.
Se puso de lado de Sieg y desapareció su mascara, mostrando su rostro. -Soy el Servant de mi Master, Sieg, invocado en la clase Saber: soy Sigurd, hijo del héroe Sigmund, nieto del Dios Odín, Padre de Todo-.
Un ser hecho por otros seres y un descendiente de un Dios, estos dos le recordaban un poco a si mismo y a Gil cuando se volvieron amigos. Tenía un buen presentimiento de ellos dos.
De todos modos, sentía que esta Guerra del Santo Grial no era normal, si la información que recibió del Trono sobre estas Guerras del Santo Grial era cierta, entonces sin duda había algo raro. Lo podía sentir.
De todos modos, ahora que tenía asegurado que su Master podría vivir libre una vez que se fuera, solo tendría que preocuparse de cumplir la promesa con su amigo.
N/A: Hasta aquí el capitulo, en este quise presentar un poco las habilidades del True Saber de esta Guerra, que para los que no lo identificaron al inicio, ya debieron saberlo con ver la descripción de una de sus armas.
Quise hacer que Sieg luchara en este capitulo para demostrar cuanto mejoro en combate. Si se le tengo que comparar, se parece mas a su versión en FGO del evento de Apocrypha, excepto que no se transforma en dragón, además que usa mejor la energía y su magia.
Antes de que me vengan a quejar de la pelea, ninguno de los dos estuvo peleando enserio, Enkidu no uso ni la mitad de su poder y Sieg se esforzaba para esquivar las cadenas. Sieg al tope de su poder como Siegfried es capaz de luchar de tu a tu con Servants poderosos como Karna, que es uno de los pocos Servants que podrían hacer que Gilgamesh pelee en serio por sus Nobles Fantasmas y habilidades, y sin transformarse, en el anime vimos que era capaz de pelear en igualdad a nivel de espada con Amakusa Shirou, pero esta versión de Sieg es mas fuerte por haber tenido dos años en que mejoro sus habilidades.
Ya habrá mas batallas que se verá cuan fuerte es, tanto Sieg como Sigurd.
El siguiente capitulo ya se revelará a uno de los True Masters que implante, ya verán de quien se trata.
Ahora las hojas de habilidades de False Assassin.
Servant: ?
Clase: Assassin.
Master: Jester Karture.
Alineamiento: Legal Bueno.
Armamento: Ninguno.
ESTADISTICAS:
Fuerza: C
Agilidad: A
Mana: C
Resistencia: B
Suerte: D
Noble Fantasma: B+
HABILIDADES DE CLASE:
Ocultamiento de Presencia: A-
HABILIDADES PERSONALES:
Fanatismo: A.
Linterna de Sombra: A
NOBLES FANTASMAS MOSTRADOS:
Delirante latido del corazón, Zabaniya: C
Cíber Fantasía, Zabaniya: B
Inspiración Febril, Zabaniya: C+
Hondura de Entonación, Zabaniya: A
Caprichosa Sombra Fugaz, Zanabiya: D.
?: ? (x13)
Sin nada mas que decir me despido. Visiten y comenten el resto de mis historias por favor. CHAO.
