Fic

Mi Dulce Señorita White

Por Mayra Exitosa

Las fotografías que habían servido para hacerla pasar por millonaria, luego por su sobrina y ahora para hacerla pasar como prometida, volvían a regresar para finalizar las tomas y esta vez, William salía en las fotos a todo color, abrazándola, en una de esas con más énfasis la besaba… para la cámara, haciendo que el fotógrafo tomara tantos clicks por minuto que ni Candy podía separarse, temiendo arruinar la fotografía. - ¡Por Dios Candy! Cada vez se disfrutan más nuestros besos, debería aceptarme como su novio ahora que… estaremos comprometidos. -¿Pero si es una mentira? Solo es para quitarse de encima a esa mujer. - Y no le gustaría que, en vez de robarle besos, nos los diéramos al menos como novios, ya que estaremos frente a muchas personas y ellos nos ayudaran a que Annie se retire de mi vida y… ¿usted se quedaría conmigo? - ¿Yo? ¿Pero por qué? Si su tía me dijo que era de mentiras, no soy una millonaria.

- No me interesa el dinero de mi prometida, ¿crees que no puedo mantener a mi mujer? - No lo dudo, pero supongo que debe tener una larga fila esperando. - No, realmente mi trabajo es demandante, no me la paso conquistando mujeres, de hacerlo, lo haría ahora con usted, ya estamos de acuerdo que es negro el tulipán, que no podemos dejar de besarnos y… que nos gustamos mutuamente. - Solo por el falso compromiso. - Vamos Candy, no hay nadie ahora y nos hemos abrazado y besado muchas veces - ¿Qué no era para la foto? - ¿Y después? ¿Me dejara ilusionado? ¿Me olvidara fácilmente? - ¿Qué dirá su tía? - Nada. Soy un adulto, tomo mis propias decisiones, ella solo me está ayudando a quitarme de encima a Annie, pero soy libre y… ¿Quiere ser mi novia? - ¿Solo mientras dura esto de la mentira? - La mentira es que estamos comprometidos, pero podemos llevar a cabo un noviazgo perfecto y… usted me gusta mucho ¿A caso no le gusto un poquito? - ¿A mí?

Candy lo miraba con la boca suelta, realmente era muy atractivo, pero ella no era de su nivel y por el lenguaje que empleaba suponía que la señorita Annie tampoco, pero en cuanto se lo dijera a su Tía, lo tomaría a mal. - ¿Y si su tía no quiere que sea su novia? - ¿Usted le pedirá permiso a ella? - No. - Somos adultos, nos gustamos, nos atraemos, ¿Qué hay de malo? - Pues mucho, que usted necesita una mujer de altos ingresos y créame yo no lo soy. - Ya se lo dije, usted sea mi novia y ya veremos lo demás conforme pase el tiempo.

El rubio la miraba meditativa, y ella pensaba que de estar haciéndose pasar por una falsa prometida ante el mundo, podía al menos decir que terminaron por razones personales o simplemente algo que no compaginaban, que de malo tenía si ya la besaba cada que podía sin decirle o avisarle y ahora solo imaginar que la señorita Elroy la pensara una aprovechada, podía decir que era mentira y listo. - Bueno, entonces me pide que seamos novios y nos haremos falsos prometidos. - Ven, sígueme. Albert entraba a su estudio y sacaba un estuche posterior se arrodillaba y tomaba su mano, - Candy, ¿Quieres casarte conmigo? Compartir nuestras vidas juntos por el tiempo que Dios nos permita.

Ella miraba un anillo y lo tocaba asustada - ¿Cargare esa joya en mi mano? Me la podrían cortar por usar algo tan valioso. - Desde hoy jamás andarás sola, estarás cerca de mi todo el tiempo, ¿o quieres que Annie se quede conmigo? - Sería un karma que estuvieras pagando por toda tu vida. - ¿Aceptas? - Si.

Albert colocaba su anillo y le quedaba perfectamente, le sonreía, se ponía de pie y tomaba su rostro con ambas manos para acercarse a besarla. - Ahora ya estamos verdaderamente comprometidos. - ¿Así de fácil? - Los matrimonios son una fase en la que una pareja se casa y comparte su vida, pero quien les garantiza que realmente lo será para siempre. - ¡Nadie! - Exacto. Pero esta vez, tú y yo lo haremos y si realmente convencemos al mundo de que somos el uno para el otro. Annie no tendrá oportunidad.

La revista los entrevistaba, la pareja oficializaba su compromiso, cuando varios autos llegaban, su familia sería el detonante para que todo se viera tan real, que ella lo aceptara y no se dieran las cosas de otro modo, el entrevistador daba las gracias y preguntaba a William sobre la llegada y él gustoso respondía, - Vienen al festejo de nuestro compromiso, Gilbert. - Vaya, esto sí que será una tremenda noticia, gracias por darnos la primicia. - Si todo sale bien, mi prometida y yo te lo agradecemos de antemano.

Candy se iba a retirar el exceso de maquillaje, se pasaba ha la habitación que le habían asignado y se quitaba el vestido laborioso que portaba, para luego se vestía más sencilla, salía ya fresca y lozana rumbo al invernadero.

En la recepción Albert la esperaba emocionado, sus sobrinos se iban a ir de espaldas cuando vieran a Candy, se iba hacia el estudio y una llamada lo hacía quedarse en espera al notar la puerta entreabierta. Elroy conversaba, - Siempre has querido hacer negocios con mi sobrino, podría ser esta tu ultima oportunidad, William evaluaría con gusto la posibilidad, más a sabiendas que eres el padre de la mujer con la que esta comprometiéndose. … Ella no fue adoptada, no tiene apellido, es una niña de esas de un orfanato Richard, imagina tu que perdiste a tu mujer, y que adoptes a esa chica dándole el apellido Gordon… ¿Qué por qué? … Porque mi William estaba siendo asediado por una mujerzuela sin valores y le dije que ella era mi sobrina, al final creyó que era familia política mía, y es que el conoce toda la familia que realmente tengo, eres el único que me puede cubrir esta mentira. … Imagina que William sepa que mi sobrina es tu hija y tu le muestres ese proyecto tuyo… ¿crees que te dará un rotundo no? … hablaré con ella esta tarde, si es del orfanato de Lakewood, solo se quedo con el nombre de Candy White…. ¡White!

Elroy cortaba la llamada y William se iba para quedarse en el saloncito de té, a esperar que ella saliera. Meditaba todo lo que había escuchado. Candy no era realmente una sobrina de su tía, ¿Quién era la hermosa joven?

-¡Tío! Por fin te encuentro, vamos llegamos todos y parece que te estas escondiendo, ¿Dónde esta tu prometida? - Hola Anthony, debe estar cambiándose en su habitación.

Candy por su parte, llegaba hasta el invernadero, y los tulipanes que no habían abierto, floreaban en conjunto, ella debía haberles tomado una foto, y de pronto su pensamiento se hizo realidad, un joven moreno con cámara instantánea tomaba la foto de ella junto a los tulipanes y con una sonrisa sensual comentaba, - ¡Eres perfecta! - Supongo que… gracias. - Legan, Niel Legan. - Candy White. Mucho gusto. ¿eres de los fotógrafos que vinieron para la entrevista? - No, soy de la familia. - ¡Que bien!

Niel sacudía el papel extraído de la pequeña camarita y despegaba una hoja para a la sombra ver como se iba formando la hermosa fotografía, - ¡Por Dios! Resaltas ante la belleza de los tulipanes negros, eres un ángel que entre la obscuridad resplandece. -¿Eres poeta? - No, soy abogado. -¿Abogado? - Si y de los mejores. Toma esta es mi tarjeta. - Prefiero la fotografía.

El soltaba una carcajada negándose a soltar la pieza que había tomado. - Y perderme a la preciosura de mujer que capte con todos esos tulipanes, quien fuera uno de ellos para ser admirado por ti, haría maravillas para que algún día te enamoraras de mí. - No lo creo, pero si me das la foto podría recordar que la tomaste y me la diste como un regalo de este hermoso y brillante día. - ¡Tentador! ¿Y como podré recordarte si te la entrego? - Simple, tomaré tu tarjeta y si algún día requiero un abogado, serás al primero que llame.

- Un ángel como tu ocuparía un abogado, no preciosa. Todos los abogados solemos ir al infierno y volver, mientras que tu con tu hermosura radiante jamás osarías a bajar a ensuciarte tu magnifica belleza cautivante. - No me la darás, bien ocupo ahora un abogado, no di permiso de tomarme fotos y puedo acusar de robar mi imagen para malos usos. - ¿Tienen evidencia?

Niel se acercaba a ella aspirando su perfume y ella daba un paso atrás topándose con los tulipanes. El le sonreía y comentaba, - Tomaré otra foto, y así estaremos a mano, divina belleza. Tomaba una de las bases con muchos tulipanes obscuros se la ponía en sus manos y de cerca tomaba el flash de la cámara, para darle sin revelar aun la foto, sonriendo comentaba. - Si trabajas aquí, te veré esta noche, serás la más hermosa mujer que haya estado conmigo y te aseguro que serás muy feliz si decides dejar de trabajar aquí, para ir a trabajar… en mi jardín.

Con una sonrisa de lado y sin dejar de vela se iba sonriendo, para llevarse la primera foto que había tomado, una espontanea que el había apreciado, sin pensar en cual imagen le quedaría y como saldría en la que le había dejado.

CONTINUARA…


Continuamos esta historia, agradeciendo que la lean y comenten y deseando les guste,

deseando continuar con más Historias de Albert y Candy

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa