Mi primer amor
Por Coqui Andrew
Capitulo Seis
Candy está platicando con su papá y su tía, bueno eso creo, se ve emocionada, me acerco, le está comentando sobre la música que va a bailar, el señor está feliz por la canción que escogió para ellos. La tía la abraza y le hace caricias, se ve que la quiere mucho, ella está feliz, se le nota, sus ojos brillan, su sonrisa es sincera.
-¡Candy! – grita su mamá – Ve a limpiar todo – le dice muy groseramente, todos volteamos hacia ella, la señora la jala para que obedezca, ella grita por el dolor que sintió, su papá se acerca -¿Te encuentras bien, mi niña? – le pregunta, la señora lo ve enojada.
-No tiene nada, solo se está haciendo la sangrona, ¡anda obedece, limpia todo!
-No – dice su papá – Lo haremos todos en un rato más, así que no hagas ridículos, por favor, tenemos invitados – lo dijo muy tranquilo, pero con autoridad.
-Candy, ven vamos a revisarte – le digo, tomo su mano, nos dirigimos a su casa, entre y busque en la cocina un trapo, lo humedezco, se lo pongo, en esos entran los muchachos, Tom estaba rojo del coraje que tenía.
-Tom, ¿puedo pedirte un favor? – le digo
-Sí, el que gustes, Albert – contesta
-¿Me podrías acompañar afuera, por favor?
-Si vamos, Paty te la encargo – le dice Tom
En eso entra la odiosa de su hermana
-¡Vaya! Qué si eres ridícula hermana, mira que hacer tu teatrito para no hacer nada, ¡Eres una floja! - dice
Candy está a punto de llorar
-¿No te has visto en espejo? – dijo una voz
Volteamos es la tía quien mira con reproche a su sobrina Rossana
-Tú no has hecho nada desde que se organizó, la parrillada, ni siquiera se levantaron por la comida ese disque novio y el holgazán de Horace, la señora Linda parecía sirvienta de ese tipo y dices que Candy no hizo nada, aquí tú eres la ridícula. Rossana vio a su tía con odio y salió de la cocina, me da gusto que la haya puesto en su lugar.
Salimos Tom y yo y nos acercamos al señor White, estuvimos platicando unos asuntos con referencia a la fiesta de Candy, él estaba encantado.
MI mamá se acercó -Señor White, veo que su jardín es pequeño, así que le ofrezco el de la cafetería ya que el área es más grande – la verdad quede sorprendido por la propuesta.
-Gracias señora Linda, acepto con gusto, solo dígame cuánto es el costo – dijo el señor, mi mamá le dio el costo y Tom dijo – Señora yo cubriré el costo, los señores White no lo harán, es parte de mi regalo para Candy, solo le pido que me permita decorarlo, por favor – Comenta, luego se dirige al señor –Espero no se ofenda señor White. Los tres estamos sorprendidos al final hablo el señor
-Gracias, muchacho, claro que acepto, eres muy amable – dice estrechándole la mano.
-Bien, por mí, no hay ningún inconveniente, solo qué si usted va decorar, le cobro un poco más por cualquier desperfecto que se haga – comenta mi madre, eso me molesta iba a decir algo, pero Tom se adelanta.
-No se preocupe cubriré el toral del gasto –
Así que al final todos ayudamos a recoger, los odiosos se desaparecieron por arte magia, pues en ningún momento los vimos. Tom, Stear, Paty, George, Dorothy y la tía se despidieron y se fueron.
Solo nos quedamos mi mamá, los señores White, Candy y yo.
-Señor White, ¿me permite hablar con su hija por favor? – Él me sonríe y asiente, mi mamá se despide, la señora White pone mala cara, bueno siempre la tiene así. Se mete sin despedirse, el señor solo mueve la cabeza negativamente. Nos deja solos.
-¿Te encuentras mejor, Candy? – le preguntó y la abrazo, se sorprende por la acción, pero solo se sonroja, pero me abraza por la cintura, también quedo sorprendido, acepto encantado, sentir su pequeña mano sobre mi cuerpo me hace sentir muchas mariposas en el estómago. Caminamos hacia las escaleras de la entrada a su casa, la ayudo a sentar y la vuelvo abrazar, estamos muy cerca, siento el calor que desprende su cuerpo, hasta mis fosas nasales llega su olor único, eso me estremece.
-Sí, Albert, me encuentro mejor, gracias por preocuparte –dice con su voz aún más dulce, se recarga su cabeza en mi hombro, ¡Oh Dios! Creo que me enamoro cada segundo.
-¿Por qué tú mamá y tu hermana parece que no te quieren? – pregunto, Candy levanta su rostro para verme, nuestras miradas se conectan, así estamos un rato, me acerco más ella y tomo sus labios, se estremece, pero espera que yo
continúe, pero solo rozo sus dulces labios, pues es mi primer beso, muerdo suavemente su labio inferior, la miro, tiene sus ojos cerrados, se ve hermosa, veo como lentamente abre sus ojos, está totalmente ruborizada, brillan más bajo la luz de la luna, me sonríe colocando su cabeza en mi pecho. Suspiramos ambos.
-Albert, no sé qué responderá tu pregunta, le he preguntado a mi padre y él me dijo que hablemos después de mi fiesta, no creas, siempre he preguntado por qué mi madre no me quiere, su preferida es Rossana - me dice con gran tristeza -¿Sabes Albert? – pregunta
-Mmm – respondo
-Me gustó mucho – dice y siento como oculta su rostro en mi pecho
-¿Qué te gustó? - Presunto, ella voltea a verme y se pone más triste, es cuando caigo en cuenta que se refiere al beso.
-Perdón, Candy, por la pregunta tan estúpida que hice, a mí también me gusto el beso – Le sonrió
-Regresando a la plática de tu madre, espero que me tengas la confianza de decirme la razón, yo te… - Fuimos interrumpidos por nuestros hermanos
-Jajajaja que ridículos se ven – dice Rossana
-Candy, deberías escoger a un tipo que realmente te enseñe a besar y no este tonto que ni siquiera sabe hacerlo – dice Ronald
Candy y yo nos miramos, ¿desde hace cuánto tiempo nos observaban?
-A ti qué te importa, quién me bese –contesto Candy
-¡Uy! Qué genio, solo te digo que eres … -
-Candy tiene razón, por qué te interesa quién la bese ¿acaso te gusta esta niña? – die Rossana, parece que está celosa y molesta.
-No, cómo crees, ¿sabes? nos vemos mañana - Antes de irse, enciende un cigarro.
Rossana voltea a ver a Candy, se mete a su casa sin decir nada, dando un portazo.
-Bueno Candy, me voy - me acerco, le doy un beso suave - ¿qué te parece si mañana nos vamos juntos a la escuela? – pregunto
-Sí, gracias Albert, nos vemos mañana – me dice
Me dirijo hacia mi casa
Candy
Estoy feliz, Albert ¡Me besó! Entro, me dirijo a la cocina, para tomar un vaso con agua, ahí veo a mi madre y Rossana, estoy abriendo el refrigerador para sacar el agua, cuando siento que me giran y un golpe en la cara, que me deja viendo estrellitas, escucho la voz de mamá
-¡Eres una descarada, cínica! ¡¿Cómo te atreves a coquetear con el novio de tu hermana?! – dice
Yo me cubro el rostro porque veo que mi madre tiene otra vez la intención de golpearme, pero el golpe no llega, entre mis dedos observo a mi papá detenerla, la gira y la abofetea dos veces.
-¡¿Qué te pasa, Emma?! ¿Acaso estás loca? – dice mi papá, Rossana sale corriendo de la cocina, pues ella es la que ocasionó todo.
Mi papá sienta a mi madre en una de las sillas, me ve con odio, mi corazón no puede más y lloró, lo escucho hablar con alguien por teléfono, se dirige a mi
-Candy ve a tu recámara y empaca tus cosas te vas con tu tía Rosa – Me abraza y me da un beso en la frente – Anda hija, en media hora estará aquí por ti –
Subo a mi habitación, empiezo a empacar, volteo a la ventana y veo a Albert, está sorprendido, con señas me pregunta qué hago, me acerco a la ventana y le digo que me voy con mi tía Rosa, él me dice que lo vea en la esquina de su casa, acepto, termino de empacar, bajo las escaleras, salgo con la maleta, mi padre está ahí, esperando a que llegue mi tía, - ¿Vas con Albert? – pregunta
-¿Puedo, papá? – le pregunto
-Sí, hija ve, no tardes, es lo único que te pido – Me abraza
Me dirijo a la esquina, me siento segura porque mi padre nos observa, Albert ya está ahí.
-Pero ¡¿qué te pasó?! – pregunta cuando ve mi rostro, automáticamente me abraza
Lloro mucho, él me pasa sus manos por mi espalda y cabello para consolarme, me tranquilizo un poco y volteo a verlo -¿Puedes contarme? –me dice, niego con la cabeza, limpia mi rostro con su pañuelo.
-Dame la dirección de tu tía, mañana paso a verte, no vayas a la escuela – me dice, muevo la cabeza asintiendo. No deja de abrazarme, caminamos juntos hacia la casa, mi tía y mi papá están platicando, se nota que ella está muy molesta, cuando me ve, corre hacia a mi, cuando ve el rostro su indignación crece más, está a punto de entrar a la casa a golpearla, pero su hermano se lo impide.
-Ya váyanse, no quiero más problemas, Rosa, yo me arreglo con ellas, Candy no regresa hasta después de su fiesta, Albert espero que lo entiendas y se lo hagas saber a los muchachos, verán a Candy en la cafetería de tu mamá el viernes, espero que su bello rostro esté mejor – Se acerca y acaricia mi cara -Dile a Paty que le pase todos los apuntes, mañana hablo con el director, te agradezco de antemano tu ayuda – dice
-Por supuesto que si, señor White, lo apoyaré en todo – dice el chico que me roba mi corazón con sus acciones.
Nos despedimos de ellos, subo al auto y nos vamos.
Extrañaré a Albert, siempre nos vemos por esas ventanas, pero mi padre está con culpa.
Espero que pronto me digan por qué me odia tanto, eso lo vi en los ojos de mi madre, si es que lo es…
Continuará …
