Promesas.

Nozel estaba de pie en medio del mundo de ensueño de Dorothy, la niña había crecido hasta convertirse en una adolescente muy enérgica, al menos dentro de su magia por qué en el exterior cada día que pasaba era más difícil verla completamente despierta, la adolescente apenas había crecido un poco desde su niñez, dándole una apariencia bastante joven.

- Dorothy. – Nozel llamo con un tono de voz suave – No quiero jugar al escondite.

- Que aburrido eres, Nozel. Mientras pasan los años te vuelves más aburrido. –Exclamó la niña con una sonrisa apareciendo repentinamente.

- No soy aburrido, tu eres muy infantil. Cumplirás quince años pronto, es tiempo de que dejes de jugar. – Comentó – Obtendrás tu grimorio y tendrás que elegir qué hacer con tu vida.

- ¿No es obvio lo que haré? Me convertiré en un caballero Mágico como tú. – Dijo con una sonrisa llena de seguridad – ¿Esperabas otra cosa?

- ¿Estás segura de eso? – Nozel se sentó en una de las sillas que la adolescente hizo aparecer con su magia – Puede ser peligroso.

- ¿No confías en mis habilidades? – Preguntó la chica con un falso tono ofendido – Creo que te he mostrado que soy poderosa.

- No dudo de tus capacidades, Dorothy. Pero pasas más tiempo durmiendo cada día. – Mencionó luego de meditar unos minutos con preocupación – No creo que eso sea muy compatible con la vida de un caballero.

- ¿Debería mostrarte que puedo hacer con mi poder, Nozel? – Dorothy extendió una amplia sonrisa mientras el ambiente de su mundo de ensueño se oscureció – Sé que puedo mantener un combate contigo.

- ¿Quieres estar en las Águilas de Plata? – Cuestionó con una breve sonrisa al ver que intentaba desafiarlo, conocía el poder de la adolescente tan bien como el suyo propio.

- ¿Es una invitación? – La muchacha parecía sorprendida por las palabras del joven – ¿No es ese escuadrón solo para miembros de la realeza y la nobleza? No soy ninguna de esas cosas, Nozel.

- Con tu poder eso no importaría.

- Tengo que negarme, te preocupas demasiado, ya tendrás suficiente entre tus manos con vigilar a Nebra. Ella también obtendrá su grimorio dentro de un par de años y entonces tendrás que estar cuidado de tu hermana menor, como eres un controlador seguramente la mantendrás contigo.

- No soy un controlador. Y si puedo evitar que Nebra decida unirse a los caballero mágicos lo haré.

- ¿Por qué? ¿Dudas de sus capacidades?

- Es una Silva, sus capacidades están decididas desde el momento de su concepción, no es por eso que no quiero que se involucre en los Caballeros Mágicos.

- ¿Cuál es entonces?

- No quiero que su vida corra ningún riesgo.

- Que presión tan grande. – Comento Dorothy de forma aleatoria – Los nobles son tan extraños.

- ¿Por qué dices eso?

- Te conozco desde hace un par de años, Nozel. Pero siempre me has parecido tan cerrado a mostrar cómo te sientes realmente, todos ustedes como nobles tiene que cumplir con cierta expectativas que les son impuestas, la única vez que lloraste a tu madre fue dentro de mi magia.

- Eso...

- No sé lo diré a nadie. – Afirmó – Pero me preocupa todo lo que te guardas. – Se acercó para colocar su mano sobre su corazón – Sobre todo por cómo estás tratando a tu pequeña hermana, estaría bien que te encariñaras con ella.

- Lo que haga con Noelle es mi decisión. – Dorothy se encogió de hombros, no discutirá con él cuando por fin encontró tiempo para visitarla.

- ¿Como es?

- ¿Qué cosa?

- Ser un Caballero Mágico.

- Es un honor ser un Caballero Mágico, proteger al reino es deber de todos los que hemos escogido este camino. – Contestó relajando un poco su postura – Pienso convertirme en el próximo Rey Mago.

- ¿Ese era el deseo de tu madre?

- No, ella estaba contenta en su posición como Capitana de las Águilas de Plata, mi madre quería pasar tiempo con nosotros. – Nozel sonrió con suavidad como cada vez que la nombraba.

- ¿No quiere tu amigo hacer lo mismo? El hijo de Vermillion es bastante popular entre los jóvenes. – Dorothy sonrió de forma malvada – Es una lástima que los dos ya estén apartados.

- ¿Qué?

- ¿No son ustedes dos pareja?

- ¡Claro que no! – Dijo exaltado con sus mejillas ruborizándose – ¡Sólo somos amigos y rivales desde que éramos niños!

- ¿Seguro? Por qué parecen un matrimonio viejo, siempre hablan o discuten entre ustedes, además a veces pueden hablarse solo con cruzar la mirada. – Nozel seguía sonrojándose a medida que la adolescente se iba acercando más y más – Es envidiable.

- Fuegoleón y yo no tenemos ese tipo de relación. – Insistió Nozel levantándose para comenzar a irse.

- ¿Y yo?

- ¿Y tú qué?

- ¿Yo puedo tener ese tipo de relación contigo? – Dorothy no había ocultado su interés por él desde que llegó a la adolescencia en realidad fue bastante directa en sus sentimientos por el joven Silva sólo que este siempre parecía ser demasiado denso para notarlo.

- Eres una niña, Dorothy.

- Ya no lo soy, Nozel. Obtendré mi grimorio pronto, pondré mi mayor esfuerzo en convertirme en alguien dignó para ti, solo espérame.

Dorothy tomo su rostro entre sus manos para acercarlo a ella hasta que sus labios se juntaron lentamente, de forma juguetona y casta, él no se apartó, aunque tampoco correspondió el gesto.

- Cuando me convierta en un adulto espero que estés esperando por mí. Solo te doy permiso de salir con Fuegoleón por que se ven adorables juntos.

- ¡No tengo nada con Fuegoleón! – Gritó exasperado, aunque un poco más relajado al ver que solo sonreía – No quiero hacerte una promesas que no pueda cumplir.

- Entonces solo tienes que cumplirla.