—¿No hay otra manera? ¿Si la rechazó muere, así de simple? —preguntó Draco claramente nada emocionado ante la situación.

—Bueno, simple no es. Pero ciertamente morirá, las Veelas Reinas no sobreviven sin su pareja, ellas no pueden elegir —Newt sentía pena ante la situación.

Él más que nadie comprendía lo difícil que Hermione ante su condición podría llegar a sobrellevar las cosas... Y todos los resultados resultarían desastrosos. Ella no sobreviviría ante un rechazo del joven Malfoy porque y mucho menos después de todo lo que había pasado.

—Necesito pensar.

Newt negó automáticamente.

—No hay tiempo joven Malfoy. Hermione no puede salir de allí hasta que no lo vea, de otra manera irá igual en su búsqueda y tal vez no le guste lo que pasará —explicó sabiendo muy bien cómo reaccionaría una Veela. Draco lo miró confundido— Actuará en base a sus instintos y posiblemente ella force un vínculo, pero si usted va a ella podría establecer límites. De otra forma no lo respetará.

—Básicamente está diciendo que violará a Malfoy —comentó Harry claramente disgustado.

Draco frunció el ceño de solo pensarlo y Newt se quedó en silencio.

Los tres se dirigieron hacia donde estaba Hermione encerrada y mientras iban caminando por los pasillos el Señor Scamander iba explicándole a Draco lo que debía hacer. Él joven le oía con atención tratando de guardar toda la información.

Casi no podía creer lo que estaba a punto de hacer.

Cuando llegarán hasta la celda Draco se sorprendió al notar que fuera de ella la custodiaban varios aurores, el Señor Scamander también se les quedó viendo mientras le daba las últimas instrucciones.

—Estaremos aquí por si necesitan algo, recuerde que ella no lo hará daño así que no le tema.

Draco asintió no muy convencido.

Draco

Podría preguntarle a cualquiera, incluso al mas experto viajero en el tiempo. Más sin embargo sé que ni siquiera un gran adivino podría decirme cómo demonios terminé metido en esta situación... Pero no solo eso, sino además con quién.

Hermione Granger es una Veela y yo soy su pareja, ¿debería esperar más cosas absurdas del destino o ya acabó de jugar conmigo?

El señor Scamander no para de hablar y darme instrucciones pero mi cabeza está en otro lugar. Siento que debería irme de aquí y que ellos se las arreglen solas, pero debo ser honesto conmigo mismo... Y la verdad es que siento pena por Granger.

A pasado por muchas cosas y por alguna extraña razón comienzo a sentir responsable, ¿por qué? No tengo idea. No estoy seguro de poder cargar con la muerte de Granger en mi conciencia. Pero también por otro lado permanezco atónito por lo que le hizo a Astoria, casi la mata. De no haber estado allí...

Joder.

Los aurores me ceden el paso y yo giro el pomo aún dubitativo, me aseguro de entrar con cautela temiendo de alguna manera que me desgarre la garganta a mi también. Aun que por supuesto sé sobre la naturaleza de las Velas y comprendo lo importante que son para ellas sus parejas, hay algo en Granger que no me convence del todo.

La manera en que atacó a Astoria sin dudarlo...

La luz de la habitación es tenue y las paredes blancas son deprimentes, me recuerda a la habitación de un manicomio. Inmediatamente mi mirada se centra en el atractivo principal, una cama sujeta a la pared con Granger sobre ella encadenada de manos y pies.

Sus ojos están sobre mí y noto que son tan oscuros como una noche sin luna ni estrellas. Su cabello es increíblemente largo y más claro casi dorado... Ella luce demoníaca.

—Viniste —dice, y su voz suena áspera como si no hubiese hablado en varios días.

Justo cuando abro la boca me doy cuenta que en realidad no puedo hablar. Me he quedado mudo así que la vuelvo a cerrar y asiento esperando que eso sea suficiente y no me mate.

Una sonrisa se extiende por sus labios sin despegar su ojos de los míos y entonces su cabello comienza a recogerse pero tarda en volver a su color castaño. Es como una muñeca poseída, así es como luce.

Extrañamente se ve hermosa pareciendo un demonio, ¿cómo es eso posible?

Ella se endereza sobre la cama y en proceso tira un poco de las cadenas que la mantienen sujeta.

—No era mi intención asustarte —ella se recuesta sentada sobre el respaldo de la cama y fija su mirada sobre la pared— Creí que no vendría y estaba comenzando a enfadarme.

Por alguna razón la saliva se resiste un poco antes de pasar por mi garganta y por primera vez desde que piso la habitación noto que en el suelo hay plumas blancas regadas y algunas de ellas tienen sangre, pero no veo sus alas.

—¿Vas a quedarte allí todo el día? —pregunta mirándome de reojo y veo que su cabello a vuelto a ser el mismo.

Pero sus ojos siguen siendo un mar de petróleo.

—Seguro haz de preguntarte la razón por la cual casi mato a tu noviecita —comenta con una sonrisa retorcida.

De Granger podría imaginar varias cosas, pero retorcida no es una de ellas.

—No es mi novia —las palabras me abandonan sin darme tiempo a procesarlas bien— pero pudiste haberla matado. ¿Por qué razón la atacaste de esa manera?

Ella estira su mano frente a sus ojos y se mira las uñas. Y me pregunto si es alguna especie de broma sarcástica sin expresar.

—Ella me provocó. Puso sus asquerosas manos sobre ti y actuó como si yo estuviera a punto de quitarle algo, ¿sabías que se muere por ti?

Su mirada oscura vuelve a mi pero su expresión es confusa, no estoy seguro de si la situación le divierte o la enoja realmente.

—Astoria claramente no tenía idea de tu condición y yo tampoco hasta hoy, así que estoy seguro de que no lo hizo a propósito —le explico frunciendo el ceño.

Ella rueda los ojos.

—No puedes quitarle algo a una persona que nunca a sido suyo —responde— además estás aquí y eso solo puede significar dos cosas. La primera es que viniste a rechazarme de la manera más cruel y la segunda es que decidiste corresponderme... —ella hace un gesto pensativo antes de continuar— o viniste a reclamarme por casi matarla a ella. ¿Cuál es todas es Draco?

No pude evitar sorprenderme al oír mi nombre salir de su boca. Muy pocas veces en la vida ella había utilizado mi nombre para dirigirse a mí y no estoy seguro de cómo me siento al respecto.

—Sí, estoy enojado por lo que le hiciste a Astoria —respondido y ella resopla mirando a la pared de nuevo—pero no es la única razón. Pude haberme ido si mi intención era rechazarte así que creo que con eso ya tienes la respuesta.

Ella deja caer su cabeza hacia atrás y fija su vista en el techo.

—¿Tienes idea de lo que eso significa?

Por supuesto que no. ¿Cómo diablos voy a saberlo?

—No, por eso necesito que seas tú quién me lo explique. ¿Que significa ser tu pareja?

Ella se endereza repentinamente y me mira con una ceja alzada.

—Lo primero es dejar de actuar como si fuera a abrirte la caja torácica con los dientes, no voy a hacerte daño... No puedo —su voz comienza a suavizarse. Suena más a Granger— lastimarte sería lastimarme a mi misma.

Miro de nuevo las plumas sobre el suelo y me pregunto si podría quedarme con alguna.

—¿Y que más? —pregunto volviendo mi atención a ella.

—Bueno hay varias cláusulas, pero la mayoría no puedes saberlas hasta que se cree un vínculo entre los dos. Solo así comprenderías realmente lo que significa ser una Veela, sólo así podría confiar plenamente en ti... —ella respira hondo antes de continuar— solo así sabré que no te irás.

—¿Y como se crea un vínculo?.

Ella sonríe diferente y me mira de arriba a abajo.

—Tú y yo desnudos sobre una cama o donde desees. Honestamente me da igual siempre y cuando eso implique que yo esté arriba de ti adueñándome de tu cuerpo —dice con picardía y mi piel se eriza— ¿te parece una buena explicación? Puedo hacerla más explícita si lo deseas.

—¡No! —mi voz suena más alto de lo que planeaba y ella se ríe suavemente.

Yo frunzo el ceño sintiéndome como un idiota cohibido ante ella y su adquirido poder de control. Esta no es la Granger que e visto antes en los juzgados del wizengamot.

—Quiero que entiendas que no voy a compartirte con nadie. No voy a disculparme por lo de tu noviecita, actué en defensa propia y los celos son algo nuevo para mí en este estado... Pude haberla desollado —dice encogiéndose de hombros como quien habla de un tema normal. Como si matar a alguien por celos fuera el pan de cada día— me contuve y te prometo que no volverá a pasar, si tú no me das motivos.

—¿Yo y que motivos puedo darte? —le pregunto a la descarada que tengo enfrente con enojo.

—Eres muy atractivo, siempre lo haz sido. Las mujeres se sienten atraídas por ti como las abejas por la miel... Pero quiero que renuncies a todas por mí, no las necesitas. Yo voy a darte todo, incluso más de lo que alguna vez imaginaste —su mirada se suaviza y veo un brillo travieso en sus ojos— una vez que nos vinculemos mis celos se calmarán considerablemente.

—¿Cuanto tiempo puedes esperar? —pregunto mirando las plumas de nuevo.

—Draco –me llama y yo la miro— tienes suerte de que no he roto estas cadenas para lanzarme sobre ti.