CAPÍTULO 5
Hinata se ajustó la manta más apretada sobre sus hombros mientras se despertaba; sus acciones y pensamientos atontados en una bruma. Tenía frío, pero estaba seca y vestida. La criatura era aterradora y masculina; sintió alivio al no haber sido tocada. Se obligó a sentarse.
La cama era robusta y alta y sus piernas colgaban sobre el borde.
Mirando por la ventana vió las estrellas en medio de la negrura. Estaba en una nave en el espacio exterior con una bestia. Era como si estuviera muerta. O peor. La bestia tenía una jaula, quería una mascota. Un movimiento le llamó la atención. Hinata se deslizó hacia atrás cuando Naruto se acercó.
Le ofreció un vaso lleno de un líquido transparente.
"Es agua, hembra humana." se detuvo. "No hay veneno en esta bebida."
"Quiero ir a casa."
Era tan grande como lo recordaba, y se movía con agilidad en el interior de la nave. Su pecho estaba desnudo, ancho y enorme. Su pelo corto y claro, estaba alborotado. Sus ojos eran de color azul claro Los pantalones apretados grises mostraban todos los músculos de sus muslos y el tronco de su enorme polla en reposo. Era el hombre más guapo y masculino que Hinata había visto nunca, sin embargo, sabía lo que había debajo. Las apariencias eran engañosas.
La bestia en que se convertía cuando cambiaba era aterradora.
Era la bestia de dentro lo que la hacía temblar. Había pasado mucho durante un corto período de tiempo. Hinata desafiaba y aguantaba sus fuertes emociones porque tenía la esperanza de sobrevivir. Ahora esperaba ser devuelta a su planeta, del que había sido raptada.
"Aún no. El servicio de transporte no está equipado con una ducha. Mi escudo me mantiene limpio cuando es necesario. Tú llevas mi olor; necesito sacártelo. Supongo que esto no es un consuelo, pero no puedes ir a tu casa, y yo tampoco."
"Pareces humano, pero yo sé lo que eres. Si eres de otro planeta, ¿por qué te entiendo?"
Naruto colocó el vaso en el suelo cuando ella se negó a tomarlo.
"En la Tierra hablan un idioma que viene de alguna parte, igual que en mi planeta. ¿Te sorprendería saber que el español es utilizado en tres planetas que conozco? En diferentes universos al Inglés, como tú lo llamas, se le conoce bajo un nombre diferente. No se llama inglés. Los Terrícolas sois presuntuosos. Los Terrícolas no tienen el monopolio de la lengua, hembra humana. El hecho de que vosotros le deis al idioma un nombre no lo hace vuestro."
"Si no me vas a llevar a casa, y no me puedo ir a casa, ¿adonde me llevas?"
"A un planeta nuevo. Puedes respirar su aire. Sólo existe vida vegetal. Tengo que deshacerme de tu olor."
"¿Luego me llevarás a casa?"
"Mientras te puedas quitar mi olor."
"¿Y si no se puede?"
"Es mejor esperar que podamos, fémina humana."
Siniestro.
Hinata sabía que eso significaba la muerte.
"Mi nombre es Hinata."
"No me importa."
"Fémina humana es redundante."
"Así que tu táctica es simple, tener un carcelero que entienda a la víctima como persona, dándole un nombre. Reconozco tu derecho a la vida. Soy un guerrero, pequeña. Como maniobras tácticas para el desayuno."
"No soy un guerrero y necesito algo sólido para el desayuno; nunca tuve mi cena. ¿O tu plan es comerme, Naruto?"
Naruto gruñó y se dejó caer a su lado, la agarró por la camiseta acercándola a su cara.
"Tú no tienes ni idea de lo cerca de la muerte que estás, hembra."
Su tono era feroz, su mirada peligrosa, sin embargo, su carne tocó la de ella y llenó a Hinata de confusión. Se acomodó y respiró más fácil. El calor de su piel era suave. ¿Cómo podía decir una cosa y hacer que se sintiera más tranquila con un toque? Sus rasgos se suavizaron cuanto más tiempo le sostuvo la mirada.
Con el dorso de sus dedos rozó su piel desnuda y le temblaron las manos. El latido del corazón se calmó. Ella debería estar aterrada, pero no lo estaba.
"¿Estás lleno de droga?" preguntó en un susurro suave. "¿Es por eso que estoy tranquila? Yo debería estar aterrorizada de ti, pero ya no lo estoy."
Naruto la soltó y ella volvió a caer.
"¡Soy una jodida máquina de guerra!" gritó él y saltó.
Algo le dijo a Hinata que la explosión no estaba destinada a ella. Hablaba consigo mismo como si estuviera esperando una respuesta.
Tal vez el Dr. Jekyll y Mr. Hyde sabían el uno del otro. Se dirigió a un panel de la pared y habló por él. Una puerta se abrió y Hinata pudo oler la comida. Sus tripas retumbaron.
Gruñendo, Naruto puso el plato de comida en el extremo de la cama.
"Come… o no lo hagas. Si te mueres de hambre, mi problema estará resuelto."
"¿Prometes que si sacas tu olor fuera de mí me puedo ir a casa?"
"Sí."
Hinata recogió el plato y lo puso sobre su regazo. Miró la comida con curiosidad. Finos y oscuros trozos de carne al vapor, estaban calientes; la fruta de aspecto extraño estaba fría al tacto. Piezas de colores brillantes de lo que parecían ser verduras estaban a una temperatura diferente. Todo salió del extraño panel al mismo tiempo.
"¿Por qué no tienes pezones?" preguntó Hinata.
"¿Vas a seguir jodiendo con los pezones, humana? No todos los seres son iguales. ¿Por qué un alien se parecería a otro alien? Incluso los humanos son de diferentes colores, con ojos de diferente color y diferentes formas, tamaños y marcas de nacimiento. ¿Por qué no tienes garras como yo, hembra humana? ¿Por qué no pueden protegeros vuestros machos?"
"Supongo que porque no, y ellos no pueden."
"Ahí, ¿ves?"
{Quisquilloso.} pensó ella.
Hinata estudió el plato de comida.
Su primera experiencia fue tentativa. Un pequeño mordisco. Su boca explotó por el sabor. La comida no era buena, ¡era increíble!
La carne era diferente, aromática, lleno y ligero, jugoso y ligeramente dulce. La fruta era la más dulce que jamás había probado y diez veces mejor, porque en la Tierra les resultaba difícil conseguir camiones de comestibles en los países del otro lado. Las verduras estaban cocinadas a la perfección. El agua estaba fría y refrescante y más limpia que nada de lo que estaba acostumbrada. Cuando terminó, Naruto se llevó el plato y el vaso y los puso de nuevo en aquel extraño compartimento.
Naruto fue y se puso ante una consola en la parte delantera de la nave. Ella pensó que era donde se controlaba la nave. Por la ventana frente a él estaba el espacio infinito.
Hinata se arrastró detrás de él. Era tan grande, tan enorme, que se sentía insignificante a su lado. Se quedó mirando en silencio mientras sus manos subían imágenes a una pantalla… planetas, lugares. Había una imagen de un pequeño planeta cubierto de follaje que él acercó.
Naruto la sorprendió diciendo:
"Sí, ese es hacia donde nos dirigimos, hembra."
"No creía que te fijaras en mí."
"En caso de que tengas ideas acerca de golpearme en la cabeza, mi escudo puede sentirte. Ya que llevas mi olor, puede realizar un seguimiento de ti a través de los universos. No huyas de mí."
"No quiero morir en un planeta extraño." dijo Hinata. "Si decides matarme por favor no seas cruel al respecto y por favor, llévame a casa, donde mi tía pueda encontrar mi cuerpo y tener paz."
"Pides mucho para ser una prisionera."
"Una última petición. ¿Los guerreros dan últimas peticiones?"
"Algunos."
"¿La darías tu?"
Naruto se volvió. Por un segundo, levantó las manos como si fuera a tocarla; sus dedos se detuvieron a pulgadas de los hombros.
"Si no puedo eliminar mi olor de ti vas a morir en este planeta. Voy a ser rápido. No voy a tomar ningún placer en matar a un ser que lleva mi olor, especialmente una hembra. Si es posible, voy a volver y llevar tu cuerpo donde te encontré. Matarte probablemente sería un favor más grande que regresarte con vida."
"¿Es que tu especie está recogiendo mujeres para matarlas?"
"No."
"Entonces, ¿por qué mi olor molestaría a alguien?"
"Es mucho más que eso y es complicado. Creo que mi escudo te ha reclamado."
"¿Eh?"
"Yo tampoco lo entiendo. No ha habido hembras en mi planeta en cientos de años. Todas murieron. He pasado una semana rodeado de criaturas que no sabía que existían. Ojalá no existieran los humanos. Desearía que no existieran las hembras. Lo que hace mi escudo lo hace desde la memoria, ni siquiera es mi memoria. Estoy confuso. Si no puedo deshacerme de ti de una manera, tendrá que ser de otra. Si estás muerta, mi escudo estará tranquilo y ya no perseguirá tu aroma."
"¿Qué pasa si tu escudo no te permite deshacerte de mi olor?"
"Lo hará, debe hacerlo. Necesito ir a casa. Es el momento de estar con mi propia especie. No puedo ser rechazado de nuevo."
{Y no lo hare.}
Se dio la vuelta hacia la consola.
Hinata se sentía confusa. Debería tener miedo. Imágenes de su tía, de Yodo y de Chino aparecieron en sus pensamientos. Debían estar muy preocupadas. Hinata tenía que volver con ellas.
Tenía que haber un lado amable en Naruto si no simplemente ya la hubiera matado, o podría haber optado por una solución diferente. Si él pudiera verla como un ser vivo y no como un alien, eso ayudaría.
Estaba sentado con la espalda muy recta. Hinata levantó la mano para tocar su piel. Era aterrador y era un alien, pero Hinata tenía un corazón que era demasiado amable como para ignorar el instinto de prodigar ayuda.
Sonó torturado cuando habló con ella. Se preguntó si era verdad que todas las mujeres en su planeta estaban muertas. Para la Tierra eso sería un choque cultural.
Naruto aulló cuando la carne se reunió con la carne. Su piel le quemaba, debilitando sus rodillas. Naruto giró y cogió sus hombros. Su boca se cerró sobre ella en un beso hambriento. Hinata sabía que debía alejarse. Él era enorme, poderoso y la confundía.
Quería empujarle y colocó las manos sobre su torso desnudo. Su piel se estremeció, se humedeció con su sudor. Se movió en sus brazos sintiendo su tirón. Naruto rompió el beso y la miró a los ojos.
"Te dejaré en ese planeta sola para morir, maldita sea." se enfureció él.
Hinata no lo entendía. Ella no estaba haciendo nada. Era él quien la drogaba para que le aceptara.
¿Iba a dejarla sola, lejos de todo y de todos? Moriría en soledad.
¿Cómo podía haber pensado que era capaz de compasión?
Debían ser las drogas que la engañaban. Un sentimiento de traición se apoderó de ella.
La besó, y luego la amenazó. ¿Por qué? Su barbilla temblaba.
Quería golpearle; quería odiarle. En su lugar, enterró el rostro en su amplio torso desnudo. No pudo detener la lágrima solitaria que se derramó de su ojo.
{¿Qué me está pasando?}
Naruto se estremeció.
"Vas a matarme."
Hinata pensó en sus extrañas palabras. Era él quien la amenazaba con la muerte. Grandes manos suaves y cálidas frotaron su espalda, presionándola más cerca. Su torso sólido la acunó.
"¿Qué pasa con nosotros?" preguntó. "¿Por qué sigues drogándome? Odio llorar. Hace años que dejé de llorar y siento que las lágrimas se me escapan cuando estoy triste o herida y tan cerca de ti. No lo entiendo. Necesitas parar. Por favor."
"Yo tenía razón; mi escudo te ha reclamado. No sé cómo, no sé por qué. Mi escudo conecta con tus secreciones; tienes razón sobre eso. Mi escudo puede entender mejor tus emociones, llevando tus necesidades hacia mi cuerpo. Como si tus secreciones me drogaran. Esto no puede seguir sucediendo. Maldita sea, Hinata. Nos has matado a los dos."
"Tú me trajiste aquí. Esto no es mi culpa. Cuando aterricemos, solo me encontrarás un lugar que sea seguro y me dejarás. Pero vuelve. No me dejes allí para siempre."
"No puedo ir a ninguna parte hasta que tu ya no tengas mi olor y yo ya no tenga el tuyo. La nave apesta a nosotros."
"No entiendo. No huelo nada."
"No lo harás, eres hembra. El olor es todo para mi pueblo. Necesito deshacerme de ti antes que sea demasiado tarde."
Hinata se mantuvo presionada contra él. Se agarró con más fuerza.
"Entonces mátame. No me hagas esto para luego irte. Pon fin a esto ahora antes de que... de que… esto empeore"
"Yo… no puedo."
Su piel estaba iluminada por la tristeza y la traición, sus emociones se filtraban de ella hacia él; y no podía parar esto. Naruto conocía bien las emociones, y la ira se apoderó de él. Siempre había odiado a Madara, pero el odio hirviente se estaba intensificando.
Los Akatsuki que eran como Madara mataron a sus padres. La realidad se apoderó de él. Esta era la razón por la que todas las hembras murieron, y ciertamente no era porque fueran inútiles. Ellos eran peligrosos.
Los tipos como Madara estaban disminuyendo en número debido a que los del tipo de Naruto no podrían reproducirse; Naruto podía sentir compasión, Madara nunca lo haría. El tipo de Akatsuki como Naruto habían estado aumentando en su especie, cientos de años atrás, por encima de los del tipo de Madara, dado que las hembras del tipo de Naruto se reproducían, pero las del tipo de Madara no lo hacían. Al matar a su madre, el tipo de Madara mató también a su padre.
Así habían pasado muchos años, no era de extrañar que Madara no lo quisisera cerca de su tipo de Akatsuki; él tenía demasiadas preguntas que hacer.
¿El apareamiento significaría ir contra otros Akatsuki? ¿O solo contra el tipo de Akatsuki que eran como Madara?
Naruto intuyó que ya tenía la respuesta. Su propio tipo serían los que se extinguieran si dejaban de reproducirse.
Cuando Kakashi descubriera lo que estaba haciendo Madara desataría una guerra con todo su corazón. Si Kakashi escapara, reuniría a sus guerreros y organizaría un asalto completo.
¿Kakashi sería capaz? Naruto se estremeció de miedo. Kakashi era capaz. Movería planetas por sus guerreros.
Cuando las hembras murieron, muchos Konoha jóvenes quedaron solos, sin padres, sin protección, tal como era el plan de los Akatsuki para matarles. Kakashi fue el padre de todos ellos. Al final, sólo la pérdida de tantos guerreros mayores fue la ruina de Kakashi. Cuando Kakashi llegara a la Tierra tomaría a Hinata, sin preocuparse de que llevara el aroma de Naruto.
Los Konoha odiaban a los Akatsuki. A un guerrero Konoha no le importaría si Hinata llevaba un aroma Akatsuki. Otro guerrero Konoha tomaría a Hinata y la impregnaría con su propio olor.
Hinata estaba tranquila en sus brazos. Ella estaba equivocada, no estaba drogándola. Sus secreciones eran necesarias para calmarla.
La emoción estaba literalmente en su sangre, tan antigua como el tiempo. Ella era una posible pareja. No había malicia, sin maldad subyacente. La calma se instaló en sus pensamientos y en sus emociones. cada vez que la tocaba, Naruto sabía que ella sería más receptiva. Cada toque llevaba a Naruto más cerca de su deber.
Si él se acoplaba, nunca podría volver a casa.
{Dejó de ser mi casa cuando mis padres murieron.}
Naruto bajó la cabeza y hundió la cara en su pelo. ¿Cómo podía aparearse con ella? Él era cruel, había matado. No podía cambiar lo que era. Naruto barrió sus colmillos y los posó en su tierna carne. Ella se dejó caer en sus brazos. Levantándola contra su pecho, Naruto pudo sentir la sensación de su escudo luchando en sus pensamientos. La última pieza de su escudo provino de su padre.
Su padre amó a su madre.
El tirón era fuerte. Tenía que llevarse a Hinata a otro planeta y marcharse.
En lugar de colocarla en la cama, Naruto se sentó con ella en su regazo. Él apretó la mejilla contra su pecho. pasó los dedos por su pelo.
Sus secreciones se mezclaron con las suyas. A partir de ese toque, Naruto podría decir que ella era fuerte y valiente.
Un guerrero no necesitaba una familia. Si él se apareaba, Madara la mataría, y eso significaría la muerte de Naruto. El apareamiento los mezclaría, ella se convertiría en la mitad de él, sin dejar de ser un todo único. Naruto no podría vivir si sólo tenía la mitad de sí mismo.
El transbordador se balanceó y Naruto la agarró con más fuerza.
Estaban entrando en el agujero de gusano que los llevaría al planeta.
Naruto fue capaz de trazar una ruta más rápida. Se preguntó si no era demasiado tarde. El impulso por correr era cada vez más débil.
Si Naruto fuera a su casa, Madara olería a Hinata en él. Él realizaría un seguimiento de ella y la mataría. O peor, la atormentaría dándosela a algún prisionero Konoha en su necesidad.
Por la tarde noche llegarían al planeta, dependiendo de la precisión del agujero de gusano que había descubierto. Naruto simplemente podría abrir la puerta de enlace y tirarla hacia fuera. Podría encontrar otro planeta para quedarse hasta que el olor de ella se disipara. Pero prometió llevarla a su casa; si descubriera su aroma de nuevo, si ella abordaba la nave de nuevo. Sería imposible no tocarla.
Naruto quería aullar.
Si aterrizara en la oscuridad, ella no sería capaz de ver algo para hacer un refugio. No había nada en el planeta que fuera dañino, pero ella estaría asustada y sola. Podría esperar hasta que el sol saliera, luego la ayudaría a construir un refugio y a encontrar comida.
{¿Y si no hay nada adecuado para que ella coma?}
Tendría que quedarse y replicar comida para ella. Cada escenario que jugaba en su mente involucraba que necesitaba estar cerca de ella.
{Maldita sea, ¿por qué me importa?}
Si se quedaba cerca, se uniría con ella. Si se apareaba nunca podría volver a casa.
Madara vendría a la Tierra en busca de él. Naruto sintió que su corazón comenzaba a latir con fuerza. Un pensamiento terrible se apoderó de él. Madara los encontraría; los llevaría de nuevo ante los otros Akatsuki. Él no mataría a Hinata, si ella era la compañera de Naruto. Él encarcelaría a Naruto, y si la impregnaba y no tenía un escudo de bebé.
Hinata y el niño siempre estarían en riesgo.
En lo profundo de su corazón Naruto sabía que Madara era el mal.
No, él no odiaba a Naruto; Naruto era su tormento. Si Hinata fuera atormentada constantemente, Naruto lo sentiría. Su ser entero sería aplastado.
{¿En qué lio se habían metido?}
Una nueva ira se encendió. Naruto se preguntó si Madara sabía que esto sucedería. Madara le mencionó a Naruto que un día sería demasiado grande para sus pantalones y entonces él sabría cómo controlarle.
{Me tendieron una trampa.}
Los únicos Akatsuki permitidos para ser enviados a la Tierra eran los del tipo de Madara. El mal se acercó al planeta de Hinata. Naruto estaba destinado a ir arrastrándose de vuelta con una hembra para Madara.
Naruto tiró de Hinata más cerca. Debido a que Madara era el mal encarnado, nunca podría comprender la intensidad con que un macho protegería a su compañera. Cuatrocientos años de estar vivo, aunque no viviera con sentimientos, era a lo que Naruto tendría que volver.
Volver a Madara era un pensamiento repugnante.
La Tierra fue su primera experiencia de libertad. Todo lo que Naruto extrañaría era su planeta, ni un solo Akatsuki se preocupaba por él.
Estaba solo, aun cuando estaba rodeado por otros Akatsuki. Naruto tomó una nueva decisión.
"Voy a aparearme contigo, pequeña fémina. No tenemos opción. Espero que te guste este pequeño planeta. Vamos a estar aquí por mucho tiempo."
Continuará...
